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C33 || SAL Y REZOS

Dicen que nunca llegas a conocer una persona al completo, pueden pasar años, puedes permanecer con ella cada día y al final te darás cuenta de que no era lo que tú pensabas.

Mi madre vivió quince años con mi padre y nunca supo a qué se dedicaba, hasta un día.

Conocerás sus rasgos hasta el extremo de dibujarlos con los ojos cerrados, memorizarás sus gestos, forma de hablar, voz y sonrisa. Esa persona quedará tatuada en un mente, no la conocerás al completo, pero aprenderás a conocerla profundo.

—¿Qué pasa?

Mi sonrisa no decae, pero esa es la cosa. Ry y yo hemos aprendido a conocernos, a tatuarnos en la mente del otro y tendrán que pasar mil años para que podamos olvidarnos.

—Nada. —Mantengo la compostura.

—Tienes las pupilas dilatadas y ya sé que verme te excita; sin embargo, me rehúyes la mirada y tienes el ceño tenso.

No me percato de cada detalle hasta que lo menciona. Ya no tiene caso mentir, me descubrirá. Él puede ver dentro de mí y sé que huele cuando temo, es un depredador después de todo.

—Deja de leerme, maldita sea. —Cambio de tema con fingida molestia.

Lo rebaso, ocultando mi reacción.

—¿Qué viste?

La pregunta queda en el aire cuando unos pasos galopantes nos alertan. KJ y Endrie hacen acto de aparición en la habitación, mientras el trigueño no muestra signo de alteración alguno, Endrie es un manojo de nervios, su rostro grita espanto.

—Destrozó a una marioneta —jadea—. Algo lo hizo enojar.

Mis ojos se explayan cuando mi cerebro procesa la información.

—¿Qué... —Trago saliva—. quieres decir?

—Las marionetas que se rompen pierden la vida o algo así. —Se lleva las manos a la cabeza, saturado—. No lo sé, no entiendo bien, pero no es bueno. ¿Qué lo hizo enojar?

Desvío la mirada al suelo, sintiendo el escozor del llanto en mis ojos.

—Fue mi culpa —digo por lo bajo—. Ustedes fueron abajo, en cambio yo lo vi antes que se fueran, por eso no los seguí. Me asomé a la ventana y me estaba sonriendo, entonces, yo... hice lo mismo.

Ryker me toma por cada lado de mi cabeza, centrándome en su mirada. Sus ojos están furiosos y su rostro asustado, todo él es tensión.

—¿Por qué? —pregunta tan bajo que a penas y puedo escucharlo.

La mandíbula me tiembla.

—Supongo que fue mi reacción al miedo, la impresión. Él era... —Se me cortan las palabras. Estoy realmente aterrorizada—. Una marioneta, sin hilos, pero de madera, marcado. Parece de unos cuarenta años, se asemeja mucho a la foto que vimos en internet. Su pelo es gris oscuro, a la altura de las orejas y sus ojos son como dos bombillas navideñas rojas.

Me abrazo a mi novio sobrada del susto.

El cuerpo es una marioneta que maneja un demonio alocado. ¿Qué quiere? No lo sé, pero me asusta. Temo por lo que acontecerá, temo por nosotros, pero más aún por Ryker, ya que yo no tengo nada que perder, solo a él.

Una secuencia de imágenes pasa por mi cabeza. El día en que nos conocimos, sus palabras en esa primera clase, su paraguas, las risas. Endrie haciéndome reír hasta casi hacerme pis en los pantalones con sus chistes malos, su apoyo incondicional. KJ, nuestro épico primer encuentro, su forma de hacerme ver que hasta el más malo tiene un tinte bueno y conserva su alma de niño. Y... James.

—Me voy a llevar a James lejos de ese monstruo. —Rompo el abrazo reconfortador de Ry—. No voy que dejar que lo lastime, no a James.

Me apresuro salir por la puerta, pero la mano de Endrie intercepta mi camino. El muchacho es fuerte.

—No, Livi, no puedes.

—Mírame hacerlo.

Me escabullo por debajo de su mano.

