Capítulo 51
En su mente resonaban voces, incapaz de reconocer lo que los demás decían. Sentía su vista nublada, pero podía reconocer a alguien frente a ella alrededor de una habitación luminosa que no le permitía mejorar su vista, y detrás de la persona que se encontraba frente a ella, habían tres personas esperando por que recuperara su visión y demás sentidos.
Su mirada se clavó en el chico que tenía frente a ella: Eren Jaeger la veía confundido en ese momento y Odelia no podía comprender nada en absoluto.
—¡Hola, Odelia! Un gusto tenerte con nosotros completamente despierta! —saludó detrás de ella una voz que no había escuchado nunca, quiso girar, pero sus brazos y piernas estaban atadas junto a las de Eren siendo estiradas hacia los lados, por lo que alzó su mirada sobre su hombro encontrándose con tres hombres ahí, reconociendo solo a dos de ellos con profundo dolor: William Dok desviaba su mirada de ella avergonzado, y el otro hombre la miraba fijamente.
Sus ropas estaban sucias y rasgadas sin saber la razón por la que se encontraba ahí, hasta que recordó los últimos instantes en las mazmorras y recordó a uno de los hombres noqueandola, dándose cuenta que uno de los hombres de ahí fue quien la desvaneció.
—¿Por qué la señorita Odelia está aquí? —pudo reconocer la voz y silueta de Historia, quien vestía ropas blancas, ella estaba detrás de Eren junto a Rod Reiss, aquel que reconoció debido al dibujo que vió con Erwin en la visita de Pixis días atrás— Por favor, padre, permite que la liberen.
El hombre tomó suavemente de los brazos a su hija, mirándola a los ojos y fingiendo ternura habló:—Lo siento, mi niña, pero ella es un poco importante también para esto —giró su rostro para observar profundamente a Odelia—. Eso es lo que dicen los señores Dok e Inocencio.
Odelia apretó sus labios conteniendo el llanto que sentía al saber que fue traicionada por el hombre que conocía de hace años, este desvió la mirada de ella, avergonzado.
—Entonces... ¿Les explicarás a Eren y Odelia-San? —preguntó la rubia mirando de reojo a su superiora, quien aún aclaraba su vista lentamente.
—Sí, planeo hacerlo —respondió el padre de Historia, pero hay algo que me gustaría probar antes. Solo tenemos que tocar a Eren y a ella... ¡Kenny! —llamó Rod— ¿Puedes pasarme la daga que tienes? La necesito —pidió el mayor.
El de sombrero dio un golpe con su codo al pelinaranja del lugar, quien molesto avanzó hasta la cima donde estaban los cuatro sujetos, miró con furia a la castaña para después hacer un ligero corte en la mano derecha de la castaña, haciendo que Odelia soltara un quejido.
Ambos cruzaron miradas, la vista recientemente clara para Odelia la hizo darse cuenta de una mirada que reconocía de hace años, era la mirada que Levi tenía contra Erwin seis años atrás.
—¿Quién eres tú? —preguntó esforzándose la castaña, los golpes que sentía en su cara la hicieron trabajar para poder hablar con claridad, recibiendo otra mirada fulminante.
—Soy el compañero de la hermana a la cual dejaste morir: soy Darío Inocencio, aquel chico que tu hermana salvó en Stohess, y que tú no hiciste nada para protegerla.
Recordó las cartas de su hermana hablando sobre él, Orlantha tenía plena confianza sobre él, y al enterarse de que ella se había sacrificado para salvarlo, sintió un dolor en su pecho.
»Ella era la única que me hizo desistir de mis ideales por un tiempo, pero cuando ella se fue y me enteré que usted no fue a visitarla... —apretó sus puños con enojo— Como sea, ya nada puede ser peor, más que para usted, quien al igual que su padre, solo son unos esclavos.
Odelia abrió los ojos en sorpresa al escuchar que hablaba de su padre, quería saber más, pero la voz de Rod Reiss lo obligó a alejarse y a retomar su posición junto a Historia.
—Solo necesitamos tocarlos un poco —dijo Rod dejando entrar en materia a Odelia, quien lo miraba enojada—. Supongo que puedes llamarlo explicación. Tienen los recuerdos de lo que sucedió en algún lugar de su interior —los otros tres le miraron confundidos—. El hacer esto quizá le haga recordar algo —dirigió su mirada a Odelia, hablaba sobre ella, después observó a Eren—. Quizá solo necesitaba un desencadenante en este lugar... —ambos Reiss acercaron sus manos a Eren, pero antes de tocarlo, el lord se detuvo, dirigiéndose a su hija— Querida, ¿puedes tomar de la mano a la señorita? Después puedes limpiarte la mancha.
Dubitativa, Historia miró inocentemente a Odelia, quien comenzaba a comprender por qué la razón de que fuera tan obediente. El que ella por fin tuviera la aprobación de su padre sobre ella era gratificante para una chica que vivió sola todo este tiempo.
Pidió con la mirada a Historia que no lo hiciera, pero al sentir la mirada pesada de su padre sobre ella, pidió perdón en un susurró antes de tomarla con la mano izquierda y tocar la espalda desnuda de Eren con la derecha.
Un destello como el de hace unos días apareció de nuevo frente a todos los que estaban unidos. A la mente de Odelia llegaron los rostros de dos niños pequeños, sus miradas estaban apagadas y sus ropas eran antiguas y se veían sucias y gastadas. Uno de los niños se acercó a ella para tratar de tomarla de la mano, pero al sostenerla, el rostro de su padre aparecía frente a ella, mientras que cientos de hombres estaban detrás de su padre junto a sus hermanas fallecidas, y a su lado estaba aún aquel niño desconocido, mirándola fijamente haciéndola estremecer, a la vez que, todos esos hombres y sus hermanas comenzaban a llorar y gritar, haciéndola comenzar a llorar del miedo—"¡Tú debes cumplir con lo que yo no pude hacer! " —su padre entre lágrimas la tomaba con fuerza de las manos, para remontar en décadas pasadas, observando a una mujer embarazada junto a otras personas ser devorados por el titán que había recordado tiempo atrás, las manos de Odelia temblaban de miedo, aquello se sentía tan real. Sintió su corazón detenerse al ver aquella mujer siendo extirpada del resto de vómito de titán cuando este se fue. Junto a su padre se acercó a ver cómo dos soldados abrían el vientre abultado de aquella mujer, encontrándose con un bebé vivo.
«¿Por qué vives?» dijo uno de los soldados para después ambos girar a ver con horror a Odelia.
Aquella pesadilla se esfumó al escuchar la voz de Rod hablando a Eren, quien miraba atónito la situación. Historia se tomó de la cabeza mientras lágrimas salían de ella, hablando sobre una chica que vio. Eso significaba que pudo ver algo al igual que ella y Eren. La mirada emocionada de Historia viendo a Odelia y después a su padre le hizo preguntar por Frieda Reiss, aquella chica que nunca la dejó sola en su infancia, cuando ella creyó que solo se acompañaba de los animales y el propio deseo de tener una familia.
—Incluyendo a Frieda, todos ellos fueron asesinados en este mismo lugar por el padre de Eren, Grisha Jaeger —explicó Rod abrazando a su hija, quien había comenzado a llorar de nuevo.
Explicó lo ocurrido de hace cinco años, Eren y Odelia cruzaban miradas impactados.
—¿Por qué él haría una cosa tan cruel? —preguntó Historia cambiando su mirada a Eren, Odelia comprendió que la furia se apoderaba de ella, temiendo ahora a que ella estuviera dispuesta a hacer todo lo que su padre le ordenara.
—Hey, hey, hey ¿van a seguir charlando? —interrumpió Kenny desesperado desde abajo— ¿Qué no lo han hablado ya? Ahí afuera, el golpe de Estado fue un gran éxito. No va a pasar mucho antes de que descubran este lugar. Terminen lo que venimos a hacer de una vez.
—Sí. Ese es mi plan original —respondió Rod con una ligera sonrisa en sus labios.
—Ya te lo he dicho antes —volvió a hablar molesto Kenny tomandome del sombrero—, el escuadrón anti-humanos, incluido usted mismo, debe retirarse de aquí ¿por qué sigues aquí? Su Majestad, ¿está enojado? Yo solo vine aquí a llevarme un carajo.
—Kenny, yo confío en ti. Solo ve.
—El sentimiento es mutuo, mi rey —dijo Kenny antes de irse, dejando en claro que todo aquello era menos lo que habían dicho siendo acompañado por Darío.
Los dos hombres abandonaron el lugar, mientras que William acompañaba al rey en algo que Odelia no podía comprender aún.
Observó detenidamente a la rubia que se alejaba de ella y de Eren, bajando de las brillantes escaleras como resplandecía el lugar también, observando un pequeño rastro de lágrimas en Historia, quien miraba con enojo a Eren.
—Historia —llamó lentamente Odelia preocupada de la reacción de la menor. Entendía la relación que ahora quisiera desarrollar con su padre luego de años desperdiciados, pero sospechaba que algo más ocurría en todo esto y no sería para bien.
—¿Odelia-San? —respondió a su llamado Historia llenándose de lágrimas de nuevo— Perdóneme por haberla permitido quedar en esto pero ¡mi padre no es malo! Sé que ha hecho cosas malas en estos tiempos pero... ¡Fue por una buena razón! ¡Quiere que todo esté bien dentro de las murallas y podamos llevar una vida plena dentro de toda esta catástrofe!
Odelia guardó silencio por unos instantes, esperando en que los hombres no volvieran, se inclinó hacia abajo, encontrándose con la mirada azul de su pequeña Historia.
—Y... ¿Por qué no permitir que todo pueda ser mejor fuera de las murallas? Entiendo que ahora quieras tener un vínculo con tu padre, pero, ¿realmente vale la pena si eso significa que te obligue a hacer algo que tú no quieras hacer? Yo creo que aún tienes una voluntad por la cual luchar. Ymir te dijo que tú tomaras las riendas de tú propia vida.
Historia jadeó en sorpresa, apretando sus puños y bajando su mirada al suelo.
—Pero si no obedezco a mi padre... Ya no tendré a nadie más a mi lado.
—Historia Reiss —llamó Odelia alzando su voz lo suficiente para que resonara en todo el lugar—, jamás permitiré que vuelvas a estar sola. Ni yo, ni tus compañeros te abandonaremos.
La rubia guardó silencio, mirando de nuevo a Eren, quien parecía mantener su atención en la conversación de ambas chicas, observando de reojo al par de hombres que ahora se acercaban a Historia, dirigiéndose el mayor de ellos a su hija, tomando en su agarre un maletín.
—Por fin nos deshicimos de todas las distracciones —comentó Rod Reiss sacando de su maleta algo que no alcanzaba a ver Odelia.
—Padre —llamó igual de confundida Historia sin poder distinguir lo que estaba buscando el hombre.
—Lo siento por haberte hecho esperar todo este tiempo, Historia.
—Padre ¿qué es eso? —preguntó Historia acercándose hasta donde estaba su progenitor.
Odelia dirigió su mirada a Eren, quien reconoció lo que esa jeringa llena de un líquido desconocido significaba para él. Giró su cabeza para ver aterrado a Odelia, quien seguía sin comprender lo que quería decirle el moreno debido a su boca amordazada.
—Escúchame cuidadosamente, Historia —tomó Rod de los hombros a su hija, tratando de hacerla convencer de lo que diría—. Sé que esto suena inverosímil, pero tu hermana, Frieda, todavía no está muerta. Los recuerdos de ella aún viven, ¿te gustaría ver a tu hermana?
Aquellas palabras pusieron a pensar a Odelia, si aquello. De alguna manera, entendía que ella podría ver cosas raras, pero no irreales, si Eren podía hacer lo mismo y teniendo en cuenta la condición de que su padre había devorado a la familia de Rod Reiss, eso significaba que él tuvo que haber devorado a su padre también para poder obtener todos aquellos recuerdos que lo habían perturbado desde hace tiempo. En alguna forma, su posición junto a la de Eren no eran demasiado diferentes, pero aún tenía la incógnita de qué significaba aquella jeringa que Rod estaba tomando entre manos.
—Sí —sollozó feliz Historia, esperanzada con las palabras de su padre—. Yo quiero verla.
—¡Historia! —gritó Odelia con haciendo que el eco resonara en todo el lugar.
Tras su grito, el sonido de explosiones y disparos llegaron a resonar también donde estaban ellos, Odelia entendió que sus compañeros habían llegado, por lo que debía ganar tiempo todo lo posible.
—Parece que el enemigo se está acercando —confirmó Rod Reiss lo que Odelia había imaginado—. Date prisa, Historia.
—Sí —respondido indecisa Historia, dejando de un lado el grito que Odelia soltó para llamarla, fijando su mirada en Eren, frunciendo el ceño al verlo soltar lágrimas mientras pujaba por decir algo—. ¿Qué es esto, Eren? Esa mirada... —aquella mirada la hizo dudar, pero Rod habló:
—Él se dió cuenta de su propio destino —observó al castaño que luchaba por zafarse, mientras que Odelia miraba también con desespero a la rubia— y ella... aún lucha de manera egoísta por la libertad que le fue arrebatada desde que su sangre tomó parte de los Baumeister. La profunda dirección que su destino pecador le ha conducido. El poder que Eren nos robó volverá a donde pertenece, Historia, contigo.
—¿Eh? —ambas chicas se preguntaron, mientras que Odelia recibió un susto al ver a Eren inclinarse hasta donde podía, temiendo que también quisiera hacer lo que Rod planeaba.
—Hace unos 100 años, esta cueva, fue creada por un determinado titán —comenzó a explicar Rod Reiss mientras tomaba fuertemente de los brazos a Historia, obligando a su hija a verlo fijamente—, esas tres murallas concéntricas fueron también hechas con el poder de ese titán. Con la construcción de esas gigantescas murallas, la humanidad estaba protegida de otros titanes, las bendiciones del titán no sólo fueron aquellas, de tal manera que nosotros, los miembros restantes de la humanidad, pudimos vivir en paz. Incluso los corazones de la gente también fueron cambiados, y los recuerdos de la humanidad fueron influenciados.
Los ojos de Odelia se abrieron en sorpresa al escuchar lo que el mayor decía, sintiendo un atisbo de esperanza al recordar la teoría del padre de Erwin, si salía de todo ese embrollo, podría contarle a su mejor amigo sobre la confirmación de su teoría.
»Ciertos linajes fueron exceptuados de eso, pero... —dirigió su mirada a Odelia para volverla a pasar a su hija— Tus descendientes, y el resto de la humanidad también... Nadie sabe de la historia del mundo desde hace 100 años. ¿De dónde vinieron los titanes? Nadie lo sabe. Aparte de una persona, Frieda Reiss. Ella no sólo poseía el poder de los titanes, ella sabía todo acerca de la historia y creación de este mundo. Frieda tenía unos 12 años cuando obtuvo el poder de titán, y los recuerdos perdidos de este mundo. Fue hace ocho años en este lugar, cuando mi hermano más joven, tu tío, fue devorado para que tu hermana obtuviera los poderes...
El hombre mantuvo su mirada perdida y se quedó en silencio, Historia mantuvo su mirada fija en su padre tratando de hacerle reaccionar de su trance.
—Padre —llamó Historia dejando correr unas gotas de sudor, sintiéndose ansiosa.
—Ah, ahora, tenemos que darnos prisa —dijo Rod alzando su vista hacia su hija. Esta es la situación, las murallas se han roto, muchas vidas se han perdido y los hombres que luchan entre sí... Esta situación absurda... Si Frieda hubiera utilizado el poder del titán, no habría habido ningún problema en absoluto, incluso librar a las personas de los titanes hubiera sido posible.
—Si tal cosa fuera posible, ¿por qué es que ahora estamos así? —preguntó Historia, observando a su padre por una respuesta.
—Porque el poder de titán fue robado de Frieda, y ahora está dentro de Eren —respondió el hombre, Odelia bajó la cabeza, sintiendo dolor al confirmar lo que creía—. Si ese poder está poseído por alguien que no posee la sangre real de la familia Reiss, el verdadero poder no puede llevarse a cabo. Mientras él siga teniendo ese poder, este infierno continuará.
—Entonces...
Aquello solo significaba una posible cosa, o Rod Reiss se podía abalanzar sobre Eren convirtiéndose en titán, o lo más probable, obligar a su hija Historia a tomar el lugar de su padre en esa situación. Ahora mismo tenía sentido el que después de tanto tiempo, el padre de Historia la buscara cuando el poder que se había perdido, ahora se encontraba en Eren.
—Oye, oye, oye, oye —llegó Kenny bajando de su agarre en su equipo de soldado colocándose frente a ambos Reiss—. Así que entonces, por lo que si la familia Reiss no se come a Eren... ¿Entonces el verdadero rey no puede suceder?
—¿Qué es esto? —preguntó desconcertado Rod Reiss al ver la mirada y sonrisa nerviosa que ahora Kenny cargaba.
—Entonces, entonces, aún cuando me convierta en titán y me coma a Eren, todo será inútil —expresó preocupado Kenny tratando de formular una sonrisa, que más bien se convirtió en una mueca.
Tomando del cuello de la camisa, amenazó a Rodríguez Reiss, dejando sus deseos e inquietudes a la atención de todos los presentes, apuntando con su pistola al ojo del mayor, ignorando los alaridos de angustia de Historia por dejar libre a su padre.
—¿Estás diciendo que mentí? —habló con esfuerzos Rod Reiss, tratando de zafarse del fuerte agarre del más alto.
—No, había esperado tanto por este día porque sabía que no podías mentir bajo estas circunstancias —respondió el mayor—. Es una importante ceremonia de sucesión, ¿no es así? —presionó más su agarre en el cuello del más bajito, mientras crujía los dientes verdaderamente furioso— Ah, tú sabias mis intenciones y aún así jugaste conmigo, ¿no es así? —presionó más su agarre en el cuello del más bajito, mientras crujía los dientes verdaderamente furioso— Ah, tú sabias mis intenciones y aún así jugaste conmigo, me utilizaste... Maldita basura.
—Sé agradecido —espetó con esfuerzos Rod tratando de soltarse—. El único que estaría interesado en reclutar a un callejero como tú fue mi caprichoso y estúpido hermano menor...
—¡¡SI VUELVES A HABLAR DE URI DE ESA MANERA, TE VOLARE LA CABEZA!! ¡¡NO PODRÍA IMPORTARME MENOS!! —exclamó alterado el azabache, tratando de esconder su desesperación en aquella sonrisa burlona.
—¡Detente! —pidió Historia tomando la pistola de Kenny para desviar hacia su padre— Aléjate de mi padre —ordenó con una mirada de odio hacia el de sombrero.
—Demonios, tan solo mírate, Historia. ¿No acabas de entender lo que dije? Este vejestorio quiere transformarte en un monstruo ¡y hacer que te comas a Eren! —señaló Kenny con su arma hacia arriba donde Eren y Odelia miraban con atención todo lo que ocurría, recibiendo una mirada de confusión y después a una decidida acompañada de enojo por parte de Historia hacia Eren.
—¿Acaso ese no es mi deber? —dijo Historia, dejando sin qué decir a Kenny, más que verla algo compadecido— Transformarme en un titán y salvar a la humanidad... ¿Es eso tan trágico?
—Ah... Así que devorarás a tu amigo y probablemente después tendrás dolor de estómago, ¿a eso le llamas deber?
—Así es. ¡Yo... Voy a comerme a Eren! ¡Y traeré a mi hermana de vuelta! Heredaré la historia de este mundo ¡y exterminaré a los titanes de este mundo! ¡¡Ese es mi deber!! —respondió con voz temeraria la rubia, sorprendiendo a todos los presentes.
—Oye, oye, oye ¿Historia? ¿Acaso has olvidado lo mal que esta basura te ha tratado? Primero que nada, tu nacimiento fue una tragedia, ¿no es así? Olvidó todo acerca de su puesto, no le importaron las consecuencias de estar con una sirvienta, y tú fuiste el resultado de ese accidente. Tu madre, creyendo que sería la mujer del señor, optó por darte a luz, pero toda la población y la realeza se enteró de tu ilegítima existencia. ¡Todos deseaban que no nacieras! ¡Incluyendo a tu padre!
Odelia lo meditó mientras todos ellos discutían, sintiendo pesar al saber que Kenny tenía razón. A menos que Historia hubiera sido inservible para Rod Reiss en cuanto recuperar el poder que Eren contenía, ella habría sido asesinada años atrás, pero el hecho de que la buscara después de que la muralla de Trost había sido sellada y más enemigos humanos habían aparecido buscando a Eren también, le hacía comprende que Reiner, Berthold y Annie buscaban lo mismo que lord Reiss, sin embargo, la incógnita que tenía a su favor era la de responder por qué durante el tiempo en que la familia noble Reiss tuvo el poder entre sus manos no hizo nada por detener todo lo que estaba pasando.
Al estar ensimismado en sus pensamientos, no se dió cuenta que era soltada de su agarre de brazos y piernas y era elevada al techo del lugar, recuperando la conciencia al ver a Eren siendo lastimado de su frente a propósito por Kenny, y que lo soltaba de su agarre de la boca.
»Arreglamos esto con un duelo de titanes —discursó Kenny mientras alzaba la cabeza de Eren—. Si Historia gana, entonces tu cuento sobre restaurar la paz se cumplirá. Pero si pierde contra Eren, entonces nada cambiará.
—¡Historia! —llamó alarmado Reiss acercando la jeringa a su hija— No te preocupes, ¡te transformarás en un increíble y poderoso titán con esto! Elegí especificamente el titán más adecuado para la lucha, una vez que te transforme, es incontrolable, tal vez ganemos algo de tiempo mientras está encadenado. ¡Apresúrate! Había dicho que debía comértelo, pero solo basta con morder su espina dorsal ¡y beber el fluido de su médula espinal!
—¡Creo que debería alejarme un poco! —gritó Kenny posicionándose junto a Odelia y quien la sostenía evitando de que forcejeara por caerse, mientras observaban a ambos jóvenes.
—¡Eren! ¡¿Por qué aún no te transformaste?! —preguntó enojada Historia, suavizando sus gestos a un rostro de preocupación al ver a Eren llorar, Odelia miraba la escena preocupada—Si me transformo, serás devorado —indagó ignorando los gritos de fondo de su padre por decirle que continuara.
—No hay necesidad de... —habló con voz entrecortada Eren sin poder terminar su frase— Mi padre y yo... Si tan solo mi padre no hubiera hecho esto cinco años antes, tu hermana hubiera encontrado una manera de resolverlo todo, y debido a que mi padre y yo arrebatamos ese poder de sus manos, tantas personas han muerto... El abuelo de Armin, Thomas, Mina, Nack, Milius, Marco, las hermana de Odelia-San, el escuadrón de Levi, los habitantes de Stohess, los soldados que regresaron para salvarme, Hannes, tantos nombres que no puedo recordar. Yo no puedo cambiarlo. Soy innecesario. Esos días de entrenamiento, esos sueños de conocer el mundo exterior... Yo no los necesito. Así que hazme un gran favor, ponle fin a esto y déjame morir en tus manos. Historia... Por favor comeme y salva a la humanidad. Te lo suplico.
Odelia sollozaba en silencio al escuchar a Eren, no se había percatado de todo lo que había tenido que aguantar aquel que era tan solo un niño. Ahora reconocía que ninguno de sus chicos de su escuadrón ni el de Levi debían estar ahí, ella debían estar preocupándose por vivir sus vidas felices y no tener que luchar contra soldados que les doblaban la edad, no debían renunciar a sus sueños, sin embargo, sabía que el mayor sueño de todos era el de ser libres, pero sabía que ellos no debían ser quienes lucharan por ello. Probablemente era mala por haber anticipado sus deseos antes que la protección de sus propios chicos. Pero la desesperación crecía a medida que la libertad que buscaba se desmoronaba mientras más avanzaba hacia la verdad de este mundo y de su propia verdad.
—Eren —llamó la voz de Historia, haciendo poner atención de nuevo a todos—. En aquel entonces cuando me dijiste que yo era un ser humano normal, me hizo sentir realmente feliz.
Decidida, acercó la punta de aquella inyección hasta tocar su piel, estaba a punto de decidirse lo que iba a suceder, y Odelia no podía hacer nada en esos instantes, pero aún había esperanza...
—¡Historia! —se escuchó la voz de Odelia resonar en el lugar, llamando la atención de los presentes— ¿Por qué si Frieda podía haber erradicado la amenaza de los titanes al igual que sus antecesores, no se dedicaron a eliminar la amenaza de los titanes para por fin ser libres si ellos tenían el "poder de controlar a todos los titanes"? —por fin habló claramente Odelia al tener una razón más para hacerla luchar, ganándose la mirada de odio de Rod Reiss, y una mirada de sorpresa en todos los demás que estaban presentespresentes— Historia, si dejas que otros decidan por ti, serás manipulada también por los ideales del rey.
—Maldición, debía haberte alejado de aquí desde un principio —escuchó una voz detrás de ella. No tuvo tiempo para hablar cuando fue sostenida fuertemente y alejada del lugar.
Hasta ahora no había tomado tiempo para pensar en la persona que la había tomado minutos atrás, encontrándose con aquella mirada cobre que parecía arder en el sentimiento del odio.
—Darío... ¿por qué haces esto? —preguntó la castaña abrumada por todo lo que pasa, observando que estaban escapando por una ruta diferente de donde pensaba que habían entrado, saliendo a la superficie y dirigiéndose a uno de los árboles del bosque alejándose del lugar donde estaban. Observó la silueta de alguien más esperando por ellos, abriendo los ojos en sorpresa al encontrarse de nuevo con William Dok.
—Todo esto es... Porque tu padre decidió algo que cambió todas nuestras vidas —respondió con amargura el pelinaranja — ¿crees que me hará sentir pena el verte a ti con esa cara de mártir? Tú, tu padre y tus demás hermanas, a excepción de Orlantha, todas ustedes no merecen vivir todo lo que han disfrutado, porque eso nos ha llevado a la miseria.
—¿Nos? ¿De quién más estás hablando? —preguntó angustiada Odelia antes de ser lanzada directo hacia un árbol, soltando un fuerte quejido.
Alzó su mirada encontrándose con William y Darío acercándose a ella, mientras que el pelinegro se arrodillaba tomando lugar frente a ella, el otro hombre mantenía su distancia.
»William... —habló con pesar Odelia, sintiendo su boca llenarse del sabor de hierro y su cavidad llena de algún líquido, sin entender por completo de lo que hablaba Inocencio, pero sin tampoco poder comprender las razones de que aquel hombre con quien compartió ayes ahora la atacara— ¿Por qué?
El mayor mantuvo el silencio sin poder responder a su pregunta, mientras que el otro mantenía su mirada fija en ambos parientes.
—Solo deseo estar junto a Charlotte de nuevo —respondió tras unos segundos de esperar a contestar, levantando su rostro a la castaña lleno de lágrimas— ¡pero ahora sé que ella no volverá! Mis ideales... Todo por lo que luché durante estos años para poder tener alguna experiencia de regresar con ella... Mis sueños, mis esperanzas... todas ellas se han muerto con la noticia de que tú no me sirves en todo esto.
Ella no podía entender a lo que se refería el pelinegro, pidiéndole una explicación mayor a lo que ha dicho, él lo entendió y comenzó a hablar:
»La familia Baumeister, como seguramente sabrás, estuvo liada en un acontecimiento que tuvo lugar años atrás, donde un recién nacido fue declarado como el "hijo de titán", siendo resguardado como un espectáculo para los contemporáneos de esa época, y en donde a la edad de sus trece años fue vendido a una familia adinerada como parte de una manera de entretención para el hijo mayor de la familia, Xavi Inocencio... Quien usó a aquel hijo de titán como manera de entrenar, antes de entrar a la Policía Militar, y la hija menor de los Inocencio, Carla, estaba destinada a contraer matrimonio con uno de los hijos de los políticos de aquel tiempo, Cardin Baumeister.
Odelia bajó la mirada, comenzando a completar el rompecabezas que se armaba dentro de su cabeza, ahora podía saber con total claridad las razones de los escenarios que solía tener, reconociendo que varios de ellos los sentía como un déjà vu, a diferencia de otros escenarios que los sentía como una pesadilla.
—En concreto, solo se sabe que tu padre debía casarse con la menor de los Inocencio, pero debido a su rebeldía, todo eso se fue al caño, ¿sabes? —esta vez habló con enojo Darío— Mi tía debió casarse con tu padre, así no estaríamos en esta posición, porque ahora debes morir. Todos aguardaron silencio, Odelia no sabía qué decir en ese momento, por lo que apretó sus puños tratando de calmarse.
—¿Por qué...? No es justo morir sin saber tu pecado, ¿no lo crees?
—Creo que entiendes mucho mejor que nosotros a qué nos referimos cuando decimos que tu existencia es peligrosa para todos.
Odelia sabía que aquellos dos sabían sobre el problema que su familia paterna tenía, pero no sabía el todo la verdad, sabía que debía hablar con su padre sobre ello.
—¿Tú qué eres de la familia Inocencio? —preguntó tratando de cambiar el tema, obteniendo éxito.
—Soy el hijo de Xavi Inocencio, aquel que su vida se destruyó años atrás debido a las decisiones de tu padre. William y Odelia abrieron los ojos en sorpresa, el pelinegro no había sido informado de ello.
—¿Por qué no me dijiste sobre ello? ¡Pensé que eras hijo de Carla y no de su hermano! ¡Me mentiste! ¡Ahora todo nuestro plan se irá a la basura! ¡Ahora yo...! ¡Ya no me queda nada! ¡Solo me queda esperar la hora de mi muerte!
—¡No entiendo nada! —volvió a gritar confundida Odelia, pidiendo una explicación.
—¡Odelia no debe morir! ¡Ella no es la culpable de lo que está sufriendo! ¡Ella solo está siendo manipulada por sus genes! —exclamó alterado William levantándose del suelo, dirigiendo su mirada de nuevo a la castaña— Tu padre tenía posiblemente como misión revelar la verdad sobre lo que ocurrió años atrás. Seguramente sabrás que tu padre estuvo dentro de la Legión de Exploración años atrás junto a otro soldado, Kyklo, quien fue hijo de Solm y Elena Munsell. Él fue catalogado como el "hijo de titán" cuando emergió del vientre de su madre, quien fue regurgitada cuando un titán entró en el distrito Shiganshina hace cincuenta décadas. Sin embargo, la justicia nunca llegó a Kyklo, por lo que tuvo que vivir en silencio el prejuicio con el que vivió, escapando con la ex prometida de tu padre, nadie supo la verdad sobre él y tuvo que esconderse para poder vivir una vida que pudiera ser tranquila. Pero estoy seguro de que tu padre tiene un vínculo con...
No pudo terminar de formular su frase cuando el suelo donde estaban comenzó a temblar. A metros de ellos comenzó a crujir el suelo y romperse, dejando salir a la superficie un titán gigante que quemaba todo a su paso, mientras que sus extremidades anormales lo arrastraban con la cara hacia abajo.
—¿Ese es...? Antes de que Odelia pudiera terminar su frase, su garganta se cerró al ver a Darío apuntando con su arma en medio de sus ojos. Pero la silueta de William colocándose en medio la hizo comenzar a preocuparse.
—William... Apártese —dijo Darío casi ordenando a su compañero, quien negó con la cabeza. El sonido de la pistola cargandose hizo que a Odelia le recorriera un completo escalofrío en todo su cuerpo, sin saber qué hacer en ese instante.
—Darío... Yo me equivoqué, ella no tiene que morir por esto.
—¡Ella tiene que hacerlo! ¡Ya no hay otra opción! —exclamó el pelinaranja, una gota de sudor recorría su frenre— ¿Crees que yo quiero matar gente? Incluso todo lo que ha pasado ha sido natural, ¡pero esto no lo es! ¡Para nada me gustaría ser odiado por la gente! ¡Yo solo quiero ayudar a mi padre! ¡Él también tuvo que pagar por las decisiones que ese mentiroso tuvo durante su vida! ¡¿Crees que es normal tener que esconderse de todos sin tener un lugar al cuál poder quedarse?! ¡Es como si fuera una rata escondiéndome! ¡¿A quién le gustaría vivir todo esto?! Yo solo quiero... Tener una vida feliz junto a mi padre, eso es todo... ¡Pero ya no puedo esperar más! ¡Si ella vive, todo por lo que he luchado estos años se irá a la basura! ¡Yo debo...!
A punto de apretar el gatillo, el suelo donde estaban se rompió, dejando Darío a punto de caer con su equipo de maniobras afectado y Odelia a punto de caer, pero siendo sostenidos por William uno en cada brazo. Su vena en la frente mostraba el gran esfuerzo que estaba dando por no dejar caer a ninguno, mientras que sus pies se resbalaban por la tierra del suelo.
—¡Levántense! ¡Ya no puedo sostenerlos más! —pidió el pelinegro tratando de sus bienes sus brazos, pero sabía que las fuerzas le estaban fallando y también caería pronto— ¡Darío, sé que ella puede ser una esperanza para la humanidad! ¡Cuando sea el momento adecuado, ella será quien ayude a la humanidad, porque ella es quien más ha luchado por ello!
—¡William, ¿de qué estás hablando?! —preguntó preocupado Darío.
—¡Ella no es consciente de las decisiones que sus antecesores le inculcaron hasta ahora! ¡Sin embargo, ella es la única que ha sido renuente en cuanto a la imposición que hay en todos los Baumeister, ella es diferente!
Con la fuerza que le quedaba, lanzó con esfuerzos hacia arriba a ambos soldados, mientras que él resbaló y quedó en la misma posición de Odelia y Darío, quienes trataron de tomarlo de las manos, sin tener éxito alguno.
Las lágrimas del hombre caían sin cesar, sabía que ese era su fin, pero tampoco necesitaba hacer algo por sostenerse a la vida.
»¡Odelia Baumeister es quien nos librará de las murallas, y quien romperá la maldición de los Baumeister! —fueron las últimas palabras de William Dok antes de caer al vacío.
Odelia y Darío se miraron sin saber qué hacer, sin embargo, el pelinaranja tomó la pistola de nuevo, dispuesto a cumplir lo que se había propuesto años atrás: eliminar la amenaza de la humanidad.
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—¡Alto, no se acerquen! ¡Se quemarán! —advirtió Erwin desde su caballo, observando desde cerca el humanoide que doblaba en tamaño al titán colosal— Este curso podría ser...
Su mente no podía trabajar con plenitud, pero sintió un poco de paz al escuchar la voz de uno de sus soldados para avisar que el escuadrón de Levi y Odelia estaban cerca, por lo que su amiga ya debía estar sana y salva.
Se acercó al grupo de caballos, buscando sobre cada cabeza a la chica de cabellos cafés, sin tener éxito alguno.
—Levi —llamó el rubio colocándose junto al nombrado.
—¿Erwin? —habló algo sorprendido el azabache al no ver a su lado a Odelia.
Durante la batalla dentro del escondite de Lord Reiss, creía en la posibilidad de poder encontrar a Odelia, sin poder lograr su objetivo, y mientras más avanzaba la noche, ambos hombres se preocupaban con demasía ante la desaparición de la capitana.
—¿Cómo están todos? —preguntó Erwin tratando de cubrir su preocupación, mientras aún buscaba con la mirada la amplitud del lugar, esperando encontrar algo.
—Joelle y Artis son las únicas heridas —respondió Levi algo cortante.
Fue un verdadero terror aquella batalla, una de las soldados del escuadrón anti-humanos dirigió una bala hacia Hange, pero esta fue empujada por Joelle, recibiendo la bala de esta y chocando con el cuerpo de la miope, quien desde ese momento estuvo cuidando de la pelirroja herida.
—No se ve como algo serio —comentó Erwin al ver cómo comenzaba a gritar Joelle notablemente alterada al tratar de sentar a Hange en su lugar, quien se había levantado para saludar a Erwin agitando su mano de un lado a otro—. Hiciste un buen trabajo. Odelia...
—Odelia está desaparecida y los gritos de Eren no sirven, tengo un sinfín de cosas que reportarte, pero primero...
—¿Quién es ese titán? —se adelantó Erwin, recibiendo una mirada con unas cejas negras levantadas en señal de sorpresa.
—Pensé que te preocuparías más por Odelia.
—Algo me dice que ella estará bien —respondió el ojiceleste bajando la mirada—. Además, no puedo atrasarme para buscarla primero. Pero no creas que no me estoy muriendo ahora mismo...
—Rod Reiss —respondió Levi cambiando de tema algo arrepentido de sus palabras anteriores—. Necesito su opinión, comandante
Aquel día estaba lleno de sorpresas, sin embargo, ya no creía que más cosas pudieran sorprenderlo, por lo que, mientras esperaba por noticias de Odelia, también tenía que planear algo para derrotar a aquel gigante que se avecinaba hacia los residentes del Distrito Orvud.
Si Odelia estuviera, ella le habría hecho buscar otra forma de detener aquel titán sin tener que involucrar a las vidas del distrito, o tal vez, después de derrotarlo obtendría una reprimienda por parte de su amiga. Deseaba con fuerzas aquello. Quería ver con Odelia los resultados de su "apuesta", pero ahora su suerte comenzaba a sentirse desvanecida sin Odelia a su lado.
Pudo sentir tranquilidad al observar el determinado rostro de Historia acercándose a él. Pudo ver en ella las palabras que posiblemente Odelia le brindó para seguir adelante.
«¿Qué habrá sucedido junto a su padre y Odelia en ese lugar?» se preguntó Erwin al escuchar a Hiatoria hablar sobre un remordimiento que tenía con Odelia.
El miedo se instaló nuevamente dentro de él cuando escuchó a la pequeña noble describir la confusión y el temor que sintió cuando vió a la chica ser llevada por uno de aquellos soldados de la policía interior tomarla lejos de los demás. Comenzó a temer lo peor.
La noche acabó y junto con ello comenzaba a dar marcha el plan que ejecutarían los soldados restantes, quienes entre ellos estaban igual o más preocupados por la desaparición de la castaña. Pero aún no podían continuar preocupándose por frivolidades.
A pesar de tener al gigantesco titán frente a ellos y alzándose sobre la muralla, no se inmutó por ello, sino que comenzó con el plan que se llevaría a cabo, mientras los residentes de la zona entraban en pánico al ver al gigante, como cinco años atrás. Sin embargo, a diferencia de hace un lustro, ahora tenían un arma que detendría todos los ataques del enemigo, y también tenían el apoyo necesario humano para poder avanzar un paso más. Un paso más hacia la verdad.
—¡Hombres! —llamó Erwin cuando el titán ya habían volado— ¡Abran fuego de inmediato y acaben con esto!
Todos se alzaron en vuelo ante la orden del comandante, quien veía con especial atención a la rubia que pronto cedería a su puesto correspondiente, y la cual también estaba decidida en aceptar su puesto con la petición de ser ella quien eliminara a su propio padre.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al menos ver una ráfaga pasar a su lado, observando un silueta que reconocía bien, mientras iba con un joven que no podía descifrar quién era.
»Oda...
Incluso decir su nombre le traía nostalgia, pero sonrió aliviado al ver que era su Oda, no era ningún sueño. Pero sabía que algo estaba mal con el muchacho que iba a su lado.
—¡Historia! —el grito ronco de Odelia hacia la rubia llamó la atención de todos, señalando la masa de carne donde estaba el portador del gigante de 120 metros para que la soldado Reiss diera su ultimátum sobre este, trayendo con su ataque, un explosión sobre el lugar. Su cuerpo tembló al escuchar la estruendosa voz de la castaña mientras se posaba sobre la piedra de la muralla, encontrándose con las miradas mutuamente.
Sin dudarlo, caminó apresurado hasta quedar frente a ella, mirándola de pies a cabeza para tomarla en su brazo y abrazarla con fuerza, cerciorándose de que no era una ilusión.
Sintió las manos de Odelia acariciar su espalda.
»Ya estoy aquí, estoy en casa —dijo en murmullos la castaña, su voz se escuchaba quebrada, provocando que la voz del rubio también temblara y sus ojos se aguadaran.
—Bienvenida a casa —respondió de la misma manera el rubio mientras depositaba un beso casto en la cabeza de la castaña.
Un carraspeo se escuchó detrás de ello, encontrándose con dos soldados que se diferenciaban notablemente: Levi y el pelinaranja desconocido observaban la escena.
—Erwin, Levi, quiero presentarles a Darío Inocencio, él tiene una petición que hacerles.
Ambos soldados del Cuerpo de Exploración se miraron confundidos y esperaron a que el ojicobre hablara, recibiendo una mirada furtiva por parte de Odelia.
—Mi nombre es Darío Inocencio, ex miembro del cuerpo anti-humanos de la policía militar interior, y quisiera solicitar la entrada a la Legión de Reconocimiento en el escuadrón de apoyo de la Capitana Baumeister.
El alivio perduraba en la mayoría de su interior, pero no podía evitar sentirse abrumado con los cambios que estaban comenzando a crearse dentro de su burbuja de confort, sabiendo que todos los cambios siempre llevaban a una decisión, ya fuera buena o perjudicial.
Después de todo, la vida en la Legión de Exploración era una vida de perjuicios y dolores. Sin saber cuál decisión llevaría a cualquiera de ese peligroso camino.
Encuentros y despedidas son lo que van y vienen en la vida.
🌸
Primero que nada, me gustaría dedicar este capítulo a Isabellafrias, a quien agradezco mucho su apoyo a la historia y espero que le siga gustando uwu.
También me alegra decir que estamos en la recta final del arco, ¿cómo se han sentido? ¿Si se le va entendiendo? xd ¿Qué opinan de Darío? En un principio cuando lo creé me caía mal, pero después verán que tiene también un papel importante en la historia que vendrá muy pronto para poder mostrarlo.
Mañana nos vemos con el último OVA de este arco, ¿de qué creen que vaya a tratar? owo.
Cuídense y nos vemos pronto 💗
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