Capítulo 45
Es de me amor-odio pedirles que se agarren en este capítulo, que se viene lo bueno.
🌸
Desde su visita a la capital, Erwin y Odelia quedaron albergados durante cuatro días en el cuartel de la Legión de Trost, tiempo donde los pensamientos de Erwin y Odelia divagaron en cientos de posibilidades y maneras para evitar una estrepitosa guerra donde hubieran pérdidas innecesarias, al igual que la de sus vidas. Llamando al Comandante Pixis y a alguien que representara a los tres escuadrones resguardados para poder entregar las instrucciones al pie de la letra.
—Comandante Pixis, es un gusto verlo nuevamente, también a ti, Anka —saludó la castaña a ambos soldados, ellos sonrieron como respuesta.
—También me da gusto verla señorita Odelia, aunque hubiera preferido que fuera en una mejor situación que esta —devolvió el saludo el mayor, consternando a Odelia en qué se refería.
El mayor pasó a la habitación del rubio, Odelia se despidió de Anka y le siguió el paso a Pixis hasta llegar donde estaba Erwin.
—Comandante Pixis, es un gusto tenerlo de nuevo en nuestra morada —se levantó de su asiento Erwin para saludar correctamente al mayor que correspondió con un apretón de manos.
—El gusto es mío, Erwin. Me alegra verte en un mejor estado. Como reconfortante, deberíamos ir a beber algo a la capital, el vino de allá es de los mejores.
—Me apena decirle que al igual que usted, alguien ha dicho de cuidar de mí hasta que un titán me devore por completo, eso o que mi cabeza ruede pronto —Odelia le brindó un codazo a su compañero, recibiendo una risa de ambos hombres.
—Me gustaría que me explicaras acerca de la segunda forma de tu posible muerte. Discúlpeme, Odelia por seguir con el juego de la muerte, créame que no es mi intención bromear con eso, mucho menos con una señorita como usted delante de dos hombres.
—Desde hace seis años tengo que lidiar con la muerte, que se refieran a ella como una broma es un poco ofensivo para mí y mis compañeros, pero me temo que si las bromas son aceptadas por ambos, no puedo hacer nada al respecto para impedirlo —repuso Odelia—. Así que no difiera en esta banal conversación, ya que realmente corremos el riesgo de perder nuestras cabezas —declaró ansiosa la castaña tomando asiento junto a Erwin.
—Si me lo pide una chica que puede lucir tan linda manteniéndose seria, será un placer —la broma del hombre provocó un ligero sonrojo en Odelia, en estos momentos tenía sensaciones de vulnerabilidad y no entendía la razón—. Erwin, ¿de qué quieres hablarme?
—Derribaremos el Gobierno Imperial —declaró rudo el rubio, provocando un ligero quejido de Pixis al tratar de entender sus razones—. Como lo ha dicho Odelia, tenemos la fuerza de los que sobrevivieron detrás del muro. La armada central está buscando por Eren y Christa, y ha sido revelado que el rey está detrás de todo...
—Para preparar un contra ataque en oposición de los titanes, y prevenir la extinción de la humanidad ¡la Legión finalmente ha decidido derrocar al gobierno! —exclamó Odelia apretando sus puños, asustando por instantes a ambos hombres.
—¿Dicen que nosotros... la humanidad debe estar unida en estos estrechos muros?
El rostro del mayor cambió del despreocupado semblante que solía tener a su verdadera cara de preocupación, sabía que lo que ambos soldados proponían era demasiado arriesgado, además que sus motivos eran inciertos hasta ahora.
»Sabía que vendría el día —habló nuevamente cubriendo su rostro notablemente tenso—. Año 107, el año en que el rey consideró los asuntos exteriores del muro sean tabú. El día en que ya no tendríamos la capacidad de mantener la aceptación de los que buscan refugio en este pequeño mundo, llegó pronto, sin duda... y cuando eso lo hizo... llegaría el momento donde tendría que apuntar mi arma al rey... Yo... soy el mismo hombre que han imaginado... como sea. Para un viejo soldado como yo, la fuerza para dirigir a mis subordinados a una lucha por la humanidad es algo que no tengo.
—Sí —bajaron la mirada Erwin y Odelia, pero el rubio volvió a alzarla—. Sin embargo, tiene la autoridad para juzgarme.
—Oh. ¿Es por eso por lo que han venido a mí? De acuerdo... si intentan convencerme, abandonare mi posición y me unire a ustedes como un nuevo recluta en la Legión y por lo tanto, estoy dispuesto a hacer lo que sea, no importa lo sucio que se ponga. Pero, si lo que intentan hacer resulta en un error no tendré piedad y como cabeza del ejército estacionario, los enviaré a la horca...
Ambos soldados de la Legión se miraron con preocupación, Erwin tomó la palabra nuevamente al pedir el permiso de Odelia quien asintió confiada en su amigo.
—Estoy seguro que no sólo hablo por mí en esta sala al decir que estamos preparados para eso.
—¿Y qué planean hacer, Erwin? ¿Intentarán tomar la capital por la fuerza? Si pueden ser pocos en número, las élites entre la élite como ustedes podrían ser capaz de ir sobre el muro, tomar el control de la organización administrativa y tomar la cabeza del rey en un parpadeo. ¿Pero qué pasará después? Tomar y mostrar la cabeza de los gobernantes que una vez rigieron sobre este muro, este mundo... ¿piensas que las personas y oficiales irán a aceptar esto? Es muy difícil creer que las cosas serán tan suaves como queramos lo sean. Por supuesto, estarán los que fueron infelices con el gobierno durante los pasados 107 años, pero sin una minoría. Con la tierra limitada, subir impuestos así como sin muestras de trabajadores decentes, los ciudadanos de clase baja ya han sido expulsados fuera de los muros y el 20% de la población ya ha muerto 4 años atrás durante la reducción de población.
Erwin y Odelia se removieron en sus lugares notablemente incómodos al obtener aquella primera respuesta, debían reforzar sus argumentos para poder convencer a aquel hombre en poder darles una garantía por si las cosas se ponían difíciles.
»Bajo horribles circunstancias como esta, los motines no ocurren. Es precisamente por el rey, los oficiales y ciudadanos fueron forzados al mismo muro, y compartir el mismo destino, como podrían decir. Iniciar una guerra significaría la destrucción del mundo y todo lo que, eran personas de descendencia de la familia real que ha regido por 2000 años, ese rol ha sido el símbolo de prosperidad para el pueblo. Ellos fueron muchos reyes que gobernaron al mundo mucho antes de que la vanidad fuera forzada a vivir en los muros... eran lo que el pueblo consideraba querida, una forma de soporte emocional. Al contrario, si quitas el símbolo de prosperidad, si alguien aparece y provoca una guerra en estos tiempos difíciles, qué pasará con el mundo que quedara... sería imposible hacer que los aristócratas de cada área te obedecieran, por decir lo menos, los nobles también armados como los soldados imperiales restantes y aquellos con el favor de las familias reales lo más probable empiecen una revolución. No puede evitarse esa esa situación si una revolución es hecha a la fuerza. Este no es momento para lidiar con el Muro María, ¿lo es? Erwin y Odelia: ¿pueden mostrarme un futuro diferente a este?
Odelia dirigió esta vez su vista al rubio para pedir permiso de hablar, siendo aceptada.
—Sí. Planeamos cambiar la cabeza del rey —respondió sin tapujos la castaña, provocando una ligera carcajada en el hombre de bigote.
—Ya veo. Eso es una vergüenza.
—Sin embargo, no planeamos usar poder militar, y matar no está en el plan.
El calvo alzó la mirada sorprendido por las palabras de Odelia, quien fue interceptada por el mismo comandante estacionario.
—Déjame escuchar lo que tienes pensado, porque no creo que una revolución como esa sea posible.
—Bueno, aún no tenemos el elemento clave para que eso pase...
—Y si ese factor decisivo resulta mal, puede que nuestras cabezas sean las que rueden —terminó la frase el rubio dejando entrever una sonrisa nerviosa, Odelia copió su acto.
—¿Lo que dicen es que están apostando todo en esto?
—En realidad yo no soy una ávida jugadora, pero creo que con la planeación mejor preparada, se puede tirar hacia el contrincante —sonrió la castaña levemente.
—Yo me temo que sí soy más un apostador de lo que aparento —agregó Erwin—. Por ahora, estamos esperando por una información que deseamos llegue pronto. Hasta entonces, ¿escucharía algunas de mis analogías infantiles?
—Por mí no hay ningún problema. ¿Usted qué piensa, señorita Odelia?
—Yo podría escucharlo por horas sin cansarme —sonrió la castaña.
Ambos hombres sonrieron mientras que con la mirada enternecida tornando a nostálgica, Erwin comenzó a relatar su historia:
—Mi padre era profesor porque fue puesto a cargo de una clase en el área donde crecí, lo que yo aprendía eran gracias a las clases de mi padre —esfumó su sonrisa de ambos soldados, comenzando a hablar con seriedad—. Un día durante la clase, fue decidido que toda mi vida sería como fue planeada. Aprendí historia ese día, era sobre los parámetros del muro que la humanidad fue forzada a estar... algo que todos aprendimos, cuando la humanidad tomó refugio detrás de la muralla, los registros históricos del tiempo antes del muro fueron dejados atrás. La mayoría de la humanidad estaba perdida, y mientras vivíamos en un estrecho espacio, ellos fueron capaces de deponer sus diferencias. Se dijo que nosotros intentábamos crear nuestra propia utopía en estas murallas... Fue entonces que empecé a dudar de algo y le pregunté a mi padre, pero no me pudo dar una respuesta apropiada, empero, cuando fui a casa, mi padre me respondió a la pregunta, los libros de historia provistos por el Gobierno contenían muchos misterios y contradicciones, e incluso si esos misterios no estaban en los libros, esos de la primera generación deben ser capaz de compartir sus experiencias con los niños. De hecho, mantener silencio y mantener a la siguiente generación lejos de la información del mundo fuera de los muros sería casi imposible. La historia que llegó después de eso... era algo asombroso, incluso para un niño como yo. ¿Pero por qué mi padre decidió no decir esto en clase? Eso era algo que yo no podía profundizar en ese tiempo.
Odelia movió con nerviosismo sus dedos. Años atrás había escuchado acerca de las razones verdaderas de Erwin para continuar en la Legión, sin embargo, su amigo no le había relatado a detalle aquel día. Tomó una de las manos de Erwin para darle valor en continuar su historia.
»Les conté a otros niños de la historia de mi padre y fue cuando unos soldados se acercaron por detalles. Mi padre nunca regresó a casa... aparentemente murió en un accidente en un pueblo lejos de casa —contó con pesar siendo apoyado por la cálida mano de la castaña para recobrar su ánimo—. Pero de acuerdo con mis fuentes, fue asesinado por el gobierno. En algún punto, la teoría de mi padre se volvió mi realidad, se volvió la misión de mi vida probar que la teoría de mi padre era cierta: gente convirtiéndose en titanes, titanes convirtiéndose en murallas... En este mundo lleno de milagros, la teoría de mi padre; lo que quería compartir era difícil de creer.
—De regreso a los 107 años... —intervino Odelia llamando la atención de ambos hombres, incluso mucho más de Erwin, quien asintió por su intervención.
—De regreso a los 107 años, a las mismas personas que vinieron tras la muralla, qué fácil para el rey fue gobernarlas, las memorias también, son fácilmente alteradas.
—¿Estás diciendo que sin una revolución, la comunidad dentro de estos muros no cambiará? —inquirió Pixis.
—Sí. Eso es lo que mi padre teorizó. Y fue cuando ví algo tan milagroso; que eso hubiera refutado esa misma teoría —respondió Erwin adentrándose de la última misión que tuvieron— fue a Eren manipulando a los titanes. La misma cosa con la mujer titán. Entre los que pueden manipular los titanes, hay quienes aparentemente pueden controlar un número de titanes con solo, por ejemplo, elevar su voz o por el estilo.
—Y luego de obtener una confirmación del pueblo Ragako, es un hecho que la humanidad y los titanes están biológicamente conectados, los titanes podrían no ser los únicos que son afectados por el hecho —comentó Odelia con profundo pesar.
—En adición, el factor principal detrás de la elevada interferencia contra nosotros en el gobierno viene después de que el gobierno imperial escuchara de Eren manipulando los titanes. En otras palabras, lo que el Gobierno Imperial quiere probablemente sea la "voz" de Eren y su poder, para usarlo sin rodeos.
El mayor guardó silencio unos instantes considerando lo hablado, dirigiéndose esta vez a la castaña que acompañaba al comandante Erwin:
—Señorita Baumeister, ¿usted por qué desea hacer esta guerra civil que puede cambiar el rumbo de todas las vidas, incluido el de su familia? —inquirió interesado en la respuesta que le daría la joven que había mantenido su semblante serio.
