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22


Babe & Taehyung.

Y a saber si había algo más mágico que los labios y la piel acanelada de Taehyung porque para Babe él era toda la hechicería que necesitaba en su vida y más.

Entre las cuatro de paredes de una habitación no es mucho lo que ocurre a menos que te llames Babe y tus labios estén a punto de chocar con los de una estrella fugaz, mejor dicho, Kim Taehyung. 

 — Di otra tontería así de bonita y prometo no perdonarte, Taehyung—Dijo la chica mientras tenía la mirada perdida en los labios de su acompañante. Podría fisurarle aquellos hermosos labios con tan sólo mirarlos tan profundamente y con tanta minuciosidad como si en ellos fuera a encontrar todas las respuestas del universo.

— ¿Qué tontería? —El castaño levantó su mano y acaricio levemente el borde de la oreja izquierda de Babe para luego deslizarla hasta su mejilla y delinear la misma con su dedo índice —No son tonterías, si te digo que quiero hacer que regreses a mí es muy en serio. Es mi misión de vida —Babe rodó los ojos pero en medio de ello se le escapó una sonrisa de los labios. 

Como si hacerse la dura se le diera tan fácil estando a mitad de la noche con Taehyung susurrándole palabras dulces con su hipnótica voz. Con esa voz cualquiera querría que le narrara el inicio de los tiempos y los misterios del mundo, con esa voz Babe quería que le dijera que la amaba pero le costaba pedirlo.

Aún tenía esa terquedad en ella.

  — Es una misión difícil —Refutó ella mientras seguía con la mirada la lengua de Taehyung humedeciendo sus propios labios. 

Ese lunar que tenía de inquilino en uno de ellos lucía más apetecible esta noche.

— La cumpliré —Dijo con seguridad haciendo que el pecho de Babe se tambaleara porque alumbrado por la luz de la luna y con aquella infinita voz saliendo de su garganta, Taehyung lucía como un príncipe encantado cuya magia se esparcía por toda la habitación. A Babe le pareció hermoso, más que de costumbre.

Desde el cabello castaño un poco ondulado cayéndole a cada lado hasta sus manos grandes y cálidas, terminando por esos pantalones largos y holgados de colores chillones que tanto le gustaban. Hoy le parecía hermoso y eso era innegable.

Quizás era por todos los días que se había privado de verlo y las ganas de apreciarlo que a la fuerza se arrancaba del pecho por miedo a perdonarlo tan rápido que pareciera que nada había pasado.

Pero ahora que lo tenía de nuevo tan cerca y tan angelical no podía negar que por naturaleza se sentía atraía a él por un imán. 

Como un buen espectador a una buena obra que le deleita hasta la médula. 

  — Babe, te ves tan hermosa esta noche —Y sin mediar otra palabra más porque para Taehyung ya se habían dicho suficiente, le plantó un beso a la embobada chica mientras le tomaba ambas mejillas con delicadeza y amoldaba sus labios a los de ella. El tacto era el consuelo de cualquier ángel maldito y si Taehyung tenía rotas las alas, eran los besos de Babe los que las curaban.

Babe llevó sus manos a las de Taehyung y las sujetó, no para apartarlas sino para tener una excusa de tocar la piel acaramelada del dulce chico. Se dejó llevar por el beso que el castaño había iniciado por parsimonia y que ahora empezaba a tornarse más violento cuando la lengua del intruso se abrió paso hasta la suya dando un leve toque que incluso parecía un accidente.

La respiración de Taehyung se sentía sobre la suya propia y eso le daba pequeñas descargas eléctricas por la piel aunque ninguna era tan excitante como la que sintió cuando los brazos del chico se cerraron alrededor de su cintura para cargarla y trasladarla hasta la cama.

Aún se estaban besando porque era inaceptable para Taehyung separarse de la boca de la chica.

— Incluso encima de la cama te ves mejor —Dijo encendiendo las mejillas de Babe hasta el punto que se cubrió el rostro para no quedar en evidencia.

La tela de la franela se le pegó al cuerpo cuando ya el sudor se le hizo presente en el pecho a causa de los nervios y Taehyung lo notó. Él también estaba nervioso, quería tocar a Babe de la forma más pura que podía existir pero tenía miedo de que sus caricias se confundieran con la lujuria y ella se espantara.

