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V: Dependencia del odio -2

7 meses después...

Encerrados en las celdas de Babel, Adam Macalister y Douglas Butcher, ya les habían contado todo, su plan, la cantidad de tropas que llegaron en la misión y las muertes confirmadas de sus compañeros.

Drogas, tortura e hipnosis aquellos monstruos no tenían límites en lo que estarían dispuestos a hacer por conseguir lo que quieren.

Ya no tenían nada que decirles, era cuestión de tiempo para que su sufrimiento terminase y puedan unirse a sus compañeros.

Douglas estaba asustado, no quería morir, aun no estaba listo, pero Adam ya estaba listo desde hace mucho tiempo.

—Douglas... si pudieras estar en cualquier otra parte del mundo, ¿a dónde irías? —pregunta Adam para callar sus berrinches.

—Cualquier otro lado sería perfecto, pero sinceramente me gustaría volver a ser profesor, era una forma de vida tranquila y gratificante —responde.

—¿Por qué lo dejaste? —pregunta

—Me despidieron... por faltar mucho a clases, en aquel entonces se llevaba a cabo el estudio del genoma de los Wraiths, tenía que organizar mis prioridades —responde —Pero si te soy honesto... cambiaría todo solo por volver a ese salón de clases.

—Ya veo...

—¿Y tú a donde irías? —pregunta.

—¿Yo? Siempre quise ir a la toscana en Italia —responde.

—Por favor Mac, no sé nada de ti, te di una respuesta personal, al menos déjame saber algo sobre ti...

—Es que no hay nada, yo no soy alguien interesante como tú, viví toda mi vida por la mitad, únicamente arriba de lo promedio, nunca me esforcé por algo realmente en mi vida, nunca gane un premio o salude a alguien famoso, solo viví cumpliendo las expectativas de otros —responde.

—Vaya... no sé qué decirte...

Las puertas de las celdas se abren dejando ingresar luz a la habitación la cual incendia los ojos de los dos hombres.

El sonido de un caminar metálico se acercaba a ellos mientras una mujer con las ropas de un apóstol se muestra ante ellos.

—Ha pasado tiempo... Adam Macalister y Douglas Butcher —espeta la mujer.

A su lado una criatura metálica con la forma de un sabueso negro de seis patas, quien seguía fielmente a la mujer se muestra.

Los ojos de los soldados empezaron a ajustarse a la luz mientras lentamente reconocían que la persona frente a ellos era Nora, pero había algo extraño en ella.

Sus ojos verdes que antes eran brillantes y llenos de vida ahora estaban secos y muertos, y su hablar y caminar eran más ligeros.

—¿Nora? —pregunta Douglas al verla.

—¿Recuerdan ese día en la cueva? Yo lo recuerdo bien, tan feliz, tan optimista, tan curiosa —espeta con una oscura y perturbadora sonrisa, que se cambia a una expresión iracunda —Tan ignorante, tan estúpida, tan débil...

Algo definitivamente había cambiado, en el pasado la esencia de Nora era tranquila y brillante pero ahora era como un mar inestable y tormentoso, por meses habían comparado a sus captores con monstruos, pero ella sin lugar a dudas era un verdadero demonio.

—Adam Macalister... sé que tu diste la orden de abrir fuego, me lastimaste en más de una forma, no tienes idea alguna de todo el daño que me hiciste, caí en lo más profundo de la oscuridad, ¿tienes alguna idea de lo que se siente? —espeta con un tono amenazante y con cierto grado de demencia —Por supuesto que no, tú no has perdido a nadie porque nunca hubo alguien que te importase en realidad, pero eso lo vamos a cambiar tú y yo, nos iremos al infierno juntos.

—¿Qué te paso...? —pregunta el Doctor.

—¿Saben? Al final su pequeña incursión fue algo bueno, todos descubrimos que éramos débiles, que el poder que poseíamos no era lo suficientemente fuerte para enfrentarlos, por eso decidimos evolucionar... eso fue lo que me paso "evolucione" —responde con una expresión cínica y hostil —A partir de hoy tomo el puesto de Kruger como líder de los apóstoles y para asegurarnos que no ocurra otra incursión como la suya, daremos una visita a la base militar en Seúl desde donde despegaron.

—Espera —exclama Adam poniéndose de pie —No pueden ir a ese lugar, no solo es una base militar, también alberga civiles.

—Solo son humanos..., porque debería importarme...

Tras esas palabras Adam empezó a gritar a Nora que regresase mientras ella caminaba hacia la puerta cerrándola lentamente mostrando una sonrisa, como si estuviese a punto de quemar el mundo entero por diversión.

Las horas en la celda pasaron mientras las palabras de Nora retumbaban en su mente "nos vamos a ir al infierno juntos". Adam sabía que era el responsable directo de esto.

Todo termino de esta manera porque el apóstol Kruger murió ante sus ojos y fue así porque él le ordeno a Malek abrir fuego. Debió matarla a ella en su lugar en el momento exacto en que se vieron.

La puerta de la celda se abre mientras un par de hombres con una risa en el rostro ingresan cargando una televisión entre brazos y sin decir una palabra vuelven a salir solo dejando un video.

En la imagen se veía la base Seongnan en Seúl, eran imágenes recuperadas de las cámaras de seguridad, los soldados no dejaban de preguntarse "¿Cómo las habían obtenido?" la respuesta a esa pregunta se haría presente más pronto que tarde.

Base aérea Seongnan, Seúl el día anterior ...

Un fuerte estruendo se escucha en la atmosfera conforme el asalto empieza y en el horizonte 13 siluetas se yerguen en el aire, simplemente esperando.

Los soldados toman sus armas y los aviones se preparan para despegar, todos cargados con armas de Oricalco.

En el puente de mando de las instalaciones, los generales a cargo de la estación preparan su ofensiva contra los invasores.

—General Sung, señor hemos confirmado la base de datos de la ARNU sus uniformes son los de los apóstoles —exclama uno de los presentes.

—Supongo que esto significa que el grupo de Cooper no fue capaz de completar su misión ni siquiera de dañar las fuerzas enemigas.

—Señor, según los radares solamente son esos 13... —espeta.

—¿Qué?

—No hay aviones ingresando a la zona, ni soldados armados en tierra, solamente son ellos, probablemente vengan a rendirse —responde —¿Qué hacemos señor?

—Derríbenlos...

—Enseguida general, las fuerzas en aire tienen luz verde abran fuego...

El sonido de los aviones cubre el aire, pero incluso así ninguno de los 13 se mueve de su lugar.

Por 5 frentes los aviones arremeten contra ellos, tanques en tierra al igual que cañones en el edificio abrieron fuego simultáneamente contra estos individuos.

El cielo se convirtió en un mar de llamas mientras los ataques enemigos impactaban contra los apóstoles de quienes se perdió toda señal, no escaparon por los lados ni tampoco cayeron al suelo.

El humo se despejó solo para ver como ellos permanecían en su lugar, inmutables.

—¿Estás bien ahora? —pregunta uno de los apóstoles.

—Sí... solo quería asegurarme de algo —responde un apóstol con mascara negra.

—Bien, ¿entonces por dónde debería empezar...?

—No, recuerde hermano Ishigami, nosotros solo somos secundarios, nuestro único papel es permanecer a su sombra —espeta otro de los apóstoles.

El treceavo apóstol avanza, su cuerpo estaba cubierto en una armadura de kevlar donde por encima se vislumbraba una capa de color negro y en su rostro una máscara negra dándole el aspecto de un demonio.

Su brazo derecho empezó a titubear, rápidamente tomó un respiro, calmo sus ideas y hablo:

—Yo soy el usuario omega —espeta con un filtro de voz —Hace exactamente 7 meses, 17 días y 15 horas una incursión se llevó a cabo en la zona muerta indonesia, 142 soldados fueron desplegados bajo la tutela del General de brigada Frank Cooper, sus 140 hombres están muertos, fueron capturados, torturados y ejecutados, gracias a ellos ahora conocemos información sobre sus operaciones y la ubicación de sus puestos de control principales, esto no es una declaración de guerra se les está notificando que la humanidad ha cometido un crimen, y yo, no los soldados a mi servicio, yo, no los hombres a mi espalda, solamente yo, seré su verdugo..., recen a sus dioses mientras aún existan.

El ambiente de la situación cambió radicalmente, las palabras del usuario los dejaron sin palabras, algunos creyeron que era alguna clase de broma, otros quedaron intrigados con sus palabras y la forma como las dijo.

Pero una pequeña parte, aquellos quienes vieron lo que ocurrió bajo la cortina de humo temblaban de miedo pues era muy factible que cumpliera con sus palabras.

Omega levantó su brazo derecho hacia los aviones en el aire liberando un haz de luz roja.

En un instante los 5 aviones junto a sus pilotos fueron reducidos a cenizas, no hubo calor ni una explosión fue una total aniquilación.

Los siguientes fueron los soldados en tierra, los vehículos de asalto, los tanques y los cañones del edificio; en cuestión de segundos desarmo la base completa y diezmo a 13 pelotones en tierra.

—Velen por sus almas... —murmuro en voz baja.

Una sombra empieza a manifestarse en el cielo como una grieta que deformaba el espacio, garras empezaron a emerger de ella mientras una monumental criatura hecha de acero y sangre salía de esta.

Su cuerpo era del tamaño de un edificio, su piel férrea y sangrante cubriendo un cuerpo semi humanoide, la cual exponía una espiral roja en el centro de la cabeza.

—¿Qué... es esa... cosa? —espeta el general al ver la monstruosidad.

—Esto... es Muerte...

La bestia arremete contra la base, sus golpes poseían la potencia para hacer temblar la tierra y su aullido la fuerza para distorsionar las señales de radio.

La cabeza de la bestia se quiebra en dos exponiendo una larga y filosa boca, de la que empieza a emanar un brillo carmesí apuntando a la ciudad de Seúl.

La estela del rayo quema todo a su alrededor, convirtiendo los edificios de la ciudad en ceniza con el mínimo roce.

Mientras que Omega desciende a la tierra hacia el destruido centro de mando, donde yacía el moribundo General Sung, a quien veía con lástima.

—¿Crees que ganaste... maldito? —exclama el general.

—No busco ganar... —responde.

—Esto aún no acaba...

Desde la distancia la estela de un proyectil cruza por el cielo de la base avanzando directamente hacia el constructo, el cual fue destruido al instante de recibir el impacto del misil.

—¿Creíste que nos habías desarmado? Esta base está preparada para todo tipo de enemigos, incluso si muero hay lanzamisiles y una infinidad de drones programados para erradicarlos a ustedes, monstruos —espeta con una risa ensangrentada.

Omega levanta al moribundo general del suelo, la mitad inferior de su cuerpo estaba destrozada, la sangre de su cuerpo caía como una cascada mientras este perdía el conocimiento.

Lentamente las partes expuestas del cuerpo del general empezaron a disolverse en cenizas, hasta desaparecer por completo.

Saliendo de los restos del edificio Omega contempló como desde el horizonte aviones cargados con misiles se acercaban, mientras que al otro extremo una gran cantidad de tanques se aproximaban.

Omega soltó un suspiro, mientras los apóstoles se reunían a su alrededor.

—Esos aviones estorban, háganse cargo, yo iré a la ciudad como estaba planeado —exclama.

—¡Sí! —Afirman al unísono.

Omega avanzó con velocidad hacia la ciudad mientras los apóstoles por su parte avanzan hacia los cargueros de misiles.

Una vez estando ahí los aviones dan la orden de cambiar a munición roja y abren fuego contra ellos.

—¡Daisuke! —exclama una de los apóstoles al apóstol Ishigami.

—No tienes que decírmelo —responde

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