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Capítulo 31

El plan ya había sido asignado, el escuadrón de Odelia esperaban a la señal que dieran los soldados, estaban presenciando toda la escala que hacía el trío de amigos hablando con la portadora del titán hembra, sin embargo, el destello de luz que provenía de ella les hizo saber que no había funcionado el plan de Armin para atraparla, aunque ellos tampoco sabían la identidad de la chica buscada.

—¡En marcha! —gritó Ondine a punto de usar su equipo, pero la mano de Artis la detuvo.

—¡Debemos esperar a la capitana Baumeister!

—Pero ella está con el comandante Smith —intervino Connor.

—Me refiero a la capitana Orlantha Baumeister —rodó los ojos la pelicobre—. Nuestra capitana nos ordenó esperarla.

—¡Pero nuestra división y nuestros compañeros nos necesitan! —agregó Samuel.

El chico tenía razón, la pelicobre dudó en si avanzar o no, pero a lo lejos la voz de la pelinegra los hizo reconocerla y comenzar a avanzar junto a sus compañeros.

—Debemos tratar de detenerla —indicó Orlantha, a lo que los demás asintieron—. No se separen y ayuden a los que puedan. Sobrevivan, es una orden.

—¡Sí! —gritaron los cuatro al mismo tiempo.

La pelinegra comenzó a preocuparse al no encontrar entre sus subordinados al equipo de Annie y los demás, desde hace unas horas no las había visto, ese día iba a descansar y salir con alguien por segunda vez, buscaba con la mirada entre las personas que escapaban, pero no podía encontrar a la chica, dándose por vencida y continuando su trabajo.

—Iremos con la líder Hange, Connor tiene que ayudar en su captura, ¿no? —el chico gritó que sí en respuesta—. Apresursense a llegar.

Llegaron instantes después de que la titán comenzara a destrozar la ciudad, entre sus escondites llegaron junto a los demás soldados, quienes esperaban de Aaltonen e Ilmari.

—¡Canijos, dónde estaban! Apresurense, hemos previsto que las balas no funcionan, ¡Connor, ayuda! —gritó alterado Moblit en cuanto llegaron los cinco soldados.

—¡Ya voy! —comenzó a trotar el chico llegando a los barriles de carga, poco faltaba para que la titán pasara frente a ellos.

—¡Apresurate, Connor! —Ondine también le ayudaba, pero su temblor de manos lo hacía tardar mucho en apurarse a Connor, la morena sonrió cuando notó el fallo— ¡Ya está! ¡Connor!

Ambos se levantaron de sus asientos una vez que conectaron todos los cables y agregaron más pólvora, los pasos de la gigante se escuchaban cada vez más cerca y el suelo retumbaba.

—¡Fuego! —gritaron una vez que la titán pasó de nuevo frente a ellos, esta era su revancha por haberles arrebatado a sus compañeros y amigos y poner en peligro a sus queridas Artis y Odelia.

Las balas de los barriles se dispararon incrustándose en los puntos de la titán, dejándola inmóvil sobre el suelo. Hange bajó quedando frente a frente con la titán, los cuatro subordinados de Hange y su hermana quedaron más atrás observando con atención.

—Hay algo de esto que no me convence —comentó Connor observando con detenimiento a la tiran hembra, los demás voltearon a verlo.

—¿De qué hablas? —preguntó Orlantha.

—Son muy pocas balas, ¿no? —observó Ondine, a lo que Connor asintió.

Como si de adivinar se tratara, tras esas palabras un estruendo se escuchó y el polvo comenzó a levantarse, dejando al descubierto que la titán se había zafado de su agarre pateando los barriles de carga y a varios soldados, dejándolos heridos.

—Maldición —susurró Orlantha acercándose a los heridos tratando de ayudar— ¡Sigan, me quedaré a ayudar!

—Pero...

—Los veré luego —interrumpió Orlantha a Artis, quien suspiró y junto a los otros cuatro emprendieron su vuelo persiguiendo a la titán hembra—. Annie, estoy segura que tú ayudarías mucho aquí —susurró la pelinegra observando el caos que había ocurrido.

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Observaba afuera del carruaje a las personas pasar, parecía ser un día normal como cualquier otro para el distrito de Stohess, sin embargo, dentro de poco cambiaría la situación y no sería de una manera agradable.

Frente a ella se encontraban Nile y Erwin, a su lado estaba Levi quien también se estaba poniendo impaciente al ver los movimientos nerviosos de la castaña.

El frío contacto de la mano de Levi sobre la de ella la hizo girarlo a verlo, su semblante le mostraba calma y aquellos orbes grises le pedían que confiara en él. Soltó un suspiro y cuando logró calmarse, el azabache alejó su mano de ella, dejando ese hueco de calidez que ambos tenían.

