Capítulo 2.- Es una bendición volverte a ver...
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Fue una extraña luz la que llamó su atención...
Desde un lejano lugar del universo él los vio...
Vio su conexión, vio sus anhelos...
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El destino quería saber si aquel extraño brillo que se mostró ante él era verdadero.
Así que los puso a prueba.
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Aún después de lo ocurrido los volvió a juntar...
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¿Serían capaces esas dos almas volver a mostrar aquel brillo especial?
¿Serían capaces de mantener aquella conexión que se mostró años atrás?
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¿Aun cuando todo esté en su contra?
.-.-.-.
Ukuzi estaba en una de las ramas de los árboles descansando con tranquilidad, pensando en lo que necesitaba para ser alguien digno ante los ojos del consejo, salió de sus pensamientos cuando escuchó el sonido de algo al caer y unas maldiciones que eran prohibidas en el reino celestial.
.-Mierda...maldición.- se oyó a lo lejos.
.- ¿qué fue eso?- preguntó al momento que se levantaba de su lugar.
Descendió de la copa del árbol con delicadeza y lleno de curiosidad se acercó, manteniendo su guardia sacó su lanza y lentamente se aproximó.
A lo lejos miró un extraño joven de piel ligeramente bronceada, sus vestimentas no pertenecían a la gente del reino celestial...
.-un demonio...- susurró al ver los cuernos en su cabeza.
Lentamente transformó su lanza en un arco, manteniendo su mirada fija y seria apuntó hacia su cabeza.
.- ¿Dónde diablos estoy?- escuchó al joven hablar, este acariciaba su espalda.
Una pequeña flama verde se extendió por sus manos, la flecha estaba tomando su forma.
.-Concéntrate Ukuzi, no debes...-
.- ¿pero qué...?.-
Los ojos del peliverde se abrieron de par en par, sintió como su corazón dio un fuerte latido al ver el rostro de aquel joven quien miraba extrañado el lugar.
.-Ikustak...- dijo con un ligero susurró doloroso, sintió como el aire salía de sus pulmones haciéndolo incapaz de respirar, aquella imagen del pequeño cenizo que siempre se mantenía a su alrededor llegaban a su cabeza.
"yo haré lo que sea para librarte de esa carga, te sacaré de eso y estaremos juntos"
Su alborotado y suave cabello, aquella blanca y linda sonrisa burlona, su característico ceño fruncido... pero sobre todo, sus brillantes y vívidos ojos rojizos, aquellos que igualaban a aquella hermosa piedra que se podía encontrar en el mundo terrenal.
Su arma desapareció al momento que sus lágrimas empezaron a caer.
.-no puede ser...- susurró mientras agarraba su pecho tratando de calmar los latidos de su corazón.- él... él sigue vivo...- se recargó en el árbol de cerezo y se dejó caer al suelo.
A pesar de los años Ukuzi nunca lo olvidó.
.- ¿Pero qué mierda?- lo volvió a escuchar.
Ukuzi limpió sus lágrimas, se puso de pie.
Él era un ángel, era el próximo pilar... tenía que cumplir su misión.
Tenía que ser fuerte y acabar con aquel demonio que entró a las tierras celestiales y evitar cualquier catástrofe...
Así que se aproximó hasta él, sacó de nuevo su arma.
"Ukuzi"
Al estar a una distancia considerable alzó su lanza.
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"Quiero que estés conmigo Ukuzi, quiero que estés junto a mí"
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.- ¿Necesitas ayuda?- fue lo único que pudo decir.
No pudo matarlo, no pudo cumplir su misión... no cuando aquellos recuerdos inundaron su mente e hicieron sus manos temblar.
.-qué te importa maldito mocoso. - dijo el cenizo mientras levantaba su mirada hacia él.- lárgate de aquí y...- se detuvo al momento en que sus miradas se cruzaron.
Ukuzi sintió como su corazón se conectó, aquel mismo sentimiento se presentó como el día que lo conoció por primera vez... hace 145 años atrás.
Sentimiento que no olvidó aun con el pasar de los años...
.-No soy un niño.- respondió al momento que salía de sus pensamientos.- ya soy un adulto.- decía de forma orgullosa mientras ponía sus pequeñas manos en la cintura.- puedo decir que soy mayor que tu.-
.- si claro.- se levantó el demonio del suelo y se sacudió.- yo tengo 150 años maldito mocoso....-
.-"lo sé....".- pensó con tristeza, sacudió su cabeza y sonrió, rió ante la pose de victoria que mostraba el cenizo ante él, como si su edad fuera capaz de intimidarlo.
