Capítulo 4
ODELIA
Ira, tristeza, impotencia. Eran mis sentimientos al haber puesto mi mirada en la ciudad subterránea¹. No tenía expectativas de que fuera lo mejor pero tampoco que estuviera tan abandonado de la humanidad en la superficie. Al fin y al cabo, su misión como escape ya no era necesario por ahora.
Solté un suspiro de tristeza. Mis demás compañeros también estaban como yo a excepción de Erwin; admiraba y a la vez me asustaba aquella personalidad decidida y neutral, nada le podía afectar a aquel hombre.
Colocó su mano sobre mi hombro al ver cómo me encontraba, de seguro mi cara mostraba todo, nunca fui buena ocultando mis emociones y esta era una ocasión de esas. Comenzamos a usar el equipo de maniobras dispersándonos entre la ciudad buscando indicios de aquellos.
—Recuerden que debemos capturar a aquellos que tengan el equipo de maniobras, deben estar cerca. Cuando tengan un sospechoso, alcen su espada, así sabremos dónde están. Ahora dispérsense.
Todos hicimos caso a lo dicho. Busqué no muy lejos del suelo, se podía ver claramente las acciones de los de abajo, nadie se dio cuenta que estábamos ahí, lo cual era un alivio. A lo lejos se veía gente robando a otras, desde ancianos hasta niños pequeños y algunos que incluso eran maestros del cuchillo.
Solté otro suspiro sin poder creer lo que veía, pero debía seguir. Deseé que algún día todo acabara. «Pero el mundo es cruel...» vino a mi mente aquello inmediatamente.
Retomé mi misión, buscando con atención a cualquiera que se viera sospechoso, al igual que debía estar atenta a alguna señal que llegaran a dar mis compañeros. Miré a mi alrededor sin encontrar nada y me dirigí hasta donde estaba el rubio. No había tenido suerte.
—No hay indicios de nadie —solté derrotada ahora mirando a mi alrededor. No recibí respuesta de él al notar lo que se encontraba bajo nosotros. Dimos la señal a los demás quienes se unieron enseguida.
—Son esos —habló Erwin con el tono de voz suficiente para que los cuatro escucháramos.
Inmediatamente los que estaban delante de nosotros se dieron cuenta que los perseguimos. Ambos grupos continuamos una ruta recta que aquel trío dirigía, como si estuvieran planeando nuestra espera.
—Así que el escuadrón policial... esos no se cansan —la única chica de trío de chicos lanzó esa frase mientras nos dedicaba una mirada burlesca—. ¡Levi-aniki!, ¡¿esa frase no te pareció genial?! —alcancé a escuchar eso. Estaba casi segura que el tipo que iba en medio era su líder, Levi.
Sonreí al notar que los habíamos acorralado en una pared, pero en un movimiento el azabache había maniobrado para salir de nuestras garras. Chasqueé mi lengua enojada, ahora sabía por qué Erwin quería que se unieran a la Legión.
Regresamos antes de chocar con la pared, al parecer, tras intercambiar algunas palabras la pelirroja y el castaño claro se separaron pero aún hacia la misma dirección del frente.
No necesitaba órdenes de mi capitán para saber que iríamos tras ellos. Fui directo hacia la chica mientras que mi otro compañero se fue por la izquierda. Erwin y Mike quedaron juntos para ir por el líder de los bandidos.
Giré en mi ser tratando de divisar a la chica lo cual no fue difícil, su cabellera era distinguida al igual que gastaba mucho gas en sus movimientos.
Coloqué uno de los ganchos cerca del edificio por donde ella iba para luego colocar el otro e impulsarme a seguir. Dirigió su mirada hacia mí y antes de que la atrapara se impulsó soltando gas de lo debido, con cuidado se posicionó en el piso sacando una cuchilla de su pantalón, estaba lista para atacar. Tomé un último impulso de gas sin dirigirme directamente a ella, sino a su mano izquierda, de una patada pude lograr que soltara su arma dejándola lejos de su alcance.
—¡Maldita! —fueron sus palabras cuando trató de alcanzar el objeto filoso pero di mi golpe final aterrizando en el suelo y peleando a puño limpio con ella.
Un leve golpe en la nuca de mi parte para ella la hizo quedarse aturdida por unos minutos y en esa oportunidad coloqué sus muñecas en su espalda, por fin la había atrapado.
—No te muevas o será peor, mira a tu alrededor —en sus intentos de escapar notó cómo a su amigo castaño también lo habían atrapado entre los aires.
Mi compañero y yo nos dirigimos hacia donde estaban los otros dos, aún no podían capturarlo pero no tardaron en hacerlo.
—¡Maldita sea! —volvió a soltar la pelirroja mientras pataleaba tratando de soltarse, lo cual fue inútil—. ¡Sueltame! ¡Maldita! ¡Maldición!
Pude sentir como la mirada afilada del azabache se dirigía hacia nosotros cuatro. Su mirada llena de enojo chocó contra la mía para luego observar a su compañera, por lo que ahora su mirada se volvía a una de preocupación. Erwin había dado en el blanco. La posición de ataque de Levi contra Erwin desapareció soltando su navaja, se había rendido.
—Comprendes la situación ahora. —Sonrió triunfante el rubio, mientras que el azabache le dedicaba una mirada de odio.
Colocamos esposas en sus manos, al igual que quitamos sus equipos de maniobras, era raro que las hayan podido conseguir. Todos nos alejamos para darles un momento para respirar, me coloqué detrás de ellos junto a Mike mientras Erwin estaba frente a todos. Ambos cruzamos miradas y asentimos seguros de las palabras que diría el rubio, todos confiábamos en él.
—Les haré algunas preguntas —inició el rubio dirigiendo a corto paso hacia los tres chicos—. Primero, ¿dónde consiguieron esto? —Señaló alzando una parte de su equipo de maniobras pero ninguno de los tres se inmutó en responder, algo que comenzó a desesperarme—. Sus habilidades también son muy buenas, ¿quién les enseñó?
Dio un suspiro pesado, seguían sin responder y debíamos volver pronto a la superficie, me crucé de brazos y solté un bufido molesta pero volví a poner atención a la situación cuando el capitán comenzó a caminar rumbo al líder de los tres.
»Tú eres el líder, ¿cierto? ¿Has recibido entrenamiento en el escuadrón?
El azabache alzó un poco la cabeza, estaba segura que estaba matando con la mirada al rubio. Mike se acercó con determinación hacia el pelinegro y con fuerza hundió su cabeza en el charco que estaba frente a él, los otros dos chicos incluida yo, soltamos un soplido de sorpresa.
—¡Maldito! —gritó la chica agachada mientras miraba preocupada a Levi.
—Te lo preguntaré de nuevo: ¿quién te enseñó a usar el equipo?
—Nadie nos enseñó —intervino el otro chico preocupado por la situación de su amigo—. Fue por cuenta propia.
—¿Cuenta propia? Es difícil de creer —repuso el rubio.
—Lo hemos aprendido para poder salir de esta basura. Quienes ven la luz de todos los días no nos entenderían.
—Como sea, ¡saquen sus manos de mi hermano! ¡Dejen de tratarnos así solo porque son soldados! —también se unió la pelirroja, Erwin solo los miraba ligeramente asombrado.
—Créeme, niña. Hay cosas también de qué preocuparse allá arriba —dije casi para mí, pero creo que finalmente se escuchó entre todos los presentes
Con su mirada, dio la orden a Mike para que lo quitara de aquel fango y luego su mirada pasó rápidamente hacia mí, continuó su paso y se agachó sobre aquel charco de agua sucia solo para quedar a la altura del azabache. Miré de mala gana eso, era asqueroso estar ahí, por lo que sentí un poco de compasión por el arrestado, debía ser horrible.
—Mi nombre es Erwin Smith. ¿Tu nombre?
—Levi —su voz se escuchaba ronca y débil, quizás había tragado agua así que no podía hablar bien.
—Levi... hagamos un trato —sus palabras me sorprendieron bastante. ¿De verdad se lo iba a proponer?
—¿Un trato? —Rodé los ojos, cansada de la situación. «¿Le había entrado agua en las orejas también?» reprimí una sonrisa al pensar en ello.
—No los culparé por lo que hicieron, a cambio de eso quiero que seas de ayuda. —Tomé aire esperando sus próximas palabras, de verdad lo iba a hacer—. Entra a la Legión de Reconocimiento.
Se escuchó un murmullo de sorpresa por parte de los tres chicos.
—¿Y si me niego?
—Los enviaré donde el escuadrón policial —respondió, se podía ver la tensión en el aire. Erwin se levantó de su lugar mientras continuaba hablando—. Pensando en todo lo que hiciste, a ti y a tus compañeros nos los tratarán bien. —Dio vuelta en sobre sí para dar unos pasos y volver a girarse con una sonrisa casi imperceptible—. Elige lo que te guste —finalizó, estaba segura que habíamos ganado esta apuesta.
El ambiente quedó en silencio durante unos segundos hasta que el mismo azabache lo rompió:
—Está bien. —Sus compañeros lo miraron asombrado mientras que él chasqueó la lengua—. Entraré a la Legión de Reconocimiento.
Una sonrisa más marcada se esbozó en el rostro del rubio, una sonrisa de triunfo era lo que estaba mostrando.
Volvimos al cuartel para descansar, había sido un día largo y dentro de unos meses tendríamos nuestra primera expedición hacia el exterior más allá de las murallas. Solté un suspiro nerviosa por lo que podría ocurrir, Erwin finalmente hizo quedarme en su escuadrón junto con Marie. Por un lado me gustaba estar con él y mi hermana, pero me preocupaba que de alguna manera eso pudiera afectar mi desempeño como soldado y tomar partido primero por mi familia antes que mis compañeros. Pero llegué a la conclusión de que todos terminaban siendo mi familia.
Mañana presentarían a los demás soldados a los nuevos reclutas provenientes de la ciudad subterránea, por obvias razones no darían alguna explicación ni menos a profundidad, tendrían todos que acoplarse a ellos, incluida yo.
—Pase —la voz del rubio se escuchó detrás de la puerta cuando llamé a ella— ¿Nerviosa por el viaje? —saludó tratando de animarme, seguro que se notaba mi ansiedad por aquel día—. Todo saldrá bien.
Solté una sonrisa ladina. Quería creer en esas palabras pero no me era posible—. Eso espero —hablé cuando por fin tomé asiento—. Aunque me sorprende que mi primera misión fuera el tener que pelear contra humanos y no contra titanes.
traté de hacer el ambiente menos tenso, estaba segura que Erwin también tenía cosas de qué preocuparse y agregarle las mías era hacer su carga peor.
—Tienes razón. Pero finalmente todo resultó bien, hasta ahora.
«Hasta ahora. ¿Cuánto tiempo puede durar esa frase para bien? Ninguno lo sabe hasta que pierde su esperanza en aquellas palabras».
—Así es. Es por eso que tenemos que pensar en sus movimientos. Deseo que todo salga bien. —Erwin alzó una ceja curioso, algo que no pude entender por qué.
—Se supone que los deseos son algo que no son posibles que se realicen como uno quisiera, ¿no es así?
Lo miré sorprendida, no pensaba que fuera a recordar mi frasecita toda burda y tonta.
—Entonces creo que mi propia mente me traiciona... —contesté insegura de mis palabras, rasqué mi nuca aún nerviosa—. Volviendo al caso, creo que hay que analizar lo que pueda pasar en esta expedición, más con los tres queriendo tu cabeza para darlo en bandeja de plata a Lobov.
—Como son novatos, ellos irán por la retaguardia junto con los otros, no permitiremos que vayan solos. Le pediré al comandante la formación de algunos soldados, ¿te sientes segura así?
—No es por mí, es por ti, Capitán —por fin solté mi pesar. Temía por mi próximo y posible cuñado y por el hombre que estaba segura que nos guiaría a la libertad.
Esbozó una leve sonrisa que no pude interpretar, mostré la cara más seria que pude gesticular esperando por su respuesta.
—Por eso no te preocupes, estaré rodeado de los mejores. Mejor piensa en salvar tu cuello de los titanes —aquello también me hizo sentir más preocupada y creo que lo notó—. Era broma, entre todos nos protegeremos, no te prometo que salvaremos a todos, pero sí que saldremos de esta tarde o temprano, es una promesa. Pero no te preocupes de eso, mejor ayúdame a ver las posibilidades de lo que puedan hacer, necesito tu mente trabajando. —Se estiró a través del escritorio para darme un pequeño golpe entre las cejas, me sorprendió su acto pero no pude evitar soltar una risa, él también lo hizo mientras se reincorporaba en su asiento.
—Déjame pensar. —Me puse en mi posición más cómoda mientras miraba a una esquina de la habitación, mi foco se prendió al momento pero me desconcertó el llamado a la puerta.
—Perdón por interrumpir —llamó Moblit desde el marco de la puerta cuando el rubio le permitió pasar—. Es para Odelia Baumeister, son cartas de su familia, estarán en tu habitación. Era todo.
Le agradecí con una sonrisa y tras eso cerró la puerta.
—No puede ser. —Me removí sobre mi asiento mientras la frustración me estaba carcomiendo—. Olvidé lo que tenía en mente. —Erwin me miró divertido, por un lado me agradaba el hecho de sacar su estrés con mis tonterías, de verdad me iba a agradar como mi próximo hermano—. Bueno, ya sé me ocurrió otra: la cosa es que si van a estar juntos, estoy segura que van a separarse para pasar desapercibidos; por lo tanto, creo que sería factible el hecho de no dar a conocer dónde estarás, incluso hacerles creer que estarás en un lugar. Si te buscan, no podrán encontrarte a tiempo y para eso estarás rodeado de más soldados.
—Esa es buena idea, habrá que sugerirla al comandante para que la apruebe, ¿algo más?
—Permíteme recordar... —Masajeaba mis sienes con las manos tratando de recordar lo que había olvidado por completo, se me iluminó la cara al poder recordarlo—. ¡Sí, ya lo recordé! —Me levanté de mi silla emocionada y al percatarme de ello con la misma rapidez volví a sentarme soltando un pequeño carraspeo que cubrí con mi puño y una risa—: El caso es que, deberíamos hacer que ellos también entrenen con nosotros, sirve que pueden conocer a los demás cadetes y quizás puedan redimirse de su plan con Lobov, ¿qué te parece?
—También es buena idea. —Descansó sus codos sobre la mesa del escritorio mientras recargaba su mentón sobre la unión de sus manos. Aquella mirada neutral mientras analizaba lo que dije me hacía ponerme nerviosa, esperaba que el plan funcionara y tenía su confianza en mí, una ordinaria soldado—. Solo que adelanté tu idea un poco, ya están programados sus entrenamientos. —Me mostró el pergaminos que estaba sobre el escritorio mostrando el calendario de entrenamiento—. Te agradezco tu ayuda, aunque sé que puedes dar más pero no puedo esforzarte, descansa hasta que sea la expedición y cuídate, soldado. Eso es todo por hoy, a menos que quieras acompañarme a la hora del té.
Bufé divertida y a la vez aliviada, no por nada era el capitán y ahora sabía el porqué de su fama en todas las murallas.
—Claro, si usted me deja —seguí su juego, pero a la vez sí me preocupaba que con tanto papeleo se le olvidara comer, me levanté de mi asiento para dirigirme a la puerta.
—Oh, de verdad pensé que sí te ibas a quedar. —Me detuve a medio camino sorprendida, pensé que era muy bromista.
—De acuerdo. —Sonreí mientras me dirigía de nuevo a la puerta—. Entonces iré por los platos, ¿te parece?
Esta era mi oportunidad para saber su opinión hacia mi hermana, ya esperaba por tener sobrinos y poder enseñarles a guardar algunos dulces sin que sus padres lo sepan. Y esta oportunidad no la iba a desaprovechar.
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—Y dime, Oda, ¿qué te hizo entrar a la Legión de Reconocimiento?
—Siendo sincera, primeramente fue mi meta de poder liberar a la humanidad, como ya lo sabes. Pero también quería volver a ver a mi hermana, la extrañé por mucho tiempo —respondí aún meneando la cuchara en el contenido de mi bebida esperando a que su temperatura bajara un poco mientras su olor llenaba mis fosas nasales—. Además, mi padre siempre ha deseado poder viajar al exterior para conocer la variedad de naturaleza que hay, aunque se dedica junto con mi madre como costureros, mi padre siempre fue amante de la naturaleza. Y como es un tabú el hablar en público de eso, cuando estábamos en su biblioteca me contaba las maravillas que habían ahí afuera. Es por eso que, si él no puede ir hacia la naturaleza, yo la llevaré hasta sus manos.
—Entiendo, tus razones son muy nobles. Me alegra que sea así. —Tomó un sorbo de su bebida.
—Y usted... ¿por qué decidió unirse a la Legión? —titubee cuando hice la pregunta, no estaba segura de preguntarle pero si no quería responderme, estaba segura que me lo haría saber.
—Cuando era pequeño, mi padre era profesor de mi escuela y nos enseñaba acerca de los titanes, mi hambre por saber había sido provocado por él, en clase hice una pregunta que no me pudo contestar en el momento. Pero cuando la noche llegó, me dijo la idea de que era posible que hubiera vida más allá de las murallas, vida que no fuera de titanes. En mi inocencia, les dije sobre eso emocionado a mis compañeros y a todo aquel que me encontraba en el camino, hasta que mi dicha se terminó al ver que por mi insensatez, la policía asesinó a mi padre por decir aquellas ideas "herejes". —Sentí mi corazón y ojos ablandarse, y Erwin lo notó—. Es por eso que mi meta es poder confirmar aquella idea que mi padre no pudo resolver, pero que yo haré por él.
Apretó su puño suelto con fuerza, mientras poco a poco dejaba de ejercer esfuerzos en ello. Lo miré por algunos segundos para luego animarme a responder.
—Lamento tu pérdida, estoy segura que podrás cumplir tu meta. —Traté de esbozar una sonrisa pero algunas lágrimas se me escapaban.
Me imaginaba en aquella situación y me dolía el hecho de pensar que mi padre pudo haber sido asesinado de no haber guardado silencio en todo lo que me contaba, y agradecía por tenerlo aún vivo.
—Gracias por tus palabras, me esforzaré en poder lograrlo.
No sabía qué decir ahora, mi mente estaba concentrada en la idea de su padre. ¿Por qué diría que era posible que hubiera vida fuera de las murallas? Pero no era el momento adecuado.
—¿Y nunca pensó en casarse? —quería ir directo al grano al igual que cambiar el tema por uno más animado. No sabía exactamente su edad pero para la edad que tuviera se veía bien cuidado a pesar de su trabajo.
—Siendo sincero, hasta hace poco me he interesado en alguien —sentí su voz temblar un poco, solté una sonrisa pícara la cual le sacó una carcajada—. Espero que no te enojes, tu hermana es una gran soldado y es la más noble muchacha que he conocido.
Por dentro salté y grité de felicidad al notar que si le interesaba, mamá estaría muerta de la felicidad si escuchara eso.
—Ya veo —solo pude decir eso sin sonar emocionada, movía aún mi bebida hasta que esta estaba en su punto perfecto y di el sorbo—. Y dime, capitán. ¿Cómo fue que conociste a mi hermana?
Soltó una leve carcajada cuando, supongo, recordó la situación. Yo solo me reservé a mirarlo esperando una respuesta. Estaba segura por completo que este hombre era el indicado para mi hermana, se había enamorado de peores debido a la dulzura que guardaba en su corazón por lo que no le reclamaría nada.
—Ese día fue en el que ella se graduó, todos fueron a beber y celebrar a excepción de ella, quien se quedó paseando por el lugar. Yo en ese momento fui al establo y ella no se percató de mi presencia. Me sorprendió y a la vez me enterneció el hecho de que le hablaba a los caballos como si fueran humanos. A los siguientes días note que ella era la más responsable y limpia de todas las muchachas. —Su mirada dejaba ver un brillo en sus ojos cuando hablaba de ella, lo cual me enterneció mucho.
—Mi hermana siempre ha sido así, tiene el corazón más bondadoso que he conocido —agregué, quería que conociera más sobre mi hermana.
—Lo sé, en este tiempo que he trabajado con Marie he sido testigo de ello y me alegra que ella nos permita a todos conocerla.
—Capitán, si usted estuviera enamorado, ¿sería capaz de dejar la Legión por aquel amor?
Se quedó mirándome unos segundos tratando de analizar su respuesta.
—No lo sé, pero sí sé que lucharía para poder entregarle la libertad a esa persona. Preferiría verla feliz fuera de las murallas, aunque formar una familia tampoco vendría mal.
—Pero, ¿no crees que sería mejor hacer las dos cosas al mismo tiempo? Así no estaría vacío de un lado y ambas cosas serían llenadas.
—Lo he pensado por un tiempo, y creo que preferiría hacer una cosa a la vez. No podría disfrutar de mi familia si estoy todo el tiempo en el trabajo, y sería egoísta casarme para que se vuelva un lugar donde desahogarme y no cumplir mi rol como esposo. Y, si lo piensas bien, ¿quién te asegura que pronto volverás a casa? Los titanes no pueden tener compasión por uno solo por tener una familia. Sentar cabeza siendo soldado es algo difícil aunque no lo parezca.
Asentí tratando de digerir todo lo que decía y me daba tristeza el hecho de saber que tenía razón. Entonces, ¿qué significaba lo que sentía por mi hermana? ¿Amor o solo para pasar el rato?
No supe qué responder. Pensar en el bienestar de mi hermana y saber esto no era lo mejor para ella por enterarse. Era obvio que tardaríamos mucho tiempo en poder salir de las murallas sin el miedo a los titanes, pero, ¿hasta cuándo sería ese acontecimiento? Ninguno lo sabía y ese era el pago por unirse a la Legión, no saber cuándo sería tu último momento pero tampoco tener indicios de que pronto despertaríamos de esta horrible pesadilla.
GLOSARIO
¹La ciudad subterránea se encuentra debajo del centro de la Muralla Sina, en la ciudad Imperial Mitras. La ciudad subterránea fue creada con el propósito de evacuar a las personas que vivieran en la superficie en caso de emergencia. Sin embargo, con el paso del tiempo fue comenzada a ser residida por los ciudadanos más pobres de la ciudad y donde la delincuencia está de manera permanente. La salida de ese lugar para los residentes es casi imposible, pues se necesita de una gran suma de dinero como pago para pasar. Los crímenes realmente varían como robo, prostitución —realmente posible la trata de blancas—, extorsión, corrupción y asesinato.
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¿Les platiqué de la importancia que tendrá Erwin en la historia? Jsjsjsjs espero que les haya gustado el cap. de hoy. ♡
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