the moon
. baek bae . the moon .
Y si has de apuntar hacia ella con la intención de amarla, recuerda que aunque brille siempre existe cierta oscuridad en su belleza. Aún así, una vez admirada hay quienes de ella no quieren regresar.
Babe nunca había sido perfecta y en ella, como en todos, siempre se albergó esa parte humana que la hizo cometer errores y dejarse llevar por sus sentimientos cuando creía algo completamente distinto a la verdad.
Culpar a Kim Taehyung de un error ajeno había sido una de esas cosas que hacía imperfecta a Babe y que definitivamente le dolía porque haber lastimado a la persona de la cual estaba enamorada sin remedio no era algo que podía dejar pasar por alto.
Y enterarse que un amigo había sido el causante del desastre que la había arrastrado hasta el punto de separarse de Taehyung era aún menos pasable, al menos por el momento.
La castaña había entrado a casa de Taehyung, dejó los zapatos en la entrada y no se atrevió a pisar más allá de la alfombra que adornaba la estancia. En cuando el chico intentó hacerla pasar hacia el largo pasillo ella simplemente se quedó inmóvil, dejando que su corazón se recuperara de lo que acababa de pasar con Jungkook.
Recuperándose de sentir una rabia enorme y una culpa aún más grande, dejando a un lado todos esos sentimientos para hacer borrón y cuenta nueva y abrirle un pedazo de su corazón a Jungkook para intentar comprenderlo.
No sería fácil dejar atrás ese capítulo de su vida pero era algo que debía hacer aunque tomara tiempo, después de todo ¿no es el tiempo el sanador más poderoso?
Sería su transcurrir quién lo diría.
El pasillo estaba oscuro porque todas las luces estaban apagadas pero la presencia de Taehyung parecía encenderlo aunque fuera un poco, a Babe siempre le parecía que el castaño irradiaba una luz propia que incluso en la mismísima nada, brillaría.
Ella necesitaba de esa luz esta noche aunque no hubiese notado que incluso ella misma también brillaba a su manera y sólo Taehyung era capaz de apreciarlo. Aunque estuviera un poco rota, aunque ahora mismo estuviese de pie en la alfombra sin botar ninguna lágrima pese a que su corazón dolía, Babe era la luna en medio de un cielo completamente oscuro y para Taehyung eso era suficiente.
Porque la luz que a Babe le faltara, Taehyung era quien la repondría poco a poco.
— Ha sido una noche difícil —Dijo Babe cuando notó que ya llevaba unos cinco minutos en la misma posición sumida en sus pensamientos y que Tae estaba sentado en el borde de la entrada justo al lado de ella esperándola.
Si quería tomarse la noche entera para meditar, él simplemente la acompañaría en silencio pues eso era lo que necesitaba la chica. Silencio para poder escuchar a todos sus pensamientos que le gritaban a la vez.
Babe cerró los ojos y suspiró dejando salir quién sabe cuántos de esos pensamientos y se enfocó en uno sólo.
Kim Taehyung.
El castaño de cabello desordenado, gafas para poder leer, pijama de rayas de dos veces su talla y de lindos lunares que adornaban su acanelada piel. Ese era el único pensamiento en que el Babe quería concentrarse.
La chica se giró hacia un lado y se agachó hasta la altura de Tae que hasta ahora se había concentrado en mirar sus pies mientras esperaba por Babe, él dio un leve respingo cuando sintió los brazos de ella rodear su espalda hasta pasarlos por su cuello y dejar caer su rostro justo al lado del de él.
Babe tenía el cabello enmarañado delante del rostro y a pesar de que no habló muy duro pues su voz era más un susurro, Taehyung logró escuchar cada una de las palabras que le susurró al oído.
— Kim Taehyung —Dijo como si quisiera que el nombre se quedara prendado en el aire e hiciera eco pues aquel nombre era tan bonito que ella podría repetirlo toda la vida, en cualquier rincón del mundo para que se impregnara un poco del castaño.
Cada parte del universo merecía tener aunque fuera un pedazo de esa órbita completa que era Taehyung.
— Kim Taehyung... —Repitió y Tae asintió lentamente esperando lo que tenía que decir.
Su corazón calmo latía con parsimonia en su pecho y se llenó de calidez nada más al ser tocado por su castaña.
— Tú sabes... —Se removió un poco frotando suavemente su mentón contra el hombro izquierdo de Taehyung —Que yo te amo, ¿no?
— Y tú, ¿sabes que eso es lo mejor que me ha pasado en la vida, no? —Tae se removió un poco y giró su rostro para poder ver a Babe pero se encontró con el enmarañado cabello que la ocultaba —Babe —Él se giró por completo deshaciendo el agarre de Babe para poder tenerla de frente y así ir apartando esos mechones de cabello que no dejaban verla bien.
Babe se sentó en el suelo de madera mientras que Tae seguía en el borde pero ahora girado hacia ella mientras que con su mano derecha iba retirando los mechones con delicadeza y los colocaba hacia un lado de las mejillas de la chica.
Ella no estaba llorando como muchas otras veces el castaño la había visto pero en esos ojos se ocultaban millones de lágrimas que Babe no estaba dispuesta a dejar salir, no quería que Taehyung la mirara en ese estado. Él lo sabía y por eso suspiró cansado de que ella intentara ser fuerte delante suyo.
— ¿Has hablado con Jungkook? —Babe apretó los labios y desvió la mirada pero Taehyung le tomó ambas mejillas con las manos para que lo mirara y enarcó la cejas abriendo los ojos graciosamente —Hey, pequeña lunita mírame.
— ¿Lunita? —Taehyung acercó sus labios hasta Babe le depositó un beso en la nariz y ella sintió como su corazón flaqueaba.
Taehyung era del tipo que se metía entre las murallas y escalaba hasta alcanzar tu alma, con el único objetivo de llenarla de besos para absorber toda la tristeza y soledad que pudieras sentir. Eso hacía el castaño ahora que luego del beso en la nariz le daba otro en la mejilla derecha, otro en la izquierda y de nuevo a la nariz.
— No ignores mi pregunta, ¿hablaste con él?
— Sí, Seokjin ha... En la fiesta... —De pronto recordó que Taehyung no presenció nada de lo que había pasado. Ni de cómo se había enterado, ni del casi accidente, ni del viaje en la camioneta de Seokjin, ni de la pijama de Jungkook y el beso que le regaló en la frente cuando lo disculpó —Tú... no sabes nada de hoy, ¿cierto?
Taehyung se forzó a sonreír. Él realmente estaba un poco preocupado y triste antes de ver que la camioneta se estacionaba en su casa. No sabía nada de Babe ni de Jungkook y se sentía ajeno a ella esa noche.
— ¿Quieres contarme? —Dijo acariciándole la cabeza —Porque sabes que aquí vivo solo y que preparo un ramen con carne muy bueno, entonces... —El castaño se apretó los labios y miró por primera vez en la noche las vendas en las rodillas de Babe.
— Yo siempre quiero contarte todo, Tae —Dijo ella envolviendo su cuello con sus brazos pero esta vez quedando de frente —Tú sabes que te contaría desde la prehistoria hasta los hallazgos extraterrestres.
Taehyung acercó sus labios hasta los de Babe y sonrió sobre ellos, retomando esa corriente eléctrica que siempre se deslizaba sobre su piel cuando la besaba.
— Hoy me conformo con que me cuentes cómo ha sido tu noche y luego podemos ver tu serie favorita.
— ¿Dormiré aquí? —Ahora era ella la que sonreía sobre los labios de él y sintió como las estrellas bajaban del cielo y explotaron en sus labios dejando un hormigueo en ellos.
— Y en una de mis pijamas, ¿anotado?
Babe juntó sus labios para volverlos más pequeños y los depositó tres o cuatro veces en la mejilla derecha de Taehyung dejando la zona con un leve cosquilleo y al castaño con una gran sonrisa en sus labios.
— Anotado.
Así era más o menos como se derrumbaban los muros y quién quisiera tomar nota debería saber que Kim Taehyung sabe que incluso aunque la Luna sea hermosa guarda cierta oscuridad pero aún así siempre apuntará hacia ella porque para poder apreciar la luz de otro también hay que conocer también su oscuridad.
Babe era su Luna y siempre iba a apuntar hacia ella.
***
La pijama le quedaba bastante grande a Babe pero entre esa que tenía puesta y la que tenía estampada algunas orejas de Van Gogh, la castaña definitivamente prefería la de rayas verdes y rojas.
— Entonces... ¿casi te han atropellado?
Taehyung había sacado una olla para hacer el ramen mientras que Babe le ayudaba a cortar los vegetales.
La castaña asintió, le había ya contado gran parte de la noche sin ahorrarse los detalles. Taehyung frunció el ceño cuando escuchó la parte de Hoseok y Seokjin en el pasillo pues le hubiese gustado que la chica no se enterara de esa forma. Pero, ¿quién pudo imaginarlo?
— Seokjin me ha vendado —Babe levantó un brazo y mostró el codo que tenía cubierto.
Taehyung se quedó mirando fijamente la parte afectada y dejó el paquete de ramen que estaba abriendo a un lado.
— ¿Qué sucede? —No respondió y caminó hasta la castaña para pararse tras ella y abrazarla por la cintura.
— Te has lastimado mucho —Le dijo reposando su mentón en el hombro de ella.
— Fue por descuidada, lo siento —Taehyung suspiró haciendo que el aire chocara contra el cuello de Babe y a esta le dieran escalofríos.
— La próxima vez no soltaré tu mano mientras cruzas la calle —Tomó la mano de Babe y le quitó la coleta negra que tenía en ella para luego hacerle un moño alto en el cabello —Y yo cubriré tus heridas aunque hyung lo haga mejor —Terminó de ajustarle la coleta un poco mal hecha y le dio un beso en la mejilla derecha —¡Ah!
— ¿Qué pasa? —Sintió el dedo índice de Tae tocar su cuello en la parte posterior.
— Tienes un nuevo lunar —Babe rodó los ojos divertida ante la expresión infantil de su castaño.
— Eres un buen explorador.
— Sólo porque tus lunares son los más bonitos que haya visto.
— Eso no es cierto.
— ¿Qué dices? —Babe le pasó un pedazo de zanahoria rebanada y se lo metió en la boca.
— A mí me gustan los tuyos, son aún más bonitos porque tu piel es realmente linda —Taehyung se sonrojó y bajó la cabeza mientras se mordía el labio intentando no sonreír.
— Sí que sabes como hablar con esa boca tan chiquita —Dijo tomando un mechón del cabello de Babe para ponérselo a ella debajo de la nariz y fingir un bigote.
Babe sólo lo miró desde abajo porque la diferencia de altura siempre era notable entre ambos.
— Esta boca tan chiquita... —Babe miró fijamente los labios del castaño y este por inercia levantó su mano y paseó sus dedos por los labios de ella —Sólo quiere decirte palabras bonitas a ti.
Los dedos de Taehyung se fueron directamente a la nuca de la chica para así tener mejor control de ella y poder acercarla con querencia a él. La besó como si quisiera arrancar todas las palabras bonitas que Babe le tenía de reserva y ella no dudó en subir sus brazos hasta su cuello.
¿De cuántos besos de habían privado mientras habían estado separados? Iban a retomar la cuenta ahora que podían estar juntos nuevamente.
— Tae... —Susurró ella abriendo los ojos lentamente —El agua se va a evaporar.
— ¡Ah! —El castaño abrió los ojos y la boca de forma graciosa y corrió hacia la olla. Babe sonrió al verlo lidiar con el metal caliente y el paño de cocina que casi cae en el fuego cuando Taehyung lo soltó de imprevisto al notar que el calor pasaba a través de él — ¿Por qué me miras así? ¡No voy a quemar mi casi si eso crees! —Fingió estar ofendido.
— Yo no he dicho nada —Ella se volvió a concentrar en los vegetales mientras tarareaba una canción ante la atenta mirada de Taehyung.
El rostro del castaño se suavizó hasta tal punto que su expresión era risueña, dulce e inocente. No todas las personas lograban hacer que alguien te mirara con tal dulzura pero definitivamente Taehyung quería regalarle todas esas miradas a la castaña.
Luego de que terminaron de cocinar, sirvieron dos cuencos, uno para cada uno y buscaron algo de beber en el refrigerador para finalmente ir hasta el cuarto del castaño, específicamente al pequeño balcón que estaba hacia un costado de la habitación.
— No me seguiste contando sobre tu noche.
— Oh, cierto —Dijo la chica luego de meterse un puño de fideos a la boca —Luego de ello, Seokjin vino y me llevó hasta su camioneta...
El cuento se hacía más y más pesado para Babe a medida que avanzaba pues recordar que luego tuvo que ver el rostro triste y culpable de Jungkook le rompía el corazón. El chico podía haber sido un cobarde torpe pero ¿a quién no se le arrugaba el corazón cuando Jungkook ponía esa expresión de niño pequeño herido?
Ni Babe, con toda la rabia que sentía se pudo resistir. Era demasiado noble, demasiado bueno y torpe como para odiarlo realmente.
— ¿Y entonces le has pedido tiempo? —Ya Taehyung había escuchado todo lo que ambos habían hablando y dentro de todo se sintió menos pesado, aliviado y supo que por fin todos los secretos se sabían.
Ya Jungkook y Babe habían hablado y eso era todo lo que los tres necesitaban.
Mientras Taehyung pensaba en ello y lo mucho que se pudieron evitar al no ser tan cobardes, Babe se terminó su ramen y lo miró pensativa, el castaño notó que tenía un par de ojos negritos pegados a su rostro y se giró a verla.
— Le he pedido tiempo porque creo que ambos necesitamos sanar.
Tae asintió.
— Y ahora... —Tomó el cuenco vacío de Taehyung y lo puso a un lado junto al suyo —Creo que ya he hablado con Jungkook pero tú y yo también necesitamos hacerlo.
— Pensé que dirías eso desde que te vi pisar la entrada —Tae sonrió con tristeza —Voy a escuchar todo lo que tengas que decir.
— Tae... —Babe tomó su mano y delineó los nudillos del castaño con la punta de su índice —Yo también voy a escucharte, de hecho, tú sabes... tú fuiste uno de los más lastimados.
— Los dos, los dos Babe. Si yo lloré tú también lo hiciste, yo me enojé contigo y tú conmigo. Yo fui un cobarde, tú intentaste herirme dándome celos. Yo no pregunté tú tampoco me dijiste nada y así... La guerra es de dos, cada uno tuvo su forma de lastimar al otro —Babe subió la mano y acarició la mejilla ahora empapada de la chica.
— Si lo hubiese sabido.
— Si lo hubieses sabido —Repitió él —Pero no lo sabías y yo quise proteger a Jungkook porque sabía que él te quería tanto que no soportaría tu reacción —Tomó el rostro de la chica entre sus manos —Mírame, ¿no estamos ahora aquí? Me has dicho que me amas hoy y he explotado como un fuego artificial. Te di un beso, te tengo aquí a mi lado comiendo ramen y creo que hemos salido victoriosos de esa guerra, ¿no? —Babe no dijo nada, sólo lo miró con los labios apretados—¿no? ¿no? —Insistió con la mirada —Di que sí o empezaré una guerra pero de cosquillas.
— Sí, sí, sí —Dijo mientras asentía —Tienes razón —Sonrió suavemente y se abrazó a Taehyung pegando su oído de su pecho. El cabello de la castaña le hacía un poco de cosquillas en la nariz cuando acercó su rostro para darle un beso en la cabeza.
— Yo pienso que... hablar de todas esas cosas malas no tiene sentido si ambos sabemos que nos hemos equivocado —La abrazó mientras recostaba su mentón en la cabeza de ella y cerraba los ojos —Y pienso que si los dos pasamos la página entonces esta noche nos queda meter todos esos malos recuerdos en una cajita y aplastarla.
— ¿Qué? —Babe lo miró ladeando la cabeza, Tae se levantó y buscó una caja pequeña de color negro que tenía sobre su escritorio y la puso delante de ellos.
— Cierra los ojos y piensa en algo que quieras meter ahí para que no vuelva más, vamos.
— Está bien —Babe pensó en todas las cosas que le hicieron daño.
El rumor, los mensajes, los insultos, las lágrimas, la cara de tristeza de Taehyung, las peleas, Jungkook sintiéndose culpable, los días en soledad, el miedo, el dolor de haber perdido a su castaño. Todo.
Quiso hacer una especie de globo en su mente que se llenara de todo ello en lugar de aire y meterlo en esa cajita que Tae le estaba ofreciendo.
— ¿Lista?
Ella asintió.
— Ahora levántate —Le ofreció la mano para que se pusiera de pie.
— ¿Y tú?
— Yo estuve metiendo todas las cosas malas durante todo este tiempo —Dijo sonriéndole con ternura mientras entrelazaba sus dedos con los de la chica —Para que cuando te recuperara no hubiese ningún sentimiento triste o malo que arruinara el momento en el que fueras mía otra vez.
¿Y por qué se escapaban lágrimas de los ojos del castaño entonces?
Porque le parecía irreal que su deseo durante todas las noches que no la tuvo a su lado se hubiese cumplido.
Que Babe regrese y aún me ame porque yo la amo todavía.
En medio de la oscuridad que los acompañaba Taehyung fue el primero en pisar la cajita y seguidamente alentó a la castaña a que hiciera lo mismo, y con ello le daban fin a cada uno de esos momentos desagradables que vivieron sólo para dar paso a una nueva etapa en su vida.
— Gracias, Tae —Le abrazó por la cintura con tanta necesidad que sintió que no podría despegarse de él nunca más.
— A ti por volver.
Se quedaron así un buen rato mientras nadie irrumpía en la paz que se apoderaba de ambos, abrazados bajo la luz de la noche que especialmente hoy tenía una hermosa luna llena adornando el cielo.
— ¿Por qué me has llamado lunita hace un rato? —Preguntó ella cuando se arrastraron algo agotados hasta la cama y se acostaron uno al lado del otro.
Cerraron el balcón y prendieron el aire acondicionado. La cama de Taehyung olía a limpio y el edredón era tan acolchadito que parecía una nube.
— ¿Quieres que te diga la verdad? Porque eres tan redondita como una.
Babe le dio un pellizco en la mejilla y Taehyung empezó a reír, se acostó sobre su lado izquierdo para quedar frente a ella y llevó sus dedos al rostro de la castaña para delinearlo lentamente.
— Porque siempre que te miro no hay nadie más para mí y... como la Luna tan sólo puedes brillar sobre los demás. Incluso si hubiese tantas estrellas a tu alrededor que me cegaran —Se acercó más a ella hasta que sus labios quedaron cerca de la frente de la castaña, depositó un beso y se volvió a acomodar para seguir acariciando su rostro.
Babe se regocijó al sentir el calor emanar de la piel de Tae en comparación al frío de la habitación.
— Yo sólo te miraría a ti. Si brillas, si te oscureces, si estás a la mitad, si estás rota y al día siguiente estás completa. Siempre apuntaría hacia ti.
Siempre la seguiría porque Babe al igual que la Luna siempre alumbraba sus noches oscuras. Además de que la primera, en comparación a la segunda era la única que era capaz de llevarlo de vuelta a casa.
Y su casa estaba allí, dentro de las cuatro paredes de su habitación mirándolo con una expresión que prometía amarlo para siempre, como si fuera la primera y última vez que amaría en su vida.
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