Prólogo
La madera crujía bajo sus extremidades según caminaba. Una sucesión de escalofríos le recorrieron la espina dorsal cuando su piel entró en contacto con el helado suelo.
El pequeño bebé entre sus brazos comenzó a llorar. Con una sonrisa dulce, trató de calmar al niño dando suaves saltos en su sitio y susurrando un tranquilizador "Mamá está aquí".
Su hijo calló. Pero otro llanto se escuchó en la otra punta de la habitación y rompió de nuevo la calma. Una risa masculina se mezcló con ese nuevo lloro.
La castaña levantó su vista para cruzarla con la de su esposo, que sostenía a su otro bebé.
Con una mirada cómplice, los dos comenzaron a cantar una canción de cuna a sus recién nacidos.
Éstos no tardaron en quedarse dormidos y los padres se sonrieron ante su victoria.
La sala se quedó en silencio.
Justo como el paraíso antes de que comience la guerra. O la calma antes de una tormenta.
Fueron tan sólo unos segundos. Valiosos segundos que la joven Caitlin guardaría para siempre consigo.
Y vivirían para toda la eternidad en sus recuerdos.
Si hubiera podido capturarlos, si hubiera sabido valorarlos.
Pero al final del día sí que es cierto aquello que dicen, que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.
Y lo perdió. Lo perdió todo.
De una patada, el marco de madera de la puerta cedió. Se abrió ante el paso de un grupo de hombres vestidos para la batalla.
—¿Soldados? ¿Qué hacen aquí? —David agarró la mano de su esposa y se puso delante de ella.
Uno de ellos retiró el casco que cubría su cabeza y miró con desdén al joven.
—Hacemos lo que personas como Usted se niega. Protegemos esta Ciudad de esos invasores enfermos. —Soltó.
David tragó saliva y le entregó a la bebé a su esposa, que sostenía a ambos niños.
—Somos pacifistas, estamos en contra de la guerra. Por favor, soldado. —Las palabras de David resonaron como un eco en la cabeza de Caitlin.
Cuanto hubiera deseado que las últimas palabras de su esposo fueran un canto a su amor y no una súplica por su vida.
Cuanto hubiera querido no tener que almacenar dentro de ella su voz y dejarla ahí, como un lejano recuerdo.
Entonces la bala salió del cañón del soldado. Y la vida de su esposo acabó allí.
Caitlin creyó que jamás volvería a experimentar un dolor como aquel. Pero ese sentimiento no duró más que un instante. Antes de que otro hombre tirara de ella y le quitara a los bebés.
Y ellos fueron los siguientes.
Entonces, desde su posición el hombre le dedicó una mirada a aquella joven rota y destruida.
—Si hubieras tenido un arma, habríais podido salvarles. —Escupió, literalmente, a la chica.
Y le disparó en el pecho.
Creyéndola muerta, los soldados salieron de la sala.
Y deberían haber comprobado que Caitlin estaba realmente muerta.
Pero ese pequeño error, sería el cual lamentarían durante el resto de sus vidas.
¿ALGUIEN ME HA ECHADO DE MENOS? 😋
AVISO IMPORTANTE:
Esta historia NO tiene un final feliz.
Os dejo algunos datos de la historia que como ya os habréis dado cuenta, está basada en la Killer Frost Original. La primera.
La historia está ambientada en Tierra-63. Ya conocéis esta historia porque hablé de ella en un capítulo de RIGHT IN FRONT OF YOU.
Pero he querido explorarla y sobre todo, quiero que conozcáis la historia completa de COMO es posible que Killer Frost viva en cada Caitlin Snow que existe.
Pd: A continuación os dejo un "extra" que creo que os gustará.
Pd2: por si alguien se lo preguntaba; sí, Barry Allen es parte de esta historia. La pregunta es... ¿Cómo encaja él en todo esto? ¿Cuál es su función en esta historia? 😝😝
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