Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

-- Me habría llevado la chingada si trajera tacones --rio mientras se mantenía caminando, al igual que quien iba a su lado.

Había sido un día tranquilo para caminar, desde el momento en el que vio al cielo tan despejado desde su ventana, y desde que recordó que eran pocas las veces en las que no tenía reunión, ni con ONU u OL, y eso era increíblemente relajante.

Así que le tomó una foto el cielo, y se la envió con una frase que parecía profunda, pero que después de unos segundos quiso borrar.

"Cielo azul, como el azul rey, o como mi rey".

Claro que no pudo borrarla, o más bien sí pudo, pero un poco tarde como para evitar que Rusia la viera.

De todas formas, terminaron por ponerse de acuerdo para salir a hacer cualquier cosa, porque hacer algo o nada era mejor si se estaba con alguien.

Al menos caminar, salir a comprar algunas cosas, comer algo, seguir burlándose uno del otro.

Aquel día estaba terminando, en el sentido de que debía volver a casa, y en el sentido en el que las calles comenzaban a oscurecerse.

-- Nunca te he visto con tacones --Rusia sonrió de lado ante la propuesta planteada en su mente.

-- Me veo igual de chaparra.

-- Supongo, ningún tacón te hace llegar a mi altura --sonrió ladino, con cierto aire de grandeza.

México le dio un leve golpe en lo que se supone debió ser el hombro de Rusia, pero claro, su estatura irónicamente le hacía pasar por eso.

-- ¡Cálmate, rey!

Carraspeó.

-- Además de que no te quedan.

-- ¿Cómo no? --le miró enojada, para después fijar su vista al frente-- Aunque siempre he querido usar.

-- ¿Por qué no lo haces?

-- Porque lo he intentado y casi me golpeo la cabeza --negó-- Nunca más.

-- No parece tan complicado, Bielorrusia los usa de vez en cuando y no pensé que realmente llevaran un reto o algo.

-- Intenta ponértelos algún día, vas a respetar más a cualquier mujer que veas en la calle con tacones.

-- Luego lo haré.

-- ¡Es más! Algún día, debemos intentar aprender a caminar con tacones --planteó con una sonrisa entusiasta.

Rusia soltó un "¡ja!", frunciendo el ceño.

-- ¿Quieres ver a alguien de mi altura con tacones? No lo entiendo, te dejaría más humillada --se inclinó un poco hacia la chica.

México rodó los ojos.

-- Chinga tu madre, Rusia.

-- No me digas Rusia, dime mi amor --sonrió engreído.

Una mano llegó hasta su mejilla, apretándola, pero tampoco tan fuerte, y apartándole.

-- Haha, bueno, mi amor.

-- Man-de.

-- Solo quiero verte sufrir usando tacones --cerró los ojos.

-- Capaz y me quedan mejor que a tí.

-- Ya veremos --apartó su mano de la cara tan estéticamente agradable de aquel idiota al que tenía por novio-- Aunque te quedarían bien vergas unos tacones negros, con un vestido también negro y esponjoso, que contraste con tu pelo, y podrías usar una peluca blanca.

La miró extrañado de tanto detalle;-- E-eh, Méx...

-- ¡Oh! Y un maquillaje normal, tipo, labial rojo, rubor, pestañas postizas, rimel, ¡quedarías bien bonito! --exclamó en cuanto tuvo una imagen mental de todos los componentes que imaginó.

Rusia negó, como decepcionado o resignado.

-- Primero que nada, jamás me vestiría así, tengo dignidad.
Y segundo, ¡yo ya soy bonito!

-- Sí, tú, ándale.

-- Soy el novio más bonito que puedes tener --aclamó, posando su mano bajo su barbilla, y tomando un perfil digno de una foto.

Pero México se resistió a tomar su teléfono solo para capturar su pose.

-- En efecto.
Pero tampoco es como que haya tantas opciones para salir --rechistó.

-- ¿Canadá?

La mexicana terminó poniendo una expresión confundida.

-- No mames, ni le hablo.

-- Ah, ¿solo quienes te hablan tienen oportunidad?

-- Seh, creo.

Sonrió;-- ¿Tuve suerte entonces?

-- Sí, así que valórame, soy especial.

-- Claro.

Ambos estaban de acuerdo en que salir con el otro era una especie de oportunidad de oro.

-- Podrías haber salido con Usa.

-- ¡No digas barbaridades! --abrió los ojos tanto como pudo, y dio a Rusia un leve empujón.

-- Es el único que se me ocurre.

Rio, discreta y burlesca;-- China también-.

-- No digas barbaridades.

-- Uy, ¿por qué? Es el único que se me ocurre.

