25
Babe & Jungkook
Para dar comienzo se debe dar fin primero, aunque por supuesto dar fin al dolor no era tan fácil como deshojar a una margarita en pleno desamor. Al dolor había que arrancarlo con cuidado para que no se llevara más partes sanas de nuestro corazón.
¿A qué le debían dar fin Babe y Jungkook?
Jungkook a la cobardía y al mal sabor en la boca. Babe a las lágrimas y al rencor... Y así darían comienzo, pero... ¿a qué?
— No me has dicho una de tus canciones favoritas y ya llevamos medio camino —La voz de Seokjin interrumpió el silencio que se había cernido sobre ambos una vez que emprendieron rumbo hacia la casa de Jungkook.
En la cabeza de Babe sólo había mil pensamientos que se enredaban cual serpientes y uno era más venenoso que el otro.
— Babe, ¿me estás escuchando o te sientes mal? —La chica se removió en el asiento y se hizo un ovillo como pudo dándole la espalda a lo que Seokjin soltó un suspiro cansado y fijó la mirada en el camino una vez más.
— Flame of love —Pronunció casi sin ganas pero Seokjin llegó a escucharla y sonrió para así mismo débilmente, satisfecho de que por lo menos la castaña lo estaba escuchando a pesar de tener tanto ruido dentro de su cabeza ahora mismo.
— Esa misma pondré —Alargó su mano derecha hasta su teléfono y rápidamente escribió el nombre de la canción que segundos después empezó a escucharse en el reproductor del auto al estar conectado por un auxiliar al móvil del chico.
La canción reemplazó las palabras que faltaban entre ambos y aunque Seokjin estaba disfrutándola y esperaba que Babe se distrajera por unos minutos mientras llegaban a su destino, lo cierto era que ella tenía otra melodía rondando en su cabeza cuya letra era muy fácil de memorizar.
Jeon Jungkook, idiota.
Jeon Jungkook, eres un tonto.
Jeon Jungkook, ¿por qué?
Kim Taehyung, lo siento.
— Y cuando todo lo hermoso del mundo desaparezca, ¿seré capaz de olvidarlo todo? —La melodiosa pero ligeramente nerviosa voz de Seokjin de repente rompió el muro que había levantado Babe en ese rato para no tener que mirarlo a la cara y pedirle respuestas —Es tan... bonita, ¿no crees? —Giró el volante haciendo que la camioneta cruzara en una esquina, habían llegado a una urbanización y Babe lo notó porque las casas eran muy similares entre ellas.
Babe sabía en qué lugar estaban pues en algún momento también había recorrido esa calle a pie. Con otra intención y otros sentimientos hacia Jungkook.
— Es bonita —Respondió ella. Su corazón empezó a acelerarse cuando avistó la casa de Jungkook a tan sólo unos metros y Seokjin notó que la castaña se tensó en su asiento porque incluso su mandíbula estaba presionada por sus dientes.
La camioneta se estacionó finalmente delante de la casa de los Jeon y el silencio volvió a invadirlos cuando Seokjin apagó la música y le dirigió una mirada de apoyo a Babe.
— Dime, ¿serás tú también capaz de olvidarlo todo?
Babe fue consiente de pronto del frío del aire acondicionado y no sabía si era por ello o por los nervios que empezó a castañear los dientes y sentir que todo su cuerpo temblaba.
— Pero en tu caso, ¿olvidarás todas las cosas malas? —Seokjin se giró más hacia ella e inclinó su torso con la intención de acariciar suavemente el cabello de la chica para darle ánimos —Hagas lo que hagas, conserva las cosas bonitas y recuerda que...
Seokjin giró el rostro hacia la puerta de la casa de los Jeon y sintió una punzada sutil en el pecho de tan sólo imaginarse la cara de espanto que pondría el menor cuando los viera allí afuera. Estaba llevando al chiquillo al matadero.
Babe empuñaba la oz.
— Jungkook es un buen niño.
Y hasta los buenos niños rompen corazones y Babe lo sabía aunque le costaba admitirlo en este punto.
Seokjin se bajó del auto pidiéndole a la castaña que aguardara mientras hablaba con la madre de Jungkook y le pedía permiso para que él saliera un rato con ellos. El alto chico sorprendió al hermano menor de Jungkook cuando tocó la puerta pues no se esperaban visita a esa hora.
— Hyung, ¿cómo estás?
— Hola pequeño Jeon. ¿Está tu mamá?
La señora Jeon no se hizo esperar cuando escuchó a su hijo menor hablar con alguien en la puerta pero al notar que se trataba de Seokjin sonrió con dulzura inmediatamente pues tenía en alta estima al joven.
— ¿Por Jungkook? Lo siento Seokjin, ¿pero por qué has venido a esta hora?
— Es algo difícil de explicar, señora Jeon —Se rascó la nuca dubitativo mientras hacia una mueca con los labios para finalmente mirar por encima de su hombro y captar la imagen de Babe en el asiento del copiloto con la cabeza apoyada en el tablero del auto.
Seguramente está llorando.
O pensando las cientos de formas de asesinar a Jungkook.
— Verá... —Suspiró cansado mientras enrrollaba sus propias manos delante de él —Hay alguien que realmente necesita ver a Jungkookie... Y Jungkookie realmente necesita hablar con ese alguien.
El menor de los Jeon miró a su madre confundido y esta le hizo señas de que fuera a buscar a su hermano cuando comprendió que definitivamente el mayor de los siete amigos no iría a altas horas de la noche a su casa buscando a Jungkook por nada.
— Si es así entonces puedes llevarlo contigo pero por favor, regrésalo sano.
Seokjin hizo una leve reverencia y justo cuando se estaba incorporando de la misma, escuchó los pasos de su amigo por las escaleras.
— ¿Seokjin hyung? —Los grandes ojos del chico se clavaron en su amigo como los de un cachorro sorprendido —¿Qué haces aquí?
La madre de Jungkook le dio un beso en la mejilla y le pidió que fuera con Seokjin pues el mayor tenía algo importante que decirle. El menor de los Jeon también los dejó solos pero antes le pidió a su hermano que por favor le prestara su consola de videojuegos a lo que Jungkook accedió sin titubear. En otras circunstancias le hubiera dicho que no pero estaba tan trastornado por la inesperada visita que aceptó.
— Hola Jungkookie —Seokjin le dio un abrazo y el chico se sintió aún más confundido. El corazón de Seokjin dolía porque aunque sabía que era lo menor no tenía ni la menor idea de como Babe iba a reaccionar.
Y Seokjin no quería ver más roto el corazón de ninguno de los dos, menos de su pequeño Jeon.
— ¿Qué sucede, hyung?
— Creo que hoy no es tu día de suerte, Kookie.
— ¿Qué...? —El menor frunció el ceño en una mueca de confusión —Pero traigo mi pijamas de la suerte —Bromeó alzando una pierna levemente para que Seokjin apreciara su pantalón con figuras de Iron Man.
— ¿Es así? —Sonrió levemente para mirar de nuevo por encima de su hombro. Esta vez Babe le devolvía la mirada y Seokjin estaba seguro que en ella había muchos sentimientos acumulados— Hoy será una noche difícil para ti.
— No te entiendo, hyung —Sonrió mostrando sus blanquecidos dientes y a Seokjin le pareció la expresión más inocente de todas.
Expresión que fue completamente reemplazada por el pánico cuando Jungkook dirigió la mirada hacia la camioneta y vio a la única tripulante de la misma.
— Babe noona —Dijo con la voz temblorosa y los ojos abiertos como platos. Intentó retroceder un paso pero se chocó contra su mascota haciendo que esta chillara y corriera directo a la cocina —¿Qué hace la noona aquí...? —Preguntó con la misma expresión pero con el pánico empezando a apoderarse de él.
— Cálmate Jungkook —Le pidió mientras lo tomaba por los hombros —Ustedes dos necesitan hablar.
— No me digas que...
— Sí.
Y Jungkook lo sabía. Sabía que este momento tarde o temprano llegaría sólo que le hubiese gustado enterarse con más anticipación y no estar vistiendo un pijamas de Iron Man para ese momento.
— Ustedes dos tienen que hablar —Enfatizó Seokjin aún tomándolo por los hombros haciendo que lo mirara en lugar de tener los ojos perdidos en Babe.
La castaña no sabía qué era lo que sentía en esos momentos cuando vio la reacción de Jungkook e igual que al chico, el pánico se paseaba como agujas por su rostro.
— Vamos, regresarás en un rato.
— Déjame... —Jungkook intentó tranquilizarse mientras se ponía unas sandalias antes de salir de su casa pero su corazón se estaba desarmando de los nervios dentro de su pecho.
Tenía que dar la cara.
Y dar la cara también podía significar recibir unas cuantas bofetadas en ella si Babe estaba de mal humor. Jungkook tragó duro y se llevó una mano al pecho intentando calmarse.
— Súbete —Le dijo su amigo señalando la parte de atrás de su camioneta negra.
— ¿Iré aquí atrás? —Jungkook ladeó la cabeza y evitó mirar hacia dentro para no ver Babe.
Ella escuchaba las voces de ambos chicos pero difícilmente entendían lo que decían, sin embargo, le extrañó cuando Jungkook se subió a la parte de atrás de la camioneta que estaba descubierta y que por lo general los chicos no usaban a menos que fueran los siete en ella y no hubiese más espacio adentro.
— Espera aquí un momento —Le dijo Seokjin cuando Jungkook ya estaba sentado en el incómodo metal.
— ¿Por qué Jungkook irá allá atrás? —Preguntó Babe cuando Seokjin abrió la puerta del copiloto y se recostó sobre el marco de la misma con un brazo mientras la miraba fijamente.
— Bájate.
— ¿Cómo?
Seokjin señaló con sus labios hacia donde estaba Jungkook.
— Irás con él allí atrás.
Babe se bajó lentamente sin despegar la mirada del rostro de quien fuera el creador de un plan bastante extraño para hacer que Jungkook le diera las respuestas que ella buscaba.
— Yo manejaré, ustedes hablaran —Dijo el mayor de los tres cuando ayudaba a Babe a montarse en la parte trasera. Jungkook hizo ademán de querer ayudar también pero Babe ni siquiera lo miró por lo que volvió a su sitio y clavó la mirada en un poste de luz cercano.
Seokjin se cruzó de brazos y suspiró cansado.
— Ustedes hablarán, ¿entendido? —Dijo señalándolos con el dedo índice —Yo manejo, ustedes hablan. Y no quiero asesinatos en mi camioneta, ni sangre. ¿Entendido?
Jungkook abrió los ojos como platos y Babe se sentó en el otro extremo donde no pudiera tener a Jungkook cerca. Le costaba incluso mirarlo.
— Háganlo fácil o manejaré por todo Seúl hasta que se acabe la gasolina y nos quedemos accidentados.
Babe apretó los labios pensando en lo terrible que eso sería pues no quería morirse del frío y mucho menos quedarse con Jungkook allí en la maletera.
Seokjin se subió nuevamente y arrancó el motor haciendo que los cuerpos de ambos chicos se sacudieran cuando el auto arrancó calle arriba camino a quién sabe dónde pues sólo Seokjin sabía que dirección debía tomar.
Aunque lo cierto era que no había tal dirección.
***
¿Quién debía hablar primero?
Contra todo pronóstico luego de diez minutos de silencio y movimientos bruscos por parte de la camioneta, Jungkook se acomodó sobre el metal en posición india y abrió los labios dejando salir las primeras palabras que Babe oiría esa noche.
— Lo siento mucho —Cabizbajo se miró los zapatos para luego encontrarse con la mirada penetrante y vacía de la castaña que lo observaba desde la otra esquina.
Estaban parados en un semáforo en rojo por lo que la luz chocaba contra el rostro de Jungkook y sus ojos cristalizados pudieron ser camuflados por la misma cuando la chica lo escrutó meticulosamente.
— No sé aún quién te lo ha dicho pero lo siento mucho, noona.
El auto volvió a arrancar y la oscuridad volvió a bañar el rostro de Jungkook que permanecía cabizbajo. Babe por el contrario tenía la cabeza en alto y sin pena alguna dejaba que las lágrimas salieran de sus ojos.
— ¿Qué es lo que sientes, Jungkook? —Dijo con la voz temblorosa en un intento por no permitir que sus palabras se quedaran a la mitad y un sollozo se le escapara de la garganta.
Quería escucharlas, cada una de las cosas que Jungkook tenía que decir. Cada una de sus razones.
— Haber herido tu corazón y el de Taehyung.
— Eso no es lo único que deberías sentir —Dijo limpiándose la mejilla izquierda —Así que escucho esa larga lista que te estás callando en estos momentos.
Babe quería zarandearlo y gritarle, preguntarle por qué y luego bajarse de la camioneta y no verlo. Pero no podía, su cuerpo no reaccionaba y Seokjin seguía manejando por lo que bajarse no era una opción viable.
Jungkook subió la mirada y por primera vez en la noche conectó con la de Babe. Sintió su rostro frío como si le hubiesen pasado una barra de hielo por él y sus labios apretados intentaban no deshacerse en una mueca de tristeza y hacer puchero.
Babe le estaba mirando como él siempre temió. Con odio.
Aunque Jungkook ignoraba otras cosas en ese momento y sólo se concentró en esa mirada a la que temía, Babe realmente no sentía odio hacia él. Podría estar sintiendo muchas cosas en ese momento pero el odio no estaba incluida en esa lista.
— Siento mucho haberme enamorado de ti y amarte.
La desarmó.
Las palabras de Jungkook fueron una ráfaga de viento y Babe era un diente de león.
— Eso es lo primero de lo que debo disculparme porque sino... —El chico sonrió con tristeza y desvió la mirada para que Babe no notara que se le había escapado una lágrima rota que cayó sobre su mejilla —Nada hubiese pasado.
El aire removió el cabello de ambos y varios mechones de cabello cubrieron momentáneamente el rostro de la castaña.
— Amarme no te daba derecho a destruirme.
— Y eso lo sé... —Jungkook estiró las piernas y sintió que el pecho se le presionaba en un nudo —Y no quería destruirte, no quería... nunca.
— Sigo escuchando la lista, Jungkook —Dijo pestañeando varias veces para deshacerse de unas molestas lágrimas que no terminaban de salir.
— Es cierto —Bajó el rostro de nuevo pero volvió a subirlo para seguir mirando a la castaña.
Siempre era tan hermosa, incluso en medio de su tristeza ella siempre lucía etérea para él. E inalcanzable, sobretodo inalcanzable.
— Lo siento porque esa noche estaba celoso de que tú y Taehyung lucieran tan felices que tuve que beber como un estúpido hasta que me emborraché. Lo siento, ¿puedo repetirlo? Lo siento, noona —A Babe se le ponía el corazón más chiquito cada vez que escuchaba esas dos palabras y ver cómo Jungkook se estaba rompiendo delante de ella dolía.
Pero también se preguntó si a Jungkook le había importado en algún momento verla rota a ella.
— Y... te pido perdón por haberle contado todo a Sanha bajo los efectos del alcohol. Estaba celoso y enojado, pensé que ella era tu amiga y... que ella... —Empezó a titubear —Ya lo sabía pero, bueno... —Se cubrió los ojos con una mano —Ella hizo lo que hizo y todo por mi culpa.
Babe apretó los labios y asintió lentamente para luego sonreír burlonamente.
Sanha. Siempre Sanha.
— Cuando estábamos en Daegu... —Prosiguió —Todos esos mensajes empezaron a llegar. Yo estaba muy asustado y... lloré mucho, sé que no debe importante —Babe hizo un puchero involuntario y Kook lo notó pero aún así siguió hablando.
A pesar de que quería darle un abrazo de consuelo.
— Taetae, él... Los leyó y empezó a temblar, temblaba mucho y hasta se mareó cuando por fin entendió lo que sucedía y lo que decían de ti. Yo... yo tuve que decirle que era mi culpa.
Jungkook sintió una punzada en el pecho porque recordó la mirada de decepción y tristeza que Taehyung le dedicó cuando se enteró que el menor había dicho todo.
— ¿Y no pensaste en decírmelo a mí? —Preguntó adolorida —A mí, Jungkook —Se llevó una mano al pecho —Yo era a quién debías decírselo cuando regresaron a Seúl.
— Sí, pero... —
Por favor, deja de mirarme así.
— Los rumores de que había sido Taehyung empezaron a correr, todos decían que había sido él y entonces...
Taehyung se sintió tan impotente y roto que finalmente aunque le pesara el alma como si llevara plomo en ella, se unió a la mentira prefabricada para proteger a Jungkook.
— Él me protegió.
Y destruyó a Babe y su relación.
— Quiso que tú no me vieras con odio y que le dedicaras esa mirada a él.
Y vaya cuántas miradas que Babe le regaló a Taehyung cargadas de odio y rencor.
— Arruinó todo entre ustedes por nuestra amistad, porque Taetae es alguien muy noble —Ahí fue cuando Babe vio como Jungkook se rompía poco a poco y su voz flaqueaba.
Sí, por supuesto que arruinó su relación y en el proceso rompió su corazón.
— Yo fui un cobarde porque me escudé tras su mentira. Y te miraba... los miraba sufrir y el miedo... —Volvió a cubrir sus ojos con la mano y Babe simplemente escuchaba y lloraba en silencio.
La camioneta se detuvo pero ambos no prestaron atención al lugar al que los había llevado Seokjin.
— Siempre quise decirte todo esto, decirte que te amo desde aquel día pero que tú debes estar con Taehyung porque ustedes dos están enamorados —El corazón de Jungkook se rompía con cada palabra que decía, hasta el más profundo pedazo de él dolía porque admitir que la persona a la que amas nunca te corresponderá duele a horrores —Y que lo siento mucho por todo lo que causé, todo por un estúpido error que nunca debió pasar.
Seokjin escuchaba la conversación de ambos por la pequeña rendija que tenía a sus espaldas. No es que fuera chismoso pero debía asegurarse de que las cosas estuvieran yendo por donde deberían.
— Y que nunca quise separarlos, me dolía tanto como a ustedes ver lágrimas en lugar de esos tontos sobrenombres que ustedes usaban. Pero a pesar de eso... —Babe se empezó a remover en su lugar y lentamente se fue acercando a rastras hasta Jungkook que aún no la miraba.
Tantos errores, tantas palabras que debieron ser dichas antes.
— Pero ahora que han vuelto —El chico levantó la mirada y se sorprendió cuando vio que Babe estaba apoyada sobre sus brazos cerca de él. Tenía los ojos hinchados y lo miraba con cuidado, como si estuviera teniendo una conversación en silencio dentro de su mente.
Ahora que ellos están juntos de nuevo...
— ¿Has terminado? —Preguntó ella y Jungkook ladeó el rostro algo confundido para finalmente asentir lentamente.
La mejilla izquierda le ardió inmediatamente luego de recibir la bofetada que Babe le propició. Sus labios se entreabrieron y una lágrima se escurrió en la mejilla contraria mientras que sus ojos se posaban en el rostro de Babe. Un puchero, un sollozo de niña pequeña y un abrazo fue lo que siguió a continuación.
— Eres un idiota, Jeon Jungkook —Dijo abrazando con fuerzas al chico mientras que pequeños sollozos agudos salían de ella.
¿Por qué?
¿Por qué Babe lo abrazaba?
— ¿Tenías que esperar tanto tiempo? ¿No podías hablar conmigo desde el principio... soy acaso un monstruo?
Jungkook no pudo evitar subir sus brazos y corresponder al abrazo mientras su rostro se desfiguraba en una mueca cuando empezó a llorar.
— Éramos amigos, yo hubiese entendido que estabas fuera de ti... yo hubiese escuchado tus razones y le hubiese pateado la cara a Sanha por ser tan vil.
Babe aún sostenía el abrazo.
— Pero me rompiste el corazón, dejaste que todos me llamaran por nombres horribles y que me humillaran. Te quedaste callado y sobretodo... Dejaste que Taehyung cargara con la culpa, que él se llevara todo ese odio que sentía —Babe suspiró con fuerzas. El peso en su pecho se iba aligerando —Yo le hice daño a la persona que amo... y tú... tú hiciste lo mismo.
Jungkook lo sabía mejor que nadie.
— Lo siento... lo siento... —Dijo entre lágrimas.
La castaña se separó y limpió su rostro para luego levantarse y sacudirse un poco. Allí fue cuando notó que Seokjin había aparcado delante de la casa de Taehyung.
— Ahora mismo yo sólo puedo pensar en lo mucho que sufriste por todo esto pero al mismo tiempo sigue doliendo lo que hiciste.
Seokjin escuchaba con atención y seguía sin intervenir, incluso cuando Babe abofeteó a Jungkook.
— Sé que te disculpas desde tu corazón y yo... yo te perdono, no tengo por qué odiarte Jungkook. Cometiste un error al contarle a la persona equivocada pero no fue tu culpa... lo entiendo.
Jungkook no sabía cómo sentirse en ese momento porque aunque el peso era menor aún le invadía la tristeza.
— Pero también quiero que sepas un par de cosas.
El teléfono de Seokjin vibró, tenía una llamada de Taehyung quién hacía rato se había devuelto a su casa e ignoraba que afuera estaban los tres.
— La primera —Babe miró con atención el lastimoso rostro del chico —Es que te quiero mucho, nunca he dejado de hacerlo y aunque duela tú eres mi amigo.
¿Por qué aunque le dijera que lo quería seguía doliendo? Claro, porque sabía que haberla lastimado no era algo que podía olvidar tan rápidamente.
— La segunda es que lamento haberte hecho daño, no sabía que me querías. Pero... Estoy enamorada de Taehyung, hasta la última gota de sangre de mi cuerpo lo quiere y no puedo hacer nada al respecto.
— Lo sé... —Sonrió débilmente y Seokjin se alegró internamente por escucharla decir aquello.
Aún amaba a su amigo.
— Y la tercera es que necesito tiempo. Te he perdonado sí pero no puedo despertar mañana y actuar como si nada hubiese pasado.
El móvil de Seokjin vibró nuevamente pero esta vez respondió la llamada.
— Lo entiendo... lo entiendo noona, yo... de verdad, gracias —Dijo cabizbajo limpiando sus últimas lágrimas.
— Jungkook —Babe se agachó a su altura.
Los labios de la castaña se posaron sobre la frente del chico regalándole un beso que significó el perdón absoluto para Jungkook.
— Aprende a tener la frente en alto. Ya te has disculpado y ya todo está dicho, ahora sólo te queda... —La frase no pudo ser terminada.
— ¿Babe? ¿Jungkook?
Taehyung estaba en la puerta de su casa con la respiración acelerada y el cabello despeinado, tenía puesto unos lentes de ver cuadrados y una pijamas de rayas. Parecía todo un desastre y a Babe le pareció el desastre más hermoso del mundo.
— Adiós Jungkookie —Dijo Babe bajándose del auto para ir hacia donde estaba el castaño que alternaba la mirada sorprendido en ambos.
— ¿Qué ha...
— Te cuento adentro.
Babe y Taehyung se esfumaron de la vista de los otros y Jungkook aprovechó la oportunidad para llorar histéricamente por última vez. Estaba diciendo adiós a todo el amor que sentía por la castaña.
— Jungkook...
— Buena suerte...
— ¿Qué? —Seokjin no escuchó muy bien lo que el menor dijo.
Pero Jungkook sabía muy bien cuáles debían ser sus palabras de despedidas. Las mismas que le había enseñado Hoseok.
— Buena suerte, Babe y Taehyung.
Y para dar comienzo se debe dar fin.
Jungkook había puesto fin y Babe le había dado la oportunidad de un nuevo comienzo. Sólo le quedaba esperar.
Taehyung y Babe hacía rato que se habían propuesto un nuevo comienzo.
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no sé si estaban esperando este capítulo pero espero hayan quedado satisfechxs con el desenlace de jungkook y babe, me costó un montón escribirlo porque hacer sufrir a jeon siempre me deprime. lxs quiero mucho, mucho.
pd. amé todo el álbum nuevo y fake love me hace llorar no sé por qué, la voz de jimin en el coro me vuelve una hoja quebrada.
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