VII: Deus Ex Machina
He visto el fuego, el hielo y el rayo ser dominados por la humanidad.
entes que únicamente los dioses eran capaces de controlar.
Si la humanidad eventualmente alcanzará a los dioses.
¿Cuál será su relevancia al final?
La humanidad es codiciosa e inquisitiva.
¿Qué evitará que se revelen eventualmente contra sus creadores?
—Yublan J. Jaeger
A lo largo de la historia la humanidad ha sufrido grandes catástrofes, ha sido testigo de incontables guerras, y visto el nacimiento de grandes imperios, así como de grandes tiranos.
Aun así, con el final de cada ciclo la humanidad resurgía más fuerte que antes, habiendo aprendido de sus errores y evolucionando a partir de ellos.
Y la llegada del primer Order no fue diferente...
Una fuerza de la naturaleza viviente, con la que no se podía competir ni negociar, una existencia cuyo recuerdo es el sinónimo del poder mismo y nada más, eso es lo que represento el primer Order.
Pero lo que nadie se había preguntado es... «¿Qué llevo a una persona a tales extremos?, ¿Quién era esta persona?, ¿en qué pensaba mientras hizo lo que hizo?», preguntas que llamarían la atención hacia cualquier persona, pero no al primer Order.
La humanidad lo deshumanizo deliberadamente, pues la piedra angular que el mundo necesitaba no podría ser una persona, ni mucho menos del tipo de persona que era Nora Waller.
Alguien que no nacio para la guerra y en cambio fue la guerra misma la que la convirtió en lo que es...
El mundo no podría digerir una noticia como esa, no pudo entonces e incluso ahora no puede.
Ciudad de Londres, año 2058...
Dentro de aquel departamento, el ambiente se había vuelto más frio mientras Zelda relataba los acontecimientos de hace 20 años, acontecimientos que convirtieron al mundo en lo que es ahora.
—No es una información fácil de digerir —espeta la entidad —Con los años la gente deidifico a Omega, no diferenciándolo de un dios omnipotente, particularmente los Surtristas como la señorita Wagner, o aquellos que se rigen por el código de Riders como la señorita Van Helsing; Lamentablemente, aunque lo nieguen la información que les digo es real.
—Antes habías mencionado un punto de quiebre —señala Kenny — ¿eso quiere decir que en algún punto el poder que adquirió Nora se le salió de las manos?
—Excelente, parece que ha estado prestando atención, pero me temo que se equivoca —Aclama el hombre —Todo hombre mujer y niño en este mundo puede quebrantarse si se les aplica la presión suficiente, y Nora no era la excepción a ello.
Ciudad de Babel, año 2036, hace 21 años...
Ya habían pasado 2 años desde el inicio de la guerra, para entonces Omega y los apóstoles ya habían diezmado a la población de múltiples secciones de Asia, Europa, áfrica y américa. Su avance no podía ser detenido y ninguna nación cayo sin pelear.
Los ejércitos de la ARNU ya habían probado diferentes tácticas desesperadas para proteger sus naciones de los ataques, lamentablemente estos eran barridos sin más como si de un juego se tratase.
El enemigo que enfrentaban no se atenía a una lógica militar conocida en el pasado, deliberadamente atacaban los lugares fortificados para demostrar que no había fuerza sobre esta tierra que fuese capaz de pararlos.
Mientras el caos se extendía a lo largo del mundo, babel crecía rápidamente.
Lo que en un principio inicio como una pequeña ciudadela empezaba a tomar la forma de una gran e imponente ciudad, atrayendo a cientos de creyentes y refugiados al día.
Algunos espías de la ARNU trataron de colarse eventualmente, más eran devorados por los Wraiths de la selva, quienes obedecían las órdenes de Omega, solo otra evidencia de su divinidad ante sus ojos.
Ante el público Nora mostraba un rostro estoico y autoritario, Difícilmente expresaba sus emociones incluso en presencia de otros apóstoles.
Con cada día que pasaba la cantidad de personas que rodeaban a la mujer empezó a incrementar, al mismo tiempo que esta cada día empezaba a sentirse más y más aislada.
En un ala de entrenamiento se podían divisar a Atlas Lumiere y a Luna Wagner, ambos haciendo uso de ropas de ejercicio, pero empuñando armas con munición y filo reales.
Y delante de ellos se encontraba esa mujer, su cuerpo en los últimos dos años cambio notablemente, su postura se volvió más firme, y su cuerpo más tonificado.
En su piel, se evidenciaba las marcas de incontables batallas, rodeadas por el tatuaje de un milpiés que cubría su cuerpo desde la cabeza hasta la punta de los pies.
Nora toma una fuerte inhalación y rápidamente exhala, en el momento en que esta estaba por tomar su próximo Aliento los dos apóstoles atacan.
Haciendo uso de dos dagas Atlas trata de cortar la garganta de la mujer, pero esta no se lo permite atrapándolas con las manos; por el contrario, Luna desde su espalda, dispara un arma en su mano derecha, pero Nora se transporta evitando las balas.
—Muy lenta... — espeta Atlas transportándose detrás de la mujer.
Con una patada Nora trata de atacar a su oponente, pero este nuevamente la esquiva, posando esta vez una mano sobre su nuca liberando así una poderosa descarga eléctrica que carboniza incluso los muros de la habitación. Pero esto estaba lejos de ser suficiente.
Nora rápidamente toma su brazo aventando este contra el suelo, pero en el momento en que esta lo alejo Luna tuvo un disparo limpio para atacar.
Tras disparar 3 balas estas al momento de acercarse lo suficiente empiezan a materializar hielo hasta convertirse en 3 esferas de pinchos que Nora apenas logra evitar, pero los roces con la habilidad empezaron a enfriarse rápidamente.
Luna nuevamente procede a atacar, pero antes de poder reaccionar Nora se transporta justo delante de ella, pero para su infortunio Luna materializa un mazo de hielo con el que ataca directamente el vientre de la mujer lanzándola lejos.
En la trayectoria del lanzamiento Atlas se hace presente, efectuándole dos cortes profundos; posteriormente este se transporta nuevamente en su ruta cortándola nuevamente, así hasta que Nora por fin pudo contratacar.
Atlas tomo distancia al igual que Luna, al tiempo que Nora manifestaba una nueva habilidad, cerrando sus heridas con cables negros hechos de aura.
La mujer extiende sus manos hacia sus contrincantes, quienes en respuesta se preparan para lo que pueda pasar...
De su mano derecha Nora manifiesta una monumental bola de fuego, con la potencia suficiente como para derretir el suelo de la habitación en la dirección de Luna.
De su mano izquierda y alrededor de su cuerpo esta manifestó una poderosa onda de choque, capaz de desintegrar todo lo que se cruzase en su camino, al tiempo que deformaba el aire de tal forma que era imposible ver u orientarse en su dirección.
Ambos apóstoles estaban siendo atacados con las habilidades que más los perjudicaban respectivamente, aun así, estos solo fueron capaces de formar una sonrisa, al tiempo en que se efectuaban cada uno una herida en la mano.
Por el lado de Luna esta había bajado la temperatura del ataque al punto que las flamas se congelaron en su forma y posición, y por el contrario Atlas había redirigido las ondas del ataque dentro de jaulas de Faraday hechas a partir de su electrokinesis.
Nora había quedado expuesta por ambos lados dándoles a los apóstoles una oportunidad de atacarla, pero esto era sin dudas lo que Nora esperaba.
Cuando los apóstoles llegaron al lugar lo único que fueron capaces de ver fue un agujero en la tierra, una distracción que los hizo mirara hacia abajo, mientras que en el techo Nora preparaba su siguiente ataque.
El cielo de la habitación rápidamente se hizo pedazos mientras docenas de gigantescos puños de aspecto monstruoso lo atravesaban, llenando la habitación de oscuridad.
En la oscuridad el sonido de los cortes y disparos se hacían percibir en un encarnizado combate; los segundos se hicieron minutos y los minutos horas, hasta que finalmente cayo el silencio.
Cuando las luces de emergencia de la sala se reiniciaron Nora tenía una cuchilla negra en el cuello de Luna y alrededor del cuerpo de Atlas cientos de espinas lo orbitaban, al tiempo que ambos apuntaban sus armas a Nora.
—Lo dejaremos hasta aquí... —espeta la mujer.
—Entendido... —Aclaman los apóstoles Lumiere y Wagner quienes ya respetaban ciegamente a Nora.
Dentro de babel eran muy pocos quienes podían tener un entrenamiento serio con la mujer, incluso entre los apóstoles, los únicos capaces de hacerlo eran la apóstol Wagner y el apóstol Lumiere.
Desde la muerte de Kruger hace más de 2 años, ellos al ser los más fuertes entre los apóstoles se volvieron sus maestros, enseñándole los fundamentos del combate y el manejo del aura.
En pocos meses el poder de la mujer rivalizó con el de los demás apóstoles y al cumplirse un año podía incluso combatir en contra de sus mentores sin que estos se contuviesen.
Ellos fueron los primeros en seguirla pues fueron los primeros en ser testigos de su poder, y posteriormente gracias a eso los demás apóstoles la siguieron hasta que finalmente la ciudad de babel empezó a alabarla.
Omega se había vuelto el enemigo público número uno del mundo entero, y por ende Nora no podía dejar de incrementar su fuerza a cada segundo, al punto en que ella misma estaba obsesionada con adquirir más poder.
Su deseo de proteger su causa y a las personas que la siguen llego al punto en que Nora poco a poco empezó a distanciarse de la gente, borrando de su ser cualquier conexión emocional.
Por un lado debido a que ella lo consideraba una debilidad, y por el otro su recurrente temor de perder a alguien más.
Desde la muerte de Kruger y el ataque a la propiedad de los Wagner, Nora vio con claridad el odio que la humanidad tiene hacia los usuarios, y mientras veía el mundo que la rodeaba esa visión no cambió.
Incluso ahora cada hombre mujer e incluso niños la veían con los mismos ojos, como un demonio, pero del mismo modo conforme los usuarios ganaban reconocimiento, estos empezaban a abusar de los humanos, así como ellos lo hacían con los usuarios en el pasado.
Con cada día que pasaba Nora perdía más y más su fe en las personas, ya sean humanos o usuarios a sus ojos todos eran marionetas controladas por un insaciable Odio.
Y aquella imagen de un mundo donde Humanos y usuarios conviven armónicamente, poco a poco empezaba a caer en el olvido.
A este paso Nora podría despertar un día y simplemente acabar con la ARNU, viajar a los refugios humanos que los Surtristas habían descubierto y quemarlos como tanto lo desean.
Con cada día que pasaba su cordura empezaba a menguar gradualmente, y en toda la torre de babel solo una persona evitaba que esta desapareciese por completo.
—¿Otra vez se excedió en su entrenamiento? —Aclama Douglas presente en una enfermería.
9 meses atrás Nora había aprendido a usar mejor su poder, llegando al punto no solo de imitar los poderes que veía, sino también dándole la capacidad de crear poderes nuevos solo con imaginarlo.
No obstante, esto solo presentaba una carga extrema para su cuerpo; Todos los usuarios tienen cuerpos especializados para manejar una sola habilidad, y aunque existen algunas habilidades que son armónicas entre si existen muchas que no.
Debido a eso Nora estuvo cerca de provocar su propia muerte durante un ataque a una de las fortalezas de la ARNU, de no ser por Douglas y su extenso conocimiento en mutaciones genéticas y la manipulación de aura ella no podría lidiar con tal presión.
—¿Que tan grave fue esta vez? — pregunta el doctor al tiempo que posicionaba diodos alrededor del cuerpo de la mujer.
—Mi corazón se detuvo dos veces, pero sabes bien que eso ya no puede matarme, los huesos de mis dos hombros se dislocaron y los tendones de mi pantorrilla derecha estallaron — expone la mujer.
—Aun así, veo que estos se están recuperando rápidamente —señala el hombre al tiempo que registra su cuerpo—el problema con la regeneración acelerada es que tus huesos y tendones se vuelven más frágiles y suelen acabar torcidos. Podrías romperte el hombro por favor...
Con esa solicitud y sin pensarlo la mujer disloca nuevamente su hombro derecho con el fin de que el doctor pueda reubicarlo nuevamente en la posición correcta.
—En el futuro es mejor que pases un día en cama y dejes que tu cuerpo sane apropiadamente a depender de la regeneración acelerada — expone el doctor.
—Si pudiese pasar el día recostada en una cama sin hacer nada el mundo te lo agradecería — señala la mujer.
—Solo es mi trabajo decirlo...
—Douglas. ¿Tú me guardas rencor? —Pregunta la mujer esperando una reacción, pero el doctor no se inmuta.
—No personalmente, incluso entre los humanos yo era un desgraciado, aun y ahora lo soy —Espeta el hombre —Los humanos son una raza maldita que sin dudarlo un segundo harán daño a los demás; es por eso que odian a los usuarios, púes son exactamente iguales. Yo sé que soy así, y se podría decir que "en tierra de ciegos el tuerto es rey".
—Interesante...
—En ese sentido creo que usted es igual —Aclama el doctor —A partir de lo que me ha contado puedo ver que también se ha dado cuenta de ello.
—¿Sabes que por esas palabras podría fácilmente matarte...?
—Si tuviese miedo de morir ni siquiera hubiese abierto la boca — espeta —Además no soy alguien imprescindible para usted particularmente.
—Conoces demasiados de mis secretos — señala.
—Porque usted misma me los dijo — responde —Aun así, no cambiara lo que digo, cada día se hace más fuerte para enfrentar a la ARNU, pero está demasiado lejos de terminar la guerra, para empezar, ni siquiera se ha encontrado a Frank Cooper.
Frank Cooper, entre los miembros de la ARNU ha sido una piedra en el zapato constante para la armada Surtrista, En cada ataque o atentado siempre ha estado un paso adelante y gracias a él Nora ha estado cerca de la muerte en más de una ocasión.
A los ojos de los humanos Frank Cooper es la única persona que puede acabar con la existencia de Omega, "un héroe que cortara la cabeza del dragón" así lo han llamado.
—Mientras Frank Cooper ande suelto, nunca ganaras realmente; los humanos tenemos el mal habito de aferrarnos a la esperanza s —expone.
—Incluso si lo asesino, el mundo no cambiara —responde la mujer.
—Para que el mundo cambie el mundo debe ser destruido, o eso he escuchado de la propaganda Surtrista —Espeta el doctor —Yo no puedo decirte que hacer, pero si deseas terminar con esta guerra debes terminar con toda esperanza.
Con ese último comentario Nora sale del consultorio, al tiempo que las palabras del doctor resuenan en su ser.
Horas después...
Una alarma empezó a sonar dentro del centro de la torre al tiempo que tanto Nora como los apóstoles eran convocados a una sala de guerra, quienes rápidamente se presentaron; dándole a la mujer una imagen agridulce.
De los 12 apóstoles que crecieron y se entrenaron juntos, ahora solo quedaban 5; Algunos murieron en batalla, otros desertaron y unos pocos al no ser capaces de seguir el ritmo de la guerra afortunadamente fueron dados de baja.
Pero ninguno de ellos estaba triste o deprimido al respecto, al fin y al cabo, gracias a ellos habían llegado hasta donde estaban ahora, y desde un principio sabían que sus vidas no estaban aseguradas.
Los apóstoles restantes que quedaban eran, Luna Wagner, Atlas Lumiere, Aiden Loud, Yublan Jaeger y Harvey Glastco...
Inmediatamente en la habitación Yublan toma el mando y explica la apremiante situación por la que estaban pasando.
Durante los últimos 2 años la armada Surtrista había tomado una gran cantidad de territorio, gracias a eso fueron capaces de erigir puestos de avanzada en múltiples puntos a lo largo del mundo.
—Hace 5 minutos perdimos el contacto con todas esas bases de manera simultánea —Expone el dragón —Código morse, señales de radio o satélite, se perdió todo contacto con los puestos de avanzada...
—¿Acaso fueron atacadas? —Pregunta la apóstol Wagner.
—Eso no lo sé —Responde Yublan —si Atlas está dispuesto a investigar la información que recolecte podría darnos una mejor visión de la situación.
—Está bien... —Aclama el apóstol.
—Yo voy contigo —Espeta Nora.
—Bien, separémonos para abarcar más terreno...
Con esas últimas palabras los dos desaparecen de la habitación haciendo uso de su habilidad de teletransportación.
A Nora solo le tomo un instante salir de aquel lugar y llegar a su destino, pero lo que encontró ahí solo fue muerte...
Un poderoso mar de flamas se hizo presente en el lugar, obligando a Nora a retirarse rápidamente.
Esta se desplazó 10 kilómetros hacia atrás, pero la potencia de las flamas no se redujo, inmediatamente se desplazó 50 kilómetros, pero el calor seguía presente, hasta finalmente transportarse 600 kilómetros más del lugar donde sería capaz de ver lo que ocurrió.
Un pilar de fuego que se extendía hasta el cielo había devorado el puesto de avanzada además de la ciudad que estaba junto a esta; la mirada de Nora palideció al tiempo que sus heridas se regeneraban.
Inmediatamente esta salió del lugar, pero en lugar de regresar a babel viajo a otro de los puestos, notando que a cada lugar que viajaba la escena era la misma.
Al llegar al sexto puesto de avanzada la mujer no pudo evitar liberar un grito de rabia, lamentablemente no tendría tiempo para eso.
Una sensación familiar empezó a inundar a la mujer, un doloroso grito de ayuda y una súplica por la muerte, una sensación que no había sentido desde la residencia Wagner.
Un haz de luz roja se hace presente con un poder equiparable al nuclear, Nora por muy poco logra esquivarlo, pero al ver la fuente de este queda paralizada del horror.
Una figura humanoide recubierta en una armadura negra, con implantes mecánicos en todo el cuerpo y un reactor en miniatura que brillaba desde su abdomen.
A la vista de cualquiera lo que Nora tenía delante sería una suerte de androide, pero la mujer sabia la verdad, los gritos de su voz interna no mentían, aquello era un arma humana.
De sus brazos el arma ataca nuevamente con una reacción de energía concentrada, con la fuerza suficiente para diezmar todo a un kilómetro de distancia.
Rápidamente Nora lo evito transportándose a su espalda, donde lo decapitaría.
Pero en el momento en que su señal de vida se cortó, el reactor en su cuerpo empezó a sobrecargarse, obligando a la mujer a retroceder, solo para darse cuenta de que ahora había cientos de estas nuevas armas humanas volando a su alrededor.
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