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Capítulo 52

Les recomiendo escuchar el capítulo con la canción de fondo. Espero que lo disfruten
🌸

La rubia se encontraba indecisa mirándose frente a un espejo. Era el día donde la coronaban la Reina legitimar de las murallas y en lo profundo de su interior no se sentía satisfecha.

Unos golpes en la puerta la alejó de sus pensamientos, observando del otro lado de la puerta a una castaña sonriente y emocionada por verla.

—Te ves hermosa —sonrió Odelia abrazando por detrás a Historia y brindando un beso casto sobre la cima de la cabellera rubia, haciendo que Historia soltara una sonrisa, pero el semblante indeciso que tenía fue percatado por Odelia—. ¿Sucede algo malo?

Se giró a ver completamente a su superiora, su ropa de gala del uniforme de la Legión se veía bien en ella, a excepción de los moretones de los que aún no se recuperaba por completo, lo cual preocupó a todos, ya que el estado de su hermana era semejante o incluso peor. 

Instintivamente se abrazó al vientre de la castaña, sintió el cuerpo de Odelia tensarse debido a las heridas que aún tenía. Se separó lentamente de ella, pero el agarre cariñoso de la castaña uniéndola de nuevo a ella la hizo soltar un suspiro profundo.

—Perdóneme, Odelia —musito con la voz entrecortada la rubia, humedeciendo en lágrimas la ropa de la castaña—. De no haber sido por buscar la aprobación de mi padre durante ese tiempo, usted habría podido salir ilesa de todo esto.

—Historia, mírame —pidió con dulzura la castaña, sintiendo que la mirada cristalina de la ojiazul la miraba intensamente—. Soy yo quien quiere disculparse por tener que hacerte tomar este puesto, lamento no haber podido ayudarte a llevar una vida normal, pero quiero que sepas que las decisiones que tomas son meramente tu camino, y me alegra que puedas comenzar a ser tú misma. Y respecto a lo que sientes, no tienes que pedir perdón por nada, entiendo las razones que tomaste, e incluso me veo en la posición de decir que probablemente habría hecho lo mismo. Fue un momento de debilidad y es de humanos dejarse llevar por aquellos impulsos, no debes pedirme perdón por tener humanidad en tu ser.

Odelia abrió sus brazos a Historia para abrazarla, fundiéndose en un cálido abrazo.

—Solo quiero que sepas que cuentas conmigo en todo lo que necesites, quiero estar junto a ti y los demás. Quiero protegerlos a todos de lo que yo no pude proteger a mis demás compañeros —susurró lo último la castaña para sí misma, siendo imperceptible para la rubia que se encontraba ensimismada en el cariñoso abrazo que recibía—. Permite tu confianza en mí y que me quedé a tu lado —pidió Odelia separándose ligeramente de Historia esperando una respuesta

—Si no es mucha molestia —respondió algo sonrojada la rubia, recibiendo una risa enternecida de la castaña y otro abrazo más fuerte.

—¡Para nada es una molestia! Es más, espero que no te sientas incómoda de estar cuidando de ti en lo que respecta a tus cuidados como la nueva Reina —aligeró su agarre de la castaña para volver a hablar—. Hablando de eso, ¿cómo te sientes?

—Es difícil de asimilarlo aún, pero creo que puedo acostumbrarme si me siguen tratando igual.

—De alguna manera creo que será un poco diferente porque ya no estarás junto a nosotros en la Legión —comentó la castaña un poco deprimida—, pero estoy segura que tu relación con tus amigos no cambiada para nada.

El anuncio de las campanas de la ciudad de la capital de Sina que anunciaban la pronta coronación a la noble Reiss hizo que esta olvidara lo que iba a decir, sintiendo un pesar dentro de su pecho, sería difícil asimilarlo.

—No sé si estoy lista para hacer esto —declaró nerviosa la rubia mientras se giraba de nuevo enredando un mechón de cabello dorado entre sus dedos—. No me imagino tomando órdenes respecto al futuro de las vidas de las murallas, ¿qué debo hacer? ¿Alcanzará para todos las decisiones que tome? No quiero cometer el mismo error que mis anteriores de solo ver por mí.

—Por supuesto que serás la mejor en esto —repuso Odelia colocando sus manos sobre su cintura, brindándole una sonrisa de confianza—. Tú has estado en el mismo lugar que los demás sobrevivientes de las murallas, conoces bien lo que es vivir entre los que luchan por sobrevivir día con día, además, he escuchado que te llaman la diosa de los ganaderos. Serás una grandiosa Reina si tú lo deseas así —finalizó orgullosa la castaña.

—¿De verdad lo cree así? —pregunta algo insegura la rubia, recibiendo una sonrisa llena de seguridad, contagiandola del mismo entusiasmo— ¿Puede ayudar a peinarme? —pidió tímidamente la rubia.

La mayor tomó el cepillo mientras lo deslizaba entre las hebras doradas de Historia. Disfrutando ambas de aquel pacífico momento.

—¿Cómo tienes pensado tu peinado? —preguntó la castaña mirando por el espejo a la rubia indecisa, quien se encogió de hombros como respuesta.

—Es lo que vengo pensando desde hace quince minutos —respondió Historia soltando un suspiro.

—¿Y qué te parece solo dejarlo suelto? Siempre me ha parecido muy bello tu cabello —se sinceró la castaña acariciando con ternura la cabellera amarilla de la pequeña.

—No estaría mal —sonrió la rubia después de un rato.

—Bien, hagámoslo entonces —dijo animada Odelia antes de tomar un mechón de cabello y comenzar a cepillarlo poco a poco en un silencio cómodo.

Tras terminar, ambas sonrieron satisfechas y felices, mientras se levantaban y dirigían hacia la tarima donde sería la coronación.

Antes de separarse, Historia giró hacia Odelia con una sonrisa.

—Instalaré un orfanato y buscaré a todos los niños que haya en las murallas, no quiero que ninguno más esté solo —dijo con una sonrisa antes de correr hacia su formación.

—Gracias, diosa de los ganaderos —sonrió Odelia con lágrimas en los ojos antes de dirigirse a su posición.

Mientras caminaba, dejó salir algunas lágrimas, solamente que estas no eran de felicidad, le dolía tener que verla tomar el puesto aunque fuera una niña.

«Perdónenme por no poder protegerlos» se dijo a sí misma Odelia mientras se cubría con las manos su rostro.

Los gritos cerca del lugar la alertaron de que alguien se acercaba, limpiando rápidamente su rostro y calmándose.

—¡Odelia-san! —llamó Ondine acercándose junto a sus demás compañeros de escuadrón, mientras que Darío quedaban detrás de todos ellos— ¡Darío dijo que usted estaría aquí, ¿no quiere venir con su escuadrón a ver la coronación de Historia?

—Por supuesto —fingió una sonrisa a la morena, haciendo que todos se conmocionaran de su respuesta.

—¡Quien llegue al último es un titán de tres metros! —gritó Connor mientras los cuatro más jóvenes seguían su competencia dejando solos a ambos soldados para que pudieran hablar calmadamente mientras que la pelicobre dedicó una última mirada a su superiora, observándola con preocupación, Odelia los miró divertida y continuó su paso.

—¿Estás bien? —preguntó Darío colocándose a un lado de su capitana— Aunque no lo parezca, todas ustedes se parecen mucho en los gestos, Orlantha era igual cuando no estaba bien, siempre fingía una sonrisa a todos los demás —miraba al frente, ganándose la mirada sorprendida de su subordinado, quien la observó de reojo— Supongo que es parte de nuestros lazos estar juntos. Inocencio y Baumeister deben protegerse el uno al otro.

—Eso supongo —suspiró con pesar Odelia mientras dirigía su mirada al frente.

—Y bien, ¿por qué estás triste?

—No me lo tomes a mal, pero me molesta que ellos estén aquí —respondió posando su vista en los cuatro jóvenes del escuadrón de apoyo—. Los únicos que deberíamos estar aquí somos nosotros, no unos jóvenes que deberían vivir en plenitud su juventud.

—Tampoco me lo tomes a mal, pero si así fuera, ninguno debería estar aquí entonces —repuso Darío—. Todos los soldados que entraran ya sea cualquiera de los tres organismos militares, lo hicieron a una edad temprana, solo porque no debería estar ninguno dentro de estas murallas. Algunos perdieron su vida desde jóvenes, otros por ahora son veteranos. ¿Cuál es la diferencia de entrar a cierta edad? Lo que nos une es que ninguno quiere estar dentro de estas piedras. ¿Qué hay de malo de luchar desde jóvenes? En ese caso, ni tú ni yo debió entrar tampoco. Ahora mismo deberíamos estar preocupándonos por un matrimonio o ayudar a nuestros padres...

Odelia lo miró con pesar cuando dijo lo último, sabía lo doloroso que era para él no poder encontrar a su padre tras no haberlo visto desde que escapó de casa hace años.