—¿Qué tal están las cosas en casa? —preguntó Odelia al sentir demasiado incómoda la relación entre Erwin y Nile, este respondió sin muchos ánimos:

—Todos en casa están bien, los señores Baumeister gozan de buena salud.

Cambiaron de tema al no saber de qué hablar, por lo que Nile inició la conversación, sintiéndose culpable por las frías respuestas que le dio a su cuñada:

—Orlantha es una excelente capitana, se parece mucho a sus hermanas —sonrió nervioso ante la extraña seriedad de su cuñada, a lo que ella solo volvió a sonreír como respuesta.

Permanecieron unos minutos en silencio, momentos que se les hicieron eternos a Odelia, habían pasado unos días después de aquella reunión y estaban seguros de que esto podía salir bien, pero tendrían que sacrificarse muchas vidas si había algún inconveniente, tener a la titán hembra en Stohess les daba la ventaja de acorrarla con las murallas, pero era demasiado sospechoso que evacuaran a los ciudadanos, además que la Policía Militar no tenía idea del plan de Erwin y la Legión, solo existía una capitana que tenía conocimiento de ello y que les ayudó a crear su plan dentro del distrito: Orlantha Baumeister.

Los caballos se detuvieron y ambos Comandantes salieron a ver lo que sucedía afuera, detrás de ellos salió Levi y con esfuerzos también Odelia, quien pudo bajar mejor gracias a la inesperada mano del azabache para hacerla bajar, algo que consternó a la castaña.

Odelia se preguntaba de quién sería aquel destello de luz titánica y cuáles serían las noticias que daba aquel humo gris que emergía a lo lejos de donde estaban, ¿serían buenas o malas? Deseaba que fueran lo primero, todos alrededor de ellos también se habían dado cuenta ya de aquella señal, y ni se diga de lo que estaría ocurriendo allá.

—¿Qué? —jadeo Nile preocupado de lo que podía ocurrir— ¡Escuadrón Convoy! —llamó a un grupo de soldados que se encargaban desde los techos— ¡Nosotros nos encargaremos aquí! ¡Ustedes vayan a ver qué sucede allá!

Los soldados contestaron afirmando mientras se alejaban entre las altitudes de los edificios.

—Nile —llamó Erwin a su lado, haciendo la misma pose que sus compañeros mirando hacia arriba—. Despacha a todas las tropas disponibles, de inmediato, bajo la suposición de que los titanes han hecho su aparición.

—¡¿D-de qué diablos estás hablando?! —giró a verlo Nile alterado— ¡No hay forma de que un titán pueda aparecer aquí! Erwin... tú solo dime... ¿qué es lo que estás tratando de hacer?

El carruaje donde estaba "Eren" se abrió de golpe bajándose el bicolor de aquella carroza.

—¡Alto! ¡No te muevas, Jaeger! —ordenó uno de los policías que escoltaban el transporte.

—¡Estoy harto de este disfraz! —exclamó el moreno quitándose la peluca de su cabeza— ¡No vuelvas a llamarme así, idiota! —gritó mientras se acercaba a los tres soldados de la Legión—. Comandante, yo también me voy.

—El escuadrón 4 te dará tu equipo —respondió el rubio, obteniendo un "¡Recibido!" como respuesta.

—Es bueno que tengas tanta energía, pero recuerda mantenerte con vida —añadió el azabache.

—¿Qué significa esto? ¿Erwin, Odelia? —preguntó preocupado el pelinegro.

—¡Aquí tiene, Comandante! —llegaron algunos soldados de la Legión entregando los equipos tridimensionales a los soldados.

—Buen trabajo, soldado —agradeció Odelia.

—Que me siga todo el que pueda moverse. Nos reuniremos con el equipo de captura —ordenó el rubio una vez se colocó el equipo, se giró hacia la castaña, quien también le seguía—. Tú te quedas con Levi, Odelia.

—Mi equipo y mi hermana están allá —replicó con seguridad la castaña siguiéndole el paso, dejando atrás al de traje.

Frente a ellos se colocó el pelinegro, impidiendo su paso.

—¡Alto, Erwin y Odelia! —gritó cargando su arma y apuntando al rubio, los demás soldados alrededor hicieron lo mismo—. Sus acciones representan claramente una traición a la Corona.

—Nile, ¿acaso tienes tan poco cerebro como barba? Parece que no entiendes lo que está pasando —habló Levi.

—¡Quítense el equipo, ambos! —ignoró Nile a Levi— ¡O serán tomados como traidores! ¡No dudaremos en disparar!

—Nile, podemos hablarlo —trató de calmarlo Odelia, quien se colocó en medio de ambos hombres.

—¡No podemos hablar nada! ¡Lo que han hecho se considera traición!

—¡Comandante Dok! —llegaron dos soldados para explicar la situación, los otros cuatro escucharon con atención.

—¿Dos titanes peleando entre ellos? —preguntó preocupado el pelinegro.

—Sí, los daños a la ciudad son inimaginables —explicó uno de ellos—. Hay bajas civiles y militares.

Con enojo volvió a apuntar hacia el rubio, más alterado que antes.

—¡Erwin! ¿Todo esto se debe a tu plan?

—Así es. Fue una planeación mía. No pretendo excusarme —respondió el rubio.

Nile se acercó a él ignorando los empujones que le daba Odelia para que no se acercara a Erwin, pero fue en vano al observar cómo tomaba al rubio de la camisa.

—Sabías lo que pasaría si llevabas a cabo tal misión en plena ciudad. ¿Cómo pudiste hacer esto? —reclamó Nile.

—Para que la humanidad salga victoriosa.

—¡No seas absurdo! —tomó su arma apuntando hacia el rubio.

—¡Nile, entra en razón! —pidió Odelia colocándose en medio de ambos hombres.

—Podría ejecutarte aquí mismo y los superiores no se quejaran.

—Hazlo si lo deseas, pero quédate al mando —tomó Erwin a Odelia del brazo para sacarla del medio, colocándola a un lado del azabache, quien de la misma manera tomó la mano de la castaña, tratando de calmarla, el rubio continuó hablando—: No dejes escapar a la titán hembra. Paehl se encarga de formar, y Vyler, de los suministros. Coordínate con ellos para llevarla hacia la muralla del este.

—¡Espera, espera! —interrumpió Nile—. ¿De verdad crees que es lo mejor para la humanidad?

—Confío en que es un paso adelante.

Un hilo de sudor corrió por la frente del pelinegro hasta llegar al mentón, rendido, bajo las armas y los demás le siguieron.

—¡Bajen las armas y esposenlos! Desplieguen todas las tropas. Su prioridad es rescatar y evacuar a los civiles. Erwin, Odelia: sus castigos se decidirán en un juicio.

—Cuando esto acabe, lo aceptaré con gusto —repuso Erwin—. Levi, tú no hagas nada. Odiarías morir en vano.

—Sí, odio la muerte en vano, ya sea mía o la de otros —dijo apretando su agarre a la castaña.

Los soldados militares hicieron que ambos se separaran de su agarre, la mirada de Odelia mostraba su miedo, pero con solo ver a Levi, sentía que la mirada del ojigris la calmaba. Sonrió mientras era esposada y comenzaron a caminar hacia donde serían juzgados, en la lejanía no dejaba de observar a Levi, hasta que fue sometida a ver hacia el frente.

—¡Levi, encárgate de Eren, de mi escuadrón y mi hermana! ¡Confío en ti! —se despidió Odelia mientras caminaba a la par de los demás soldados en silencio, después de todo, nada detendría a su plan ahora y las posibilidades de capturar a la titán hembra eran mayores.

—Tch. Pides mucho, mocosa.

Cruzaron el puente, donde comenzaron a tener una mejor vista de la situación: el titán de Eren estaba peleando contra la titán de Annie, siendo este quien comenzaba a tener la ventaja. Ambos eran lanzados y golpeados el uno por el otro, pero todos se asustaron cuando Eren lanzó directo a Erwin y Odelia y los demás el brazo de la titán hembra, quien trató de escalar la muralla pero gracias a la rapidez de Mikasa y Artis en cortar sus extremidades la dejaron caer.

—¡Eren! —gritó Odelia preocupada al ver que el chico titán estaba a punto de comerse a la traidora.

Un destello iluminó el distrito, debido a la poca visibilidad la castaña solo pudo observar cómo el cuerpo de la titán hembra se fusionaba con el de Eren, se preguntaba cómo era posible eso. La calma volvió a ella al ver que Levi se encargaba de Eren sacándolo del gigante cuerpo.

La castaña comenzó a correr para llegar hasta ahí, tenía un muy mal presentimiento. A pesar de que le gritaban por detenerse no hizo caso hasta llegar ahí y observar lo que ocurría: Annie Leonhart estaba en una especie de congelamiento.

Todos llegaron junto a ella, Levi se acercó también hasta la altura de ambos soldados esposados.

—No se puede decir que tuviéramos éxito —dijo Levi.

—Al contrario —replicó Erwin—. Aseguramos la existencia de la Legión, aunque por muy poco.

—Eso espero.

Antes de que comenzaran a avanzar, los gritos desesperados de Artis hicieron detenerse a Odelia.

—¡Capitana! —llegó corriendo la pelicobre tomando bocanadas de aire para hablar— La capitana O-orlantha Baumeister está desaparecida.

Sí. Habían asegurado muchas cosas, pero las pérdidas fueron mayores y dolorosas.

🌸
¿Ustedes qué creen que haya pasado con Orlantha? 👀 Los leo en sus comentarios y nos vemos pronto 💗

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