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V: Nieve que cae al atardecer

Llevo casi dos años huyendo.

Mis hijos, mis hermanos, en cuanto se filtró el secreto todos vinieron en mi contra.

No sé a dónde ir, o qué debería hacer.

Este secreto es demasiado valioso para ser destruido, y muy peligroso para ser revelado.

Si esta es mi última bitácora solo quiero que sepan que todo lo que he hecho, lo hice por amor.

—diario de Víctor Van Helsing, 30 de julio de 1894

Ciudad de Minsk, año 2058...

Cómo saludar a una persona a quien no has visto en muchos años, esta situación sobre otras era muy confusa.

Ver a alguien como una madre, haberla amado y haber sido traicionada por ella, haber soportado un infierno de locuras y abusos, haber visto al diablo a los ojos y saber que todo eso se pudo haber evitado por la simple acción de una persona.

—Han pasado muchos años, pensé que las dos estaban muertas o peor —espeta Xenia —Voy a preparar té, ¿gustas?

—Lo apreciaría...

El ambiente era muy tenso mientras el agua con las hojas de té se calentaba, que podrías decirle a la persona que te dejó sola a tu suerte, y de la misma forma que podrías decirle a una persona a quien dejaste sola a su suerte.

—Te ves muy lastimada, ¿acaso te arrolló un camión? —pregunta Xenia tratando de apaciguar el ambiente.

—No estaría en tan mal estado si solo hubiera sido eso.

En recapitulación las heridas de la Joven constaban de 6 fisuras faciales, 32 laceraciones en los costados, 2 órganos perforados y 18 puntadas en ambas manos, pero al final se podía resumir en una sola frase.

—En resumen, tengo una suerte del asco con la gente... —responde.

—Siempre has atraído a toda clase de compañías, buenas y malas —aclama sentándose a su lado sirviendo el té.

—No hubiese imaginado entonces, que tú fueras de las malas. Pero sé que no te interesa mi vida social, hablemos del elefante en el cuarto —exclamó mientras remueve los vendajes de su rostro un poco para revelar el número "665" tatuado a un lado de su rostro.

—Veo que ocurrió lo peor...

—¿Lo peor? —exclamo indignada —Lo que pasamos por tu culpa fue una maldita película de terror...

Brasov Rumania, Hace 10 años...

Una ciudad llena de lujos y vicios, tras la guerra la ciudad se convirtió en un ámbito turístico exclusivo para las altas clases de lo que solía conocerse como el mercado negro y no mucho después pasaría a ser el inframundo.

En esas épocas ellos eran capaces de desplazarse por toda Europa sin necesidad de encubrirse, no sería hasta 11 meses después cuando la alianza extendiera su dominio por el mundo, que debieran volver a la clandestinidad, pero en este tiempo, no existía matiz entre lo legal y lo impío.

Entre los numerosos cuerpos de tráfico había uno que inclusive desde antes de la guerra era conocido y temido por todo el mundo, el grupo "Lantrosu", una red de lavado de dinero, crimen organizado y manipulación de los mercados que ha estado activa desde tiempos de la primera guerra mundial.

Pero lo que pocos sabían era que los cabecillas de dicho grupo también eran miembros de una de las familias más conocidas y a la vez más enigmáticas de Europa.

En el centro de la ciudad se erguía un hotel y casino propiedad del grupo, las personas que entraban sabían que perderían todo su dinero, pero no salían infelices.

Pues en este casino un hombre podía entrar con los bolsillos llenos de dinero, y salir con cientos de kilos de droga, vehículos caros y únicos, obras de arte y mujeres hermosas que podrías matar en el acto y salir impune, "todo el mundo gana" es el lema.

En una de las plantas principales, se podían contemplar a tres personas viendo la actividad del casino, todos con rasgos físicos similares que evidenciaban su parentesco, observando a la gente correr como cerdos a sus pies.

—Otra noche de ganancia, o que opinan ustedes caballeros —exclama una mujer con una edad entre los 30 a 35 años, con una leve cicatriz en su ojo, usando un vestido blanco.

—¿De qué sirve el dinero ahora Victoria?, al menos antes veíamos como se mataban entre los premios que lanzábamos, pero ahora, es como si se hubiese vuelto muy fácil —señala un hombre delgado de alrededor de 50 años.

—Dice aquel que fue a la cárcel 3 veces, debería ser más agradecido, lo que fácil se otorga fácil se quita —afirma un hombre joven de 20 años y cabello largo.

—¿Tienes algún problema mocoso? Recuerda que aun soy mayor que tú, en más de una forma —Reclama extendiendo su aura en el lugar haciendo temblar el suelo.

—Caballeros no peleen, recuerden que esta noche estamos de luto —exclama calmándolos —Nuestra querida hermana nos ha dejado y es una pena, pero ahora las ramas perdidas de nuestro árbol familiar regresan a su sitio.

Varios pisos abajo, en una habitación con el aspecto de una barbería, Rita y Rebecca fueron atadas a un par de sillones mientras un par de tatuadores trabajan sobre sus rostros.

Pero en lugar de usar tinta como se es acostumbrado, estos estaban inyectando cromo caliente directamente en sus caras, sin usar anestesia, únicamente brindándoles un par de piezas de cuero en sus bocas para que no mordiesen sus lenguas.

Por la puerta principal del lugar entra Victoria junto con los demás líderes del grupo.

—¿Como se encuentran nuestros rayitos de sol el día de hoy? —afirma Victoria con una expresión de regocijo —Levántelas, quiero verlas al rostro.

Los tatuadores se retiran mostrando como en el rostro de las jóvenes habían sido grabado los números "665" en Rita y "666" en Rebecca, Victoria se aproxima y las observa de reojo.

—Es fascinante, la viva imagen de Grettell —exclama al verlas —Inclusive, con toda esa tinta en el cabello, no pueden negar que son iguales a ella.

—Debimos esterilizar a esa mujer asquerosa desde el principio, nos puso en un riesgo muy grande al dejar ir a sus hijas al mundo —reclama el líder más viejo.

—No las insultes Dragos, recuerde que ellas son nuestras invitadas —afirma mientras le pide a uno de los camareros del lugar que se acerque —Traiga 2 unidades del lote 11.

—Enseguida señorita...

—Y alguien podría remover sus ataduras, nos están dando una imagen de chusma a la nobleza —ordena a los presentes quienes cumplen sus órdenes rápidamente.

—¿Estás bien con esto hermana? —pregunta Dragos.

—Lo tengo todo controlado hermano —responde con mucha confianza, mientras se acerca a las gemelas.

—Yo mejor me retirare... —espeta el mas joven de los lideres saliendo de la habitación.

—¿De verdad?, te perderás de la diversión —Aclama Dragos.

—Yo no he vivido lo suficiente como para odiar a Grettell y a su legado, bueno, no de la misma forma que ustedes —expone el joven.

Tras ese comentario el mas joven se retira, no sin antes dirigirles un desaire de desprecio a las hermanas.

Tras ser desatadas las jóvenes cayeron de rodillas ante Victoria, Rebecca no podía moverse en lo absoluto mientras sujetaba el hemisferio derecho de su rostro como si se estuviese derritiendo.

Por el contrario, Rita con una mano en el rostro levanto la mirada, dándose cuenta entonces que hubiese sido mejor no hacerlo.

Frente a las jóvenes la imagen de Victoria se impuso, aquella mujer claramente estaba a cargo, no solo Expedia aires de autoridad, era casi como si una fuerza invisible las obligase a arrodillarse en su presencia, como si sus cuerpos enteros estuviesen cubiertos por cadenas.

—Mis niñas ¿saben ustedes porqué están aquí? —pregunta Victoria a las gemelas —Supongo que no, Xenia debió esconderles esto también, ella puede llegar a ser una mujer molesta cuando se lo propone.

—No te atrevas a insultar a nuestra madre... —reclama Rita a duras penas en el suelo.

—¿Su madre?, ¿eso fue lo que ella les dijo? —espeta con intriga —Ella es lo más lejano a ser su madre, las apartó de ella, solía trabajar para nosotros, pero una noche salió corriendo con ustedes en brazos y nunca las volvimos a ver.

—Tú... estás mintiendo... ¿no es verdad? —exclama Rita apenas creyendo sus propias palabras.

—Díganme, ¿acaso nunca notaron que algo no cuadraba? Algún comportamiento irracional, cartas o sobres ocultos por la casa —espeta desmoralizando a las chicas con cada palabra, cuando entra uno de los meseros al lugar sujetando una charola plateada —Veo que ya está aquí.

La charola en sus manos revela dos dulces de aspecto extraño, con forma de mentas, Victoria pone la charola frente a ellas quienes toman los sospechosos dulces con duda.

Aunque estos poseían una forma y un aroma deleitante había algo muy raro en ellos, la situación era extraña, primero las secuestran, atan y tatúan, y luego las consuelan y les ofrecen alimento.

—No gracias... —espetan simultáneamente lanzando los dulces al suelo.

Una ligera sonrisa se dibuja en el rostro de la mujer, que rápidamente se convierte en una mirada de desagrado.

Con una señal los empleados del lugar las sujetan nuevamente, metiendo los extraños dulces en sus bocas y forzándolas a tragar.

Un aire químico empieza a inundarlas mientras la imagen frente a sus ojos empieza a volverse borrosa, sus cuerpos se aflojan y sus conciencias se adormecen.

Los empleados las soltaron, dando a relucir como las gemelas habían sido afectadas por la extraña sustancia que tiempo después descubrirían que se llamaba "Belt".

Una droga difícil de hacer y aún más difícil de encontrar, sus efectos son 20 veces más potentes que los de la escopolamina o el temazepam, además de ser más duraderos.

Pero lo más aterrador de esta droga es su grado de adicción, volviendo a quien la pruebe un esclavo de esta, incapaz de pensar, decir o hacer cualquier cosa que no sea con el fin de conseguirla.

—Ven ¿no fue tan malo?, ¿o sí? —pregunta Victoria —¿Cómo se dice cuando se acepta algo de alguien más?

—Gracias... —responden simultáneamente.

—¿Quieren más? —pregunta dibujando una mirada ansiosa en sus rostros —Mis queridas sobrinas, no puedo regalarles los dulces que quieren, no de manera gratuita obviamente...

Con una sonrisa llena de malicia, Victoria toma las cuchillas de afeitar de la Barberia, con unas tijeras las dobla en forma de cilindro y las entrega a las gemelas.

—Si pueden devolver estas cuchillas a su forma original, les daré más, ¿fácil no? —exclama mientras las hermanas empiezan a tratar de abrir las cuchillas cortándose sus dedos en el proceso —Pero esperen, no me dejaron terminar... deben hacerlo... con la boca.

El cuerpo de las chicas empezó a temblar de dolor, mientras movían las cuchillas de un lado a otro en sus bocas, el sabor a sangre y metal empezaba a inundarlas, hasta que ambas, casi de manera simultánea sacaron las cuchillas de regreso a su estado original.

—Excelentes niñas, podrían darme una sonrisa —las dos en un momento dieron a relucir una sonrisa sangrienta que desbordaba sangre con cada respiración —Se ven tan adorables ahora, exactamente igual a su madre.

Victoria abrazo a ambas jóvenes quienes no dejaban de llorara al tiempo que mantenían sus sonrisas llenas de sangre, una escena con la que la mujer no podría sentirse más feliz.

—Hermana, el equipo medico esta esperando en la otra habitación —Aclama Dragos.

—Maravilloso, no puedo permitir que mis nuevos juguetes se rompan tan rápido como el ultimó —exclama la mujer con una expresión jovial —¿y adonde fue Reiner?, no me percate del momento en que se fue.

—Probablemente fue a ese lugar, sabes cómo es...

Al mismo tiempo en la azotea del mismo edificio, un poste lleno de sangre se dejaba ver, junto a este una vela se encontraba encendida y el suelo a su alrededor yacía cubierto de sal.

Frente a este, se encontraba el mas joven de los lideres con un balde de sal entre sus manos, el cual procedió a dispersar en el aire a su alrededor a merced del viento.

Durante los años siguientes las hermanas se volvieron las marionetas de Victoria...

Siendo diariamente destrozadas, humilladas y llevándolas a los rincones más profundos por los que un humano podría arrastrarse, pero por qué lo hacían y por qué estaban en esta situación no era una pregunta que cruzara por sus nubladas mentes.

Habían pasado ya 2 años y 18 meses desde su llegada, la alianza extendió su dominio sobre Europa, en consecuencia, un acuerdo con el grupo Lantrosu fue establecido.

Su lista de clientes a cambio de un pasaje libre fuera del conflicto e impunidad, estos aceptaron gustosos, y en parte fue por su ayuda que la alianza fue capaz de capturar a varios de los líderes corruptos, así como terroristas ocultos por toda Europa en menos de una semana.

El grupo Lantrosu conservo sus propiedades principales, dando una imagen de empresarios ejemplares, más en las sombras monopolizaban el recién Inaugurado inframundo.

No podría haberles ido mejor, pero estos desconocían que su suerte estaba por cambiar.

Año 2052...

El invierno había llegado a la ciudad, Victoria yacía recostada junto a la piscina bajo el sol, tras ella se encontraban Rita y el más joven de los líderes del grupo.

—No me interesa si me entregan sus brazos en bandeja de plata, quiero que me entregue mi dinero al final del día —espeta con una sonrisa al teléfono antes de colgar.

—¿Era necesario llegar a tal extremo? —pregunta el joven.

—Reiner aun eres muy joven, no todas las situaciones se resuelven con política, en ocasiones debemos sucumbir a los instintos más básicos y primitivos —responde con una sonrisa —¿No es verdad Rita?

—Sí..., tía Victoria —responde de forma inerte.

—¿Aún no te has desquitado lo suficiente con ellas? —espeta observando las marcas de golpes, cortes y hematomas en sus brazos y piernas.

—No realmente, admito que nos divertimos mucho al principio, pero ahora estamos bien —espeta tranquilamente —Esas marcas son producto de un cliente que vino hace como un mes, las de Rebecca son peores.

—¿No crees que ya has llegado demasiado lejos?, comprendo tu enojo hermana, pero desquitarse con ellas no lastimara más a Grettell ni regresara a nuestro padre —especula tratando de empatizar inútilmente con la mujer —Recuerda que ellas aun poseen nuestra sangre.

—Ellas son el pecado viviente de nuestra hermana, y es nuestro deber ver que sea justamente resuelto...

—Pero ¿qué juzgas realmente?, ¿el pecado de Grettell, o el tuyo Victoria? —Ante esta afirmación la mujer empezó a molestarse, su aura se extendió por el lugar haciendo temblar el suelo y evaporando el agua de la piscina.

—Estás lleno de muchas opiniones sobre mí hermanito, sabes que si tienes un problema conmigo eres libre de decirme —aclama con una mirada y un aura asesina.

—No realmente —responde con un tono tranquilo ante la situación —Me gustaría ser capaz de vivir lo suficiente para llegar a viejo, no soy tan tonto como para enfrentarme a una Grimm.

—Sabía que recapacitarías...

—No obstante, también soy un firme creyente de lo espiritual, ¿no te atemoriza la idea de que eventualmente la paciencia de quienes nos antecedieron alcance su límite?... —pregunta con una mirada tranquila.

—Yo no creo en las mismas supersticiones que tu hermanito.

—Si lo analizas el poder de nuestra familia no es muy diferente a lo que llamas superstición, personalmente me atemoriza mas provocar a los muertos que a los vivos —espeta —De cualquier forma, ese no es el motivo de mi visita, el día se está acercando, pronto cumplirán 16 años...

—Nuestros ancestros trataran de reclamarlas, pero en cuanto vean el estado de sus cuerpos y sus mentes, van a desistir de formar un pacto, ellos buscan guerreros no basura mestiza —responde Victoria.

—¿Y si te equivocas? —pregunta.

—Las he despojado de su voluntad, su fuerza y su pureza, incluso si forman un pacto poco es lo que podrán hacer en mi contra y si presentan ser un problema las eliminaré —responde con una mirada cruel hacia la chica.

—¿Dónde está la otra? —pregunta Reiner.

—Está con nuestro primo, él se ha encariñado con Rebecca, no sé lo que haga con ella ni me interesa, siempre que la regrese con vida por mi está bien...

Paralelamente en otra parte de la ciudad...

En una habitación grande y oscura con la apariencia de un almacén, se visualiza a Rebecca, sus manos rodeadas con cadenas, colgando como un trozo de carne bajo una luz blanca, su cuerpo lleno de golpes y heridas, y su sangre cayendo al suelo una gota a la vez.

De entre la oscuridad un hombre se acerca, alto, fornido y barbudo, de cabellos rubios y ojos verdes igual que ella, sujetando en sus manos un tubo de hierro.

—Bien, hagamos esto una vez más —espeta el hombre.

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