Capítulo 26
||CAPÍTULOS FINALES||
—Me guste más o menos, tengo que ir a hablar con el Comandante Alvarez.
No podemos pretender deshacernos de los metahumanos sin ayuda, es imposible. —Barry termina de hablar cuando llegan al campamento y Frost le espera allí, camuflada entre árboles.
El joven carraspea y traga saliva antes de avanzar.
Sabe exactamente a donde dirigirse, lo ha hecho miles de veces antes.
Llega al jardín de entrenamiento y le encuentra allí, de pie dando órdenes a los soldados.
Vuelve a carraspear otra vez pero ésta vez para llamar su atención y así lo consigue.
—¿Allen? ¿Qué haces aquí?
—¿Podemos hablar en privado, por favor? Sólo un minuto. —Asegura y el Comandante asiente antes de mandar a los soldados a romper filas y caminar lejos de ellos.
—He construido algo. Un portal que puede llevar a los metahumanos a otra Tierra. Una paralela donde puedan volver a ser humanos corrientes sin que sus vidas corran peligro. Con tecnología más avanzada y científicos más preparados para recibirles. Puedo ponerme en contacto con ellos y avisarlos. —Le explica con calma, hablando demasiado. Como siempre.
—¿Y cuál es la garantía de que nunca regresen? ¿Puede darme un 100% Señor Allen? —Cuestiona. Barry frunce los labios y respira hondo.
No sabe muy bien qué decir.
Si debería decir la verdad o no, si debería darle una posibilidad exacta o si se permite engañarle.
Pero ¿De qué serviría mentir al fin y al cabo?
—No. No puedo darle un 100% de seguridad. Vagamente un 80%. —Confiesa. Pero se ahorra la parte de que el portal todavía ni siquiera se ha activado.
Es imposible llegar al 100% porque el portal podría fallar en cualquier momento, podría enviarles a otro Mundo o podría no abrirse nunca incluso.
El soldado suelta una risa fuerte y el ojiverde sabe que eso es una pésima señal.
—No voy a confiar en un 80% cuando el científico del ejército puede crear un arma con efectividad absoluta. —Barry presiona la mandíbula con fuerza y trata de contenerse.
—¿Así que no hay forma de cambiar el plan? ¿Todo lo que cuenta es librarse de ellos sin importar que mueran? Una vez fueron personas. Como Usted. Como yo.
Una vez tuvieron una familia, hijos, un trabajo y una vida.
¿Es que no le importan en lo absoluto? —Según va hablando, el tono de su voz aumenta y sin ser consciente de ello, acorta la distancia con Alvarez.
—Me importan las personas, los humanos. Ellos no lo son.
Son monstruos y los monstruos deben ser tratados como tal. Su supervivencia no es relevante para mi. La nuestra sí. —Y esa es la gota que colma el vaso.
Porque como todos sabemos, Barry Allen no puede mantener la boca cerrada.
—Usted es el único monstruo aquí, Comandante.
No es una persona, es basura y la basura también es irrelevante para mi. —Su ex superior se encara con Barry y deja ver una sonrisa de autosuficiencia.
—Tenga cuidado, Señor Allen.
Tenga cuidado o de lo contrario... —Su mano se mueve hasta llegar a la espalda y tocar su pistola.
—¿O de lo contrario qué, Comandante? ¿Pretende hacerme lo mismo que a ese metahumano que secuestró? ¿Pretende matarme o sólo experimentar conmigo? —Y esas palabras hacen que la pistola de Alvarez se deslice hacia afuera y éste apunte al castaño con ella.
—Se lo he advertido, Señor Allen. —Y su mano presiona el gatillo.
Pero la bala no toca a Barry, se desvía de su dirección cuando un chorro de hielo impacta en ella.
Y Frost no tarda en estampar al Comandante contra la pared y rodear su cuello con sus dedos helados.
—¡Frost, no! —Barry exclama y corre junto a ella. Pone su mano sobre el brazo de la chica, tratando de detenerla.
—No le mates. —Suplica.
Pero ella no le escucha y sigue.
—Por favor, Frost. Mirame. Por favor. —La joven enfoca al chico con sus ojos azules profundo y encuentra en éstos la paz necesaria y la fuerza para detenerse. Lo hace, se detiene.
El Comandante tose y tose pero busca energía para volver a hablar.
—¡Eres un aliado metahumano! Pagarás por esto ante un consejo de guerra. —Le asegura al castaño y lo apunta con el dedo índice.
Barry tira de Frost hacia atrás y la saca de allí justo antes de que Alvarez comience a gritar.
Los soldados no tardan en aparecer y Frost agarra a Barry y dispara con su mano derecha, creando un pasillo levadizo de hielo por el que se deslizan en el aire, lejos de las balas.
Sólo cuando están en un lugar seguro, descienden de vuelta al suelo y se toman varias horas antes de volver al polígono, asegurándose de que no les sigan.
—Así que ahora además de tener en contra a los metahumanos, también al ejército. —Suelta Frost. El castaño suspira y niega.
—Estamos sólos en esto, Caitlin.
Sólos tú y yo.
—En el fondo siempre supe que esto acabaría así. —La reina del hielo se encoge de hombros.
—¿Tú y yo sólos contra el ejército? —Casi bromea el chico, intentando aliviar la tensión del ambiente.
—Tú y yo sólos contra el Mundo.
Pueeees eso 😳😍
Nada más que añadir 😍
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