C32 || ATANDO CABOS
En ocasiones, la vida te va dando señales, pequeños detalles a lo largo de un lapsus que pasas por alto, olvidas o crees que no sirven para nada. Las personas también hacen esas cosas, dicen y muestran con discreción, palabras que se van con el viento, pero que por suerte mi memoria sabe retener.
El problema está en que aún reuniendo todas las señales que me ha dado la vida faltan piezas, el rompecabezas está incompleto y solo puedo armarlo con ayuda.
—Algo más descabellado que científicos locos convirtiendo personas en marionetas son los seres o fuerzas sobrenaturales. —La sonrisa de orgullo en mi rostro no decae—. Fue una sus pistas.
El ceño de todos los presentes está fruncido, sus bocas semiabiertas expresando su confusión, o no solo ella, pese a que la respuesta está en sus caras y los hechos apuntan hacia mí teoría como flechas de un arco, ellos siguen viéndome como si estuviese desvariando.
Sacudo la cabeza reacomodando mis ideas para explicarlo mejor.
—El día que encontramos el maniquí yo planteé que podríamos estar en presencia de científicos locos, ¿me siguen? —Ninguno cambia la expresión de su cara cuando asienten y siguen apegados a mi rostro—. Endrie fue el único que me contradijo, de cierta forma, descubriendo que podía ser algo más descabellado.
Hago comillas con mis dedos destacando la frase.
—Piénsenlo y dejen de mirarme así, me da escalofríos. —Me río, nerviosa—. Si las personas se convierten en marionetas ¿por qué no puede existir un hechicero todo sexy? —Ryker me mira mal—... Al que nunca en la vida voltearía a mirar.
Le regalo una sonrisa amplia e inocente.
Una carcajada rompe la armonía de los alrededores y todos nos volteamos hacia la fuente, el aún atado Endrie.
—Vas de lo sublime a lo ridículo. —Suelta otra carcajada—. Tampoco te pases.
Pongo las manos en las caderas mirándolo mal, su sonrisa decae y pide perdón por lo bajo. Así me gusta. Con mi cabeza muy en alto me enserio.
—Vale, me he pasado, pero la mermelada se mueve por ahí.
—Tu frase es "la mezcla", deja de copiarme. —dice Ryker con su habitual mirada aburrida—. Mi novia me trata como si fuese estrella de rock, hasta la mochila me lleva.
Señala la mochila en mi hombro y enrojezco de la ira. ¿Será hijo de puta engreído? La atención de todos está en nosotros como si fuésemos una divertida película. Respiro profundo antes de continuar.
—KJ, Ryker me dijo...
—Ahora soy Ryker, pensé que te gustaba llamarme papi. —La boca se me abre en una perfecta O y la vergüenza me toma hasta en los glúteos. Alguien tiene ganas de morir hoy.
—Despídete de tu vida sexual, Winston. —Lo fulmino con la mirada.
Todos, y cuando digo todos incluyo hasta a Mildred, comienzan con el bullicio en un sonoro "oooh". A Ry se le borra la sonrisa en un dos por tres ganándose una sonrisa victoriosa por mi parte.
—Cómo decía, KJ, ¿puedes recordar exactamente esas búsquedas perturbadoras que viste en sus recientes? —El idiota niega y bufo exasperada—. ¡¿Es que todo lo tengo que hacer yo?!
El grito los sobresalta a los cuatro y casi me arrepiento al recordar la edad avanzada de Mildred. Sonrío al verla con la mano en el pecho, guiñándome un ojo.
—Esta tarde iré a tu casa a revisar tu laptop, ya que no quieres, puedes o debes hablar. —Le sonrío amablemente—. Hazte el sorprendido, desmayado o lo que se te antoje.
—Bueno, Livi, es que...
Lo veo dudar y me apresuro a agregar.
—A menos, que quieras probar de los deliciosos puños de KJ. —La burla es demasiado visible en mí—. ¿A qué tus puños están deseosos de él, KJ?
