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Capítulo 95


Les recomiendo leer el capítulo con la canción de fondo 💗.
🌸


≪❈DER GEGENWART XIX. WIR SEHEN UNS FÜR IMMER❈≫

—Erwin...

—Odelia... ya te tengo.

Las lágrimas brotaban de ella sin detenerse, aún no salía de la sorpresa de volver a ver a una de las personas que más amaba, y que también había perdido.

—¿Esto es real? ¿Eres tú? —Unió sus manos aún sin poder creerlo. Aquellas lágrimas que tristeza alguna vez fueron de tristeza, ahora se volvían de completa felicidad.

—Por supuesto que soy yo —contestó mientras la abrazaba contra su pecho, el cual latía calmadamente, justo como la última vez que se abrazaron en aquella tarde soleada—. Estoy aquí.

—¡¿Por qué tardas te tanto?! —Golpeó su pecho en forma de reclamo, pero no podía dar más. Se aferró como pudo a su camisa, indispuesta a despegar su rostro de su pecho.

—Pero ya estoy aquí. —La rodeó nuevamente con cariño. Tras algunos segundos de permanecer en silencio, acunó el pequeño rostro de la castaña entre sus manos—. Finalmente estás aquí. —Limpió con indulgencia sus lágrimas, mientras le sonreía nostálgicamente—. Y ahora, finalmente nos despedimos de verdad.

—¿Qué? —Los ojos de Odelia se abrieron de par en par, sin poder creer lo que escuchó.

—¡¿P-por qué dices eso?! Estoy aquí porque finalmente es mi momento, ¿no es así? He hecho cosas terribles: no me detuve en apoyar un genocidio mundial, mentí a mis compañeros y muchos de ellos murieron por mi culpa. No merezco seguir viviendo por eso. Sin embargo, no me retractó por ello. Entiendo perfectamente lo que hice y me siento mal por ello, pero entiendo aún porqué lo hice y asumo las consecuencias por ello. Liberar a mis seres queridos para no morir, ser partícipe de una historia que no me pertenece, tener que liberar a mis antepasados de su sentencia... Todo ha sido muy cansado. —Bajó la mirada, recordando con dolor todo lo que había vivido en silencio de los demás.

—Pero quieres vivir, ¿no es así? —Tomó del mentón a Odelia, obligándola a ver sus ojos azules—. Cierra los ojos —pidió casi en un susurro el rubio.

Dubitativa, Odelia hizo caso a lo que su amigo le pidió. Inesperadamente, sintió el agua del mar recorrer sus pies, causando un escalofrío sobre su cuerpo debido al frío.

Sin esperar una respuesta, decidió abrir sus ojos, solamente para observar junto a Erwin aquel lago gigante que tanto había esperado conocer durante toda su vida.

»Siempre tuviste razón, es realmente hermoso. —Observó con atención el azul que se expandía en el horizonte hasta parecer unirse con el cielo. Esbozó una sonrisa mientras observaba de nuevo a su amiga—. Sin embargo, creo que tu mirada se asemeja más con el mar. Ambos son igual de vivos y puros. Continúan andando incluso si hubiera viento que los contradiga. Odelia, te agradezco que me hayas dado una nueva razón de soñar años atrás, y me alegro de ahora poder cumplirlo contigo. —Jamás soltó su mano, incluso ambos se unieron más en su agarre, conmovidos por el espectáculo que tenían frente a ellos.

A Odelia le sorprendió cuando Erwin soltó su mano únicamente para arrojar agua hacia su rostro, comenzando ambos una pelea de agua.
Sus risas se mezclaban con la marea del océano, disfrutando como nunca lo hicieron un tiempo juntos, olvidando sus preocupaciones.

Ambos extrañaban sus sonrisas sinceras y el sonido de sus risas. Hacía tanto tiempo que ella lo había olvidado, que era como escuchar una melodía si prestaba atención a la voz alegre de Erwin. ¿Cuántas veces había podido verlo plenamente reír sin preocupaciones? No lo recordaba porque probablemente nunca ocurrió eso. Siempre vivieron bajo su trabajo y sus sueños.

»Vamos, Odelia, aún tenemos cosas por ver. —Tomó con ambas manos las de la castaña, observándose directamente. La mirada tranquila y feliz que denotaba, provocó en Odelia un sentimiento de confianza y calma. La castaña presionó su agarre en él aceptando.

—Sí, vamos.



El frío del Distrito Nedlay no era impedimento para las hijas Baumeister jugar y revolotear en su pequeño patio que recién comenzaba a llenarse de las flores que el cabeza de familia y sus dos hijas sembraban.

