Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 81

≪❈DER GEGENWART Ⅸ. LÜGNER❈≫

LEVI

ꕤꕤꕤꕤ

Había solicitado una audiencia privada con Odelia aunque estuviera en una mazmorra. Solo pudieron concederme esa petición con la condición de mantener presente a Eren en aquella charla que tendría con Odelia, puesto que no podían permitir transportar a Eren de un lado a otro con el pueblo de las murallas considerablemente alterados. Odié la idea, pero era la única manera de poder tener una charla con ella antes de irme.

Mis piernas temblaban al igual que mis manos por lo que estaba a punto de hacer. Pero tuve que armarme de valor y entrar en aquel pasillo lleno de celdas, observando como solo dos de ellas estaban ocupadas. Al final de pasillo, se encontraba ella. Mi miedo aumentó al no poder encontrar aquella mirada que me había cautivado por tanto tiempo hace mucho. ¿Era posible que lo que le propusiera cambiara todo?

¿Levi? —alzó la mirada, sorprendida de encontrarme frente a ella, aunque creo que cualquier sensación que haya tenido al verme, fuera borrada con el sentimiento de enojo—. ¿Qué haces aquí? —preguntó sin ninguna muestra de regocijo en mi presencia.

¿C-cómo estás? —pregunté, tratan donde tomar el valor para continuar hablando, recibiendo una respuesta fría de su parte.

¿Cómo crees que pueda estar cuando me encuentro encerrada? Lo mejor que puedo encontrar aquí es poder pasar el rato hablando conmigo misma —habló con ironía.

Respondí asintiendo con la cabeza, sin prestar mucha atención a su respuesta.

Con las fuerzas que me quedaban para hablar, y aunque algo agitado, me acerqué hasta lo barrotes, esperando por tener un contacto con ella y declaré:

He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permíteme decirte que... te admiro... Y te amo apasionadamente —por fin pude declarar todo lo que había guardado todos estos años, aunque no podía obtener una respuesta fija por la manera en que me observaba, colocándome inquieto.

Ella se encontraba pálida y muda ante mi declaración. No podía pensar qué más hacer al respecto.

Por mi parte, comencé a expresarle todo lo que sentía desde hace tiempo:
»Estos últimos meses de mantenerme alejado de ti fueron una tortura y no pude soportarlo más. Me obligue a venir aquí para poder expresarte mi afecto que he guardado durante tantos años. Tuve que luchar contra mi buen juicio, las expectativas de la gente en el "hombre más fuerte de la humanidad", más que cualquier otra cosa, la deficiencia con la que te habías rebelado junto a Eren, pero he dejado todo eso de lado para expresarte lo mucho que te amo, y la petición de que acabes con mi agonía, y me permitas el honor de tomar tu mano como mi esposa.

Con sus mejillas encendidas, me respondió:

En estos casos creo que se acostumbra expresar cierto agradecimiento por los sentimientos manifestados, aunque no puedan ser igualmente correspondidos. —Me contestó, dejándome helado ante sus primeras palabras—. Es natural que se sienta esa obligación y, si yo sintiera gratitud, te daría las gracias, pero no puedo. Nunca he ambicionado la consideración de alguien y mucho menos la tuya. No lamento haberte hecho daño en estos meses. Pero ese sentimiento que vence por poco a tu juicio, seguro que este te ayudará a poder vencer sin dificultad este sentimiento.

Clavé mis ojos en Odelia, sin poder creer aún lo que me había dicho. Luchaba por guardar la compostura y poder hablar aún con calma con ella, manteniendo el silencio.

¿Esa es toda la respuesta que obtendré en toda esta reunión? Al menos quisiera preguntar la razón por la que soy rechazado con tal frialdad, aunque no tenga la menor importancia.

También quisiera yo preguntar —replicó Odelia—, por qué con tal evidente propósito de ofenderme e insultarme, me dices amarme en contra de tu buen juicio.

No quise decir eso...

Aunque mis sentimientos no hubieran sido contrarios a los tuyos, o hubieran sido indiferentes o incluso favorables, ¿crees que hubiera algo que me hiciera tentarme para aceptar al hombre que ha arruinado la vida de aquel a quien consideré un hermano para mí? —no pude expresar nada al respecto, pero aún así, permití que ella continuara hablando—. Tengo todas las razones del mundo para tener un mal concepto de ti —continuó Odelia—. No hay nada que pueda excusar tu injusto y ruin proceder.

Bien, ¿podrías explicarme cuál es una de esas razones para tratarme de esta manera?

Te lo dije. Fue la muerte de Erwin. Permitiste que él muriera sin poder tener oportunidades para continuar adelante. —Yo solo pude sonreír con incredulidad, mientras negaba con mi cabeza—.

Tú misma fuiste quien me dijo que detuviera mi elección. ¿Crees que no quería que Erwin sobreviviera? Lo quería como a un hermano también, yo también perdí un hermano ese día.

¿Entonces vas a negar lo que has hecho?

No lo negaré. Sin embargo, tienes que entender que Armin ha hecho todo lo que ha estado en su mano para poder ayudar a Hange en todas sus decisiones y no desviarse del camino como lo hizo Erwin.

Pero ese no sólo es lo que se funda ni antipatía. Mi opinión se terminó por formar tras tu trato cuando regresamos después del ataque de Marley.

Me crucé de brazos, con mi notable molestia creciendo.

Por supuesto. ¿Y cómo querías que te trataramos en ese momento luego de tu colaboración con los dos hermanos Jaeger? Además, ¿crees que fue fácil para mí verte en ese estado? Lo único que quería era... No, lo único que siempre he querido es permanecer a tu lado, incluso si solo sea de manera formal, no me interesa. Sabes perfectamente... Que una de mis elecciones para estar contigo es por esto que me hace ser un Ackerman —me tomé del pecho bajando la mirada, pero volviendo a observarla a los ojos, tratando de mantener el contacto visual con ella.

Odelia entre abrió su boca en sorpresa, para luego unirlos y volver a hablar:
Jamás podría observar con amor a una persona que solo toma decisiones por un instinto. Me hace pensar que es una persona inestable. ¡Dime, Levi, ¿cómo podría tentarme el corazón en caer enamorada de un esclavo?!

¡Así que esa es la opinión que tienes de mí! —exclamé con profundo dolor—. ¡Esta es la estimación que me tienes después de tantos años juntos! Te agradezco por habermelo explicado tan abiertamente. Mis faltas, según tu criterio, son verdaderamente enormes, pero puede que esas ofensas hubieran sido pasadas por alto si no hubiera herido tu orgullo con mi honesta confesión de reparos que durante largo tiempo me impidieron tomar una decisión —añadí, girandome en mi lugar para retomar mi lugar, tomando los barrotes, que era lo que más me acercaba a ella—. Me habría ahorrado estas amargas acusaciones si hubiera sido más fácil y te hubiera ocultado mi lucha, halagandote al hacerte creer que había dado ese paso impulsado por la razón, la reflexión, por una incondicional y pura inclinación, por lo que sea; pero detesto todo tipo de engaño y no me avergüenzo de los sentimientos que he manifestados, pues eran naturales y justos. ¿Cómo puedes suponer que me agradara las decisiones que has tomado y me congratulara en el complot que creaste junto a aquellos que eran nuestros enemigos, aquel que asesinó al hermano que tanto dices amar?

La irritación de Odelia crecía a cada instante, pero aún así me respondió:
Te equivocas, Levi, si supones que lo que me afectó fue tu manera de declararte, si te figuras que me habría evitado el mal rato de rechazarte, si te hubieras comportado de un modo más caballeroso —aunque quería interrumpirla, las palabras no salieron de mi boca, es por eso que continuó:—. Desde el principio, casi desde el primer instante en que te conocí, tus modales me convencieron de tu arrogancia, vanidad y de tu egoísta desdén hacia los demás. Me disgustaron de tal modo que hicieron nacer en mí la desaprobación que los sucesos posteriores se se convirtieran en un firme desagrado; y en estos últimos diez meses, no han logrado más que aumentar mis sentimientos de detesto hacia ti que me mostraron que serías el último hombre en la Tierra con el que podría casarme. Jamás podría estar con un esclavo orgulloso como tú.

Has dicho bastante, Odelia. Comprendo perfectamente tus sentimientos y solo me queda avergonzarme de los míos. Perdona por haberte hecho perder el tiempo y acepta mis deseos de que salgas de este lugar pronto.

Dicho eso, salí precipitadamente del lugar, sintiendo mi corazón palpitar con tanta fuerzas que creí que se me saldría del pecho.

Limpié las lágrimas que salieron de su lugar, encaminándome hasta donde me encontraría con Zeke Jaeger antes de llevarlo adonde sería su guarida por un tiempo.

Fuera del carruaje, solamente se escuchaban los vítores de las personas celebrando lo ocurrido en Marley.

¿Entonces fue reportado como una victoria? ¿Eso no es horrible? ¿Ellos no saben nada?

Te mataré y enviaré tu cuerpo muerto a Marley. Tu conspiración queda clara. Tus abuelos morirán, ¿cierto? Y entonces, si su "plan secreto" es genuino, esperaré un poco antes de hacerte picadillo. De una u otra manera no habrá diferencia.

Estoy agradecido por tus palabras indulgentes, ¿pero harás que me reúna con Eren pronto? ¿Eh? ¿No dejarás de observarme?

ꕤꕤꕤꕤ

Durante estas últimas semanas, permanecimos ocultos en el bosque de árboles gigantes. Un lugar ideal para esa bestia barbuda, a mi parecer.

Probablemente habían pasado más de dos semanas tras mi declaración fallida a Odelia. Aunque me sentía en paz por haberme declarado, simplemente no podía quitarme de encima su rostro lleno de desdén hacia mí. De alguna manera, eso fue lo que más me dolió.

Zeke hoy me había explicado la razón por la que el pueblo de Ragako se había convertido en un valle de titanes, entre ellos, la hermana de Odelia y la familia de Connie. Por lo que no pude expresar mi enojo contra Zeke.

—Apuesto a que no eres el más popular entre las chicas. No es bueno ir pensando que puedes discernir cómo se siente o no todo el mundo —expresó el rubio que estaba frente a mí, mientras yo intentaba con todo mi ser no abalanzarme sobre él para golpearlo hasta que la regeneración de su cuerpo tardara en hacer efecto en él.

—Pero así es... Y fui popular alguna vez —declaré con plena seguridad, aunque por dentro me preguntaba si él tenía razón.

—Ya veo... ¿Cuándo podré ver a Eren para comenzar a experimentar?

—Eso no es asunto mío. Estamos esperando órdenes del cuartel general.

—Permíteme dejarte algo claro... No tenemos todo el tiempo del mundo.

—Al menos estamos de acuerdo en eso —repliqué—.

La llamada de uno de mis soldados donde estaba me hizo despegar la vista del barbudo, caminando hacia donde estaban mis compañeros, donde uno de ellos me entregó un informe con lo ocurrido en estos últimos tiempos.
Mi cara se llenó de sorpresa al leer lo que ocurrió.

—¿Zackly fue asesinado? —inquirí con incredulidad—.

—Sí... El interior de las murallas ha sido tomado en su mayoría por la facción Jaeger. Dicen que se debe a los y al caos provocado por Yelena, Eren y Odelia que están bajo órdenes de Zeke —respondieron—.

—¿Y?

—Parece que se están llevando a cabo arreglos para cumplir con sus exigencias. Quieren ver a Zeke.

—¿Pixis ordenó eso? ¿Se limitarán a obedecer tranquilamente? —pregunté, aún sin poder creer lo que escuchaba, aunque quería suponer que ese viejo ya traía algo entre manos.

—Como usted lo ha dicho, parece que el Comandante no se quedará de brazos cruzados. Está trabajando en buscar una forma de voltear la situación, mientras ellos están de camino hacia aquí con Eren —respondió Barris—.

—Es una lástima, pero parece que es la única forma de evitar que los Jaeger tomen Eldia —comentó Farrell—.

—Están planeando hacer que alguien más devore a Eren para así poder obtener sus poderes, ¿no es así? —volví a preguntar, sintiendo mi cabeza comenzar a doler por el estrés—. ¿Vamos a matarlo con nuestras propias manos?

—Eso parece.

No pude evitar suspirar con pesadez al recordar su estúpido rostro regenerarse cada vez que intentaba mejoras sus habilidades como titán.

En ese entonces, Eren tenía un objetivo. Él nunca olvidó los nombres de los soldados que se sacrificaron por él. Las memorias de todos mis compañeros volvían a mí. Nosotros hemos salvado a Eren muchas veces. Cada vez que lo hicimos, cuántas vidas no se perdieron. Nosotros pensamos que él era la única esperanza para salvar a la humanidad. Fue eso lo que logramos creer...

Esto es como una mala broma. La esperanza que vimos en él, ¿qué era realmente? Todas esas batallas de vida y muerte que pasamos... ¿fue todo por una farsa? Esto debe ser una especie de broma enferma.

—No sean absurdos —les reprendi—. Hay otro bastardo que debe ser comido por un titán —bajé la mirada, encontrándome con ese idiota leyendo. Señale con la mirada al rubio—. Ese estúpido que está sentado ahí.

—¿A qué se refiere? —preguntaron un de mis soldados, ambos bastante inquietos.

—Vamos a transferir el titán bestia de Zeke a alguien más. Capturaremos a uno de esos autoproclamados seguidores de la facción Jaeger, lo titanizaremos y haremos que devore a Zeke. Entonces, si Historia dice estar tan preparada como dice, haremos que ella se coma al titán una vez que dé a luz, dentro de unos cuantos meses —pensé—.

A estas alturas, ¿Odelia dónde estaba? Si es posible... Seguramente Hange y los demás habrían planeado que ella fuera quien devorara a Eren, incluso si aún no sabemos con claridad su posición en esta guerra. Si ella estuvo fingiendo todo este tiempo, podríamos hacer que ella tomara el lugar de Eren, y Historia tomara el titán bestia. Así, Historia no tendría que devorarla...

—¡¿Qué?! —exclamó Barris—. ¡Si el enemigo reúne a su ejército durante esos "cuantos meses", Eldia será tomada!

—Además, no estamos seguros de que no haya incidentes durante el parto —añadió Farrell—.

—Nosotros podemos atacar primero al enemigo y retrasar sus planes de alguna manera —sugerí—. Soy consciente de los riesgos, pero ahora mismo estamos en contacto y en una situación progresiva. No podemos permitir que ese tipo siga haciendo de las suyas; no si Eren está siendo controlado realmente por Zeke o no. Lo cierto es que si damos en el blanco y matamos a Zeke, estarán acabados. —Dirigí mi mirada a Farrell, llamándolo—. Pasale el mensaje a Pixis por mí. Ve —le pedí—.

—¿En serio va a hacer eso, capitán? —me preguntó mi soldado, aun sorprendido.

—Si corto sus extremidades, el viejo sabrá qué va a pasar.

Bajé de la rama donde nos encontrábamos hablando los tres, dirigiendo la lectura a ese de lentes frente a mí, el cual, a pesar de mantener un libro frente a él, percibí al observar su mirada en nosotros.


»¿Disfrutando tu lectura? —le pregunté, tratando de parecer normal tras la conversación.

—Es muy interesante... Por algo lo he leído por séptima vez —me respondió—.

—Tú no podías concentrarte porque estabas muy interesado en nuestra conversación, ¿verdad?

—¿Estás diciendo que debería estar fascinado por este libro, aunque ya lo haya leído siete veces? Hablando de eso, ¿queda algo de vino?

—Hemos estado aquí por un mes. No queda nada por ahora —respondí—.

—Qué lástima. Qué otras torturas podrías conjurarme.

Molesto, me giré para no verlo más. —Continúa con tu lectura —le ordené, mientras caminaba un poco para calmarme.

No me importa lo que Pixis diga, mataré a este tipo. Este bosque tiene a treinta soldados armados vigilando desde arriba. Incluso si se transforma en titán bestia, no hay manera en que pueda escapar. Así que es verdad, este maldito barbudo ha sido nuestro enemigo todo este tiempo. Ahora que hemos establecido eso, no hay razón que me motive a dejarlo conservar sus brazos y piernas.

«Me ha tomado mucho pero, Erwin, podré por fin cumplir mi promesa que te hice ese día. Tu muerte no fue en vano, ni la de los demás. Finalmente puedo asegurarlo» llamé a la nada, decidido a cumplir. «¿Y tú, Odelia, ¿qué pensaras de todo esto?» Me giré sobre mis talones para observar a Zeke leyendo, pero lo único que pude encontrar fue a ese maldito corriendo del lugar y comenzando a gritar como loco.

Treinta destellos ocurrieron a mi alrededor, mientras que cuerpo gigantes caían de los árboles para comenzar a rodearme.

—Zeke...

—Adiós, capitán Levi. Eres tan considerado con tus subordinados que no tuvieron la culpa de convertirse en gigantes anormales que no querrás matarlos, ¿verdad? —escuché cada vez más la voz del rubio alejarse, mientras que los... ellos... corrían en mi dirección para intentar alcanzarme.

¿Fue el vino? ¡¿El fluido espinal de Zeke estaba en el vino?! ¿Por cuánto tiempo ha estado preparando esto? ¿Se debe a que fue una mentira? El dijo que sus cuerpos se volverían rígidos, no hubo señales de eso.

Maldición, son rápidos. Sus movimientos no son normales. ¡¿También es cosa de Zeke eso? Anclé los ganchos de mi equipo tridimensional sobre uno de los árboles, elevándome para evitar ser devorado. Aunque uno de ellos estuvo a punto de agarrarme, tuve que rebanar sus dedos para que no me alcanzara... Pero ese rostro...

—¡¿Barris?! ¿Todavía estás ahí? —no pude evitar llamarlo, aunque no hubo respuesta. Observé a los demás que se acercaban a mí, rodeandome por completo—. Chicos... ¿siguen ahí?

Cerré mis ojos po completo esperando mi muerte, pero mis manos y mi cuerpo se movieron hasta la cima de uno de los árboles. «¿Por qué te de tienes, Levi?» No pude evitar preguntarme al saber que volvía a moverme evitando los titanes que me seguían sin remordimiento.

Observé al cielo oscuro. Pronto amanecerá... y veré el mismo cielo que compartí con tantos amigos. Farlan, Isabel, Nanaba, Mike, Petra, Gunther, Eld, Auruo, Hange, Erwin, Odelia... Personas que, como yo, siempre han luchado por la libertad.

Solté un grito de desesperación cuando sentí aquella inmensa fuerza recorrer de nuevo mi cuerpo, obligándome a hacer todo lo que he hecho durante estos años: sobrevivir.

Mi corazón dolía con cada cortada exacta de 10 cm de largo por un metro de ancho. Veintisiete nucas fueron las que tuve que cortar. Al menos, así podrían todos ellos descansar de esta pesadilla. Ahora, me tocaba vengarlos contra ese maldito barbudo. No permitiré que se salga con la suya. Lo mataré, y cumpliré mi promesa que le hice a Erwin

Seguí el rastro de pasos gigantes, en la lejanía pude divisar las siluetas de tres titanes. En uno de esos debía estar Zeke escondido.

Con toda la rapidez que mi equipo de maniobras me permitió ejercer, enganchando mis cuerdas de regreso contra aquellos tres titanes, cortando la nuca de uno de ellos con rapidez.

Zeke, que iba entre las manos de uno de los titanes... Cristel* era quien sostenía el cuerpo de Zeke entre sus manos.

—¡VAYAN! —gritó el barbudo a... Harry*...

Solté un jadeo antes de crujir los dientes e impulsarme hacia quien fue Harry, cortando su nuca con fuerza. Ancle mi equipo sobre la espalda alta de Cristel, acercándome hasta el barbudo, el cual, el maldito se transformó en ese asqueroso titán, por lo que decidí alejarme.

»¡¿POR QUÉ ESTÁS VIVO?! —gritó con desesperación Zeke antes de transforarmse y tomar el cuerpo de Cristel, partiéndolo y solo tomando su cabeza cual pelota.

Ese maldito... Me las va a pagar en cuento lo tenga en mis manos.

Sus gritos dentro de su Titán no evitaban que se me estremeciera el cuerpo. Sin embargo, podía sentir la furia fluir por todo mi cuerpo y, aunque fuera la última cosa que haga, vengaré a Erwin. Después de todo, no hay nadie que me espere
en casa...

Lanzó en todas las direcciones los pedazos de la cabeza de Cristel titanizada, mientras se burlaba sobre lo que hice con mis compañeros. «Maldito...» lo insultaba de todas las maneras que podía creer en mi cabeza, mientras desde arriba de la cima del bosque, cortaba las ramas gigantes del bosque alrededor de él para poder distraerlo y confundirlo.

—Jaque mate... Bastardo barbudo. No estuviste leyendo adecuadamente como te lo indiqué, pero además de eso, pero dejando de lado eso, ¿cómo pude haber malinterpretado algo? Pensar que podrías escapar de mí... ¿Creíste que por transformar a mis soldados en Titanes, no podría matar a mis compañeros? ¿Sabes a cuántos compañeros hemos matado? Probablemente ni siquiera lo sabes.

Cuando por fin se distrajo por completo, me abalance sobre su nuca, lanzando las cuatro lanzas relámpago sobre él, dejándolo descubierto al instante y provocando que terminara severamente lastimado de su cuerpo.

Furioso, lo tomé de esa asquerosa cabellera, mientras sangraba de su rostro.

—Oye, barbudo. Eres un maldito... Hedor de inmundicia, y te ves mal para ser un pedazo de escoria. Pero no te preocupes. —Comencé a arrastrarlo—, no te voy a matar, todavía.

Lo llevé a rastras hasta mi caballo, que era de los pocos que quedaban después de la explosión. Lo llevé dentro de la carreta que quedaba de todo este caos... y como pude, coloque dentro de su cuerpo inconsciente la lanza que me quedaba, uniendo con la cuerda de la lanza a su cuello, dejándolo en una posición casi fetal.

Permanecí en silencio por bastante tiempo que era difícil calcular cuánto fue. El sonido de los truenos avecinando una torrencial lluvia y la recomposición del cuerpo de Zeke frente a mí era lo único que escuchaba, mientras mi mente se revolvía cada vez más. ¿La razón por la que Zeke haya reaccionado de esa manera era por un plan que tenía desde antes? Si era así, Eren, Odelia y Zeke podían haber creado un plan incluso antes del tiempo que estuvieron separados? ¿Cuál era la motivación de Zeke al escapar ahora? Tuvo tiempo hace mucho para hacerlo, ¿tenía una fecha importante para eso? Pero, ¿cuál podría ser?

Mi mente no dejaba de dar vueltas por ello, hasta que algo hizo clic dentro de mi cabeza. «¿Y si Eren era quien estaba de acuerdo para esto?» Él pudo haber creado un plan donde tomara las murallas para luego reunirse con Zeke una vez que la autoridad dentro de las murallas se viera destruida. «¿Eso podía implicar un escape?» mi cuerpo tembló al pensar en esa posiblidad, aunque también cabía dentro de mi mente pensar en si Eren podía escapar... probablemente Odelia también podía salir de la cárcel.

—Ugh... —escuché los quejidos de ese maldito frente a mí, mientras abría sus ojos de a poco, acostumbrandose a la vista que había a su alrededor.

—¿Por fin estás despierto? —lo llamé, sin recibir alguna respuesta, pero observando cómo trataba de acomodarse en el suelo—. Hey, no te muevas, el detonador de la lanza está conectado a un cable que ha sido atado alrededor de tu cuello. Si te mueves imprudentemente, detonará desde tu abdomen. Terminarás en dos piezas, suponiendo lo peor.

Al entenderlo, terminó por vomitar en el suelo. Ese maldito cobarde... lo haré tragarse su vómito antes de matarlo y entregar su cabeza a Pixis y Hange.

»Dado el estado en que te encuentras, es difícil para mí incluso decir que no vas a morir... pero no es como que tenga alguna simpatía por ti —me levanté alzando mi espada, observándolo con odio y rencor—. Tú caminaste sobre las vidas de mis subordinados; todo de acuerdo a tu plan. ¿Era el ser cubierto en vómito y porquería mientras llorabas también parte de tú plan? —le pregunté, comenzando a cortar con fuerza cada parte de su pierna desde el inicio de su pie, escuchando solo sus gritos de dolor. Esos gritos no se comparan con lo que yo sufrí y sufrieron más personas en todo este tiempo—. Cállate, si no te pico de esa forma, un imbécil como tú no podría terminar convirtiéndose en titán, ¿verdad?

—Mis... Mis anteojos... ¿dónde están? —preguntó con la voz apenas audible.

—¿Oh? Como si supiera. No necesitarás más tus anteojos de cualquier forma —demandé. En ese momento, perdió la consciencia—. Tch. Estoy esperando por ver cómo acabas, bestia.

Debido a que sus extremidades ya estaban bastante cortas para tardar en regenerarse, tomé las riendas del caballo y lo golpee para que comenzara a andar, aunque con algo de lentitud para que no explotara el detonador de la lanza sobre el caballo y yo también. Mi objetivo era poder entregar a Zeke una vez que tuviera un traidor aliado a la facción Jaeger. Además, aun quería buscar a Odelia... incluso tras lo ocurrido la última vez que nos vimos.

Podía sentir mi mente hecha un caos aunque, de alguna manera, podía escuchar la voz de Odelia llamándome. «¿Era mi conciencia la que me llamaba?» Seguramente era eso.

—La única salvación posible es la eutanasia de Eldia... —Escuché delirar al rubio—.

Detuve al caballo y dirigí mi mirada a Zeke, tratando de entender lo que decía.

—¿Qué has dicho? ¿Algo sobre la eutanasia? —espete—. Ya sé que acabarás muriendo dentro de la fétida boca de un titán, mientras oyes cómo todo tu cuerpo sé hace añicos, pero ¿no te parece que esa sería una forma excesivamente pacífica de morir? Comparado con los cuentos de vidas de mis camaradas que robaste...

—Yo no los robé... Yo... los salvé. Salvé las vidas de esos niños... de... este mundo cruel...

Lo miré con desdén, mientras desenvainaba mi espada de nuevo, observando que sus piernas habían vuelto a crecer.

«¿Salvar las vidas de niños?» cualquiera que fuera deseado, merecía la oportunidad de vivir en el mundo. ¿Quién se cree él para hablar de esa manera? Como hijo que creció en un burdel, sabía lo mucho que merecía gente como yo poder admirar aunque sea un poco la libertad que podíamos llegar a tener. ¿Quién es este tipo para venir y decidir quién o no seguirá vivo?

—Parece que te han vuelto a crecer las piernas...

—¡Lev...!

—¡SEÑOR XAVER, MÍRAME! —lo escuché gritar, mientras se estiró por completo, rompiendo el detonador frente a mí, aunque...

—¿Odelia? —fue lo único que pude decir cuando ella trató de alcanzarme subiendo en la carreta mientras la explosión ocurría de forma lenta.

Sentí sus manos tomarme de los hombros y tratar de cubrirme, antes de que la explosión nos alcanzara a ambos.

«¿Qué significa todo esto?» Me pregunté observando a la chica que se encontraba inmóvil frente a mí mientras mi vista roja comenzara a oscurecerse.

🌸
HOLAAAA ESTOY MUY EMOCIONADA. ¿Qué les pareció este capítulo? Casi desde que empece a escribir lo de Odeli y su "maldición", tuve la escena de la Declaración en mi mente todo el tiempo y estoy súper feliz de mostrarselo a ustedes. ¿Les gustó? ¿Si se imaginaban lo del final? Espero que les haya gustado ese capítulo y nos vemos pronto. Cuídense ❤✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro