Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 91

≪❈DER GEGENWART XVI. DIE FLÜGEL DER FREIHEIT❈

—Salvar Liberio no es posible. Nunca lo fue —declaró Hange ante Annie, mientras la mayoría se reunía en una habitación del barco.

Los rostros de los jóvenes que eran provenientes de aquel lugar llamado hogar flaquearon. Todos los recuerdos de sus vidas pasaron ante sus ojos, al igualbque los rostros de las personas más amaban, y a las que, ahora, sabían que no podrían salvar. ¿De qué servía seguir luchando, si los motivos para hacerlo ya ni existían? Los humanos siempre anteponen sus prioridades antes que las de otros, muchos de ellos debían tomar una decisión importante.

—Entonces ya no hay una razón para quedarme —decidió Annie, dejándose caer en el suelo, devastada y cansada. Mikasa la ayudó a no caer del todo, pero no era suficiente para ayudarla a superar esa noticia—. Voy a marcharme.

Todos en la habitación la observaron con dolor.

—Incluso si detenemos la hecatombe, en este momento, la destrucción de Marley y Liberio es inevitable. Magath sabía de esto —dijo Joelle—.

—Esto no es por Marley o Liberio. Es para salvar al mundo, es para salvar la vida de personas que nisiquiera conoces y él te confió esto —trató Hange de hacerla entrar en razón.

Annie levantó su mirada hacia todos, frenética de no obtener soluciones. Desesperada, habló:
—Entonces vuelvo a mi primera pregunta... ¿Podemos matar a Eren? Si yo trato de asesinar a Eren, ¿podrás quedarte quieta? —Alzó su mirada llena de lágrimas—. Yo ya no quiero pelear, contra ustedes o contra Eren.

Joelle suspiró y abandonó la habitación junto a Hange para integrarse con Onyankopon a la cabina, dirigiendo el curso hacia donde se encontraría Eren en si forma de titán primigenio.

—¿Cómo está yendo todo? —preguntó la castaña al pelinegro, quien solo asintió con la cabeza, concentrado en la ruta a seguir.

—Será difícil, pero podremos ganar tiempo llegando a Odiha antes que el retumbar nos alcance —por fin dió una buena noticia el moreno, pero Joelle no lo vió de esa manera en Hange.

—Te encargamos el resto, Onyankopon. Llámanos si necesitas ayuda. —Tomó de los hombros suavemente a la morena y salieron del lugar—. ¿Qué es lo que ocurre? —preguntó preocupada por el aspecto decaído de Hange—. Me preocupa verte así.

—Es solo que... Eren... ¿por qué lo hizo todo él solo? ¿Por qué no pudo confiar en nosotros? ¿Acaso no le di seguridad como comandante? Yo no debía tomar el puesto de Erwin, no lo merezco. —Desesperada, se tomó de la cabeza—. Yo jamás estaré a la altura de Erwin como comandante. Perdóname, Jo, no pude salvarte de toda esta pesadilla. Estoy cansada de traicionar a mis compañeros y no poder encontrar salida a todo este lío y tampoco poder darle sentido a todos mis compañeros que me observan. Si tan solo...

No pudo continuar hablando cuando la pelirroja atacó abrazándola con fuerza, como si le impidiera escapar.

—Por favor, no digas eso. Has sido capaz de tomar cabeza durante estos cuatro años. Erwin... yo no tuve un contacto cercano con él, pero seguro que él te eligió porque sabía que eras capaz de hacerlo, yo también estoy de acuerdo con él. Además... para ser sincera, no sé qué sería de mi sin ti. Has sido mi luz en estos tiempos oscuros. Desde que perdí a mis hermanas menores, tú siempre me apoyaste, incluso más que Odelia o Marie. Moblit, Nifa, Mike, Erwin, nombres que no conocí por completo, pero que todos estamos orgullosos de ti. Sé qué es difícil pero, por favor, te ruego que no te olvides que siempre estaré de tú lado, que te seguiré adonde sea que vayas.

Momentos de procesar toda aquella información solo causaron el enrojecimiento en su rostro, correspondiendo el abrazo de la pelirroja que lo sostuvo con más fuerza.

—Gracias por siempre unir mi corazón que se rompe. —Besó su mejilla como agradecimiento, causando furor en la pelirroja y provocando una ligera risa en Hange, sintiéndose nostálgica de haber olvidado cuando era completamente feliz.

—Comandante Zoe, ¿tiene un momento? —Al lugar llegaron la líder Azumabito junto a otros ingenieros.

Ambas se miraron por unos instantes, abrazándose una última vez antes de separarse.

—Te veo en un rato. —Joelle le dedicó una última sonrisa a la castaña antes de caminar hacia donde se encontraría su hermana, preocupada de cómo podría estar.

Antes de entrar a la habitación, escuchó una voz diferente a la de su hermana dentro del mismo cubículo. Acercó su oreja lentamente hasta el umbral evitando ser encontrada. Pudo entender que Annie, quien se encontraba allí, no había llegado no hace mucho.

—¿Cómo sigue de sus heridas? —preguntó con cierta indiferencia hacia la castaña, quien soltó una ligera risa nasal.

—Poco a poco mejoran con rapidez, aunque es bastante doloroso cada cicatriz —respondió Odelia—. Pero dime, ¿qué es lo que te trae hasta aquí? A decir verdad, me sorprende tu visita.

—Armin... No, he decidido venir aquí, no es que le tenga favor, pero tampoco puedo evitar preocuparme por usted. Después de todo, llegó a visitarme algunas veces y hablarme acerca de Orlantha... —enunció Annie algo decaída—. Solo vengo a decirle gracias por ese tiempo y despedirme antes de irme.

—¿Está bien si puedo preguntar por qué te irás? —inquirió Odelia con voz impasible.

El silencio inundó la habitación, y los sentimientos de incertidumbre y dolor por aquellos recuerdos también ahogaron el pecho de la pelirroja.

—Quizás usted escuchó que mi pueblo, Liberio, ya debió ser alcanzado por el retumbar. Mi única razón para venir junto a ustedes era poder reencontrarme con mi padre pero, él ya debe estar muerto a estas alturas y yo... Simplemente lo he perdido todo. En realidad, el que Orlantha haya muerto fue mi culpa, al igual que las muertes de otras personas dentro de las murallas. Aunque no viví por completo con el arrepentimiento eterno de aquellas muertes bajo mi mano, tampoco es posible ignorarlos completamente. Aun soy un ser humano, aunque parezca un monstruo. Si tan solo Orlantha no hubiera muerto... ¿me habría perdonado? Es lo que me preguntaba con frecuencia durante todos estos años encerrada.

Ambas hermanas escucharon con atención cada palabra entrecortada de la rubia, cada segundo derrumandose en sus propios sentimientos, que salían a flor en todas ellas.

—Te entiendo. De alguna manera, yo no detuve a Eren y eso le hace parte del conflicto. Que tu padre esté posiblemente muerto es por mi culpa. Millones de vidas serán arrebatadas hoy, y tendremos que apresurarnos para poder alcanzarlo. Sin embargo, yo no puedo hacer nada al respecto, estoy herida y no sé completamente la ubicación de Eren. En realidad, la información que tengo no la puedo dar claramente porque Eren jamás me reveló sus hechos por completo. Sabía acerca del retumbar y, hace casi un año, confirmó por completo que lo llevaría a cabo, y yo no pude hacer nada al respecto durante cuatro años antes de que sucediera. Simplemente me ahogue en los problemas de mi familia y dejé a Eren solo una vez más. Todas esas familias morirán por mi culpa, y no podré hacer nada al respecto.

Los crujidos de ambas por la desesperación provocó que las lágrimas salieran de Joelle al ver que no comprendía a su hermana completamente.

»Aún así, tampoco puedo ignorar la hipocresía de los demás países contra nosotros. Todos ellos nos querían muertos cuando no hicimos nada en su contra. Aquellos que los habían maltratado, están muertos, ni los residentes de la isla y tampoco los de Liberio, o aquellos que tienen su sangre mezclada con la sangre eldiana, tienen o tendrán la culpa.

Ambas chicas se sorprendieron ante sus palabras. No creía llegar a escuchar esa expresión de ella.

»Ahora entiendo la razón por la que los Baumeister sufrimos. No merecemos estar con vida siquiera. Al menos, yo no lo merezco.

No pudo escuchar más al respecto y se alejó apresurada, limpiandose los ojos en el camino. Se detuvo casi al llegar, tomando aire para calmarse, o Hange se preocuparía. No sabía si sentía furia o dolor. «¿Significa que mi apego con Hange no vale la pena y merezco morir? ¿Cuál es la realidad sobre mis sentimientos sobre ella? ¿Es realmente mi ser, o es por esta maldición?» preguntas que se había hecho anteriormente, pero que siempre volvían a atormentarla. Sin embargo, el recuerdo de los días que permanecieron unidas y desahogándose con los solores de muertes sobre sus espaldas, la hizo recapacitar sobre sus sentimientos. Lo que hacía pensar fervientemente en la necesidad de tener que hablar con Hange.

Dirigió sus paso devuelta hasta el cierto de su hermana, notando la ausencia de la rubia en la habitación, lo cual le permitiría hablar con calma a las dos Baumeister.

—Me parece que no escuela haste todo, ¿verdad? —cuestionó Odelia, observando con tristeza el rostro de su hermana.

—¿Es posible que yo sienta amor? ¿Aún con esta maldición? —preguntó seriamente Joelle, ignorando las palabras de su hermana.

—¿Cómo no tener sentimientos que ya habías desarrollado desde antes? —preguntó de vuelta Odelia, levantándose con lentitud de su cama sin observar el rostro sorprendido de su hermana.

El ruido de su mente con el tiempo comenzaba a desvanecerse con las tareas que realizaba junto a los demás para poder despegar. Al igual que Darío, no optó por despedirse de Annie, quien decidió en no continuar aquella misión. A pesar del esfuerzo y colaboración de todos, el estruendo de disparos la hizo reaccionar y buscar el detonante en el lugar, observando una escena donde Mikasa había activado su equipo tridimensional contra Floch, quien inesperadamente había sobrevivido en todo ese tiempo de esfuerzo.

Todos se reunieron alrededor del pelirrojo, observando que el ataque de Mikasa fue certero sobre la yugular de Floch. Instintivamente, Artis dirigió sus manos hasta la herida, tratando de detenerla aunque sabía que no podría detener la muerte que le esperaba.

—No... Se ancló al bote y nos siguió hasta aquí —maldijo Hange—.

—¡Hange! —Onyankopon llamó la atención de todos mientras señalaba una parte del avión recién averiado—, ¡hay agujeros en el tanque de combustible! ¡Nosotros no podremos despegar con estos agujeros! —comenzó a causar el pánico en la comandante, pero la interferencia de uno de los ingenieros de Azumabito la hizo tomar una decisión.

En una hora debían partir del barco, o serían alcanzados por la hecatombe que se acercaba a pasos agigantados.

—Artis... —la voz débil de Floch hizo que la pelirroja, Jean y Hange lo escucharan—, no vayas. No vayan... La isla... todos... morirán... Nuestro demonio... Nuestra única esperanza...

Aquella última palabra se llevó con ello la vida de Floch, quien solo terminó por cerrar sus ojos, esperando por la esperanza resurgiendo algún día.

—¡Floch!

—Está muerto —dijo Hange, aún sin poder procesar los acontecimientos recientes, y el estrés de tener que esperar por una hora para poder zarpar. Aún así, no pudo negar todo lo que dijo el pelirrojo—. Es como dijiste, Floch pero, no podemos rendirnos ahora. Incluso si fallamos hoy, venceremos otro día.

Antes de dejar el puerto de Odiha, los miembros salieron a observar a cada gigante colosal más cerca de ellos.

Joelle, quien observaba desde el barco a los colosales acercarse, sintió una puntada en su pecho seguido de una corriente sobre todo su cuerpo. «¿Qué está pasando? ¿Por qué mi cuerpo está reaccionando de esta forma? Solo sucede cuando Hange está en peligro» comenzó a alterarse, buscándose entre los miembros dentro del barco a la castaña, sin tener éxito.

—¡¿Dónde está Hange?! —gritó alertando a todo el personal. Con la mirada buscó la de Onyankopon, pero este solo la desvió cuando los dos notaron a Levi y los demás subir de nuevo en el barco—. ¡Levi! —Corrió hacia él buscando una respuesta. Ambos conectaron sus miradas y, al ver la expresión de tristeza en el rostro del mejor amigo de Hange, supo todo lo que estaba ocurriendo.

Sin decir nada a nadie, corrió hasta el reabastecimiento, llenando por completo de gas su equipo tridimensional. Sus manos temblaban, recordando con lágrimas en los ojos todos los momentos que pasaron lado a lado.

🎶🎶🎶🎶

ꕤꕤꕤꕤ

La noche después de haber encontrado a los chicos en las carpas de los exiliados, ambas chicas ayudaron a Onyankopon y los demás a llevarlos hasta sus habitaciones. Joelle se encontraba en su respectiva habitación tratando de dormir, preocupada por lo que podría pasar en la reunión de mañana. A pesar de estar despierta, se molestó por los golpes de su puerta.

Demasiado cansada como para colocarse sus zapatos, caminó descalza hasta la puerta, siendo sorprendida por el inesperado abrazo lleno de temor de Hange. Aún así, sabía lo que ocurría.

—¿Otra pesadilla sobre Moblit y Erwin? —correspondió inmediatamente el abrazo de la castaña, quien se estremeció ante la pregunta.

—Es como si sintiera su presencia frente a mi cama. No puedo moverme y solo me observa aquella sombra desde hace cuatro años. Sé que ya lo sabes, pero hace mucho que ya no pasaba, y me asusté demasiado al verlo de nuevo.

—Tranquila, ya estoy contigo —Depositó un beso sobre la cien de la castaña, tratando de calmarla. Aún sin soltarla, cerró la puerta y con todas sus fuerzas la cargó hasta dejarla sobre la cama. Con toda la calma que podía contener, cubrió el cuerpo de la castaña con las blancas sábanas de la cama, seguido de ello, se giró sobre sus talones para acostarse del lado de su cama, pero fue difícil cuando la mano de la castaña la jaló hasta caer junto a ella.

Ambas cruzaron sus miradas, sonrojadas por la cercanía con que se miraban, sin embargo, ninguna de las dos podía dejar de observarse. En silencio, Joelle tomó las mejillas de la castaña, acercando su rostro hasta el de ella y depositando un beso sobre su frente, para luego abrazarla inmediatamente. Sabía que solo eso podía hacer.

—Realmente siento que solo soy un estorbo para ti. Lamento que tengas que cargar conmigo y mis  pesares siempre. —Se encogió en su lugar la castaña, queriendo alejarse de aquella conexión con Joelle, pero le fue imposible alejarse.

—Estaré aquí para protegerte siempre, incluso si tú no quieres que sea así. Jamás estarás sola, si yo vivo para estar junto a ti. Así que estás advertida, Hange Zoe. No intentes que me aleje de ti, porque yo quiero seguir contigo, incluso si quieres escapar, yo lo haré contigo. E-escapemos de todo esto juntas, hagamos una vida en el bosque*, solo nosotras dos. —Su agarre tembló al dedicarle aquella palabras, que fueron devueltas con el abrazo de Hange.

—Ya veo... —Sintió el rostro de la castaña también calentarse por sus palabras—. E-entonces, por favor, ¿puedes intentar b-besarme de nuevo?

ꕤꕤꕤꕤ

C

orrió ignorando a todos en su paso, hasta que conectó su mirada con los ojos tristes de su hermana. Ambas sabían sus razones, y que ninguna podría detener a la otra. Con lágrimas en los ojos, Joelle sonrió una última vez a su hermana, saltando del lugar y dejando que su equipo tridimensional la guiara hasta Hange.

«Aunque me cueste la vida, jamás me alejaré de ti. Hange, por favor, déjame decirte cuánto te amo una vez más» apresuró su equipo hasta el gigante que cayó al suelo por las lanzas de la castaña.

Su garganta comenzaba a quemarse, al igual que sentía arder su piel, pero nada le impidió abrazar el cuerpo de Hange y caer juntas al vacío del mar unidas para siempre en un abrazo.

«Yo te amo».

🌸
Hola... Ayuda, me dejó triste este capítulo:(. Espero que se haya sentido este capítulo, la verdad es que fue difícil para mí escribirlo porque... ya saben... Hange se nos va 💔, y pues la neta sí sigue doliendo un montón :c. Aún así, espero que les haya gustado este capítulo u me disculpo sí fue algo corto, pero la verdad es que si me fue complicado escribirlo por los sentimientos *llora*. Pronto nos veremos en uno próximo. Espero que se encuentren bien y nos vemos pronto. Cuídense. ❤✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro