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Capítulo 4

La noche anterior la había pasado preocupada, por ende, no durmió, por extrañamente no tenía sueño aún cuando el reloj marcaba las doce del medio día y ella no había pegado los ojos en todo ese lapso de tiempo, tal vez tenía insomnio.
Su teléfono vibró, un mensaje de Honduras recordándole que debían ir con OL.

Guardó el bote de helado que dejó a la mitad en el congelador y tomó las llaves de su carro, saliendo de su hogar.
Para empezar, no quería ir a esa junta, no tenía ganas.
Segundo, le esperaba un interrogamiento masivo por parte de la organización, y eso solo hacía darle más flojera.

Su mente parecía estar en el limbo, su cuerpo estaba ahí, conduciendo hacia la casa-oficina de OL, pero su alma estaba ocupada en pensamientos estúpidos como para mostrar alguna expresión.

Cuando llegó, en la puerta le esperaba Argentina;-- Llegas tarde.

-- La tradición del mexicano --excusó poniendo una leve sonrisa.

-- Y veo que también estás algo distraída --rió.

-- ¿Por qué dices eso?

-- Viniste en pijama.

Se miró con atención, llevaba un pantalón para dormir rojo con círculos blancos pequeños, además de una camisa blanca con el logo de PRI y unas pantuflas negras.

-- Deja a mi outfit en paz --gruñó.

Entraron mientras conversaban, subiéndole un poco la actitud a la mexicana.

-- ¡México! ¿Estás bien? ¿No te pasó nada? --rápidamente OL llegó, quedando frente a la chica, que había pegado un pequeño brinco por el susto.

-- Sí, 'toy bien --rió por la actitud alterada del latino.

El mismo no dejaba de hacerle preguntas.
Claro, estaba muy preocupado por ella; antes de que llegara, también se aseguró de que el resto también estuviera bien, pues se había enterado gracias a las noticias lo que ocurrió anteriormente en la fiesta.
Y se asustó una vez dedujo que le dispararon a ella, pero la bala la recibió USA.

-- Ah, con una chingada; sí, OL, por décima vez, estoy bien --replicó mientras tomaba asiento.

Y es que aquello sí era preocupante aunque la mexicana lo negara, ser perseguida por algunas mafias estadounidenses; tenían la curiosidad de saber como ese asunto se les pasó a las autoridades mayores.
Que eso también los enfadaba, la vida de su hermana peligraba y las autoridades no hacían nada al respecto; no importaba, lo harían ellos, porque se suele decir que "el fin justifica los medios".

El sueño comenzaba a apoderarse de ella al paso de las horas, seguía participando, comía y bebía lo que el dueño de la casa les ofrecía, dieron las cinco de la tarde y de verdad que no podía mantenerse despierta por más tiempo; bueno, ahora se arrepiente de desvelarse. Sus ojos se entre cerraban, los tallaba una y otra vez, pero la sensación seguía ahí, no desaparecía.

-- Oye, OL --llamó, robándole la palabra.

-- ¿Si?

-- Wey, ¿puedo irme a mi casita? Neta, no aguanto el sueño --esbozó mientras emitía un bostezo.

-- México, no jodas, son las 5:23pm --murmuró con incredulidad.

-- Es que no dormí nada nadita, ándaleeee --rogó.

La organización dudo en responder, pero rápidamente se puso en la posición de ella y comprendió, ademá, ¿quién era él para prohibirle dormir?;-- Para empezar, estuvo mal que te desvelaras.

-- Estaba pensando en todo este asunto y en los putasos que les voy a meter a mis cárteles por meterme en este problema --rechistó adormilada.

-- Y sí, puedes irte --decretó.

Ella se levantó mientras decía un "gracias" apenas audible, pero audible de todas formas, y se dirigía a la salida.

-- Vete con cuidado --habló antes de que la norteamericana saliera.

-- Sí, no vayas a chocar --rió burlesco Venezuela.

Salió haciendo caso omiso a ambos comentarios, entrecerró los ojos, pues la exposición tan repentina a la luz sonar le causó molestia, además de el calor bochornoso que sentía, pues hace momentos estaba en el fresco clima del aire acondicionado.
Subió al carro y volvió a su hogar, donde simplemente estacionó el coche, le puso seguro y caminó con algo de prisa para entrar.