Posó una de sus manos sobre el hombro del ojicobre, tratando de brindarle apoyo—. Te prometo que encontraremos a tu padre, y ya no seremos perseguidos por nuestro pasado.

Darío asintió un poco más seguro de sus palabras y continuaron caminando. Odelia retiró su mano del hombro de su compañeros y continuaron caminando en silencio. Se colocaron junto a sus demás compañeros viendo a la pequeña Historia esperando a ser coronada.

Se colocó a un lado de Levi viendo hacia el frente, observando detenidamente cómo finalmente la reina tomaba su merecido puesto y los principales comandantes que regían todas las murallas de inclinaban ante ella como símbolo de reconocimiento y respeto hacia Historia Reiss, la reina legitima de las murallas.

Los aplausos y vitoreos no se hicieron esperar, Odelia observó con orgullo a la joven que respondía a su mirada. Pero Levi notó que sus ojos se cerraron cansadamente cuando separaron miradas ambas chicas.

Cuando el evento terminó, Odelia iba a dirigirse hacia Erwin, pero la mano de Levi deteniéndola la confundió, siguiéndolo donde fuera que iban.

—Ha-hay mucha gente y sigues lastimada. N-no quiero que te pase nada —murmuró Levi mientras le daba la espalda a su compañera, quien también tuvo un sonrojo.

—E-está bien —respondió con el mismo tono de voz la castaña siguiendo a su compañero, llegando de nuevo al edificio de la capital.

Odelia sintió calor en su pecho cuando se dió cuenta que Levi no la soltaba, e incluso su agarre se volvió más seguro cuando estuvieron solos.

Ninguno habló al no saber qué decir, se mantuvieron callados disfrutando de la calidez que sus manos compartían.

—Yo... —habló en un hilo de voz el azabache, pero fue interrumpido cuando escuchó las voces de todos los subordinados caminar hacia ellos, con Historia al frente.

Levi presionó unos segundos su agarre de la castaña antes de separarse de ella y caminar hasta en medio del pasillo con Historia nerviosa al igual que sus demás compañeros.

—¡Ahhhh! —gritó Historia con sus puños y mirada hacia arriba para después comenzar a correr hacia el azabache y brindarle un golpe en su brazo, haciendo jadear a todos en sorpresa y miedo, mientras que Odelia abría la boca en sorpresa con una sonrisa adornando su rostro.

—¡Woaahh! —gritaron todos a excepción de Mikasa.

—¿Qué te pareció eso? ¡Soy la Reina ahora! ¡Si te quieres meter conmigo ahora...!

Historia no pudo continuar hablando cuando todos se quedaron en silencio al escuchar una ligera risa nasal proveniente de Levi, mientras una sonrisa decoraba su semblante.

—Gracias, chicos —todos se mantuvieron en silencio aún por la sorpresa que tenían los miembros de ambos escuadrones. Por lo que Odelia habló tratando de romper esa incomodidad:

—Historia, ¿qué tal si nos haces un recorrido de tu nueva morada antes de que nos retiremos? —pidió la castaña sacando de su trance a todos los menores.

—P-por supuesto, Odelia-San —sonrió nerviosa la rubia mientras todos le seguían el paso. Odelia llamó a Eren discretamente y preguntó por la razón de su golpe a Levi, quien iba junto a la castaña, quedando en medio de ambos soldados.

Eren le contó en susurros lo que pasó durante su ausencia, cuando Levi tomó del cuello a la rubia frente a Reeves y sus hombres y cómo la última petición de Dimo fue que cuando Historia fuera Reina golpeara al capitán.

Odelia detuvo su paso y todos delante de ella giraron a verla confundidos.

—¿O-odelia-San? —llamó Eren asustado al ver la mirada sombreada de la castaña mirando al frente, todos los demás esquivaron su mirada asustados.

—Capitán Levi —llamó terriblemente sería la castaña mientras giraba su mirada ensombrecida al azabache, quien incluso sintió un escalofrío cuando sintió su intensa mirada sobre él—. Necesitamos hablar ahora.

—Creo que lo eché a perder —tembló Eren ante la incómoda situación que se formó.

—Chicos, deberían adelantarse —dijo Odelia en un tono mayormente autoritario que como pedido.

Todos chocaron entre sí por alejarse lo más rápido del lugar, doblando la esquina del pasillo apresuradamente.

Sin que tuviera tiempo de reaccionar, Levi se encontraba acorralado en una pared con un brazo a cada lado de sus hombros y la fría mirada de Odelia sobre él.

—O-odelia, yo...

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó seriamente Odelia, provocando que las piernas de Levi temblaran y su respiración se volviera entrecortada.

