OVA VI - ANTES DE LA CAÍDA (34.5)
"23 de Febrero, 850. A la Familia Baumeister:
Queridos padres, espero que se encuentren bien de salud, el motivo de mi carta es darles información de primera mano acerca de los rumores que pronto llegarán a Nedlay. Sí, hay un chico titán, su nombre es Eren Jeager y está junto a nosotros en Mitras, a pesar de lo que opine mi división militar, me inclino a que la Legión de Reconocimiento le sacaría más provecho a ese titán o chico, como se le pueda llamar, en lo personal creo que es más un fenómeno que nos puede terminar salvando de estas murallas. Simplemente espero que sea así y que Oda esté para ayudarlo.
En cuanto a mí, estoy bien. Mis nuevos compañeros son de lo mejor y hay dos chicas con las que me llevo muy bien, sus nombres son Hitch y Annie, aunque la segunda es más aburrida, incluso mucho más que Jo, pero estoy en la meta de hacerla salir conmigo y pasear en la ciudad rechazando a los chicos que nos vean, es muy linda y su carácter serio seguro que enamorará a cualquiera. Espero verlos pronto.
ORLANTHA BAUMEISTER ".
Guardó el sobre junto a las demás cartas que atesoraba de sus hijas. Aún le dolía la desaparición de la menor de todas, pero en su corazón albergaba la esperanza.
Observó con detenimiento fuera de la ventana, habían pasado muchas cosas en este año y sentía que pronto ocurriría algo más, su instinto nunca falló, como era con su amigo, Kyklo.
Le dolió ver a la mujer con la que llevaba varios años casado sufrir por su hija, pero le dolió aún más al observar cómo en poco tiempo ella olvidaba aquel rastro de su hija debido a la orden de los recuerdos de los habitantes comunes, esa era la desdicha de Cardin Baumeister, aquello que cargaría hasta que muriera.
Sabía lo que ocurría con los habitantes de las murallas, pero nunca fue capaz de explicar lo que sucedía con su lazo de sangre junto a otros clanes y familias que servían al rey, su padre nunca le habló de eso y tuvo que descubrirlo por sí solo al estar lejos de Kyklo y los demás. Su búsqueda había sido cansada, pero con éxito pudo hallar la respuesta de lo que sucedía, lo cual le término cobrando caro al saber sobre la antigüedad de la historia y cómo tendría que callarlo para no tener problemas con su familia. Pero algo le cuadraba mal...
No sabía cuánto tiempo le quedaría hasta que buscaran a su familia, sentía impotencia al no poder hacer nada por su familia o sería peor la situación. Debía guardarlo por el bien de su familia pero el precio era demasiado alto: su paz y la de sus descendientes. Solo hasta que pudiera salir a relucir la verdad sobre los titanes y la revolución que ocurrió años atrás él podría descansar, pero sabía que terminaría cediendo ese peso a alguien más hasta que la guerra pudiera terminar.
Había tenido varios descendientes, buscando en uno de ellos el recipiente de sus recuerdos, pero al no tener a un varón en su familia, sus recuerdos no quedarían en ella a la perfección. Se odiaba al recordar que detestó a su primogénita la primera vez que la vio, e hizo lo mismo con las siguientes dos hasta que llegó Orlantha Baumeister: con solo verla a los ojos sabía que podría dejar sus recuerdos en ella, olvidando sus rencores hacia sus demás hijas y finalizando su descendencia con su última hija, Wanda.
Aún recordaba la primera vez que Odelia se acercó a ella para abrazarlo y decir su primera palabra a sus cortos años: "Papá" fue lo que escuchó junto con una inocente sonrisa. Solo necesitó eso para olvidar sus resentimientos hacia sus hijas y amarlas a cada una por lo que eran, pero teniendo una especial cariño de agradecimiento por parte de su segunda hija, pero un alejamiento natural de Orlantha hacia él, ella entendía inconscientemente a su corta edad sus recuerdos, confundiéndolo al encontrar una diferente reacción a lo que sabía sobre su familia. Probablemente ella sabía el destino que le esperaba. Solo deseaba que el tiempo que estuviera en la Policía Militar fuera suficiente para sacar a la luz el secreto que había guardado por años ahora que Orlantha se había ido de la casa.
Llamaron a la puerta de su hogar, su esposa se encontraba durmiendo y no había nadie más que él en casa. Decidió ir a abrir la puerta encontrándose con un soldado de la Legión de Reconocimiento, quien hizo el saludo y comenzó a hablar:
—Soy Samuel Jackson, proveniente del escuadrón apoyo de la capitana Odelia Baumeister. Informando, lamentablemente, el descenso de su hija Orlantha Baumeister, quien dio su vida trabajando en favor de la humanidad. Lamento mucho su pérdida.
El hombre mayor miró atónito al soldado que estaba frente a él, incluso era mucho menor que su hija. Detrás de Samuel estaba una carreta, posiblemente era donde estarían los demás soldados, hubiera deseado que Odelia bajara de ahí para abrazarlo. El chico le entregó el escudo de su hija mientras le explicaba la situación para poder llegar al funeral de su hija.
—¿Mi hija Odelia vino aquí? —preguntó el hombre, tratando de contener las lágrimas, el trigueño negó.
—La capitana Baumeister está en una misión ahora, es posible que ella pronto regrese a casa. Lo prometo.
—Muchas gracias por su apoyo, joven Jackson. ¿Gusta pasar a descansar?
El chico negó—. Debo regresar lo más pronto, señor. Pero agradezco su hospitalidad. Buenas noches.
El hombre agradeció con una sonrisa y cerró la puerta, comenzando a llorar en silencio al estar solo. Limpió su rastro de lágrimas y caminó hacia donde estaba la señora Baumeister, quien descansaba tranquilamente, el hombre se acercó para despertarla con un beso en su frente.
—¿Señor Baumeister? ¿Qué es lo que ocurre? Necesito mi sueño reparador y ahora mismo estaba en mi tercer sueño —se levantó algo molesta la señora.
—Mi querida señora Baumeister... —susurró el hombre mientras le mostraba el escudo de su hija, ella tomó el pedazo de tela confundida.
—¿Qué es esto? —preguntó confundida la señora Baumeister—. ¿Acaso es una broma? ¿Me levantó de mi descanso solo para darme una broma de mal gusto?
—Para nada, mi señora. Conozco muy bien tu temperamento y lo respeto como algo que me puede hacer daño —bromeó el mayor causando una mueca en el rostro de su esposa—. Pero mi motivo es realmente importante —suspiró antes de poder continuar con la explicación—. Este escudo era de nuestra pequeña, Orlantha.
La mujer miró por un rato al escudo que sostenía entre sus manos, mirando después a su afligido esposo.
—Sigo sin entenderlo. ¿Qué significa esto? Y primero que nada, ¿quién es esa tal Orlantha?
El hombre jadeo sorprendido, dirigió su mirada al suelo y tensó su quijada tratando de contenerse, había olvidado a otra de sus hijas.
—Nada, querida. Regresa a descansar —dio unas pasadas sobre el hombro de la mujer y tomó el escudo de la Policía Militar, encerrándose en su biblioteca.
—Ese hombre es demasiado extraño —dijo la señora Baumeister volviendo a tomar su posición para dormir.
El hombre volvió a llorar en silencio, aún no entendía por qué no podía pedir ayuda a la mujer con la que compartió años de su vida, pero entonces volvió a recordarlo: las personas de sangre común podían perder sus recuerdos fácilmente, él tenía que cargar con ser un Baumeister, al igual que sus amadas hijas tenían esa desdicha.
Guardó el escudo junto a los escritos de sus hijas, aquellos tesoros que nadie entendería hasta que fuera el momento. Probablemente su hija había deseado que así ocurriera: que su madre la olvidara para que no sufriera con su pérdida, ¿pero qué había de él?
Había perdido sus esperanzas con la muerte de su hija, ahora sólo esperaba en que su única hija que vivía en el regimiento de la libertad pudiera romper con el silencio de su familia.
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—¿Querido? ¿Adónde te diriges? —preguntó la señora Baumeister observando confundida a su esposo colocándose su sombrero y dirigiéndose a la puerta.
—Debo ir a Sina a hacer una diligencia urgente.
—¿No la puede hacer alguien más? Hoy llega Marie con los niños.
—No, no puede hacerlo otra persona. Regresaré en dos días —prometió el hombre saliendo de la casa y dirigiendo su carruaje hacia donde sería el funeral de su hija.
Nuevamente estaba solo en esto, y lo estaría así hasta que algo pudiera ocurrir, ya no importaba lo que pasara, solo deseaba que sus hijas y esposa estuvieran bien.
Llegó al anochecer de aquel día, pidiendo una posada a la primera casa que vio con la luz encendida, explicando lo ocurrido. La pareja de jóvenes aceptó con gusto permitiéndole entrar a su morada.
Aquellos señores le permitieron quedarse hasta el último día de su estadía al distrito donde la enterraron, siendo así que visitó nuevamente la tumba de su hija antes de irse.
—¿Padre? —escuchó la voz de Jo detrás de él, se giró para verla, ella también venía a ver a su hermana— ¿Dónde está Madre?
—Tu madre no pudo soportar tener que venir, tuve que hacerlo por ambos —respondió el hombre de canas—. ¿Has visto a tu hermana por alguna parte?
Ella apretó su mano sobre la tela de su falda, presionó sus labios y mintió:
—Ella vino antes, pero ahora está tan ocupada que tuvo que irse rápido.
Su padre asintió, no iba a reprocharle aquella mentira cuando él hacía lo mismo.
—Salúdala de mi parte, dile que la esperamos en casa, hoy vendrá Marie con sus hijos.
Dejó el ramo de flores de las plantas favoritas de su hija y se acercó a su tercera hija, envolviéndola en un abrazo que reconfortó a los dos, ambos comenzaron a llorar.
Si Kyklo lo viera ahora mismo, le ayudaría a continuar adelante y luchar. Pero era difícil poder continuar solo y en una vida llena de farsas.
Se despidió de su hija y continuó su camino de regreso a casa, volviendo a casa con el peso de la muerte de su hija y la esperanza de poder ser libre pronto.
🌸
El de la derecha es el padre de las hijas Baumeister: Cardin Baumeister y el de la izquierda es su amigo Kyklo.
Espero que les haya gustado este capítulo, con esto, espero comenzar a dar forma a la historia de la familia Baumeister, donde podrán saber más acerca de esta familia. Advierto que esta parte no es canónica del manga Before the fall, solo es para darle trama a la historia de Odelia y cómo se enlazará con el pasado, esto lo hice en base de que no pude leer los últimos tomos del spin-off de Before de Fall, por lo que decidí crear "algo" que vaya a impactar en la familia Baumeister, y mucho más en Odelia. No diré cuánto falta para eso, pero espero pronto mostrarlo. De hecho, no estaba segura en subir esta parte porque significa el giro de la historia, desviándose un poco de lo original, pero les prometo que no perderá su esencia, espero que les guste.
P.D.: Se me olvidó subir esto primero del maratón que hice xd espero que les guste esta parte y me gustaría saber lo que piensan de esta parte.
Sin más qué decir. Nos vemos pronto. ♡
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