Capítulo 75
≪❈ANALEPSIE Ⅱ. BESUCH❈≫
Un disparo se escuchó entre las olas del mar. Todos observaban atónitos a un soldado de Marley disparar a uno de los suyos, aclarando que no atacarían a ninguno de la Legión. Sin embargo, la mirada que aquel rubio le dedicó al gigante de 15 metros en el agua dejó a Odelia algo pasmada, analizando a aquella persona que ahora ordenando a sus compañeros.
Con el trabajo de los soldados de Marley creando sus tiendas de campaña en la costa, el escuadrón de Levi y Odelia permanecieron fuera del área para poder actuar en cualquier suceso que pudiera ocurrir, manteniendose solamente tratando de permanecer despiertos mientras los capitanes y el comandante de Legión abordaban a los recién llegados.
Odelia permanecía callada mientras mientras se removía incómoda en su lugar al sentir la vista de la rubia sobre ella mientras esta explicaba las funciones de sus armas, la composición del ejército marleyense y las nuevas adquisiciones que tenían para sus refuerzos bélicos. Podía notar con poco esfuerzo el nerviosismo que tenían tanto Levi como Hange, sonriendo dentro de sí al observar cómo Levi se comunicaba con la castaña sin necesidad de hablar, solo con la mirada.
«Ellos dos deberán estar unidos más que nunca en estos tiempos» anotó mentalmente Odelia mientras observaba ahora la seguridad con que Hange hablaba con los extranjeros.
—El tema es que cruzar las murallas y así el enemigo aparecerá —describió Onyankopon, uno de los "soldados voluntarios" de Marley, que estaba también junto a Yelena.
—¡¿Desde los cielos?! —exclamó sorprendida Hange, ganándose un reprendimietno de Levi—. Así que Marley tiene ese poder desde el último año...
—Entonces, ¿por qué no vinieron a atacarnos? —preguntó esta vez Odelia en toda la reunión—.
—Existen dos razones: Incluso con armas de vanguardia para atacar la isla Paradis, los "titanes puros" son obstáculos difíciles para poder aterrizar. Para Marley, es política confinar a la gente de Eldia dentro de las murallas. Pero por el contrario, es por su existencia que Eldia fue protegido por el avance de Marley —decidió responder Yelena.
—Bueno, eso es divertido —ironizó Levi.
—Da igual. Pronto amanecerá, será momento de que despierten los titanes. Aunque parece que podemos tomar el té fuera de las murallas —el rostro de desconcierto de Levi y Hange fue respuesta para la rubia—. Así que todos los titanes fueron eliminados, ¿es eso cierto? —preguntó la rubia dirigiendo su mirada oscura hasta la castaña, quien fruncio el ceño.
—Si es así, ¿qué harán al respecto? De una u otra forma, Marley está informada al respecto, ¿es eso cierto? —respondió a la defensiva Odelia, recibiendo solo una mirada dilatada de la alta.
—No... Es increíble. Es más de lo que esperábamos.
—¿Y la segunda razón? —esta vez inquirió Hange.
—Porque en la actualidad, Marley ha entrado en una guerra con varias de nuestras naciones aliadas. Para ser sincera, estamos muy ocupados como para centrarnos en la isla Paradis. Originalmente, por ustedes fue que estalló toda esta guerra, ¿cierto? El titán mandíbula y el titán bestia, el orgullo de equipo de guerreros fue derrotado; ustedes robaron las principales armas de Marley, el cual, resulta ser el enemigo de muchas naciones extranjeras que se unieron para oponerse a ellos. La guerra solo acaba de empezar —contestó Yelena—.
—Y desde tu perspectiva, la gente de los países devastados guardan rencor contra Marley. Tú pareces ser un espía que se infiltró en el ejército de Marley, ¿cierto? —el silencio de Onyankopon y Yelena fue la respuesta para Hange, quien sonrió emocionada por ello—. ¡Tengo razón! No me extraña que Marley fuera traicionado.
El rostro melancólico del soldado que daba la cara a los otros tres mientras explicaba sus razones para darle la espalda al ejército y querer apoyar a los residentes de la isla, le hacía a Odelia molestarse al pensar que no andaba nada bien con aquel soldado.
—Estábamos desamparados, pero él nos mostró que había esperanza. Nosotros derribamos a un oficial de alto rango bajo las órdenes de Zeke Jaeger, somos soldados anti-Malrley —aquel nombre estremeció el cuerpo de los tres soldados—. Nuestro propósito es la liberación de las personas de Eldia.
Aquel nombre fue el único detonante para que Odelia abandonara la casa de campaña donde estaban sus compañeros. Al atravesar la cortina, observó a los cientos de soldados Marleyenses estar bajo la custodia de los llamados Eldianos. Pudo comprenderlo: los llamados "demonios de la isla", como había mencionado Grisha Jaeger en sus diarios, o Yelena había explicado sobre la trata de la gente de Marley a la isla o los que no pudieron escapar... Todos ellos eran juzgados injustamente, y ahora podía comprender el riesgo que corría su familia y sus amigos si no hacían algo al respecto, provocando con ello que Odelia por fin entendiera a Eren. Sin embargo, algo aún residía en el fondo de su corazón para decirse que podía haber otra manera de hacer las cosas.
Lo buscó entre las rocas de la costa, observando a los miembros de su escuadrón y el de Levi juntos. Entre ellos, Eren, quien no tardó en cruzar su mirada con la castaña.
Antes de que pudiera avanzar hacia el castaño, una mano en su hombro la detuvo de entablar una vía de escape de todo aquel infierno que podía desatarse pronto. Fruncio el ceño al ver al azabache con su mirada impasible sobre ella.
—¿Por qué abandonaste la reunión? Hange pensaba en contar con tu ayuda para poder decidir algo —Odelia arqueó una ceja, inverosímil ante el ojigris.
—Hange es la nueva comandante, no entiendo por qué debería pedir mi opinión en esto.
La mirada del azabache comenzó a suavizarse, consternando a la castaña sin poder comprender las acciones de su compañero, dejando a su paso una punzada en su pecho como pena.
—Supe lo de tu padre. Lo lamento mucho —musito Levi como respuesta. Sin alzar su vista hacia los ojos de la castaña, continuó hablando:— además, creo también en que no fuiste la única en esforzarse para llegar hasta aquí. No desacredito la inteligencia, ni la fuerza o la experiencia de Hange para llegar como comandante, sin embargo, me parece injusto que haya obtenido ese puesto debido a lo que habría pensado Erwin sobre ti como comandante una vez él... hubiera muerto y dejado su puesto vacante...
Los ojos de la castaña se abrieron de par en par, retirando de golpe la mano fría de Levi sobre ella, consternando al capitán que la observaba sorprendido.
—¡No vuelvas a hablar de Erwin de esa forma! —con ello, Odelia se alejó de Levi y Hange, quien observó dolida por su amiga aquella escena.
—¿Soy tan imbécil, Hange? —apretó sus puños a tal punto de comenzar a temblar, mientras que la castaña no sabía qué contestar.
—No, concuerdo contigo en todo. Ella merecía también este puesto. Se lo he arrebatado todo —colocó una mano sobre su frente, frustrada, sin darse cuenta ambos de que alguien más observaba la escena con sorpresa.
Sin permitir que Levi pudiera decir otra cosa, Hange caminó de regreso a los caballos, sin poder pensar en lo dolido que se encontraba
Levi al escuchar a su amiga de esa forma.
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La reunión comenzaría pronto y uno de los soldados de la Policía Militar se acercó hasta Odelia, quien saludó con la cabeza al pelinegro.
—¿Cómo se encuentra Marie? —saludó Odelia a Nile.
—Todas ellas se encuentran bien de salud, gracias por preguntar —respondió agradecido Nile, quien bajó la mirada—. Sé que a pesar de haber estado en la misma casa, no pude decirte lo mucho que lamento la partida de tu padre. Fue un duro golpe para todos.
—Él ya merecía descansar de todo esto —lo calmó la castaña, colocando una mano sobre el hombro de Nile, separándose una vez que dieron luz verde para ingresar al auditorio.
Como la vez pasada y sin preguntar a alguien, Odelia tomó asiento junto a Levi y Hange, volviendo a consternar a los demás soldados e incluidos sus compañeros.
Hange bajó la mirada por ello, pensando en que Odelia insinuaba que ella merecía el puesto de Erwin, lo cual estaba muy lejos de la realidad.
La mirada de Odelia aterrizó hasta el semblante sonriente de Historia que ya la veía desde instantes atrás, esperando una sonrisa como respuesta de la castaña, pero solo recibiendo lo que esperaba pero fingido, lo cual descoloco a la rubia, regresando su atención a la Junta.
La reunión comenzo con la Declaración de Hange hacia los hechos ocurridos en la orilla de la isla y de la reunión que habían tenido los tres con Yelena y Onyankopon. Sin embargo, el resumen de las requisitos que Zeke pedía a la isla sorprendieron a Odelia como a los demás soldados, arrepintiendose la castaña de no haber permanecido junto a sus compañeros.
Hange fue interrumpida por los demás mandatarios de las Tropas de Guarnición y la Policía Militar desaprobando la posible alianza de Zeke con la Legión de Reconocimiento, sin embargo, gracias al apoyo de Pixis para continuar con la reunión:
—Para llevar a cabo este plan secreto, hacen falta algunas cosas: el titán fundador y un titán que tenga la sangre de la familia real. Si estas dos cosas se unen, entonces el mundo será salvado —los ojos de Eren y Odelia se abrieron de par en par, sin poder creer lo que escuchaban—. Sin embargo, ese "plan secreto" será divulgado y solo podrá hacerse una vez que se cumplan todas las condiciones ya declaradas —finalizó Hange.
Murmullos entre los soldados de los otros cuerpos militares se escucharon al no poder creer lo fantástico que sonaba aquello que decía Hange, sin embargo, el rechinar de la silla detrás del trío de veteranos mayores del Cuerpo de Investigación los hizo girarse a ver al que interrumpía, conectando miradas los dos castaños antes de que el menor hablara.
—Pero es cierto, yo lo recuerdo —por fin habló Eren—, solo una vez pude activar el poder del titán original debido a que por un momento estuve en contacto con un titán que tenía la sangre real. La cara de ese titán era la misma que tenía la que fue la esposa de mi padre, era el mismo rostro de Dina Fritz; por casualidad ese día, por un instante toqué a Dina Fritz que vagaba como un titán puro, así que ese predicamento fue teorizado.
—En otras palabras, quieres decir que Zeke es el hijo de Dina, ¿cierto? —esta vez intervino Odelia, girándose a ver a Eren, quien asintió como respuesta.
—Como un medio para el voto de "renuncia a la guerra", la única esperanza que nos queda para la gente de Eldia... —el castaño dirigió una mirada fugaz a Odelia antes de continuar—: hay decenas de millones de titanes latentes dentro de las murallas, titanes que son capaces con acabar el mundo, aquella condición es la activación de el "retumbar de la tierra".
—Eren... —musito Armin.
La mirada afilada del azabache posandose en la castaña para después observar con molestia a Eren lo hizo hablar, preguntándose dentro de sí la posibilidad de que Odelia supiera lo que Eren hablaba.
—Tú —llamó al moreno—, ¿por qué has estado callado con un asunto como ese hasta ahora?
La mirada esmeralda del soldado se dirigió hasta Historia, quien mantuvo la respiración al sentir la mirada de su compañero, quien respondió:—Porque estaba preocupado por el estado de Historia. No podía dejar que se convirtiera en el titán fundador basado en solo mi información.
—Fue una decisión precipitada, pero al menos lo admite —se levantó de su lugar Odelia para respaldar al castaño, ganándose la mala mirada del comandante y el capitán.
—Más tarde veremos los detalles —les reprendió Levi, bajando la mirada de Odelia hacia el escritorio, Hange se tomó de la cabeza, con fastidio.
—Si tuviéramos que admitir que todo eso es cierto, eso... sería algo coherente con el plan de Zeke.
—¡¿Están locos?! ¡Quieren decir que debemos confiar en ese tipo! —recriminó Nile molesto y confundido, dirigiendo su mirada hasta Odelia, quien la desvió del ojinegro, escuchando de fondo las quejas y los vituperios de las soldados Garrison y la Policía contra los anti-Marley.
—Para poder proteger esta isla de los barcos de reconocimiento de Marley, necesitamos el poder de los soldados voluntarios y sus camaradas —declaró Hange.
—¿Están todos los de la Legión seguros de ello? —preguntó Zackly observando el rostro inconforme de la castaña, quien solo asintió como los demás en respuesta.
Había algo que no les gustaba de ellos, la manera en que Yelena hablaba de Zeke le daba una mala espina. Sin embargo, para poder encontrar algo en ellos, debía convivir con ellos.
Tras la aprobación de la reunión —aunque algo obligada— de todos los cuerpo militares, en la misma noche se llevó a cabo el plan de la Legión con Yelena y Onyankopon, pidiendo por ayuda a otras tropas de reconocimiento Marley, ganándose así la confianza de los extranjeros y viceversa. Además, que el sentimiento de grandeza se sembraba entre varios soldados eldianos, al pensar en lo divertido que era.
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—Odelia —la voz neutral de Levi detrás de ella provocó sentir como si una corriente eléctrica la recorriera. Miró sobre su hombro al que la llamaba, encontrándolo con una camisa clara y sus pantalones negros de vestir—, necesito que cuides de los chicos. No te puedes estar saliendo solo porque sí de las reuniones que tenemos con Onyankopon y Yelena.
—Claro, lo siento —respondió indiferente la castaña mientras continuaba con su vista en el puerto casi terminado—. ¿Adónde irán ellos ahora?
—Creo que van a ir junto a otro de los soldados, me parece que es un cocinero que les dará a probar nuevas cosas de las que acostumbramos aquí —respondió el azabache, rascando su nuca nervioso al pensar en lo que estaba a punto de hacer—. Y-yo... q-quería ver si m-me...nos acompañabas a comer. Tu hermana y tu escuadrón también estarán ahí. Todos estarán.
Esperó impaciente por un respuesta. Levi sonrió de manera imperceptible cuando Odelia se giró para observarlo y caminar hacia el lugar recomendado. Ignorando incluso el silencio incómodo que se formaba en la chica que no apartaba la vista de él.
El olor indescriptible y primerizo de ambos soldados los hizo mirarse entre sí, sin poder creer en lo que estaban viviendo. Caminaron hasta encontrarse con los demás chicos esperando porque Niccolo, el cocinero del momento, terminara por cocinar lo pedido por Yelena a los "héroes de Eldia", término que le disgustó a la castaña por completo. Sin embargo, no pudo concentrarse mucho en la conversación y la discusión contra Sasha por atacar toda la comida cuando Odelia comenzó a sentir con el tiempo incomodidad en su garganta.
—¿Te encuentras bien? —la voz ronca de Levi en su oreja la hizo despistarse por un instante, tomando un pedazo de la carne desconocida para llevársela a la boca.
—¿Por qué estaría mal? —se preguntó Odelia mientras masticaba el pescado rojo que Sasha había tomado también, pero manteniéndose ambos a la defensiva cuando Yelena se acercó a la soldado con una sonrisa en el rostro.
Como hacia buen tiempo, la vista al puerto a media milla a través de las carpas de comida donde se encontraban fue agradable. Todos podían tener una bella vista y Odelia se encontraba encantada con todo lo que veía, aunque no demostraba el entusiasmo que Yelena esperaba, y escucho con poco interés la enumeración de los días con los que habían terminado de obrar varios de los edificios que faltaban y la relación de lo mucho que les había apoyado Zeke.
Cuando la mayor pausó para hablar, Odelia analizó con discreción a la mujer que tenía a un lado. Yelena era una mujer muy alta y algo musculosa, de rasgos finos que detallaban una belleza si no hubiera aparentado por tanto tiempo ser hombre. Tenía aires de suficiencia y su manera de recibirles era muy apropiada para una mujer de otro país y otras costumbres, pero cuando hablaba, algo le hacía inquietarse y salir huyendo del lugar donde se encontrara.
En el momento en que Joelle llegó al lugar, dirigió una mirada a su hermana mayor esperando por alguna reacción, pero al tomar asiento frente a la rubia alta, inmediatamente fue interrogada minuciosamente y con toda confianza sobre su trabajo en la Legión de Reconocimiento y sobre su anterior vida como una muchacha de casa, cambiando lentamente el tema hasta la hermana mayor entre las dos presentes, dirigiendo algunas preguntas a la mayor de las Baumeister especialmente, diciendo en voz alta que le parecía una muchacha muy concentrada y bonita, comenzando a indagar sobre la demás familia Baumeister, mientras que la mayor dirigía una mirada de desaprobación a la pelirroja al hablar sobre su familia.
—Entendiendo lo que ha dicho la señorita Joelle en estos minutos, entonces su único cuñado es quien ha heredado la propiedad que su padre dejó una vez que falleció. Lo celebro por ustedes —expresó con poco tacto el tema, comenzando a incomodar en su lugar a ambas Baumeister y a los demás presentes, mientras que el azabache miraba atento el rostro que comenzaba a tornarse rojo de la castaña—. En mi país, una mujer vale entre los demás por sus aptitudes en la música, el dibujo, la danza y otras artes. ¿Saben tocar y cantar?
—Un poco de todo.
—¡Ah! Espero tener el gusto de escucharla alguna vez durante nuestra estadía, ojalá por mera suerte alguna tropa trajera un piano consigo. Aunque me pregunto si alguna es mejor con alguna aptitud. ¿Pero entonces nunca tuvieron institutriz?
—Dudo que mi madre se opusiera, pero mi padre lo habría detestado debido a que la ciudad de donde somos no hay muchas escuelas, es una ciudad mayormente industrial, por lo que no hubo oportunidades para ir a la escuela o poder conseguir una Institutriz.
—¿Qué edad tienes?
Con una sonrisa fingida en el rostro contestó: —Con tres hermanas ya crecidas, no puedes esperar a que te lo confiese.
—Me sorprende la manera en que me respondes, Odelia, supongo que las razones para enlistarse como soldado fue la falta de pretendientes en su zona, ¿no lo cree así?
—Te equivocas, en mi vida nunca fue primordial la esperanza de tener un esposo. Considero fervientemente en que las aspiraciones de una mujer no deben rebajarse solamente a obtener la aprobación de la sociedad y menos de un solo hombre sino, primeramente, poder encontrar la libertad de su propia existencia. Supongo, entonces, que somos semejantes al no estar casadas y haber abandonado nuestro hogar solo por nuestras motivaciones, ¿no lo cree, Yelena?
La rubia quedó sorprendida con semejante respuesta que le regresó la castaña, sin embargo, el sonido de la silla de Levi cayendo para auxiliar a una Odelia desmayada la hizo distraerse de sus encuentros emocionantes con aquella mujer que tenía tantas ganas de conocer en persona.
—¡Traigan la epinefrina! —ordenó la rubia a uno de los soldados que se encontraban ahí, observando todos con terror a la castaña que aún consciente buscaba la manera de poder regularizar su respiración que ahora parecía arder con el paso del tiempo—. Debió darle alergia comer esos mariscos.
—Odelia, ¡aguanta! —le pedía sollozante su hermana mientras se acercaba a ella y la tomaba del brazo, arrepintiendose al notar que debajo de su ropa oscura se encontraban sus brazos llenos de ronchas.
La mano fuerte de Levi detuvo a la rubia de acercar la inyección que tenía en su mano hasta la castaña que comenzaba a trabajar por respirar, ganándose la mala mirada de Yelena.
—¿Cómo saber que esa inyección no contiene médula espinal? —atacó Levi a la más alta, quien miraba con preocupación el agarre que tomaba fuerza en su brazo.
—En primera, porque esta inyección solo es en caso de emergencias como estas. Además, dudo que alguien como ella pueda reaccionar de mala manera con la inyección, en caso de lo que dices fuera cierto. Pero, si quieres que ella se recupere y no pueda llegar a morir, debes dejarme encargarme de esto —le pidió con la mirada afilada la rubia.
Levi observó con preocupación el rostro que comenzaba a llenarse de ronchas de la castaña, mirando con atención el semblante que permanecía en el rostro de la menor. Poco a poco, alejó su mano del brazo de Yelena y con rapidez esta tomó la cabeza de Odelia y acomodandola sobre su regazo, inyectó el suero en su cuello, observando cómo con una gran bocanada de aire Odelia despertaba, dejando a todos tranquilos por fin.
El sonrojo de la castaña pasó desapercibido al notar lo primero al despertar aquellos ojos grises sobre ella, los cuales volvían a brillar cuando hizo contacto con los de ella una vez que se repuso.
—¡Odelia-san, ¿está bien?! —preguntaron preocupados los miembros de su escuadrón, siendo tacleada con las voces de los menores a la vez sobre ella, pero siendo detenidos por la mirada fulminante del capitán pidiendo que se detuvieran de hablar.
—La llevaré al cuartel, ustedes continúen con la comida. Nos veremos luego —se despidió Levi tomando de los hombros a la castaña, soltó un ligero chasquido de lengua al notar que la pelirroja los seguía.
—Por supuesto que yo no dejaré a mi hermana sola, idiota —le recriminó Joelle al azabache, causando un TIC en el ojo de Levi, pero finalmente cediendo. Era su hermana.
—¡Nosotros también la acompañamos! —decidió Sasha por todos siguiendo a los tres soldados, pero dejando atrás un corazón ligeramente roto por su ida.
—¡Sí! No dejaremos a Odelia-san sola —le apoyó Connie siendo seguido por Artis, Jean y los demás.
—No es necesario chicos, me sentiré mal si ustedes se van por mi culpa —habló con lentitud la castaña con una ligera sonrisa en su hinchado rostro—. Por favor, háganme el favor de quedarse por mí y disfrutar de esta comida, que también es un nuevo comienzo para todos —expresó con sinceridad dirigiendo esta vez su mirada a la de coleta, quien no pudo evitar dirigir su mirada al rubio que aún la observaba, sonrojandose ambos y fijando su mirada a diferentes direcciones, acto que no pasó desapercibido por Odelia y la hizo reír.
Un poco más calmados, ambos miembros de los escuadrones decidieron quedarse, despidiéndose de Odelia una vez que esta comenzó a irse junto a Levi y su hermana, pero con la vista de la rubia sobre ella.
Una sonrisa pasó por el rostro de Odelia, para después crujir sus dientes y soltar un gemido de dolor.
—¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Quieres vomitar o algo? —preguntó preocupado Levi mientras se detenía a observarla, recibiendo una respuesta negativa con la cabeza.
—No es nada, no me duele nada. Re-regresemos a casa —pidió la morena, caminando con pesar y observando el rostro rojo del azabache aún observándola.
Desvió la mirada de él con su labios temblando. Hace mucho que no se sentía así.
«Es solo que a veces me traiciona el corazón».
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Habían pasado algunos días tras aquel incidente en el puerto. En aquel tiempo, Odelia había permanecido en reposo a petición de Hange por verla recuperada, permitiéndole aquel tiempo pensar en la conversación que tuvo con la rubia tiempo atrás.
Aquel día era uno de descanso para el cuartel, por lo que se permitió salir de su habitación y caminar hasta uno de los lugares donde menos quería visitar en su vida, pero con las palabras de su hermana en su cabeza, se sentía obligada a ir, tomando gran parte de su día en llegar hasta ese lugar, aunque su sorpresa fue grande al encontrar al joven rubio merodeando en el lugar al igual que ella, dudando de si entrar o no.
—Hey, Armin, me da gusto poder saludarte. Aunque estamos en el mismo cuerpo militar, casi no solemos hablar. ¿Te encuentras bien?
—S-sí, todo muy bien. Gracias, Odelia-san. Y-ya debo irme —se despidió el rubio apresurado por irse, pero siendo detenido por una de las manos de Odelia sobre su hombro, mientras que la otra le extendía una bolsa con dulces.
—Les dije hace tiempo que yo cuidaría de ustedes y les traería dulces en cuanto pudiera. Sin embargo, nunca los volví a ver y así rompí mi promesa —la mirada que le recordaba tanto a Erwin bajaba de ella, decaído, por lo que ella pensó en lo que debía pasar en la mente del rubio—. Armin —lo llamó—, debes entender que tú no le quitaste la vida a Erwin y que él merecía el suero. No es así y jamás estaré enojada contigo por eso.
—Pero no le permití tener a su amigo con usted, le quité a usted y a la humanidad una pieza fundamental para seguir teniendo esperanza en este mundo tan difícil.
—Armin, no le has quitado nada a nadie. Erwin cumplió con su función como soldado hasta el final, y eso no lo puedes tomar tú como un peso de responsabilidad. Por favor, Armin, confía en mí y no pienses nunca más así, ¿me lo prometes? —extendió la bolsa de dulces.
Odelia esbozó una sonrisa al ver cómo lentamente el menor tomaba la bolsa, despidiéndose de ella con nervios y
dirigiéndose hacia la salida del lugar.
La castaña continuó su camino y borró su sonrisa una vez que entró en aquella oscura habitación tomando asiento en aquel lugar.
—Me han platicado que te gustan las cosas dulces a pesar de tu carácter áspero e indiferente hacia los demás. Aún así, ella te tenía en un pedestal fe ser una excelente persona. Por su petición, he venido a hablar contigo, aunque no sé si tú puedas escucharme, Annie...
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¡Holaaaa! ¿Cómo se encuentran el día de hoy? Espero que estén bien y les haya gustado el capítulo, el cuál me gustaría dedicarle a lilian_hilary por su apoyo en la historia y sus comentarios que me sacan carcajadas para poder continuar escribiendo. Espero que desees continuar esta historia ❤.
Además, me gustaría saber su opinión sobre el capítulo de hoy. ¿Se imaginaban a una Odelia alérgica a los mariscos? Además, pudimos ver una vez más a nuestra Sasha 😭. Por cierto, ¿de qué creen que haya hablado Odelia con Annie?👀 me gustaría saber sus respuestas y nos vemos pronto con un nuevo capítulo. Cuídense 💗✨
P. D: No estaba segura de si podríamos pero, ¡volvimos con las actualizaciones dobles! Ya llevo bastante adelantado para poder regresar con los capítulos dobles. Me alegra decirlo y espero que a ustedes también.
Ahora sí, nos vemos el viernes. Cuídense mucho. ✨💗
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