—Si sacas a James o cualquiera de ellos de ahí, si lo alejas de su poder se convertirán en marionetas para siempre. No habrás vuelta atrás —explica—. La única forma de hacerlo es enviándolo de vuelta a donde pertenecen las almas que no descansan en paz.

Detengo mi andar abruptamente. Se me atasca un nudo en la garganta y la piel se me estremece ante sus palabras. ¿En qué mierda estoy metida?

—De donde lo sacaste —agrega KJ.

En ocasiones, intentamos armar un rompecabezas con piezas que no son las adecuadas, probamos colocando las de otro juego que está incompleto y perdemos gran parte de la información por no ahondar bien. A veces, solo nos aburrimos de buscar y perdemos la oportunidad de completar el puzzle.

—Tiene que haber alguna forma de atacarlo. —les hablo a los chicos. Miro uno por unos los rostros que no debelan nada.

—Podemos buscar en google.

Google. El gran amigo del hombre, todo lo que busques él lo tiene. Diría que debió ser mi pareja, pero la mía tiene todo lo que busco, gracias, Google. Sin embargo, una pregunta me toma, ¿necesitamos de él para buscar todo o solo nos acomodamos a su factibilidad?

¿Google nos hace más sabios o más tontos?

Dichoso aquel que sus padres le han permitido usar ampliamente la tecnología móvil, la mía ni siquiera me permite un computador. Dice que eso es para retrasados. La lógica de mamá.

—Aquí hay algo. —Señala End—. Debemos hacer un aro de sal alrededor del demonio o donde habite y luego a la vez rezar la siguiente oración.

—Esto me parece tan irreal —bufa Ry rodeando los ojos—. ¿Creen que eso sea cierto? Por favor, solo son mierdas de internet.

Me río por su mal chiste. Al menos yo lo veo como un mal chiste.

—Exacto, de internet. —Señalo el computador—. De donde mismo Endrie contactó al demonio. ¿Cómo hiciste, End?

—Seguro dijo: —KJ ondea la mano como hechicero—. Ambrutambu biruka somaya con sol y en la playa, quinosio pironio evoco el sofoco...

—Por favor, cállenlo ya que va a invocar a otro demonio —dice Ry volteando los ojos.

—Seremos más para la fiesta.

Tomo lo primero que tengo a la mano mostrándoselo.

—¿Te parto la cara?

Su cara se pone blanca cuando ve que he tomado una cuchilla de las que se usan para sacar punta a los lápices.

—Me cortas —corrige y se aleja mirándome mal.

—Y bien, ¿lo hacemos o no? —interviene End.

Vamos a la cocina abasteciéndonos con la suficiente sal como para acabar con ese maldito. Las manos me tiemblan cuando nos acercamos, accion que Ry nota y me abraza para que me tranquilice. KJ toma mi mano con fuerza y End me regala una sonrisa tensa. Aquí estamos, cuatro adolescentes que no han vivido lo suficiente, entregándose en bandeja de plata a un demonio resentido. Hasta se me parece a Ryker.

La puerta se abre cuando Endrie la empuja revelando su interior, nos repartimos la sal bordeando todo el interior de la casa, no sabemos si funcione, pero no podemos surcar la casa desde fuera cuando se encuentra en alto. Me reservo un poco de sal por si aparece el demonio, en ningún lugar decía que si se la echas encima detonará como sapo, pero ver para creer.

—Bien, comencemos —dice End, viendo en su móvil la oración.

—¿No importa si somos ateos? —pregunta KJ y se encoge de hombros—. Digo, porque soy ateo.

—Y yo —secundo, torciendo la boca.

—Yo también —se suma Ry para luego soltar una carcajada—. Ateos y desgraciados.

Endrie se mira preocupado, pero pronto se encoge de hombros.

—Que sea lo que dios quiera. —Nos mira inquisitivo, como si esperase permiso nuestro—. Bueno, si existen los demonios puede existir Dios.

Hago un gesto que demuestra que no tengo la menor idea mientras End se posiciona en el medio de nosotros, de forma tal que todos podamos leer.

—Dios todopoderoso; creador del cielo y de la tierra; único gobernante de este mundo; ante ti imploro estas plegarias, amado padre; en este momento, Señor, el mal se posa sobre nosotros; el demonio, en contra de tu voluntad, quiere habitar aquello que por derecho es solo tuyo; quiere instaurar un ambiente de maldad para dirimir tus acciones; por eso te pido santo padre que lo expulses de este recinto y que tu luz llene de gozo todo el lugar. Amén.

Terminamos el rezo y casi al unísono observamos al frente buscando algún cambio. Nada. No funciona ni la sal ni el rezo. La presencia paranormal permanece en el ambiente, helándonos la sangre cuando se intensifica. Es indestructible este maldito ente.

—¿Y si utilizamos plata? —propone KJ.

Tengo una teoría, o bien KJ es así de pendejo, o puede que sea su forma de sobreponerse a los malos momentos, su manera de mantenerse cuerdo.

—¿Lo vas a sobornar? —le pregunta Ry, divertido.

Suelto una carcajada antes de agregar entre risas.

—Eso sirve en los vampiros, idiota. —Lo golpeo en el hombro con cariño.

—Pero ellos no existen. —Se encoge de hombros.

—Se supone los demonios tampoco —razona Endrie.

—¿Quién habrá sido el ser divino que lo habrá invocado? —la burla de KJ me hace negar.

—Perdónenme, señores perfectos —nos dice—. Nunca han cometido un error, pueden juzgarme.

—Bien. —Zanjo el tema.

Admiro mi capacidad de decir "bien" cuando debería partirle un teclado en la cabeza con sonata incluida.

—Salgamos de aquí. —Me estremezco—. Tengo un mal presentimiento.

Nos volteamos para volver, cuando la puerta da un fuerte portazo; una corriente helada me paraliza en mi sitio, rezándole a todos los santos en los que no creo.

—Bienvenidos —dice una voz maquinaria y fantasmal.

En estos momentos me siento dentro de una película de terror, con las luces bajar del lugar y el chaparrón que cae fuera. Tengo el corazón acelerado y los ojos, que cerré momentáneamente para rezar, se abren topándose con las bombillas rojas.

¿A dónde fueron las bromas de KJ? Trago duro buscando la mirada de mis amigos que están paralizados en sus lugares, mirando la marioneta endemoniada frente a mí. Viste un traje de los tiempos de ante, con colores como amarillo opaco, marrón y blanco.

—Lo que me faltaba: el demonio —titubea KJ por lo bajo y eso me alienta. Al menos sé que mis amigos no se han ido corriendo, aún.

—No soy un demonio. —El montón de madera frente a mí alcanza a escucharlo—. Soy de esas almas en pena, de las que no descansan en paz porque le quedó algo pendiente en la tierra. Tengo una misión.

Sí, la misión de joderme la vida, ¿o es que tiene más de una?

—¡Ya va! Un loco.

Abro los ojos de par en par transmitiéndole a KJ todo lo que no puedo verbalizar. Agito la cabeza cuando le veo toda la intención de volver a hablar.

—¿Qué quieres? —pregunto, casi temblando—. ¿Cuál es tu objetivo?

—Eso no lo hablaremos en este momento. Por ahora, quiero a ti y a nadie más que a ti aquí.

Ryker prensa sus manos en mis brazos casi dañándome, lo entiendo, nadie va a tocarme mientras él esté cerca.

—¿Por qué? —Su agarre me da fuerza.

—Te burlaste de mí. Escribiste a mi chat engañándome y eres... —Su voz cambia a una más fascinada, interesada—. Eres diferente, especial, llámalo como quieras.

¿Él sabía sobre mi anomalía?

Si eso fuese cierto estaba en peligro. No solo porque una marioneta loca me quisiera, sino significa que más personas a mi alrededor podrían tener dominio de mi condición, puede que quieran cobrar la recompensa.

—¿Qué...? —Intento preguntar, pero su voz me interrumpe.

—Puedo contestar tus preguntas, todas.

