De regreso en el presente...

AJ se arreglaba para el día por venir, dejó atrás el saco ensangrentado, y se cambió a una ropa más ligera y casual, corto su exceso cabello descubriendo su frente y sus ojos por primera vez en años.

Todo lo necesario para llamar la atención del objetivo, y una vez lo consiga, podrá zanjar este asunto de una vez por todas.

Mientras termina de arreglarse, Piper aparece en su estancia, pero su expresión a diferencia de la tradicional que varía entre sádica, sarcástica o indiferente cambio por una de completo asombro.

—No puede ser, ¿qué te hiciste AJ? —afirma casi sin palabras —No te veías así desde que te enseñé... No, estás tratando de impresionar a una chica.

—No es una chica, solo es alguien que me acercara al objetivo —responde seriamente.

—Eres un aburrido, y a todo esto ¿descubriste quién es el ladrón? —pregunta

—La proto armadura usada, las medidas del cuerpo, el peso, la velocidad y la flexibilidad del mismo me lleva a un sospechoso, Yuri Lebedev —exclama exponiendo la evidencia —Si consigo ingresar a su hogar seré capaz de recuperar el paquete y para eso utilizaré a Senna.

—¿Ingresar a su hogar?, entonces planeas enamorarla —espeta la mujer.

—Sera bastante fácil, con hablar tan solo unos minutos con ella desglose su personalidad, una romántica empedernida que tiene miedo de acercarse a otros, sobre protegida por su padre, pero con un inconsciente complejo de Rapunzel —expone el joven —Únicamente debo ser asertivo, mostrar interés directo manteniéndome en los límites de su espacio, y ella será quien haga el resto.

—No crees que te estas apresurando con tu deducción, las mujeres somos criaturas complicadas —afirma la mujer —si haces una mala jugada el enamorado acabaras siendo tu.

—¿Eso esa alguna clase de chiste? —pregunta el joven —Solo debo estar el tiempo suficiente cerca de ella hasta que su padre se haga presente, también podría solo tomarla de rehén y pedir el paquete como recompensa, pero no se si la vida de su propia hija valga lo suficiente. Además, para poder tener sentimientos por alguien esta tendría que conocerme como realmente soy, y nadie querría estar cerca de alguien como yo.

—¿Entonces significa que tienes sentimientos por mí?, pues se exactamente como eres y sigo cerca de ti —señala la mujer.

—Ciertamente siento algo —afirma con una sonrisa sombría —siento dicha de pensar en el día en que tome tu vida con mis manos y sin importar que digas o que hagas no puedas impedirlo.

—Qué frio, pero también fue mi culpa por preguntar —espeta mientras camina tras él colocando sus manos en sus hombros frente al espejo —Solo recuerda, el corazón herido de una mujer puede arder con la ira de mil infiernos, de mujer a mujer, espero que no seas muy cruel con ella cuando la botes.

—Si me odia, es bienvenida a venir por mi cabeza —responde

—Ese es mi muchacho... —exclama con orgullo al ver lo mucho que ha madurado en estos años, acto seguido su expresión vuelve a ser la habitual —Pero yendo al grano, vine para decirte que tengo que irme unas semanas.

—¿Una misión? —pregunta.

—Me han activado —responde provocando una leve expresión de asombro en el joven.

—Entonces la situación debe ser grave, no te habían activado en casi dos años —afirma ecuánime al comentario —¿Estarás bien?

—¿Con quién crees que hablas?, se necesitaría la fuerza de un país para siquiera hacerme sudar —respondió con confianza en su habilidad —Y cuando vuelva me contarás todo sobre esa muchacha.

Piper camina hacia la ventana de la habitación, poniendo un pie fuera hacia el vacío dejándose caer, AJ corrió a la ventana, pero en el exterior solamente quedaban algunas plumas blancas y negras flotando en el aire.

En la mente del joven no dejaba de preguntarse qué clase de eventos se habían desatado para activar a una Grimm.

Los Grimm, las 12 armas vivientes definitivas capaces de diezmar la vida de un país en una sola noche, cualquier misión en la que se involucra la activación de un Grimm acabará inevitablemente en un derramamiento descomunal de sangre.

Día 3...

A la hora acordada el joven llegó al lugar, solo para ver como Senna ya había llegado hace ya varias horas, y como parecía ser costumbre en ella yacía arrodillada frente a una tumba sin nombre.

—¿Por qué llegaste tan tarde? —pregunta con un tono de descaro al verlo.

—Parece que fuiste tú quien llegó antes —responde viendo sus dorados ojos mientras se arrodilla junto a ella —Tengo que preguntar: ¿Por qué le rezas a esta tumba? ¿Es acaso pariente tuyo?

—No lo es, este cementerio no ha tenido nuevos inquilinos en casi treinta años —espeta asombrando al joven

—Treinta años, eso es mucho antes de la guerra —afirma mirando con asombro a su alrededor —No puedo creer que este espacio hubiese sobrevivido tras ella.

—Todas las personas enterradas en este lugar no tienen a nadie que vele por sus almas, el mundo en el que vivieron murió poco después que ellos, pero ellos siguen aquí, aunque el mundo los haya olvidado. —relata liberando unas lágrimas —¿No es muy triste?

—Supongo que sí, sinceramente me plasmas una imagen muy triste, y a la vez una pregunta que me extraña —responde.

—¿De verdad tienes que sobre analizar todo? —pregunta secándose las lágrimas del rostro.

—No es sobre analizar, la verdad yo... —relata con vergüenza —Nunca he experimentado la muerte de un ser querido, la verdad, soy un huérfano, a veces para sentirme mejor pienso que mis padres murieron durante la guerra, devorados por un Wraith, o a manos de un criminal.

—Bastante cruento en mi opinión —señala la joven con un tenue escalofrió.

—es mejor a la alternativa...

—¿La alternativa...? —pregunta la joven.

—Que simplemente no me querían —responde.

—Vaya, uno esperaría saber esas cosas de una persona después de saber su nombre —espeta anonadada con sus palabras.

—Cierto, no me he presentado, mi nombre es Alec Jirod pero mis amigos me llaman AJ —Afirma aliviando la tensión.

—¿Tienes amigos?, para alguien que viste de negro y viene a cementerios, das un mensaje contradictorio —espeta.

—Podría decir lo mismo de ti, Senna Lebedev —responde borrando la sonrisa del rostro de la chica.

—Tú... ¿Cómo lo descubriste? —pregunta con la mirada por los suelos.

—Puede sonar un poco presumido de mi parte, pero, busque Belleza rubia de ojos dorados en internet, y fuiste una de las primeras opciones —exclama mostrándole su móvil —La verdad me cuesta creer que la chica de las fotos seas tú, en ellas pareces...

—¿Feliz?, es el objetivo, siendo la hija de uno de los hombres más importantes de Rusia, se debe mostrar cierta imagen al público —responde —Lamento haberte decepcionado...

—La verdad es todo lo contrario, puedo reconocer una sonrisa forzada desde un kilómetro de distancia —aclama guardando su móvil —Pero el día de ayer, esa fue una sonrisa real, tal vez no conozco la historia de tu vida, pero si entiendo lo que es querer estar unos minutos al día fuera de ella. La verdad es una pena, de verdad tenía la intención de ligar contigo, pero veo claramente que no estás interesada.

El joven se aleja después de haberla hecho recapacitar, la mecánica en este tipo de situaciones en las que él ha estado involucrado da una probabilidad del 65% de que ella...

—Alec, espera... —exclama en lo que su rostro empieza a teñirse de rojo —Si tu intención era ligar conmigo, podrías al menos invitarme algo...

—¿Te gustaría un café? —pregunta —Puedo llevarte en mi motocicleta —exclama provocando una reacción de emoción en la chica.

El resto del día los dos jóvenes hablaron, era casi como si se hubieran sumergido en alguna novela romántica, la gente los veía con ternura y algunos con envidia, al mismo tiempo que Senna no dejaba de reír por las Ocurrencias de AJ.

Pero, aunque él tuviera una sonrisa en su rostro, en su interior AJ solo podía sentir repulsión, imaginando a los cientos o quizás miles de hombres que en el pasado usaron este tipo de perfilación para engatusar a jóvenes inocentes.

Sentía asco de haber entrado en esa misma categoría, pero independiente a eso estaba completamente centrado en lograr su objetivo, usando a la inocente joven frente a él para lograrlo.

Y así los días pasaron...

Dia 7...

En un área publica ambos jóvenes salían de un teatro tras ver una película que Senna deseaba ver desde hace bastante tiempo.

Conforme avanzaban, AJ le señala una pequeña taberna con vista panorámica de la ciudad, donde podrían relajarse un poco hasta la caída de la noche.

—¿Entonces, de verdad nunca habías visto una película en el cine?, eso es muy triste —exclama con asombro, mientras veían el atardecer en el horizonte.

—Normalmente no puedo darme esos lujos —responde —Siempre me han dicho que mantenga en orden mis prioridades.

—Tu tutora legal suena como una completa ogra, te ha quitado toda tu individualidad —aclama con un tono jocoso.

—Yo tendría cuidado... —Se acerca y le susurra al oído —Ella podría escucharnos. además, para mí, este siempre ha sido el espectáculo más hermoso.

Los dos se voltean y ven como el cielo rojo del atardecer se convierte en un velo nocturno azul, hasta que por fin cae la noche y la ciudad toma vida ante sus ojos, una sonrisa se dibuja en el rostro de Senna, quien se recuesta sobre el pecho del joven.

Sintiendo sus calmos latidos, ella levanta la mirada viendo sus ojos color esmeralda, acerca sus labios con temor, pero el joven toma la iniciativa uniéndose con ella en un cálido abraso y un dulce beso.

La timidez en su cuerpo había desaparecido, mientras su corazón latía con intensidad y su respiración era agitada, todos los pensamientos en su mente quedaron en silencio, solo concentrándose en el suave roce de su cuerpo contra el suyo.

Quien a sus espaldas copiaba los datos de su teléfono, pues al final ella solo era su misión, pero incluso al terminar, AJ no quiso detenerse, eh inconscientemente una parte de él quería quedarse así para siempre.

—Tienes razón, Alec, es hermosa —afirma Senna con deleite en su abraso, sin saber que algo se estaba mostrando de entre sus ropas, una extraña mancha roja cubriendo su cuello.

—Senna, ¿qué es eso? —pregunta señalando a la mancha, en respuesta ella la cubrió con velocidad, borrando la sonrisa de su rostro.

—Tal vez es hora de ir a casa —espeta para posteriormente quedar en silencio.

En el trayecto de regreso a la esquina donde el joven la dejaba cada noche, solo hubo silencio. Tras llegar al lugar la joven se bajó con rapidez y se despidió.

—Espero haber sido de tu agrado —exclama con una sonrisa, pero ella no le corresponde —¿Hice algo que te ofendió?

—No, nada de eso, fuiste un caballero como salido de un libro, el día fue perfecto —responde con una sonrisa, pero claramente ocultaba algo.

—¿Mañana en el mismo lugar? —pregunta.

—Sí, por supuesto —responde con un tono decaído.

El joven se alejó, dándole su espacio, claramente algo había salido mal, esto no solo perjudicaba al plan, aunque él lo negase, lo afectaba en un nivel más personal.

<< ¿Realmente había disfrutado su compañía?>> pensaba, y había algo en ella, una especie de aura que hacía que verla fuese como verse a sí mismo en un espejo.

—Ciertamente..., las mujeres son criaturas complicadas...

Él trató de centrarse mientras descargaba en su teléfono los datos que había robado del móvil de Senna, pero en su mente no dejaba de pensar en aquel beso, que ahora que lo pensaba seria su primer beso, y aunque fuese falso le dibujaba una sonrisa que no podía borrar.

Dia 7...

El día siguiente había llegado, las horas pasaron hasta la hora prometida para encontrarse, el joven estuvo esperando desde el mediodía, pero aun así no hubo señales de que ella fuese a aparecer.

Pasaron las horas, hasta cerca del anochecer, y no había señal de la chica, la situación era bastante grave, pero no había tiempo de sobre pensar, claramente este enfoque había fallado, lo mejor será reagruparse y probar uno nuevo.

Mientras salía del lugar volteo a ver el Cadillac de antes, claramente aun no lo habían recogido, Ella debió ocultarle la información a su padre al final, no obstante, esta sería su nueva oportunidad de infiltrarse.

Dia 8...

Llegó el inicio del nuevo día, en horas de la madrugada los vehículos entraban y salían de Dive solutions.

Los vehículos de carga y descarga ingresaban por la puerta trasera, mientras que, en la puerta principal se encontraban los vehículos de transporte de los CEO's de la compañía.

Normalmente los vehículos salen a las 4 o 5 de la mañana para recoger a los ejecutivos en sus hogares a las 7 en punto y suelen tardar cuarenta minutos en completar el trayecto de regreso.

Pero el día de hoy a las 7 con 12 minutos, uno de los vehículos completó el trayecto en un tiempo récord.

Uno de los empresarios salió del vehículo, con una expresión eufórica, mientras era recibido por los ballets, quienes no podían creer lo que pasaba.

—Buen día señor Leather, no sabíamos que había solicitado un transporte más temprano el día de hoy —exclama el ballet.

—Pues no lo hice —responde con una sonrisa en la cara —El nuevo chico, no sé cómo lo hizo, pero es como si hubiera sabido que calles tomar para evitar las aglomeraciones.

—¿Nuevo chico, señor? —inquiere confundido.

—Asegúrese de no perder a un trabajador tan competente y amable, son muy raros hoy en día.

El ballet confundido por la afirmación va hasta la cabina del vehículo, donde se encuentra con un joven extraño que nunca había visto antes.

—¿Disculpa, acaso tú trabajas aquí? —pregunta con una mano en el botón de emergencia.

—Cuesta creerlo, ¿no? —responde con una sonrisa —pero a partir de hoy si...

La sociabilidad en rusia desde tiempos de la guerra fría siempre había tenido dos ventajas, la primera era que podías conseguir cualquier cosa que quisieses sin dar explicaciones.

Y la segunda es que, con información, puedes comprar ya sea más información o silencio.

La noche anterior el joven apareció con el vehículo a la policía, con una declaración que lo excusaba a él como el ladrón, llevándolo a entrar en contacto con el jefe de los choferes.

El cual no pudo decirle que no a su solicitud de empleo, solo, tras chantajearlo con revelarle a la policía que había estado vendiendo los repuestos de los vehículos a los talleres de autos en el exterior.

Algo que para AJ no fue difícil de suponer por la condición del vehículo, ni de comprobar al llevarlo a reparar al lugar donde se vendían dichas piezas.

—Tu eres el chico que recuperó el Cadillac once, el jefe me hablo de ti —responde con asombro.

—No me gusta presumir esas cosas —responde con falsa modestia —espero que nos llevemos bien.

—Siempre que completes tu ruta está bien para mí —espeta.