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Capítulo 78

≪❈DER GEGENWART Ⅶ. HOCHSTAPLER❈≫

Los gritos de los periodistas y varios ciudadanos se aglomeraron en la entrada del edificio donde eran custodiados los que se rebelaron contra la Legión. Tras las filtraciones que logran dar a relucir al público, la ciudad comenzaba a entrar en pánico, y aún más con la reciente orden de que los ciudadanos de Shiganshina debían evacuar el Distrito de manera instantánea.

Joelle se encargaba de proteger a Hange de los empujones que habían en aquella bola de personas esperando hablar con el Comandante y tener una explicación a todas sus preocupaciones, sin embargo, ninguna de las dos soldados veteranos decidió hablar al respecto, siendo reprochados con las palabras que expresaron en el pasado.

—Comandante Hange... Fue usted quien dijo que "debía revelarsele la información a los pagadores de impuestos". ¿Ha cambiado su postura con respecto a esa información? —preguntó el dueño de la editorial que fue el primero en decidir cambiar las cosas y revelar la verdad a los ciudadanos de todas las murallas, aunque la verdad llegara primero a unos pocos.

—¡La situación ha cambiado! ¡Ahora que las murallas están abiertas y hemos establecido contacto con el mundo, el significado de poseer información ha cambiado! —expresó agitada Hange tratando de esquivar a todos los presentes.

—Comandante Hange, sé que ahora ustedes están en una situación difícil. Así que, por favor, solo míreme a los ojos y dígannos que podemos confiar en ustedes —pidió Flegel Reeves.

Con la mirada cansada, se giró para observar todos ellos que la miraban con expectación.

—Todo lo que hacemos, es por el pueblo de Eldia —fue lo único que dijo antes de entrar al edificio junto a Joelle, quien la tomó del hombro tratando de apoyarla, pero el movimiento rápido de Hange caminando la hizo no poder alcanzarla, sintiéndose de alguna manera vacía.

Caminaron en silencio hasta llegar a la puerta donde se encontrarían todos los detenidos y varios soldados veteranos de la Legión. Al quedar frente a la gran puerta, ambas se detuvieron y Hange tomó una bocanada de aire, decidiéndose a entrar sin poder contar con el apoyo de la pelirroja, nuevamente, encontrándose ambas con rostros conocidos.

—Supongo que han sido ustedes quienes han filtrado al público la información referente a Eren: Holger, Wim, Louise, los nuevos reclutas y por último... Samuel y Floch. ¿Por qué harían tal cosa? —la mirada del trigueño y el pelirrojo se dirigió hacia la pelicobre, quien no podía creerlo aún—. ¿Por qué harían tal cosa? —la voz de Hange acercándose hasta tomar asiento frente a todos ellos lo hizo desviarse hasta la comandante, incentivando al líder a hablar.

—Porque deben liberar a Eren —respondió Floch—. No ha hecho nada malo. Solo hizo lo que debía hacerse. Se plantó frente al temible enemigo y ganó. Gracias a él, ahora podemos contar con el tremendo poder del "retumbar de la tierra", es un arma que asegura nuestra supervivencia. Eren nos ha salvado a todos. Ha salvado a todos los componentes del Renacido Imperio Eldiano.

—La forma correcta de llamar a nuestro país es "la nación de Eldia". Y, gracias a esta "victoria", como ustedes la llaman, ahora se ha hecho inevitable un ataque directo de todos los ejércitos de este mundo contra esta pequeña isla, algo que antes era incierto —repuso Hange—. ¿No les parece que esto pone en peligro nuestra supervivencia?

—Ese sería el caso si no tuviéramos el "retumbar de la tierra" como arma. No importa cómo lo mire. La gente de esta isla no sobrevivirá si no tenemos ese poder.

—Ni siquiera tenemos pruebas de que este "retumbar de la tierra" funcione como esperamos. Solo sabemos lo que dicen las historias de otras personas.

—Si tan solo sacasen a Eren de su celda, eso podría cambiar.

La sala permaneció en silencio, con una clara división de ideas entre las personas. Un murmullo se escuchó entre los presentes, ganándose la mirada fulminante de Joelle sobre ellos.

»Eren Jaeger está llevando a este país por el camino correcto. Liberenlo de una vez, por favor.

—Sí... Quizá tenga razón. No importa cómodo lo mires, fui yo quien tomó la decisión que llevó a la realización exitosa del plan de Zeke. Todo esto es responsabilidad mía... —la mirada de los veteranos del antiguo escuadrón de Levi dirigían su mirada hasta la comandante, sorprendidos de la declaración de Hange, a excepción de Joelle, quien la conocía perfectamente para saber lo que diría a continuación:— Es por eso que no puedo dejarle seguir haciendo lo que le plazca. Todos serán enviados a juicio por filtrar al público la información sobre Eren. Lleven a los cinco a confinamiento en solitario —fue la orden que dió antes de que todos ellos fueron puestos en custodia.

—Lo hicimos por los humanos de los muros. Iré gustoso —declaró Floch a Jean y Artis, quien escoltaba a Samuel.

—Odelia-san también estará de nuestro lado. Ella es la más sensata en todo esto que apoya nuestra decisión. Estoy seguro que el comandante Erwin estaría de acuerdo con ella —expresó Samuel a Artis—.

Todo ello fue escuchado por Hange quien, al pensar que estaba sola en el lugar, quien recordó las palabras de Sannes años atrás.

Soltando un pequeño grito lleno de impotencia y enojo, dejó que su cuerpo se intentara relajar sobre su silla.

—Estoy muy cansada —dijo con sinceridad a la nada, sin detenerse a pensar que Joelle estaba detrás de ella, tomándola del hombro para demostrar su apoyo, acto que fue bien recibido tras sentir el contacto de la mano de Hange con la suya, agradeciendo en silencio—. Aún no puedo descansar, hay algo que debo comprobar aún —se levantó de su asiento y con la mirada puesta en la pelirroja, le preguntó:— ¿Puedes acompañarme?

—Por supuesto —sonrió de manera tranquilizante Joelle, siguiéndole el paso a su compañera.

Por otro lado, el sonido de los pasos de los soldados siendo llevados en silencio hasta sus mazmorras, le hizo a Connie, Jean y Artis recordar sus épocas con sus camaradas que ahora los traicionaban.

—Samuel, ¿por qué? —preguntó la pelicobre mientras aún sostenía con un poco más de la fuerza requerida al trigueño—. ¿Cuáles son tus motivos para traicionar el voto a la Legión?

—Nunca me has agradado del todo, Artis —expresó con sinceridad su excompañero, dejándola boquiabierta, deteniéndose al no saber qué expresar—. Siempre creí que permitías que tus emociones se dejaran llevar por los demás y depender de otras personas para actuar, aunque siempre te mostraras fuerte y fría. Aún así, te consideré mi compañera a la cuál proteger durante estos cuatro años. Tenía una prioridad con Sasha cuando ella me salvó en la vez que Berthold quiso atacar Trost; ella me salvó de caer de la muralla y es por eso que le debo la vida. Sin embargo, ella murió y no pude hacer nada para protegerla, todo por culpa de esa mocosa eldiana. Fue entonces que me pregunté: ¿por qué debía sufrir con cada muerte que pasa al intentar proteger a los que queremos? Mis compañeros de ciclo de entrenamiento, Marlo, el comandante Erwin, Sasha, Ondine, Connor... Todos ellos lucharon valientemente hasta el día de sus muertes, teniendo un sueño con ellos que los impulsaba a luchar. Mi sueño es ver al Imperio de Eldia restaurado y libre de señalamientos y amenazas de otras personas. Artis, ¿cuál es tu sueño para luchar?

Sin saber qué responder, le instó a continuar avanzando hasta las celdas, observando por casualidad la mirada del pelirrojo sobre ella.

—Puedes unirte a nosotros en el momento en que desees —fue lo único que le dijo Floch antes de que Jean le obligara a continuar caminando, dejando atónita a la pelicobre.

Tras haberlos dejado encerrados a todos los infiltrados, salieron de la habitación llena de mazmorras, observando de reojo a la castaña que no se atrevía a observar a aquellos que cuidó tanto, y que se ganaron la confianza de la excapitana.

—Odelia-san... —llamó Connie, acercándose hasta la celda de la mayor que no se atrevía a alzar la mirada—. ¿De verdad acabará así? —se acercaba con furia hasta los barrotes que contenían a la castaña, pero fue detenido por las manos de Mikasa y Artis en cada hombro.

—Déjame hablar con ella —le pidió la pelicobre, tomando con suavidad una de las manos que el peligris contraía en puños hasta el punto de enterrar sus uñas sobre la carne, ayudándolo a dejar de lastimarse—. Los alcanzaré pronto, se los prometo —sonrió la chica con seguridad—. Y, por favor, llamen a Darío para que venga junto a mí —pidió por último antes de girarse.

Apoyado por sus amigos, Connie decidió alejarse, no sin antes darle un última mirada cristalina y de desapruebo, a la mujer que enterraba secretamente sus dedos sobre la colcha de su cama.

Los pasos de los demás alejándose la hizo saber que por fin están solas y alejadas de los otros encerrados para hablar abiertamente lo que no pudieron decir antes.

—Me sorprende lo mucho que has crecido en estos casi once meses, Artis —sonrió débilmente la castaña.

—Cuando me dijo que quería arreglar la situación de su padre y antepasados, no creí que se refería a esto —deslizó sus manos entre el metal de los barrotes—. La admiraba por ser una persona fuerte, pero capaz de tratar de arreglar las cosas con el diálogo, como lo hizo con Darío.

—Hay diferentes maneras de arreglar las cosas, Darío era para ese entonces una persona inestable por sus problemas familiares, lo único que lo pudo ayudar fue encontrar a su padre postizo y que Sasha y los demás lo ayudaran cuando se enteró de la verdad de su familia.

—Maldita... —escuchó la voz gruesa de Darío acercarse hasta ella, sintiendo las manos que la amenazaron años atrás en otras circunstancias—. ¡Tú sabías sobre mis verdaderos padres, ¿no es verdad?! Confié en tí y no me dijiste nada sobre mi familia. ¡Comienzas a parecerte a Will!

—¡Darío, cálmate! —le pidió Artis al pelinaranja, mientras que murmullos se escuchaban entre las celdas.

—¡Darío, deja en paz a Odelia-san! —escuchó la voz nerviosa de Samuel tratando de ver entre las rejas.

—¡Si intentas ponerle una mano encima, cuando salgamos de aquí, iremos por ti! —le amenazó Floch.

—No es que no me importara. Tu mismo padre me pidió que no te lo dijera —le respondió con la voz entrecortada Odelia, incapaz de soltarse de ese agarre.

—Maldición... —pateó las rejas de la celda de la castaña—. ¡MALDICIÓN! —gritó desesperado el pelinaranja, soltando un sollozos débil.

—Darío, Artis, escúchenme —le pidió Odelia una vez que pudo recomponerse—. Quiero... que me perdonen por haberlos traicionado —la voz de la castaña comenzó a quebrarse, obligando a que los dos soldados la observaran—. No entiendo cómo es que pude aceptar la decisión de Eren, pero quiero decirles que he cambiado de opinión. No, nunca quise hacerlo. Es solo que... el poder que Eren tiene en mí hace difícil que pueda tomar decisiones. Sin embargo, he decidido que no quiero ser una esclava...

—¿Eso significa que...?

—Haré cualquier cosa que ustedes me digan, con tal de poder obtener su perdón. Sobre todo el del capitán Levi Ackerman —susurró, bajando su cabeza—. Les daré la información que necesiten para poder atrapar a todos los soldados que están en contra de la Legión y el Gobierno.

—¡Odelia-san, ¿qué estás haciendo?! —las voces desconcertadas de varios soldados preguntando lo mismo los hizo alzar la voz, desprevenidos tras haber escuchado a la mayor hablar.

—¡No puedes traicionarnos de esa manera! —espetó Floch, resonando su voz en todo el lugar.

—¿Por qué? ¡¿POR QUÉ?! —reclamó Samuel—. ¿Acaso no recuerda la muerte del comandante Erwin? ¿No me dijo usted que quería dar sentido a su muerte? ¡No tiene sentido lo que está haciendo en este momento! ¡Está traicionando a su país y sus compañeros! —sollozo el trigueño.

Los azotes de los barrotes tratando de salir hizo que los demás soldados élite que se encontraban escuchando esa conversación en silencio, los hizo entrar para intentar calmar a los demás "traidores".

Entre sí se miraron los miembros de los escuadrones antiguos, asegurando que las palabras de Odelia eran verídicas.

—Odelia-san, ¿cómo podemos asegurar que no nos está mintiendo? —preguntó Armin, tratando de controlarse por ordenar la absolución de la castaña del lugar.

—Como les dije, les daré los nombres de cada uno de los miembros que están en contra del plan inicial. No sólo son los que están encerrados aquí, son muchos más, que en cualquier momento pueden poner en peligro las decisiones que se tomen la Alianza de los tres cuerpos militares de Paradis. También daré a conocer el plan que Eren tiene planeado, y cómo podremos detenerlo a él y Zeke de todo esto —respondió sin titubear, aumentando los gritos de las celdas.

—¿Qué opinas, Armin —preguntó ansiosa Mikasa, esperando la respuesta de su amigo.

—Jean, llama a los guardias y pide que la absuelvan de esta celda, la trasladaremos —ordenó el rubio, provocando que más gritos se generaran en el lugar.

—¡Traidora! ¡Eres una maldita traidora! —se escucharon los gritos de los soldados.

Odelia caminó nerviosa junto a los demás, incapaz aún de observarlos, mostrando su arrepentimiento a los chicos que aún no creían lo que pasó.

—Parece ser que Odelia-san es la única persona que sabe completamente las ideas de Eren. Como dijimos, trataremos de que ella hable con Eren y lo haga cambiar de opinión, ya que realmente ha demostrado que su decisión ha cambiado, y su muestra de apoyo hacia nosotros ha consternado a Floch, Samuel y los demás, lo que demuestra la veracidad de sus palabras. Si logra hablar con Eren, lograremos detener a Zeke y el plan que tenga. Sin embargo, si Eren se muestra reacio, tendremos que acudir al plan del suero del titán... —finalizó el rubio, sintiendo la tensión de su amiga aumentar.

—Chicos... —los llamó Odelia una ve que estuvieron lejos de las celdas, girándose a observarlos y acercarse a cada uno de ellos para intentar abrazarlos incluso con las cadenas puestas en sus manos—. Perdónenme por todo lo que les hice —caminó débil hacia Connie, tomándolo de su camisa—. Mi pequeño Connie, perdóname por haberte abandonado, debió ser doloroso pasar solo la muerte de Sasha, no te apoyé durante estos últimos años aunque dije que lo haría —comenzó a derramar lágrimas, sintiendo el agarre del peligris sobre ella, correspondiendo a su abrazo—. Perdoname, por favor.

—Odelia-san... —no pudo articular una palabra Connie, dejando que las lágrimas lo invadieran.

Una vez que ambos se calmaron, la castaña caminó hasta Jean, Artis y Darío—. Chicos... lamento que tuvieran que perder a una amiga, una vez más... Lamento haberlos traicionado y no poder darles una explicación —las miradas empañadas de los tres chicos la hicieron bajar su cabeza—. Lo siento, lo siento, lo siento...

Las manos de los tres chicos sobre ella la hicieron poder suspirar de alivio, acercándose por último a los dos amigos de Shiganshina, quienes observaban conmovidos a la castaña.

»Chicos... no puedo imaginar una manera de disculparme con ustedes por haber alejado a su amigo de ambos... Nunca podré pagar todos los daños que les causé...

Acercó sus brazos hasta ellos y los abrazó hasta donde las cadenas le permitieron, sintiendo los brazos cálidos de los dos chicos acogerla, sin rencor de lo ocurrido.

»Les prometo... Devolverles a Eren.

Sin dejarlos emitir una palabra, se dejó caer al suelo, débil y soltando toda la desesperación que  guardó por mucho tiempo, enterrando sus uñas en el suelo.

—Perdónenme todos... No tengo derecho a pedírselos. Solo espero... Que las acciones que he tomado tengan perdón algún día. Haré mi mejor esfuerzo para poder solucionar esto, y asumiré cualquier responsabilidad que necesiten que tome —finalizó la castaña, levantando el rostro.

—Odelia, levántate —le ayudó Darío a levantarse del suelo y caminar hacia las mazmorras donde estuvo antes con Eren—. Confiaremos en ti. El futuro de Paradis está solamente en tus manos.

—Cuenten conmigo —se limpió el rastro de lágrimas y con su mirada roja, todos pudieron ver la determinación de la castaña sobre ellos.

—Odelia-san... —esta vez llamó Armin, acercándose de nuevo a la castaña y tomándola de los hombros—. Nosotros te confiamos la tarea de convencer a Eren de decirnos la verdad y poder cambiar el rumbo de esta guerra para poder llegar a un acuerdo de paz y detener a Zeke Jaeger.

—Haré mi mejor esfuerzo... No, ¡lo haré! —determinó la castaña, provocando una sensación de alivio en todos los presentes—. Solamente me gustaría pedir un favor... —pidió la castaña, llamando la atención de los soldados—, me gustaría saber... si es posible... ¿Dónde se encuentra el capitán Ackerman?

Inseguros se miraron entre sí, sin saber si decirle o no. Aunque no había razón alguna en la que Odelia pudiera hacer algo con el capitán tan lejos de ella.

—Él debe encontrarse ahora mismo en el bosque de árboles gigantes ahora mismo junto a otros soldados para cuidar a Zeke Jaeger.

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—Lo siento, lo siento, lo siento... —susurraba la castaña, presionando con fuerza su cabeza entre sus dos manos, mientras la mirada de Eren recaía sobre ella.

—Tú... ¿qué dijiste para estar aquí?

Por fin alzó su mirada descolocada hacia el castaño, causando que Eren la observara con sorpresa.

—Les dije que hablaría contigo para poder solucionar las cosas... Tratar de encontrar una solución a todo esto.

—Sabes que no la hay-

—¡Ya lo sé! —farfulló alterada la morena—, es por eso que me duele haberlos engañado. Tantas personas que amo... Ellos nos quieren de vuelta. Armin y Mikasa te quieren a su lado, no que te alejes de ellos.

La mirada del castaño se dirigió al suelo, colocándose rígido ante las palabras de la mayor.

»¿De verdad no hay otra manera de detener esto?

—Lo he intentado pensar. Incluso tú lo has hecho, y ambos sabemos que no hay nada que hacer. Debemos atenernos a esto y seguir adelante...

Odelia ya ni siquiera sentía las lágrimas salir de ella. Cerró sus ojos tratando de calmarse y calmarlo, al observar a Eren encontrarse sumido igual que ella en la desesperación. Tomando una bocanada de aire, Odelia cerró los ojos y tarareo por lo bajo la canción que tanto lo calmaba. Lo único que podían hacer era esperar por los problemas que se avecinaban dentro y fuera de la celda y murallas.

—Yo... Tengo mucho miedo de morir...

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La muestra de la veracidad en sus palabras, le ayudó a Onyankopon a poder levantar su palabra de sospechas tras enterarse de la reunión secreta que habían tenido Eren, Odelia y Yelena antes de que estos dos primeros decidieran escapar en Marley. Tendría que declarar todo lo que supiera sobre Yelena, siempre y cuando se quedara junto a Hange y Joelle, quienes le protegieron durante el tiempo que estuvieron juntos.

—A Odelia nunca le cayó bien Yelena. Aun así, pudo llegar a un acuerdo con ella, y así acabar con muchas personas en otro país —declaró Joelle, abrazándose a sí misma para intentar reconfortarse—. Simplemente... No lo logro entender lo que pasa por su cabeza.

—Tendremos que averiguarlo —le respondió Hange, tomando una de sus manos para tratar de calmarla—. Debe haber un punto en que podamos entenderla... Y a Eren también.

Su camino al cuartel fue interrumpido tras la llegada rápida de uno de los soldados de la Tropa de Guarnición.

—¡El Generalísimo Zackly ha muerto!

Sin poder creerlo, ambas soldados se miraron entre sí, sabiendo que debían partir pronto hacia la orden del Consejo de Paradis. Por lo que, a la hora de su llegada hasta donde se encontrarían Mikasa y Armin, ya había anochecido.

La cabeza de Joelle daba vueltas, sin poder prestar atención en la reunión y los hechos que se describieron tras la muerte de Zackly y otros tres soldados presentes en la sala, sin contar lo cerca que estuvieron los soldados Arlert y Ackerman de agregarse como cinco muertos sin reconocer. Pasando por alto también la sospecha de tres soldados que habían visitado al mayor antes de que la tragedia sucediera. «¿Es posible que mi hermana sea parte de esto?» se preguntaba, sin encontrar una respuesta que pudiera exceptuar a su hermana de estos últimos acontecimientos.

¿Cómo podría defenderla sin posibles pruebas para demostrar su inocencia, y donde ella se negaba a tratar de revelar sus verdaderas intenciones a la Legión? ¿Era posible, entonces, que Odelia estuviera de acuerdo con Eren Jaeger en todo esto?

—Lo único que podemos rescatar de todo esto, es la disposición de Odelia Baumeister para revelar a todos los infiltrados y, si es posible, encontrar un punto de acuerdo con Eren —la voz de Armin la permitió escapar de sus pensamientos que la consumían de a poco, fijándose en el rubio que declaraba un atisbo de luz en su oscuridad—. Les hemos permitido que se reúnan, así podrán hablar juntos. Odelia-san ha demostrado estar dispuesta a apoyarnos. Después de todo, incluso los arrestados de la Legión mostraron su inconformidad contra ella tras su "traición" —aquellas palabras la dejaron perplejas a Joelle y Hange.

—Hablando de la Legión de Reconocimiento, he escuchado, e incluso Armin ha declarado que hay unos pocos que han filtrado información al público con respecto a Eren, y han sido puestos bajo custodia. ¿No creen que...?

Nile no pudo continuar hablando al ser interrumpido por el ruido de la puerta siendo abierta inesperadamente.

—¡EREN JAEGER Y ODELIA BAUMEISTER HAN ESCAPADO DE LA CÁRCEL SUBTERRÁNEA! ¡Eren ha usado su poder de titán para crear una abertura en la pared, y después lo han usado para crear su vía de escape! ¡Después de eso, ha sellado la brecha, dejando atrás a sus perseguidores!

—¡Movilicen a todos nuestros hombres y busquenlos! —les ordenó el comandante Dok a lo presentes, mientras que los cuatro soldados del escuadrón de Exploración no podían digerir la noticia.

«¿Eh?»

—Armin... ¿Qué dijo que ha pasado? Y además... ¡¿por qué Odelia estaría con Eren?!

Por otro lado, escalando la cima de aquella tierra verde, Eren y Odelia se alzaban junto al sol amaneciendo, mientras varias siluetas frente a ellos se mostraban con la luz del Sol cubriéndolos. Los pasos descalzos de ambos soldados los hizo mostrar lo cerca que estaban de culminar una guerra ya no tenía precedentes para continuar.

🌸
¡Holaaaa! ¿Cómo se encuentran el día de hoy? Espero que estén bien.
¿Qué les pareció el capítulo de hoy? ¿Se imaginaban que Oda se escapara con Eren? Además, ¿qué creen que vaya a hacer ya afuera? Mucho por responder y yo re emocionada por subir estos capítulos. Por cierto, ¿creen que fuera falso cuando Odelia "traicionó" a Folch y los demás, o fue real? Me gustaría saber todo lo que piensan y nos vemos pronto.

Cuídense 💗✨

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