—E-es que, s-si n-no hacía a-algo al respe-pecto, e- ella n-no acepta-taría. L-lo s-siento.

La mirada de Odelia se suavizó y desvío su mirada del azabache cuando soltó un pesado suspiro, Levi copió su acto tratando de calmarse.

—Ya que Historia te dió un golpe, supongo que no puedo hacer nada al respecto en ello, Historia fue capaz de manejar esa situación e incluso tú reíste —esta vez Odelia pasó de nuevo su mirada a Levi, pero en esta estaba el brillo que al azabache le gustaba de sus ojos, su enojo había pasado—. No te conocía esa sonrisa, pensé que estarías sin algún diente o algo por el estilo —bromeó la castaña sin aún liberarlo de su corral. Levi chasqueó la lengua y miró a un punto del pasillo tratando de calmar sus nervios y esperando que su sonrojo no se notara—. Bueno, deberíamos reunirnos con los demás.

Levi pudo soltar otro suspiro cuando fue liberado de los brazos de Odelia sobre él, mientras le seguía el paso y limpiaba con su chaqueta la capa de sudor que se generó sobre su frente.

Detuvo su paso mirando la espalda de la chica que caminaba frente a él, quería decir algo pero las palabras no salían de su boca.

»¿Sucede algo? —desvío la mirada de ella sonrojado cuando esta se giró a verle confundida.

—N-nada —respondió molesto el azabache mientras retomaba sus pasos a un lado de ella, mirándola de reojo aún nervioso.

Mantuvieron el silencio un rato hasta que se volvieron a encontrar con sus subordinados, quienes parecían estar molestando a Eren.

—Chicos, ¿qué pasa? —preguntó Odelia acercándose a la bola de adolescentes, quienes se separaron nerviosos y asustados— No deben pelear entre ustedes, ¿entendido?

—¡S-sí! —colocaron todos sus puños sobre sus corazones mientras que Odelia los veía confundida.

—Chicos, descansen —ordenó Odelia confundida—. Deberían calmarse, pronto habrá que despedirnos Historia, por lo que deben disfrutar del rato con ella, ¿está bien? —Nosotros debemos ir donde Erwin —agregó Levi cuando se repuso.

Historia se acercó hasta donde se encontraba Odelia, despidiéndose en un abrazo que inmediatamente la castaña correspondió.

—Por favor venga a verme —pidió la rubia con una sonrisa melancólica.

—Por supuesto que lo haré.

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Ambos mantenían silencio mientras esperaban por Erwin en aquella oficina que Odelia conocía a la perfección.

A su lado se encontraba Darío cuidando de su superiora, ganándose una mala mirada por parte del azabache, no sólo se sentía molesto por el hecho de que Darío confiaba únicamente en la castaña, sino porque fue el mismo pelinaranja quien declaró sobre haber atentado contra la vida de Odelia y que ella lo detuvo de golpear a esa "zanahoria molesta" —que era como lo llamaba enojado—. Aquello fue lo que más le molestaba cuando veía a Odelia calmada con aquel chico de su lado.

La puerta se abrió dejando entre ver a Erwin y Hange entrando en la oficina, por lo que inmediaciones Darío dejó la habitación no sin antes despedirse de su superiora.

—¿Les parece si comenzamos la reunión? —rompió el silencio Hange con una sonrisa en su rostro.

—Bien, me gustaría empezar con la solicitud directa de Darío Inocencio en el escuadrón de apoyo de Odelia Baumeister además de la integración del soldado militar Marlowe Freudenberg, entre otros —leyó Erwin los documentos que tenía a la mano.

Un silencio incómodo se creó cuando se escuchó el chasquido de lengua del azabache mientras cruzaba de brazos, molesto por ser la primera notificación en la Legión.

Un carraspeo de Erwin tratando de aminorar la situación lo hizo continuar su lectura:

—Además, del pedido particular de la Reina de las Murallas, Historia Reiss, por la ayuda de la Legión en inaugurar un orfanato que reciba a todos los huérfanos que residen dentro de las murallas, pero para ello, necesita la especial ayuda de cualquier veterano de la Legión como su apoyo cuando se presente ante los nobles de la región y ayudar en la busca de huérfanos.

—Tengo una propuesta —alzó la mano Odelia pidiendo la palabra, siendo esta inmediatamente aceptada—. Apoyo la inauguración del orfanato y solicito el apoyo de mi compañero Levi como el representante de la Reina, yo me postulo para tomar el puesto de buscar a todos los niños que haya en la región, incluyendo la búsqueda dentro de la ciudad subterránea.

El silencio volvió a reinar en el lugar, incomodando especialmente a Odelia por esperar una respuesta de su compañero, a quien miraba fijamente por que accediera.

—Supongo que no tengo otra opción, deberías dejar de tomar decisiones por mí, mocosa —bajó la cabeza el azabache mientras asentía ligeramente, obteniendo una sonrisa sincera de Odelia como agradecimiento—. ¿Cuándo tendré que ir con Historia?

—Mientras más pronto, mejor. Desde mañana partiré desde el distrito Trost hasta Nedlay y después al Muro Sina para poder preguntar por todos los niños que sean posibles.

—¿Cuánto tiempo deberemos esperar por dejar todo listo? —preguntó Erwin.

—¡Que sean dos meses! —pidió Hange seguidamente la miope— Dos meses, por favor, así tendré tiempo para practicar con Eren y ver por el avance de salud de la soldado Joelle Baumeister —aquel rostro que todos pensarían que sería de emoción, mostraba seriedad en la castaña, preocupada por la lentitud con la que Joelle sanaba, sintiéndose culpable—. Perdóname, Odelia, por no haber cuidado de tu hermana y que ella se sacrificara por mí.

La castaña negó con una pequeña sonrisa—. Ella necesita de protegerte, quiere que estes bien y estoy segura que ni ella ni yo, estamos molestas o algo por el estilo —respondió Odelia tratando de calmarla—. Regresando al tema, además de la prótesis que Ondine y Connor están diseñando para el comandante, necesitamos tiempo para que puedan hacer su trabajo —agregó Odelia dirigiendo su mirada al rostro impresionado de Erwin—. Ellos quieren crear una prótesis de tu brazo, Erwin —sonrió Odelia al ver el rostro sonrojado del rubio.

—¿Prótesis? —un brillo se instaló en los ojos del rubio, provocando una sonrisa en la castaña.

—Hablaremos después de eso —guiño el ojo la castaña—. Mientras tanto, deberíamos continuar con la planeación del retorno a Shiganshina, ¿cómo será?

—Tenemos previsto gracias a la ayuda de Armin, que solo bastará de un día para poder hacer el trabajo —respondió Levi—, eso si no nos encontramos con algún inconveniente, que seguramente es lo que ocurrirá con esos dos titanes allá—. Además, tenemos que analizar esto —caminó hasta el escritorio de Erwin colocando una pequeña caja en el lugar.Hange y Odelia se acercaron a asomarse a ver lo que habla ahí, donde una de las dos pudo reconocer el contenido de aquella caja.

—¿Eso es...?

—El suero que convierte a las personas en titanes —respondió Odelia mirando aquella botella llena del líquido extraño.

Era difícil de entender, ya que el incidente en la villa Ragako implicaba que todos los ciudadanos habían sido manipulados por ese mismo suero, pero no había indicios de haber encontrados cosas fuera de lo común, por lo que no podía explicarse cómo fue que su hermana y la familia de Connie junto a los demás residentes fueron transformados, por lo que decidió mantener el silencio.

—¿Cómo lo sabes? —inquirió Erwin.

—Yo estuve junto a Eren e Historia en aquella cueva Reiss traía consigo una inyección igual a esa y estaba decidido en transformar a Historia. Solo sé eso.

Levi tensó su mandíbula al recordar los últimos momentos que pasó con Kenny, sintiendo aún dolor por aquella despedida. No había hablado con nadie acerca de ello, y temía que al presentar lo último que su tío le entregó, fuera incio de cuestionarios.

»Pero, creo que es más importante analizar que buscar dónde lo encontró Levi, ¿no lo creen? —intervino Odelia al ver el rostro preocupado de su compañero. Después hablaría con él a solas.

—¿Les parece si investigo esto mientras tengo el permiso para experimentar con Eren también? —insistió Hange colocando su mano sobre la caja, esperando el permiso de su superior, quien asintió y dejó con una sonrisa en el rostro a la castaña

—Bien, estaré en el cuartel por cualquier cosa que decidan, nos vemos después. Por favor Hange, cuida de Jo y no te excedas con Eren, ¿por favor? —pidió con el ceño ligeramente fruncido la castaña.

La castaña salió de la habitación y el silencio inundó el lugar, el cual fue roto por Erwin.

—Entonces, Odelia, ¿qué es lo que tienes en mente al decidir ir por la parte más difícil? ¿Qué más tienes pensado? Además, tanto Levi como yo estamos preocupados de tu decisión al dejar entrar a Inocencio a la Legión —expresó con preocupación el rubio mientras descansaba sus manos sobre el escritorio, esperando por un argumento sólido de la castaña.

—Sabía que llegaría este momento, ¡aunque me sorprende lo mucho que se preocupan! —sonrió Odelia fingiendo estar conmovida colocando una mano sobre su pecho— Bueno, no me lo tomen a mal, pero el cómo nos conocimos por completo Darío y yo me recuerda a un par de personas —Erwin y Levi se miraron intentando entender a quiénes se refería la castaña, quien rodó los ojos—. Hace seis años entró a la Legión alguien que tenía como misión eliminar al capitán de la Legión, pero este tenía en mente reclutarlo, al final ambos decidieron apoyarse como compañeros de la Legión de Reconocimiento. Actualmente, el comandante y el capitán me preguntan por ellos mismos, qué coincidencia, ¿no? Me pregunto si después yo tomaré el puesto de comandante.

—Pero... Es diferente...

—¿En qué es diferente? —interrumpió Odelia a Levi, cruzando de brazos comenzando a molestarse— Fueron las mismas circunstancias: alguien que está dispuesto a cumplir sus objetivos sin importar el obstáculo que tenga por delante, dispuesto a hacer lo que sea por cumplirlo. Por otro lado, está el que también tiene sus aspiraciones. Cada bando no se puede debatir y, sin embargo, terminan uniendo fuerzas por un mismo motivos, haciéndolos imparables.

—Odelia, ¿cúales las aspiraciones de Darío, las tuyas y la unión que tienen prevista por cumplir en sus metas? —cuestionó Erwin sin poder rebatir lo que decía su compañera, ya que tenía la total razón.

Odelia inclinó la cabeza dejando un suspiro al aire— Tanto Darío como yo, queremos ver libres a nuestros padres: Xavi Inocencio fue un funcionario de la policía militar, y Cardin Baumeister fue cómplice de un soldado llamado Kyklo, el nombrado "hijo de titán". Injustamente, ellos fueron perseguidos por la policía militar de su época y  fueron amenazados en no declarar acerca de la existencia de la invasión de la muralla María por parte de los titanes. El padre de Darío no estuvo de acuerdo en ello, por lo que fue perseguido por la policía, hasta ahora, no se sabe dónde se encuentra.

—¿Cómo fue que Darío no fue perseguido cuando entró en la tropa de reclutas? Eso es sospechoso, además, que haya entrado en la policía militar central y no cuestionaran sus motivos personales sigue sin dejarme satisfecho —comentó Levi tratando de cuestionar lo que posiblemente Darío y Odelia hablaron en sus tiempos libres.

—Fue obligado a firmar un acuerdo donde declaraba que no compartía los mismos ideales que su única familia. Y respecto a lo que aspiraba en la policía central era solo eliminar a los que restaban de evidencia, que eran los Baumeister, para poder liberar a su padre de su limitación de libertad de expresión, ya que aún queda una cuestión por resolver: los Baumeister fueron rezagados en cuanto a su posible encarcelamiento, ya que Cardin Baumeister fue acusado de ser cómplice de su padre en cuanto a sus actividades políticas debido a un mal manejo, sin embargo, también se vió un problema en aquella línea de sangre. No se sabe con exactitud, pero es un hecho que en el pasado, los Baumeister estuvieron presentes y unidos a la familia real.

—Tomaste la decisión de buscar a los niños huérfanos para buscar a Xavi Inocencio, ¿no es verdad?

—¿Fue egoísta hacer eso? —dijo con una risa dolida— Es solo que... siento que ya no me queda mucho tiempo —susurró lo último siendo imperceptible para los otros dos.

Odelia reconocía que algo con su familia pasaba y no era para nada bueno, el hecho de que tuviera terribles dolores de cabeza y recordar las épocas donde estaba junto a su padre la hacían comprender que algo pasaba con él, y temía que le quedara poco tiempo a ambos para poder saberlo.

»¡Bien! —alzó las manos Odelia— Si ya no tenemos nada más por hablar, me retiro para ir a cenar, ¿les parece? En cuanto a la prótesis de Erwin, no creo que estés en desacuerdo de tener de nuevo tu brazo, ¿verdad? Lo más pronto posible hablare con Ondine y Connor antes de irme. Pasen buena noche, chicos.

Abandonó la oficina sin darles tiempo a sus compañeros de poder decir algo. Caminó hasta llegar al comedor y tras cargar con su charola con comida, tomó asiento en una de las mesas más excluidas del lugar.

Observó con atención a todos los que cenaban en el lugar, donde se dividía en los soldados veteranos y los miembros recientes. Todos aquellos que luchaban por una sola cosa.

¿Hace cuánto fue que había perdido la libertad? No sólo la de poder vivir libremente fuera de las murallas, sino de permanecer resguardada bajo el silencio que su padre decidió mantener a cambio de una vida aparentemente pacífica. Pero aún tenía una incógnita en su mente que la molestaba: ¿quién era más libre de ellos dos, el hombre que vendió su vida a cambio de una vida tranquila pero llena de dolores y remordimientos, o el hombre que huía de aquellos que lo obligaban a vivir intranquilo pero sin ningún arrepentimiento? No lo sabría hasta que se encontrara cara a cara con su padre, Cardin Baumeister y con Xavi Inocencio.

—¿Te encuentras bien? —la voz impostada de Darío la sacó de sus pensamientos desdichados, sentándose frente a ella para comer.

—Tu padre... ¿alguna vez viste en él algún dolor? —ignoró Odelia la pregunta que su subordinado le hizo.

—Supongo que se sintió mal cuando descubrí la verdad sobre su pasado —respondió el pelinaranja bebiendo de su agua—, pero pude notar la tranquilidad que sintió después de haberse desahogado de lo que guardó años atrás. ¿Por qué?

—Me pregunto cómo se siente mi padre ahora...

—Debe sentirse mal —respondió de manera monótona y sin mostrar una pizca de compasión, sorprendiendo y molestando a la castaña por su actitud—. Debe ser difícil tener que ocultar algo por tanto tiempo a las personas que amas por mantener la paz en ellos, pero sufriendo un remolino de sensaciones de desdicha y arrepentimientos dentro de tí.

Bajó la mirada la castaña Odelia, sabiendo que Darío tenía razón.

—Entonces, la única forma para que descanse de eso es revelando al mundo lo que sucedió dentro de las murallas hace décadas, ¿verdad?

—Pero necesitamos la versión personal de cada uno de ellos. Empero, el único al que tenemos a nuestro alcance no podrá hablar y los otros tres están desaparecidos.

—¿Tres? ¿Quién más, aparte de tu padre sabe sobre esto?

—¿Recuerdas que te hablé acerca de la conexión que tenía tu familia con la mía debido al matrimonio arreglado de mi tía? —Odelia asintió— Ella se casó y escapó junto con Kyklo después de que hubieran aceptado al equipo tridimensional como armamento oficial del cuerpo militar, Kyklo fue el primero en usarlo junto a otros soldados, incluido tu padre, en una expedición dirigida por el ex comandante Carlo Pikale, idea fundada de los armeros Angel Aaltonen y Corina Ilmari, de quien ellos, el armero que continuó con el proyecto fue su amigo Xenophon Harkimo.

Ahora entendía la razón por la que Connor y Ondine decían ser orgullosos de venir de una familia de herreros. Miró hacia donde estaban comiendo, mientras hablaban con sus amigos.

—¡¿Y no hay manera de poder contactar con ellos?! —exclamó esperanzada la castaña, pero el pelinaranja negó como respuesta.

—Harkimo murió hace años, Ilmari fue asesinada por el titán que entró en Shiganshina décadas atrás, y Aaltonen probablemente haya muerto también, el vivía en la ciudad subterránea. Han pasado muchos años de eso, sería imposible poder encontrarlo, solo nos queda por buscar a mi padre y su hermana junto a su esposo.

La mirada vacía del pelinaranja la hizo sentir mal. Ella pudo disfrutar de vivir tranquilamente junto a su padre, mientras que él tuvo que escapar para poder vivir y hacerle justicia a su padre, sin hasta ahora haber podido tener éxito alguno.

Colocó su mano sobre la suya tratando de consolarlo.

—Te prometo que los encontraremos y podremos ser libres pronto —afirmó la castaña con una mirada segura de lo que decía, afirmando las esperanzas en el pelinaranja.

—Gracias, Odelia.

—Durante la reunión con Erwin pedí el permiso para recorrer las murallas y poder buscar niños huérfanos como primer mandato de la Reina. De esa manera, no será tan difícil poder encontrar a tu padre y tu tía. Estoy segura que los encontraremos, algo me dice que así será.

—Necesitamos seguir luchando —Odelia asintió.

El amanecer de siguiente día llegó y con ello avisaba la partida de Odelia durante todo ese tiempo, dejando a sus compañeros dolidos por ello, en especial cierto azabache que fue temprano a su habitación para poder detenerla.

