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V: Dependencia del odio -3

El apóstol se desenmascara y revela ser un hombre de rasgos japoneses, de cabello largo y negro formado en una cola de caballo, ojos dorados y en su espalda revela dos katanas de metro y medio, una con un mango negro y una vaina blanca, y la otra con un mango verde y una vaina Negra.

Con velocidad este desenfunda la espada blanca.

—Qué su acero alimente a mi espada —espeta mientras el filo de la espada empieza a teñirse en un rojo puro —Mugen Megamimaru...

El cuerpo del apóstol Ishigami a la velocidad de un relámpago atraviesa tres de los cargueros.

Al envainar su espada realiza una leve plegaria mientras los aviones se dividen en múltiples cortes finos y delgados tan cercanos uno del otro, que los fragmentos de los aviones no eran más grandes que una sandía.

—Gracias por la comida —espeta con una expresión más seria de lo habitual.

En una sección diferente el apóstol Lumiere teletransportaba los aviones unos dentro de otros ocasionando que exploten.

Habiendo ya eliminado a 5 de ellos en un minuto, junto a él aparece otro apóstol de cabello negro, piel pálida y ojos plateados.

—Estas cosas son persistentes —espeta el apóstol Lumiere.

—Algunos de ellos poseen munición nuclear, ¿eso puede ser un problema? —señala el apóstol Jaeger.

—¿Puedes ver de dónde vienen? —pregunta.

El apóstol Jaeger cierra sus ojos, desplegando una oleada de aura hasta el horizonte siendo capaz de mapear toda la zona como si fuese un radar.

—Salen de múltiples búnkeres subterráneos en la zona —responde el apóstol —Están a horas de aquí.

—No están lejos para mí —afirma, tomando un cuchillo para acto seguido enterrarlo en su mano —Te ofrezco este sacrificio...

A varios Kilómetros de ahí en diferentes secciones del bosque e inclusive en las montañas Drones y aviones despegan a cada segundo, Cuando repentinamente sobre todos y de manera simultánea empiezan a formarse nubes de tormentas.

—Préstame tu poder, Djinn —espeta el apóstol Lumiere, cuando vórtices de energía eléctrica se manifiestan en el horizonte borrando los silos de misiles —Estatus.

—No quedó rastro alguno de ellos... —responde el apóstol Jaeger.

—Este poder, nunca imaginé que el poder de los Wraiths pudiera usarse de esta manera —exclama asombrado de su capacidad.

—Recuerde que este poder aun no es suyo, pasarán años antes de poder dominar por completo su capacidad —responde —Eso si no los dominan primero.

Aunque ya no llegaban más aviones al lugar, aún había una gran cantidad de ellos sobrevolando a su alrededor todos cargados con munición de Oricalco la que aún les seguía afectando.

Dos apóstoles estaban espalda contra espalda ante este huracán de metal, una mujer rubia de cabellos largos sujetando un arco y un hombre con la cabeza rapada y una barba larga.

—Grettell, ¿cuántos disparos te quedan para el grande? —pregunta el apóstol.

—Dos flechas, pero necesito que los tiros sean certeros —responde —Me serviría algo de tu ayuda Aiden.

—Veamos si es mi día de suerte —espeta sacando una carta de una baraja del tarot.

Entre los aviones del exterior el motor de uno quedó fuertemente dañado, rompiendo la formación de los drones, causando caos y destrucción a su paso.

Entre la confusión dos drones quedan pegados uno contra el otro, dándole la oportunidad de dos tiros limpios a la apóstol Van Helsing.

—A todos los apóstoles aquí Loud, Grettell va a lanzar la flecha grande nos retiramos —exclama, y en consecuencia Lumiere los desplaza a todos del lugar.

—Las condiciones han sido cumplidas 100 flechas han derribado a mis enemigos de un golpe mortal y mi corazón está libre de odio y rencor, préstame tu poder —espeta clavando una flecha en su mano —Twashtar Astra...

Un arco color celeste se manifiesta entre sus manos y alrededor de los aviones, lejos y cerca de ella al igual que de los tanques en la ciudad, a todos los soldados que tuvieran hostilidad hacia ellos de alguna forma, e incluso sobre Omega; un marcador azul brillante hace acto de presencia.

Al liberar la flecha cientos de proyectiles son lanzados al aire, ensartando a los drones, a los soldados y a los tanques, dejando a su paso una explosión equivalente a una bomba de hidrógeno condensada en cada lugar.

Mientras que sobre los edificios de la ciudad Omega esperaba la flecha sin hacer un movimiento, pero al llegar frente a él se detuvo y redirigió su trayectoria a un soldado que tenía a Omega a tiro.

En la ciudad el usuario solo veía destrucción a su paso y a los pocos supervivientes indefensos viendo hasta el cielo con horror, viéndolo a él como la encarnación del mismo demonio.

—esto es a lo que hemos llegado... — Murmuro.

Grietas empiezan a emerger desde el cielo llenando la ciudad de constructos, sin armas, sin aviones, sin ejército, la ciudad cayó en cuestión de minutos, en una hora corea del sur había sido conquistada no por un ejército sino por 13 usuarios.

A las dos horas Corea del norte Fue dominada y en la actualidad se encontraban tomando una gran parte de china.

De regreso en el presente...

Adam veía con horror las escenas en la película que no dejaban de mostrar muerte y destrucción en ningún momento, era una película de terror donde el monstruo era real.

—Este es el rostro que deseaba ver en ti Macalister —espeta el usuario Omega entrando por la puerta —El miedo, la desesperación, la impotencia.

—Tú... ¿por qué hiciste eso...? No solo asesinaste soldados, sino también a gente inocente.

—No, Adam —exclamó quitándose la máscara —Asesinamos gente inocente, recuerda lo que te dije, tú y yo nos iremos juntos al infierno.

—Nora...

—No es mi intención que tu sufrimiento acabe pronto, yo veo el juego más largo en frente y ambos son piezas importantes, pero no dudes, al final... —espeta, luego baja la cabeza y dice —Yo misma te ejecutaré; ódiame, insúltame, maldíceme, sigue viéndome así, eso es lo que me da fuerza.

—Sé que tú y Kruger eran cercanos —exclama observando la argolla que rodeaba su cuello —Él era tu... no importa, ¿pero una venganza personal amerita tantas muertes?

—No era cercano a mí, él fue como el hermano que nunca tuve, era molesto y estirado, pero aun y así él fue la primera persona en preocuparse por mí, yo lo amaba... esto no es solo una venganza, quiero completar el ideal que él dejó atrás —responde con un tono sombrío.

Luxor Hace 25 años...

Aset observaba a Jack mientras tras ella Nora lo veía molesta, Kruger levanto la mirada y Observo a la entidad.

—Conoces la respuesta ahora humano —pregunta Aset —¿Qué es aquello que más anhelas?

Desde la primera vez que se le dijo esa pregunta había circulado por su mente, fama, dinero, poder, una vida tranquila, todo era algo tentador pero la realidad es que el solo se estaba engañando.

—Yo no anhelo nada —responde intrigando a la criatura —Para que pueda anhelar algo tiene que haber algo en el mundo que quiera y la posibilidad de tenerlo, pero aquello que deseo es imposible he inalcanzable.

—¿Y qué deseas...?

—La humanidad está dividida, raza, credo y nación, los humanos y los usuarios nacemos iguales vivimos nos reproducimos y morimos, casi siempre por culpa de otros de nuestra especie, aquello que yo anhelo es un mundo unido donde la gente no discrimine a nadie de ninguna forma, incluso si estos son diferentes como nosotros —señala, llamando la atención de Nora y Aset —Pero es solo un sueño estúpido un mundo así es imposible, no mientras seamos dependientes del odio.

—¿Y si no lo fuera...? —pregunta la entidad —¿Qué estarías dispuesto a hacer para hacerlo realidad?, ¿convertirte en un dios o en un demonio?

—Yo, probablemente... —Baja la cabeza un momento, toma un fuerte respiro y responde...

Babel, el presente...

—¿Su ideal? —pregunta Macalister.

—No es importante, mi venganza es solo contra ti, lo que me recuerda...

Junto a Nora un grupo de hombres ingresan al lugar llevando a Douglas por la fuerza.

Adam trata de detenerlos pero en consecuencia es pateado hasta el fondo de la celda por Nora, mientras ella aplastaba su cara contra el suelo fue capaz de sentir la ira, la desesperación y la impotencia de la que hablaba.

—¿A dónde lo llevan? —pregunta desde el suelo.

—A donde va estará mejor que tú —responde.

Los gritos desesperados de Douglas y la ira que cruzaba por su mente, lo cegaron, incluso habiendo comido poco y no haber bebido agua limpia en meses fue capaz de agarrar a la usuaria derribándola contra el suelo.

Con velocidad se puso sobre ella y golpeó su rostro múltiples veces, los guardias los veían y apenas eran capaces de contener las risas.

Mientras las energías del hombre se agotaban solo para ver que ninguno de sus golpes le hizo nada en realidad, Macalister se convirtió en el animal que Nora siempre supo que era.

—Te lo dije Adam —espeta pateándolo contra la pared donde con gran velocidad fue capaz de atrapar su cuello en el aire —Tus golpes también me fortalecen.

—Eres... Un maldito demonio —exclama mientras ella lo sujeta del cuello.

Al decir esas palabras Macalister, fue capaz de ver un pequeño destello en los ojos de Nora, solo para que esta lo lanzara fuertemente contra el suelo, mientras se llevaban al doctor del lugar, dejando al soldado solo y en la oscuridad envuelto en una gran ira.

Edificio del ARNU (Armada de las Naciones Unidas), ciudad de Washington...

La noticia de la destrucción y conquista de una fracción considerable del continente asiático dejó desconcertados a los miembros del gabinete, quienes veían las evidencias presentadas incapaces de creer que fuesen reales.

Una base militar, armada con 3890 soldados entrenados, 60 aviones cazas, 220 tanques de asalto en múltiples terrenos, más de 7000 drones autónomos cargados con misiles y más de 900 mil casquillos de munición roja, todas esas armas destruidas en cuestión de minutos y solo un superviviente.

En el centro del gabinete, un hombre en bata de hospital, exponía su testimonio a los miembros quienes lo veían con asombro y horror.

—General Sung Tae Jin, creo que quizás ha habido un problema de interpretación, podría explicar de nuevo la última parte —solicita uno de los miembros del gabinete.

—Lo diré las veces que haga falta —espeta con la cabeza en alto —Esa persona "es dios", nuestras fuerzas fueron dominadas en cuestión de minutos por un solo hombre, mi cuerpo quedó destrozado y ante las puertas de la muerte con su toque el me trajo de vuelta, uso su poder y reconstruyó mi cuerpo, puso su mano en mi hombro y me dijo "tú serás el testigo".

Los miembros del gabinete no podían creer lo que dijo, en casi todas las religiones se hablaban de seres trascendentales capaces de superar y reescribir la vida y la muerte, buda, Jesús o Mahoma.

Pero este individuo Omega era la antítesis de todos ellos, un dios que vino al mundo para traer destrucción.

Incapaces de dar una orden todos en la habitación callaron mientras en el fondo de la misma habitación un hombre de pelo negro con lentes rojos veía la situación con intriga y una larga y golosa sonrisa se le dibujo conforme las imágenes de Omega cruzaban por la pantalla.

—que opinas, Caos —Pregunta la voz de un hombre entre las sombras

—Una diosa, un verdugo, un demonio, ella ha asumido todas esas y más identidades para ser capaz de seguir adelante, pero ninguna de ellas la preparara para lo que viene, pues inminentemente chocara con "un punto de quiebre".

Londres año 2058...

En la estancia principal del departamento se era posible apreciar a Ken y a Zelda platicando mientras la segunda le contaba la historia, que había sido relatada hasta ahora.

—¿Un punto de quiebre? —pregunta el detective intrigado con la afirmación —¿Qué fue lo que paso después?

—Te lo explicaría con gusto, pero como cualquier vino una historia debe ingerirse lento y con cuidado, así que haremos una breve pausa —afirma volteando la mirada hacia Winnyfer y Roxanne quienes estaban en shock tras lo que habían escuchado —Tus compañeras claramente no lo han procesado todo y no son las únicas

Señala al ver que su mano también temblaba pues Zelda también estaba escuchando la historia.

—Supongo que tienes razón, pero claramente esperabas este momento para dejar el suspenso ¿no?

—El deber de un dramaturgo es mantener cautivada a la audiencia, así que por eso haremos un breve intermedio. Reiniciaremos antes de que te des cuenta.

Continuará...

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