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Capítulo 32

Un día después del incidente, la instalación perteneciente a la subdivisión de la policía militar en el distrito de Stohess, realizó una convocatoria para organizar los eventos acontecidos. El oficial convocado, uno de los altos mandos de la Legión de Exploración en la capital, fue puesto en espera por el momento, pero la exactitud de las decisiones tomadas por la Legión de Reconocimiento en su forma de accionar siendo cuestionada, mientras que su mano derecha también fue juzgada por diferentes cargos por parte de la policía militar.

—Erwin —llamó el jefe de distrito de Stohess—. Tengo unas cuantas preguntas en cuento al plan que has implementado. Si sabías con firmeza la meta que perseguías, ¿por qué no solicitaste a la policía militar por su cooperación?

—Jefe de distrito, nosotros no solicitamos su ayuda ya que eso era imposible, sabiendo donde se encontraba el espécimen femenino sus aliados podrían esconderla —respondió Erwin—. Para garantizar el cumplimiento de esta tan importante misión, solo aquellos cuya inocencia había sido probada podían participar en ella.

—Reconozco el hecho de que el titán hembra, Annie Leonhart, se había escondido entre los demás ciudadanos viviendo dentro de la muralla, pero aún así, ¿qué hay de los grandes daños ocasionados al distrito durante su captura?

—El plan era capturarla sin causar daños a los alrededores, pero desafortunadamente, algunas cosas se salieron de nuestras expectativas, por lo que propiedades y preciosas vidas de ciudadanos fueron perdidas. Nuestra falta de habilidad fue la causa, poe lo cual me disculpo profundamente —declaró Erwin—. Aunque, por otro lado, si nosotros hubiésemos dejado que escapara y la muralla hubiese sido destruida por sus cómplices, los daños que hubiesen sido ocasionados serían mucho más cuantiosos... fue por esa aterradora perspectiva que nosotros optamos por elegir el menor entre estos dos males.

—Pero, ¿ustedes tienen pruebas que comprueben que sus acciones realmente previnieron la extinción de la humanidad? Hubo muchas cosas implicadas en este asunto, como traición y desacato a la autoridad —dirigió su mirada hacia la castaña, quien observaba inexpresiva lo que ocurría—. Entonces, no pudieron conseguir ninguna información sobre Annie Leonhart, ¿verdad?

—Actualmente, ella sigue siendo detenida por nuestra custodia, bajo tierra. Desde que su cuerpo fue cubierto por un particularmente duro cristal, es imposible hacerle preguntas sobre información alguna —explicó Odelia tratando de defenderse—. Y suponiendo que hubo casos que usted también llama a juicio, creo que debería tambien juzgarse las corrupciones que se forman durante estas calles y la poca labor que hacen los policías encargados. Solo a excepción de quienes realmente desean cambiar la autoridad que compone a nuestra gente es a quienes no toman en cuenta y tienen que esforzarse el doble para erradicar a todos los que echan a perder la jerarquía que hay, incluso viniendo desde arriba, finalmente ellos son quienes más se libran de lo que ocurre, ¿no lo cree?

El hombre de bigote carraspeó incómodo, sabía a qué se refería Odelia con eso y "extrañamente" le había quedado el saco, algo que Odelia notó eso y sonrió internamente, era lo que quería.

—No, yo no pienso eso —intervino Erwin, tratando de que Odelia no hablara mucho para no tener más problemas—. Desde mi punto de vista, el hecho de que hayamos tenido éxito en la captura de una de ellos es valor suficiente. Porque esto comprueba indudablemente la existencia de personas como ella entre nosotros. Vamos a buscarlos a todos, hasta arrinconarlos. Todos los enemigos escondidos dentro de estas paredes. Todos y cada uno de ellos.

—¡Comandante Erwin! —entró de golpe a la habitación— ¡Tenemos malas noticias! ¡La Muralla Rose...! ¡LA MURALLA ROSE HA SIDO ATRAVESADA!

—Erwin, puedes retirarte. Solo ten cuidado de lo que pueda ocurrir después, no amenaces a la humanidad por tus ideales —finalizó el hombre.

Erwin y Odelia se fueron tan rápido como pudieron para tomar los caballos y dirigirse con los demás hasta el distrito Ehrmich lo más pronto posible, debían encontrar el hueco en la Muralla, había tardado la información en llegar que era probable que los titanes estuvieran dentro.

Odelia se dirigió junto a los tres soldados que fueron inmediatamente puestos en un escuadrón improvisado, Erwin le había ordenado en irse junto Levi y Hange y los tres chicos. Al no estar su escuadrón debido a la búsqueda de Orlantha, ella cuidarla de Eren, Armin y Mikasa.

—Eren, abrigate bien, hace frío de noche —la azabache le acomodó la capa.

Odelia sonrió observando en silencio la escena.

—Lamento el retraso —saludó Hange llegando junto a Levi el Pastor Nick y para sorpresa de Odelia, también William—. Me tarde más de lo que creí en prepararme.

Los cuatro observaron sorprendidos a los visitantes inesperados: dos miembros del culto de las Murallas, ¿qué podían hacer aquí?

—Líder Hange ¿por qué hay personas del culto de las Murallas? —se adelantó Armin en preguntar.

—¡Ah! Nick, William y yo somos mejores amigos, ¿verdad? —pasó su brazo por encima del pastor en un medio abrazo—. No les presten atención. Bueno, de todas formas, este escuadrón no tiene ninguna lógica ¿o sí, Levi?

—No, sí la tiene —respondió el azabache, quien disimuladamente miraba a la castaña que estaba frente a ella—. Erwin los eligió por alguna razón.

—¡Abran la puerta! —la voz de un soldado llamó la atención de todos, Erwin como siempre se colocó al frente.

—No está clara la situación de la Muralla Rose, pero todo está tranquilo hasta el distrito Ehrmich. Ahorraremos tiempo llegando a allá. ¡Adelante, avancen!

—Avancen —ordenó Levi al de la carreta, obteniendo un "Sí, capitán" por respuesta y comenzando a andar.

—Tú no sabes acerca de lo ocurrido, ¿verdad, Odelia? —preguntó Hange.

—No, ¿qué ocurrió?

—Debido a los estragos qué generó Annie al intentar escalar la Muralla de Stohess, la piedra cayó dejando ver en la cima la cara de un titán, como el colosal.

Odelia jadeo en sorpresa, era difícil poder procesar la información qué acababa de recibir, los gestos del Pastor Nick y William eran extraños, por no decir que preocupantes.

—¿Y el Pastor Nick y el señor William tienen algo que ver aquí? —preguntó Odelia.

—Sí, ellos sabían todo y se lo guardaron.

Los cuatro soldados jadearon sorprendidos.

—¿Ellos lo sabían? ¿Entonces sí hay titanes dentro de las Murallas y ellos lo supieron todo el tiempo?

—Así es —respondió Hange—. Sin embargo, no han querido decir una sola palabra. Por eso los traje con nosotros, para que vean la realidad. ¿Será que sus creencias son tan fuertes para dejarlos sin hablar, o verlo con sus propios ojos los hará cambiar de opinión?

—¡No, no, no, no! —exclamó Eren levantándose de su lugar y recargandose sobre la tabla de la carreta— ¡Esto es una maldita locura! ¡Si saben algo no deben callarse, digánoslo! ¡No hay nada más importante que evitar la extinción de la humanidad!

El chico tambaleo volviéndose a sentar en su asiento, mareado.

—Eren, tranquilizate. Aún sufres los efectos de la transformación —le ayudó Mikasa.

—¿De verdad es capaz de llevar a las personas a la muerte, incluidos los miembros de su culto? Muchos de sus miembros murieron en ese ataque, todos ellos murieron debido a sus locuras, ¿no cree que al menos debería pagarles ayudándonos con información? —intervino Odelia, dirigiéndose al Pastor Nick, depués pasó con William, observandolo dolida— William, ¿acaso no sufriste tras la muerte de Charlotte, no harías algo por su muerte?

—Hay muchas formas de obtener información —habló Levi apuntando dentro de su saco en dirección al Pastor y observando molesto al otro miembro del culto, aún recordaba a aquel hombre amenazando a Odelia años atrás—. Quizás ahora soy un soldado herido e inútil, pero todavía soy capaz de vigilar a estos hombres, y enserio espero que lleguemos a un acuerdo sin tener que dispararle a alguien. ¿Tú no?

—Las amenazas no funcionan, Levi. Créeme, ya lo intenté. Sin embargo, a mi parecer, este Pastor es una persona razonable. Por eso me pregunto si la razón por la que no habla es porque sabe algo más sobre el destino de la humanidad —comentó Hange.

—De todas maneras, es injusto que se esconda algo que puede servir a la humanidad —musito Odelia, bastante molesta y preocupada por todo lo que había sucedido y que personas como el Pastor Nick o William le escondieran algo tan importante.

Pasaron el rato en silencio, ninguno sabía qué de ir y Odelia estaba ensimismada preguntándose dónde podría estar su hermana. La voz de Levi la sacó de su pensamientos cuando habló:

—Hange —llamó Levi—. Te estoy hablando, cuatro ojos. ¿Desde cuándo te empezaron a gustar las rocas? ¿Es tu nuevo pasatiempo?

—Así es, ¿lo dices por esto? —le mostró una roca pecueliar, le pareció bonita a Odelia—. Aunque no es una roca cualquiera, es un trozo de la coraza de cristal que rodea a la titán hembra.

Odelia se mantuvo en silencio al no entender por completo de qué hablaban, no había podido ver lo que decía Hange cuando fue arrestada Odelia junto a Erwin.

—¡No se evaporó! —se asombró Armin.

—No, Annie volvió a su forma humana pero este fragmento que le tomé sigue intacto. Aunque lo aleje de ella, no desaparece. Como es tan inusual lo analice, resulta que su composición y textura son exactamente iguales a las que presenta un fragmento de la muralla. Esto indica que probablemente lo titanes que están dentro de las murallas actúan como pilares y que la superficie puede estar hecha de la misma coraza mineral.

—Significa que Armin siempre tuvo razón —comentó Mikasa sorprendida.

—¡Entonces...!

—¡No! Silencio. Espera a que termine de hablar —le interrumpió Hange a Armin colocando su palma sobre la cara del rubio— Tal vez tengamos algunos problemas para cerrar la abertura de la Muralla Rose, a menos que encontremos una roca del tamaño exacto para rellenarla, pero, tal vez, si Eren se transforma en titán y si aprende la habilidad de cristalizar su cuerpo, tal vez consiga cerrar la abertura.

—¿Quieren que yo cierre la abertura?

—Si al transformarte en titán creas el mismo material, la roca no desaparecerá aunque vuelvas a la normalidad. Ahora tenemos una nueva posiblidad ¿no lo creen?

—Creo que vale la pena al menos hacer el intento —expresó Odelia

—Además si logramos que eso funcione, podríamos recuperar la muralla María también. Con el método tradicional, es necesario llevar una gran cantidad de materiales, eso nos obliga a llevar caravanas de suministros fuera de la muralla. Pero, si no hubiera necesidad de llevar suministros llegaríamos a Shiganshina rápidamente. Propongo que lo intentemos esta misma noche.

—¿Esta noche? —preguntaron Hange y Odelia al mismo tiempo.

—Sí. Cuando los titanes están inmóviles —respondió Armin.

—Comprendo tu punto. Es verdad que un grupo reducido podría llegar sin problemas hasta la Muralla María. Incluso cuando parece que ya no tenemos salida, siempre queda un poco de esperanza —fijó Hange su mirada en la roca de cristal.

—Sí. Pero ahora mismo, eso depende de si Eren será capaz o no de reparar la abertura de la muralla.

Todos se giraron a ver al moreno que estaba bastante sorprendido, Odelia se dirigió a él:

—Eren, sé que te estamos pidiendo demasiado pero ¿crees poder hacerlo?

Eren se quedó instantes sin poder saber qué responder, Levi habló antes.

—Esto no es cuestión de si puede o no. No hay opción. Tienes que hacerlo.

—Levi —llamó Odelia—. No servirá de nada si se compromete, apenas conocemos lo mismo que él sabe de su titán, es pedirle mucho después de todo lo que ha hecho.

Odelia estaba preocupada, por dentro deseaba que se pudiera cumplir aquello que Hange y Armin ideaban, pero tampoco quería poner en riesgo a Eren, aún era un chico y entendía que apenas y entendía lo que había pasado en todo esta tiempo. Sería injusto pedirle imposibles.

—En esta situación, si la Legión depende de este plan descabellado, es porque no hay otro plan —respondió a Odelia, después se dirigió a Eren—. Así que tendrás que tener éxito.

—Sí —respondió Eren—. Lo haré, taparé la abertura de la Muralla. Tengo que hacerlo... Tenemos que descubrir qué hay en ese sótano —dijo Eren mirando la llave que tenía entre sus manos— si lo que mencionó mi padre es verdad, entonces ahí deben estar todas las respuestas.

—Estamos en Ehrmich —indicó Hange.

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—¡Todos en marcha! Debemos ayudar a nuestros compañeros antes de que sea tarde —indicó Erwin junto a Odelia de su juicio, donde finalmente fueron puestos bajo condición de mantenerse al margen de sus planes.

—Erwin, permíteme ir a mi distrito, quiero saber que estén bien —pidió una angustiada Odelia mientras tomaba su caballo para partir a donde le indicara el rubio.

Erwin suspiró sin saber qué hacer, antes de que pudiera decir algo, se acercó Artis, más desanimada de lo normal, algo que preocupó a Odelia al haberle pedido que buscara a su hermana.

—Capitana Baumeister... —musito la chica antes de comenzar a hablar— encontramos a su hermana, Orlantha —la castaña suspiró aliviada, estaba a punto de preguntar dónde estaba, pero el agarre de su mano por parte de Artis la hizo detenerse—. Yo lo siento... la encontramos muerta, no sabemos lo que ocurrió.

Por unos instantes Odelia dejó de respirar por la conmoción, su mente no trabajaba y lo único que escuchaba era a su corazón latir con fuerza.

—Odelia... —trató de calmarla Erwin abrazándola de lado, Odelia se quedó quieta ante su tacto, no sabía cómo reaccionar y cómo había pasado aquello. Si solo...

—¿Dónde está ella? —preguntó con un tono calmado la castaña.

—Está en la entrada de Stohess junto a los otros cuerpos reconocidos —respondió la pelicobre—. Puedo llevarla si quiere...

—No —interrumpió Odelia—. Envía a Samuel para que lleve su cuerpo a que le preparen lo necesario para su funeral y el viaje de mi familia a su funeral. Erwin, déjame escribir una carta para que Samuel la lleve consigo explicando lo ocurrido y vengan lo más pronto posible.

—Oda... —la miró triste el rubio—. Creo que tú deberías ir, son tiempos difíciles para ti y tu familia.

—No, solo déjame hacer mi trabajo, por favor —pidió la castaña subiéndose a su equino a punto de irse—. Regresaré de inmediato. Cuando regrese, espero que esté lista mi misión.

Sin que dejara decir algo a alguien más, comenzó a andar sobre su caballo alejándose de todos, Artis y Erwin observaron tristes por su reacción.

—¿Debería ir por ella? —preguntó Artis, Erwin se negó.

—Creo que lo que necesita ahora es tiempo para pensar, necesita estar sola para poder aclarar su mente. Cuando se sienta mejor, vendrá por sí misma. Llama a Samuel y que se encargue de lo que Odelia pidió.

—Erwin —llamó una voz a lo lejos, Levi se acercaba ambos soldados—. ¿Dónde está Odelia?

Ambos exploradores bajaron la mirada, se sentían impotentes de no haber podido hacer algo por ella: la mujer que sacrificaría su vida misma por el bien de los demás.

—Levi, su hermana ha fallecido —declaró Erwin.

La mirada atónita de Levi se fijó en el suelo también, no conocía mucho a la chica, pero en sus pocas veces que coincidieron observó que era una chica muy alegre y decidida.

—Ya veo —musito el azabache mientras caminaba para ir a buscarla, estaba seguro de que habría alguien más que cuidaría del Pastor Nick y William.

Su pierna comenzaba a doler después de tanto caminar, pero valió la pena cuando pudo divisar a la chica escribiendo algo en algunas hojas sueltas.

—Levi, ¿qué haces aqui? —preguntó sorprendida Odelia al asustarse al escuchar pasos cerca de ella.

—Lamento lo de tu hermana —se sinceró el ojigris.

—Orlantha debió ser muy fuerte hasta el final, siempre lo fue —agachó su cabeza ocultando su rostro de Levi, quien tomó asiento junto a ella—. Estoy consciente de que debo continuar mi camino sin lamentarme, pero es bastante dificil.

—Puedes llorar si lo necesitas —susurró Levi colocando una de sus manos sobre el hombro de la chica, quien negó con una sonrisa ladina en su rostro, alzando su mirada para observarlo, sin embargo, no era la misma mirada determinada que Levi tanto admiraba, estaba apagada.

—Estaré bien, solo debo ser fuerte. Porque, así es como sobrevivimos nosotros, ¿no?

Levi observó en silencio, sabía que sería difícil que ella pudiera desahogarse, no se sentía digno de poder hablar más allá del tema para no incomodarla, pero una vez más la sorpresa lo invadió al ver lo rápido que cambiaba el tema la castaña, como si aquella chica estuviese en un viaje sin destino.

»¿Sabes? Creo que he descubierto algo, pero no estoy segura de que sea correcto, últimamente no hago las cosas bien.

—Las situaciones imprevistas nos hacen equivocarnos, han sucedido muchas cosas en muy poco tiempo —declaró Levi tratando de animarla—. Si gustas, yo te escucharé.

Odelia sonrió sinceramente, él tenía razón, pero le costaba poder creer en lo que decía.

—Me llegó una carta de Orlantha donde habla acerca de sus compañeros de trabajo, decía que se llevaba bien con cinco en especial: Annie Leonhart, Hitch Dreyse, Marlowe Freudenberg, Boris Feulner y... Darío Inocencio. Siempre fue una chica extrovertida, no le costaba hablar con los demás y detestaba a la gente que era lo contrario a ella, a excepción de Annie Leonhart.

Le entregó la carta donde hablaba acerca de aquellos soldados de la Policía Militar:

"3 de Abril, 450. Querida Odelia:

Detesto en sobremanera tu poca comunicación que tienes conmigo, la mayoría de las veces soy yo quien tiene que rogarte para que me escribas respondiendo al menos mi carta. Pero no estoy para escribir sobre reproches, hoy es mi día de pago, por lo que deseo desplazarme en mis palabras:

Siempre te digo que mi trabajo en Sina es siempre aburrido, sin embargo, he trabajado con algunos reclutas que me han parecido bastante interesantes, no me malinterpretes, son buenos chicos a pesar de su corta edad a excepción de Darío quien es dos años mayor que yo, aunque para su edad se comporta como un viejo amagado, aunque creo que los otros dos chicos, Boris Feulner y Marlowe Freudenberg son más aburridos, encuentro a Hitch Dreyse muy divertida y coincido con ella en casi todo, pero aunque no lo creas, la que más me agrada de todos de Annie Leonhart, ella es la persona con el perfil de alguien a quien yo detestaria por su aburrida personalidad, pero hay algo en ella que me hace querer cuidarla y en este tiempo me he dado cuenta de la gran persona que es, aunque no es muy abierta con nosotros. Me gustaría que algún día la conocieras junto a Darío Inocencio, y no te vayas a enojar conmigo con la broma que diré ahora pero, si llego a morir, me gustaría que la conocieras y ayudaras, sé que ella es muy fría con todos, pero algo me dice que solo es un capullo de cristal, tratando de cubrirse de lo que puede lastimarla, es una buena chica y siempre creo en eso, por lo que deseo conocerla más a fondo y ayudarla al menos a tener una cita con alguien, es tan aburrida que solo una vez salió con alguien, dentro de poco también tendrá un posible reencuentro, espero que salga bien para ella, me ha platicado que sería con un chico que conocía de hace algunos años, suele escribirle seguido.

Aunque no lo creas, me parece que he comenzado a madurar y eso me agrada, así que la próxima vez que me veas, observarás a una Orlantha Baumeister transformada y desarrollada como persona (ojalá también de cuerpo).

Solo espero que te encuentres bien y me respondas pronto, avísame qué tal está todo allá.

Con amor,

ORLANTHA BAUMEISTER".

Levi suspiró al terminar de leer la carta, entregó el papel a su acompañante, quien esperaba por el azabache a que terminara de leer.

—Odelia, yo...

—Creo que no fui una buena hermana —le interrumpió la castaña, abrazando sus piernas y posando su mentón sobre sus rodillas, algo que le pareció tierno a Levi, pero decidió que no era tiempo para pensar en frivolidades—. Siempre le dejaba esperando por una carta y casi nunca le escribía, ahora me siento culpable de no haberla disfrutado como hermana... fue una buena chica. Y sabes, ahora me toca vengarla.

—Creo que eres una excelente mujer y hermana, te apoyaré en lo que decidas.

Odelia suspiró dejando salir una ligera sonrisa de sus labios, volvió su visita al papel y señaló un renglón, acercó la carta a Levi para que también lo leyera.

—¿Ves lo que dice aquí? —señaló uno de los últimos renglones—. Dice que ha hablado con un chico que conoce de bastante tiempo. Y ahora que lo recuerdo, alguna vez Shadis me prestó su expediente de cada recluta del ciclo 104, dos de ellos venían de la misma villa que Annie y sus expedientes estaban bastante vacíos a comparación de los demás cadetes —Levi la observó esperando su final, aun no entendía a lo que se refería la chica—. Creo que tenemos a sus cómplices.

El azabache abrió lo ojos en sorpresa, sin saberlo, Orlantha había dado una pista grande a lo que podía ser la aprehensión de sus cómplices, aquellos que castigaron a la humanidad al dejarla al borde de la extinción.

—Tenemos que informar a los demás de esto, hay que ir con Erwin y Hange.

Se levantó Levi del suelo y extendió la mano hacia la chica, se sentía agradecido de que la luz de la Luna fuera poca, cubriendo su sonrojo por la admiración que tenía por su gran trabajo, aún habiendo perdido a un ser querido. Ella lo había dicho: esa era su manera de sobrevivir, entregando su corazón a la humanidad, cumplía por completo el voto que hizo años atrás y Levi lo halagaba en silencio.

Odelia tomó su mano y se levantó de su lugar, ambos se subieron en el caballo de la chica y Levi tomando las riendas del equino comenzó a cabalgar, sintió una opresión en el pecho al sentir el agarre de la castaña sobre su cintura, continuó galopando, sintiendo la pesada respiración de ella sobre su espalda, estaba cansada de la situación y Levi lo comprendía.

Llegaron en pocos minutos junto a Erwin y los demás, ayudó a bajar a Odelia del caballo y antes de irse sostuvo su mano por unos segundos más.

—Puedes venir conmigo si quieres, tengo que cuidar del pastor Nick y William —sugirió Levi, Odelia negó, sorprendiendo una vez más al ojigris.

—Debo obedecer a Erwin en lo que me vaya a pedir, sé que harás bien tu trabajo. Regresa con bien después —pidió la castaña antes de despedirse de él—. Gracias, Levi.

Odelia se alejó y a los pocos segundos Hange se acercó a ella.

—Oye, Levi. ¿Cuál es tu opinión acerca de los ojos de Oda, aun te parecen lindos? —preguntó con preocupación la gafuda, se había enterado de lo que ocurrió con la hermana de Odelia y pudo notar el poco brillo en los ojos de la capitana Baumeister, pero se percató del extraño brillo que Levi y Odelia tenían al estar juntos.

—Creo que con su fuerza de sobrevivir se se han vuelto más bellos que antes —declaró siguiendo con la mirada a la chica que se alejaba para estar ahora con Erwin, chasqueó la lengua al darse cuenta de lo que había dicho, sabía que Hange molestaría con eso, pero para su sorpresa, ella estaba dormida de pie, le causó gracia—. Cuatro ojos, despierta —le dió un leve golpe en la cabeza haciéndola sobresaltarse—. Debemos irnos. Además, Odelia tiene algo para ti.

Con eso despertó a la castaña y comenzaron su camino, sin saber lo que se vendría después. Poco tiempo después la castaña se fue junto a los demás soldados urgentemente, dejando a Levi solo con el Pastor y William.

—La chica que venía con nosotros era la soldado Baumeister, ¿no? —preguntó el Pastor Nick.

—Sí, es una hija de la familia Baumeister.

—¿Tienes algún problema con ella? —inquirió Levi.

—No. Pero simplemente dile que debe cuidarse, hay muchos secretos que nosotros no podemos revelar, pero incluso a pesar de todo lo escondido, puedo decir que su propia familia sabe de qué estoy hablando, no puedo decir más al respecto —expresó William.

Se mantuvieron en silencio, Levi dirigió su mirada a la chica que ahora hablaba con Erwin.

—Erwin, debo hablar contigo —le llamó Odelia.

—¿Qué ocurre, Oda? —preguntó suavemente el rubio.

—Estuve hablando con Levi y creo que...

—¡Capitana Baumeister! —llegaron Ondine, Connor y Samuel para abrazarla, se habían enterado de lo que sucedió con su hermana y se sentían profundamente dolidos.

—Chicos, ¿están bien? —preguntó preocupada la castaña correspondiendo su abrazo—. Samuel, lamento lo que te voy a pedir...

—Capitana, todo sea por usted, siempre la apoyaremos —sonrió sinceramente el trigueño mientras tomaba la carta que Odelia le extendía, colocó su puño en el pecho despidiéndose.

—Chicos, ustedes se quedarán conmigo, esperaremos indicaciones de Erwin —indicó la castaña—. Pueden descansar si quieren, será un día muy largo.

Artis llegó con los demás, se colocó a un lado de Ondine.

—Capitana, cuenta con nosotros en todo lo que necesite —apoyó Artis a su superior.

—Gracias chicos, lo sé y estoy agradecida por eso. Por ahora descansen, tienen que estar listos para lo que pueda ocurrir. Por allá están los demás soldados —señaló la castaña y los tres se fueron.

—Ellos te aprecian mucho —habló Erwin—. Y eso que solo se conocen de hace unos meses.

—Es como si fueran mi segunda familia —continuó Odelia mientras miraba cómo se iban a sentar junto a los otros soldados.

—Odelia, creo que sería buena idea que fuéramos a pedir refuerzos a las Tropas de Guarnición y la Policía Militar.

Odelia lo miró sorprendida, aunque quisiera dormir por lo que le restaba de vida, sabía que era momento de mantenerse más alertas que nunca, pedir ayuda era por algo grande, y sospechaba preocupada al pensar de qué podría tratarse como para pedir refuerzos.

Mientras tanto, los soldados de la capitana Baumeister tomaban asiento esperando indicaciones, en medio se sentó Ondine y recargo su cabeza en el regazo de su compañera, a quien tomó por sorpresa.

—Oh, sí. Tus piernas son más acolchaditas que las de Connor —susurró Ondine mientras comenzaba a cerrar sus ojos para dormirse.

—Qué tienes en contra de mis piernas, idiota —se quejó Connor mientras comenzaba a cabecear.

Era tan alto que a pesar de estar en un asiento al lado de Ondine, alcanzaba a recargar su cabeza en el hombro de Artis, quien suspiró al ver como ambos se quedaban dormidos al instante.

—Parecen niños pequeños —sobresalió una voz al lado de la pelicobre, quien se giro a ver quién le hablaba, era un chico quizás un año mayor que ella, le llamó la atención su extraño cabello color bicolor.

—Lo parecen, y quizás lo sean, pero son buenos chicos —acarició la melena despeinada de Ondine, algo que le pareció tierno al bicolor.

—Me llamó Jean Kirschtein —extendió la mano como forma de saludo, la pelicobre le respondió.

—Artis Bernhart —respondió la pelicobre.

—M-me parece lindo tu cabello —bajó la mirada sonrojado.

—Gracias, el tuyo me parece extraño, pero bonito también —sonrió levemente ante el cumplido de su cabello, nadie se lo había dicho, haciéndola sonrojar también.

Continuaron hablando durante bastante tiempo hasta que llegó el amanecer, Artis se quedó dormida sobre el hombro del bicolor y él recargaba su cabeza sobre la de ella, Connor y Ondine ya se habían despertado y estaban dibujando la escena.

—Lo que le espera a Artis, tendrá que explicarnos esto —sonrió Connor mientras continuaba dibujando la escena.

El bicolor fue el primero en despertarse, observando a la chica que descansaba sobre su hombro. Observó a su alrededor, dándose cuenta de que ya a había amanecido y que varios de sus compañeros, entre Mikasa y Armin no estaban. Giró su cabeza encontrándose con las miradas pícaras de Connor y Ondine, Jean se aclaró la garganta, incómodo y sonrojado.

—No diremos nada, solo queremos que la hagas feliz —bromeó Ondine—. Pero nosotros nos quedamos con esto —alzó el dibujo casi terminado de ellos.

—¡O-oye! —quiso levantarse de su lugar, pero tampoco quería despertar a Artis.

Escuchó un ligero susurro por parte de la pelicobre, observó cómo ambos chicos se alejaban entre risas y se resignó a quedarse un rato más así.

Tras unos minutos observando el rostro de la pelicobre, ella se removió en su lugar comenzando a despertarse, miró a su alrededor con los ojos entrecerrados y dirigió su vista al chico que estaba a su lado observandola. Volvió a sonrojarse al recordar sobre dónde durmió.

—Gracias por no moverte, pude descansar —se rascó la cabeza con nerviosismo la pelicobre.

—Yo también descanse —titubeó el bicolor.

—¿Has visto a mis compañeros? —preguntó girándose a su alrededor buscándolos con la mirada.

—M-me parece que se han ido.

—Ya veo.

El mundo comenzó a moverse, Erwin y Odelia subieron con el Comandante Pixis a hablar, aunque estaba algo ebrio, algo que le molestó a la castaña por la situación.

—¡Comandante Pixis! —llamó el rubio hacia el de bigote, ambos subieron a la muralla de Trost.

—Oh, Erwin. Escuché que atrapaste algo, ¿y quien es esta linda señorita que te acompaña?

—Odelia Baumeister, creo que no me recuerda —sonrió levemente la castaña.

—Quizás no te conocí bien, porque no olvidaría a una belleza como tú. Pero volviendo al tema...

—Sí —respondió Erwin—. Pero eso es por lo que fuimos capaces de continuar.

—Pero eso es lo que la gente en la central piensa, ¿no? Con sus costumbres anticuadas y resolución de sí mismos.

—Sí, de hecho, por favor mire —señalo Erwin hacia abajo, habían comenzado a llegar los policías militares.

—Incluso la Policía Militar se ha visto obligada a venir a ese lugar lleno de titanes —comentó la castaña.

—En ese caso, no dispondrán de nuestra ayuda, ¿no? —bebió Pixis de su petaca, enseguida recibió un golpe por parte de su subordinada Anka, haciéndolo parar de beber.

—¿La soldado Baumeister donde se encuentra? —preguntó preocupada Odelia.

—Está en el grupo de Hannes, debe estar en la muralla junto a los demás.

—¡Comandante Pixis! —llamó uno de los soldados subiendo a la muralla—. El Cuerpo de Exploración ha regresado —informaron.

Bajaron apresurados a recibir la información que les dieran, el soldado apenas y podía respirar bien.

—No pudimos encontrar un agujero o cualquier anomalía en la Muralla.

—Ya veo, así que después de todo es verdad...

—¡Pero tenemos una mala situación! —interrumpió al calvo y continuó hablando— Cuando estábamos regresando a Trost, nos encontramos con el grupo de la Legión de Exploración liderado por Hange, entre ellos estaban algunos de los nuevos reclutas no equipados de la tropa 104, pero entre esos miembros, tres de ellos ¡son titanes!

—¡¿Qué dices?! ¡¿Hay titanes entre ellos?! ¡¿Tres?! —preguntó alterado Jean, Artis trató de calmarlo posando su mano sobre su espalda— ¡¿Quiénes son?!

—Jean, espera —intervino también Erwin tratando de mantener la calma, pero era difícil en una revelación como esa— ¿Qué pasó después de que ellos se revelaran?

—El Cuerpo de Exploración comprometió al Titán Colosal y al Acorazado en la batalla. Para cuando nos unimos a la batalla, la conclusión ya estaba... ¡Han secuestraron a Eren Jaeger!

El silencio inundó el ambiente, Odelia apretó sus puños sintiendo impotencia por cada palabra que resonaba en su mente, se había prometido proteger al muchacho, pero cada vez era más difícil poder encontrar un punto de paz y libertad.

—Alisten sus caballos ¡partiremos con los demás y recuperaremos a Eren Jaeger!

Todos respondieron al unísono, perderlo significaba la perdición de la humanidad, y tampoco aquel adolescente merecía lo que vivía, aun no sabían lo que ocurría, pero Odelia sospechaba que algo más grande que esto sucedía y caía en manos de un chico.

Antes de avanzar un paso más, la áspera mano del azabache la tomó por sorpresa, deteniendo su caminar.

—Vuelve viva, es una orden —pidió Levi antes de dejarla ir soltandola, a ambos les había dolido esa ausencia de sus pieles siendo tomadas. Odelia asintió y dirigió una última mirada al azabache antes de que comenzara a cabalgar junto a Erwin y los demás.

Apenas comenzaba la lucha contra la humanidad.

🌸
Hasta ahora, este es el capítulo más largo además que mañana habrá una sorpresa 👉👈 ¿Les gusta que sea así o prefieren más cortos los capítulos? Espero sus respuestas en sus comentarios. Cuídense y nos vemos pronto. ♡

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