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Capítulo 02

Se siente como magia
🦋


Al despertar Stella tardó exactamente tres minutos en notar que no se encontraba en su habitación, tardó menos en notar que si fuese un secuestro ni la ventana ni la puerta se podrían abrir, calmándose al menos un poco se sentó en la cama para tratar de averiguar lo que la llevó a esa situación.

Recordaba haber estado esperando al escuadrón de especialistas en el jardín de su palacio, si bien Alfea se jactaba de darles a todos sus estudiantes un trato igualitario no eran estúpidos, el resto de personas no dejarían de verla como parte de la realeza. Sin embargo no era algo malo, escoltar a las princesas hasta Alfea era una primera misión aceptable para los escuadrones novatos del segundo año de Fonterossa. Aunque es probable que los demás escuadrones no arruinaran los lirys llameantes de las otras princesas.

Se disculparon por supuesto, cuando Stella lo permitió, luego de que colocaran seis plantines más de los que había antes. Se presentaron como Timmy, un pequeño nerd de cabello jengibre y lentes, Riven, un cascarrabias con exceso de gel en su cabello, Brandon, un rubio escudero de Eraklyon con sonrisa de comercial y Sky, el príncipe de Eraklyon completamente encantador, aunque los cuatro eran bastante atractivos.

El viaje fue ameno entre charla y charla, al menos hasta que fueron atacados y Stella cayó de la nave, no estaba muy segura sobre en qué planeta cayó pero en realidad no tuvo tiempo de pensarlo mucho cuando un ogro la atacó exigiendo su cetro, por supuesto ella se defendió lo mejor que pudo con su entrenamiento básico, pero aún era una novata en el manejo de su forma adagix. Cuando creyó que todo estaba perdido aparecieron dos faewyrds que la salvaron a ella y a su cetro, claramente con mucha menos experiencia en el combate que ella lo que le permitió saber que no eran de la realeza. Stella ignoró la parte de ella que afirmaba que su situación fue patética.

Viendo que todavía tenía su cetro y no estaba encerrada supuso que las dos chicas la llevaron a su hogar, con suerte habrían dado aviso por su comunicador y los especialistas pronto estarían allí. Decidiendo dar las gracias a sus salvadoras Stella se levantó y caminó a la puerta, casi chocó con unos ojos grises cuando la abrió.

—Estás despierta—afirmó la joven de cabello negro antes de que un incómodo silencio se extendiera entre ellas, silencio que fue roto por el gruñido de su estómago—Desayuno, claro, ven conmigo.

Algo avergonzada, Stella decidió seguirla porque realmente estaba hambrienta, había utilizado más fyrcerei de lo habitual y de forma descuidada, ese ataque pudo haber terminado muy mal para ella. Llegaron a una cocina, alrededor de la mesa en el centro habían cinco personas, tres hombres y dos mujeres, entre ellas su salvadora pelirroja, ojalá los hubiese notado antes de tragar cinco tostadas sin masticar y terminarse la mitad del tazón de cereales con leche. Intentando recuperar un poco de su dignidad se limpió delicadamente la boca con una servilleta.

—¿Te encuentras mejor?—preguntó la pelirroja, sus ojos azules brillaban intensamente pero Stella pudo notar el pequeño temor que escondía en ellos, deseaba saber el motivo—Has dormido al menos veinte horas desde ayer.

—Me siento mejor ahora, muchas gracias a las dos por ayudarme—respondió con su mejor sonrisa tratando de ignorar el hecho de cuánto tiempo había pasado y que llegaría tarde, esperaba que en Alfea fuesen comprensivos—Soy Stella di Solaria.

—Encantada Stella, yo soy Bloom—dijo la pelirroja.

—Y yo Oriana—acotó la de ojos grises mientras ponía más tostadas en la mesa—Intentamos limpiar tus heridas pero aparentemente ya han sanado.

—Si, por suerte, aunque las de ustedes dos no, debieron usar más fyrcerei de lo habitual.

—¡Esto es absurdo!—habló por primera vez el hombre rubio a su derecha—Deberíamos llamar a Rai ahora mismo, esta chica claramente necesita ayuda.

—Ya te lo dije papá ¡Ella es un hada!—Bloom desvío su mirada azul a ella—¿Verdad?