—Debo decir, que seis años atrás, mi propósito era el poder ser libre las murallas. Pero ahora entiendo que nunca lo podré ser si no lucho contra la autoridad que ha mantenido mantelada la información que podría ayudar al desarrollo del que era nuestro hogar y ahora son una prisión: las murallas; también he tenido que lidiar con la muerte de dos de mis hermanas y mis compañeros y amigos durante estos seis años, y los que estuvieron antes de mí y los que estarán después, debido a la poca información que tenemos sobre la vida afuera de los muros que nos protegen es que perdemos a tantas personas... —apretó su agarre al rubio conteniendo sus lágrimas— es por eso que ya no puedo quedarme solo a mirar cómo mueren todos mis compañeros, ya no quiero perder a ninguno más. Esta guerra es la que nos dará una razón más para conocer la verdad en el sótano de la casa de Eren, y desmentir todo lo que ha ocurrido desde los años antes de la segunda caída de Shiganshina.
Ambos hombres miraron con sorpresa a Odelia, sin entender de lo que hablaba aquella chica con ojos apagados.
»Hace poco descubrí una información sobre un caso que ocurrió años atrás, un momento aterrador para las masas de personas de aquel tiempo... pero eso no lo puedo hablar hasta que la libertad de expresión en estas murallas sea completamente libre.
—Esto cambia la historia por completo —comentó Pixis confundido por las palabras de Odelia—, lo veo... —finalizó rápidamente aquel tema al ver la sensibilidad con la que Odelia contó su descubrimiento, cambiando de nuevo al tema incial— Al principio, el Gobierno hizo parecer como si sus objetivos eran disponer de Eren y nosostros peleamos por ello en una corte. Al parecer no pudimos disponer de la última esperanza de la humanidad, decidimos pelear pero después de escuchar que el verdadero propósito del Gobierno era usar la voz de Eren... ¿No podría ser que ellos quieren usar esa "voz" para proteger a la humanidad de los titanes? Lo ven como ellos no tienen donde huir y comparten el mismo destino, por lo que si el objetivo era el mismo, no habría razón para luchar. De hecho, confiandoles a Eren a ellos ya que ellos están más informados en comparación a nosotros, puede considerarse una manera, ¿no puede?
—Nosotros esperábamos lo mismo -respondió Odelia—. Pero hace unos días al ser llamados a la capital fue que perdimos la esperanza.
—Lo he estado pensando desde que era niño: ¿por qué mi padre tuvo que morir al acercarse a la verdad? Incluso los oficiales deberían tener su propio sentido de justicia. Sin embargo, entendí una cosa de ellos —agregó Erwin—. Lo que ellos querían proteger no era a la humanidad, era su estatus y casas lujosas. De hecho, tenían miedo que sus privilegios fueran amenazados. Eso incluso si el enemigo no eran los titanes, y en su lugar fueran humanos, las amenazas fueron destruidas sin piedad. Como lo sospechaba, la muerte de mi padre fue irrazonable. Mi padre fue asesinado por un rasgo que tiene todo humano: codicia, y por su hijo tonto.
—Si lo ve desde la perspectiva del gobierno, solo hay demasiados productos desechables en la población no le podemos a Eren con el gobierno —finalizó la castaña.
—Eso es algo... qué vergonzoso... Y aún así piensan que una revolución sin derramar sangre es posible.
Tocaron a la puerta, Odelia se levantó de su lugar para abrir encontrándose con una agitada Nifa.
—Perdonen la intromisión —saludó la pelirroja entrando a la habitación—. Comandante, ¡está aquí! —alzó una carta para señalar la información esperada.
—Gracias —se levantó Erwin de su lugar para tomar la carta abierta para comenzar a leerla. Odelia se colocó detrás de Erwin para leer el contenido del papel—. Comandante Pixis, le dije que no habría muertes pero, habrá un poco de derramamiento de sangre... aunque no entiendo del todo lo que dice.
—Yo la leeré —dijo Odelia arrebatando de sus manos la hoja a Erwin, leyendo apresurada el contenido de esta donde Djel declaraba lo que sabía, Odelia sonrió levemente, Erwin la miró confundido y preocupado, era la misma sonrisa que él tuvo cuando se reunió con ella, Levi y Pixis—. Es como pensábamos. Así que lo que creíamos era verdad... Comandante Pixis, Erwin: es posible cambiar al rey sin matar a nadie si conseguimos que Historia Reiss suceda el trono...
—¿Y qué pasa con la familia Baumeister? —indagó Erwin igual de sorprendido que Odelia.