Taehyung lucía aún más majestuoso para Babe desde donde lo veía, allí de pie delante de ella era como si Dios se hubiese dado la tarea de esculpir la obra más hermosa del planeta y la hubiese mandado a vigilarla por las noches. Podía ver las estrellas detrás de él y siendo aún más fantasiosa hasta en sus ojos se dibujaba una supernova. 

Él era todo un universo repleto de tantos planetas, colores y meteoritos que se le estrellaban a Babe en el pecho cada que Taehyung la besaba.

— No te cubras —Taehyung afincó una rodilla en la cama y se fue acercando lentamente hasta el cuerpo de la indefensa chica cuya respiración estaba tan agitada que empezaba a ser sonora a través de su boca —¿Tienes miedo? —Preguntó con preocupación mientras le retiraba la mano del rostro —¿Me tienes miedo? —La tristeza se le dibujó en el rostro.

Babe negó lentamente y lo miró con anhelo. Miedo era lo menos que tenía en ese momento aunque sí admitía sentirse extraña de tenerlo nuevamente a su lado luego de tanto.

Parecía que todo hubiese sido un salto en el tiempo desde la última vez que se amaron.

— No, no tengo miedo.

Tae se mordió el labio inferior y exhaló el aire que tenía retenido en sus pulmones por la ansiedad.

— Está bien —Respondió él un poco más tranquilo y continuó torturándose con la silueta de Babe recostada en el colchón, la respiración agitada y la franela pegada al cuerpo.

Para el castaño ni los ángeles le hacían juicio a su belleza.

No tardó en vaciar un arsenal de besos en el cuello de la chica que luego se intercalaban con ligeras lamidas en sus clavículas y besos tímidos en los labios para después curiosear el cabello de Babe con su nariz. Se mantuvo así durante unos minutos donde el silencio estaba instalado en toda la casa menos en los labios de Taehyung que hacían algunos sonidos cada que se depositaban en la piel de la peli violeta.

Babe se retorció cuando las manos del chico le despojaron de su franela y hasta el tacto de la tela despidiéndose de su piel la hizo temblar porque eso sólo significaba que una vez que estuviera expuesta serían los húmedos labios de Taehyung los que recorrerían su torso.

Y no se equivocó.

— Taehyung —Suspiró sosteniéndose de los brazos de este. 

El castaño se excitó aún más ante el sonido. Su nombre en los labios de Babe era exquisito.

— Babe —Correspondió él mientras miraba el cabello de la chica esparcido en el colchón y el hermoso sostén que le cubría los pechos.

Quería ir lento pero se estaba volviendo loco por tocarla. Siempre le era difícil mantenerse cuerdo y paciente cuando se trataba de explorar a la chica.

— Déjame... —El castaño abrió los ojos sorprendido cuando ella empezó a desabotonar su camisa hasta dejarla completamente abierta. Pasó sus manos de arriba hacia abajo en el abdomen de Taehyung y se mordió el labio inferior conteniendo las ganas de que la hiciera suya.

Si Taehyung la deseaba, Babe no se quedaba atrás en cuanto a ganas de gemir en su nombre se trataba.

— Entonces, ¿estás segura de que puedo continuar?

— Nunca te he dicho que no.

¿Y para qué? Si en la mente de ambos permanecía el pacto de hacía unas horas.

Congelar el tiempo y hacer de esas horas un espacio sólo para ellos dos donde lo único que importara era lo mucho que aún se amaban.

— Que bueno porque así puedo seguir besándote hasta que me sangren los labios.

Y le iban a sangrar y no precisamente por los besos sino por el feroz mordisco que le dio la chica a su labio inferior cuanto Taehyung la tomó por las caderas mientras la besaba.

— Lo siento —Se disculpó para continuar siendo saboreada. Sus piernas se enrrollaron alrededor de la pelvis del castaño y este empujó suavemente sus caderas hacia delante para hacer contacto con la feminidad de Babe.

Ella gimió y algo en el cerebro de Taehyung se averió.

— Dios mío, Babe... —Volvió a empujar su pelvis hacia delante pero esa vez con más fuerza haciendo que otro gemido se le escapara de la garganta. Ella colocó sus brazos alrededor del cuello del castaño y su pecho chocó con el tórax del contrario creando una excitando fricción no sólo de sus pelvis sino de sus pechos.

Babe tenía el corazón tan desbocado que pensó que Taehyung lo sentiría latir por sobre su piel.

— Sigue —Pidió ella.

Taehyung le quitó el pantalón para poder tener mayor contacto e hizo lo mismo con el suyo quedando ella en ropa interior mientras que el castaño todavía tenía la camisa desabotonada pero su parte inferior sólo era cubierta por el bóxer negro que delineaba su miembro ya erecto.

— Voltéate—Demandó él y su voz pareció oscurecerse al igual que su mente con todos los deseos perversos que de pronto su cuerpo le pedía.

Giró a la chica para hacerla quedar de espaldas a él y empezó a repartir besos en su espalda y columna vertebral. Los gemidos empezaron a volverse más frecuentes y hasta más audibles cuando la lengua de Taehyung exploró sin pena alguna cada rincón de la espalda de la peli violeta luego de quitarle el sostén y exponer toda su piel.

Ella se empujó hacia arriba quedando con la espalda arqueada mientras se sostenía con los cuatro miembros y Taehyung se acopló a su figura por detrás haciendo que su bóxer chocara contra los glúteos de Babe.

— Me estás torturando —Gruñó el castaño bajando con sus labios hasta la zona lumbar mientras que sus manos retiraban lentamente la última pieza de ropa que la separaba de la desnudez.

Quedó completamente expuesta ante él y eso lo hizo delirar.

¿Desde cuándo no tenía la oportunidad de verla de esa forma? Si amarla era su placer, desearla era su pecado y ahora mismo estaba pecando ganándose como premio la ida a tres infiernos cuando muriera.

La humedad de Babe ya le resbalaba por los muslos sin siquiera haber sido tocada todavía por los dulces dedos de Taehyung.

Dio un respingo cuando las manos del chico la tomaron por la cadera y la jalaron hacia atrás restregando toda esa feminidad pulsátil contra su todavía cubierto miembro.

— Taehyung —Repitió ella y fue música para los oídos del de piel acanelada y ojos de estrellas.

— Mírame —La volteó nuevamente para posicionarla delante de él y tener una vista perfecta de sus adorables pechos y el resto de su tentadora figura. Babe cerró las piernas ante la vergüenza de verse así misma desnuda ante Taehyung luego de tanto tiempo —Quiero que me mires.

Aquellas palabras cargadas de notable lujuria pusieron impaciente a Babe, sentía que ante el mínimo roce con Taehyung iba a explotar.

Por su parte la última prenda que vestía el castaño fue lanzada a algún lugar de la habitación cuando él mismo castaño se despojó de ella y seguidamente tomó su miembro impaciente y pulsátil mientras miraba a Babe pidiéndole permiso para el siguiente paso.

— Sí.

— ¿Te seguiste cuidando o busco un condón?

— Sigo tomando las píldoras.

— Bien.

Taehyung separó con lentitud las rodillas de Babe y se posicionó entre ellas mientras sostenía su miembro con la mano izquierda. La impaciencia era lo que abundaba entre ambos antes de que el castaño se acercara lentamente a la entrada de la chica y la penetrara con lentitud.

Con tanta lentitud que Babe pensó que nunca terminaría de entrar y ojalá que hubiese sido así porque por cada centímetro que entraba en ella una oleada de placer le bañó el cuerpo.

— Tae —Gimió aferrándose a las sábanas cuando por fin la extensión del castaño entró por completo y las paredes de Babe la abrazaron desatando una sensación indescriptible en Taehyung.

— Por favor, mírame —Se relamió los labios antes de empezar a embestir lentamente a la chica que no intentaba reprimir los gemidos que le arrancaba de la garganta.

Quería hacerle saber lo mucho que lo extrañó y necesitó. Taehyung quería hacer lo mismo pero demostrándolo de una forma diferente y más sexual.

Aunque... ¿quién dijo que el amor y el sexo no se mezclan? 

— Babe, Dios... —La voz gutural del castaño repetía el nombre de su amada una y otra vez mientras que el suyo era entonado por la chica que desde hacía rato había iniciado un viaje sin retorno por las nubes.

Tenerlo entre las piernas era sofocante y placentero, la llenaba por completo, la complementaba, le hacía sentir de las mil maravillas a su clítoris y por dentro sus paredes estaban siendo consentidas por la dura extensión de Taehyung.

— Babe, mírame... —Dijo con el sudor corriéndole por la frente.

Siguió embistiendo con más fuerza y más velocidad. El cuerpo de Babe se sacudía entre cada embestida y sus manos seguían aferradas a las sábanas mientras que Taehyung la complacía diligentemente.

Fugazmente se le atravesó el recuerdo de su primera vez con ella en la casa de sus abuelos y el pecho se le oprimió. 

¿Cómo pudo haberse dado el lujo de casi perderla? A ella... Ese ser que lo hacía ir al cielo y visitar el infierno algunas veces.

— Taehyung... —Gimió entrecortadamente —No aguanto mucho más.

Se le escapó una sonrisa de los labios y las embestidas aumentaron de tono.

— Llega para mí.

Esta noche era suya.

Esta noche era suyo.

— Ya... —Arqueó la espalda cuando sintió que su vientre se iba contrayendo y sus paredes hacían lo mismo. Un cosquilleo placentero que iba aumentado poco a poco se empezaba abrir paso en su feminidad. Su clítoris estaba a estallar.

Taehyung tampoco iba a aguantar mucho más.

— Taehyung...

— Repite mi nombre, Babe.

Todo el placer empezaba a consumirla como fuego. El corazón le latía tan rápido que le rebotaba en los oídos.

— Taehyung —Obedeció y ya el inicio de su orgasmo la estaba obligando a arquearse por completo y apretar las sábanas con más fuerzas.

Fue a mitad del orgasmo de Babe donde ocurrió el milagro de que Taehyung se corriera dentro de ella por lo que aumentó las embestidas aún más generando que a su vez el orgasmo de Babe fuera aún mejor.

El castaño gruñó cuando terminó de correrse y Babe terminó al borde del desmayo cuando por fin sus paredes se relajaron y su cuerpo drenó toda la energía. El sudor se apoderó de ambos cuerpos y aún sin salir de ella Taehyung se inclinó sobre su cuerpo y le dio un beso en la frente seguido de uno en la boca.

— Quiero que entiendas que todavía te amo.

Babe lo entendía sólo que le costaba aceptarlo.

¿Este había sido el inicio de su perdón? 

Quizás debía hacer borrón y cuenta nueva luego de demostrarse así misma esta noche que su piel y su corazón nunca podrían borrar a Kim Taehyung.

— Lo entiendo —Dijo sintiendo aún como Taehyung seguía unido a ella.

Por lo general era la chica quien siempre terminaba llorando cuando recordaba lo que había pasado entre ellos pero esta vez eran los ojos de Taehyung los que se cristalizaban.

— Casi te pierdo y eso me mata —Se separó de Babe finalmente para recostarse a su lado mientras se apoyaba en uno de sus brazos y la miraba directamente a los ojos —Babe, no me dejes perderte otra vez.

Ella lo silenció con un beso y luego lo abrazó con fuerza.

— Nunca me perderías.

Lo estaba perdonando. Babe no estaba escuchando a la razón y en su lugar estaba obedeciendo a su inquieto y noble corazón.

 — Perdóname.

A Babe sólo le faltaba una respuesta a su principal pregunta.

¿Por qué? ¿Por qué lo había hecho? Pero no quiso arruinar el momento y preguntar, lo haría luego.

— Cállate.

Taehyung le dio un beso corto y escondió su rostro en el cuello de ella.

— Me callo sólo si me dices que me amas.

Ella rió por lo bajo y le dio un beso en la frente al castaño.

— Sólo porque eres muy lindo para decirte que no. 

Taehyung la pegó aún más hacia él y cerró los ojos para escucharla.

— También te amo, Taehyung.  


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