En el rostro terso de mi amigo aparece una sonrisa maliciosa mientras le agrega peso tronando sus dedos. La mirada de Endrie va saltando de uno en uno hasta que se ve completamente desamparado.
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—Bienvenidos a mi humilde morada. —Nos abre la puerta de su casa instándonos a pasar primero.
Yo planeaba venir sola, pero me han contratado guardaespaldas y no lo sabía. Me adentro en la casa de Endrie seguida de Ryker y Kameron. La casa impersonal me recibe con un aire distinto al de la fiesta, algo así como sin personas, bulla y mal olor.
Sigo a Endrie quien nos conduce por las escaleras torcidas hasta el primer piso, una rotonda nos recibe y tomamos la puerta de la derecha, que es exactamente igual al resto de ellas. La habitación es impersonal, como toda la casa, es amplia y luminosa, muy bonita. Está ordenada al extremo de la palabra, un escritorio con laptop, una cama acompañada de dos mesitas de noche, un sillón y tele es lo único que contiene el lugar.
—Bonita habitación —dice KJ, profundizando en ella sin permiso. Revolotea por el lugar mirando y tocándolo todo.
Volteo los ojos sentándome en el sillón de la esquina.
—¿Puedo? —Ry pregunta señalando con su mano en dirección al portátil.
—Toda tuya —consciente—. No tiene contraseña, aunque eso ya deben saberlo.
Me río por lo bajo intentando disimular mi diversión. KJ sigue inspeccionando minuciosamente la habitación, mientras lo observo me digo a mí misma que es hora de enseñarle algo de modales antes de la entrevista. ¡Hemos conseguido un trabajo! Aplausos chinos.
Mandamos solicitudes a muchísimas cafeterías y tiendas de la ciudad donde una respondió que quería entrevistarlo antes, la paga es buena y no deberá volver a robar o meterse en peleas callejeras. Eso me hace feliz. Pensar en el poco tiempo que nos conocemos y ver la evolución que ha tenido como persona me hace muy feliz. A veces solo se necesita amor.
Ryker hace un chasquido con la lengua consiguiendo que me acerque a él, curiosa. Beso su cuello, estremeciéndolo.
—¿Algo?
—Sí. —Se rasca una ceja—. La Casa del Árbol, la fábrica, tiene relación con la situación. Según dice Lynn Corbin armó todo un espectáculo público antes de suicidarse debido a la quiebra de su empresa.
—¿Cómo se relaciona? —pregunto, enfocando mis ojos en la pantalla sin entender nada.
Tiene abierta una página web que expone un informe detallado sobre el caso del heredero Corbin.
—Estaba en las búsquedas recientes y en las frecuentes encontré algo que me llamó la atención. —Abre otra pestaña accediendo al sitio.
La pantalla muestra la sección iniciada de una página que nunca en mi vida he visto. "Resquiescat in Pacem" es irónicamente su nombre, tiene un estilo bastante gótico y predominan colores oscuros y opacos.
—Es una página de "demonios" o almas oscuras. —Me río negando con la cabeza—. Eso no existe.
Ry me mira, precavido.
—¿No existe cierto? —Paso saliva con dificultad.
—Los hechiceros sexys, ¿sí?
Un demonio. Estoy acostumbrada a llamar demonio a las personas malas, tratar con ellos es fácil, o sea, solo no las tratas y te alejas. Al menos eso es lo que siempre he hecho, pero ahora... ¡Dios, es tan descabellado! Enredo los dedos en mi corta cabellera asiendo mis hebras, ofuscada. Más que un estado esto ya parece un hobbie.
¿Cómo atacas lo desconocido? ¿Cómo lo enfrentas y sales victoriosa?
Decir que tengo miedo es un eufemismo. Me estoy haciendo en los pantalones y eso que traigo falda.
—Un demonio. —Me río histérica.
Volteo buscando los ojos de la persona culpable, hallándolo sobre la cama colmado de serenidad. Me acerco sin parar de reír.
—Te dio una pataleta y decidiste liberar un puto demonio que ni siquiera tienes idea de cómo detener. —Me carcajeo, pero los niveles de molestia e impotencia aumentan—. Eres un completo imbécil. Si no estuviéramos todos en peligro te dejaba solo; porque las decisiones tienen consecuencia, Endrie, este tipo de idioteces acarrean catástrofes. ¿Crees que yo puedo detener esto? Me supera con creces.
Me cubro el rostro con ambas manos mientras él permanece impasible.
—No lo entenderías.
—Explícamelo, End —suavizo mi voz—. Quiero entender porque creaste este desastre.
—No puedo, no aún.
Busco los ojos de Ryker quien me pide, con una mirada, que no lo presione, es más como un "que se vaya a la mierda", pero vamos a adornarlo. Me aviento en la cama, mareada con esta verdad que hemos develado. Un maldito demonio, ¿quién lo diría?
El silencio se instala entre nosotros mientras Endrie se queda en la misma posición que antes y Ryker solo me mira desde su ubicación.
—Esta gente que tiene su habitación ordenada, nunca experimentará la emoción que da encontrar algo que creías perdido. —KJ rompe el silencio, que por cierto, no tengo la mínima idea de donde está.
Sale del armario haciéndome voltear los ojos. La diversión genuina lo viste comprendiendo que no tiene ni idea de lo que ha sucedido afuera.
—¿Qué pasa? —Se enseria observándonos a todos.
Un sonido similar a un trueno me saca una risa cuando me percato de donde proviene el sonido: su estómago. Lleva la mano a él.
—Lo siento, se me olvidó almorzar.
—Iré por algo para todos —anuncia Endrie.
Me río de la expresión de KJ incorporándome lista para seguir al ojizarco.
—Te acompaño —informo a End. Luego miro a Ry advirtiéndole con la mirada—. Ponlo al tanto.
—Llama, grita, si me necesitas —entona KJ, medio en broma, sacándome una carcajada.
Entiendo a lo que se refiere, a pesar de estar metido en su mundo permanece alerta. Quizás solo fingía que no se enteró de nada, me cuesta creer que alguien como él no tiene los oídos puestos en más de una cosa.
Descendemos las escaleras en un silencio sepulcral. Si bien estoy molesta por sus decisiones no es como que vaya a retirarle mi palabra. Suficiente cargo de conciencia debe ser saber el mierdero que desató. Déjame te aconsejo, mantén los demonios lejos de ti, no los llames, no los provoques. Ellos no tienen nada bueno que hacer por ti.
Llegamos a la cocina y me mantengo a un lado esperando a que termine de sacar los ingredientes para hacer varios sándwiches.
—No nos maldijeron con la ley del silencio. —Inicio la conversación.
Con un sándwich de esos voy a permanecer sin comer tres días. ¡Qué cantidad de alimentos a sacado! Sonríe ante mi comentario, pero no inmuta palabra.
—Siento si dije que te dejaría solo, no es cierto.
Escondo un mechón de pelo tras mi oreja disponiéndome a cortar el pan en rebanadas cuadradas.
—Lo sé. —Toma un cuchillo filoso y brillante alcanzando el jamón para trocearlo—. Yo siento mucho todo este mierdero, no sé qué me pasó por la cabeza al incluirte. Perdóname y también hazlo por no poder ayudarte.
Niego con la cabeza.
—Supongo que invocar a un demonio con planes de destrucción tiene sus requisitos —me burlo de esta situación quimérica ante ojos humanos. Choco hombro con hombro—. Quizás yo quiera...
Me río, cubriéndome la boca.
—No haré un trío con ustedes —asegura serio—. Eres linda, pero no me gustan las mujeres.
Hace que me ría sobrada de emoción.
—Iba a decir que quiero reconstruir la confianza, la amistad. —Lo miro sobre mis pestañas—. Quizás no tuviste actitudes mal intencionadas, pero es difícil este proceso de retomar la amistad. No sabes, los días sin Ry fueron terribles para mí. Tampoco los tuve a ti o James, con mamá no podía hablarlo.
Suspiro. Incluso recordar esos días me cuesta.
—Lo sé. —Se gana mi atención y curiosa lo miro, inquisitiva—. Te acompañaba a casa todos los días, temía que te hicieran daño o algo así. Te veías realmente mal, costaba todo de mí para no acercarme a consolarte cuando llorabas.
—No debes preocuparte por mí, he estado sola toda mi vida. Puedo cuartearme, pero nunca quebrarme.
Antes de que pueda notarlo hemos terminado de armar los bocadillos, él los coloca en una bandeja mientras yo rescato algunas coca colas y leche blanca para mí. Volvemos a la habitación donde los chicos, que antes conversaban elocuentes, detienen su conversación con nuestra llegada.
—¡Por fin! —KJ le arrebata la bandeja al chico a mi lado y se sienta en la cama tomando el primer bocadillo.
La mirada de todos recae sobre él, que levanta la suya cuestionándonos.
—¿Qué? —Se encoge de hombros—. ¿No eran solo para mí.
Niego con la cabeza muerta de la risa. Comemos y bebemos entre conversaciones elocuentes. Me gusta tener amigos, no ser un cero a la izquierda, incluso, yo soy como la reina o muñeca de cristal del grupo; porque siempre están peleando con Ry por mi atención o quieren cuidarme como si fuese de un material aún más susceptible que el cristal.
—¿Sabes? —El trigueño señala a End con lo que queda del último pan—. Eres simpático, me caes bien, pero vuelve a dañar a mi ratona y te parto la cara.
Ryker aplaude con demasiado ahínco.
—Apoyo eso. —Se ríe—. Te despedazo.
—Oye, oye. —intervengo estirando ambos brazos a los lados impidiendo que se acerquen. Bien, no se estaban acercando, me gusta el drama—. Nadie va a defenderme porque yo haré de su cara mi saco de boxeo favorito.
No sé por qué se empeñan en creer que soy una damisela en apuros cuando puedo salvar mi mundo por mi cuenta. Soy un puto misil y no porque nos semejemos en la forma.
End alza las manos mostrándose indefenso.
—Cálmense, yo puedo autolesionarme si sus amenazas son una realidad.
Me río y toda la diversión acaba con el fuerte estruendo que proviene de la parte trasera de la casa. Observo a través de los grandes ventanales que dan frente con frente a la casa del árbol. Todos se levantan yendo hacia el piso de abajo, entretanto me acerco más a la ventana de cristal viendo hacia el frente.
¿Alguna vez has visto un demonio a los ojos?
Este parece tan real, tan humano y es que en el fondo los demonios son personas o una vez lo fueron. Piensan y actúan como un humano portando esas habilidades sobrenaturales que nosotros no poseemos. Eso es lo que los hace fuerte, pero yo he lidiado con demonios antes y este ni me asusta ni me va a destruir.
Le sonrío y él me la devuelve.
Hay una promesa en cada sonrisa.
—Rojita. —Ryker corta cualquier interacción futura con el ente—. ¿Todo bien?
Volteo, sonriendo.
—Perfecto.
||~𑁍~♡~𑁍~||~𑁍~♡~𑁍~||~𑁍~♡~𑁍~||
¡Hola, hola!
FELIZ AÑO NUEVO 2022
Ay dios que miedo con todo🤣 Debo aceptar que Livi a veces me da miedo y ¡¿KHE?! ¿Qué es eso? Omg, estoy entrando en pánico.
Había prometido que si llegábamos a los 10k antes del 2022 les daría un extra +18 y pues para le próximo capítulo será 😍 en el capítulo 33 tendremos un extra, yupis jajajajaja.
Gracias por seguir conmigo este año y darle todo su amor a mi historia🥺 no saben lo feliz que me hacen.
Los amito.
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