—¿Estás segura de que no quieres ir conmigo a Mitras? —preguntó melancólico el azabache mientras miraba cómo la castaña arreglaba sus cosas dentro de su habitación que compartía con las demás chicas, las cuales aguardaban por la capitana junto a los demás en la entrada del cuartel.

Odelia negó como respuesta— Debo cumplir con mi deber. Como una soldado y Baumeister —susurró Odelia bajando la mirada.Se acercó hasta quedar frente a frente con Levi, quien también tenía la mirada afligida por su partida.

Tomó con ambas manos el rostro de Levi, provocando un sonrojo en él.

—Prometo que volveré bien. Ayuda a Historia —Levi asintió inseguro y caminaron hasta la salida donde los esperaban los chicos junto a su hermana, Hange y Erwin.

Comenzó a despedirse de cada uno de ellos hasta llegar a Erwin, quien la miraba con preocupación al igual que Levi.

—Cuídate —se despidió el rubio acomodando la chaqueta que tenía puesta y dándole un abrazo de despedida—. Estaremos esperando por ti.

Sintió su cuerpo tentarse por aquella frase y miró atónita hacia el ojiazul, quien confundido y pensando que no quería aquel abrazo, se apartó, dolido.

—Prometo que volveré —respondió con voz átona Odelia, volviendo a abrazar al rubio y siendo correspodida de inmediato. Subió a la carreta junto a Darío y comenzaron a andar junto en el camino.

Sin tener tiempo para descansar, los niños que habían sin cuidado de unos padres hizo comprender a Odelia que habían muchos más niños de los que creía que estarían solo, sintiendo su pecho doler tras aquello y aguantando por no soltar lágrimas frente aquellos inocentes niños.

Transcurrieron las cinco semanas en un parpadeo ayudando a muchos niños, dejando cansados a Odelia y Darío en aquellos días, pero con la satisfacción de verlos esperando por un nuevo hogar.

Antes de llegar a la ciudad subterránea, hicieron una parada en una posada cerca de la entrada al muro central de Sina, quedando resguardados en la noche en el distrito Yalkell, al Oeste en la Muralla Rose.

Apenas lograron conseguir un cuarto, cayeron ambos soldados rendidos ante la cómoda cama que extrañaban desde hace semanas, quedaron dormidos al instante.

Sin embargo, aquella noche se convirtió todo lo contrario a lo que Odelia necesitaba de un descanso. Siendo advertida una vez más de las cosas inciertas que le deparaba la vida, sufriendo toda la noche de incontables pesadillas y escenas que no podía reconocer, pero que sabía que serían una nueva parte de su vida, sin saber exactamente lo que pasaría después.

Despertó con la respiración agitada y lágrimas en los ojos, sin poder entender todo lo que había visto. Mientras que su compañero la observaba con atención e impotencia, lo único que conocía era que estaba sufriendo por aquella maldición.

—Odelia, ¿te encuentras bien? —preguntó Darío entregándole un vaso con agua, cosa que Odelia agradeció.

Tiró el vaso al no poder sostenerlo de lo mucho que temblaban sus manos, tomándose de la cabeza con fuerza. Desesperada y con lágrimas en los ojos, miró a su compañero.

—Darío, yo solamente quiero descansar.

La ayudó a volver a recostarse de nuevo para intentar dormir, mientras que con pesar la miraba cerrar los ojos con miedo de volver a sufrir de nuevo.

—Odelia, descansa.

🌸
¡Hey, hey hey! ¿Cómo están? Espero que se encuentren bien y con este capítulo finalizamos este arco! ¿Qué les pareció? En lo personal siempre me sale miedo ese ending por las cosas fugaces que aparecen, pero creí que sería buena la forma en finalizar esta parte de la historia como en el anime jsjsjs además, como dato, esa sería la forma en que Odelia sufre cada vez que tiene "recuerdos", como hemos visto en otras ocasiones.

La próxima semana no habrá actualizaciones sino hasta la otra. Para ser sincera, tuve un bloqueo de escritor y apenas terminé el capítulo 55, entonces me gustaría adelantar lo posible para no ir perdiendo la constancia con la que subo cada capítulo y no dejarles sin esperar. Lamento mucho eso :c pero la buena noticia es que ya me recuperé jeje entonces hoy o mañana comenzaré a escribir con más calma y ya con  una idea uwu.

Al rato subiré el fin del arco, espero que les guste y nos vemos muy pronto. ¡Cuídense! 💗

P. D. : Dejó aquí la imagen porque no sé qué onda con Wattpad que no me deja poner imagen y vídeo >:c espero que les guste y nos vemos pronto.

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