Barry llega casi derrapando a su casa y tras él, Frost.
—Este lugar no es seguro, Barry. —Le recuerda ella pero él no la escucha y va directo hasta la sala donde guarda sus artilugios científicos.
—Lo sé, sólo necesito coger algunas cosas y nos marcharemos rápido.
Lo prometo. —La chica chasquea la lengua y deja salir el aire con fuerza.

—¿Y bien? ¿Piensas contármelo o vas a seguir con el rollo misterioso? —Se cruza de brazos y el chico se detiene durante un momento para mirarla.

—Antes has dicho que no hay ningún lugar seguro en este mundo ¡Y tienes razón, Caitlin! No hay lugar donde llevar a los metahumanos tampoco. No en este mundo al menos. —Hace una pequeña pausa para ponerse de puntillas y agarrar una caja de cartón llena de fotos y portarretratos antiguos.

—Hace alrededor de cinco años se probó la existencia de mundos alternos que son iguales que la Tierra pero al vibrar a la misma frecuencia que nosotros, no podemos verlas.
Pero si consigo abrir un portal espacio-tiempo podríamos mandar a los metahumanos a otro lugar. A una tierra desierta o a una más adelantada donde puedan quitarles sus poderes sin matarlos, tal vez. —La ojiazul frunce el ceño, todavía quedando una duda presente en su cabeza.

—¿No se suponía que tú eras quien debía inventar una máquina para acabar con ellos? —Barry niega veloz y una sonrisa reluciente ilumina sus labios después.
—¡Ese metahumano nunca dijo eso! Sólo dijo que yo me desharía de ellos y acabaría con la guerra. ¡Nunca dijo que los fuera a matar! Si esto funciona... Si esto funciona, Frost, podría salvar la humanidad. —El castaño coge otro de sus aparatos y lo introduce en la caja.

—¿Estás listo? —Pregunta la joven una vez que Allen ha cogido la caja en brazos. Pero su expresión ha cambiado.
—Tengo casi todo menos lo más importante. Este es un proceso muy difícil y necesito algo con mucha potencia. —Exagera con sus manos y remarca cada palabra para añadir énfasis.

—¿Qué necesitas?
—Taquiones. Necesito taquiones.
El laboratorio del ejército tiene pero no puedo acceder a ellos y no pude llevarlos conmigo cuando me despidieron. —Frost piensa en ello durante algunos segundos y tras eso, apreta levemente los labios.
—Conseguiré los taquiones.

Barry se detiene en seco, pasa sus manos por su cabello y sus labios se curvan en una gran sonrisa antes de girarse hacia ella.
—¿Lo harás? —Su rostro se vuelve luminoso y sus ojos aún más verdes.
Casi son cristalinos.

—Lo haré. Pero tendrás que cuidarte tú sólo mientras tanto. —Confirma. El castaño asiente repetidas veces y vuelve a tomar la caja del suelo.
Juntos hacen el recorrido hasta el polígono y antes de empezar a trabajar, Barry despeja los cristales que las explosiones dejaron.

Killer Frost le da un último vistazo al chico antes de partir.

—¡Ten cuidado! —Vocifera él. Pero no cree que ella le haya escuchado.

La chica llega en poco tiempo hasta el campamento y para su suerte, el laboratorio está en el extremo contrario al descampado donde los soldados entrenan.
Se dirige directa hasta éste pero la puerta se abre y se ve obligada a retroceder.
El Doctor sale por ésta y mira de un lugar a otro antes de deslizar la mano dentro de su bolsillo y sacar un cigarrillo.
Lo prende y se gira en dirección contraria al viento para que no se apague.

En ese momento, la chica aprovecha para salir de su escondite y le pone la mano en el hombro, ejerciendo presión en un punto exacto. El hombre cae al suelo, profundamente dormido.

—Te mataría encantada pero no quiero que Barry me dé una de sus charlas. —Suelta y con el hombro abre la puerta del laboratorio.
Entonces, recuerda la descripción del aparato que Barry le dió cuando iban de camino al polígono.

La fortuna le sonríe y no tarda en encontrarlo. Un aparato circular y largo. Los bordes de titanio y la parte interior de un cristal con un tono azulado. Ella lo observa durante unos segundos y se pregunta cuanto poder está albergando entre sus manos ahora mismo.

Detrás de ella, unos pasos fuertes se escuchan y en cuestión de segundos, Frost sale corriendo fuera del laboratorio y estampa su espalda contra la pared, respirando fuerte.
Un soldado entra en el laboratorio y mira de un lado a otro, asegurándose de que todo esté en regla.
Ella guarda el aire en su pecho mientras espera a que el hombre se marche para poder avanzar y cuando lo hace, no tarda en salir corriendo y esconderse entre los árboles, perdiéndose en el bosque.

Frost llega al polígono y se encuentra con un Barry que corre de un lado a otro.
Conectando cables y pasándose las manos por el pelo cada diez segundos.
La chica se detiene en la puerta sin que él se dé cuenta y se dedica a mirarle un momento.

Barry rebusca entre su caja y agarra en sus manos sus gafas. Las limpia como puede en su camiseta y se las pone.
Entonces, ladea la cabeza para comprobar que ve bien y frunce el ceño.

Y Frost persigue con sus ojos azules cada movimiento que él hace. Y en un punto incierto, una sonríe aparece en sus helados labios.

—¡Frost! —De su ensimismamiento la despierta el mismo chico, que corre hacia ella. La joven menea los taquiones en su mano y se agacha para dejarlos en el suelo y que él los alcance.
Pero Barry no se detiene cuando llega a ellos.

—¡Lo has conseguido! —Exclama y seguidamente, sus brazos se envuelven alrededor de ella y la aprisionan.
La mujer arruga las cejas y se queda estática en su lugar.

Barry se separa tras momentos de ella y coge los taquiones.

La chica se repone del momento y carraspea.

—¿Cómo vas?

—Sólo acabo de empezar pero creo que bien. —Augura y con suma delicadeza, deja el aparato a un lado.

Entonces junta las manos y las frota antes de mirar hasta la joven una última vez y casi susurrar.

—Vamos a salvar el mundo, Caitlin.

Me encanta el avance que su relación ha tenido, la verdad. Me parece precioso 😍😍

Por cierto, creo haber acertado y dicho bien todo acerca del portal espacio-tiempo y los mundos que vibran a la misma frecuencia pero de los taquiones me acuerdo MUY poco (de la primera temporada de la serie) y en internet no encuentro nada.
Si alguien tiene alguna corrección o sugerencia que hacer, adelante 💕.