—Bueno, lo que se dice un hada real…—apenas estaba por recomenzar su educación, vio al hombre rubio dirigirse a un extraño aparato, no estaba segura pero podría adivinar que era un comunicador, ella no se arriesgaría así que lo convirtió en una lechuga—Pero estoy segura de que soy bastante coherente, aunque haya dormido veinte horas.

Stella observó con extrañeza como las otras cuatro personas aparte de sus salvadoras miraban su simple hechizo con incredulidad, ella no recordaba ningún reino que estuviese tan atrasado. Oriana la miró, sus ojos grises se arremolinaban como nubes de tormenta mientras parecía estar considerando algo, no tardó mucho en compartir sus pensamientos.

—Esto es la Tierra, por si aún no lo has descubierto, aquí no hay magia ni hadas—el miedo se asentó en el estómago de Stella. Sin hadas, sin magia…

—¿Te refieres… a Gaia?—preguntó lentamente Stella fallando en tratar de que su voz no temblase.

—Hay una diosa griega que se llama de esa manera.

Gaia, ella estaba en Gaia. Los comentarios del ogro volvieron a su mente, cómo se ahogó Oriana al utilizar fyrcerei y la sorpresa de Bloom ante su escudo, el hecho de que ambas seguían lastimadas, ese ogro la obligó a caer en Gaia, ahora comprendía porqué estaba tan cansada y sus pulmones dolían tanto.

Gaia era un planeta moribundo.

—¡¿Ustedes dos realmente están bien?! Esa cantidad de fyrcerei podría haberlas matado—cuestionó con preocupación, no sabía cómo ambas faewyrds habían crecido en tal situación.

—¿A qué te refieres?—el adolescente de cabello castaño preguntó, Stella se asustó por la fiereza de sus ojos.

—Gaia es un planeta moribundo, el fyr, quiero decir, la magia ambiental de aquí está muerta, es por eso que las hadas se extinguieron y el sistema salió de Orbis Alius—miró a ambas chicas—Estoy bastante sorprendida de su resiliencia, mis pulmones me están matando.

—¿Pulmones? ¿Dices que el asma de mí hermana es debido a la falta de magia ambiental?—los nudillos del chico se pusieron blancos mientras sus manos se cerraban en puños, sus ojos no se apartaron de Stella en busca de una respuesta.

—No estoy segura de que es asma, pero el fyr-la magia muerta produce problemas respiratorios, como el gurth—el silencio fue lo único que siguió a su declaración, consideró apropiado ofrecer una solución por supuesto—Deberían venir a Alfea conmigo, es un instituto para se-hadas en la Confederación de Magix y dura sólo cinco años, la magia ambiental se desborda en todas partes.

—Suena asombroso ¿No lo crees Oriana?—Stella no creyó que los ojos de Bloom pudieran brillar más por la emoción pero claramente estaba equivocada.

—Lo es, pero debo rechazar, tengo que ocuparme de mí familia—y sin dejar espacio para que tratarán de convencerla siguió hablando—¿Tienes alguna forma de contactar con tú gente? Para que sepan dónde recogerte.

Stella asintió mientras explicaba sobre su comunicador y como llegó allí, ya que ninguna lo tenía era probable que siguiera en el parque, con suerte nadie más lo habría tomado. Mientras terminaban de desayunar Stella decidió prestar atención a las otras personas.

Mike, el hombre rubio, era el padre de Bloom, parecía reacio a creer en sus palabras y seguía viendo su transformación anterior en busca de un truco. Vanessa, la madre de Bloom, por el contrario parecía más preocupada por la situación de su hija, la mantuvo realizando varios ejercicios de respiración mientras atiborraba a Stella con comida. Por supuesto que ella aceptó sin mucha protesta, su increíble cuerpo no se mantenía de aire.

Por otro lado, estaban Lorenzo e Isidoro, el hermano mayor y menor de Oriana. No tenían gran parecido más allá de la belleza natural que compartían, cualquiera podría considerar a Lorenzo un novio protector en lugar de un hermano preocupado, Oriana parecía acostumbrada a ese nivel de intensidad puesto que seguía comiendo mientras daba respuestas mecánicas y le dejaba más que en claro que no las acompañaría hasta el parque. Por el contrario, Isidoro parecía encantado con Stella, le contó que tenía doce años, que Oriana cumplió diecinueve en abril y que su Lorenzo pronto cumpliría veintiuno; se enteró que su padre Rai tuvo que volver al trabajo antes de toda la situación por lo que no estaba al tanto y que Mike era de Estados Unidos pero decidió quedarse en Italia porque ama a Vanessa…

En resumen, Stella salió tan sobrecargada de información que para cuando notó su entorno ya estaban en el parque. El claro había sufrido un poco durante su pelea y era bastante notable, los parches de tierra y árboles chamuscados no eran lo normal… o al menos, no en Orbis Alius.

—Stella ¿Este es tú comunicador?—preguntó Oriana observando el aparato abollado en su mano, Stella lo tomó con rapidez rogándole al Gran Dragón que aún funcionara. No podía realizar llamadas pero al menos encendía, la señal era jodidamente baja pero con suerte Timmy la captaría, Stella sabía identificar a los obsesivos de la tecnología.

—¿Aún funciona?—los ojos azules de Bloom resplandecían de asombro, tal como lo habían hecho desde que la conoció.

—Lo hace, con suerte los chicos no tardarán mucho en venir por nosotras—al menos, eso esperaba Stella. Captó el murmullo de una pregunta que la hizo sonreír de nuevo—Claro que por nosotras, estoy segura que no tendrán problemas en llevarlas conmigo hasta Alfea.

—¡Realmente Stella, eres la mejor!—el abrazo de Bloom fue cálido y chispeante, igual a ella. Stella no pudo evitar reír suavemente.

El camino de regreso fue relativamente tranquilo hasta que se volvió incómodo cuando se cruzaron con Andy, según le contó Oriana entre susurros, él y Bloom acababan de terminar con su relación romántica y ambos estaban luchando para tratarse nuevamente como amigos.

—Pensé que era el indicado—confesó Bloom luego de alejarse, se veía abatida y eso no era algo que le gustara a Stella—Todo parecía tan mágico cuando estábamos juntos.

—En Magix encontrarás más que suficiente magia—Stella se enganchó a su brazo en un intento de reconfortarla—Y por supuesto, Fonterossa tiene una gran variedad de “indicados” a tú completa elección.

Eso fue suficiente para sacarle una risa a Bloom quien no tardó mucho en volver a su estado de asombro. Stella sabía que las posibilidades de ser acompañada por la pelirroja eran altas, contrario a Oriana quien podía notar estaba suprimiendo toda su curiosidad. No importa, ella es Stella di Solaria, sabe conseguir lo que desea, sobretodo cuando está genuinamente preocupada por la salud de la gaiana.



Timmy estaba muy estresado. Eso era todo, estrés y cientos de pensamientos intrusivos sobre como podría ir mal su segundo año en Fonterossa. Desde no quedar asignado en ningún escuadrón hasta llevarse mal con sus compañeros durante los próximos seis años.

Pero jamás pensó que perdería a su princesa asignada. Era una primera misión simple y sencilla: ve a recoger una princesa de primer año y llévala hasta Alfea. Ni siquiera tenía la edad adecuada para haber sido presentada en sociedad ¿Por qué fueron atacados?

—No debimos detenernos en Calixto—Riven fue conocido en primer año por meterse en cualquier pelea que se presentara… y las ganó todas, sumado con su humor huraño no le ayudó a hacer muchos amigos, su cama fue la única junto a la de Timmy lo que a él le ayudó a socializar solo lo justo y necesario. Aún así, no esperaba terminar en el mismo escuadrón.

—¿Crees que ellos nos atacaron?—si fuese verdad, no podrían solicitar su ayuda y posiblemente tendrían un problema diplomático en sus manos.

—¿Quién más?—dijo con obviedad—Ni siquiera tiene veintitrés años y Solaria es uno de los reinos más pacíficos, si ignoramos la zona de Eklypsa, el resto venera a sus gobernantes como si fuesen deidades.

Eso era verdad, contrario a Calixto o Eraklyon, Solaria contaba en su mayoría con gobernantes benignos que eran queridos por su pueblo. El asesinato de su posible heredera llevaría a todo el planeta a destruir a Calixto o al menos, a sus gobernantes actuales, algo que cualquier insurgente podría querer en esos momentos.

—Listo, pude solucionar el daño—estar en el mismo escuadrón que el Príncipe Sky fue otro gran motivo de estrés para Timmy. Timmy nació, creció y vive en Magix, donde la gente elegía quien gobernaba y eliminaban a aquellos que no cumplían con lo acordado, estaba seguro que la jodería en algún momento—Deberíamos ser capaces de recoger a Stella y volver a Magix sin problemas.

