Capítulo 22
Destrucción. Miedo. Muerte
—¿Cómo es posible?
Se preguntaba repetidas veces Odelia, mientras más se acercaban a la Muralla de Trost, se daban cuenta que esta fue abierta como hace cinco años.
—¡No permitan que más titanes intenten entrar! ¡Atacaremos por afuera! —indicó Erwin al ver que el gran hueco que había en el muro era cubierto por una red para improvisar que no entraran más titanes.
—¡Erwin! —llamó Hange colocándose a su izquierda—. ¡Podemos capturar a un titán aquí!
—¡Primero aseguraremos la zona, después llama a Odelia para que te vigile!
Recibió un sí como respuesta y volvió a alejarse. Los soldados se acercaban a la muralla, todos alzaron sus espadas para pelear, la lucha contra los titanes comenzaba ahora.
—¡No saben lo que les espera! —exclamó molesta Odelia cortando con fuerza la nuca de un titán. Se sintió feliz al ser su titán en solitario. Corrió hacia otros titanes ayudando a sus compañeros— ¡Se metieron con los soldados equivocados!
—¡Odelia! —llamó la voz del azabache detrás de ella, no se había percatado que un titán se acercaba peligrosamente a ella—. Pon más atención y deja de gritar como loca —se alejó dándole la señal de que lo siguiera, molesta, ella hizo caso, antes de ir con Erwin, Levi se acercó colocándose frente a ella—. ¿Estás herida? —buscó rasguños o heridas, pero ella se quitó.
—Estoy bien —habló Odelia caminando, Levi fue delante de nuevo para mostrarle el camino. A lo lejos, Erwin los esperaba no con buenas caras.
—Los titanes lograron entrar en Trost —fue lo primero que dijo el rubio cuando ellos estuvieron cerca—. ¿Hay que ayudar allá adentro, pueden trabajar juntos en esto? Levi, tu escuadrón también irá contigo.
Ambos afirmaron y salieron disparados por el propulsor de su equipo. El azabache llamó a sus subordinados, en su espera, deseaba entablar conversación con la castaña, pero no sabía qué decir y tampoco cómo reaccionaría ella. Comenzó a hablar cuando todos estaban:
—Yo iré por la derecha, te dejaré a cargo de Aururo y Gunther, Petra y Eld me ayudarán, usen las bengalas si necesitan ayuda —iba a irse Oda, pero volvió a hablar—: no mueran aquí —dijo mirando precisamente a Odelia, quien se molestó al pensar a qué se refería.
—Entendido —hablaron todos al unísono y se dispersaron entre los aires.
Odelia soltó un pesado suspiro entre sus labios, observando la destrucción que había en aquel lugar, era exactamente como hace cinco años. Apretó sus sables y cayó de pie sobre uno de los techos de las casas, seguida de Auruo y Gunther, esperando órdenes de la castaña.
—No se separen —giró su cabeza sobre su hombro para ver de reojo a los chicos, volvió a mirar a sus alrededores—. Dos titanes comunes, uno de cinco y otro de cuatro metros a la izquierda, otro normal de siete metros a la derecha —meditó lo que podrían hacer, pero otra cosa se le ocurrió—. ¡Manténganse aquí y eviten asesinarlos! ¡Iré por Hange!
—¡Pero señorita Odelia! —replicó preocupado Auruo.
—¡Acaten mis órdenes, volveré pronto!
Enganchó su equipo tridimensional sobre una de las murallas, usó el gas necesario para ir a una velocidad considerable, buscando con la mirada a Hange.
—¡Odelia! —la llamó la castaña desde la muralla, ella se impulsó para alcanzarla—. Hemos limpiado la zona, Erwin me dijo que cuando terminara, fuera contigo a tomar algún titán.
—Ya tengo a los candidatos perfectos, sígueme con tu equipo, dejé al mío solo y no quiero que los coman.
Hange llamó a Moblit y los demás, Odelia se adelantó regresando con sus compañeros de equipo, el titán de cinco metros resultó ser excéntrico y estaba a punto de lanzarse sobre los dos chicos. Los rápidos cortes de Odelia sobre el titán en su nuca lo hicieron caer a un metro de los dos chicos, quien uno de los dos se mordió la lengua del susto.
