Capítulo 15
El reloj marca las cuatro de la mañana cuando la fortísima explosión se escucha. Los cristales de la casa de Barry explotan y éste se levanta de un salto y seguidamente, se deja caer al suelo para arrastrarse bajo la cama.
Más sonidos se escuchan después, más cristales rotos y la madera de su suelo crujir con fuerza.
Barry siente que el corazón le late en la garganta y cuanto más intenta controlar su respiración, más fuerte respira.
Tiene que encogerse demasiado para que sus piernas no se vean y su cara está aplastada contra el suelo.
La madera cruje cada vez más cerca y los nervios dentro de él aumentan.
Tiene que salir de ahí. Es todo en lo que puede pensar.
No sabe como pero tiene que salir de ahí y cuanto antes mejor.
Se arrastra despacio de debajo de la cama y dirige su mirada hasta la puerta. Despejado.
No tarda en encontrarse con los cristales de la ventana rota de su cuarto y en su intento de huida, la palma de su mano derecha acaba con un corte.
Se pone de pie y abre la puerta, mirando con cautela.
Entonces, el castaño corre a través del pasillo y entre sus manos agarra el extintor de fuego que allí descansa.
Traga saliva y con la adrenalina a mil por hora, espera para salir.
Entonces, el primer metahumano hace su aparición y Barry levanta el extintor y le golpea con él.
El hombre cae al suelo y el científico casi sonríe por su golpe certero.
Pero entonces, una bola de energía pasa rozando a Barry y éste abre los ojos con exageración. Frente a él, una mujer con aparentes poderes eléctricos.
La mujer sonríe cínica y se acerca a paso rápido, preparando el siguiente lanzamiento.
Pero la bola nunca abandona su cuerpo. En su lugar, se oye un ruido seco y la chica sufre un espasmo, su cabeza se alza y su boca se entreabre.
La bola de energía de su mano desaparece en su cuerpo y Barry baja la mirada para ver una estalactita en su pecho, justo en el corazón.
La joven cae de rodillas y seguidamente, de frente al suelo.
—Sigueme. —Al caer al suelo, Barry visualiza a Frost y ésta articula la orden.
Él no duda ni rechista y la sigue a través de la casa.
Al llegar a la puerta, Barry se adelanta y pretende salir.
Pero antes de poder hacerlo, el castaño siente como la ojiazul rodea su brazo con sus dedos y tira de él hacia atrás, pegándolo a la pared.
Barry baja la mirada hasta ese punto donde su mano es agarrada por los dedos fríos de su ahora aliada y deja su vista ahí.
Pero no le da tiempo a mirar por más de un par de segundos antes de ella rompa el contacto y pase por su lado para salir primero.
Ella deja un aroma a su paso.
Es algo así como menta.
Y es el detalle más estúpido en el que Barry podría fijarse en un momento así.
Pero lo hace aún así.
El castaño la sigue cuando ella le da la orden de que es seguro salir.
Pero nuevamente, Frost se ve obligada a reaccionar rápido y tirar de Barry hacia atrás cuando el otro metahumano -al que golpeó Barry- regresa.
Ella le propina un puñetazo y congela parte de su pecho, haciéndole caer al suelo.
Antes de matarle, el ojiverde la detiene.
—No, por favor. —Le pide. Ella sin embargo, no le presta atención a tal punto de ni siquiera mirarle.
—Piedad, te lo suplico. —Son las palabras que el hombre pronuncia un segundo antes de que Frost le rompa el cuello.
Cuando cae al suelo, Barry nota que su pecho se encoge.
—Vámonos. —Le ordena pero el castaño no se mueve.
Su corazón se encuentra dividido.
—Te suplicó piedad. —Le recuerda y hace que la chica se detenga en seco.
Se gira sobre sí misma y articula unas simples palabras.
—¿Quieres vivir o no? —Barry sabe que la respuesta debería ser obvia pero no puede evitar sentirse en una encrucijada.
Porque a pesar de que intentan matarle, él no quiere ser igual.
Él no quiere matar a nadie, no quiere ser como ellos.
—Quiero vivir. —A regañadientes suelta. Entonces Killer comienza a caminar de nuevo, suponiendo que él la seguirá.
Y así lo hace, sin tener más opción.
Pero mientras caminan, no evita volver a formular la pregunta.
—Te suplicó piedad. ¿No significa nada para ti? —Y espera, necesita y quiere que ella no diga nada. Porque de esa forma, comprobará que sí le importa.
Pero para su mala suerte, ella le da la peor respuesta posible.
—Killer Frost no tiene piedad.
Y así finiquita la conversación. Convencida y segura.
Y ella espera que el tema termine ahí, daría lo que fuera -o mataría a quien fuera- porque así sea.
Pero Barry no puede evitar mirarla.
Killer Frost nunca ha tenido que mantener las expectativas de nadie.
Ella no confía en nadie, nadie confía en ella. Nadie pone sus expectativas en ella y por tanto, ella nunca decepciona a nadie.
Pero es la forma intensa en la que Barry la mira, con una evidente decepción en sus ojos verdes, tan profundamente que hasta su corazón lo siente.
Y nadie la había mirado tan intensamente nunca. Ni siquiera antes de que sus labios fueran azules y su corazón estuviera helado.
Y ella nunca había tenido miedo de cambiar. De sentir algún tipo de emoción más allá del odio.
Pero esa noche y por primera vez, Frost tiene que apartar la mirada de él.
AHHHHHHHHH
La verdad es que esa escena donde Frost mata al hombre me ha dolido un poco... Sobre todo por Barry 💔.
Pero es que es parte de la personalidad de Frost, ella es así.
(Y me encanta así)
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