Ten cuidado con tus sueños: son la sirena de las almas. Ella canta. Nos llama. La seguimos y jamás retornamos.

Gustave Flaubert (1821-1880),
escritor francés.

¿Te has preguntado alguna vez qué pasaría si todos tus sueños se hicieran realidad? Quizás serías más feliz. Quizás te arrepientas.

Un despiadado osó, algún tiempo atrás, dominar los sueños del mundo, deshacerse de las pesadillas y el mal dormir y, por tanto, lograr que todos tuvieran sueños agradables para siempre. ¿Una buenísima idea, quizás? No. Nadie, por muy poderoso que sea, debe alterar la naturaleza de las cosas.

Así como existe el bien, debe existir el mal.

Dicho tirano insistió, indiferente e indolente a todo, y se hizo a la fuerza con todo el poder onírico. Con él sembró el terror y el caos a través de cada rincón de la Dimensión, a modo de ejercer presión para que sus demandas fuesen escuchadas.

En la actualidad, los sueños están más lejos que nunca de ser agradables, pues quien un día deseó acabar de cuajo con el mal, hoy lo está esparciendo.