—¡¿Qué hacemos ahora, Odelia?! —inquirió preocupado Gunther al ver que los titanes se acercaban.
—Esperaremos a que venga la ayuda, pero debemos esperar a que estén más cerca y no se desvíen —comenzó a mover sus brazos llamando la atención—. ¡Hey, por aquí, idiotas!
—¡¿Pedo acafo quiedes que te coman?! —exclamó Auruo con su lengua lastimada.
—¡Cierra la boca y haz lo que hago! —repuso Odelia, sonriendo de que el titán de siete metros se acercaba a ella— ¡Llamen al de cuatro metros, que no escape! ¡Confíen en mí!
Los dos chicos se observaron sorprendidos pero terminaron haciendo caso a lo que hacía ella, logrando con éxito que los gigantes pasos se dirijan a ellos.
Hange, apúrate; pensó Odelia mientras veía cómo el titán estaba a unos metros de ella.
—¡Ahora! —se escuchó la emocionada voz de Hange.
Algunas luces fugaces enceguecieron a los tres chicos. Abriendo sus ojos, se dieron cuenta de que los titanes ahora estaban sobre el suelo, siendo atrapados por redes y púas incrustadas en sus cuerpos para dejarlos inmovilizados.
—¡Chicos, lo hicieron genial! —Odelia los felicitó la castaña abrazandolos de lado y con expresión de emoción y alivio en su rostro.
A lo lejos, Levi observaba el trabajo que hizo Odelia, admirando a la chica y su estrategia.
—¡Está todo en orden, capitán? —preguntó Eld mientras él y Petra se acercaban a su capitán. Hange también se acercó a él para mostrarle su orgullo de titanes.
—¡Levi, Levi, Levi! ¡¿Viste eso?! —exclamó Hange totalmente emocionada—. ¡Por fin tengo a mis titanes! ¡Nos vamos a divertir mucho! ¿Eh, Levi? ¿En qué piensas? ¿Piensas en lo genial que será tener titanes para experimentar? ¡Te dejaré ir a verlos cuando desees!
—Mi mente estaba ocupada en cosas más agradables que tus asquerosos titanes —su amiga seguía sin entender lo que decía, continuó hablando cuando sus subordinados de escuadrón ya no estaban junto a ellos—. Estaba meditando en el gran placer que pueden causar un par de ojos bonitos en el rostro de una mujer hermosa.
—Lo siento, enano. Pero mi corazón pertenece a los titanes —replicó Hange bromeando—. Espera, ¡¿te refieres a Odelia?! ¡Oh, iré a decirle que...!
Levi la tomó del cuello amenazándola—: Le dices algo y te prometo que tus titanes se volverán basura al igual que tu sudoroso y apestoso trasero —Hange comenzó a reír nerviosa y se alejó del azabache.
—Al menos ya tendré con qué molestarte —bromeó Hange corriendo por su vida al lado de Odelia, quien miraba confundida la molesta mirada que tenía Levi sobre ellas.
Levi tenía la confianza de que su amiga cuatro ojos no le diría nada acerdo de lo que pensaba sobre la soldado Baumeister.
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—¡Capitán! —llamó Petra a Levi, quien aún se encontraba cortando nucas de titanes— ¡El Comandante Smith lo llama a la muralla! —señaló donde estaba el rubio junto con Odelia y los demás líderes de escuadrón.
Levi agradeció y salió volando hacia ellos, quienes miraban lo que estaba frente a sus narices.
—¿Qué ocurre? —preguntó mirando hacia Odelia, quien le señaló con la cabeza que mirara hacia abajo.
Sus ojos se abrieron más, sorprendido por lo que veía: un titán de catorce metros sellando el hoyo de la muralla.
—¡Erwin, tenemos que atrapar a ese titán! —exclamó Hange atónita y entusiasmada.
—Pero no lo entiendo... —susurró Odelia aún mirando cómo tras un grito en ensordecedor, colocó la roca, haciendo temblar donde estaban.
El titán cayó al suelo, Odelia notó que dos soldados se colocaban detrás del titán y...
»E-erwin... —tomó del brazo al rubio tratando de calmarse— ¿Es un chico el que salió de ahí? ¿Me quedé ciega?
A lo lejos observaron cómo un titán se acercaba a los dos chicos, Odelia intentó moverse para ayudar, pero un remolino humano la hizo detenerse, Levi entraba en acción cortando a la perfección la cabeza del titán y posicionándose sobre este al caer.
Las piernas de la castaña fallaron y cayó de rodillas al suelo, una bengala verde iluminó el cielo, ¿qué significaba todo esto?
A lo lejos, observó a Rico lanzando la bengala, dubitativa, Odelia se dirigió hacia ella, quien estaba mojada de lágrimas.
—¡Odelia! —exclamó Joelle quien se unía al lado de Rico y su hermana, tomándola en un abrazo a la segunda llena de lágrimas—. Me alegro que estés bien.
—Jo, ¿qué significa todo esto?
—La humanidad... —habló la platinada a la nada— ¡La humanidad ha ganado la lucha contra los titanes por primera vez!
—Te lo explicaré en el camino —la pelirroja tomó a ambas chicas de los hombros para abrazarlas, una castaña confundida seguía a su hermana.
—¡Odelia! —Erwin, Hange y Levi se unieron a las tres chicas, el rubio continuó hablando—. Necesitamos saber cuánto antes las situación.
—Comandante —saludó Jo con su puño en el corazón—. Le explicaremos en el camino, nos uniremos al Comandante Pixis para que le explique la situación también.
—¿Y usted es? —inquirió el rubio.
—Soldado y Capitana de la Tropa de Guarnición: Joelle Baumeister, mucho gusto.
—¡Odelia, ¿por qué no dijiste que tenías una hermana tan linda?! —exclamó Hange tomando de las mejillas a la menor, haciéndola sonrojar. Odelia solo se limitaba a reír nerviosa. Necesitaba saber lo que estaba ocurriendo o se volvería loca.
—Deja a la niña, cuatro ojos.
—Bien, bien. Pero necesitaremos platicar después —guiño el ojo la miope, dejando confundida y sonrojada a la pelirroja.
—Basta, Hange. Está bien, soldado Baumeister. Si es tan amable de explicar la situación le agradeceremos su guía.
—En pocas palabras, un humano se volvió titan y nos ayudó a tapar el muro con la piedra gigante que ahora la cubre y no permite la entrada a los titanes —explicó Joelle.
—Sí pero, ¿cómo es que pudo convertirse? —cuestionó Odelia.
—Al parecer fue mordiéndose la mano —respondió Rico, quien comenzaba a calmarse.
—El Comandante Pixis se los explicará a detalle, será mejor que vayamos allá —recomendó Joelle.
—Yo los alcanzo —habló Rico, Odelia se preocupó al ver el semblante decaído de su amiga, algo andaba mal.
—Jo, ¿está bien Rico? —susurró a su hermana.
—Ian y Mitabi murieron —respondió deprimida la pelirroja—. Deberías ir con ella, estaremos en la entrada a Rose.
Odelia asintió y propulsando su equipo tridimensional se dirigió a Rico, Levi iba a seguirla, pero la mano del rubio lo hizo detenerse.
—Ella estará bien, debemos ir con Pixis para que nos explique la situación. Después podrás verla lo que quieras —habló serio el rubio, observando la actitud del azabache, quien solo chasqueo la lengua.
Odelia, mientras tanto, siguió con sigilo a Rico, esta aterrizó en el suelo donde la masacre por algo que Odelia no comprendía estaba presente. Solo se podía observar la cabeza del castaño Ian y las extremidades de Mitabi, quien fue aparentemente aplastado por un titán.
El escenario era devastador, Odelia imaginaba lo que la platinada podía estar sintiendo. En sus años de entrenamiento, ella le confesó sentir algo por el soldado Dietrich quien, le correspondía. Colocó una mano sobre el hombro de la ojigris al situarse junto a ella.
—Ian prometió que después de esto íbamos a ir a casa juntos —sollozó Rico, tomando desprevenida a Odelia en un abrazo—. Pudimos vencer a los titanes, pero a un alto costo.
Odelia acarició el cabello de su amiga, tratando de darle confort.
