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Capítulo 36

Odelia despertó abriendo sus ojos con lentitud, esperaba ver frente a ella un azabache brindándole los buenos días con una taza de té en mano, pero en cambio, se encontró con las soldados de su escuadrón y de Levi mirándola con curiosidad.

«¿Acaso había soñado todo lo de anoche?» se preguntó Odelia mientras se levantaba de su cama.

—Capitana Odelia, ¿está usted bien? —se acercó Artis a ella.

—S-sí. ¿Pero qué hacen ustedes aquí? —pregunto Odelia confundida.

—Fuimos designadas a quedarnos aquí —respondió Ondine.

—Ya veo —susurró la castaña mientras se levantaba de su asiento y las otras chicas le daban su espacio para levantarse. Odelia se giró para ver la litera que era de su amiga Isabel, la cama seguía igual—. ¿A-alguien se ha quedado aquí? —señaló Odelia la cama.

—No —respondieron al unísono.

—Bueno, me gustaría que por favor eviten usar esa cama, es... especial —trató de explicar Odelia mientras quitaba algunas arrugas de la cama.

—¿Alguien más está con nosotras? —preguntó Sasha confundida— Nos dijeron que solo usted residía en esta habitación.

—¿¡Acaso la cama está maldita!? —preguntaron asustadas al mismo tiempo Sasha y Ondine.

—No es eso —movió las manos negando lo que pensaban las dos morenas—. Pero es como si aún la usaran.

—¿Era de alguien antes? —preguntó Artis.

—Lo haya sido o no, no debemos interferir en la decisión de Odelia-san —intervino Mikasa mientras tomaba asiento en su propia cama.

—¿Es malo si preguntamos de quién fue? —preguntó Ondine, Artis le dio un golpe a su brazo con el codo.

—Mikasa tiene razón, no debemos inmiscuirnos en los asuntos de la capitana.

—Está bien, chicas —habló Odelia deteniendo los murmullos entre las chicas, acarició con nostalgia la madera de la litera que estaba arriba de ella—. Era de mi anterior compañera, Isabel Magnolia.

—Por lo que sé, ella fue designada junto a otros dos soldados a entrar a la Legión de Reconocimiento, ¿no?

—Creo que el capitán Levi venía de aquel lugar, o eso es lo que se rumoraba en los pasillos cuando era cadete —apoyó Ondine a Artis en su pregunta.

—¿Es verdad eso, capitana Odelia? —preguntó esta vez Sasha.

Odelia suspiró, no quería decirle la verdad a las subordinadas de su compañero capitán, temía que el rumor se expandiera y que con ello perdieran el respeto a un soldado veterano.

—Lo único que importa es el excelente trabajo que hace aquí dentro y la ayuda que da a la Legión para exterminar a los titanes, así que les pido que no divaguen más en el tema.

—Lo sentimos. Pero es que como usted es casi como su pareja, creímos que usted sabía de su origen.

—E-espera, Ondine, ¿de dónde sacaste que el capitán Levi y yo somos pareja?

—Pues usualmente están juntos y se llevan bien, y esta mañana el capitán fue quien irrumpió en la habitación para arroparla en su cama.

—¡Eso es verdad! —exclamó Sasha— Llegó pateando la puerta y a todas nos asustó, de no ser por Mikasa que casi-casi lo corrió de la habitación, estoy segura de que nos habría echado de la habitación para que usted durmiera —expresó con un acento que le causó gracia a Odelia.

—Es que ayer tuvimos algunos inconvenientes y tuve que ayudarlo con el papeleo —trató de justificarse la castaña, pero luego prestó atención a las palabras de la chica de coleta—. Espera, ¿dices que me trajo hasta aquí? —Sasha asintió repetidas veces.

—Sí, la traía como de cuento de hadas —simuló con Ondine cargandola y dejándola apoyarse sobre su pecho, representando lo que el azabache había hecho.

La castaña no supo qué decir al respecto, sintió sus mejillas arder imaginando la escena que haría mientras la cargaba hasta su cuarto. Las chicas la miraron confundidas.

—Sea como sea, a nosotras no nos incumbe lo que sean o hagan, debemos mostrarles respeto porque son nuestros capitanes y siendo así, no necesitan explicarnos su relación.

—N-no es eso, Artis —trató de explicarles las cosas, no quería inconvenientes con Levi.

—No se preocupe, Capitana Odelia, nosotras mantendremos el secreto a salvo. ¿Verdad, chicas? —se giró a ver a todas las chicas, quienes asistieron en conjunto.

Antes de que Odelia pudiera decir otra cosa, el llamado a la puerta la hizo interrumpir lo que no pudo decir. Se acercó a abrir la puerta, encontrándose con Hange y Joelle.

—¡Buenos días, Oda! —saludó Hange con su usual energía, detrás de ella estaba una seria Joelle quien estaba cruzada de brazos—. ¿Listas para esta nueva aventura?

—¿De qué hablas, Hange? —preguntó Odelia confundida.

—Adelantaron el viaje al lugar donde serán las pruebas de Eren Jaeger. Partiremos esta noche o mañana temprano.

Odelia lo pensó por un rato antes de ordenarles a las chicas alistar sus cosas.

—¿Podemos hablar afuera? —preguntó la castaña, Hange y Jo asintieron, Odelia cerró pa puerta para que las chicas no escucharan y comenzaron a caminar por el pasillo del cuartel— No entiendo la razón para irnos cuando todos están dormidos, ¿ocurre algo malo?

Ambas chicas suspiraron y se vieron por algunos segundos antes de volver su mirada a la confundida Odelia, a la cual le preocupó el semblante repentinamente serio que tenía Hange.

—Debido a los poderes que ha demostrado el soldado Eren Jaeger respecto a su fuerza titánica, es probable que los altos mandos quieran ejercer sobre Eren. No sabemos los planes que puedan tener la Policía Militar con los soldados que hemos perdido y las nuevas de Eren.

—Entiendo —se tomó de la barbilla la castaña mientras pensaba en todo lo ocurrido, ahora tomaba sentido el irse pronto—. Bien, iré a decirle a las chicas que se apresuren.

La mano de Joelle la detuvo de regresar a la habitación, Odelia se giró nuevamente hacia ella para notar su rostro de preocupación, contagiando aquella inquietud a la castaña.

—Obtuvimos información acerca de los titanes —declaró Joelle mientras se soltaba de Odelia—. Lo hablé con Hange y estuvimos estudiando la situación del titán que ví y del titán de la casa en Ragako, parece ser que un soldado del escuadrón del capitán Levi está en nuestra situación también. Pero, tras investigar a fondo los números de los sobrevivientes a la masacre del Distrito Shiganshina y el aumento de población en Ragako, se estipuló el aumento de la población en el año 845 de uno a cinco habitantes, entre esos cinco se encontraba un sobreviviente de la catástrofe, quien se negó a dar más datos de los solicitados, limitando su nombre a solo Wanda —Odelia sintió su cuerpo detenerse ante aquel nombre fantasmal, eso significaba que ella estuvo sola todo este tiempo—. Esta persona estaba liada a la familia Springer, quienes la añadieron como a una más a la familia —explicó Joelle tratando de continuar sin quebrarse la voz—. El punto crucial de la situación con el pueblo Ragako y sus habitantes desaparecidos es que el número de titanes eliminados dentro de los muros y el número de habitantes del pueblo Ragako fueron idénticas. Por lo creemos en la posibilidad de que los aldeanos fueron transformados de alguna forma en titanes.

Las piernas de Odelia fallaron y junto a eso sintió unas inmensas ganas de vomitar, si la situación no era solo hipotética, eso significaba que habían estado asesinando a humanos y haciendo pruebas en ellos, y lo más doloroso de todo, es que sus amigos y compañeros habían sido asesinados por humanos como su hermana menor.

—¡Odelia! —trató de levantarla Hange, pero Joelle se lo impidió.

—Joelle... ¿aún quieres formar parte de esta locura? —trató de formular palabras aunque la cena de anoche se regresaba a su garganta.

—Sí. Tengo que saber la verdad sobre mi hermana —apretó su puño con ira e impotencia—. ¿Y tú, Odelia, por qué quieres seguir aquí?

—Yo... —Odelia se quedó sin palabras, pero a su mente llegaron las palabras que Erwin le pidió que hiciera para él, debía seguir adelante para ayudar a Erwin y ayudar en lo que pudiera a la humanidad— porque debo consagrar los corazones de mis compañeros caídos. Debemos llevarlos a la libertad y debemos dar sentido a nuestros muertos.

Débilmente se levantó de donde estaba, miró a su hermana a lo ojos, ambas sabían que ninguna cedería ante lo prometido. Jo le tendió la mano y esta la aceptó, ambas pelearían juntas.

—Entonces... nos vemos después —rompió el silencio Hange, las otras dos hermanas salieron de su trance y asintieron.

—Nos vemos después —se despidió Odelia regresando a la habitación, encontrándose con las chicas hablando, a excepción de Mikasa y Historia—. Chicas, alisten sus cosas, partimos hoy.

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—¿Puedo pasar? —se escuchó la voz de Odelia detrás de la puerta esperando una respuesta, la cual fue una afirmativa, decidió no quedarse mucho rato ahí, solo pediría lo que necesitaba—. B-buenos días, Levi.

—B-buenos días, Odelia —saludó el azabache intentando no despegar la vista de los papeles.

—¿De casualidad tienes los papeles para llenar los requisitos de mis soldados? —se acercó lentamente al escritorio, el azabache asintió y le entregó los papeles sin despegar la vista de su letra—. Gracias, n-nos vemos luego.

—Odelia —llamó el azabache cuando ella ya se iba a ir—. Trata de entregarlos e-esta tarde.

La castaña solo supo decir que si y salió del lugar, tendría que apresurarse a llamar a Connor y Samuel para que también se alistaran.

—Buenos días, capitana —saludaron Jean y Connie del sentido contrario que Odelia caminaba.

—Buenos días, chicos —les respondió Odelia —¡Esperen! —ambos chicos se giraron y colocaron su empuñadura en el pecho— Descansen. Necesito que se comuniquen con Connor Samuel y les digan que los espero frente a la oficina de... del capitán Levi.

—¡Recibido! —ambos chicos se fueron hacia las habitaciones de hombres, Odelia suspiró mientras regresaba a la habitación de mujeres.

—Bernhart, Ilmari. Síganme.

Ambas se miraron y se despidieron de sus demás compañeras, siguiendo a su capitana hasta la oficina de Levi.

La castaña tocó la puerta y recibiendo un "pase" como respuesta dejó entrar primero a las chicas y dejando la puerta abierta para cuando llegaran los demás miembros de su escuadrón.

—Cierra la puerta o se meterán las moscas —ordenó Levi molesto por la descortesía de su compañera.

—Te prometo que seré yo quien personalmente elimine a esas moscas —bromeó Odelia, ambos hicieron un contacto visual que fue interrumpido por las miradas curiosas de las chicas—. Faltan mis otros dos soldados, ¿quieres comenzar ya mismo o los esperamos?

Antes de que Levi pudiera emitir una respuesta, llegaron con ruidosos jadeos hasta la puerta Samuel y Connor, ambos se veían realmente cansados.

—Lamentamos la tardanza —se disculpó Samuel—. Los chicos estuvieron haciéndonos dar vueltas en todo el cuartel para buscar su oficina, capitán.

—Tch. Limpiense el sudor y entren, mocosos. Odelia —le llamó el azabache, ella se acercó instantáneamente a su llamado, Levi le entregó algunos papeles mientras le explicaba lo que debían llenar— esto será para enviar la solicitud y salir del cuartel lo más pronto posible.

—¿A qué motivo debemos explicar nuestro pedido? —preguntó Odelia leyendo el texto del papel.

—La apertura de una nueva oficina para la Legión.

—Entiendo —Odelia comenzó a firmar lo necesario para su propia hoja, entregando después a los demás sus solicitudes correspondientes—. Bueno, ya saben el motivo para llenarlo —todos tomaron las hojas escribiendo lo solicitado.

Levi carraspeo su garganta llamando la atención de la castaña, el azabache ladeo su cabeza para que se acercara a él y salir de la habitación, ambos con sigilo lo hicieron y cerraron la puerta caminando, alejándose un poco de la oficina y donde no hubiera tanta gente.

—La partida será mañana por la noche, pero debemos tener todo preparado —habló Levi casi en susurro, acercándose ligeramente hacia la castaña.

«Su aliento huele a fresco» pensó Odelia mientras aspiraba un poco del buen olor que emanaba Levi, se sonrojo bastante al darse cuenta de lo que estaba pensando y haciendo.

—D-deberíamos regresar con los chicos —musito la castaña.

—Pero aún no te explico lo que me dijo Hange —levantó su rostro para verla, dándose cuenta del espacio personal que le había robado a la castaña y de sus motivos para estar nerviosa y querer regresar, agachó su cabeza nuevamente y se maldijo por dentro por usar aquellas botas que le había regalado Hange, las cuales le hacían estar a la altura de Odelia—. T-tienes razón, deberíamos regresar —dijo alejándose de ella y apresurando su paso hasta su oficina.

—Podemos hablarlo en el desayuno —habló más alto llamando la atención de los que estaban alrededor, Levi se detuvo un instante y asintió levemente con la cabeza, continuando su caminata hacia la habitación del cuartel, Odelia suspiró antes de seguirle el paso.

—Te veo aquí para el desayuno —dijo Levi antes de abrir la puerta y cederle el paso a la entrada. Odelia asintió.

—¿Terminaron, chicos? —preguntó Odelia al entrar, todos dijeron que sí— Bien, pueden seguir en lo suyo, los llamaré para la hora del entrenamiento.

—Será en union con nuestro escuadrón el entrenamiento —interfirió Levi, Odelia dijo que si.

—Como lo hemos hecho desde antes —afirmó Odelia—. Artis, Ondine, vengan un momento.

Los otros dos se despidieron de los restantes.

—¿Qué ocurre, capitana? —preguntó Artis.

—Avisen a las demás chicas que partiremos mañana —las chicas se despidieron con un "sí" por respuesta.

Levi rompió el silencio antes de que este se volviera incómodo. Odelia se recargo en la puerta, deseando estar lo más alejada posible del azabache.

—¿V-vendrás con nosotros mañana?

—Sí. Debo avisar a mi hermana de esto y hablar con ella sobre mi... bueno, quizás lo sepas después.

—¿Está todo bien? —preguntó preocupado Levi, dando unos pasos hacia ella, pero dejando un considerable espacio entre ambos.

—Por supuesto. Debo ir por la comida —salió apresurada de la habitación dejando solo a Levi. 

Odelia suspiró frustrada, sentía que habían ocurrido muchas cosas en tan poco tiempo que era difícil de digerir. Caminó hasta el comedor y pidió los dos platos de comida, antes de salir del lugar se encontró con su hermana, quien la detuvo curiosa.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó Joelle tratando de tomar uno de los dos platos—. No debiste molestarte en traerme la comida, podía haber ido yo.

—N-no es para ti —agachó la mirada Odelia tratando de ocultar su sonrojo de la vergüenza.

—Entiendo... es para Levi, ¿no? Hange me platicó que últimamente son muy unidos, ¿pero no era ese el chico que decías que detestabas? —ladeo la cabeza confundida la pelirroja.

—N-no somos unidos, somos buenos compañeros —trató de defenderse la castaña.

—Quisiera un amigo así de bueno como tú, ¿por qué no lo invitas algún día a la casa? Estoy segura que Madre estaría contenta de verte casada con el hombre más fuerte de la humanidad, aunque creo en que Padre estaría en desacuerdo por su testarudez.

—Te he dicho que solo somos amigos, y no va más allá de eso —elevó su voz a un tono molesto.

—Como digas, pero recuerda que del odio al amor hay un solo paso.

—Ajá. Dilo frente a un espejo, a ver si dejas de odiar a Hange.

—Y-yo no odio a Hange-san —dijo la pelirroja mientras caminaba hacia la entrada del lugar, alejándose de su hermana.

—Yo decía lo mismo antes —grito Odelia.

—Eso significa que aceptas tus sentimientos —Odelia chasqueo la lengua molesta.

Caminó hasta la oficina de Levi, antes de que ella tocara la puerta, esta ya había sido abierta por el azabache, quien le cedió la entrada al lugar.

—¿Cómo sigues de tu pierna? —preguntó Odelia al verlo cojear un poco.

—Y-ya estoy mucho mejor, gracias.

Ambos tomaron asiento en el lugar y comenzaron a desayunar, los dos comieron en silencio hasta que terminaron, hasta que Odelia recordó algo importante.

—Oye, Levi. ¿Has podido resolver las cosas que llevaremos para irnos? Ya sabes, no solo comida.

Levi la miró confundido, sin saber a qué se refería. Odelia lo notó y trató de explicarle a lo que se refería.

»Es necesario para nosotras el tener nuestras propias telas adicionales, supongo que ya entiendes a qué me refiero —Levi negó con la cabeza y suspiró—. Para nuestros días de... florecer como mujer, ¿me entiendes?

—¿Has ingerido algo que te hace alucinar?

—Se ve que no tienes idea de nosotras las mujeres...

—No, pero si me explicas, podría ver qué puedo hacer.

Odelia sonrió asombrada del azabache, y emocionada comenzó a explicarle a Levi acerca de la gran diferencia que había entre hombres y mujeres, dejando sorpendido al ojigris.

—Me pregunto si a los hombres les ocurre algo parecido —dijo Odelia mirando expectante a su compañero en busca de respuestas, quien nervioso, estaba a punto de contestar.

Tocaron a la puerta repetidas veces y con fuerza, Odelia se acercó a la puerta preocupada, encontrándose con Historia delante de ella y completamente asustada y dejando un alivio en el azabache.

—M-me dijeron que podía encontrarla aquí.

—¿¡Historia!? ¿Por qué estás llorando? —preguntó preocupada Odelia haciéndola pasar, pero ella se negó—. ¿Alguien te ha molestado o te ha hecho algo? —la rubia negó—. ¿Te sientes mal? —ella asintió y se acercó a ella para susurrarle algo, Odelia escucho con atención y le habló a Levi, quien miraba con preocupación a ambas chicas— ¿Podemos usar tu baño por un momento? —se dirigió al azabache tomando de la mano a Historia.

—Cla-claro —dijo levantándose y abriendo la puerta del lugar—. ¿Necesitas ayuda en algo?

—Sí. Necesito que me consigas algunas compresas de tela con Hange, y si puedes hablar con alguna de las chicas de mi habitación para que me entreguen alguna falda o muda de Historia. Con urgencia.

Levi asintió y cerró la puerta de la oficina para trotar hacia el laboratorio de Hange, quien se encontraba con Moblit y Jo hablando de cosas que no entendía.

—Oye, cuatro ojos —llamó el azabache acercándose a ella.

—¡Enano! ¿Qué necesitas? —saludó Hange tomando un bocado de su desayuno.

—Necesito que me des unas compresas de tela para ya sabes qué.

Hange lo miró confundida—¿Acaso ya te llegó ese tiempo, enano?

—Tch. No seas idiota, son para... qué te importa.

—No te preocupes enano, estaba bromeando —soltó una carcajada sonora—. ¿Cuántas necesitas?

—No lo sé... las que necesite una persona para esos días —se cruzó de brazos molesto, había olvidado preguntar cuántas.

—Solemos usar unas tres —habló Joelle mientras le entregaba las compresas—. Aquí son tres, si necesitas más solo ven —sonrió levemente la pelirroja.

—Muchas gracias —salió rápido del laboratorio, escuchando de lejos que Moblit también preguntaba sobre aquello, se sintió aliviado al saber que no era el único sin saber sobre ello.

Continuó su camino hasta llegar al dormitorio de las chicas, llegó hasta la habitación de Odelia y tocó la puerta un par de veces, se giró para evitar ver hacia adentro cuando abrieron la puerta.

—¿Capitán Levi necesita algo? —era la voz de Sasha.

—Necesito que me entregues una prenda para las piernas para la mocosa Historia. Ha tenido un accidente... —balbuceo.

—¡¿Ella tuvo un accidente?! ¿Dónde está? —preguntó alterada la chica.

—No, mocosa. Ella solo ha... florecido como mujer, la capitana Odelia ya la está atendiendo.

—¡Oh! Ya le traigo su ropa —dijo la chica antes de entre cerrar la puerta.

Pasó al menos un minuto cuando la chica regresó a la puerta, entregándole una falda de la rubia, Levi agradeció y regresó a su oficina, estaba a punto de tocar cuando escuchó la conversación de las chicas:

—Me preocupe mucho cuando ví que me estaba desangrando, esto nunca me había ocurrido. Mi madre nunca habló conmigo y menos de eso, y había una chica que... no recuerdo mucho de ella e Ymir nunca me habló de eso, al ser con ella quien más me juntaba, nunca supe con mis demás compañeras sobre este tema. Pero me alegro de que sea normal.

—Es normal asustarse, pero como te platiqué, es algo natural en nosotras las mujeres, y aunque no lo parezca, estar en estos días demuestra que estás completamente sana y si lo deseas algún día, poder ser mamá.

—Jamás entendí ese tema, ¿cómo se hacen exactamente los bebés?

—Eh... quizás después te lo explique con calma, por ahora debes saber cómo usar tus compresas. Por cierto, ¿te duele mucho?

—Bueno, siento un poco de molestia en el estómago, pero no es muy fuerte.

—Entiendo, ¿ya desayunaste? —la rubia negó— Entonces te traere un té, eso ayudará a sentirte mejor —la chica abrió la puerta encontrándose con Levi, quien alzó las telas mostrando su trabajo hecho—. Gracias, Levi. ¿De casualidad tienes té de manzanilla? —Levi dijo que sí—. ¿Puedo pedirte un último favor? ¿Puedes calentar un poco de té? Por favor.

—Tch. Ahora tengo que ser su enfermera —susurró algo atareado, debía hacer sus labores rellenando papeles y ahora estaba cocinando y corriendo por Odelia.

Escuchó la voz de Odelia explicando lo que debía hacer la menor, pero le asustó el inesperado grito de Historia.

—¡Cómo que dura una semana y es cada mes! ¡Es mucho! —la voz serena de Odelia no le dejaba escuchar lo que decía, pero también se sorprendió de cuánto tendría que durar su tiempo— ¡Y esto es por muchos años! ¡Yo no podría soportar esto!

Levi dejó caer un poco de té al escuchar eso, tener que soportar eso por muchos años debía ser realmente doloroso. Ahora recordaba las épocas donde Isabel solía tener los mismos síntomas, pero nunca supo qué era y tampoco le dejaba que la ayudara. Le hubiera deseado tener a Odelia para que pudiera guiarse y ayudar a Isabel, aunque sospechaba que cuando conoció a Odelia, de seguro que la habría ayudado.

Sonrió levemente pensando en lo buena chica que era con todos, trataba a todas como una madre cuidando a sus hijos, su apoyo le recordaba a la amabilidad de su madre, era una buena mujer.

Tocó nuevamente a la puerta con la taza en mano, limpiaría después enseguida la mancha que dejó.

—Muchas gracias, Levi —sonrió la castaña, Levi ahogó una sonrisa al oír de fondo el sollozos de la rubia, estaba realmente confundida. Levi solo respondió con un asentamiento de cabeza y regresó a la cocina a arreglar lo que había hecho, tomó los platos que habían quedado de su desayuno.

Odelia continuó hablando hasta que Historia se calmó, ambas salieron del baño y Odelia guió a la puerta a la rubia.

—Recuerda lavar tus prendas y tus telas con agua fría primero y después caliente, así podrás quitar las manchas de sangre.

—Muchas gracias, Odelia-San —se limpió la rubia el rostro, sonriendo levemente hasta que salió del lugar—. Entonces, ¿esto me hace una mujer? —sonrió levemente.

Odelia negó y acarició la melena rubia de Historia—: Tú siempre has sido una mujer —la menor asintió levemente y se despidió saliendo del lugar, Odelia suspiró y volvió a hablar con el azabache—. Lamento haber tomado tu baño, era algo urgente.

—Supongo por lo que me pediste, ella está en esos días, ¿no? —preguntó Levi, Odelia afirmó que sí mientras se acercaba a limpiar la taza que usó Historia.

—Se espantó mucho, me alegro de haberla podido ayudar.

—Deberías de dar clase sobre eso a las chicas, les vendría bien un ejemplo femenino —sugirió Levi, Odelia agachó la cabeza sonrojada.

No dejaría de decir lo que pensaba y menos a aquella chica que cuidaba de todos, era alguien que merecía más reconocimiento por su esfuerzo, pero sabía que lo hacía a cambio de nada, cosa que la hacia sentir más admiración por Odelia y fluir otros sentimientos por ella.

🌸
Siendo sincera, escribí esto cuando estaba en mi periodo, y se me ocurrió la idea de cómo reaccionaría Levi al saber de este tema —si es que no sabía de esto— y personalmente me gustó cómo quedó. Espero que les haya gustado este capítulo y nos vemos pronto. (๑•ᴗ•๑)♡

P. D.: Con este capítulo empieza un pequeño maratón ¡felicidades por llegar al puesto número 1 en JeanKirshctein y llegar alas 2.000 vistas! Sin su ayuda esta historia no podría continuar y su apoyo es lo que ayuda a que esta historia siga creciendo y llegar a más gente o((>ω< ))o  espero que disfruten estos capítulos y nos vemos pronto ❤

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