—También confirma mis sospechas: los exsoldado Cardin Baumeister fue influyente en la guerra de hace treinta años junto a Kyklo... Munsell... el llamado hijo del titán, información que fue silenciada por treinta años en sus ciudadanos. Nifa —llamó agitada Odelia a la menor—, ¿Artis y Samuel hicieron caso a mi orden?
—Sí, es probable que ya estén por llegar al distrito Nedlay.
—Entonces escribe esto, serán las nuevas instrucciones para el combate de hoy:
━━━━━━◆❃◆━━━━━━
—¿Estás seguro de que es aquí? —preguntó Artis llegando en silencio hasta la casa que Samuel había descrito durante su camino.
—Por supuesto, había venido antes aquí —respondió con cierta molestia de que no le creyera.
Artis suspiró y estando frente a la puerta tocó algunas veces sin recibir respuesta.
—¿Hola? ¿Señores Baumeister? Hemos venido por parte de Odelia, somos...
—Querido padre, te prometo que traeré una próxima flor para ti —interrumpió Samuel a la pelicobre quien lo miró enfadada, pero se sintió después sorprendida al notar respuesta por parte del interior de la casa, asomándose el señor Baumeister donde estaban.
—Pasen —dijo con tranquilidad el señor Baumeister abriendo la puerta a ambos jóvenes.
—Gracias por la invitación —dijo Artis entrando junto a su compañero al lugar.
—¿Cómo ha estado, señor Baumeister? —saludó con una sonrisa el trigueño tratando de romper la tensión.
—Todo va bien en Nedlay, pero me gustaría saber a qué se debe su visita —preguntó el hombre de cabello largo tomando dos tazas para entregarlas a los soldados.
—Disculpe por la alerta, pero corre peligro usted y su esposa al quedarse aquí, hemos sido enviados por la capitana Odelia para protegerlos de...
—Entiendo —interrumpió el mayor a Artis, comenzó a caminar alrededor de los jóvenes, pensativo—. Síganme —fue lo único que dijo para luego dirigirse hasta la biblioteca de su casa.
Artis apresuradamente tomó las tazas aún llenas del líquido oscuro que tenían para tirarlas al fregadero de la cocina, no debían quedar rastros de que haya estado alguien en la casa recientemente, Samuel ayudó a su compañera para luego seguir al mayor, quien tenía una llave desconocida.
—Señor, debíamos irnos lo más pronto posible de aquí... —dijo la pelicobre siguiendo los pasos del hombre canoso, quien se agachó desmantelar una puerta secreta de su piso.
—¿Su esposa no está en casa? —preguntó Samuel viendo a su alrededor.
El señor Baumeister negó—Ella ha salido con mi hija a su casa en la muralla Rose, no hay de qué preocuparse. Pero si quieren salvar sus vidas y la mía, es mejor que me sigan.
Artis y Samuel se miraron confundidos pero siguiendo al mayor, adentrándose en la oscuridad del sótano donde estarían.
Justo después de haber cerrado con llave su escondite, se escucharon las voces y ruidos de la puerta principal abriéndose, escuchando de fondo a las personas que habían entrado.
—¡¿Dónde están?! —se escuchó una estruendosa voz resonar en la habitación donde estaban, se escucharon objetos caerse mientras los pasos se acercaban más a ellos—¡Te dije que no debíamos parar en el camino! ¡Ellos ya han venido por él! ¡Ahora cómo se lo diremos al señor Reiss! —Samuel y Artis se miraron sorprendidos, era el apellido de su compañera.
—Ya se me ocurrirá algo, pero debemos salir de aquí antes de que alguien venga por el escándalo que hiciste —dijo la otra voz con molestia, el señor Baumeister apretó su puño al reconocer aquella voz que conocía desde hace seis años.
Los sonidos desaparecieron, Artis estaba a punto de salir pero la mano del pelinegro la detuvo.
—¿Y qué tal si siguen afuera? Deberíamos esperar un rato a que se vayan completamente de aquí, no hay que arriesgarnos.
—Tienes razón, lo siento —se disculpó la pelicobre recibiendo un leve asentimiento de cabeza por parte de Samuel—. Eso significa... ¿que estaremos dispuestos a proteger al señor Baumeister ante cualquier cosa o... vida? -se preguntó Artis preocupada.
A pesar de que sabía la identidad de los asesinos indirectos de hace seis años de toda su familia, en este tiempo había comprendido que las cosas se regresaban a su tiempo, y no quería que la vida le hiciera pagar por tener que defender a un hombre, así fuera a espada. Sin embargo, eso estaba por cambiar.
—Tenemos que hacerlo, no podemos titubear ante el enemigo, porque estoy seguro que ellos no lo han hecho en mucho tiempo, si la vida les va a regresar lo que hicieron mal, probablemente seamos nosotros quienes los hagan pagar en lo que queda de tiempo.
El silencio inundó el lugar al igual que la oscuridad los cubría, los pasos se escucharon dentro de donde estaban entendiendo la amplitud del lugar donde estaban.
»Deberías ir con el señor Baumeister, yo me quedaré a cuidar de la entrada —dijo Samuel, Artis asintió para caminar hasta donde estuviera el mayor.
Con cuidado siguió el camino de sonidos de pasos que resonaban en el lugar, la repentina luz cegó unos instantes a la pelicobre, quien entrecerro los ojos para ver con más claridad lo que ocurría a su alrededor.
El lugar se encontraba lleno de libros y flores secas. Artis suponía que eran las que su hija le regalaba después de cada expedición, encontrándose con el señor Baumeister tomando uno de ellos para leerlo.
—Señor... ¿puedo preguntar qué es todo esto? —preguntó asombrada la pelicobre mirando con sorpresa a su alrededor.
—Tú... ¿sabes la leyenda que existe de hace treinta años? —Artis negó— Bueno, se dice que hace cinco décadas, un titán entró en el distrito Shiganshina, asesinando a varios de los habitantes del lugar, el titán que apareció se hacía llamar Manmon...
Los ojos de Artis se abrieron en sorpresa, sabía que en esa época su tía Gloria había trabajado.
—Eso quiere decir que... ¿Usted conoció a la capitana Gloria Bernhart? —preguntó Artis, quedando impactada ante la respuesta afirmativa del señor Baumeister.
—No directamente, pero sus secuaces y ella nos buscaron tiempo atrás, ¿por qué la pregunta? —inquirió curioso el mayor.
—Yo soy su sobrina-nieta —tragó saliva la pelicobre esperando por una reacción del hombre que se encontraba frente a ella—. Mi nombre es Artis Bernhart.
—Ya veo, entonces es raro que no sepas lo que ocurrió.
—No por completo —respondió Artis.
—Aún lo recuerdo bien aquellos tiempos. Ahora mismo, mi hija debe creer que soy un mentiroso al ocultarle la verdad de que nunca participé en una expedición de la Legión de Exploración —musito el señor Cardin al momento de tomar una flor marchita de su mueble.
—Si usted estuvo hace varios años... ¡¿Eso significa que usted estuvo durante la era en que los equipos tridimensionales fueron aprobados como herramienta de la militar?! —preguntó impresionada Artis al analizar las fechas que había sido inculcado durante su niñez.
—Se ve que realmente estás interesada en la historia de nuestras vidas aquí dentro, ¿no es así?
—Usted tiene razón.
—Artis Bernhart, estoy seguro que pudiste quedar entre los primeros diez mejores soldados de tu ciclo de entrenamiento, ¿por qué decidiste entrar a la Legión de Reconocimiento?
—Me sorprende la perspicacia que tiene para observar a las personas —comentó animada la pelicobre—. En realidad, mi meta era llegar a la policía militar e investigar más acerca de la información que había acerca de nuestra vida antes de quedar dentro de las murallas. Pero tras la caída del Muro María, la muerte de mi familia me hizo tomar la decisión de vengarlos que a buscar información que era casi imposible de hallar —finalizó melancólica.
—Lamento tu pérdida —dijo con sinceridad del señor Baumeister—. Es bastante admirable de tu parte dirigir tu atención por las personas que se han ido. Me hubiera gustado hacer lo mismo que tú.
—No entiendo de lo que habla —declaró apenada Artis.
—Que esta historia se dejara como un cuento ficticio, es en parte por mi culpa. El gobierno indicó el tiempo en que no se debía decir nada acerca del conflicto que hubo en aquel tiempo y la historia del titán que entró a las murallas, empero, que vengas aquí a protegerme, significa que las cosas están por cambiar y que eso pronto saldrá a la luz. Me alegra que mi hija pueda ser fiel a sí misma hasta ahora —las piernas del hombre estaban a punto de fallar pero por la rápida intervención de Artis fue que no cayó, observando con preocupación como se debilitaba—. Pero tengo miedo de que no siga así toda su vida.
—¿De qué habla? ¿No entiendo lo que dice? —preguntó Artis.
—Oh... Aún eres muy pequeña como para poder entenderlo, pero si no lo digo ahora, nadie podrá saberlo —tosio algunas veces con esfuerzo—. La familia Baumeister... es una víctima más de la vida, hace 2000 años que somos esclavos de nuestros propios impulsos. Necesitamos depender de alguien para seguir adelante cumpliendo un objetivo de quien impulsa a un Baumeister a seguir a su dueño. Esta persona no puede quedar sin nadie a su cargo, porque aunque así lo quisiera, sus antepasados le recuerdan su propia insignificancia.
—¿Dueño? ¿Antepasados? No lo entiendo —expresó la pelicobre confundida.
—Es algo difícil de entender, no te culpo. Es algo que descubrí años atrás... Nosotros somos tan viejos como los mismos titanes e incluso mucho más viejos que ellos, pero cargamos con la culpa de no proteger a la primer mujer que mostró un atisbo de bondad en este mundo, ella es...
No pudo continuar al escuchar a Samuel venir hacia ellos. Con esfuerzo se levantó de donde estaba hasta recomponerse.
—He verificado que se han ido por completo. Debemos llevarlo a un lugar seguro —dijo el trigueño ayudándole a regresar a la superficie de la casa y salir del lugar.
El trigueño subió a la carreta que dejaron escondida antes de llegar junto al señor Baumeister, siendo Samuel quien manejó la carrera, mientras que Artis y el señor Cardin viajaron atrás aún hablando a cerca de lo que el mayor le estaba contando.
—Fue difícil hallar información verídica durante estos años, pero las pesadillas y dolores de cabeza que sufría constantemente después de conocer a mi mejor amigo, Kyklo, me hizo comprender las nimiedades de nuestras vidas, siendo esclavos de un castigo que no vale para nada... Solo nosotros podemos seguir el instinto de la secuencia de la vida.
—Entonces, lo que usted quiere decir es que... ¿Son esclavos?
—Sí —suspiro con pesadez el hombre—. Somos esclavos de nuestro pasado, solemos tener ataques de dolores al tener frente a nosotros algo importante para un antepasado nuestro, es como si nuestros recuerdos se pasaran a un nuevo descendiente, siendo este el que debe llevar a cabo la misión que un Baumeister pasado no pudo hacer, o que tome un rol de sumisión hacia alguien con quien tiene un fuerte lazo afectivo... siendo esto el avistamiento de que pronto tendrá que asumir su rol de siervo a alguien que tiene una meta. Pero lamentablemente no sólo es eso, sino que vivimos con el recuerdo de su esencia, su voluntad y su conciencia... Sucede lo mismo si muere a quien sirve, debe vivir hasta cumplir con el mayor deseo que tenga su amo.
—¿Y qué pasa si no lo puede hacer? ¿O qué pasa si cumple con lo pedido? —indagó la pelicobre.
—Ellos viven con un profundo dolor que se hace cada vez más fuerte, ralentizando su muerte al no cumplir con lo predicho. Y en caso de que lo cumpla... deja de funcionar, termina siendo inservible al estar sin un objetivo más y muere sin poder tener una vida normal, ese es nuestro pago por nuestro primer antepasado: Bau.
—Si puedo preguntar... ¿Cómo es que puede llegar a ese vínculo con su próximo dueño?
—Es incierto cómo sucede ello, pero suele ser al tener un gran vínculo con esa persona. En mi caso, fue con mi mejor amigo, había prometido proteger a mi amigo como un perro a su amo, sin embargo, la guerra no terminó por completo para nosotros y no pude cumplir con mi misión: desmentir la verdad a todos sobre el hijo del titán, y cómo la vida hasta ahora era una gran mentira.
—Eso significa que...
—Sí, he estado sufriendo desde hace más de treinta años mi rebeldía hacia aquel que prometí protegerlo.
La chica bajó la cabeza analizando lo que le había contado, dudaba que hubieran razones para poder hacer una broma tan evaluada, pero al juzgar el semblante decaído que tenía el hombre, comenzaba a creer que era verdad.
—Señor Baumeister, ¿cómo es que esto puede ser posible?
—Como lo dije, viene de nuestro primer antepasado, Bau, quien no pudo proteger a la persona que más le importaba en ese tiempo... Pero no logro dar con quién es esa persona, solo sé que era una víctima al igual que él, protegiéndose mutuamente hasta que un accidente lo hizo dejar de cuidarla, cargando con la culpa de verla huir de su lado, para luego verla regresar y trece años después, no poder protegerla de su muerte. Desde aquel día, algo ocurrió para que Bau cargara con la culpa, comenzando a cuidar a las descendientes de su antigua dueña, viviendo sin ningún motivo y enseñando a sus propios descendientes a servir a alguien más para que la historia no se repitiera... Bastante estúpido, ¿no? El vivir sin realmente tener libre albedrío tras los recuerdos de tus antepasados.
—¿Y no hay alguna manera en que alguien pueda detener su condición?
—Sí, pero ella está muerta. Hace poco murió durante su estadía contra la titán hembra en el Muro Sina, era mi cuarta hija, Orlantha.
—Lo lamento mucho —dijo sinceramente la pelicobre.
—Está bien, ella al menos pudo escapar del destino que tenía deparado. Sin embargo, me duele que mi hija, tu capitana, sea la que deba ahora tener que cargar con el peso de sus antepasados.
Mantuvieron su camino en silencio. Artis intentaba pensar en todo lo contado buscando cómo ayudar a su capitana, entendiendo ahora los dolores constantes que tenía durante los días de entrenamiento, comprendiendo que pronto encontraría al "vínculo" que pronto la privaría de la poca libertad que le quedaba.
—¡Señor! —alzó la cabeza con una idea— ¿Y no es posible que si pueden ver el pasado, también puedan ver el futuro de su hija?
El hombre abrió más los ojos en sorpresa, no lo había pensado en todo ese tiempo.
—Puede que sea posible, pero hasta ahora nunca he visto nada acerca de ello, supongo que solo uno puede ver su propio futuro.
—¿Y qué ve usted en el suyo?
El señor Baumeister meditó en las palabras de su actual protectora, sintió un nudo en su garganta al recordar la bella escena que tenía desde años atrás, el único sueño que tenía donde no solía sufrir al recordarlo.
—Estoy frente a un inmenso lago, que parece conectar con el azul cielo, puedo sentir que junto a mí está alguien importante, estoy sosteniendo su mano y sonrío viendo la extensión del lugar, después, me despierto de golpe.
—Eso significa que probablemente sea una visión acerca de la libertad que tendremos pronto, ¿no lo cree?
—Ojalá sea así -sonrió levemente el mayor—. Gracias, Artis. Creo que aún puedo tener un atisbo de esperanza en mi minúsculo ser.
La carreta paró frente a una casa, ambos bajaron del vehículo, acercándose al trigueño.
—Esta es mi casa, señor. Aquí estará bastante seguro mientras la situación mejora. Lamento decir que estoy rompiendo un mandato de mi superiora cuando ella dijo que lo enviáramos a la casa del policía militar Nile Dok, pero espero que pueda entender nuestras razones para dejarlo aquí —sonrío levemente Samuel mientras ayudaba al señor Baumeister a entrar al lugar.
—¿Ustedes adónde irán ahora? —preguntó el hombre canoso inseguro de entrar.
—Nosotros regresaremos a ayudar a nuestros compañeros y a la capitana Baumeister a informar que está seguro ahora —respondió la pelicobre tratando de calmarlo.
Ambos soldados se despidieron del mayor dejándolo entrar a la casa. Dirigió una última vez su vista a los dos jóvenes que seguían su rumbo, mirando con tristeza la libertad de decidir que ambos tenían, y esperando que su amada hija no tuviera que vivir lo mismo que él sufrió.
🌸
¡Hola! Espero que les guste este capítulo y con esto apenas vamos abriendo paso en la historia de la familia Baumeister, espero que les guste de verdad. Siento que se ha ido un poco lejos de la historia que parecía ser solo en base a O&P, pero creí que sería demasiado común y quería poner una razón para poder colocar a los Baumeister como principales de la historia y pues bueno, poco a poco se verá el resultado de ello y espero que les agrade. Me gustaría saber su opinión acerca de esto, ¿si tuvieron que sostenerse como dije en el inicio del capítulo jsjsjs? y si es que tienen alguna teoría, qué tan cerca están de ello, o si no se entendió lo que ocurre, pueden decirme también para poder desmenuzarlo mejor y que se comprenda conforme avance la historia.
Lamento mucho el extenso texto que hay xD pero me gustaría que comprendan el contexto de la historia y la gran conexión que tendrá con los inicios de los titanes.
P. D: Estuve modo cuando habló el señor Baumeister: ¡Dijo la frase, dijo la frase! XD
Sin más por decir, nos vemos pronto. Cuídense (๑•ᴗ•๑)♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro