00.- Ukuzi Ayirodim (Origen)
.-sabes que este es tu destino... ¿Verdad?-
.-si, padre me lo dijo mucho antes de que me creara.-
.-bien, cuando cumplas 1000 años y tu entrenamiento haya terminado, serás enviado a la sala especial y tomarás el lugar del antiguo pilar, no podrás distraerte... el destino de la humanidad y las tierras celestiales están en tu manos.-
.-lo sé.-
.-puedes retirarte.- Con aquellas palabras el pequeño ángel peliverde de 5 años abandonó la sala, los presentes miraban expectantes al nuevo sucesor, aquel que seguiría la tradición y mantendría la paz y el equilibrio entre las tierras celestiales y el mundo terrenal.
.- desde mañana empezará su entrenamiento.- habló uno de los presentes en aquella gran sala.- necesitara fortalecer su mente y fuerza física, tiene que controlar aquel gran poder que se le otorgó tan pronto como sea posible, no sabemos cuánto tiempo más aguantará el actual pilar.-
.-Toshinori dice que puede resistir, que no presionáramos al chico, que lo dejemos disfrutar lo que le queda de libertad, 1000 años pasan en un abrir y cerrar de ojos...-
.-yo no pienso lo mismo, no sabemos que tramaran en las tierras demoniacas, la barrera de luz se está debilitando poco a poco, si llega a bajar la guardia por un instante...-
.-no te preocupes, no pasará nada... por eso nosotros estaremos ahí.-
Todos guardaron silencio ante las palabras dichas por el líder de los ángeles, esperaban que la paz que reinaba gracias al poder del actual pilar siguiera perdurando por miles de años más.
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En el cielo, existe una persona encargada de rezar por el bienestar de los demás, aquella que con sus plegarias y oraciones logrará mantener la paz y tranquilidad en las almas de los seres terrenales y la protección de las tierras prometidas.
Tiene prohibido distraerse ante cualquier situación, ya que si sus pensamientos se desvían ligeramente de su misión, puede afectar el ambiente que rodea en ambos lugares, provocando así desastres naturales y la terrible invasión de los seres demoniacos a los territorios de Dios.
El pilar tiene prohibido salir...
El pilar tiene prohibido desviar sus pensamientos...
El pilar tiene prohibido hablar con los demás ángeles y seres que pasan por ahí...
El pilar tiene prohibido amar...
Para mantener la concentración, el pilar es confinado al lugar más sagrado y lejos de los pensamientos impuros de los demás, estará cerca del padre para realizar aquella importante misión.
No cualquiera puede tomar aquel cargo tan importante, solo aquellos nacidos del anterior pilar y que tengan una luz en su mirar pueden ser seleccionados para tomar aquel importante cargo.
Del cuerpo del anterior pilar es tomado una costilla, con aquel pedazo Dios crea a tres posibles candidatos, entre ellos se encontraba un pequeño rubio, un pequeño peliceleste y un peliverde.
El primero nació con una complexión fuerte, su mirada demostraba un brillo especial.
El segundo nació con cierta seguridad en sus ojos, pero ocultaba una extraña ambición.
El tercero nació con un cuerpo débil, pero al mirar sus ojos se podían ver toda la esperanza y nobleza que embargaba en su ser.
Los tres pequeños ángeles convivieron juntos antes de que sus puestos se definieran, después de aquella decisión, los dos restantes se encargarían de servir al pilar...
A pesar de las críticas y oposiciones, la elección de Dios fue tomada.
El pequeño Ukuzi Ayirodim sería el próximo pilar de las tierras celestiales, esto ocasionó alegría y disgusto a sus dos hermanos...
El pequeño peliceleste se llenó de celos y odio al no ser elegido, desapareció del reino celestial y nunca más se le volvió a encontrar, los dos hermanos lloraron por su perdida.
A la edad de 6 años Ukuzi entrenó, fue llevado a las guerras para mantener a raya a los demonios que eran mandados a destruir las defensas del pilar, fue confinado a lugares oscuros y pequeños para entrenar su mente y encontrar la estabilidad espiritual.
Al acabar con su entrenamiento se alejaba del bullicio de los demás ángeles, iba al bosque de cerezos sagrados para relajarse... aquel lugar era su zona especial.
En los caminos de la tierra celestial, todos los ángeles saludaban con respeto mientras hacían una reverencia al pequeño peliverde quien caminaba por ahí junto a su hermano mayor, Ukuzi siempre respondía con la más hermosa sonrisa que jamás hayan visto, aun si este se encontraba cansado debido a los cansados entrenamientos.
Fue a la edad de 355 años donde conoció al nuevo grupo de ángeles creados por Dios, entre ellos un pequeño cenizo de 5 años con quien se encariñó.
El pequeño se había escapado de sus tutores, lo encontró arriba de un árbol de cerezo jugando despreocupadamente por el lugar, cuando sus miradas se conectaron un pequeño lazo se había creado.
Desde ese día aquellos ojos rojizos nunca se alejaron de él, se sentía seguro ante su mirada, una ligera paz inundaba en su ser.
"Quiero que estés conmigo Ukuzi, quiero que estés junto a mí"
"yo haré lo que sea para librarte de esa carga, te sacaré de eso y estaremos juntos"
Esas palabras y mucho más le decía el pequeño ángel cada vez que se encontraban en aquel hermoso bosque, su corazón se derretía de amor y alegría cada vez que él aparecía.
.-Ukuzi recuerda tu posición, aquella relación no se puede dar...- decía su hermano al ver la interacción que tenía el peliverde con el cenizo.- ¿qué harás cuando sea el momento? ¿Qué harás cuando debas tomar el cargo del pilar?,.- tocó una de su mejilla.- no me gustaría verte sufrir por eso... no me gustaría que los mayores te señalaran por tus acciones.-
.-lo sé Oirim, trataré de hablar de nuevo con él... creo que nuestros encuentros deberían acabar...- respondió con tristeza el peliverde.
Lamentablemente para él aquella amistad sería imposible, no podía dejar florecer aquellos sentimientos que empezaban a nacer en su corazón... sobre todo porque cuando cumpliera 1000 años él sería alejado de todos y confinado a la soledad para mantener el bienestar de los demás, para mantener el bienestar del pequeño ángel Ikustak.
Con decisión hablaría con él al siguiente día, pero lamentablemente fue en ese mismo día donde una tragedia se presentó, el pilar se debilitó y aquella barrera de luz que los protegía de los demonios cayó.
Los demonios entraron sin ser descubiertos y engañaron con promesas falsas a los más pequeños, aquellos que no aguantaron la tentación fueron llevados lejos.
Las trompetas sonaron advirtiendo la presencia de los demonios en las tierras... pero fue muy tarde para reaccionar...
Ukuzi alzó su lanza, tiñó el cielo de color verde y ordenó a las estrellas prestarle su poder, miles de flechas cayeron de las nubes, cada una atravesaba a los demonios que quedaban rezagados.
Al terminar aquella terrible batalla se hizo la cuenta de los daños...
Muchos ángeles cayeron, aquellos pequeños que aún no tenían experiencia de la vida y no sabían sobre los peligros de los demonios fueron las principales víctimas de esta terrible tragedia... entre ellos el pequeño cenizo con quien había creado un pequeño sentimiento.
Desesperado lo buscó sin éxito, él desapareció... no lo volvió a encontrar.
Un año completo lloró por su perdida, algo que fue mal visto por los mayores ya que al ser el próximo sucesor no debería de tener sentimiento por nadie que no fuera el bienestar de las tierras celestiales y terrenales.
.-Eso es una gran lección para ti Ukuzi.- le dijo uno de los mayores cuando fue citado a la gran sala.- ¿ahora sabes lo que puedes provocar cuando tus pensamientos se dirigen hacia alguien más? Harás que la barrera de luz caiga, pondrás a todos en peligro al dejar entrar a los demonios a las tierras de Dios... todo por tu egoísmo.-
Aquello entró como cuchillos en su frágil corazón, no permitiría que los demás ángeles sufrieran una experiencia como esta otra vez, con sus ojos llorosos levantó la mirada, juró dar hasta el último respiro de su existencia para mantener el bienestar de los demás.
Defendería hasta el final los límites de la tierra celestial hasta el día en que tenga que tomar su lugar como pilar.
Con aquel juramento salió de la sala acompañado de su hermano, ambos se dirigieron al bosque de los cerezos para rezar.
En aquel bosque rezó por aquellos ángeles perdidos...
Pero especialmente por el pequeño Ikustak.
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Quién diría que después de 145 años ellos se volverían a encontrar a pesar de las circunstancias...
Quién diría que después de 145 años...
Ese lazo que se creó aun seguiría presente en sus corazones.
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