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PRIMERAS IMPRESIONES

AU - Shingeki no School Caste

Los murmullos llenaban los pasillos que se aglomeraban con los estudiantes buscando sus nuevas aulas. El comienzo de las clases lindaba con la primavera, aquella estación que expectaba el inicio de un nuevo ciclo, ya fuera escolar o personal.

La segunda opción recaía en Odelia Baumeister, quien se acercaba con paso firme y seguro hasta su compañero y mejor amigo que se encargaría de ayudarla como docente temporal en Titan High School para realizar sus prácticas de la universidad. Principalmente, Odelia agradecía a su amigo haberla ayudado a ingresar dentro del plantel como segunda maestra de Historia Universal, puesto que el anterior ya ejercía su docencia de esta misma materia dentro de la institución.

Los jóvenes a su alrededor le recordaban a sus días de preparatoria y universidad, había conocido a tantas personas, pero solo de aquellas solamente dos permanecieron dentro de su corazón, sus mejores amigos: Charlotte Lucas y Erwin Smith; ambos eran tan diferentes pero lograron congeniar con ella durante sus años de estudio, animándose mutuamente hasta que ellos dos se graduaron primero. Aquel año fue de soledad para ella hasta que terminó acostumbrándose a concentrarse más en sus estudios, con el fin de volverlos a ver pronto.

Y así fue, después de meses de buscar opciones, Erwin contactó con ella para apoyarla y seguir juntos, algo que ella aceptó gustosa.

Sin duda, no se arrepentía de haber elegido la carrera que estudió para ayudarle a los jóvenes que necesitaban una mano amiga en una de las etapas más circunstanciales para un humano que apenas descubre lo que quiere ser, dedicarse, y el camino que le tomará alcanzar su meta.

Su blusa beige permanecía impoluta y reluciente, era la que su madre le regaló antes de mudarse a la ciudad para así tener un recuerdo de ella; sus hermanas le dieron varias carpetas decoradas a su gusto para poder usarlas en cualquier momento; y su padre, le entregó un libro de su colección de libros antiguos, el favorito de Odelia: "Orgullo y Prejuicio", por Jane Austen. Aquel libro fue lo que la inspiró a aprender más sobre la historia y en el especial, el desarrollo de las mujeres durante aquellas épocas. Sin embargo, desde niña había sentido una especial conexión con el mundo antiguo y cada época en que el humano superó las adversidades y cómo seguía influyendo en días contemporáneos.

Su mañana no iba para nada mal, todos la pasaban desapercibida, algo que la hacía mantener sus nervios controlados. Entre diferentes rostros divisó a su mejor amigo dándole la espalda mientras hablaba con más personas que lucían también ser maestros.

🎶🎶🎶🎶

Tan pronto como su amigo sintió su presencia detrás de él, la atrajo a sí mismo lo más fuerte que pudo, abrazo que fue correspondido por la castaña que era ligeramente levantada del suelo debido a la diferencia de estatura.

—Mi querida Oda —saludó con los ojos iluminados el rubio—, me alegro tanto de verte de nuevo.

Su sonrisa acompañada de sus ojos iluminados hicieron que algunas lágrimas se escaparan de Odelia, preocupando a su amigo y a los demás que estaban presentes.

—Disculpa por ser tan emocional —bromeó la castaña, mientras que con las yemas de sus dedos limpiaba los bordes de sus ojos—, pero se siente como si hubiera pasado tanto tiempo desde que te vuelvo a ver ahora. Sentí como si todos este tiempo fueran años sin estar a tu lado.

Conmovido, el rubio volvió a abrazar a su amiga sin recordar a los que alrededor los observaban contagiados por los ánimos del dúo.

—Oh —expresó nervioso Erwin cuando notó a los chicos que los observaban—. Odelia, ellos son Hange Zoë pero le decimos Hans, se encarga de la enfermería; Nanaba Zacharius, psicóloga; Mike Zacharius, profesor de deportes. Y, finalmente, el profesor más genial y guapo de la escuela, yo. —Inclinó su cuerpo hacia adelante en forma de presentación, causando risa entre los presentes.

—Mucho gusto, chicos —saludó la castaña recibiendo una respuesta igual cuando los chicos respondieron al unísono—. Lo siento, pero debo llevarme a Erwin un rato.

—Apenas llega y ya se lo llevan —soltó una gran carcajada Hans—. Claro, novata, nosotros esperamos hasta que terminen de ponerse al día.

Guiñó un ojo a ambos chicos y ellos tomaron la decisión de alejarse un poco para hablar mientras el rubio le mostraba la escuela a la castaña y se ponían al día de todo lo que ocurrió en sus vidas. 

Mientras caminaban lo más rápido posible fuera de la escuela y paseaban por el patio cerca de las ventanas para observar a los alumnos. Odelia se detuvo a contemplar el cielo. Para ella, cada día que pasaba, era un nuevo cielo y una nueva posibilidad de vivir y disfrutar algo inesperado.

—Y dime, mi querida Oda. Dentro de tus pensamientos profundos, ¿hay alguna novedad que tengas para mí? Cuéntame, ¿Marie ya tiene novio, o puedo interferir? 

Una sonrisa acompañada de una carcajada adornaron el rostro de la castaña.

—Ojalá decidieras viajar conmigo una vez que sean vacaciones y te presente a toda mi familia, a ver si dices lo mismo después de conocerlos.

La familia de Odelia vivía al otro lado del país, por lo que era difícil para ella poder viajar seguido para verlos.

—No me importaría ser parte de tu familia con que estés a mi lado.

Un golpe en el costado aquejó a Erwin y sacó otra carcajada a la castaña, por lo que continuaron hablando de sus sentimientos y emociones del primer día de clases.

»Quizás no lo parezca, pero el primer día aún sigue poniéndome nervioso. Y mucho más ahora que soy el maestro a cargo.

—Creo que me siento lista para poder superar este primer día. Obviamente también estoy nerviosa, pero no puedo decir que algo saldrá mal hoy. Todo por lo que me he esforzado culmina en este día cumpliendo todos mis sueños... Bueno, casi todos los que he querido completar —el tono animado de Odelia cambió a uno de monotonía y nostalgia, y aquello fue notorio para su mejor amigo. 

—¿Sigues con esa sensación? Desde que nos conocemos, siempre me has hablado de sentir un deseo de buscar algo, ¿verdad? 

—Así es. —Asintió Odelia—. Tengo la sensación de un vacío que no puedo llenar con nada, aún si logro lo que me propongo. Es como si... faltara un pieza clave en mi vida, ¿entiendes? —un sonido gutural salió de ella acompañado de una leve risa—. Pero bueno, creo que si me preguntaran si estoy satisfecha con todo lo que he hecho, diría que...

Frente a ella se alzó un reflejo del agua atravesando los rayos del sol, observando las pequeñas gotas de agua tomar tonalidades coloridas frente a ella. Sin embargo, no pudo reaccionar a aquella vista y la sensación del agua golpear su lado izquierdo del cuerpo cuando alguien había lanzado un cubo de agua a ella. 

Haya sido intencional o no eso, era claro que había arruinado su atuendo por completo que estuvo ahorrando por varias semanas y la blusa que le dió su mamá. El rabillo de su mirada se dirigió hacia aquel que la empapó. 

En aquel momento de enojo e impotencia, ¿cómo podía ella misma lograr disipar todos esos sentimientos con aquellos ojos grises brillantes que la miraban igual de exaltado? Cabía la posibilidad de sentimientos que surgieron en ambos corazones por verse como si hubiera sido la primera vez que se encontraban después de tanto tiempo. 

Una sonrisa reflejó sus sentimientos en ese momento único. Estaba segura de que el agua que probablemente ingirió no era la causa de llenar el vacío que sintió toda su vida, sino el inicio de un nuevo capítulo en su vida con una persona imprescindible escribiendo su futuro junto a ella. Quizá era por el sudor que corría por sus mejillas bronceadas, el brillo de su mirada, o la sonrisa que aquel desconocido compartió junto a ella al contemplarse por primera vez mientras la melodía de los árboles en la primavera los rodeaba para unirlos y no dejarlos separarse nunca más, a la vez que los sueños y anhelos de Odelia finalmente eran culminados con aquel desconocido y la emoción de finalmente pertenecer a un lugar llenaban al azabache con aquella chica de ojos hermosos.

—Oye, enano, ¿cómo te llamas?

¿Cuántas letras y palabras se necesitan para nombrar la razón del amor florecer dentro de uno? Para Odelia Baumeister se requerían de dos palabras y doce letras: Levi Ackerman.


🌸

Holaaa. Finalmente ahora sí termino con esta historia. Sé que lo vengo diciendo desde hace mucho jajaja, pero había planeado este au desde hace mucho tiempo pero no sabía cómo plasmarlo, sin embargo, lo medité mucho y creo que esta es la forma de mostrar un poco más de los sentimientos tanto de Oda como de Levi cuando se conocen completamente. La verdad me gustó bastante y me emociona a veces pensar en un AU. Pero, por otro lado, pienso en el hecho de terminar esta historia definitivamente. 

A decir verdad, me encariñé mucho con esta protagonista que me es difícil despedirme, creo que es lo más cercano que he podido tratar de retratar el cariño que le tengo a Levi que la única forma de poder expresarlo ha sido a través de cada capítulo que escribí con muchísimo amor que espero fervientemente que se haya demostrado adecuadamente.

Agradezco muchísimo a las personas que llegaron desde que inició esta travesía, a los que se unieron durante el curso de esta y a quienes aún se unan aunque esto ya haya finalizado, me alegra que aunque ya esté terminado, muchas personas se interesen en esta historia; sé que no es la mejor, pero le tengo mucho cariño y gratitud por ayudarme a salir de mi zona de confort y arriesgarme a publicar más cosas y también concluirlas, pero esto también fue gracias a las personas que apoyaron esta obra, y lo siguen haciendo.

 Lo más probable es que debido al trabajo y la escuela se me dificulte tanto escribir otras ideas como poder interactuar con ustedes, pero créanme que cuando leo sus comentarios me ayudan mucho a no darme por vencida en algo que amo mucho. Muchas gracias por apoyarme en esto, espero que esto no sea una despedida sino un nuevo saludo y que volvamos a interactuar.

Muchas gracias por todo y no olviden de cuidarse  ✨💗.






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