Levi no se separó ni un minuto de Odelia hasta que se hubo despertado, había pasado minutos delirando incoherencias. Le dolía verla de esa manera, sabía que eso era a causa de sus intensos dolores de cabeza que venía arrastrando desde que la conocía. La acompañó a dormir hasta la mañana siguiente, no quería dejarla ni un solo segundo sola.

Odelia lentamente abrió los ojos tratando de asimilar su alrededor, después de haber pasado horas interminables de pesadillas en donde no podía despertar, por fin descansó al ver frente a ella a un Levi preocupado. Se levantó de su cama cansada, es como si no hubiera dormido en toda la noche.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Levi acercándose a Odelia mirándola de cerca— ¿Por qué tienes ojeras? —la castaña se alejó del azabache nerviosa, no sabía qué responder.

—No tengo idea, es como si no hubiera dormido nada en todo este tiempo —bostezo cansada.

—¿Odelia, por qué lloras?

La castaña acercó su mano a su rostro sintiendo las lágrimas caer de ella, restregó su mano sobre sus ojos limpiandose. Miró con atención el rostro de Levi, acercando su mano seca a él, provocando un sonrojo en sus mejillas.

»¿Q-qué haces?

—No me había dado cuenta de... olvídalo —caminó por la habitación inspeccionando cada parte que pasaba por su vista, Levi la observaba confundido—. ¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Ya casi amanece —miró Levi por la ventana— ¿estás bien? ¿Necesitas algo? ¿Quieres dormir?

—Creo que lo que menos necesito y quiero ahora es cerrar los ojos.

—No digas tonterías, deberías descansar. Iré a mi oficina a cambiarme a la reunión con Erwin, debes descansar.

—¡Espera! —tomó de la muñeca al azabache, Levi la miró nervioso pero sorprendido por el semblante que tenía la castaña— Quédate por favor, me da miedo estar sola.

Levi suspiró algo cansado, tomando a Odelia del brazo, instándola a caminar junto a él, ella no reparó en ello y siguió al capitán caminado juntos por los pasillos.

»Ya sé lo que me vas a decir, pero quiero ir a la reunión con Erwin.

—Pues si lo sabes bien, entonces ya sabrás que no te permitiré ir —replicó Levi más serio de lo normal.

—Tengo que ir, necesito hablar con Erwin y escuchar a Hange —apretó ligeramente su agarre en la camisa del ojigris, provocando soltar un suspiro de sus labios.

—Maldición —susurró molesto mientas sujetaba su agarre con la mano de la castaña— Eres como una niña pequeña caprichosa ¿y dices que no quieres que te llame mocosa?

La chica no pudo responder, estaba tan ensimismada con sus pensamientos que le era imposible contestar. Ambos entraron a la oficina del azabache, Levi la acomodó para sentarse en su silla de la oficina mientas él se bañaba y vestía. El azabache estaba preocupado por cómo reaccionarían ambos cuando este saliera de la ducha, pero se encontró con la sorpresa de que Odelia miraba inexpresiva al suelo. Caminó hasta ella preocupado.

—¿Qué rayos tienes, Odelia? M-me tienes muy preocupado. Desde que despertaste has estado extraña —admitió el azabache colocando una mano sobre la frente de ella—. No tienes fiebre.

Odelia negó con la cabeza—He dicho que solo he tenido un mal sueño, pero se sentía tan real que quería comprobar que no estuviera aún dormida —alzó su rostro mirando fijamente a Levi, con una sonrisa continuó hablando—:Gracias por cuidarme siempre, Levi.

Levi se alejó de ella nervioso y suspiró—De verdad que estás extraña hoy —entró a su habitación a vestirse.

«Prometí que te protegería, es lo que quiero seguir haciendo» pensó el azabache al reconocer que no podía decir esas palabras en voz alta, quedando con el sentimiento de culpa en su pecho.

Tras unos minutos de quedar dentro de su habitación, salió apurado para ver a Odelia, quien se encontraba mejor observando a su alrededor. Sonrió la castaña cuando lo vio asomarse a la oficina, Levi reprimió una sonrisa al ver que era la Oda que admiraba.

—De verdad, gracias. Ya me encuentro mejor. Estaré lista para ir a la reunión con Erwin, pero necesito que me continúes acompañando, solo será esta vez —suplicó Odelia sonrojada.

—Tch. Qué fastidio —soltó el azabache. Sin embargo, en el fondo se sintió feliz de que ella le pidiera eso, así no tendría inconvenientes para estar junto a ella—. Pero al menos desayuna primero, mocosa.

Pasaron el resto de la mañana juntos hablando y llenando papeles, poco antes de que tuvieran su reunión con Erwin, Odelia habló:

—Creo que mi padre, tú, Erwin, Hange y mis hermanas son las personas que más confío, es posible eso que creo que deberías ser tú el primero en saber lo que me ha pasado. Pero ¿puede prometerme no tomarme por loca? Incluso yo lo haría, pero necesito sentir que no lo estoy.

Levi negó con la cabeza—:Eres la persona más cuerda y lista que conozco, no podría burlarme de ti.

Odelia miró con angustia al hombre que tenía frente a ella, tomó la mano libre del azabache y desviando su nerviosa mirada de él, comenzó a relatar:

—Era el mismo sueño repitiéndose en mi mente, frente a mí albergaba el miedo a todo momento, como si fuera mi condena tener que ver esa misma escena hasta despertar. Todas las personas a las que amaba se hallaban frente a mí muertas, y una voz me repetía: "Usednub on imust on atana aw erok" —se levantó de su asiento dando vueltas alrededor de la oficina, Levi la miraba atento y escuchando con cautela lo que ella decía—. Frente a mí se encontraba una mujer de cabellos rubios y mirada perdida tratando de tomar mi mano, pero antes de alcanzarla, regresaba a ver la misma escena que estaba frente a mí.

Levi se levantó para acariciar un poco su melena, su vista denotaba la tristeza, preocupación y miedo que ella sentía en esos instantes, pero le aliviaba que se confesaba a él.

—Seguro que pronto pasará —trató de afirmar el azabache, tomando de las manos a Odelia.

—Eso espero —suspiró pesadamente Odelia.

A la puerta llamó uno de los soldados de la Legión, era hora de ir con Erwin. Ambos se soltaron de las manos y continuaron su camino hacia la habitación.

—Buenos días —saludó sonriente Erwin al ver a ambos capitanes llegar juntos.

—¿Cómo estás? —saludó algo animada Odelia sentándose a la diestra de Erwin junto a Levi.

—Ya estoy mejor, siento que he dormido bastante tiempo que he perdido la noción del tiempo —los tres sonrieron levemente ante su broma. La puerta se volvió a abrir dejando ver al Comandante Pixis entrar en la pequeña habitación.

—Es bueno verte mejor, Erwin —saludó apretando las manos el mayor.

—El gusto es mío, Comandante —saludó de vuelta Erwin.

—Señorita Odelia, es bueno verla nuevamente y tan pronto.

—El gusto es mío en volverlo a ver —sonrió levemente la castaña.

—Levi, mucho tiempo sin vernos —solo obtuvo como respuesta un asentamiento de cabeza. Tomó asiento en el lado izquierdo donde había un sofá.

—¿Les parece si comenzamos con la redacción del informe? —preguntó Anka.

—Por favor —pidió Odelia.

La chica redactó el informe que traía comenzando así:

—En respuesta a la ruptura del Muro Rose, sus habitantes tomaron refugio en la ciudad subterránea del Muro Sina. Todo esto dentro del plan de evacuación. Pero en base a los recientes hechos, bajo el plan que se realizó, lanzó los datos de que solo habría comida suficiente para la mitad de la población con una duración de una semana —explicó Anka, los cuatro soldados escuchaban con atención—. Tras una decisión tomada recientemente, la verificación de la integridad estructural y seguridad de la Muralla, el desarrollo de esta verificación tendrá de duración una semana —finalizó Anka.

—Gracias, Rheinberger —replicó el calvo—. Hablando con franqueza, solo podemos prometer que la Muralla Rose estará segura esta semana y permitir a los refugiados volver. La única cosa que podemos celebrar en todo este desorden es que los militares se han tenido que desplegar solo una vez. Nos vimos forzados a tener que desplegar a la policía militar. Aunque no hubo pérdidas durante la confrontación, tuvo un gran impacto en aquellos que viven dentro de los muros. Fue como si alguien hubiese quitado los sellos de las puertas del infierno.

—Después de eso, sé ciertamente que el asesinato entre hombres hubiera sucedido cuando termine esta semana —declaró Odelia mirando a su regazo, esperando impaciente por Hange.

—Perdón, Erwin —habló Levi desde su asiento— solo te has recuperado lo suficiente como para hablar, y ahora venimos y te contamos toda esta porquería que haría que un hombre no pudiera dormir durante toda una noche.

—He dormido lo suficiente, sigue —pidió Erwin.

—Lo siento por tu brazo derecho.

—Ustedes dos, entre todos, saben a cuántos soldados he enviado a las fauces de los titanes. Una mano es una recompensa escasa —declaró Erwin—. Pero una vez que esté en el infierno, me aseguraré de devolverselo en su totalidad.

—Maldición, Erwin... cuando sea la hora de ir allí, ¿qué tal si vamos juntos?

—¿Qué, viejo? ¿No puedes soportar el calor? Parece ser que no has bebido lo suficiente —comentó Levi provocando una ligera sonrisa en Odelia.

Es cierto. Me gustaría beber un par de tragos, pero alguien se ha llevado el vino —repuso Pixis—. Alguien ha dicho algo sobre cuidar de mí hasta el día en que muera.

Rio Erwin mientras todos observaban a la soldado que cuidaba de las espaldas del calvo—Parece que tienes un buen subordinado, cuento con la fortuna de tener alguien también así —mencionó el rumbo señalando con la cabeza a la chica que estaba de su lado, provocando un ligero sonrojo en la castaña.

—Sí. Sería muy dichoso de tener a dos mujeres lindas cuidando de mí, pero por ahora me conformo conque la soldado Baumeister cumplió su promesa de verme nuevamente.

Antes de que alguien más pudiera decir algo al respecto, alguien tocó la puerta de la habitación.

—Seguramente es Hange —habló Levi mirando de reojo al mayor—. Entra.

—Perdón por mi intrusión, Erwin —entraron al lugar Hange y Connie ambos posando en posición militar—¿Estás también aquí, Comandante Pixis? —saludo sorprendida la castaña—Es perfecto. He venido a reportar la investigación del incidente reciente. Este es...

—Connie Springer de la Legión de Reconocimiento y cadete de la tropa de escuadrón #104 —se presentó el chico, todos asintieron ante su saludo.

—Su antigua casa estaba en el este del pueblo, ya saben de cuál hablo. Ya que él entendió la situación en el terreno en ese momento, he hecho que coopere en nuestra investigación.

—Connie —llamó el azabache—, buen trabajo ahí.

—Sí, señor —bajó la mirada el rapado, algo que notó enseguida la castaña, los otros dos caballeros miraron fijamente al menor, deseando que continuara.

—Procederé a explicar el origen de los titanes en esta incursión —rompió la tensión Hange— hemos encontrado muchas evidencias para corroborar lo que anteriormente eran rumores: Las casas en el pueblo Ragako parecían estar destruidas por explosiones desde dentro, y aún así no se encontró ni una gota de sangre en la escena. El punto crucial es que aún tenemos que encontrar a un habitante del pueblo. Además, el número de titanes que aparecieron y que fueron asesinados dentro de los muros fue idéntico al de la población del pueblo. Creo que hay una gran posiblidad de que los aldeanos fueran transformados de alguna manera en titanes —de su chaqueta sacó dos objetos cuadrados, uno parecía ser un retrato a mano de una pareja y un pequeño cuaderno, Odelia quedó helada al reconocer aquel objeto—. Esto fue lo que encontramos en la escena, el retrato de los padres del soldado Connie Springer y el diario de una de los miembros de la familia... en base al retrato, después de una comparación con el titán del pueblo Ragako, se encontró un gran parecido con la mujer del dibujo, respecto a lo segundo...

—Ese diario no es de una miembro de la familia Springer —interrumpió Odelia—, ese diario es de Wanda Baumeister de Wickham, mi hermana menor.

Los presentes miraron con sorpresa a la castaña, a excepción de Hange y Levi, que miraron con pesar a su amiga.

—Wanda nunca quiso decirnos de donde venía, pero se notaba bastante los estragos que tuvo antes de conocernos —replicó molesto Connie, Odelia lo miró con dolor, se preguntaba si de haber hecho las cosas de diferente manera ahora su subordinado no la viera con desprecio—. Ella siempre estuvo para nosotros porque nunca tuvo a nadie que viera por ella.

—Oye mocoso, cierra la boca —espeto Levi.

—Puede que tengas razón —habló Odelia agachando la mirada—. Seguramente pude haber hecho más por ella, pero ahora mismo lo que puedo hacer es nada, si ella fue convertida en titán, ahora mismo ya no queda nada de ella, más que ese cuaderno que yo misma hice para ella. Los recuerdos son lo único que quedan de nuestros seres amados. Creo que lo único en que podremos estar de acuerdo, es que nos han sometido a un dolor imperdonable.

Algunas lágrimas cayeron por parte del menor, la impotencia y furia se apoderaban de él, pero la serenidad y tristeza en la mirada de la capitana lo hizo redimirse de su rencor.

—P-perdóneme, no debí confrontarla, pero me hubiera gustado saber más sobre ella, no sólo conocerla por la chica que llegó sin raíces —inclinó su cabeza como muestra de disculpa.

—¿Está bien si hablamos después? —pregunta Odelia, el rapado asintió levemente volviendo a su posición normal— Perdón por esto, continúen.

—¿Estás diciendo que la verdadera identidad de los titanes es la humanidad? —inquirió Erwin mirando angustiado a su amiga.

—Actualmente no tenemos evidencia sólida e irrefutable de que los titanes sean así pero, asumiendo que esto es verdad, hipotéticamente ayudaría a explicar por qué los titanes tienen debilidades en sus cuellos.

—Explícate, cuatro ojos —pidió Levi, mirando de reojo preocupado a Odelia, quien no había quitado la mirada del pequeño libro bordado.

Hange suspiró antes de comenzar a hablar—: La razón de sus debilidades explicaría por qué los cuerpos difieren tanto en tamaño pero tienen puntos débiles idénticos, un área de un metro de altura y diez centímetros de ancho... ¿qué hay dentro de este punto débil? Si superponemos este área en el cuerpo humano sería directamente el sistema nervioso humano, desde el cerebro hasta la médula espinal. Una vez que es cortado en los humanos, no hay oportunidad de recuperarlo, y los titanes también pierden la habilidad de caminar. Es posible que esta parte de las funciones del cuerpo esté separada del cuerpo titán.

—¿Pero los titanes que atrapaste antes no murieron instantáneamente y se evaporaron cuando biseccionaste sus cuellos? ¿No eras incapaz de encontrar ningún órgano así? —inquirió Levi.

—Tienes razón, no encontramos nada parecido a ningún órgano humano —respondió Hange—. Un cuello que se regenera inmediatamente después de haber sido cortado, no puedo llevar un cerebro completo humano. Pero es un hecho que dentro de un área de sistema nervioso de un metro de altura y diez centímetros de ancho, existe un algo. Quizás ya estaba fusionado u homogeneizado con el cuerpo del titán, pero podría ser...

—Cuanto más hablas, más me confundes, cuatro ojos apestoso —rechisto el azabache.

—Lo siento...

—Entonces ¿qué pasa ahora? ¿La cosa por la que he estado arriesgando mi vida para rebanar, realmente es la parte de un cuerpo humano? ¿Todas las cosas que he matado con mi equipo tridimensional en el pasado... eran humanos? —suspiró Levi cansado y confundido.

El silencio inundó la habitación, Levi miró con dolor a la chica que estaba a su lado. Oda miraba con angustia el cuaderno, Levi suspiró, ahora entendía a lo que Hange se refería.

—¿No dije aún no hay forma de verificarlo? —replicó Hange.

—Si es cierto, ¿cómo debemos entender esto? —se preguntó Pixis—La diferencia entre los titanes normales y los titanes como Eren es... ¿si sus órganos han sido completamente asimilados o no?

—Quizá... —susurró Odelia.

—Erwin —llamó Levi—, Errrwwwiiinnn.

Levi confundido alzó su mirada hacia el rubio, preocupándose de la sonrisa y la mirada perdida que tenía Erwin hacia la nada. Odelia se giró a ver al rubio llevándose la misma sorpresa que el azabache, volvió a agachar la mirada al sentir un dolor en su pecho, aquello le dolió bastante.

—¿Erwin...? —¿cómo puedes reírte después de escuchar esto? ¿Es posible que sea divertido perder a una hermana convertida en titán?; pensó con dolor Odelia, sin poder imaginar con claridad de qué pensaba el rubio, le era difícil imaginar lo que pasaba por su mente.

—¿Tú... de qué carajos te estás riendo?

—Jaja, no mucho —respondió por fin Erwin.

—Me estás poniendo nervioso.

—Cuando era joven, la gente me lo decía a menudo.

—Después de todo, este es el motivo por el que te unirte a la Legión de Reconocimiento, ¿no es así? —recordó Odelia.

—Perdóname, Odelia —se dirigió a su amiga reconociendo lo que había hecho, la castaña asintió levemente, bajando la mirada al suelo—. Probablemente no entiendas mi situación ahora mismo pero ¿no creen que yo, cuyo brazo derecho ha sido comido por un titán y casi no sobrevivo, soy realmente patético?

—Quizá —resoplo Levi.

—Hablando de eso, ¿dónde están Eren y Historia?

—Ah... nos estamos ocupando de ellos actualmente. Los mantenemos a salvo en un lugar seguro, esperarán allí hasta que este alboroto haya acabado —respondió la gafuda.

Erwin miró a Odelia buscando una respuesta, pero no encontró una en aquella chica.

—No podemos apresurarnos —respaldó Pixis ante la inconformidad de Erwin de no saber su paradero— el mundo dentro de los muros es como un nido de avispas que un idiota ha agitado con un palo.

—No es ni el momento de revelar nuestra teoría de la verdad de los titanes —agregó Odelia mirando consecutivamente a cada residente de la habitación.

—De hecho, no podemos permitirnos ningún fallo —habló Erwin algo animado—. Solo con Historia podemos profundizar en esas organizaciones que tienen información sobre los titanes. Si podemos usar el poder de Eren, incluso podemos retomar la Muralla María. Ahora mismo, esos dos son cruciales ¿dónde están exactamente? —inquirió dirigiéndose esta vez al azabache.

—Es porque nos sentimos mal por tu pequeño boo-boo que hicimos muchas decisiones en tu ausencia, incluyendo la composición de mi nuevo equipo —respondió el azabache—. Le daré a Eren un nuevo entorno adecuado.

—Si no hay más dudas, Erwin, daré por terminada esta sesión para mí —interfirió Pixis levantándose de su asiento y despidiéndose de cada uno de los presentes—. Señorita Odelia, espero que pueda recuperarse pronto de su pérdida —se despidió con un apretón de manos dejando sonreír levemente a la castaña como respuesta—. Señor Levi, cuide mucho de esta chica, aunque creo que no necesito pedirle eso —dijo casi en susurros el calvo.

—Tch. ¿No tiene otra cosa por hacer que decir lo obvio, viejo? —giró su cabeza evitando que la castaña viera su sonrojo, provocando una carcajada en el mayor saliendo de la habitación junto a la soldado.

—Connie, ¿podemos hablar un momento? —pidió la castaña levantándose de su lugar y despidiéndose de Levi y Erwin—Los veo en un rato —ambos asintieron y suspirarom cuando la castaña se fue, comenzando a hablar acerca de ella y lo que ocurría.

—Dígame, señorita Baumeister —se detuvo el rapado al escuchar el pedido de su superior.

—Me gustaría que hablemos en privado, si no es molestia —dijo viendo de reojo a Hange, quien se despidió de ambos soldados. Comenzaron a caminar hasta un lugar apartado donde nadie pudiera escuchar su conversación—. Lamento lo de tu madre.

—Yo también lo lamento —bajó la mirada Connie— ¿Y ella está bien?

Odelia copió el mismo acto que Connie, mirando aún aquel cuaderno—Ella fue asesinada durante la reconquista de la Muralla Rose —Connie jadeo en sorpresa y dolor.

—Lo único que me queda entonces... ¿es solo esto? —miró hacia el retrato y el cuaderno que tenía en sus manos, algunas lágrimas cayeron sobre ellos—¿Por qué alguien querría hacernos sufrir de esta terrible manera? ¿Acaso no tiene compasión por sus semejantes?

—Quien sea que lo haya hecho, te prometo que caerá —dijo Odelia atrayendo a sus brazos al menor, brindándole algo de confort y dejándole agudizando su llanto sobre su hombro, permitiría que alguien más llorara lo que ella no podía hacer—. Yo... tengo que responder por todos ellos.

Un pequeño dolor de cabeza dejó en blanco su mente... ¿era posible que ya hubiera vivido todo esto?

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¡Hola! Espero que les haya gustado este maratón y me gustaría saber qué les parece lo que ha ocurrido. Nos vemos pronto y cuídense 💗💗