—Sus muertes valieron la pena. No comprendo mucho lo que ocurrió, pero lo que sé, es que hemos ganado la lucha contra los titanes, Ian y Mitabi así lo querían, ahora pueden estar en paz. Pero nosotras debemos seguir adelante, hacer que sus muertes valgan la pena y no olvidarlos.
—Gracias por recordármelo. Ian, Mitabi, les prometo que no los olvidaremos —habló en susurros audibles para ambas, quedaron así un rato hasta que la platinada pudo recomponerse, limpió con la manga de su chaqueta las lágrimas que brotaban de ella y con la mirada determinada que Odelia conocía, pusieron marcha hacia donde estarían Pixis y Erwin.
Al llegar se encontraron con los comandantes y los dos capitanes de la Legión, Levi observó con detenimiento si Odelia estaba bien, suspiró aliviado al comprobar su estado.
Las dos chicas se acercaron a los cuatro que estaban ahí, el calvo observó cómo las chicas se acercaban, dio un sorbo a su petaca de licor, su sonrojo de estar ebrio se hacía evidente.
—Me alegro de tener una chica linda que se interese por estas cosas de titanes —habló arrastrando las palabras el calvo, Odelia y Rico se miraron consternadas, un golpe en la calva del hombre por parte de su subordinada Anka, lo hizo recapacitar, provocando una ligera carcajada en Odelia—. Bueno, como les decía, el soldado Eren Jeager se convirtió en titán. Erwin ya está enterado del asunto, así que les explicará la situación después.
El nombre del chico hizo sorprender a Odelia, recordando a aquel tierno muchacho y que hace unos instantes emergía de la nuca de un titán.
Tras haberlos encontrado aquella vez con Levi, Odelia trató de buscarlos de nuevo para cuidar de ellos, pero el trabajo y la falta de tiempo le impidieron volver a verlos por dos años, cuando fue de nuevo a buscarlos, pensó que habrían ido a aquel suicida plan de "reconquista", perdiendo las esperanzas de encontrarlos, incluso creía en la posibilidad de que su hermana haya ido a aquel plan.
—¡¿Cómo es que pudo convertirse?! —preguntó algo alterada la castaña, algo que Levi notó.
—Parece que ni siquiera él lo sabe —masajeo su cabeza calva Pixis, mostrando la misma confusión que los presentes—. Lo mejor será que vayan a juicio, al parecer la Policía Militar no se anda con rodeos y pedirá la custodia del chico, creo que primero detendrán al chico en una celda y después se hará su juicio cuando esté en sus mejores condiciones como humano. Como lo hacen con cada "amenaza" —expresó doblando sus dedos índice y medio.
—¿Usted cómo lo sabe? —inquirió de nuevo Odelia.
—Tengo mis contactos, linda —guiño el ojimiel.
Levi chasqueó la lengua, algo molesto y sin entender el por qué.
—Agradecemos su información, Comandante —habló Erwin uniéndose a su equipo hacia la orilla de la muralla, era hora de retirarse—. Debemos idear un plan antes de que nos llamen a guardia.
Odelia le dio una última mirada a su amiga y a su hermana, quienes le sonrieron dándole tranquilidad.
—Cuidaré de Rico —se despidió la pelirroja en un abrazo a su hermana antes de que esta se fuera.
—¡Hey, pequeña, ¿no hay un abrazo para mí?! —bromeó Hange abriendo sus brazos hacia la Joelle, quien se había separado de su hermana, al oler a la gafuda, negó rotundamente con la cabeza la oijmiel, Hange alzó un brazo oliendo su sisa, hizo una mueca que hizo reír a los presentes y hacer sonreír en secreto a Levi; se encogió de hombros y se dirigió a la menor Baumeister—: Entonces será en otra ocasión.
Los miembros de la Legión salieron volando hacia el cuartel, tendrían muchas cosas de qué hablar.
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Espero que les haya gustado este capítulo y me gustaría dedicarlo a mosspretty quien ha apoyado esta historia y a quien le agradezco mucho por ello 😊
Y con este capítulo termina esta semana de dobles partes 🤭 espero que les haya gustado y nos vemos pronto. ♡
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