—Las flores son la veracidad de un mundo extraordinario fuera de las murallas. Sueñen en grande, hijas mías, y que el esfuerzo que den durante si vida las lleve hasta el inicio de vivir su sueño por sí mismas —pidió con dulzura su padre, mientras bajo una sonrisa falsa pero llena de amor, les brindaba las alas a sus hijas para dejar volar su imaginación—. Es verdad que para la mujer es difícil lograr lo que se propone, pero no duden en jamás podrá lograrlo.

—¿Por qué nos dices esto, papá? —preguntó curiosa una pequeña rubia Marie, mientras dejaba de cazar lombrices junto a su otra hermana.

—Marie, Oda —las llamó pidiendo su total atención—, cuando crezcan algún día lo comprenderán. Sé que se volverán unas chicas fuertes y hermosas. Podrán cumplir con los caprichos de su madre, pero no olviden de cumplir los suyos.

—Si quiero un castillo fuera de las murallas, ¿podré tenerlo? —preguntó emocionada la pequeña Odelia mientras mostraba su sonrisa incompleta a su padre, provocando una gran carcajada en él.

—Por supuesto. —Despeinó el cabello de su hija divertido por su pregunta—. Sé que lograran algo grande, incluso si yo no estoy ahí para verlo. Sin embargo, mi logró más grande son ustedes.

—Entonces... ¡desde ahora pienso unirme a la Legión de Reconocimiento para traerte las flores más bonitas y plantarlas aquí! —Se levantó decidida del barro la castaña.

—Me parece un perfecto plan. —El señor Baumeister continuó acariciando con dulzura la melena café de su hija, mientras la mayor de las hijas también realizaba su promesa futura.

—Aunque... ninguna flor se podrá comparar a las seis más hermosas flores de esta casa. ¿Les parece si vamos a ver a sus hermanas dentro de casa? Deben estar esperando por nosotros.

Los ojos de Odelia derramaron algunas lágrimas al observar desde lejos junto a Erwin los recuerdos perdidos de su infancia.

—Me pasé tanto tiempo esforzándome en cumplir a mi padre algo que nisiquiera me impuso, que terminé olvidando todo esto. —Limpió conmovida cada lágrima que salía de ella. Erwin la abrazó de lado tratando de consolarla.

—Siempre fuiste una hija amada por tus padres —le recordó el rubio, mientras acariciaba de la misma forma que aquel padre a su hija pequeña—. Odelia Baumeister, siempre fuiste amada.

—No lo merezco. —Cubrió con sus manos su rostro—. He arrebatado las vidas de tantos padres junto a sus hijas... Permití esto por un mero capricho.

—No es verdad —contestó Erwin tomándola de los hombros—. Hiciste el trabajo de liberar a las personas de las murallas y de los titanes. Cumpliste con tu trabajo como soldado de las alas de la libertad. Todos nosotros estuvimos observándote, Odelia...

«¿Qué...?»

Aquel patio que extrañaba ya no estaba frente a ellos. Todos aquellos a quienes había perdido a lo largo del tiempo, se hallaban con una sonrisa frente a ella.

—¡Eren! —Entre aquellas personas se encontraba su pequeño soñador de ojos esmeralda, observándola con melancolía y paz en su mirada. Los ojos de la cablandaron ablandaron una vez más, mientras se acercaba en pasos temblor osos hasta él para abrazarlo—. ¡Perdóname! ¡No pude salvarte! No pudimos encontrar otra forma de resolver las cosas. Lamento tanto no haber podido protegerte, no estar a tu lado. No fui para nada de tu ayuda.

—Odelia-san... —Correspondió con cariño aquel abrazo el castaño—, hizo mucho por mí al sacrificar su felicidad en aquel lugar que nosotros conocemos. Fue capaz de renunciar a todo lo que amaba con tal de hacerme feliz... Y así fue. Gracias a usted, tuve la oportunidad de tener una vida corta pero feliz junto a la persona que más amo en este cruel pero hermoso mundo. Y, a pesar de que no me arrepiento de esta decisión, ambos sabemos que fue doloroso el proceso, pero ahora, la gente que amo vivirá fuera de la guerra. Ambos sabemos el precio de su libertad.

—La libertad del mundo, y la nuestra... —respondió firme Odelia, mirando fijamente al moreno. Con una sonrisa, decidió caminar hacia aquel árbol que pronto desaparecería con el poder de los titanes dando la espalda a aquellos dos soldados. Giró su rostro hacia ellos con una sonrisa de calma—. Por eso, estoy lista para aceptar nuestro destino. El camino que plasmamos llega a su fin. Nuestro sufrimiento por fin terminará. Me alegro... de haberme encontrado con ustedes una vez más. Por fin puedo descansar sabiendo que lo logramos; dejaremos atrás aquellos poderes que nos ataron por dos mil años.

Dispuesta a dar un paso más hacia aquella luz, fue detenida por la mano del castaño. Confundida, la morena volvió a observarlo en busca de una explicación.

—Usted misma lo ha dicho. Por fin puede descansar. Sin embargo, esta vez lo hará junto a las personas que amas. —Los ojos de Odelia se abrieron de parte en par, estupefacta de haber escuchado aquellas palabras—. Es un intercambio equivalente gracias a su sacrificio.

—¿De qué se trata esto? No lo entiendo... —murmuró frustrada mientras se tomaba de la cabeza, confundida a más no poder.

—Con al desaparición del poder del titán primigenio y el poder de los Baumeister, usted es libre por fin de estas ataduras. Usted junto a los demás será quien continúe el legado de aquellos que fueron los hijos de Ymir, como una prueba
de que nuestros sueños fueron cumplidos.

—No... No me hagan esto... ¿Cómo seré capaz de vivir con el recuerdo de ustedes, mientras yo vivo una vida plena junto a los demás? Ustedes también lo merecían... mucho más que yo... Charlotte, Orlantha, Wanda, Isabel, Farlan, Sasha, Petra, Auruo, Eld, Gin, Ondine, Connor, Mike, Nanaba, Moblit, Comandante Pixis, Flagon, Sayram, Ilse, papá, Eren, Erwin... ¿cómo puedo vivir con el recuerdo de sus muertes, y alegrarme en una segunda oportunidad que no merezco? No puedo aceptarlo... —nombró a cada persona que la observaban con orgullo.

—Has luchado duro por todos nosotros. Es momento de que cumplas tus sueños. —Su padre se acercó a ella para abrazarla, siendo correspondido al instante—. Sé feliz por todos nosotros si quieres compensar el recuerdo, aunque nosotros nuncs podríamos reprocharte.

—Papá... —titubeó mientras sollozaba sobre su hombro—, te extrañé tanto.

—Yo también, mi pequeña florecilla. Es momento de que crezcas y eches raíces junto a los que amas.

«Odelia Baumeister, muchas gracias por todo».

Aquellas miradas de despedida pasaban por cada persona que conocía. Todos ellos se despedían para siempre de aquella chica que luchó por todos ellos sabiendo que continuaría adelante por todos, quedando solamente Eren y Erwin junto a ella.

—Odelia-san —la llamó una vez más el moreno, abrazándose una última vez—, muchas gracias por haber estado a mi lado. Por favor, cuide de todos por mí. Sea feliz por mí. El tiempo que me permitió vivir siendo amado, se lo quiero regresar. No tiene que volver a pelear y sufrir. Gracias por todo, no lo habría podido lograr sin ti junto a mí. Sea y viva plenamente feliz.

—Eren... ¿estás seguro de esto? Sabes que tendrás que esperar un gran tiempo...

—Nosotros desapareceremos, y entonces realmente seremos libres. Este poder nunca más será visto mientras ustedes vivan y sean plenamente felices.

—Eren, gracias por habernos dado una esperanza más. Gracias por haber confiado en mí. No te defraudaré. —Acarició su cabello corto, mientras se alejaban de sí mismos.

Eren continuó su camino junto a todos aquellos que fueron liberados. Junto a Ymir y Bau, quienes sonreían en forma de despedida hacia la morena.

—¿No te despedirás de mí? —lo voz detrás de ella la hizo girarse, uniéndose una vez más en un fuerte y cálido abrazo—. La vida no fue buena con nosotros, Odelia, pero fue buena vivirla juntos. Te digo adiós, sabiendo que mi más hermoso sueño terminó cumpliéndose: estoy completamente feliz y satisfecho ahora que eres libre, puesto que ese siempre fue el sueño que quise cumplir, aunque sabía perfectamente que no sería junto a ti. Aún así, una y mil veces más preferiría elegirlo para que seas feliz. Odelia, ¿puedes ser feliz y vivir por mí?

Odelia aspiró una última vez el olor inigualable del rubio, y grabó en su corazón los latidos de Erwin dentro del suyo. Estaba lista para seguir adelante por todos ellos

—Fuiste muy importante en mi vida y sé que nunca te olvidaré. Te digo adiós, Erwin Smith, aunque todo la vida seguirás siendo parte de mí.

Ambos se soltaron. Una última vez conectaron sus miradas en la oscuridad de aquel lugar, despidiéndose con felicidad de haberse visto una vez más.

—Ahora ve, y no mires atrás.

Cerró sus ojos, aspirando profundamente mientras escuchaba sus pasos alejarse al igual que los de ella.

«Gracias por todo, chicos. Viviré por ustedes».

«Gracias por ayudarme a seguir adelante. Tu recuerdo vivirá dentro de mí. No dudaré una vez más. Seré feliz por ti. Déjame seguirte una vez más. Muchas gracias por todo.
Nos vemos después, Erwin».



























































La luz encegadora irrumpió su vista, mientras reconocía la silueta que la sujetaba entre sus brazos.

—¿Levi? —articuló con dificultad, mientras era abrazada con fuerza por el nombrado. Sintió las lágrimas recorrer su cuello, mientras sus corazones bailaban juntos. Conmovida, por su reacción, correspondió aquel abrazo, mientras acomodaba el cabello desordenado del azabache que se rehusaba a separarse de ella.—. Estoy aquí, Levi. —Besó su coronilla castamente, haciendo que por fin alzara su mirada, nervioso. Odelia sonrió tras su reacción—. Te dije que no te librarías de mí fácilmente. Ahora tendrás que lidiar conmigo adonde sea que vayas.

Volvió a abrazarla, temeroso de separarse de ella para siempre, pero esta vez sus miedos desaparecían junto al poder que la había alejado de él tiempo atrás.

—Me alegra que sigas aquí, Odelia —pudo decir finalmente luego de calmarse.

Observaron a su alrededor, viendo las mayorías de personas alegrarse de no tener más la maldición que a todos los adolecía dentro de ellos. Muchos se re encontraban con sus familias, mientras que otros terminaban solo por despedirse.

—Mikasa... —murmuró preocupada el nombre de la azabache que llevaba consigo la cabeza de su amado. Triste por la decisión que Mikasa tuvo que tomar, quiso alcanzarla, pero una mano la detuvo de hacerlo.

—Me alegra que estés bien —dijo Darío con total sinceridad—. Yo iré con ella. Regresaré a casa. No tienes de qué preocuparte —trató de calmarla como si de haber leído sus pensamientos haya sido—. Quiero regresar con todos, con Orlantha, ahora que ya no tengo nada que me ate a seguir luchando. Yo cuidaré de los Baumeister y los Inocencio en Shiganshina y, por supuesto, cuidare de Mikasa dentro de la isla.

Odelia sonrió aliviada por eso, tras separarse de Levi se acercó para abrazar al pelinaranja una última vez.

—Regresaremos por ustedes. Lo prometo. —Ambos se soltaron mientras Darío caminaba en dirección junto a Mikasa.

En la lejanía mientras el humo se dispersaba, pudo reconocer junto a Levi dos siluetas. Ambos quisieron acercarse lo más pronto posible a ellas, pero las armas de los soldados apuntando a ellos y más personas lo hizo detenerse por un momento de reencontrarse con sus amigas.

—Por favor, Secretario Müller. Eren Jaeger está muerto. El poder de los titanes desapareció. Nosotros ahor somos completamente humanos —quien parecía ser un conocido de Annie hablaba por todos los eldianos sobrevivientes tratando de convencer a quienes apuntaban.

—¡Si necesita una prueba de sangre...!

—Ahora. En este momento. —Levantó su mano en forma recta, listo para dar la orden de fuego a todos aquellos del otro lado de los soldados—. Por favor, tienen que probarlo. ¿Son humanos o titanes?

Entre la gente se abrió paso Armin, quien se deshizo de su equipo de maniobras tirandolo al suelo ahora que era inútil usarlo. Alzó sus manos al aire en forma de paz. Su mirada mostraba la seguridad de las siguientes palabras que diría para asegurar a todos de no morir.

—Si tuviéramos el poder de los titanes, ya estaríamos usándolo para protegernos. Si dispara en este momento, lo hará contra individuos desarmados. Esa es la primera fehaciente de que somos humanos.

La mano del soldado ligeramente bajó, ordenando bajar sus armas contra las personas que permanece Ian quietas, tratando de protegerse.

—¿Quién... eres?

—Soy Armin Arlert, un eldiano de la isla Paradis y el hombre que mató a Eren Jaeger.

🌸
Holaaaa. ¿Cómo se encuentran? ¿Se esperaban lo que pasó en este capítulo? Hace muchísimo que lo tenía ideado en mi cabeza aquí está el resultado que espero que les haya gustado y hayan llorado como yo lo hice mientras lo escribía (┬┬﹏┬┬)❤.

Ya estamos en la recta final de esta historia. Quedan como un capítulo, pero varios extras y especiales también se vienen y espero que les guste 💗.

Muchas gracias y espero saber sus comentarios. Cuídense y nos vemos pronto 💗✨.

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