.- ¿DE QUÉ TE RIES BASTARDO?- gritó molesto el demonio.
.-yo tengo 500 años....- vio como los ojos rojizos del contrario se abrieron de la impresión.- soy el próximo pilar, sucesor del reino celestial.- dijo mientras hacia una pequeña reverencia.- mi nombre es Ukuzi Ayirodim.-
.- ¡¿Qué mierda?!- gritó, vio de forma detenida al pequeño ángel frente a él.-"Debe ser una broma, él no es el pilar".- pensó.- ¡pero luces como un maldito mocoso!-
.-jijiji....- Ukuzi rió de nuevo ante su forma de hablar.-"no ha cambiado en nada su temperamento":- pensó.- ¿puedo saber tu nombre señor demonio?- preguntó el peliverde con una sonrisa para cambiar el tema.
.-soy Ikuztak Ougukab.- le contestó aun manteniendo su miraba en él.- recuérdalo maldito nerd.-
.-que nombre tan raro jajaja.- rio con inocencia.- mejor te diré Kacchan, es un bonito sobre nombre, además es más fácil de pronunciar.-
.- ¡¿Qué mierda?!- dijo molesto Ikustak mientras veía al pequeño peliverde volar alrededor de él, a pesar de estar "aparentemente" ante el sucesor de las tierras celestiales, él no le temía.-pues yo te diré Deku pequeño idiota.-
.- ¿Deku?-
.-así es, en el mundo terrenal así se les dice a las personas débiles e inútiles.- dijo mientras lo miraba con burla.- tú reflejas la imagen de esos seres inferiores, cuando crezcas te parecerás a ellos.-
.-mmm.- Izuku ladeó su cabeza ante lo dicho por el joven.- ¿pero yo no puedo crecer ka...-
.-DEJA DE LLAMARME ASI IDIOTA...-gritó sonrojado al ver la expresión del niño.- ¡deja de llamarme de esa forma!-
.-bueno, solo si tú no me llamas Deku.- respondió el peliverde.- ¿Trato?- extendió su pequeña mano hacia el joven.
.-aparte de inútil, imbécil.- le dijo.- ¿qué no sabes que nuestra piel es caliente?, si me tocas te quemarás estúpido.-
.-para mí no.- le dijo el pequeño sonriendo.- sé que los demás ángeles pueden aguantar un poco el contacto con los demonios antes de que le genere algunas quemaduras.- decía Ukuzi aun con su mano extendida.- pero yo sí puedo.-
.- ¿todavía sigues con la absurda idea de que eres el pilar?- preguntó el cenizo.- mira mocoso, han pasado años desde su selección, ese imbécil podía ser ya un adulto.-
.-pues no lo es.-
.-Tsk, ¿por qué estás tan seguro?-
.-porque soy yo.-
Una vena estaba a punto de reventar en su frente, veía al pequeño peliverde enfrente de él mientras le sonreía amablemente, insistiéndole que era el próximo pilar.
.-mira, sé que esto debe ser un juego para ti.- dijo mientras colocaba sus manos en sus ojos, trataba de no perder la paciencia ante el pequeño.- pero no estoy para tus....- sintió como alguien lo jaló con fuerza.- ¿¡PERO QUÉ MIERDA?!.- gritó al ver a Ukuzi enfrente de él.
.- ¡Guarda silencio por favor!- decía el pequeño ángel mientras volaba apurado, de la mano llevaba a Ikustak arrastrando para llevarlo a una zona segura.-¡Si no, nos va a descubrir!-
.- ¿¡Quién demonios nos descubrirá?! .- dijo al momento que sacaba sus oscuras alas y empezaba a volar alado de él.- ¡HABLA DE UNA VEZ MALDITO MOCO...!.- sintió otro tirón, ambos subieron a la copa de un árbol y se colocaron en una de las ramas de las flores de cerezo con más follaje.- ¡¿pero qu....- unas pequeñas manos temblorosa se colocaron en sus labios, aquello lo sorprendió.
.-por favor.- le suplicó Ukuzi.- solo... solo trata de no hablar.- le susurró.
Ikustak estaba recargado al tronco del árbol, Ukuzi estaba sentado en sus piernas, su pequeño cuerpo estaba en el pecho del joven.
.- ¡UKUZI!- escuchó a alguien gritar.- ¡¿UKUZI DÓNDE ESTAS?!-
El pequeño cuerpo enfrente de Ikustak empezó a temblar, sin saber por qué razón lo hizo solo cerró sus ojos y lo abrazó, sintió algo cálido dentro de él al tenerlo en sus brazos, levantó su mano a su cabellera y lo acarició.
.-todo estará bien.- le susurró.
Aquellas palabras le trajeron paz al peliverde, al igual que el cenizo, Ukuzi cerró sus ojos, dejó que sus respiraciones se sincronizaron y sus corazones latieron a la par...
.- ¡UKUZI!- volvieron gritar.
.-cálmate, solo respira....- susurró el cenizo.
.-¡UKUZI!.- la voz se volvió más intensa.- VAMOS UKUZI, SÉ QUE NO TE GUSTA EL SALÓN DE LA MEDITACIÓN, SÉ QUE ES DIFICIL... PERO POR FAVOR HERMANO, NO QUIERO QUE TE ESTEN SEÑALANDO DE NUEVO, NO QUIERO QUE TE VUELVAN A JUZGAR.- gritaba Oirim.- NO TE QUIERO VER SUFRIR.-
Ikustak miró al sujeto que estaba debajo de ellos, vio aquel ángel alto y fuerte, su apariencia era imponente.
Oirim solo dio un suspiro, miró por última vez los alrededores.
.-TE ESPERARÉ EN LA ENTRADA DE LA SALA DE MEDITACIÓN, SÉ QUE VENDRÁS UKUZI... TE ESPERARÉ HERMANO.- gritó esto a lo último antes de tomar su camino de regreso.
Después de que aquel rubio se alejara, ambos mantuvieron la misma posición un rato.
.- ¿hermanos?, pero no se parecen ni una mierda.- susurró el cenizo, aquellas palabras hicieron reír al peliverde.
.-es mi hermano Oirim, él era candidato para ser el próximo pilar... pero al final me escogieron a mí.-
.-debieron estar ciegos para escoger a un mocoso enclenque que solo llora por todo...-
Ukuzi se separó, no levantó su mirada.
.- ¿entonces ahora si me crees que soy el próximo pilar?-
.- ¿eh?-
.-mira.- susurró mientras levantaba su mano, ambos aun enlazados.- puedo tocarte y sin quemarme.-
Ikustak miró impresionado aquella acción, normalmente al tener contacto con otro ser que no fuera perteneciente a las tierras infernales gritaba al sentir el calor de su cuerpo.
Ante ese hecho tomó la pequeña mano con sus dos manos y la acarició lentamente, aquella blanca piel lo estaba hipnotizando, aquel tacto lo estaba nublando... levantó su mirada para ver la reacción del pequeño pero este mantenía su mirada agachada, así que con una mano tomó su mejilla y la levantó.
Su mente quedó en blanco, ¿que tenía este pequeño que al momento de cruzar miradas, sintió algo vibrar en su pecho?...
Acarició la mejilla colorada del peliverde, pasó sus dedos por aquellas pequitas que resaltaban ante su roce.
Ukuzi lo miraba con atención y un poco de vergüenza, sentía que en cualquier momento su corazón saldría de su pecho y estallaría, tal vez Ikustak no lo estuviera quemando superficialmente, pero por dentro, sentía como su interior se quemaba, como si una fuerte llama tocara cada fibra de su ser.
.-"es hermoso".- pensó al ver las facciones del cenizo, a pesar de haber crecido, Ikustak mantuvo aquella belleza que lo caracterizaba cuando aún era un pequeño.
Su cuerpo era grande, sus músculos definidos resaltaban de su piel, él creció... creció al haber experimentado un sinfín de sentimientos...
.-"si aún estuviéramos juntos... ¿hubiera crecido al igual que tú?".- pensó, sus pensamientos se cortaron al sentir que la mano que estaba en su mejilla se deslizaba por su cuello, ante aquel toque suspiró.
Ikustak lentamente bajó, vio que aquellas pecas continuaban por su cuello, quería seguir el rastro de aquel misterioso mapa, quería encontrar aquellas constelaciones perdidas que estaban siendo ocultas por aquella enorme capa...
Pero lo que encontró no le gustó para nada.
.-¿¡Pero que mierda.?!- dijo al momento de ver una gran cicatriz en su hombro derecho.- mierda...- susurró al ver más heridas en su piel.
.- ¡Ikustak!- gritó ligeramente sonrojado el peliverde, acomodó sus vestimentas y se tapó.- no hagas eso...-
.- ¿cómo?...¿ por qué tu piel...-
.-fue en mis entrenamientos.- respondió el peliverde mirando hacia otro lugar.- tengo que superar varias pruebas, debo enorgullecer y demostrarles a los del consejo mi valentía, enseñarles que puedo tomar el cargo para ser el próximo pilar.-
.- ¡pero aun eres un niño!- dijo molesto Ikustak.- sé supone que son ángeles, ellos no ponen en esa situación a los...-
.-¡ya te dije que no soy un niño!.- contestó Ukuzi molestó e infló sus mejillas.- ¡tengo 500 años, soy mayor que tú!... debo tener esta apariencia para poder soportar toda la carga que se me pondrá cuando tome mi lugar, no puedo crecer, no debo crecer...-
.- ¿¡qué?!.-
.-así son las cosas, ese es mi destino....-
Después de eso hubo un ligero silencio, el viento removía las flores de los árboles provocando que estos hicieran ruido al sacudir.
.- yo...- trató de hablar el cenizo, pero varias voces se escucharon en el lugar.
.-Son ellos...- susurró espantado el peliverde.-ven.- tomó de nuevo la mano del demonio y ambos empezaron a volar.
.- ¿ellos?- preguntó el cenizo extrañado.- ¿por qué tienes miedo? Se supone que tú eres el pilar, eres más fuerte que todos, puedes dominarlos.-
.-si no existen los límites ante un gran poder, el caos se puede desatar.- dijo Ukuzi mientras volaba.- aquello por lo que hemos luchado podría derrumbarse al instante...-
Llegaron a los límites, Ikustak veía extrañado al menor.
.-debes irte o ellos te eliminaran.- le dijo Ukuzi mientras tomaba su mano.- regresa por donde llegaste...- poco a poco soltaba su agarre.
.- ¿puedo verte de nuevo?- preguntó el cenizo al momento de apretar su mano nuevamente, no quería separarse de él... no sabía por qué.
.-en el séptimo día.- respondió, miraba nervioso los alrededores.- ahora vete Ikustak...- abrió una pequeña entrada con su mano para que la barrera no lo dañara.
Sin más extendió sus alas, se mostró ante él en su verdadera forma, rió de forma burlona al ver el sonrojo en la cara del peliverde, sabía que lo había impresionado.
.- ¿Te gusta lo que ves?- preguntó para poder burlarse de Ukuzi, pero grande fue su sorpresa ante la respuesta que le dio...
.-si...- dijo el pequeño con un sonrojo y un brillo en sus hermosos ojos verdes.- eres hermoso Ikustak...- susurró esto a lo último para no ser escuchado, pero aquellas palabras llegaron a los oídos del joven.
Sin más que decir salió de las tierras celestiales y cubriendo su rostro por la vergüenza descendió, miró por última vez el lugar por donde salió.
Detuvo su avance al ver que el peliverde estaba rodeado por 5 ángeles con ropas extrañas, a pasos lentos se adentraron en el bosque de los cerezos.
.-tsk... ¿por qué me preocupo por él?... es un maldito ángel.- susurró al momento de tomar su camino olvidando completamente su misión.
Al llegar a las tierras infernales ignoró a todos los demonios presentes, dejó hablando solo a Arumot, este lo regañaba por haberse perdido el entrenamiento.
Solo llegó a su hogar y se acostó en su cama...
.-Ukuzi...-susurró, la imagen de aquel pequeño pecoso peliverde se mantuvo en su mente.- ¿por qué me siento así? ¿Qué diablos fue lo que me hiciste?- una y otra vez se reprochó al haber olvidado su misión... la razón por la cual había visitado aquel reino.-... maldición.-gruñó.
Con el pasar de los días trató miles de veces de olvidarlo para enfocarse, entrenaba y mataba a los que se pusieran enfrente para distraer su mente...
Llevaba a las almas inocentes ante All for one y condenaba a otras al pecado para borrar aquel pecoso rostro...
Pero no lo logró...
Aquel extraño sentimiento se alojó fuertemente en su corazón.
Fue hasta el séptimo día que regreso para verlo, estaba molesto, lleno de ira al pensar que ese ángel le había hecho algo para que él se sintiera así, le reprocharía por haber jugado con él y después lo mataría con sus propias manos...
Es por eso por lo que había llegado nuevamente ahí... esa era su misión.
Pero todo su enojo se esfumó, aquella misión se olvidó y no se acompletó...
No esperaba encontrarse con aquella imagen que se mostraba ante él en aquel misterioso y hermoso lugar rodeado de cerezos.
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El destino a veces conspira para que dos almas se encuentren sin importar en los problemas que estén.
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