Capítulo 60
¿Qué es lo que hace a una persona convertirse en un héroe? Probablemente sea la fuerza que tiene para seguir avanzando hacia adelante, no importa cuál sea el obstáculo, siempre termina por demostrar la valentía de cada acto. Sin embargo, no suele mostrarse la verdadera razón por la que actúa, convirtiéndose en un simple deseo egoísta.
Es por eso que en este instante, la decisión de un corazón adulto podría robarle el sueño a un joven héroe.
—Ustedes dos... ¿se dan cuenta de lo que están haciendo en este momento?
La mirada de dolor y rabia entre aquellos tres soldados mientras el paso del tiempo provocaba que las vidas que esperaban por aquella inyección para salvar sus vidas comenzaba a consumir sus existencias.
¿Cuál era el camino correcto para todo esto?
»No hay más tiempo, hazte a un lado. Eren, ignora tus sentimientos.
—¿Quiere que los ignore? ¿Por qué no me dió la jeringa antes?
—Porque aún estaba considerando las probabilidades de sobrevivir de Erwin.
—Pero no esperaba a que Floch trajera al comandante aquí.
—Es verdad. Pero él está aquí ahora, así que tengo que inyectarsela.
Un golpe resonó en todo el lugar, mientras que las respiraciones de ambos héroes de la humanidad comenzaban a debilitarse, mientras que la batalla entre los dos Ackerman iniciaba.
»Tú también deberías entender que sin Erwin, la humanidad perderá contra los titanes.
—El capitán tiene razón. Mikasa, no hagas nada drástico. Baja tu espada.
Las respiraciones de los presentes era irregular. Miedo, enojo y desesperanza era lo que sentía por dentro cada uno de los soldados que luchaban por aquella esperanza de vida. Aquellos dos que estaban en la incertidumbre de sobrevivir, solo ellos serían los que podría llevar a la humanidad a la libertad. ¿Quién, entonces, será el que lleve una próxima carga?
—Pero sin Armin las cosas terminarán de la misma forma —la voz átona de Eren resonó a la orilla del techo de aquella vieja casa.
—¡¡Eren!! —gritó Mikasa pidiendo la ayuda del moreno.
—Sin Armin, la humanidad perderá contra los titanes. Esa es la única realidad. Usamos una roca para sellar Trost, descubrimos la identidad de Annie, incluso en la operación de noche ¿no fue Armin quien hizo que ocurriera todo eso? ¿Cómo fuimos capaces de sacar a Reiner dentro del muro y finalmente derrotar al titán colosal? ¡EL SALVADOR DE LA HUMANIDAD NO SOY YO O EL COMANDANTE! ¡¡¡ES ARMIN!!! Estoy en lo cierto, ¿no es así, Mikasa?
La cuchilla sobre el cuello del capitán lo dejaba sin poder hacer algún movimiento, perdiendo lentamente la esperanza de ver con vida al hombre que más se parecía al padre que no tuvo, mientras sus manos sostenían fuertemente la caja con la inyección. La mano de Mikasa comenzaba a tomar sus sueños y tirarlos a la basura. Y además de todo eso, le preocupaba también la reacción de la persona más cercana a Erwin Smith.
—Por favor, deme el suero —demandó Mikasa sin dudar en la posición en que tenía a su superior.
—¡El único que salvará a la humanidad es el comand Erwin! —dijo encolerizado el pelirrojo dentro de la escena.
—Cállate —exigió la azabache.
—¿Cómo puedo quedarme callado? ¿Crees que son los únicos que están heridos? Déjame adivinar... ¿no te has dado cuenta? ¿Sabías que ni hay ni un solo sobreviviente en el otro lado del muro? Todos fueron asesinados por el titán bestia. Fueron pulverizados por rocas. Todos y cada uno murieron a excepción del comandante Erwin. A pesar de nuestra desesperación, él ideó un plan para asesinar al titán bestia y fue efectivo. Él usó la vida de los nuevos reclutas como cebo para permitir al capitán atacar por sorpresa a nuestro oponente. Todos fueron asesinados en el plan... Gordan, Sandra, Marlowe, Ondine, Samuel, Artis, Connor... Pero antes de sus muertes, no podíamos ni siquiera reunir nuestro orgullo para hacer nuestros sacrificios. La última cosa que sentimos fue miedo y solo miedo. Cuando ví al comandante respirando, quería acabar con su sufrimiento pero, me di cuenta de que eso era problemático. ¿Cómo diablos siquiera estamos preparados para afrontarlo? Y entonces lo entendí. El único capaz de derrotar a los titanes... ¡¡Es un demonio!! Y resucitar a ese demonio es mi misión. Es todo el valor que tengo para sobrevivir —con paso firme y rápido comenzó a acercarse a Mikasa— ¡¡POR LO QUE NO TE PERMITIRÉ INTERFERIR!!
—¡¡DETENTE!!
La espada de Mikasa resplandecio cuando fue levantada por la azabache, a punto de atacar al pelirrojo que se acercaba peligrosamente a la escena tan tensa. Sin embargo, unos brazos roedearon a Mikasa, impidiendo que diera un golpe del que pudiera arrepentirse.
»¡Hange! —gritó sorprendido Levi al ver a su compañero y mejor amiga con vida pero bastante herida, mientras los demás soldados también llegaban a la escena.
—No puede ser... —musito Jean al ver a los cuerpos inertes de Erwin, Armin y Berthold a metros de distancia entre ellos mismos, en medio de una decisión.
—¿Cómo es que...?
—¿Cómo es que las cosas resultaron así? —completó Hange la frase de Connie cuando todos vieron aquel momento.
Levi se levantó con la inyección en mano para entregarla a Erwin, mientras que los gritos y solos de Mikasa se oían de fondo.
»¡¡MIKASA, NO PODEMOS PERDER A ERWIN!! ¡NO QUEDARÁ NADIE DE LA LEGIÓN DE RECONOCIMIENTO! ¡SI EL COMANDANTE MUERE, PERDEREMOS AL SÍMBOLO DE LA HUMANIDAD! ¡¡¡NO PODEMOS PERMITIR QUE LA ÚLTIMA LLAMA DE ESPERANZA DENTRO DE LAS MURALLAS SEA EXTINGUIDA DE ESTE MODO!!!
—Pero Armin también puede hacer lo mismo —replicó Mikasa a Hange con lágrimas en los ojos.
—Armin puede hacer lo mismo, ¡pero no duraremos en las batallas! ¡Por la habilidad de liderazgo y empiris-! —la voz de Hange se quebró al sentir la fuerza de la Ackerman, pero el silencio reinó de nuevo al ver cómo una rápida silueta golpeaba a Mikasa quien soltó a Hange para luego ser retenida por una herida pero protectora Joelle. El forcejeo entre ambas chicas provocó la momentánea victoria de Joelle por detener a la azabache en intentar algo contra la líder de escuadrón; tomó de los brazos y detuvo sus piernas colocando las las suyas encima de Mikasa. Hange solo pudo suspirar de alivio pero al mismo tiempo bajar la mirada— También quiero que los otros vuelvan con vida varios de cientos de todos ellos. Desde que me uní a la Legión, estas historias sin fin de separación comienzan. Pero tú ya entendiste esto, ¿no? No importa quién o cómo, siempre acabaremos separados por la vida y la muerte.
Las lágrimas de Joelle caían sobre el rostro de Mikasa, quien la observó sorprendida. La pelirroja recordaba con dolor cómo su compañero había decidido ayudar a salvar a las dos antes que a él al empujarlas hacia un pozo segundos antes de que la explosión por el titán colosal ocurriera; Joelle aún recordaba lo poco que le faltaba para alcanzar la mano de su compañero, pero la luz enceguecedora de la explosión significaba que no podría alcanzarlo, viendo a través de sus lentes el rostro de Moblit Berner antes de que sus lentes se rompieran y perdiera la vida de su ojo izquierdo, mientras que sufría las quemaduras que le dejó el fuego a su mano, dejándola casi incapacitada de su mano derecha. El forcejeo entre Mikasa y Joelle se fue suavizando tras la redención de la azabache al observar a la pelirroja detenidamente y notar las heridas que tenia, mientras que la pelirroja la ayudaba a levantarse y junto a Hange abrazaban con tersura abrazaban a la menor de las tres.
»Es doloroso, es muy doloroso, lo sé.
—Pero aún así... debemos avanzar.
Los débiles sollozos de Mikasa era lo único que podía escucharse, al igual que los pasos de Levi dirigiéndose al cuerpo de Erwin. Estaban todos tan concentrados en ellos, que Levi tuvo un sobresalto al sentir una mano sobre su pie, encontrándose con Eren tomándolo con las fuerzas que le quedaban.
—Capitán... ¿conoce el océano? —preguntó el ojiesmeralda mientras Floch trataba de impedir que siguiera hablando, pero los esfuerzos de Eren eran mayores por seguir— Es un lago gigantesco que se estira hasta el horizonte y, está lleno de agua salada. Armin me contó mucho de eso —continuó mientras era alejado por el pelirrojo—. Él dijo que abandonaríamos las murallas juntos e iríamos a ver el océano —los ojos de Eren se llenaban de lágrimas con cada palabra que soltaba—. Pero eso tan solo era un sueño infantil. Olvidé esto solo dos días después de que me lo contó porque solo pensaba en vengarme por mi madre eliminando a los titanes, criaturas que me llenaron de odio. Pero él fue diferente —declaró con voz quebrada mientras miraba el cuerpo quemado de su amigo—, Armin no estaba solo aquí para luchar, el seguía persiguiendo ese sueño.
—¡Todos salgan de aquí ahora! ¡Tengo que dejar que Erwin se coma a Berthold en este lugar! —gritó Levi decidido mientras todos hacían con dolor caso a su orden.
—Vamos, Mikasa —pidieron Hange y Joelle mientras arrastraban a Mikasa para llevársela.
—Maldición, maldición —se decía Jean sin aún poder creer lo que ocurría.
Connie cargaba a Sasha sobre su espalda, mientras con lágrimas en los ojos se despedía de uno de sus grandes amigos— Adiós, Armin —fue lo último que dijo antes de salir volando junto a los demás.
—Armin —con las fuerzas que le quedaban, Eren alzó su mano tratando, sin éxito, de alcanzar a su amigo moribundo mientras era cargado por Floch para alejarse del lugar.
«Pero eso no es todo... ¡el mar! ¡Aguas saladas que se extienden por los horizontes! ¡Incluso hay peces que solo puedes encontrar allí! ¿Sigues sin creerme? ¡Lo juro, están allí! Solo espera por verlos» recordó con amargura Levi mientras arrastraba el cuerpo de Berthold hasta donde se encontraba el comandante.
Recordó también la conversación que mantuvo con Erwin, preguntando por lo que él haría tras cumplir su sueño de llegar hasta ese sótano, el lugar que escondía todo.
«Yo... todavía no lo sé. Hasta que me dé cuenta» fue lo que recordó de la vez que estuvieron con Pixis.
—Todos y cada uno de ustedes tendrán esta aptitud...
«Yo quiero ver ese sótano primero... No importa qué...» fue la última conversación que tuvo con el hombre que lo apoyó durante tantos años, el que creía que debía tener aquella inyección.
»Como un niño que no ha crecido... Gritas y gritas sin parar.
«Todos son iguales. Si no te dedicas a algo, ¿cómo puedes soportar este mundo?» fueron las palabras que Kenny le dijo en aquel día que falleció, las recordaba mientras comenzaba a introducir la aguja en el brazo del rubio.
«Cada persona es esclava de algo»
🎶🎶🎶🎶
La sorpresa y susto atacó a Levi al observar cómo el rubio levantaba su mano, mientras recordaba su niñez.
—Maestro, independientemente de que no exista, ¿cómo puedo investigar y demostrar lo contrario? —habló con voz débil Erwin.
—¿Erwin? —le llamó sorprendido el azabache mientras veía toser al rubio, esperando una respuesta.
«Abandona tus sueños y muere. Guía a los reclutas al infierno. Yo me encargaré del titán bestia» recordó las palabras que le dijo al rubio antes de comenzar su plan.
Aún recordaba la mirada melancólica que el rubio le dió antes de aceptar su propuesta.
«Levi, gracias»
Sus manos temblaban sin saber qué hacer, mientras que una silueta detrás de él lo observaba intensamente.
—¿Levi, Erwin? —aquella voz que reconocía a la perfección lo hizo estremecerse en su lugar. ¿Cómo le diría que no estaba seguro de darle la inyección al que era su amigo y casi hermano?
—Odelia, yo... —giró para ver a la castaña. Abrió los ojos petrificado al ver el terrible estado en que Odelia se encontraba: su mano derecha sangraba dejando entrever una gran herida en su palma, la ropa que tenía estaba quemada de varias partes junto con rasguños llenos de sangre, sus piernas temblaban y parecía estar a punto de desmayarse, mientras que cargaba a un inconsciente Darío sobre su espalda— ¿qué te ocurrió?
El silencio del lugar la hizo desviar la mirada hasta el cuerpo pésimo de Erwin y luego viajar hasta observar el cuerpo moribundo de Armin.
»Ya no hay tiempo... —fue lo único que dijo antes de volver a sentarse y dirigir su mano con la inyección hasta el brazo levantado de Erwin, pero un agarre en la misma fue lo que lo hizo detenerse— Odelia... ¿qué crees que estás haciendo? No hagas nada cuando no entiendes lo que pasa.
—Levi —llamó con su voz trémula la castaña mientras alejaba la mano de Levi del brazo del rubio—, ¿sabes? Lamento mucho que tengas que llevar esta gran carga, es por eso que te ayudaré a no llevar esta carga tan pesada.
La voz entrecortada de Odelia hizo que el interior de Levi se encogiera del dolor y la furia. Con brusquedad se soltó del agarre de la castaña, mientras la miraba con dolor.
—¡¿Acaso no quieres que Erwin sobreviva?! Él más que nadie ha trabajado para llegar hasta este punto, que un mocoso venga para arrebatarle todo...
Un débil sollozo se escuchó por parte de Levi, Odelia colocó sus manos temblorosas sobre las empapadas mejillas del azabache, haciéndolo alzar la cabeza.
—Levi, mírame —le pidió la castaña con suavidad. Sus miradas cristalinas se encontraron mientras evitaban llorar descondolados—. Erwin ha vivido mucho. Yo también quiero que viva pero, después de haber cumplido su sueño, ¿crees que podrá vivir con la conciencia limpia? Él no podrá aceptar la decisión que hicimos. Es por eso que... debemos dejarlo descansar del infierno en el que vive. A pesar de que puede que él sea quien nos ayude a liberarnos, ¿quién lo liberará a él de su terrible carga? Levi... por favor—la voz de Odelia se rompió, cayendo de rodillas al suelo y con pesar, se dirigió hasta donde estaba Erwin, tomando entre sus manos la herida envuelta del comandante. Con lágrimas en los ojos sonrió a Levi—. Estaremos bien. Asumiré que te obligue a esto y...
—No —le interrumpió Levi, dirigiéndose con paso lento hasta donde estaba Armin—. Erwin fue quien me dió la decisión, lo que haga o no, es por mi elección. Una elección...
—De la que no te arrepientes —terminó la frase Odelia, Levi asintió como respuesta.
A pesar de creer el saber cuál era la decisión correcta, Odelia no podía mirar a los ojos a aquel que le arrebataría la vida al que fue su compañero desde años atrás. Aquel hombre que tomó parte de su corazón hace seis años. No podía dejar de mirar a Erwin Smith, no quería dejarlo solo.
«Erwin... quiero estar a tu lado» sollozó en silencio la castaña mientras hacía presión en la herida que Erwin tenía.
Por error deslizó de más su mano derecha hasta la herida de Erwin, sintiendo cómo ambos líquidos rojos se combinaban entre sí.
Tras ello, un pequeño rayo cruzó por su cabeza, sintiendo un gran dolor punzante, mientras sentía que su vista se nublaba por completo.
«Lo estarás, siempre estaré junto a ti»
Escuchó una dulce voz frente a ella. Odelia alzó la mirada, encontrándose ahora en un cuarto desconocido, mientras una mujer sostenía con dulzura a su hijo recién nacido, mientras que un hombre al costado de la cama donde la mujer se encontraba, miraba con ternura el cuadro familiar que había. Volvió a cerrar los ojos encontrándose con el mismo hombre dando clases en un aula, mientras que un niño rubio y de mirada curiosa se levantaba de su lugar para preguntar algo que ella no podía escuchar y solo podía ver cómo sus labios articulaban una pregunta. Cerró los ojos con fuerza al sentir una gran punzada en su cabeza, sin embargo, el estruendo de un relámpago le hizo abrir de nuevo los ojos, encontrándose frente a la lápida de alguien, mientras que aquel niño seguía estoico mirando con lágrimas en los ojos aquella tumba. Suspiró con pesadez y tras un parpadeo muy largo, se encontraba ahora mirando de frente al niño que la observaba con una sonrisa. Podía reconocerlo ahora, Erwin Smith la miraba con una sonrisa. Con lágrimas en los ojos lo abrazó con fuerza, mientras que el niño le correspondía con dulzura. Aquel abrazo se sentía como la última vez que estuvo a solas con Erwin en aquella azotea llena de luces solares.
—Eso significa ¿que es nuestra despedida? —preguntó con voz temblorosa Odelia mientras se sujetaba al cuerpo pequeño de Erwin.
—Para nada, es solo el comienzo —respondió el rubio mientras acariciaba su cabello, cosa que le brindó paz a Odelia.
—¿Significa esto que debo seguir tu sueño? ¿Me he unido a ti por mi instinto?
El rubio separó su abrazo para mirarla a los ojos. Erwin negó con la cabeza— Siempre hemos estado unidos, Odelia. Lo que pase de ahora en adelante, no debe preocuparte por pensar si es por el lazo de tu familia.
—Tengo miedo.
—Será difícil, pero recuerda que yo siempre estaré a tu lado para ayudarte a aguantar. Oda...
«Muchas gracias... por todo»
Abrió los ojos con lentitud mirando a su alrededor. Un destello a pocos metros de ella la hizo darse cuenta de lo que estaba pasando: Levi ya le había dado la inyección a Armin, mientras que este se convertía en titán y se acercaba hasta el cuerpo de Berthold. La mayoría de los soldados observaban con sorpresa la decisión que había tomado Levi. Mientras que todos veían cómo el titán de Armin acercaba a un Berthold a su gigante boca,gritando y llorando. Los capitanes Ackerman y Baumeister miraban solamente el cuerpo de Erwin.
—¡Chicos! ¡Por favor, salvenme! ¡¡ANNIE!! ¡¡REINER!! —gritó con sus últimos alientos Berthold, mientras su sangre manchaba el alrededor.
—Capitán —llamó Floch—, ¿por qué lo eligió a él?
—¿Puedes perdonarlo? —pidió Levi— Él no tenía más opción que convertirse en un demonio y eso es lo que todos deseábamos. Ni siquiera planeabamos retractarnos. De todos modos, él se ganó la libertad del infierno, y lo volvimos a llamar así, al igual que tú. Pero debemos dejarlo descansar —miró a Odelia, quien observaba a su mano derecha, la cual raramente parecía estar peor que antes, a pesar de eso, tomó la mano fría del rubio sintiendo su pulso ralentizarse. Levi suspiró mientras se dirigía por última vez a su comandante y amigo—. Erwin, aunque prometí deshacerme del titán bestia, parece que habrá un retraso, sin embargo, no descansaré hasta cumplir mi promesa.
Mientras Hange observaba las pupilas de Erwin, Odelia sintió su corazón detenerse cuando ya no sintió más el pulso de su amigo.
—Él ya nos ha dejado —informó con dolor Hange.
Levi fruncio sus labios tratando de contener sus sentimientos, mientras observaba con pesar el cuerpo de Erwin, ahora podía descansar.
—Ya veo —soltó el azabache como respuesta.
Dirigió su mirada esta vez hasta Odelia, la cual observaba sin expresión alguna a Erwin y murmuraba cosas que nadie podía entender.
—Él no está muerto... —habló débilmente Odelia mientras dirigía su mirada hasta Levi, quien la observó preocupado.
«Esa mirada...»
»Porque su voluntad vive conmigo.
«Es como él dijo, el monstruo vive en otros. Lo supe en el momento en que la miré a los ojos. Él seguía viviendo dentro de ella»
🌸
Banda, me quedé sin estabilidad emocional :c
¿Qué les pareció el capítulo? Lloren conmigo porfas (T^T) nos vemos pronto con una parte más como despedida.
Nos vemos pronto, muchas gracias por leer ✨
Cuídense
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