No podía diferenciar nada. Todo se volvía silencioso en su cabeza, se perdía entre sus pensamientos y se desligaba lentamente para confundirlo. Todo el contacto le parecía frío. Congelante.
Se sentía extraño, solo había bebido un par de tragos en toda la noche, pero... No era el alcohol. Toda su mente viajaba hacia él.
Dejó de pensar claramente al reaccionar y ver esos finos cabellos rojizos fuertemente agarrados en su mano. Los gemidos de perdían entre la habitación, los jadeos de parte de ambos eran opacado por la fuerte música que reinaba en ese gigantesco lugar. Su cuerpo era pequeño, su piel era ligeramente bronceada, esos ojos mieles parecían brillar en la oscuridad de la noche, toda su espalda estaba llena de mordidas y chupetones hechos por él mismo, tendía a morder, morder demasiado, y nunca le habían pedido que se detuviera, quizás con el próximo que se acostara las vería. Tomó sin mucha dificultad su delicado cuerpo volteandolo, el chico del cual aún no sabía ni su nombre, lo miró con los ojos mojados por las lágrimas, sus mejillas tenían un color rojo intenso que combinaba de manera increíble con sus labios rosados y brillantes. Christian agarró sus piernas y las puso en sus hombros antes de seguir.
Le encantaba escucharlo gritar, siempre se lo decían cuando dormía con alguien, el dolor era opacado por el placer que les provocaba, ni siquiera podían controlarse, se retorcían debajo de él, siempre, y ni podían caminar bien al día siguiente. Justo en eso se preguntó su Lucas sería igual.
Si pudiera tener de nuevo la oportunidad... Estaba completamente seguro de que lo follaria tan fuerte que no podría escapar de él jamás.
...
- ¿Lucas?
- Royer, ¿Cómo está Christian? Hace dos horas que no ve mis mensajes. Y no contesta mis llamadas.
- Si, este Chris está...- se frenó en seco al darse cuenta de que no sabía dónde estaba. Se dió cuenta de que lo había dejado solo, quitó el teléfono de su oreja y vió la hora. Una y catorce. Más de dos horas sin siquiera mirarlo. Regresó el teléfono a su oreja cubriendo su rostro.- Te diré que te llame, aquí la música está alta y quizás no haya escuchado su teléfono.
- Vale.- y colgó. Royer miró su teléfono viendo cómo la llamada desaparecía de su pantalla principal.
- Lucas no se quedará tranquilo hasta hablar con Christian, ¿verdad?
Suspiró y regreso adentro. Había mucha gente, demasiada. Christian se la había pasado toda la noche sentado en la misma silla asustado, no puso ni un poco de atención para saber si había hablado con alguien, no sabía si siquiera alguien podría reconocerlo, o conocer su nombre. Casi todos de presentaban por su apellido y si lo buscaba por su nombre ni sabrían responderle. Se acercó a la última persona con la que lo vió hablar.
- Oye, Carl. ¿Has visto a Christian por aquí?- el hombre lo miró.
- Dime el apellido, Royer.
- El hijo de Markus.
- Ah, claro. Lo ví hablando con Clarisa hace rato.
Se dió la vuelta con otra información. Después de media hora se la había pasado dando vueltas por todo el club. Clarisa lo vio con Ana, Ana con Ricardo, Ricardo con Luz, Luz con Mitchell, Mitchell con Miranda...
- Mierda.- soltó desesperado.- Si hablaste con bastante gente Christian.
...
Llegó a contar cerca de cuarenta personas.
- Ah, claro. Hace un rato lo ví en la barra.
...
- ¡Ethan!- el hombre se volteó sorprendido cuando Royer llegó a la barra.- ¿Haz visto a este chico?- le mostró una foto. Ethan frunció el seño y asintió.
- Hace unas horas bebió algo aquí con Tony.
Al escuchar ese nombre miró directamente hacia arriba, respiró profundo queriendo pensar en otra cosa. Enseguida lo vió. Se acercó a su oído.
- ¿Dónde está Adish?
- Está en la habitación 70.
Royer bajó mirada suspirando, quería creer que Christian no caería en esa jodida tentación, él mismo había caído. Se frenó en seco al recordar que después del 60 eran hombres. Realmente a veces se le olvidaba la orientación sexual de su representado. Subió las escaleras hasta el tercer piso. Resopló y agradeció la fuerte música para no tener que escuchar nada de lo que pasaba dentro de las habitaciones. Se paró frente a la habitación 70 y con algo de pánico y asco se acercó ligeramente, quitándose en el segundo que escuchó los gritos.
Negó con la cabeza y sonrió. Sacó su teléfono y le escribió a Lucas.
...
"La verdad es que Christian se me había perdido. Pero no te preocupes. Está en una habitación durmiendo. Cuando despierte nos iremos."
Lucas suspiró cuando recibió ese mensaje. ¿Lo había perdido? Que estupidez. Se había desaparecido justo a la hora de tomar su tratamiento. Miró los frascos olvidados en la mesita de noche. Christian tendía a volverse agresivo y salvaje cuando no tomaba sus pastillas. Jim lo había vuelto adicto a su tratamiento, cuando no lo tomaba se descontrolaba por tener en su cerebro que esas pastillas eran mágicas y todas las estupideces que le decía.
...
Cerca de las cinco de la mañana, Royer sintió que alguien tocaba su brazo. Se despertó de golpe cuando el tacto se volvió más fuerte. Se había quedado dormido en una silla, en la barra. Christian lo miraba sin expresión. Royer se levantó y lo miró.
- No te arranco la cabeza porque no puedo Christian Evans. ¿Sabes el jodido susto que me hiciste pasar?
- Lo siento.
- ¿Realmente caiste en la tentación de acostarte con una de esas cosas salvajes que Tony tiene encerradas?
- Pues... La verdad es que no se cómo termine aceptando.- rascó su cuello avergonzado.- Pero... Hice algo bueno.
- ¿Que?
- Mira.- sonrió tontamente levantando una bolsa llena de tarjetas. Royer la agarró mirándola algo impresionado.- Con el culo en una silla toda la noche hice más cosas que tú en un día completo dando vueltas por la empresa.- Royer negó con la cabeza y sonrió.
- ¿Cuántas crees que tienes?
- Deje de contarlas después de pasar del 42.- cubrió su boca bostezando.
Salieron del lugar y después de unos minutos trajeron su auto y se encaminaron hacia la casa de Christian. En dónde Lucas en toda la noche no pudo dormir y solo estaba esperando a que llegara. No quería pelear o discutir, menos reclamarle. Solo estaba preocupado y quería tenerlo bajo su vigilancia para poder tranquilizar su alma.
...
Cuando Christian entró en la casa, dejó las llaves en la mesa de la cocina y fue a la cocina tomando agua de manera exagerada y descontrolada.
- ¿Estás ebrio?- Christian casi salta de su lugar cuando escuchó esa voz detrás de él.
- No. No bebi casi nada. Solo un par de tragos.
- ¿Comiste?
- Si, deberías haber visto la mesa de los postres, estaba repleta...- Lucas se tranquilizó cuando Christian comenzó a contarle todo lo que había hecho en toda la noche, su alma se calmó en el instante que lo vió sonreír. Su mirada se veía tranquilo, nada comparado a la mirada de susto que tenía al irse. Lucas sonrió.
- Veo que te divertiste. Y pensar que ayer casi que lloras para no ir.
- Creo que estaba nervioso. Pero Royer me dijo que cuando perdiera el miedo me acostumbraría. Para la siguiente fiesta conseguiré una entrada para ti.
...
Lucas sonrió. Seguía pensando en el a futuro. Nunca lo sacaba de su mente. Cada día parecía enamorarse más de la persona que le hablaba de manera tonta acerca de cómo no se había levantado de la silla para algo que no fuera comer o ir al baño.
...
Teniendo a Christian de nuevo entre sus brazos, sintió ese calor reconfortante en su corazón. Se sentía completo de nuevo.
Christian se movió ligeramente, abrazándolo por la cintura. Lucas lo cubrió con la cobija viendo como se acurrucaba cerca de él. Dejó un delicado beso en su frente.
- Descansa, Christian.
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Me la vacilé con estos capítulos. Cómo saben hay una historia original, y esto -aunque estaba en la historia- no pasaba así, ni tan pronto, solo que pasar la franja de los 100 caps me hizo darse cuenta que aún falta mucho y tampoco quiero hacerlo tan largo pero quiero explicar todo bien para que mi cerebro se quede tranquilo ;-;
Disfruten el capítulo.
Cuidense princesitas y princesitos.
Bye ❤️
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