Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

KRISTAL

El burrito de Kaisaac corre lo más rápido que puede, arrastrando el carro en donde estoy sentada. El terror me invade por completo con el corazón latiendo a mil dificultando mi respiración.

Giro mi cabeza para mirar atrás, encontrándome a un grupo de hombres vestidos de negro con la cara tapada y montados a caballo. Vienen a por mí, ya saben que no estoy en el castillo.

Desde el momento en que huí del palacio, sé perfectamente que, si la guardia real no vienen a por mí es porque mi hermana ha conseguido ocultarlo o frenarles el paso; sin embargo, se ve que Adaliah ha logrado detener a los guardias y soldados, pero no ha algunos nobles.

Si estos hombres han estado aquí para parar nuestro camino, lo más probable es que, si seguimos avanzando, nos encontraremos a otro grupo dispuesto a rodearnos. Tienen pinta de saber la trayectoria que queremos tomar al ver lo que han ideado, lo que quiere decir es que me habían descubierto antes, solo que estaba con Dam y el conde, por eso, al verles, no se atrevieron a hacer nada.

—Illa, ¿quiénes son esos hombres? —pregunta el chico de cuatro ojos montado en burro.

Me sabe muy mal el haber metido a Kaisaac en todo ésto, está en peligro por mi culpa.

—¿Has visto el símbolo que tiene la espada que lanzó uno de esos hombres? —cuestiono y él asiente con la cabeza—. Es la marca del Reino Mágico Celestial.

El hecho de que hayan lanzado la espada a nuestro lado sin habernos herido, me da la sensación de que no nos quieren matar, solo alertarnos para que huyamos. Lo que quiere decir es que estamos cayendo directamente en su trampa. Y, si es en ese caso, no puedo seguir arrastrando al castaño ya que, aunque no piensen matarme a mí, contra él no tendrán piedad.

—Kaisaac, déjame bajar y huye.

—Calla que me lo estoy pensando y se vuelve tentador. Pero, coño, que ahora eres mi puta hermanita pequeña y no puedo abandonarte.

Nota mental: Kaisaac se vuelve más agresivo y dice más groserías cuando está asustado o nervioso.

Salimos del campo abierto para adentrarnos al bosque en donde sé que seguramente nos espere algo grande pero para nada bueno. Estoy muy agradecida por las cálidas de este supuesto hermano y me arrepiento un tanto en desconfiar de él en un principio.

—Poder de las plantas, préstame tu poder; córtales el camino.

Después de que diga el conjuro justo al entrar al bosque, los árboles extendieron sus ramas para bloquearles el paso. Sin embargo, aquello no me llega a calmar ya que lo más peligroso está cuando nos adentremos más.

—Teta, tranquila que al fin y al cabo soy un mago elemental.

Niego con la cabeza teniendo un nudo en la garganta.

—No lo entiendes. Vienen a por mí, pero el que está en peligro de verdad eres tú.

El chico frena su burro para girarse y mirarme con sus cuatro ojos frunciendo el ceño. Sé qué es lo que quiere: una explicación.

—Agradezco mucho que me quieras proteger aunque seamos desconocidos básicamente. Por mucho que digas que soy tu hermanita, aún no sabes absolutamente nada de mí. —Él escucha mis palabras con el ceño ligeramente fruncido hacia arriba para después mirar a otro lado.

—Kristal, soy un hombre de palabras y, si digo que te voy a proteger como a una hermanita, por muy en broma que haya parecido cuando lo he dicho, lo cumplo.

Esas palabras son súper bonitas y él es un chico maravilloso, por ello no puedo seguir poniéndole en peligro. Bajo del carro de un salto bajo su atenta mirada.

—A mí me quieren viva, y a ti, como que no sabían de tu existencia, te van a querer matar o usarte para amenazarme.

Es la verdad. Si me quieren viva será porque puedo usar las cartas y seguramente encontrarán a alguien para hacerme chantaje.

Kaisaac me mira sin entender nada pero ahora no le puedo explicar. Una espada celestial aparece entre los árboles pasando muy cerca de nosotros. El miedo corre por todo mi cuerpo y me giro rápidamente para observar al chico de cuatro ojos.

Ya está aquí.

—Prometo que te lo contaré todo pero ahora huye, por favor —suplico para que se vaya.

De donde había salido antes la espada, aparece un hombre mayor de color marrón y, los pocos pelos que aún le queda en la cabeza, blancos. Nos mira con su único ojo negro seguido de varios soldados.

—Creo que se tendrán que venir conmigo —habla con su voz de un viejo borracho.

Los hombres que antes Kaisaac les había cortado el camino aparece detrás nuestro cerrando la única salida que teníamos. El conde de Lucía, una de las ciudades de mi reino, da la señal de cogernos y, por mucho que el castaño a mi lado invoque las plantas, la espada celestial lo corta.

Vale, creo que ha llegado el momento en que invoque algo que sirva para las peleas, aunque lo más probable es que no funcione y haga el ridículo.

En el instante en que poso mis manos en mi bolsito de cartas, unas llamas de fuego aparece quemando a los soldados que se acercaban. De las llamas que quedan en el suelo, se levanta creando una forma humana de dos metros que poco a poco se va apagando hasta dejarme ver la espalda de un chico verde con el pelo corto rojo.

Él se gira hacia mí con su túnica negra y me mira con sus ojos amarillos de gato. Tengo que levantar bastante la cabeza para poder verle la cara y, no sé de qué será, tengo la ligera sensación de que le he visto en alguna parte. Después dirige su mirada hacia en chico que se encuentra a mi lado, en concreto a su collar.

—Chico —le llama el recién llegado señalando a Kaisaac—, quédate conmigo para ocuparnos de éstos y, Kristal —me mira de nuevo posando su mano en mi hombro—, si estás aquí no podremos pelear con todo al tener que estar pendiente de ti. Escóndete en un lugar seguro e iremos a buscarte después.

Por mucho que me parezca familiar, no puedo fiarme de él así porque sí y dejar a Kaisaac atrás para huir sola. Y, a todo ésto, ¿cómo sabe mi nombre?

—¿Quién te has creído para meterte en ésto? —pregunta el viejo conde al sujeto nuevo. No parece estar muy contento.

El chico se gira hacia él y hace las presentaciones:

—Segundo hijo del conde de la Aldea de Fuego, Reino Mágico Elemental...

—¡Armin! —grito interrumpiéndole al reconocer el chico éste gigante.

Abro mucho los ojos de la sorpresa y la alegría, pero ahora no es momentos de recordar y hablar de nuestra niñez. Me giro hacia el castaño mirando sus cuatro ojos.

—No tienes porqué meterte en ésto.

Él sonríe posando su mano en mi cabeza.

—Tonterías, lárgate de una vez que al fin puedo usar bien el collar. No quiero tener que estar distrayéndome por ti.

—Escucha a tu amigo y déjanos ésto a nosotros. Cuando seas más fuerte, no te echaremos de las peleas —añade Armin usando su pulsera para prender sus manos en llamas.

—Amigo no, hermano —corrige el castaño.

No lo puedo negar, ahora soy una carga para ellos. O me hago más fuerte o siempre seré una carga. El pelirrojo usa sus llamas para abrirme un camino y yo salgo corriendo por ella adentrándome más al bosque sin girarme en ningún momento.

La única ayuda que les puedo ofrecer ahora es protegerme a mí misma y que ellos no se preocupen.

🌕🌕🌕

No sé cómo Armin supo dónde estaba, pero me alegra un montón que haya podido llegar a tiempo. Después de todo ésto, debo de darles las gracias de alguna manera al hacer tanto por mí.

He corrido muy lejos y decido pararme por aquí; no vaya a ser que después no me puedan encontrar. Me siento de espaldas a un árbol y cierro los ojos para descansar recuperando la respiración.

El silencio me rodea, pero no por mucho tiempo ya que oigo a algo estamparse contra uno de los muchos árboles a mis espaldas. Por miedo,me quedo quieta parada sin atreverme a mover ni un músculo.

<<Dios, ¿ésto no termina?>>

—Vaya, el joven conde no es tan fuerte como se dicen —habla una voz masculina desconocida para mí.

¿Conde? ¿Otro conde? Ésto tiene que ser una broma. Sin moverme aún, agudizo mis oídos para escucharles.

—¿Qué, tienes miedo de matarme y así ocasionar una guerra entre el Reino Guerrero y el Reino Asesino Silencioso? —se burla la misma voz.

Reino Guerrero..., ¿era necesario tanta casualidad?, ¿el conde Hettui? Y, eso de ocasionar una guerra entre esos dos reinos..., ¿el otro chico es alguien de la realeza del Reino Asesino Silencioso? Si es así, el conde está en clara desventaja ya que él no puede hacerle nada.

Me animo a girarme y ponerme de rodillas para mirar, pero, justo cuando lo hago, me encuentro a dos pares de ojos mirándome. Los dos tienen orejas puntiagudas de elfo y yo estando tan cerca, ¿cómo no me van a escuchar?

Primero cruzo mirada con el conde y sí, se trata de Hettui. Por primera vez puedo leer claramente su expresión: "Ahora apareces, hija de puta". Está en el suelo con la espalda apoyada en un árbol. Tiene heridas de cortes por todo el cuerpo, todas partes y le sale sangre de la boca.

Al contrario que el conde, el otro chico está sin rasguño alguno. Su pelo negro rapado por el lado derecho está en perfecto estado y puedo apreciar que tienes unos pequeños cuernos de buey en la cabeza. Mirándome con sus ojos rojos, hace que un escalofrío corra por mi espalda inundándome con ganas de huir.

El conde Hettui hace un gran esfuerzo en levantarse usando su espalda como bastón al estar apoyado en ella. Con la manga de su ropa totalmente manchada y estropeada, se limpia la sangre de su boca.

—¿Oh?, aún no te rindes, ¿eh? —habla de nuevo el chico pelinegro.

Por cierto, ¿dónde está Dam?

Lo mejor será que no me meta en ésto teniendo en cuenta que es imposible que le pueda ganar. Además, el conde éste amargado me quiso matar en un principio, ¿para qué arriesgarme por él? El problema está en que si el chico éste irá a por mí o no después de acabar con Hettui.

—Tranquilo, aún no te voy a matar. Solo quiero comprobar tu poder, pero quién iba a saber que no te atreviste ni a defenderte —comenta con una sonrisa de lado.

Posa sus ojos rojos en mí y se acerca a pasos relajados sin borrar esa sonrisa. El conde Hettui le sigue con la mirada y una expresión en la cara que, para mí, es la de siempre: neutra.

—Y, ¿quién es esta chica de pelo hecho un gallinero lila? —pregunta una vez ya frente a mí.

Retrocedo un paso hacia atrás para dejar un poco de espacio entre él y yo. Si ha podido dejar al conde tan herido, no quiero imaginarme lo que hará conmigo.

—Nadie importante —respondo con una sonrisa aunque en realidad quiero llorar.

¿Servirá de algo que también le revele que sé cómo llevar a la mazmorra?

Le veo ladear la cabeza mirándome arqueando una ceja para después girar un poco el torso y observar al herido que sigue sin cambiar de expresión ni de postura. En ese momento me doy cuenta de que, a su espalda, tiene un par de pequeñas alas de murciélago.

No sé qué significa con exactitud sus miraditas, pero me puedo hacer una idea y, si esa idea es cierta, puedo estar en peligro.

—¡No soy nadie suyo!, ni amiga ni nada por el estilo. No servirá de nada cogerme para que haga algo a cambio para salvarme —explico apresuradamente. Lo último que necesito es que vengan más gente a por mí—. Es más, una vez me intentó matar.

El chico se ríe y se inclina un poquito para estar a la altura de mi cara.

—¿Me estás diciendo que él te intentó matar y no lo ha conseguido?

Vale, se me ha pasado por alto ese detalle. Está claro de que si el conde Hettui me intentara matar y yo no supiera el camino a la mazmorra, ahora mismo no estaría aquí hablando y respirando.

Suspira sonriendo al ver que no tengo respuesta para ello.

—¿Nombre?

—No te importa —respondo sin pensar y al segundo me arrepiento.

Muerdo mi labio inferior mirando a otro lado. Juro que en verdad quiero vivir, pero, en vez de ser como casi todas las personas que primero piensan y luego hablan; muchas de  las cosas que digo nunca pasa por mi cabeza antes de salir por la boca.

—¿Oh? Muy bien, me gusta. —Agarra mi mano haciéndome tensar—. Soy Ares, príncipe del Reino Asesino Silencioso.—Se inclina un poco hacia delante para acercar su boca a mi oreja—. Encantado de conocerte, princesa Kristal —susurra y puedo sentir su sonrisa.

¿Qué ha dicho? ¿Cómo me ha llamado? ¿Es también un conocido mío al que no recuerdo? Mi corazón da un vuelco y mi primer impulso es empujarle para estar lo más lejos posible de este chico llamado Ares. Pero él tiene agarrada mi mano que lo atrae hacia sí, impidiendo mi movimiento.

Sin alejar ni un milímetro, susurra algo más:

—Te he visto cuando tu hermana, la princesa Adaliah, te ayudó a escapar del castillo. Yo también salí esa noche, pero por otra dirección. —¿Qué...? Me estoy perdiendo. Ares se separa de mí y, aún teniendo mi mano tomada, planta un beso allí—. Acuérdate de mí.

////////////////////////////////////////

PALABRAS: 2288

¡Hola, hola!

Ay dios, ya llevo nueve capítulos publicados, me siento re orgullosa xdddd.

¡El amigo de Kristal ha aparecido! Armin 7u7r. ¿Qué os parece? Está basado en uno de mis gemeliers xddd O sea, los que aparecen en "Despierta, Natalia".

Kaisaac y Armin se quedaron para pelear mientras que Kristal se mantiene a salvo, pero, azopotamadre, sale de un apuro y entra a otro. Se ha encontrado con el conde Hettui y Ares 7u7.

¿A qué se refiere Ares con lo que le dijo a Kristal? ¿Cómo es que la conoce?

Pobre conde, está to' herido weee :'( Ares, t'has pasao </3

¿Qué os pareció el capítulo? Se reveló algunas cosillas uwur.

¡PREGUNTA!

—Si pudierais entrar a un anime, ¿a cuál sería?

Mientras que no sea en Another, todo bien we JAJAJAJAJA

Bueno, so fue todo de momento. Por cierto, he publicado un apartado llamado "FRASES". Re bonita, podéis pasar a verlo, está un tanto por el principio ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥.

¡Se os quiere!

¡Saluditos!

Dyiiana⁓

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro