Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10.


"No quiero joderte la cabeza.

Me está rompiendo el corazón..."


Me acerqué lentamente, con ambas manos dentro de los bolsillos de mi abrigo. Ya no hacía tanto frío en el día, pero lo que eran las noches, era otra cosa.

Estábamos en el horario de invierno por lo que pasadas las cinco de la tarde el sol comenzaba a esconderse y a emprender la huida de los seres humanos, y eso ocasionaba que las temperaturas bajaran de manera considerable.

Pasamos de estar a veintiún grados a estar a dieciocho en pocos minutos. Por lo que llevaba un abrigo no tan grueso a todas partes por si las dudas.

—Hola.

—Hola, ¿qué haces aquí?

—No quise entrar e incomodar a tus hermanas, solo quería saber cómo estabas —miró por encima de mi hombro, me giré para ver a Arturo metiéndose en su auto. Nos dirigió una última mirada antes de conducir lejos por la calle— pareces bien, ¿pero lo estás?

—No, no lo estoy. —Dije sin moverme.

Secretamente froté mis manos con mis propios dedos dentro de mis bolsillos.

—Te has de estar muriendo de frío afuera, siento interrumpirte de esta manera.

—Está bien —dije acomodándome el cuello del abrigo, la temperatura debió de haber bajado un par de grados más porque podía ver como mi aliento se convertía en vapor al salir por mi boca— además quería verte.

—¿De verdad? —Preguntó él esperanzado.

Sus ojos brillaron con amor para mí.

Los mío le miraban indiferente.

—Sí, tenía que agradecerte por lo de ayer.

—Ah eso —contesto resignado y desilusionado— no es nada, sabes que no hay nada que no haría por ti.

—Ese es el caso, no debes hacerlo. No te necesito para que me salves. Aún así gracias.

—A mí no me necesitas querrás decir.

—¿Perdón?

—Me has escuchado.

—Claro que te he escuchado pero no sé a qué te refieres con tan absurdas palabras saliendo de tu boca.

—A mí no me quieres en tu vida, pero es obvio que a otros sí.

—Ah es eso... —Sonreí sarcásticamente— creo que no te ha quedado claro, pero tú y yo terminamos.

—No quiero dejarte ir, aún, no sin intentarlo todo antes.

—No tengo nada que lamentar, hicimos lo que pudimos en nuestro tiempo ¿sabes? —Me planté de cara más cerca de él para que me viera y se creyera lo que le estaba diciendo, porque era la verdad y sería la verdad de nosotros para siempre—. La verdad es que di todo mi tiempo, mi alma y corazón por ti antes. Pero no valió la pena, suelo decirles a las mujeres que no deben permitir lo que tú me hiciste, que no se rebajen a mendigar amor a una persona que no lo valora. Pero entonces voy y hago exactamente lo contrario contigo. Mira, Marroquín puedes querer todo lo que quieras que vuelva, pero lo cierto es que nunca volveré a ser la que rompiste. Eras mi todo, pero ahora para mí, ya no importa mucho si te tengo o no, todas tus promesas te las devuelvo. Quédate con lo bueno que pasamos y lo demás déjalo ir.

—No puedo.

—Pero yo sí y por él... —Dije mirando a la nada— déjame decirte que yo elijo a dónde y con quién me voy a casa porque para eso estoy soltera. Y si es él u otro, no depende de ti, perdiste tu voto en ello cuándo me engañaste en mi cara.

Debo aprender a seguir lo que predico y enseñó.

Me di la vuelta y me alejé. Nunca aprendes Ada...

No debes de darle la vuelta a un hombre como él. Siempre me hace lo mismo y cuando me jala, quedamos uno a uno, pecho contra pecho.

Sabes que algo va a pasar por los próximos segundos sin saberlo, es esta sensación en la boca del estómago que te advierte de que debes tener cuidado con tus próximos pasos.

Porque puedes caer en un abismo del que difícilmente saldrás sola.

"Te ayudé a salir de un lugar roto, me diste comodidad, pero enamorarme de ti fue mi error".

Aquella frase me la encontré bajando y bajando entre publicaciones de mis amigos y conocidos en mi perfil de Facebook. Y tenía toda la razón, lloré a mares cuando me di cuenta de lo real que era esto para mí.