Cerró la puerta tras sí, colgó las llaves en algo de madera que estaba pegado a la pared y rápidamente se tiró sobre el sillón, cerrando los ojos y durmiéndose de inmediato.

Su sueño era normal, en lo que cabía el contexto, no había algo que destacar.
Lo que importaba es que por fin estaba descansando.
Ahora, estaba a punto de morderle a por alguna razón un taco gigante, cuando se escuchó el motor de algo.

Miró hacia arriba y observó como un extraño aparato gigante estaba a varios metros sobre ella, emitiendo aquel sonido, eso hasta que se echó a andar, dando vueltas sin sentido por el cielo.

Lo miraba detenidamente, siguiendo con extrañeza cada movimiento que el objeto hacía. Cayó en la cuenta de que el taco ya no estaba, y cuando volteó hacia el cielo, aquel objeto se dirigía hacia ella para hacerle daño.

A escasos centímetros de que el aparato chocara con ella, abrió los ojos de golpe, aquello sí le había asustado.
De todas formas, lo cerró de nuevo, quedando en un estado de lucidez; intentaba volver a dormir, pero su cerebro hacía todo lo contrario, se centraba en el ruido y el tacto de al rededor.

Y si lo procesaba, no estaba acostada en un sillón, la superficie era dura.

Y el sonido, ¿por qué era como si estuviera en un carro en movimiento?

La respuesta le llegó de golpe: porque estaba en un carro en movimiento, en una van para ser específicos.

Volvió a abrirlos, su primer instinto fue moverse, pero la flojera del momento, más lo irreal que le parecía la situación se lo impidieron.
Moverse solo le habría afectado, y mucho.

Procesó con más atención los sonidos, ahora distinguió tres voces que hablaban en inglés.
Guardaba la información que los mismos decían, bromeaban sobre asuntos que a ella en lo más mínimo le causaban gracia.

Después de que escuchó lo suficiente -según su criterio-, levantó minuciosamente la mano hacia la manija de la puerta de la parte trasera.
Al menos ellos creían que seguía dormida, una ventaja que aprovechó para abrir la puerta sin que se dieran cuenta.

-- Hey, she's running away! --exclamó uno de los tres mirando por el espejo retrovisor.
>¡Ey, se está escapando!

De inmediato saltó, rodó algunos metros por la velocidad a la que iban.
Había caído sobre su brazo derecho, genial, se lo había fracturado o algo así, pero le dolía mucho.
A parte de que en su pierna izquierda sonrió algo duro, por lo que que mientras hacía todo el esfuerzo por levantarse y correr, revisó el bolsillo de su pijama.

Era su teléfono, tenía la pantalla rota por el impacto, pero prendió cuando presionó un botón.
Se sentía más tranquila, solo tenía que esconderse y llamar a OL o a algunos de sus hermanos.

Dos chicos la perseguían, probablemente estaban armados, tal vez ni, pero de igual forma estaba en desventaja, no podía defenderse bien con solo una de sus manos.

Los perdió de vista por momentos, gritó por ayuda, pero nadie salí, las calles estaban desiertas.
Se escondió a un lado de un lugar donde se deposita la basura, ubicándose donde la luz no le daba y así pasar desapercibida.

Prendió el teléfono, entró rápidamente a la sección de contactos y tecleó la letra "O" en el buscador, a lo cual le aparecieron dos contactos.
Aunque iba a presionar el perfil de OL, su temblor deslizó el dedo a el contacto equivocado: ONU.

Bueno, se enfadó, pero ONU también servía, el punto era que alguien viniese a ayudarla.
Tenía un brazo fracturado, una pierna adolorida, estaba indefensa.

-- Vamos, vamos, vamos... --murmuraba desesperada-- Si me entero que no contestó por tener el teléfono en vibración me le voy a aparecer muerta y le voy a jalar las patas al hijo de su puta ma- --la llanada finalmente fue atendida.

-- ¿Bueno?

-- W-wey, t-tienes que venir a ayudarme --tartamudeó en una voz apenas audible.

-- ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

-- N-no, d-desperté arriba de una camioneta negra --sollozó-- I-intentaron secuestrarme --miraba con atención al suelo mientras soltaba algunas lágrimas.

-- ¿Te hicieron algo grave? Vamos en camino.

-- N-no, l-logré saltar y escapar-

-- I find you! --exclamó con una voz chillona y burlesca uno de los chicos tomando por sorpresa a México.
>¡Te encontré!

Empezó a gritar e intentar defenderse, por lo que colgó la llamada por accidente, dejando con una profunda preocupación a ONU y a quienes estaban con él.

Con su pierna derecha soltó una patada hacia la parte baja sel hombre, quien cayó por el dolor y ella aprovechó para salir corriendo de aquel escondite.
Respiraba a través de la boca por la adrenalina del momento, había llamado la atención de la otra persona encapuchada.

Él la alcanzó, mas esta soltó un puñetazo con su puño izquierdo y siguió corriendo, consiguiendo esconderse y, esta vez, estaba segura de que sería difícil encontrarla.

Desde su escondite pudo ver como el tercer hombre que iba manejando se bajó de la camioneta. No escuchó con certeza lo que el dijo, pero al parecer estaba enojado, pues se acercó a uno de los hombres que estaban en el suelo y gritó "Get up, useless!" mientras pareja el costado izquierdo
>¡Levántate, inútil!

Ambos se levantaron y corrieron para subir a la camioneta, pues ya sabían que ONU estaba en camino.
Arrancaron, abandonándola en un lugar que desconocía.

Aún con el corazón acelerado, marcó insistentemente a Guatemala, llamada perdida tras llamada perdida, pero él no contestaba.
Tal vez estaba dormido, y con razón, vio la hora y eran las 2:53am.

Escuchó como una camioneta se estacionaba no tan lejos de ella, y temió porque fueran los mismos tipos pero más preparados.

-- ¡México! --escuchó el gritó de alguien a quien reconoció.

Se puso de pie mientras hacía todo el esfuerzo para salir de su escondite, pues el estar tanto tiempo sentada su pierna se había acostumbrado.
Al nada más estar a la vista de los que llegaron, España y Portugal corrieron a abrazarla y a hacerle preguntas, totalmente preocupados.

La mexicana por su parte lloraba levemente, por su mente pasaba algo que le atormentaba, ¿qué hubiera pasado si no despertaba?
Pudo no volver a ver a sus hermanos, a sus padres, a sus hijos, y era algo que le llenaba de angustia, miedo y terror.

Observó que los que llegaron eran ONU, FBI, OMS, USA, Canadá, Francia, UK, Rusia, España y Portugal, ¿qué hacían todos ellos ahí?
Se supone que solo llamó a ONU, era extraño que a esa hora estuvieran tantos países despiertos en una reunión.

-- ¿Qué fue lo que te hicieron? --interrogó OMS preocupado.

-- N-no me hicieron nada --balbuceó-- Solo me lastimé el brazo y la pierna cuando salté.

OMS revisó el brazo de la tricolor mientras los países hablaban con ONU y FBI, lejos de México para que no escuchara.
La Organización Mundial de la Salud le puso un cabestrillo en el brazo lastimado a la misma y se retiró para dejarle el informe a ONU, diciéndole a México que usaría eso durante una semana.

Esta se sentó en la banqueta mientras trataba de mantener la calma, aunque de todas formas derramaba algunas lágrimas.

El problema pudo pasar a más, ¿cómo la habían secuestrado?
Lo repasó, en la tarde llegó a su casa...primer error, no cerró la puerta con llave.
Segundo, el haberse quedado dormida profundamente les facilitó el trabajo.

De todas formas, probablemente no vuelva a dormir tranquila, ¿que tal si aquello volvía a pasar, pero esta vez no lograba despertarse?
Un escalofrío recorrió su espalda, no quería ni pensar en esa posibilidad.

Alguien se acercaba a ella, pudo percibir sus pasos.

-- ¿Estás bien? --interpeló el ruso mientras se sentaba a un lado de ella.

"Oh, claro, estoy de maravilla, me encanta que me secuestren por la noche" sopesó guardándose el comentario.

-- Se podría decir que sí --replicó-- Tengo una fractura leve y dolor en mi pierna, pero al menos sigo viva --bromeó intentando ver el lado bueno de la situación.

-- ¿Pasó algo grave? ¿Hicieron algo que no quieres contar? --consultó con seriedad.

-- ¿Qué? ¿Eres detective? --cuestionó irritada.

-- ¿Eh?

-- No, nada --comentó viendo que el euroasiático no había entendido.

Las preguntas en ese momento no hacían más que irritarla, quería silencio para pensar en todo lo ocurrido y procesar la información que logró escuchar.
Pero con Rusia ahí no podía, su sola presencia le dificultaba el pensar, porque se conoce y sabe que habrá un punto en el que comenzará a balbucear sin darse cuenta.

-- No, no me hicieron nada --respondió después de mucho silencio.

Se quedaron callados, México solo miraba al suelo desanimada, Rusia observaba con atención a la mexicana; porque lo pensó, y cayó en la cuenta de que era la primera vez que miraba a la norteamericana de una forma tan seria y quizá triste.

-- Solo quiero volver a mi casita --murmuró llamando la atención del chico.

-- ¿Quieres que te llevemos? --se levantó mientras sacudía el poco polvo de su pantalón.

-- No, we, si quieres me voy caminando --contestó fastidiada.

A Rusia le tomó por sorpresa la actitud tan fría de un país al  que siempre ve reír.
Por lo que, aturdido por la respuesta, caminó junto con México hasta llegar a donde estaban las organizaciones y countries, anunciándoles lo que la chica había dicho.

Subieron a la camioneta y conducieron al hogar de la mexicana, quien en todo el transcurso miró con ¿tristeza? ¿depresión? Tal vez era aburrimiento, no se sabe, pero mantuvo esa expresión mirando a través de la ventana.
Llegaron y ella bajó sin decir palabra alguna, cabizbaja, entrando a su casa.

-- Y, ¿qué? ¿Nadie piensa quedarse con ella? --OMS rompió el silencio, mirando levemente incrédulo a los presentes.

-- ¿Como para qué? --curioseó Estados Unidos.

-- ¿Cómo que "para qué"? ¿Qué tal si ellos vuelven? --tembló la portuguesa.

-- Yo me quedaré a cuidarla --anunció España.

-- Sí, y dejas sola a tu prometida.

-- Voy con España --replicó Portugal.

-- Ah, no, ustedes y yo tenemos asuntos de aue hablar --decretó la organización internacional de piel celeste.

-- ¿No puede esperar? Además, podemos hablar con ella y ver si tiene información --el español alzó una ceja.

-- Normalmente, las personas no le confían los eventos traumáticos que atravesaron a sus padres, si no a una conexión no parental, es decir, amistad o relación amorosa --informó FBI.

-- Mmmm, bueno, vas, Rusia --bromeó UK.

-- ¿Eh? ¿Y yo por qué?

-- Hablaste con ella cuando llegamos, creo que tiene más confianza en tí por mostrar interés --obvió el canadiense.

-- Tiene más posibilidades de decirle a USA, él es su mejor amigo --se quejó.

-- Sí, pero me muero de sueño --fingió un bostezo, riéndose sel tricolor con ushanka.

-- Además, necesita esa figura de persona seria protectora que tú irradías --alagó Francia en tono de broma, tratando de persuadirlo.

Después de una leve discusión, Rusia bajó de la camioneta y caminó hasta la puerta, donde la golpeó escuchando como los demás se iban.

La mexicana abrió la puerta y lo observó de pies a cabeza, extrañada;-- ¿Necesitas algo?

-- No creo que se prudente dejarte sola después de lo que pasó.

-- ¿Y no pudieron venir Portugal y España?

Sintió una pequeña pizca de enojo;-- Ellos tienen asuntos pendientes con ONU.

-- Ah, bueno --abrió la puerta por completo y se hizo a un lado-- Puedes pasar.

Entró mirando con atención el interior, quizá estuvo mal crear un estereotipo de la chica, pero creyó que al entrar a su casa habría colores llamativos y alegres, además de una extraña energía acogedora, no simplemente paredes blancas y frías con muebles de madera negros.

-- No sé si vayas a dormir, o quedarte despierto, pero supongo que vas a quedarte en el sillón --mascuyó bostezando-- Yo me retiro a mi cuarto --comenzó a caminar.

-- Esa es la cocina.

-- ¿Crees que no lo sé?

Su plan era tomar la bolsa de papas de su alacena, la otra bolsa de tamarindos que tiene, sacar la soda de 600ml y encerrarse en su habitación, pues dormir no quería por el momento.

Rusia miró confundido como ella cargaba todo eso con naturalidad, no la juzga, él hace lo mismo, pero le parece extraño.
Se encerró, dejando al chico solo en la sala.

Solo tomó asiento en el sofá mientras sacaba su teléfono para responder mensajes pendientes, entre ellos destacaba Alemania.

"¿Qué pasó con México?" era lo único que decía.

"Fue casi secuestrada" respondió.

El alemán no tardó en ver el mensaje y escribirle; "Al parecer todavía tenemos problemas que atender".

"Lo sé, que fastidio", sentía un poco de dolor en su cabeza, de verdad creyó que finalmente serían libres.

"Y, ¿dónde está ella?"

"Encerrada en su cuarto", su mensaje fue raramente respondido muy rápido

"¿Cómo es que sabes eso?"

"Me forzaron a quedarme para cuidarla", bufó al recordarlo.

"¿A casi no lo recuerdas, idiota?", Rusia ladeó la cabeza, confundido; "¡Aprovecha para quitarle información! ¡Recuerda que competimos contra los ingleses y franceses!"

Era cierto, antes de que el asunto supuestamente terminara, hicieron una leve apuesta sobre quien era mejor investigando, se lo tomaron completamente en serio, y Rusia, juntos con sus hermanos y Alemania, eran un equipo.
Por lo que puede deducir que sus "enemigos" no lo recordaban, y eso le daba aún más risa.

"Vuelvo en un momento, iré a hablar con ella" fue lo último que envió, parándose y caminando hacia la habitación de México.

Ella, por su parte, miraba la televisión que estaba pegada a ma pared mientras comía pulparindos, pues mas papas se habían acabado.
Lo único que transmitían a esas horas eran infomerciales, productos estúpidos que México aprovechaba para anotar en un papel el producto y el número para luego ordenarlo.

Su tranquilidad se vio interrumpida cuando su teléfono comenzó a sonar, el contacto decía "Guatemala" junto con la bandera del mismo.

Apartó la bolsa de dulces y contestó;-- ¿Qué quieres?

-- ¿"Qué quiero"? ¿Qué diablos quieres tú? Me levanté por un vaso de agua y veo que tengo veinte llamadas perdidas --pudo distinguir que el guatemalteco estaba molesto.

-- A huevo, osea que pude haber muerto y tú estabas dormido bien agustín --rechistó.

-- Pues es que luego sales con mamadas; como este cerote que me llamó a las 4am solo para decirme que encontró un cheeto con forma de paraguas --México rió-- Y ni siquiera parecía un paraguas, tenía más forma de pito que nada.

-- Ya sé, se mamó Brasil.

-- Pero bueno, ¿qué necesitabas?

Guardó silencio por un largo periodo de tiempo.

-- ¿Hola? ¿Sigues ahí?

-- Fui secuestrada --respondió finalmente.

-- ...¿es una especie de broma o algo así?

-- No te llamaría veinte veces si fuera una broma --objetó.

-- ¡Coño! ¡¿Estás bien?! ¡¿Sigues viva?!

-- No, pendejo, Lucifer me dio permiso de atender tu llamada --rodó los ojos.

-- ¡¿Te hicieron algo grave?!

-- No, na'más de pendeja me lastimé el brazo y la pierna, pero ellos me la pelaron --destacó con orgullo.

-- Como debe ser. ¿Necesitas que vaya? ¿Quieres hablar?

-- No, no es necesario que vengas, no estoy sola; y no, no quiero hablar por ahora... --cuchicheó con tristeza.

-- Ya veo, ¿quién está contigo?

-- Este Rusia --su hermano comenzó a reír-- ¿Qué traes?

-- Te dejaron con el que mejor te cae -- el sarcasmo sobresalió en su voz.

-- Ya se --comentó.

-- ¿Con quién hablas?

-- Con México.

-- ¿Quién está contigo? --interrogó con curiosidad.

-- Belice, ¿por?

-- ¿Por qué están hablando a las 3:54am?

-- Ah, es que la secuestraron y tenía veinte llamadas perdidas-

-- ¡¿Qué?!

-- Bueno, yo creo que trataré de dormir-

-- No no no, ni madres, primero nos explicas que putas pasó.

-- Belice, por el momento no quiero hablar --murmuró tratando de tomar un dulce.

-- Entonces vamos a ir más tarde --decretó.

-- Sí, como sea, pero el sueño ya me está pegando y quiero dormir aunque sea un poco --bostezó tallando su ojo izquierdo.

-- Está bien, descansa, nos vemos al rato --despidió Guatemala.

-- Sí sí, ya, a la chingada --fue lo último que dijo antes de colgar.

Y, como dijo, se levantó para apagar el televisor, apagar la luz y dejar a un lado todo lo que estuviera sobre su cama, tapándose un una sábana que estaba ahí, cerrando los ojos e intentando dormir

Rusia solo se alejó de la puerta, no tenía sentido interrumpir a México antes de dormir, así que volvió al sofá y mandó un mensaje a Alemania, avisando que no había tenido la oportunidad de hablarle, y no la tendrá a menos que desarrolle una conexión con ella, ya sea de amistad o...relación amorosa.

Momento extra.

-- ¿No viste nada? ¿Nadita de nada? --preguntó FBI.

-- Nadita de nada --confirmó Estados Unidos.

Llevaban ahí al rededor de cinco horas, intentando ver si con lo poco que tenían podían resolver todas las dudas que tenían.

-- ¡No lo estás entendiendo, USA! --exclamó ONU, fastidiado-- ¡No tenemos pista alguna de quién fue quien te atacó!

-- ¡Pues, si quieres, a la próxima le pido su tarjeta de presentación! --gritó molesto.

--No sabemos si volverán a atacar, tal vez esa sea la última señal de vida que den, ¿entiendes cual es el problema? ¡No tenemos como seguirle el rastro!

-- ¿Crees que yo tengo la culpa?

-- No, me refiero a que cualquier cosa que hayas visto que creas que es absurda puede que nos ayude.

-- Pero ya te dije todo lo que vi, es en serio --respondió irritado.

-- Estamos perdidos --murmuró ONU, pensando que era el fin-- ¡Probablemente no volvamos a saber nada de ello hasta que ocurra algo grave-!

-- Oye, ONU, creo que alguien está llamándote --señaló OMS viendo como el teléfono de la organización suprema vibraba.

Este lo tomó y contestó;-- ¿Bueno?

-- "W-wey, t-tienes que venir a ayudarme" --tartamudeó la voz que reconoció como la de México.

-- ¿Qué pasó? ¿Estás bien? --puso la llamada en alta voz por sugerencia de FBI.

-- "N-no, desperté arriba d-de una camioneta negra; i-intentaron s-secuestrarme."

La portuguesa y el español rápidamente se alarmaron;-- ¿Te hicieron algo grave? Vamos en camino --preguntó mientras todos los presentes se levantaban de sus asientos.

-- "N-no, l-logré saltar y escapar-"

-- "I find you!"

Del otro lado de la línea se escuchaba todo el ajetreo y los leves gritos que la chica soltaba, hasta que la llamada se cortó.
Los presentes intercambiaron miradas de preocupación y miedo.

-- ¿Cómo se supone que vamos para allá si no sabemos donde está? --consultó Canadá.

-- Tiene la ubicación activada, es sencillo ver desde donde hizo la llamada --respondió FBI.

Os juro que si sigo escribiendo voy a morir

Nunca escriban a estas horas, ¿vale? No se los recomiendo

Bueno, quiero decir que la señorita
naeline090303 hizo un dibujo de OL y lo amÉ❤❤

Está HER-MO-SOOO
Muchas gracias, nae uwu❤

Y ia, me despido porque es muy tarde y me estoy muriendo de sueño TwT

Os quiero, cuídense :3

3790 palabras.

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