VI: Linea Roja -3
Conforme el polvo se despejaba, los Grimm empezaron a percatarse de lo que había pasado, lo primero, Rose Silk había desaparecido y ahora se encontraba en los hombros de la extraña mujer.
En segundo, las marcas de zapatos y humedad que demostraban que hasta hace poco había personas en el lugar y lo más importante, el Grimm Reed completamente trasformado, quien, tras haber lanzado un golpe a la mujer fue frenado únicamente por su mano.
Los cuatro estaban atónitos, pero principalmente los Grimm quienes sabían que un golpe de Reed por muy leve poseía la fuerza de hundir un portaviones, pero ella lo había bloqueado como si nada.
La mujer trato de atrapar el puño del Grimm con sus dedos, pero este con velocidad y siguiendo sus instintos retrocedió.
La mujer empezó a revelarse a ellos, una mujer fornida usando botas altas y pantalones de cuero rojo, un Largo abrigo de piel blanco y una larga cabellera que cubría toda su espalda, pero de su cuerpo solo una cosa destacaba más haciendo a Oliver retroceder lentamente.
—Supongo que ustedes deben ser Grimms, ¿no? —pregunta con una mirada de completo desinterés mientras toma una manzana de una canasta junto a sus pies —¿De casualidad no conocerán a un tipo alto, fuerte y con aires de emo vengador y a una niña erizo de mar blanco y sorda que suele sonreír de más?
—¿Vengador?, ¿erizo? —medita Reed internamente dándose cuenta de que se trataba de esa Grimm que los acompañaba —¿Y qué si los conociéramos...?
—Reed, no la provoques... —afirma Oliver paralizado en su lugar.
—Eso significa que sí los conoces —señala la mujer —Dime lo que sabes...
La mujer extiende sus manos hacia Reed, pero antes de poder hacer algo un anillo rodea su cuerpo transportándolo del lugar junto a los otros Grimm.
A varios kilómetros del lugar en la superficie los tres emergieron de los Anillos, pero Rápidamente Reed arremete contra Oliver inconforme con su decisión.
—¿Qué demonios crees que haces...?
—Te salvé la vida, eso hice... —afirma al notar las miradas serias en los otros Grimm.
—¿Que me salvaste la vida? —pregunta colérico.
—Perro idiota, estabas tan metido en tu rabia que no notaste a quien le ladrabas —reclama Robin.
—Cabellos rojos, ojos verdes y el numero 66 tatuado en su rostro, no cabe lugar a dudas, ella es "el rey demonio del este", Roxanne Van Helsing.
Simultáneamente en las profundidades del laboratorio...
Roxanne daba un largo suspiro de insatisfacción mientras trataba de analizar su siguiente curso de acción.
—¿Por cuánto tiempo planeas sujetarte de mí? —señala dejando caer a Rose al suelo.
—¿Qué...? ¿Qué fue lo que pasó...?
—Mientras menos pienses en lo que pasó será mejor.
—Pero...
—Solo debes saber que las Nefilim están en un lugar seguro y que fuiste valiente, si no hubieses intervenido una gran parte de ellas hubiesen muerto sin remedio —le espeta, lanzando la sesta vacía de manzanas a un lado de la habitación —Bueno, ya no hay manzanas así que es hora de trabajar...
Rose quedó sin palabras, aunque no sabía quién era la persona frente a ella, fue capaz de hacer retroceder a tres Grimms sin sudar una gota, además de la intensa presión del aura que emergía de ella, «un nivel completamente inalcanzable», pensaba.
—¿Te quedarás ahí o vas a venir conmigo? —pregunta Roxanne —Ese roedor no parece tener la intención de volver por ti, lo cual no me sorprende porque desde que lo conozco siempre hace lo que se le viene en gana, además me quedaría un mal sabor de boca si te dejo aquí sola.
Esta le extiende una mano y forma una sonrisa...
—Quédate a mi lado y probablemente sobrevivas...
Rose no pudo evitar titubear al verla, no podía confiar en esta persona, pero lamentablemente no tenía alternativa en estos momentos. Se vio en la necesidad de acceder, más en ese instante esta no imaginaba la clase de demonio con el que se había cruzado.
Año 2058, hace diez años, en alguna parte de Siberia...
Durante el trascurso de una tormenta en un punto altamente remoto del país, un Gulag abandonado yacía oculto en la nieve.
Un helicóptero arriba en el lugar y de él, un grupo de cuatro hombres en traje ingresan en las instalaciones, todos y cada uno de ellos con el tatuaje de una argolla con una cruz en el anular izquierdo, lo que los reconoce como miembros de alto rango de la Vratva.
Además, junto a ellos tres individuos en proto implantes, usando Grilletes electrónicos en el cuello.
El grupo empezó a ingresar a las instalaciones, pero mientras más se adentraban en estas la temperatura empezaba a bajar cada vez más, hasta llegar al área que en una época fue usada para castigar a los prisioneros lanzándoles a las aguas congeladas.
En el lugar fueron capaces de apreciar un refrigerador equipado con un sistema de enfriamiento industrial, ya en este inhabitable ambiente uno de los presentes se acerca al refrigerador y lo desbloquea revelando su interior.
—No lo creería si no lo hubiese visto por mi cuenta —afirma uno de los presentes.
—¿Creer que Doyle subastaría a una de sus tan preciadas Wardolls? —aclama otro de los presentes —Revelando que en el contenedor se encontraba nada más ni menos que Fallout hasta el cuello en aguas congeladas.
—El señor Doyle recientemente se dio cuenta de lo inestable y peligroso que podía ser este producto, así que por eso generosamente la está subastando entre los demás líderes, pero si no aparece un comprador entonces no quedara más remedio que eliminarla. —Al escuchar esta afirmación una pequeña mirada de alivio se formó en Fallout —Pero dudo mucho que lleguemos a ese escenario, según las instrucciones del señor Doyle iniciaremos la subasta en doscientos millones de rublos.
—Quinientos millones —afirma uno de los presentes.
—Novecientos millones...
—Pagaré, 4 billones por la señorita Lebedev —afirma un anciano tras ellos, cuadruplicando el precio.
—Supongo que con el señor Niklos cerramos la subasta —afirma el mediador sorprendido por lo que aconteció.
El mediador pone frente al anciano una caja de madera fina que en su interior resguardaba un grillete electrónico y una capsula de Belt a su lado.
Desde la aparición de los usuarios han existido muchos quienes desean comercializar su poder, las Wardolls eran la última versión de lo que alguna vez fueron las armas humanas.
Usuarios con cerebros reprogramados a base de drogas e implantes mecanizados que amplifican sus habilidades aun a costa de sus vidas.
Al ver esta escena, la joven solo fue capaz de cerrar los ojos conforme se acercaban, cuando repentinamente algo llamo la atención de todos los presentes.
Una pequeña criatura roedora con la forma de una ardilla blanca de ojos rojos y un cuerno, con rapidez la criatura salto sobre los agentes e inmediatamente gritos y disparos se hicieron escuchar.
La joven solo era capaz de ver como en un flash la criatura incapacitaba a todos los presentes; en menos de un minuto todos tanto los líderes como los Wardolls cayeron al suelo completamente inmovilizados.
La pequeña criatura empezó a caminar al borde de las puertas del congelador para acto seguido saltar al suelo.
Rápidamente el refrigerador cayó a un lado mientras el hielo de la superficie de su cuerpo se quebró; en esos momentos el cuerpo de la joven estaba entumecido debido al frio.
Al levantar la mirada esta únicamente fue capaz de ver a un hombre parado frente a ella, vestido completamente de negro además de usar un sombrero y mascara de gas sobre su rostro.
—Qué estado tan lamentable. Buscaba una leona, pero encontré un pez —espeta con un acento turco lanzándole su abrigo para cubrirla —Pero te digo que hoy es tu día de suerte, pues soy... tu hada madrina.
—¿Hada madrina? —pregunta en voz baja.
—Puedes hablar, excelente, pues como dije voy a cumplirte un deseo y puedes elegir cual —afirma notando que ella no separaba su mirada del cartucho de Belt en el suelo —Veo que han estado manipulándote con esto, así que te propongo esto, tú no eres fácil de matar, pero si te meto de vuelta en esa nevera y te lanzo a las profundidades del lago Vostok, de una u otra forma dormirás para siempre y para endulzar el trato, puedes llevarte el cartucho de Belt contigo, si el frio no te mata la sobredosis seguramente lo hará.
—¿Me ofreces morir...? ...
—Es una opción, pero dime la verdad, ¿hay para ti algo en este mundo por lo que valga la pena vivir?
—No..., no lo hay...
—Bueno, claramente te ves decidida, pero, me sentiría mal si te dijera que no tienes otra opción, así que por eso te ofrezco esto... —afirma sacando una fotografía de su bolsillo.
Horas después...
El mar, padre y madre de toda la vida de la tierra, un sonido tranquilizante y un arrullo constante para todas las formas de vida del planeta, pero también una amante peligrosa pues de la misma forma como puede otorgar vida también puede traer muerte con la misma facilidad.
El Lago Vostok uno de los lagos más fríos del mundo y el mas profundo de Siberia, a mitad de la noche un enorme contenedor sellado rompe a través del hielo rompiendo con la calma de sus aguas hundiéndose en la oscuridad hasta dejar de ser visto.
Pero mientras se sumergía aun eran capaces de escucharse los gritos de los cuatro hombres que se hundían en su interior.
—Tomaste la decisión correcta —espeta el enmascarado parado sobre el hielo —Dime, ¿cómo te sientes?
—Yo... me siento... —incapaz de terminar su oración una sonrisa homicida llena de lágrimas se hizo presente solo para convertirse rápidamente en llanto.
—Supongo que esa es la reacción más común...
—Dime, de verdad, ¿aun sostienes lo que dijiste? —pregunta, dejando notar que entre sus manos se encontraban fotografías de los lideres principales de la Vratva y el grupo Lantrosu, además de una imagen de AJ Graham.
—Sí... lo sostengo —responde —Yo te ayudaré a vengarte, al fin y al cabo, soy tu hada madrina...
Continuará...
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