Siento el momento exacto en el que el cuerpo de Ryker se tensa y me adelanta sirviéndome de escudo, enfrentándose a la marioneta endemoniada. Lo agarro para que no vaya a por él, justo cuando noto como KJ y Endrie se posan a su lado.

—¿A cambio de qué? —inquiere Ryker en un tono severo.

—A cambio de que te unas a mí. —Ignora a Ry hablándome directamente a mí, antes de desaparecer.

Las luces vuelven a la normalidad y la puerta se abre. No hace falta especificar que todos salimos corriendo como alma que lleva el diab... No, mejor no hablemos de ningún ente satánico.

—Vámonos a casa, Livi —me ordena Ryker, en un tono que no da cavidad a discusión.

Tomo mi mochila, con el corazón desbocado y el ceño tenso. Alcanzo a mis chicos luego de despedirme de End, quien se queda solo en su casa, con ese demonio suelto porque dice que nunca se le acerca.

En el camino ninguno inmuta palabra, incluso, cuando dejamos a KJ frente a su casa y continuamos solos el transcurso hacia la mía. Son pasadas de las siete de la noche y necesitaré una muy buena excusa para mamá.

—Amor, ¿estás enojado conmigo? —pregunto, tentativa.

Pasa la mano por mi nuca, acariciándome. Su sonrisa crece al mirarme, aunque no está del todo relajado.

—No estoy enojado y menos contigo. —Sus labios van a la comisura de los míos, sacándome una sonrisa—. Solo tengo miedo a que pueda sucederte algo. Ese demonio está obsesionado contigo y tengo miedo de que pueda hacerte daño.

Toco la punta de su nariz con mi dedo índice, juguetona.

—Mientras estemos juntos nada podría lastimarme. —Hago un intento por calmarlo—. Tú eres mi escudo a pesar de que soy de hierro.

Sonríe genuinamente, derritiéndome en el acto.

—Te amo.

—Te amo más. —Lo tomo de la nuca, atrayéndolo a mí para besarlo.

Se remueve mientras me besa, haciéndome reír.

—¿Qué haces?

Extiende una nota en mi dirección y se asegura de que no la leeré hasta estar en casa, se lo concedo y me apresuro hasta ella, desesperada por leer la nota.

«A las 12:00am encenderás tu radio, y en tu estación favorita se reproducirá una canción, es para ti; mientras la escuches, quiero que bailes, yo lo estaré haciendo igual.»

Sonrío.

¿Puede ser más perfecto?

Quizás en el diccionario el significado de perfecto sea: "No tiene mella ni defecto". En cambio, yo creo que lo perfecto es un conjunto de cualidades y defectos que te hacen la persona que eres, cuyos rasgos funcionan como un todo equilibrado que da el toque acertado. Yo lo resumo a perfección, y eso es Ryker Winston para mí.

El lobo se enamoró la Caperucita antes de que ella pudiera verlo; y ella se enamoró del lobo sin darse cuenta. Creo que a veces la vida puede hacer sus jugarretas, pero por primera vez acertó conmigo.

—Buenas noches, queridos radiooyentes —habla el locutor, con su característica voz—. Antes de dar paso al próximo capítulo de nuestra novela estrella, tenemos una petición especial. Este mensaje es para Livi: Hermosa, un muy enamorado lobo quiere desearte feliz cumpleaños y esta canción va para ti.

Doy saltos de emoción reprimiendo el chillido para no despertar a mamá mientras la canción se reproduce. Me concentro en hacer lo que me pidió bailando al ritmo de la música, imaginando que él me está viendo.

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Capítulo dedicado a: joysglez

¡Hola, hola!

Amo mucho este capítulo🤣 en serio, lo adoro. ¿Es algo que yo haría? No porque soy muy pendeja y yo me asustaría y me iría corriendo jajaja.

El final

En el capítulo 34 tendremos una sorpresa, algo que nadie se esperaba. Es para bien🤣 y para mal🤣 Bueno, siempre que escampa, llueve de nuevo🤷🏻‍♀️

Seguido de este hay un extra +18 (es cortito no me maten)

Nos vemos el domingo.

Los amito.

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