-- Él no.

Guardaron silencio.

-- No hemos hablado de tus posibles parejas.

-- Porque no hay, ¡sorpresa! --abrió ambas manos, extendiendo sus palmas.

-- ¿Cómo no?

-- ¿Quién-?

Hasta a él le gustaría saber con quién podría tener oportunidades, además de México.

-- Japón.

-- Ah, ¿podrías no mencionarla? --se rascó la mejilla.

México alzó los hombros.

-- No sabía que tenías las bolas tan sensibles.

-- ¿Podrías por favor no hablar de mis bolas?

-- "¿Podrías por favor no hablar de mis bolas?" --imitó, aunque reemplazando cada vocal con una "i"--- ¿Ves? Suenas estúpido.

-- ¿No te incomoda hablar de eso?

-- ¿De tus bolas o de Japón?

-- Eh, quitemos el tema de mis bolas --ese tema sí le incomodaba.

-- Ah, no, por mi no hay problema el mencionar a Japón.

-- Sigo sintiéndome extraño desde que hablamos en la cafetería --confesó.

Se estiró un poco, recordando poco a poco la conversación aquella, mientras una pequeña y burlesca sonrisa crecía en la comisura de sus labios.

México comenzaba a odiar que le restregaran en la cara la muestra de que ella también podía expresar ese tipo de emociones, como temor o celos.

-- Fue hace tres días, supéralo --ondeó su pelo y cerró los ojos.

Rusia apoyó su codo en el barandal en cuanto vio que la menor se detenía.

-- Es que no puedo dejar de lado tu pregunta.

-- ¿Cuál de todas? --tomó la llave de su pequeña bolsa y abrió la puerta del portón.

-- Cuando me preguntaste si no me sentía miserable.

Era de las conversaciones que menos quería recordar.

-- Ah, no tienes que-.

-- Eres extrañamente directa, me habría costado mucho preguntar eso.

-- Pues me esperaba otra respuesta --puso su mano en su cintura, invitándolo a pasar.

Este inconscientemente entró.

-- ¿Esperabas a que te mirara con lástima, para después decir "sí, terminemos"?

-- Sí, algo así --volvió a cerrar la puerta.

-- ¿Ves? Va a ser más difícil deshacerse de mí.

-- No me entristesco por eso --ladeó sus labios, manteniendo sus párpados cubriendo la mitad de sus ojos.

-- Pero bueno, dejemos el tema, porque luego te enojas --sonrió una vez, era entretenido intentar molestarla.

Intentos que sí daban resultados.

-- ¡Por favor! Tú eres al que le causa molestia.

-- Como digas.

Tomaron asiento en los escalones previos a la puerta de su casa.

Tal vez porque sentían que llegar era sinónimo de que tenían que despedirse, pero realmente no querían decirse adiós, por más cursi o ñoño que pudiera sonar.

-- Si mis hermanos me viesen, se cagarían de risa --recargó su mejilla en la palma de su mano.

-- ¿Por qué lo dices?

-- Porque no creo que me hayan imaginado teniendo novio, y menos que ese novio serías tú --sinceró.

-- Tampoco mis hermanos creerían que yo terminaría en una relación con una latina --alzó los brazos.

Ninguno en ningún momento creyó que terminarían juntos.

-- Pero aquí estamos.

Sentados uno a un lado del otro, siendo pareja, queriéndose.

-- Seh.

-- Capaz y en este momento me están espiando --podría ser, todos eran tan sigilosos a la hora de investigar algún chisme o caso.

Comenzó a mirar frenéticamente a los lados, con los ojos entre cerrados, afinando la vista para ver cualquier señal de que alguien estaba ahí, acechando.

Para saber a quién tendría que ahogar con una almohada mientras dormía para que no hablara de más.

-- ¿Crees que no tienen nada mejor por hacer que seguirte para ver qué haces? --interrumpió su búsqueda vizual.

-- Son unos chismosos, o más bien somos, no los conoces tanto.

-- ¿Por qué pareces preocuparte constantemente por lo que están haciendo los demás?

Paró en seco.

-- Yo... ¡no me preocupo por eso! --agitó los brazos-- Me interesa lo que los demás tienen que decir, pero tampoco me mortifico por eso.

-- Tranquila, a veces también me preocupa lo que otras personas pueden decir.

Sintió la calidez de su tacto en cuanto la tomó de la mano.
Primero lo vio, por algunos segundos, casi atrapada en ver aquel agarre, y luego sonrió al subir la mirada y encontrarse con el rostro del ruso.

Aquel momento era solo de ambos, podían mandar a la mierda a cualquiera que pasara por ahí y los interrumpiera.