Le di todos mis buenos años, mi vida y mi pensamiento estuvieron enfocados en él cuando debí de haber hecho más. Mi abuela me dijo una vez, que las jóvenes solo deberían de pensar en divertirse, que no deberían de tener ideas pre fabricadas sobre que el amor es esto u otro, perfecto y bello porque no es. Y que te llevas un gran chasco cuando lo conoces por lo que es.

"Pero es lo difícil y tardado que hace que valga la pena". Dijo también. Eso no me lo creía, ni antes, ni ahora ni nunca. Sobre todo, tratándose de nosotros.

—Suéltame... —Me removí contra su pecho, mis manos estaban dentro de mis bolsillos y él me tenía totalmente rodeada con los suyos, lo cual me hace muy difícil liberarme. Además no me quitaba la mirada de encima.

Miraba mis mejillas, seguramente pálidas, aunque llevaba rubor para simular que estaban levemente sonrojadas. Tuve que maquillarme esta mañana cuando salí de casa o se me notaría que no había hecho más que llorar.

Mis labios, rojos por un labial hidratante sabor cereza al cual me hice adicta desde hace un par de años.

Mis ojos, y pestañas y como estás se abanicaban para verle. Pero aún entre esas pausas, yo le veía a él.

Aun pensando en los pequeños detalles podría verle a él. Todo a él.

—Dije que me sueltes —de nuevo me removí en sus brazos, él apretó su agarre contra mi cuerpo. Con una mano, pasó por mi cintura y me apretó más, con la otra mano tocó mi mejilla, estaba fría por el clima de afuera.

—No puedes decirme que no me amas más, porque tus ojos y tus labios dicen otra cosa...

—Pero qué demonios dices... —Y dejó ir su boca contra la mía.

Al segundo, quise más. Esta es la cosa cuando eres besada por el hombre que amas después de mucho tiempo de no hacerlo, quieres más y más. Nunca será suficiente de él para mí en un beso.

Sus labios, a diferencia de los míos eran cálidos y aceptaron a los míos sin problema, como si el tiempo y la distancia no hubieran hecho importancia en nuestra relación.

El momento se congelo.

Le amo, pero no debo.

Traté de que te amarás como yo te amaba, pero cuando no tienes autoestima, suficiente nunca será suficiente.

¿Cómo puedo superarte? Porque tenemos que estar separados si estamos tan atrapados en el otro, prendados del alma y del espíritu. Somos tan diferentes, tan incompatibles y aun así...

Amamos al otro.

Por completo.

Alexei te llevas mi corazón en la tormenta que tú mismo has provocado.

"Me estás tomando el corazón, por la tormenta...

Estoy perdido en tu amor, perdido en tu amor...

No puedo contenerte más...

Estoy perdido en tu amor, perdido en tu amor..."

—Te amo Adanary Montes, te amé desde que te vi. No me importa si no lo crees, jamás me cansaré de decirlo, de intentar protegerte aunque sé perfectamente que no lo necesitas. Te amo de aquí hasta que el universo dejé de existir, con o sin gravedad. Soy como una órbita que solo pueda girar a tu alrededor y si tú no estás me marchitaré. Y jamás renunciaré a ti, porque eso es lo que hace que valga la pena el amor verdadero.

—Yo no creo en el amor verdadero. —Contesté amargamente y sin aliento en mi boca por el beso que me robó.

—Yo haré que lo creas.

Jalo mi rostro contra el suyo, nuestras bocas chocaron haciendo que nos besáramos de nuevo.

"Me quedaré a tu lado incluso cuando la oscura noche llegué, mi corazón te perseguirá a ti y solo a ti, estarás bien cómo una estrella naciente... ¿también puedes ver una estrella brillar?"

Sus besos sabían salados y amargos aún con todo el amor que le tenía, quizás era porque todo lo que me quedaba por ahora para darle era eso, amor salado y amargo.

Dos minutos atrás, lo sé porque siempre los contaba, cuando abrió los ojos y se separó de mí, lo supe.

Jamás dejaría de amarle, pero quizás podría seguir con mi vida amándole, de lejos. Como antes. Ya lo hice antes, por lo que sé que se puede hacer.

El problema es que no sé cómo lo logré sola, antes.

—Puedes decir todo lo que quieras con tus palabras, pero tu boca me dice que solo me quieres a mí aunque presiones a tu mente, tú corazón ha hablado. —Y era cierto.

No importa lo que diga, no lo escuches, no debes hacerlo.

—Déjame ir, por favor...

—Jamás mi amor, mientras yo te amé no dejaré que muera nuestra historia.

Él fijó su mirada en mi boca, me mordí el labio inferior deseando lo que no debía. Pensando en aquella primera vez que me besó en su patio trasero, a la luz de las velas de una cálida noche de otoño.

Cuando aún no estaba segura de amarle a plenitud. Las dudas se agrupan en mi pecho y no me dejan pensar, respirar...

Necesito separarme de él para que el buen aire entre en mis pulmones...

—Por favor déjame besarte así una vez más si es que crees que debe ser la última vez para los dos, porque si no puedo convencerte con hechos y palabras...

Llevé mi boca a la suya.

No debía, pero quería también.

Por eso lo dejé.

Pero después que el beso terminó me fui y juré no volver a verle jamás.


♪♫♪


Los besos, las caricias, su mano recorriendo mi rostro para tocarlo y quedarse grabado, todo lo que pudiera no me dejaron dormir. Cada que cerraba los ojos solo podía pensar en correr hacía él.

¿Por qué no podemos dejarnos ir?

Quiero avanzar, pero no me deja, no me dejo...

Di vueltas y vueltas en la cama sin comprender muy bien lo que sentía o lo que debería de sentir, hasta Damaris me dijo que estaba mal la decisión que estaba tomando una vez que entre en la casa.

Eurora también hablo aquella noche, después de darme un baño.

—Porque es que eres tan terca cuándo se trata de perseguir las cosas equivocadas hermana.

—No puedo ceder, me rompió.

—Sí, pero no eres tú la que siempre está diciendo que si quieres sanar debes aceptar lo malo y dejar lo bueno en tu vida.

—Y eso es lo que estoy haciendo, nuestra relación nunca debía de ser —mi corazón late con fuerza a medida que hablo— el dinero, la diferencia de edad, la persecución, los secretos y el pasado pesan más en los dos.

—¿Cuáles secretos? ¿Los tuyos o los suyos?

—Los dos.

—No seas terca, perderás el único amor que has amado y que te amará por lo que eres en la vida, ya lo dijo la abuela, no puedes pensar que el amor es color de rosa y perfecto porque desde ahí estás mal. —Mi hermana se sienta a mi lado en la cama, me quita la toalla del cabello y con un cepillo comienza desenredar mi cabello mojado de arriba a abajo— joder, será difícil pero valdrá la pena.

—Pero... ¿cómo estás segura de eso?

—¿Quieres una garantía en la vida?

Asentí, aunque no podía verme seguramente vio el movimiento de mi cabeza.

—Entonces no hagas nada, la vida no tiene garantía. Venimos a este mundo a hacer lo que podamos y si en el proceso encontramos el amor o él nos encuentra a nosotros es nuestro deber no dejarle ir.

Me giré para ver a mi hermanita pequeña. Se sentó con una pierna flexionada en la cama, me sonrió y dejo el cepillo de peinar en la cama, a su lado.

—¿Cuándo te hiciste más sabia que yo?

—Seguramente mientras estabas ocupada siendo la señorita correcta. —Eurora hace ademanes con la boca y las manos, meciéndose de un lado a otro jugando y tratando de imitarme.

—Yo no sueno así.

—No, tú suenas peor —ríe— sobre todo ahora. Que estás por darte por vencida con ese buen hombre. ¿Es decir que más pruebas quieres que pase? Ha venido a ayudarte, dejando todo lo que tiene que hacer, ha pagado por todos nuestros gastos mientras estuviste enferma, te cuido como nadie, incluso de ti misma porque admitámoslo siempre estás haciendo daño tú sola... —De nuevo ríe.

Pero yo sé que eso último es en serio.

Créanme, tengo numerosos moretones y cicatrices que son prueba de ello.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro