La ciudad está bajo una lluvia torrencial esta mañana.

Y eso no desalentó a los ciudadanos a detener su actividad.

Se podían ver carteles por todas partes, supermercados que venden todo tipo de bocadillos, talleres de reparación de teléfonos móviles, etc.

Las calles llenas de gente y autos, mientras que las pequeñas tiendas tienen reuniones de multitudes, especialmente las que están a la moda.

La serpiente se dirige hacia la parada del autobús bajo el paraguas que lleva.

La panadería a primera hora de la mañana había preparado bandejas de pan recién horneado, su fragancia llenando la calle, recordándole a los transeúntes de desayunar.

Como siempre Mr. Snake eligió su pan favorito con el viejo tendero dándole las gracias por su compra.

Subió a la línea del tren, que ya estaba llenó de gente, con las filas de asientos ocupados.

Tuvo que estar de pie sin nada de espacio, apretado entre dos elefantes, siendo el único de los pasajeros que no estaba inmerso en su teléfono móvil.

Solo mirando el vacío con cara aburrida en esperar a llegar a la siguiente estación.

Se dirigió como un soldado, esquivando las manzanas que la vendedora anciana de la frutería se le cayeron por accidente después de un resbalón que la tiró al suelo.

Detrás de él pudo escuchar cómo empezó a cobrarle a la crédula persona que la ayudó, con la excusa de haber pisado su fruta, amenazándolos con llamar a la policía.

Finalmente llegó a su lugar de trabajo.

Ahora una gran empresa comercial con más de cientos de empleados.

Se deslizó a través de esas puertas montadas de gruesos pilares de piedra.

Entro al ascensor.

Después de entrar a la oficina miro a sus compañeros y los saludo con un corto; Buenos días.

- Escuche que su jefe a menudo la menosprecia y la obligó a renunciar. -

- Dijeron que la reprendió tanto que la hizo llorar. -

- Florence dijo, que Terry dijo, que Katty dijo, que Lisa dijo; Que eran amantes, y debido a que se iba a casar con otro hombre la despidió en un ataque de celos. -

Snake con experiencia había desarrollado cierta inmunidad a este tipo de cosas.

Eventos dramáticos como estos a menudo traen a los chismosos y a los críticos.

Como esa vez que se supo que consiguió su empleo por la amistad de su padre.

Exactamente hace 28 años. . . Trabajando en la misma empresa.

- Feliz Cumpleños Mr. Snake. -

Saluda uno de sus compañeros.

- Aquí tienes tu tarjeta de todo el equipo. -

En el papel de colores tiene escrito; Sonríe, porque hoy es tu cumpleaños, no te nos vengas abajo por ser cada vez más viejo.

- Gracioso. -

Dice la serpiente con el rostro tan frío como su sangre.

- Más tarde en la sala de descanso cortaremos el pastel. -

Su compañero de trabajo ya está acostumbrado a su actitud.

- No me gusta el pastel. -

- Pero el año pasado te vi comer. ¿Estás a dieta? -

La serpiente suspira exhausta como si tratara a un niño pequeño.

- Si estoy a dieta. -

Miente para quitárselo de encima.

- Tendrán que celebrar sin mi. -

- Pudiste avisar, tu cumpleaños está en el calendario de oficina, sabías que te lo celebraríamos. -

- Estaba pensando en cosas más importantes que mi cumpleaños. -

Se gira para mirar la pantalla de su computadora.

- Y estoy ocupado, mejor no me hagan una fiesta. -

- Bien, como quieras, estaremos celebrando tu cumpleaños si quieres unirte. -

Normalmente trata de evitar volverse parte de los chismes de la oficina.

Pero no tiene la paciencia para seguir deslizándose sobre cáscaras de huevo.

Quiere terminar este dia y olvidarse que es su cumpleños número 49.

- ¡Feliz cumpleaños! -

Lo saludan el tiburón y la araña en la hora del almuerzo.

- Ya están corriendo rumores sobre ti. -

Avisa el de gris tomando asiento en la mesa.

- ¿Y que dicen? -

Picotea con desgana su comida.

- El más decente dice que ya te pegó la Crisis de la Mediana Edad. -

Responde la pelirroja con una sonrisa de lástima al verlo fruncir el ceño de inmediato.

- La verdad estamos un poco preocupados, nadie rechaza un pastel asi nada mas. -

En especial su amigo que es conocido por ser un glotón.

- No quiero pastel. -

- ¿El doctor dijo que te cuidaras del azúcar? -

Snake los mira como si quisiera matarlos.

Los que se hacen llamar sus amigos se ríen a su costa.

- Quita esa cara viejito, te invitamos a comer a la salida. -

- Gracias, pero tengo trabajo atrasado. -

Los dos amigos intercambian una mirada.

- Esta bien, la oferta seguirá en pie cuando tu quieras. -

La oficina seguía iluminada, pero no se veía a nadie, la mayoría que trabajan de noche se encierran en sus propios escritorios.

La pequeña Empresa Constructora se volvió en un gran conglomerado que abarca subsidiarias en varias industrias.

Cada subsidiaria es diferente, lo que afecta la asignación de los números contables.

Por lo que es común ver al Departamento de Finanzas teniendo que trabajar horas extras para auditar los libros al final del mes.

Teniendo que lidiar con montones y montones de informes.

Snake acaba de terminar con un dolor de cabeza, y esta apunto de dejar la empresa para volver el dia de mañana.

Pasa por el vestíbulo, se despidió del guarda de seguridad y se deslizó a la parada del metro.

Su trabajo está ubicado en la parte más bulliciosa de la ciudad.

Cuando cae la oscuridad, la ciudad sigue iluminada rodeada de luces brillantes por todas partes.

Antes de que estuviera a punto de entrar al edificio de apartamentos.

Giró bajo una farola y entró a la tienda para darse otra dosis de nicotina.

Cruzó la calle para entrar al apartamento, avanzó por los pasillos silenciosos y desolados en la oscuridad del anochecer.

Se fumó un cigarrillo en el balcón para no dejar el olor en su hogar.

Su edificio tiene seis pisos de ladrillo que en su opinión es elegante.

Fue construido hace varios años, incluía dos dormitorios, un baño, una cocina, y una sala de estar.

Solo le toma unos minutos andando para llegar a la línea ferroviaria y la estación de metro.

Su apartamento está en la planta baja.

Algunas vistas estaban obstruidas por edificios de gran altura.

Piensa en esos años atrás, en los que miraba los espacios entre esos edificios siempre iluminados.

Esculpió nubes de humo.

Persiguiendo metas inalcanzables, imaginando el futuro con esos placeres cálidos y temerarios.

El reloj dio las doce anunciando el final de su cumpleaños.

La vida después de eso siguió siendo mundana, y sin altibajos.