Sky fue sorprendentemente amable, poco esperado de un príncipe de Eraklyon teniendo en cuenta su estado político actual. No fue difícil hablar con él pero Timmy era consciente de la distancia que establecía entre ellos, sabía que no era algo personal ya que durante el año pasado todo su grupo comentaba en susurros sobre ello, fue sólo su mala suerte terminar en el mismo escuadrón. Al menos sabía desde el principio que no era bienvenido, comparado con los demás Timmy apenas tenía masa muscular, para alguien tan interesado en motores, Sky ciertamente era bastante superficial si la mirada que le dirigió el día de su selección era algo por lo que guiarse.

—¡Lo tengo!—Timmy se alegró de finalmente poder captar una señal—¡Oye, Brandon! ¿Puedes señalar su ubicación exacta?

El rubio asintió con una sonrisa mientras comenzaba a determinar coordenadas. Brandon era el escudero de Sky y todo lo que habrían esperado que fuera el príncipe, sonrisa practicada, no tenía noción de los precios, no recogía su ropa, no lavaba lo que usaba, no hacía su cama, dejaba el baño hecho un desastre… apenas llevaban dos novenarios conviviendo en el departamento y Timmy estaba seguro que en un mal día lo ahorcaría con el cable de su joystick retro, ni siquiera estaban en la misma habitación.

—Oh vaya—ese tono sonaba demasiado sincero y nada agradable—Me temo que Stella se encuentra en problemas.

Como dijo antes, una misión simple y sencilla.





Lorenzo quizás estaba un poco paranoico… bueno, muy paranoico ¡Pero no era su culpa! Se trataba de la salud de su preciosa hermanita, ya había cometido demasiados errores como para tolerar uno más, no quería arriesgarse cuando al fin se llevaban bien. Además, no es como si entrara al baño con ella, simplemente la esperaba en la puerta respetando su privacidad como un caballero.

—¿Te lavaste las manos? No escuché el agua correr…

—Tranquilízate ahora mismo, lo digo en serio—incluso ordenándole su hermanita se veía adorable—Has estado insoportable desde esta mañana, ya es suficiente.

—No estaría insoportable si no hubieses rechazado de tal forma la invitación de Stella—eso salió un poco más duro de lo planeado, él sólo quería hacerle entender que estaba preocupado.

—¿De eso se trata? ¿Que no acepté irme de la casa?—no, no, él no quería esa mirada en el rostro de su dulce hermanita.

—¡No es así, Iana!—tuvo que sostener su rostro para que lo mirara pero ella cerró los ojos, ante su negativa Lorenzo soltó un suspiro de cansancio mientras unía sus frentes—No te quiero fuera de nuestro hogar, te quiero aquí, conmigo y con Isio—sus ojos grises al fin se abrieron para él—Pero si lo que dijo Stella es cierto, este planeta te está matando. No tengo la capacidad de soportarlo de nuevo.

—Ella podría estar mintiendo, Enzo, todos los mitos de hadas dicen que son engañosas y amorales—su voz suave al menos le indicaba que ya no estaba molesta con él.

—Solo un pequeño salto de fe, mí preciosa hermanita, es lo único que pido.

—Yo no…

—¡Iana, Enzo!—la respuesta que esperaba fue cortada en seco por su pequeño hermano, quien se detuvo apenas los vio, pareció evaluar la situación antes de sonreír—¡Abrazos!—fue la única advertencia que recibieron antes de tenerlo en sus brazos.
Pero estaba bien, así es como debía ser, sólo ellos tres.

—¿Por qué nos buscabas, Isio?—preguntó Oriana sin dejar de abrazarlos.

—¡Oh cierto! Stella va a enseñarnos Alfea, vamos, vamos—respondió emocionado mientras tomaba sus manos y los llevaba a la sala de estar.

Llegaron con los Peters justo en el momento que Stella soltaba una pequeña postal al piso donde comenzó a crecer hasta tener el tamaño de una alfombra, la imagen en ella obtuvo una apariencia acuosa y Stella hundió los pies en ella mientras comenzaba a ser absorbida.

—Vamos, síganme, esto no es nada peligroso—fueron las últimas palabras de Stella antes de desaparecer en la imagen.

Bloom e Isio lo hicieron sin dudarlo, un poco más aprensivas Vanessa e Iana los siguieron. Lorenzo cruzó miradas con Mike.

—Después de ti—ofreció el hombre rubio con una sonrisa brillante.

—Gracias Mike, pero soy un fiel creyente del respeto a los mayores—la mueca de Mike le dio a entender que estaba muy disgustado con su respuesta, aún así, ingresó a la postal—Bien, si terminamos muertos Iana tendrá un gran te lo dije para mí.

Todos terminaron en un extenso bosque, de grandes árboles y verde césped, a lo lejos se podía observar un asombroso palacio rosado con cristalería que brillaba al sol. Sobre sus cabezas se extendía un maravilloso cielo claro, a excepción de la parte donde se encontraba la postal por la cual entraron.

—Bien, aquí estamos, esto es una postal sin fondo por lo que no podremos movernos mucho—comenzó a explicar Stella mientras daba unos pasos en dirección al palacio—Se suelen realizar trabajos en este bosque bajo la supervisión de los docentes, a su alrededor sólo están otros dos institutos y la ciudad, hay un transporte que lo circunda todo el día en su trayecto. Ese castillo rosado es Alfea.

—¡Es asombroso!—era bien conocido lo mucho que Bloom amaba la fantasía pero Lorenzo jamás había visto tal brillo en sus ojos azules. Deseo poder ignorar que el mismo brillo inundaba los grises ojos de su hermana de forma más discreta.

—Lo es ¿Verdad? Las estudiantes somos agrupadas en Cortes, normalmente con cinco personas y convivimos en un departamento por cinco años. Alfea es el instituto para pr-hadas más conocido debido a que fue el primero, por lo que no encontrarás más de dos estudiantes del mismo planeta, a veces incluso ni siquiera hay alguien del mismo sistema estelar.

Recorrieron un poco el bosque pero no pudieron hacer mucho más que ver árboles, salir requería un poco más de ejercicio que entrar, debían saltar lo suficiente como para tocar la postal sobre sus cabezas y que esta los absorbiera. Con todos de nuevo en la sala de estar, Lorenzo pudo confirmar que Stella no estaba planeando asesinarlos… al menos no en un futuro cercano, él no debió dejar que Oriana viera las noticias de las playas, eso sólo la volvió paranoica y sobreprotectora.

—¿Pero que quiere hacer este conejo? ¿Destrozar la casa? ¡Kiko, ven aquí!—regañó Mike dirigiéndose a la puerta donde Kiko… ¿Había amontonado todo lo que había en la sala? ¿Cómo hizo eso un conejo?

La respuesta no era algo que le interesara desde el momento en que la puerta se salió de sus goznes, Mike apenas alcanzó a correrse luego de tomar a Kiko en brazos. Lorenzo vio como una especie de ogro amarillento ingresaba a la casa siguiendo a un gran ¿Trol azul?

—Ven aquí hadita, se terminaron las escondidas—habló el ogro observándolos a todos.

—¡Aquí nadie se esconde!—un brillo cubrió a Stella por un segundo antes de mostrarla con un traje naranja brillante y alas azules en su espalda, estiró la mano y lanzó un rayo de luz hacia esos ¿Ghouls? Sí, ghouls—Son demasiados chicas, debemos dividirnos.

¿Dividirse? No, no. Oriana debía quedarse cerca suyo donde estaría protegida y a salvo, justo como Isio… quien ahora mismo acababa de golpear a uno de esos ghouls con una sartén ¿Era karma, verdad? Sí, seguramente era debido a lo mal hermano que fue en años anteriores.

Mientras Stella luchaba con el trol, Mike y Vanessa le hicieron señas para que saliera por la ventana como ellos, sujetando a su hermanito del cuello de la remera salieron por la ventana, allí estaba Oriana cortando a los ghouls con ¿El machete de papá? ¿En qué momento lo consiguió? Al menos Bloom parecía tan confundida como él mientras golpeaba a esos ghouls con la tapa de un basurero que ahora rodaba calle abajo dejando un rastro de basura.

El ogro fue lanzado por la ventana probablemente debido a Stella pero ella no tardó mucho en realizar el mismo camino gracias al trol, Bloom corrió a ayudar a la rubia a levantarse del piso. Una mano se posó en el hombro de Lorenzo congelándolo en su lugar, apenas echando un vistazo a su costado se encontró con el pétreo rostro de Raimondo Leonardi, su padre. Su otra mano estaba en la funda de su arma, indeciso sobre su curso de acción.

—¿Qué está ocurriendo, Lorenzo?—pero él no estaba seguro de qué responder ante esa orden, ciertamente no podía ser ¡Felicidades, es una hada!

Una cadena luminosa de un color rosa oscuro se enredo en el cuello del trol sujetándolo, pudo observar a un joven de cabello magenta y ropa extraña en la otra punta de la cadena ¡Frente a una maldita nave espacial! Con suerte, eran aliados y no más enemigos.





Gaia, de toda la maldita Orbis Alius su princesa designada debió caer en Gaia, un planeta moribundo con fyrcera tóxica y podrida. Tendrían suerte si su misión aún era capaz de respirar para cuando llegaran por ella.

—Dos minutos para el aterrizaje—no era necesario que Sky lo informara, Riven ya había metamorfoseado su crisol en una kusarigama, su favorita de todas las armas por su rango de combate. Brandon prefería algo más tradicional, una espada y un escudo, algo que tenía sentido ya que su deber principal como escudero era proteger al príncipe y hablando de Sky, él prefería una espada tradicional de Eraklyon, wusa era una gran espada de doble filo la cual podía separarse en espadas duales. Contrario a ellos tres, Timmy solía preferir armas que dispararan láser desde lejos… de la misma forma que trataba de manejar toda su vida a distancia, estar en la cama contigua durante su primer año le dio a Riven al menos un poco de conocimiento sobre él.

Un luchador de larga distancia, dos de distancia cercana y uno todoterreno. En cuanto a habilidades, Cuore Scarlatto los seleccionó de manera adecuada, ahora, en cuanto a trabajo en equipo… Riven suponía que sólo podía esperar para ver los resultados, por ahora, todo lo que podía ver era un trol cazador a punto de aplastar a su misión, así que sin dudarlo lanzó el omori dejando que la cadena se anudara alrededor del cuello del trol.

—Stella, espero que las bonitas amazonas junto a ti no sean un problema—Riven en poco tiempo notó que Brandon tenía la irritante necesidad de ser el capitán de lo obvio, por supuesto que las dos chicas que luchaban CONTRA los ghouls no eran las atacantes de la princesa.

—¡Me alegro de verlos, chicos!—podían sentir cada gota de sinceridad en sus palabras, por supuesto que estaría feliz de no quedarse en Gaia—La pelirroja es Bloom y la morena Oriana, chicas digan hola.
Bloom les dio un tímido saludo escondiendo su presencia desalineada aún más tras la rubia, Oriana por el contrario, los saludo con su machete cubierto en sangre de ghouls y una brillante sonrisa.

—Mientras ustedes platican yo me encargaré de este chico—Riven sabía que cuanto antes terminaran, antes podrían volver a su camino y fingir que nada pasó, con un poco de suerte llegarían dentro del tiempo límite que les fue otorgado.

—No sería tan arrogante—lo contradijo Sky apoyado sobre su espada wusa, la cual había clavado en el piso—Después de todo, esta es nuestra primera misión y ya se jodió bastante—palabras mágicas que al parecer le dieron al trol la fuerza para lanzar a Riven a los pies de la morena—Descanso mí caso.

Brandon detuvo al trol con su escudo, mientras Timmy y Sky repasaron lo que aprendieron sobre lucha contra troles el año anterior como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Una delicada mano se aferró al bícep de Riven y lo levantó de un tirón, el ghoul que estaba por atacarlo fue cortado a la mitad.

—No me parece un buen momento para descansar, niño bonito—Riven se indignó de que ella se atreviera a llamarlo de esa manera ¡Brandon y Sky eran niños bonitos! ¡Él era un guerrero!

Sin tener la oportunidad de responderle, Riven y Oriana terminaron espalda con espalda luchando contra los últimos ghouls, los chicos lograron capturar al trol mientras que la princesa y su amiga pelirroja se encargaron del ogro, el cual debió notar su desventaja ya que se esfumó de un segundo a otro.

—Uf, finalmente acabó—al verla salir de su forma adagix, Riven tuvo que admitir para sí mismo que estaba realmente impresionado de que la rubia pudiera utilizarlo en un ambiente con tanta fyrcera tóxica—Chicas, ellos son mis compañeros de viaje, Riven…—se limitó a dar un asentimiento—Timmy…—acomodó sus gafas mientras les daba un saludo amistoso—el príncipe Sky y Brandon, su escudero—ambos dieron un guiño a las chicas.

Oriana les dio un pequeño saludo antes de que la pelirroja se llevara su atención, estaba completamente emocionada preguntándole si la vio utilizar fyrcerei y como se sintió increíble. Para Riven era más increíble que dos faewyrds pudieran crecer y vivir en Gaia.

—¿Ese tipo está bien asegurado?—preguntó Oriana observando con cautela al trol caído.

—Por supuesto—Timmy fue el primero en responder, Riven no tuvo ninguna queja en dejarle dar todas las explicaciones tecnomágicas por más simple que fueran, no es como si él las entendiera bien en principio. Timmy palmeó el collar alrededor del trol antes de seguir—Este bebé le inyecta pequeñas dosis de sedante para mantenerlo tranquilo, también dará una respuesta eléctrica ante un intento agresivo. Lo dejaremos tras los barrotes de plasma y podremos llegar cómodamente a Magix.

—Muy bien, deja esa nave en el patio trasero de esas dos casas y todos adentro, es hora de comer.

Nadie estuvo en contra de sus palabras.
 

 

 
 


Brandon realmente disfrutó de la lasagna, era delicioso y pudo ver que los demás compartían su opinión, aunque no sabría decir si fue por el sabor o por el gasto de energía probablemente fue algo exagerado que él y Stella pelearan por la última porción, si dijera que no se asustó cuando Oriana apareció con una mirada seria y un cuchillo en la mano estaría mintiendo pero desde otro punto de vista, Oriana tomó la decisión correcta al cortar la porción a la mitad, a pesar de que eso no les devolvió a ninguno de los dos los cabellos que perdieron a manos del otro.

Luego de unos minutos en silencio haciendo pucheros Oriana puso en la mesa otra delicia, cannolis, Brandon se sintió algo avergonzado de que Sky los mirara a él y Stella con cautela mientras estiraba la mano para agarrar una de las delicias dulces. Su anfitriona y su padre decidieron que ese fue el momento apropiado para encerrarse en la cocina y comenzar a discutir, no fue algo que Brandon disfrutara, el hombre le recordaba demasiado a su propio padre, activando en él sus deseos de lucha-huida, él siempre favorecía la huida.

—Entonces—fue el hermano de su anfitriona, Lorenzo, quien les dirigió la palabra con una mirada feroz mientras los evaluaba—Ustedes son quienes llevarán a mi hermanita y Bloom hasta ese instituto.

—Escucha, Lorenzo,—intervino Stella—Suelo ser la persona positiva en la habitación pero creo que todos podemos escuchar lo que está ocurriendo y Oriana ha dejado en claro más de una vez que no desea acompañarnos.

—Ella desea ir, no hay dudas de ello—la discusión en la cocina se detuvo, Lorenzo le prestó atención por un segundo antes de volver a ellos—Mira, no te preocupes por eso, solo quiero saber que mí hermanita estará a salvo con ustedes.

Brandon cruzó miradas con sus compañeros de escuadrón, era cierto que él mismo discutía frecuentemente con Riven, no tenía mucha comunicación con Timmy y prefería mantenerse algo alejado junto con Sky, pero también era cierto que ellos eran un escuadrón y tenían una misión. La determinación en sus ojos le dijo a Brandon que todos estaban en sintonía por primera vez.

—Te damos nuestra palabra Lorenzo, Oriana y Bloom siempre estarán seguras mientras estemos con vida.

El suspiró derrotado de Lorenzo los tomó por sorpresa, al parecer ofrecer sus vidas no era algo que ayudara a tranquilizarlo sobre los peligros desconocidos. Brandon tuvo que hacerle señas a Timmy para que no recitara los 378 peligros de viajar por el espacio que debieron memorizar durante su primer año en Fonterossa.

Raimondo salió de la cocina dándoles una mirada desdeñosa antes de ir hasta la puerta y marcharse, Oriana apareció con una tormenta en sus ojos y se metió un cannoli entero en la boca, Brandon observó como su hermanito menor le acercó disimuladamente un vaso de agua. El cual bebió de un solo sorbo.

—Llamada del trabajo, posiblemente vuelva mañana—informó Oriana a nadie en particular, incluso los padres de Bloom estaban en silencio—Iré a buscar algunas mantas y almohadas, pueden irse mañana luego de descansar.

—Mike y yo lavaremos la vajilla, querida, así que no te preocupes—dijo Vanessa con una voz amable, Oriana asintió y desapareció por las escaleras.

Mike y Vanessa debieron quedarse en la habitación del menor de los hermanos, Oriana los convenció de que era peligroso estar en su casa sin saber la cantidad de daño que recibió por la pelea. Isidoro fue a dormir con Lorenzo y las chicas tendrían una pijamada en la habitación de Oriana. Ellos cuatro se quedaron con el piso de la sala de estar.

—Entonces, ¿Vinimos por una princesa y nos vamos con tres?—cuestionó Sky en el silencio de la noche.

—El problema no es la cantidad—fue la respuesta de Riven—Son gaianas, gaianas de alguna forma lograron crecer rodeadas de fyrcera tóxico y probablemente mueran si las dejamos aquí.

—Vamos chicos, esto no es realmente un problema—trató de motivarlos Timmy—Nuestra misión era llevar a la Princesa Stella de Solaria a Magix para Astero di Ozma, eso era todo, no estamos rompiendo ninguna regla por llevar a estas dos chicas con nosotros.

—¿Y cómo se lo informaremos a Codatorta? Oh sí, Stella fue prácticamente secuestrada frente a nosotros y casi asesinada DOS VECES en un planeta moribundo, pero está bien, porque sólo estuvo fuera de nuestra vista por menos de dos días y conseguimos dos faewyrds gaianas.

—Bueno, podremos pensar en eso mañana—fue lo que le respondió Timmy antes de dejar sus lentes a un lado y acomodarse para dormir.

El sueño no fue agradable para Brandon esa noche, al despertarse por la mañana todavía podía sentir la desagradables sensación tierra en su boca y de una pequeña mano en su mano.

Vanessa y Oriana prepararon el desayuno para todos, Mike e Isidoro pusieron la mesa mientras Isidoro conspiraba en una esquina con Stella y Bloom, las dos chicas asintieron seriamente, Brandon no quería ser parte de lo que sea que fuera eso, así que fue a ayudar torpemente a los chicos a limpiar la sala de estar. Durante el desayuno, Lorenzo le sugirió a Oriana hacer unos sfogliatelle como regalo de despedida, ella parecía encantada con la idea y de alguna forma, Brandon se vio obligado a pasar casi dos horas con Riven ya que ambos se ofrecieron para acompañarla a comprar.

—Escuché que Stella es de Solaria—dijo Oriana mientras compraban—¿Ustedes viven en el mismo lugar?

—No, Sky y yo somos de Eraklyon, Ebast para ser más específico, es un reino muy distinto a Solaria—respondió Brandon a su pregunta—Sé que Timmy es de Magix, aunque no estoy seguro de la zona.

—Sigil 71, Le33—dijo Riven tomando a Brandon por sorpresa, él lo miró con molestia—Nosotros solemos hablar, además es mí compañero, cualquiera debería saber sobre su residencia.

—¿Y tú de dónde eres Riven?—intervino Oriana, quizá notando que estaban a punto de discutir.

—Viví unos años en Zenith y actualmente me quedo en Dogda, en un pueblo pequeño del Sexto Limbic.

Riven, de la fría nación tecnomágica de Zenith a los expresivos campos cálidos de Dogda. Jamás se lo hubiera imaginado.
Las compras terminaron sin que alguien perdiera un ojo por lo que fue una victoria en el libro de Brandon, por supuesto que tuvo que joderla cuando aceptó ayudar en la preparación de la receta, por lo que se sometió a otras cuantas horas en compañía de Riven.

Ya era casi la última luz del día cuando se propusieron partir, aparentemente, Bloom y Stella habían preparado las valijas de Oriana en el período que ellos tres estuvieron ausentes cocinando, así que cuando llegó el momento, los dos hermanos abrazaron a Oriana y la empujaron a la nave.

—Y no quiero escuchar que tienes bajas calificaciones ¿De acuerdo, Iana?—exigió Lorenzo con ojos lagrimosos.

Oriana solo pudo asentir y decirles que los amaba con la voz quebrada antes de que cerraran la compuerta, la madre de Bloom soltó unas lágrimas a pesar de su visible esfuerzo por no hacerlo. Sky les dio una sonrisa reconfortante desde su puesto de piloto.

—¿Listas princesas? Próxima parada : Magix.





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