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Elementos (CAP. 1)

Bien dice que un elemento natural, es fortaleza para cualquier lugar del planeta, sin esos cuatro equilibrios, se acaba la balanza de la naturaleza.
Aparte de otros Dioses/Ángeles que manejan la naturaleza, reciben todas las órdenes de seres superiores. Ellos originan sus poderes dependiendo de los Elementos.

Los cuatro elementos viven en un templo del cosmos, una órbita invisible abajo de la Luna terrestre. De ahí ellos vigilan todo el planeta Tierra con tal de ver el equilibrio desde lejos y con una buena vista hacia el planeta.

El Fuego era representado con el animal del León, por fortaleza y liderazgo, su melena era de fuego natural, armadura dorada con ciertos toques rojos en hombros, codos, rodillas y talones. Su casco era simple pero majestuoso a la vista de cualquiera, no se podía ver si debajo de su casco poseía alguna boca para hablar, pero no se notaba por su casco de León. Controlaba el fuego a su antojo, modificarlo de miles de colores al azar, resistente a lava y ácidos bastante fuertes que ningún ser puede resistir, excepto él. Heredó sus poderes a algunos que merecían portar las Llamas de Fuego de algunos Dioses/Ángeles. No las heredó a cualquiera.

La Tierra era representado por el animal de Ciervo, por tranquilidad e inteligencia,su cabello estaba hecho de hojas verdes puras de esmeralda, su armadura era bastante peculiar porque de sus hombros eran adornadas por hojas puras de acero desconocido de color verde, al igual que codos, rodillas y su increíble cinturón color madera. También portaba un casco que representaba su presencia y también no poseía alguna boca. El portó sus dones a distintos Dioses/Ángeles para controlar la Tierra, temperaturas, entre muchos otros dones. Él tenía la capacidad de moldear las temperaturas a su antojo al igual de modificar la tierra, montañas y uno que otro porte de la naturaleza. Tenía buenos conocimientos sobre cualquier animal y podría controlarlos a su antojo.

Aire era representada cómo un Águila por su rebeldía y libertad. Su armadura era hecha de miles de vientos del planeta y nubes resistentes que cualquier otro de color blanco y algo azulado como el diamante azul, era una armadura simple pero elegante. Porta un casco de su animal representante y tampoco muestra signos de que tuviera alguna boca para hablar. Ella transmitió sus poderes a muy pocos Dioses/ángeles para que controlen el clima y los cielos, ella muchas veces duda de algunos de sus portadores pero tiene la tranquilidad de que sabe que ellos lo utilizarán para ciertos acontecimientos del equilibrio. Sus poderes son simples como cambiar los cuatro vientos y clima; incluso modificarlo a su antojo.

Agua es representada cómo un pez por su paz y tranquilidad. Su armadura es hecha por aguas extremadamente extremas y con oleadas vistas en su traje color zafiro, su pelo está hecho de agua pura del mar más pacifico del mundo e igual de azulado pero un azulado muy claro. Su casco cubre casi todo su rostro ocultando su sistema del habla, aunque no se sabe si también cubre su boca como sus demás compañeros. Heredó muy poco de su poder a algunos Dioses/Ángeles que tuvieran el corazón puro para tomarlo para controlar las aguas y protegerlas. Su poder va simplemente a controlar el agua e incluso a aparecer olas del tamaño que le plazca e incluso dar a color algunas aguas o modificarla a su antojo.

Todopoderoso sabía que con sus elementos, el equilibrio en la Tierra sería perfecto, incluso con el bien y el mal; pero claramente acabaría ese mal que molestaba su creación de paz.
Los elementos se inclinaron con respeto hacia su creador, jurando lealtad y protección a los elementos naturales que ahora, la Tierra estaba en sus manos. Y de ahí... Su origen.

-¿Llamas consumidas por una gran roca hecha de tierra? ¿No suena exagerado?-dijo Fuego hacia el elemento Tierra.

-Un equilibrio también ocupa una unión, un balance perfecto de tierra y fuego parece correcto, hice lo mismo en darle arena a Agua y que mis hojas darán el propósito de dar oxígeno al viento. ¿No crees que también sea tu turno?-dijo Tierra levantándose de su trono sencillo de hojas y ramas.- Es perfecto.

Fuego, un líder de carácter fuerte y de orgullo suspiraba algo de azufre mientras caminaba de un lado a otro.

-¿Y qué beneficio crees que pueda dar ese... Cómo lo nombraste?-dijo algo vacilante.

-Volcán...-dijo al fin.

-Eso... ¿Qué propósito va a tener? Parece un adorno muy bonito para ti ya que eres el que modifica la tierra pero..--este fue interrumpido por Tierra.

-Eso es lo que quiero... Hay veces en las cuales tengo sueños extraños en las cuales mis hojas de los distintos árboles que he tomado diseñar... Lloraban de miedo porque la Tierra estaba sucia y sin nutriente...-dijo con una voz tranquila.

Fuego notó la palabra "sueño", ellos aún no conocían la palabra de visiones ya que apenas estaban algunos Ángeles y algunos Dioses en crear un idioma en sus respectivos lugares donde fueron encomendados a vivir y de tratar de dar algún dignificado.
Él también había pasado por sueños en los cuales parecía ver más allá de sus creaciones, algún que otro beneficio... Su melena empezaba a echar chispas y su luz disminuyó muy poco en razón de que estaba tranquilo. Volteó lentamente hacia la Tierra donde esperaba alguna respuesta, las uniones habían sido beneficiosas para todos, pero Fuego se mantenía algo inseguro pues no quería dañar varias creaciones de su querido compañero.

-Se que es un poco arriesgado...-dijo la Tierra.- Pero quiero creer que es la única forma de que mi creación mejore cuando sienta la necesidad de ser mejorada.

Fuego se enderezó de una forma lenta pero segura y volteó a mirar a Tierra. A pesar de ser duro en algunas ocasiones, podemos decir que hay veces en que la vela en llamas puede relajarse sabiendo que algunas malas acciones puedan hacer el bien. El equilibrio.

-Tu ganas, si es lo que quieres para que tú tierra sea fortalecida.-dijo calmante.

Tierra se levantó casi de un salto, pareciendo que estuviera contento al recibir bandera verde por su propuesta con su líder.

No fueron más de dos semanas cuando ambos empezaron un nuevo toque de la naturaleza, haciéndolo bien para la tierra aunque eso signifique el sacrificio de áreas verdes. Fuego miraba con curiosidad todas las formas de volovanes que hacían alrededor del planeta, curioso, ¿es peligroso acaso?
Siendo ellos elementos bastante grandes empezaron a recorrer parte del planeta, Tierra caminaba como si nada en el suave pastizal mientras que Fuego prefería flotar para no quemar el pastizal; hasta que Tierra hizo aparecer unas rocas grandes y resistentes para que caminara a su lado.

-No hacía falta...-dijo Fuego.

Tierra quiso contestar pero un pequeño torbellino llamó la atención de ambos elementos, no era nada más y menos que Aire quien pronto comenzó a dar su cuerpo humano pero sin dejar de lado su lado majestuoso.

Tierra se paró y miró a Aire con algo de admiración.

-Aire, parece que tuviste varios trabajos con los cielos, por lo que veo...-dijo Fuego mientras veía que se aproximaba una tormenta.

-Así es... Los Dioses/Ángeles están cambiando el clima para llevar a cabo todo el equilibrio del cielo, además de que la vida terrana ocupa unas gotas de lluvia, ¿no?-dijo Aire mirando a su compañero Tierra.

-La verdad ella y yo acordamos que ayudaría a la tierra con su aire y clima, incluso a nutrirlo, te lo agradezco.-dijo Tierra.

Fuego mira con orgullo, el equilibrio entre los cuatro iba en camino poco a poco. Agua no tardó en aparecer como un pequeño charco de agua para después transformarse como es costumbre.

-¿No me vas a agradecer también, Tierra?-dijo Agua.

El ciervo asintió y se dirigió hacia ella a una distancia considerable y agachó su cabeza para agradecerle.

-¿El Superior ya les dijo las nuevas noticias?-dijo Fuego.

Todos voltearon hacia Fuego y negaron suavemente hacia él.

-No, Superior nos dijo solamente que tú nos darías las noticias que traes.-dijo la pescadita.

-De acuerdo.-dijo él- Superior me a dicho que tenemos que construir un jardín, cerca de un desierto en el otro lado del continente, al parecer Superior quiso adelantar la reproducción. Mis Dioses/Ángeles ya están buscando herramientas para también crear la humanidad mitad animal.

-Entonces... ¿Deberíamos decirle a los nuestros que también deben buscar distintas herramientas para formar a los humanos mitad animales?-dijo el Ciervo.

-Si, Superior solo tiene a la mira esos dos humanos en el cuál nos pidió que creamos el jardín, y lo llamemos Edén...-dijo Fuego mientras con sus llamas en sus manos hacia un boceto de cómo sería el jardín.

Todos lo tenían visto, mucha fauna, comida, agua por dónde sea, clima perfecto y relajante y sobre todo luz para que no temieran cuando llegara la noche. No dieron más conversación y en un parpadeo llegaron al desierto donde darían a cabo el paraíso perfecto. Los cuatro sintieron la mirada de su superior, no se sintieron incómodos con su presencia, al contrario, sentían bastante fortaleza.
Tierra empezó a crear demasiados árboles de distintos tamaños y formas, frutos por doquier y en cada esquina una planta curativa de todo mal.
Agua dió un lago con una gran cascada arriba de él, su agua era simplemente natural y tibia para el uso personal de esos seres.
Viento no se quedó atrás para que el clima fuera simplemente tranquilo.
Y Fuego lo único que hizo es poner una fogata para así darles luz.

Superior le habló a Tierra para que haga un fruto, pero no cualquiera, si no un fruto prohibido y que se encontrara en la cima de una colina y de un bello árbol, solo para poner a prueba la humanidad. Lo creó con gusto y sin objeción, ahora, en cada lado, en distintos lados, los humanos mitad animales reinaron una parte de la Tierra.

-Lo comieron...-dijo Fuego.

-Parecía que era de esperarse, pero eso no nos incumbe a los cuatro, solo somos el equilibrio de la naturaleza y es todo, solo lo heredan a aquellos puros de corazón.-dijo Tierra desinteresado viendo desde un portal a ambos humanos/corderos desnudos tratando de sobrevivir en aquella naturaleza desconocida; lejos del jardín del Edén.

-Bueno, hay más humanos en esta tierra y en muchos de sus alrededores, no entiendo el porqué de la fruta.-dijo Agua.

Aire no decía nada puesto a que solo vigilaba que ambos humanos estuvieran a salvo.

Agua miró a Aire y suspiró.

-¿Si te llegó el mensaje de Superior?-dijo el Pez.

-Si, ¿una inundación en un par de milenios no?-dijo la Águila.

Tierra y Fuego miraron a Agua y a Aire sin entender, se lo veía en sus cuerpos de lo confundidos que estaban, aunque fueran deidades altamente poderosos, aún tenían una pizca de humanidad.

-¿Inundación?-dijo el León.

La pescadita asintió y miró de nuevo al portal donde se veían a varios humanos tratar de buscar refugio y construir por sus propios medios.

-Superior dijo que tuvo una visión del futuro y que la humanidad debe de reiniciarse de nuevo por un error que iba a cometer la humanidad por no ser... "Buenos".-dijo el Pez.

Fuego y Tierra se miraron un rato y después volvieron a mirar el portal, se quedaron callados por un largo rato, luchando contra sus propios pensamientos acerca de lo que acaban de escuchar, de seguro los Dioses/Ángeles tuvieron errores en los cuales la humanidad crecerán así, una cuenta desde cero no era problema de ellos, si no ahora de los Dioses/Ángeles que ahora protegerán la Tierra. Aire no le gustaba casi la idea de su Superior, pero si era algo para la enseñanza de sus DiosesÁngeles, no tenía objeción, solo los cuatro eran los encargados de la naturaleza y nada más.

Para ellos era bastante rápido, pero la inundación en el mundo entero se proclamó pero solo los elegidos y de buen corazón, junto con sus familiares, pudieron recibir una buena vida, pero no solo ellos se salvaron, si no que parejas de cada especie animal de la tierra. Agua y Aire creaban un espectáculo horroroso a ojos de los únicos humanos sobrevivientes que mandó el superior, pero solo era eso.
Después de todo cesó, pero eso de crear Tierra nueva a los únicos humanos era tarea de Tierra y de dar luz era Fuego.

Otros milenios pasaron y los Elementos miraban como muchas cosas eran siendo amenazantes para la humanidad, como cambios drásticos de tierras, incendios, inundaciones y vientos violentos hacia la humanidad animal. Ni siquiera los mismo Dioses/Ángeles eran causas de ello. Fuego tomó en cuenta que muchos entes del mal estaban haciendo de las suyas creando miles de desastres que, por supuesto, estaban amenazando a su deidad.

-Ocupamos guardianes...-dijo de repente el León.

Los tres Elementos lo miraron y su cuerpo hablaba más que ellos, estaban confundidos y dudosos de lo que su compañero dijo hacia ellos.

-¿Guardianes?-dijo al fin la Pez.

-Suena a locura, pero si nuestros Dioses/Ángeles no fueron los que abusaron de su poder y condena, entonces debemos iniciar un equipo que no seamos nosotros, no podemos intervenir con violencia según nuestro Superior.-dijo el León.

-Eso lo sabemos, solo intervenimos cuando la naturaleza llama necesaria, si alguien moldea todos nuestros dones no es de intervenir, ya que solo nosotros heredamos nuestros bienes.-dijo el Ciervo.

-Eso significa que alguno de los Dioses/Ángeles... Pudo heredar algún don del nuestro a un corazón oscuro. Investigaré quién fué y se los haré saber...-dijo la Águila quien depronto en viento se esfumó.

Fuego dudó, pero era cierto, solo pocos pueden heredar sus dones, y eso es con la supervisión de ellos y no de algún Dios/Ángel.

-Reunan a algunos de distintas épocas... Aquellos que si son puros heredarán nuestros dones directamente de nosotros y no por esos Dioses/Ángeles...-dijo Fuego al fin para después irse como llama a una época distinta a lo que veían actualmente.

Tierra y Agua acatando sus órdenes, se esfumaron y fueron a distintas épocas.

1248 a.C... Unos años antes de la llegada de Moisés...

Fuego se encontraba en Egipto, un lugar donde próximamente superior tomaría venganza contra los Egipcios por su odio a los esclavos y tratarlos como basura y no humanos. Se disfrazó como una persona egipcia y mostrando su animal representado, empezó a caminar por los barrios conocidos entre los Egipcios.
Uno en común llamó la atención de aquel elemento de Fuego...
Un guerrero conejo egipcio que al verlo pareció esconder comida en una bolsa de tela para después irse a un rincón a disfrazarse de esclavo e ir a distintos lugares a dar comida a los que los Egipcios trataban como esclavos por conveniencia; Fuego miró con atención a aquel joven guerrero con una enorme pureza en su corazón ayudando a los niños.

Fuego examinó de pies a cabeza de aquel joven guerrero, veinte años, buena capacidad de combate, pero sobretodo un gran corazón..."Es uno de los elegidos..."

Año 475 d.C Roma Occidental... Un año antes de la Caída del Imperio Romano...

Tierra no era de acostumbrarse a transformarse en un ser humano, ya que se le hacía muy exagerado sus extravagantes detalles en la ropa, y más en él año que había escogido para elegir a su nuevo portador del poder de la Tierra. Su cuerpo, sus astas de ciervo y más la ropa que portaba según la época, lo hacían ver como uno de los hombres más apoderados del Imperio, las personas lo veían y jugaban por su vida que si el Emperador y él compitieran, seguro que él ganaría.
Pero claro que Tierra no estaba interesado en ese tipo de actos, no era un ser agresivo, rebuscó por varios lugares de la ciudad romana, pero ningún hombre o mujer captaron la atención de su vista al corazón puro, aunque muchos llamaron un poco su atención, no eran elegibles; hasta que conoció a un oso extravagante y castaño.

Bien dice que un guerrero solo sirve a los combates, pero por lo que la ciudad sufría por la casi caída de su imperio, eran extremadamente escasas, la comida que se daban a las personas, solo el Emperador de esa época era el único que portaría comida para vivir, solo los de buen dinero o con poder eran los que podía vivir con normalidad. Pero el guerrero que a Tierra le llamó la atención era a aquel joven que ayudaba a un anciano a reconstruir su casa de piedra a pesar de ser una persona de poco recurso y de poder; el joven al terminar de arreglar y ayudar le dió un buen abrazo al anciano y diciéndole casi a escondidas que se cuidara mucho.

"Es el elegido..."

1048 d.C Isla desconocida, lado Norte de Continente Europeo, dos años antes de la Caída definitiva de los Vikingos...

Una aldeana de islas Vikingas es símbolo de respeto, entre los lugares de esas islas, los hombres tenían respeto hacia las mujeres Vikingas hasta con derechos sorprendentes sobre qué vida tendrían.
Agua simplemente caminaba con tranquilidad y elegancia hacia la costa, la mira de un muchacho era lo que le llamaba la atención, ella era capaz de elegir con solo ver su presencia o incluso su aura, y eso la hacía sentir mejor, porque sabía que escogió al portador correcto que manejaría su poder a la perfección.
Un joven alto, era un humano puro pero un gran líder para su estado, estaba bajando las pertenencias de su embarcación junto con otros camaradas humanos/animales. Simplemente el joven era el que se preocupaba por todos y por todo, su gente le importaba más que así mismo, Agua sonrió con lentitud y solo se dijo... "El es el elegido..."

Aire no pudo conseguir información total, pero sabía que eran algunos Dioses/Ángeles involucrados en todo esto y apoyando a un ser que para nada era amigable. Simplemente negaba con la cabeza y si debió pensar bien las cosas mucho antes de heredarle sus dones a unos tontos.
Sus pensamientos rápidamente fueron interrumpidos cuando Fuego apareció en su lugar de reunión, no le sacó un susto pero si reaccionó de forma rápida.

-Aire, es bueno que te veo... Debes ir escogiendo a el portador...-dijo tranquilo.

Aire lo vió y asintió, pero antes de irse Fuego la detuvo con seriedad.

-Ya todos tienen uno, solo faltarías tú para completar la misión que haremos... ¿Tienes información?-dijo el León.

-Al parecer si, unos Dioses/Ángeles están involucrados en toda esta pesadilla y no es nada que me ponga de una forma alegre.-suspiró y prosiguió.-Tengo la sospecha que algunos se quieren revelar contra nosotros y lo más seguro es que van a querer guerra, algo más los está ayudando...

-Supongo que es uno de esos demonios de la tentación... -dijo el León.-Bueno, eso lo resolveremos después, ve a buscar tu portador de corazón puro... Se que tú vez más allá al igual que Agua... Es por el bien de todos...

Aire se acercó a él a una distancia algo lejano y asintió.

-Lo tengo controlado.-al terminar de decirlo, se desvaneció para aparecer en una época diferente.

1520 d.C... Un año antes de la Caída del Imperio Azteca...

Si eres Águila o Jaguar, eres un guerrero de respeto, y eso es lo que sucedía ahora con los guerreros y guerreras Aztecas, pero no solo eso, si no que la unión de tratar de quitar del poder a los Españoles era mucho mayor de lo que muchos esperaban, Otomanos, Mayas y Aztecas se unieron para tratar de vencer a enemigos en común.
Solo que un equipo de dos, un hombre Jaguar y una mujer Zorro buscaban próximos españoles para llevarlos a cenar, lo que ustedes piensen como canibalismo, no lo es, si no que solamente buscan matarlos por honor a su tierra de miles de siglos de existencia.

Los dos estaban curándose de algunas heridas profundas, pero no sé quejaban en lo absoluto. El hombre Jaguar respetaba a su amiga guerrera, si no fuera por ella, sus heridas hubieran impedido embestir a los que muchos los llamaban "Demonios de armadura de plata". Era un chiste entre ambos decir ese apodo, pero solo entre ellos dos.
Aire veía desde las lejanías a ambos guerreros Aztecas, pero solo se mantenía fija en la mujer Zorro; excelente en combate, buena persona y sobre todo, de buen corazón, Aire solo supo decir...
"Es la indicada..."










Fin de la Historia de los Elementos... ¿Pero de los demás?...

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