-- O, bueno, antes me preocupaba mucho.
Y antes de eso, no me importaba en lo absoluto.

Frotó su pulgar con el resto de dedos de la mexicana.
Ella se puso algo nerviosa, pero luego le quitó relevancia.

-- ¿Cómo?

-- Me refiero a que antes de estar contigo todo me daba igual, ya sabes, no había mucho que juzgar de mi, y lo poco que había me importaba nada en realidad --comenzó a relatar, algo nostálgico de tener que recordar a aquel don nadie-- Fue cuando empecé a estar contigo que me preocupó lo que los demás podían decir, no lo sé, comenzó ese "temor" que no sentí nunca.

Apretó más el agarré, queriendo darse más confianza, y tal vez disfrutando eso.

-- Y ahora llegamos a esto, donde en realidad me importa una mierda lo que los demás dicen, porque creo que lo único relevante es lo que tú y yo digamos.

Se sonrojó un poco, a ella seguía molestándole un poco esa idea rondando por su cabeza, pero en realidad era capaz de quitar ese pensamiento tan constante y molesto si era por el ruso.

-- Creo que comparto todo eso, pasé por el camino del "no me importa, me importa, no me importa"...

Hubo un silencio tan largo, lo único que tenían de respaldo eran los grillos, el ruido blanco, tal vez algunos carros pasando a lo lejos que se podían percibir, las oleadas del viento que acompañaban a un cielo tan violeta.

No era ruido exterior, o sin importancia, era el ruido de la noche.

Por curiosidad, por querer entender lo que pasaba por la mente de Rusia, quiso ver através de sus ojos, de sus iris, se veía tan concentrado, que fue un choque de realidad tan grande en cuanto él volteó a verla.

Inmediatamente apartó la mirada.

-- E-eh, bueno.
¡No me mires así! Me pones nerviosa.

Todo en ese momento le hacía sentirse así, pero creyó que era normal.
¿Por qué tan de pronto sentía nervios? No era la primera vez que se quedaban solos.

-- ¿Así cómo? --se acercó un poco más, aprovechando la ignorancia de México, y también su temblor y su ensimismamiento.

Sabía que ella debía estar divagando en cualquier otra cosa por la situación tan "vergonzosa".

-- Pues así --ladeó la cabeza, desviando aún más sus ojos.

Tomó piedad, tanto de ella como de él, y se apartó hacia la misma posición que tenía cuando se sentó.

-- Perdón, a mi también me pone nervioso --sonrió de lado.

-- Mira, ya estás siendo directo, así se empieza --destacó volviéndolo a ver, ya había encontrado cómo quitar la tensión de ellos con otro tema.

-- ¿En serio?

Volvió a acercar su rostro, sin desvanecer su sonrisa.
Y México asintió.

Por su parte, también estaba nervioso, era como si fuera a pasar algo, y que ambos lo supieran.

Pero más que corazonada era un impulso, algo iba a pasar, o más bien algo debían hacer, pero no sabían qué era ese algo.

Tal vez sí lo sabían, pero simplemente no eran capaces de admitirlo.
Después de todo, hay cosas que con palabras no se dicen pero con acciones sí.

-- Sí, ya después podrás hacer preguntas raras.

-- ¿Podré hacer preguntas raras e incomodar a las personas? Que bien.

-- Sí, el primer paso es poder decir emociones incómodas en situaciones incómodas --volvió a mirarlo, con más valor.

-- ¿Y el siguiente paso?

-- Supongo que poder hacer acciones incómodas en situaciones incómodas...

Se detuvo al entender la cercanía, el espacio que se supone debía estar ahí, lo habían roto.

-- Lo tomo.

¡¿Qué mierda se supone que se hace en ese lapso tan corto pero infinito en el que solo hay silencio?! Tampoco es el momento más interesante de un beso, pero sí el más alargado.

Apretó su mano, sintiéndo como Rusia también lo hacía, estaban igual de nerviosos, y eso solo tal vez le dio más confianza al otro para acortar toda distancia y finalmente juntarse.

Era extraño, un momento extraño y bonito, ¿cómo fue que todo lo vivido le llevó a eso? No lo sabía, tantas cosas que le pasaban por la cabeza se vieron interrumpidas cuando llegó a una realidad que no lo parecía, porque lo único que veía eran colores constantes a través de sus pupilas, con los párpados cubriéndola.

Sus mejillas tuvieron que teñirse de rojo en cuanto se aventuró a seguir con el beso, poniendo su mano en la nuca del ruso.
Era una explosión extraña de sensaciones, parecía que su cuerpo había dejado de responder en ese momento y lo único que sentía eran sus labios y su mano, y solo porque mantenían contacto con Rusia.

Por su parte, sentía que quería gritar y salir corriendo, pero tampoco quería irse de la nada de ahí, todo era hermoso, estar ahí era hermoso, aunque no pudiese ver nada, no era necesario, con el simple tacto sabía lo maravilloso que era ese momento.

Ambos, su primer beso, en la relación, y en sus vidas.

Sus labios sabían a chocolate, dulce, no desagradable, debido al helado que había comido momentos atrás, pero era seguro que el dulce solo era un complemento para ella, para sus labios, probablemente sus labios eran dulces sin necesidad de algún caramelo.

Era empalagoso, pero también era una recompensa por consumir pocas cosas dulces, ahora tenía el privilegio del hartasgo, el privilegio de amar algo que nunca amó, pero que no desprecia, sino que ahora abraza como un niño pequeño.

Dibagaba entre la combinación de chocolate, vainilla y sus labios.
¿Qué era más dulce, y más exquisito? Sus labios, por supuesto.

Los acompañaban de movimiento, y de ningún sonido, todo quería que se centrara en ese momento.

¿Por qué nunca lo probó? Al menos ahora podía morir del éxtasis ante tanto dulzor.

Parecía eterno, querían que fuera eterno.
Era como si todo hubiera desaparecido, al rededor todo era negro, y solo estaban ellos, sentados, irradiando un aura que conseguía alumbrar y mantenerlos lejos de la oscuridad.

Despertó de su trance cuando le pareció escuchar algo, cuando les pareció escuchar algo, era demasiada la adrenalina que sintieron en cuanto se separaron, reemplazando el silencio de jadeos por aire.

Rusia no tenía que temer, no mucho, tal vez solo un "¡váyan a hacer sus cosas de novios adentro!" de cualquier señora chismosa que pasara, a la que le respondería un "jódase" o algo.

Pero México tuvo que pensar si había sido algún latino espiando, o si eran sus cárteles llegando en un momento para nada indicado.

De todas formas, en cuanto vio a los alrededores y en realidad no había nadie, recordó el silencio inquietante que siguió después de aquel beso que se habían dado.

Volvió a tener los pies en la tierra, recordó el silencio, el que le seguía a lo que acababa de hacer.

Bien, ¿qué se hace después de un beso?

-- A-ah...

Sus miradas volvieron a chocar, pero ambos se veían tan confundidos, e indefensos, nerviosos.

Tan sonrojados, completamente rojos, hasta las orejas, todo el blanco de Rusia y México se veía apañado por un rubor tan llamativo.

Nadie nunca les dijo qué es lo que se dice después de un beso, al menos para romper el hielo.

-- ¡T-te veo en la junta!

-- ¡Sí, cuídate! --rápidamente se levantó, acomodando su gorro para que también cubriera un poco sus ojos y no tener que verla directo.

México siguió sentada, aún algo avergonzada como para poder levantarse, y seguía procesando qué demonios había sido eso.

Lo disfrutó, más que cualquier otra cosa, pero ¿cómo llegó a ese punto? Si todo eso realmente fuera un juego, Rusia ya habría tomado la oportunidad para decírselo, y en parte le alivia, porque eso quería decir que decía la verdad y ambos estaban enamorados.

Y si no, sí que iba a dolerle, pero quería al menos disfrutar aquella mentira.

Tuvo el valor para ponerse de pie, limpiando la leve tierra que había en su parte trasera, y entró, sonriendo.

Fue un buen día, un excelente día.

-- ¡Ah, mira! Llegó nuestra jefa.
Disculpe, no sabíamos que ya teníamos papá, hehe...

-- ...¡TEMPLARIOS, QUÉ LES HE DICHO DE ENTRAR A MI CASA!

-- ¡Ya tiene novio!

-- ¡CÁLLATE!

Y volvemos a la programación habitual

Así es, un cap relleno

No sé escribir besos acaramelados, alguien deme un instructivo para eso

En serio discúlpenme, creo que nunca había escrito una situación romántica o un beso sin que llegara a algo más TwT

De todas formas, no tengo mucho qué agregar

Solo que, ¡miren!

¡Volvieron a dibujar a Murder Inc! AAAAAAAH VOY A LLORAR

Dibujas hermoso

En este caso, el crédito se lo queda YolotzinQuechol030, ¡muchas gracias por dibujarlo! Está hermoso >u<

En fin

Así es, en este perfil y en esta historia se apoya el RusMéx

Si tienen algún inconveniente con eso, pues que mal

Y si no, que bien

Pero bueno

¿Preguntas?----->

¿Comentarios?----->

¡Tengan lindo día!

2843 palabras.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro