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C30 || LA FIESTA

La casa de Endrie no es lo que un ciudadano de sueldo promedio llame pequeña. Cuenta con un estilo minimalista y mucha cristalería. Los alrededores están a rebosar de personas: en la sala de estar, la cocina, el comedor, el patio trasero y el porche.

Con este va mi segundo intento de asistir a una fiesta, intentos que me demuestran que las fiestas no son lo mío. Haciendo un resumen, odio el calor, la música demasiado alta, la multitud, la mezcla de olores entre apetecibles y aborrecibles. Creo que hubiese sido factible decir lo que me gusta: Ryker y bailar, eso lo puedo tener lejos de aquí.

Los chicos me arrastran a la cocina antes de que pueda darme la vuelta e irme. Ellos se sirven cerveza y yo nada, porque no me gusta beber. Ya lo probé en la fiesta pasada y no me animó a repetirlo otra vez.

—¿Quieres que consiga algo para ti, rojita?

Mi cara se ilumina y no, no son sus palabras, sino que al correrse a un lado queda a mi vista una bandeja con muchas, pero muchas, donas de chocolate.

—¡Madre mía, esto es el Disneyland de los hambrientos! —Me acerco a la mesa casi que en una carrera.

—Livi, no creo que debas...

Lo miro cuando detiene abruptamente sus palabras al darse cuenta de que ya me la estoy comiendo, cuando él no ha llegado ni a la mitad de la oración. ¿Las donas? Mi debilidad.

Mientras devoro la primera me percato de que KJ se ha perdido pero, antes de entrar en pánico e ir a buscarlo como mamá gallina, me recuerdo que estamos en una fiesta y debo dejarlo disfrutar.

La mirada juguetona de Ryker no me abandona y me relamo los labios, ante las reacciones de mi cuerpo debido a su mirada. Nuestros ojos se funden en una mirada anhelante, entonces, todo empeora cuando su pulgar va a mi labio, limpiando la comisura del mismo.

Le sonrío con calidez y su mirada es tan hermosa que no deja de maravillarme. Tomo otra dona, aunque sus ojos siguen en mí de una forma indescifrable.

—¿Por qué me miras así, eh? —Le coqueteo alisándole la gabardina con mi mano limpia—. ¿Acaso soy muy bonita, eh?

—¿Bonita? ¿Tú? Tú eres maravillosa y el que diga lo contrario es ciego.

Me muerdo el labio reprimiendo una sonrisa, fracaso; sin embargo, todo junto a él se siente como si ganase.

—Eh, chicos. —nos volteamos hasta dar con los ojos avellanas de KJ—. ¿Está mal si ligo un poco? Ya saben, ahora que soy amigo del famoso y adorado Ryker Winston la gente se me acerca.

Ry se ríe de su comentario y yo finjo que me hace gracia para no quitarle mérito, pero al contrario, me hace sentir tan triste el que la sociedad se crea con el derecho de juzgar a las personas sin conocerlas, sin acercarse a distinguir lo que tiene para aportar al mundo. Kameron Johnston tiene tanto que aportar, su sola capacidad para leer a las personas es algo que destaca en su personalidad, esa mente criada en la calle puede pensar diez veces más rápido que la de un humano promedio, por el simple hecho de ver más allá de lo superficial, y su gran dote para adelantarse a las acciones de otros. Puede que de teoría no sepa mucho, pero sé que entre todos hacemos un equipo genial.

—Solo mantente a la vista y pendiente a todo.

Inclina la cabeza a un lado, sonriendo con incredulidad.

—Parece mentira que no me conozcas —dice, haciéndome reír.

—Anda, vete a pasarla bien.

—¡De puta madre! —Se adentra en el tumulto de gente.

No he visto a Endrie desde que llegamos, pero sería una tortura separarme de la bandeja de donas, lo único bueno de esta fiesta. Por ello cada que una canción llama mi atención y mi cuerpo pide movimiento se doy, pero sin alejarme de la mesa. Lo siento, no puedo hacerlo.

Got me on stuck, chasing that rush

Mastico lo que queda de la dona esperando el verso indicado que tanto define lo que me provoca. Mando al diablo la distancia interpuesta entre nosotros rodeando su cuello con mis brazos mientras me alzo de puntillas para alcanzar su oído.

I just want you, but I don't do drugs —canto tan bajito como el bullicio me lo permite.

¿Qué me pasa estoy ardiendo?

El beso opaca el exterior, ayudando al fuego de mi interior a resurgir como el ave fénix: abrasador, perenne, libre. Sus labios dominantes me envuelven y devuelven las sensaciones que inician en mi estómago y se propagan por todo mi cuerpo. La necesidad de mi interior adquiere fuerza balanceando mis caderas contra su dureza mientras finjo que bailo al ritmo de la canción.

Needed a fix of you, not just a kiss from you. I needed more

Necesito más.

—Solo consíganse una habitación —dice un tierno, adorable, precioso, delicioso (no estoy presionando mis manos en un puño, en lo absoluto) chico moreno que se nos detiene al lado para tomar una dona—. Buena estrategia, amigo. Estás en tu casa, el único lugar prohibido es la casa del árbol.

Un milisegundo me toma voltear el rostro, que descansaba sobre el pecho de Ryker, hasta dar con el chico. Parece que va borracho, pero sus palabras me hacen ruido en el sistema.

—¿Cómo que la casa del árbol? —le pregunto, tomándolo fuerte del brazo para que ni se vaya ni se desmaye—. ¿Qué dijiste de una casa del árbol? ¿A qué te refieres?

Se carcajea como si yo no estuviera lo suficientemente agitada con la situación.

—La casa del árbol, chica —reitera con obviedad—. Está en el patio trasero, pero en serio, no vayas. Endrie me aclaró que a ese lugar nadie podía ir.

Asiento, dejando ir al chico, aún perdida en mis pensamientos. ¿Puede ser una casualidad? No. Aquí no hay una combinación de circunstancias imprevisibles e inevitables, inevitables quizás. Las señales siempre estuvieron, nada es casualidad porque las casualidades no existen.

—La casa del árbol... —Me llevo la mano a los labios. Suena todo tan irreal.

—No, Livi, estás demasiado obsesionada con el asunto. —Volteo los ojos con cansancio.

—O tú muy poco interesado.

—¿Puedes dejar esto y disfrutar como una adolescente normal?

—No puedo, ¿sabes por qué? —alzo la voz más de lo necesario—. Porque nací siendo diferente, una anomalía en la sociedad. Lo siento, Ryker, por arruinar tu fiesta y tus sueños de un romance sin turbulencias o desequilibrios. Esto es lo que puedo ofrecerte y voy a ir a esa casa del árbol con o sin ti.

El abrió mis cadenas y ahora quiere ponerme límites; pero es tarde, yo haré todo lo que quiera ahora y él va a seguirme.

Me volteo, alejándome de él, entretanto tanteo con la vista en busca de KJ. Necesito cubrir todas mis posibilidades y si mañana todo sale mal aunque no venza me sentiré una triunfadora porque di lo mejor de mí.

Su presencia a mi espalda me hace sonreír disimuladamente, disfrazando mi triunfo con mi cara de digna. Mis ojos conectan con el ojizarco quien de besuquearse con una rubia menuda.

—Romeo, siento tronchar tu conquista, pero tu hora ya pasó. —Me poso delante de él con mi guardaespaldas detrás.

La chica me mira con cara de desprecio, pero para su desgracia cuando hace el amago de hablar KJ la despacha con mucha elegancia, algo que leyó en un libro seguro, demasiado tacto y palabras bonitas.

—¿Aprendiendo de los grandes? —se burla Ry.

—Ustedes pelearon. —Nos señala desviando la atención de él y cambio el peso de mi cuerpo al otro pie, incómoda—. No están tocándose en algún punto y Ry tiene cara de estar haciendo acopio de todo su autocontrol.

El último mencionado le palmea el hombro.

—Nunca te enamores, amigo. —aconseja—. Muy lindo y todo, pero si te toca una como Livi sentirás que asfixian tus pelotas todo el rato.

Le muestro el dedo del medio, molesta por su comentario.

—Vete a la mierda, bonito.

KJ sonríe feliz de la vida por ser tan bueno leyendo a la gente mientras me consume la rabia por sus estúpidas palabras. ¿Qué tiene de malo ser mi novio? Ay, no. Ahora tengo ganas de llorar.

—Imbécil, ¿qué hiciste? —KJ me llena las mejillas y coronilla de besos, acariciándome el pelo—. No puedo creer que la hayas hecho sentir mal.

—Solo es Livi siendo Livi —le dice Ry—. Me manipula todo el rato con sus llantos.

Le golpeo, realmente molesta.

—Ryker Winston, ¿qué tiene de malo ser mi novio? Dime. —le pregunto, abrazada a KJ.

—Livi Dessen, eres una malcriada.

—Tú me hiciste una malcriada.

—Tienes un punto. —Me da la razón—. Travesura, regla, regla rota. Ya me dirás tú si volverás a hacer otra escena como la de antes. "Lo siento por arruinar", "Esto es lo que puedo ofrecer". Dessen, es blanco o negro, todo o nada, yo ya hice mi elección.

Limpio las lágrimas que nunca estuvieron debajo de mis ojos y lo abrazo reconciliándome con él. Bien, puede que solo yo me peleé, puesto que él solo me dejó ser.

—Ahora que los problemas en el paraíso han sido resueltos —dice una sonriente cara diabólica con pelo negro—. Cuéntenme el problema por el cuál mi conquista de la noche fue despachada.

Alzo ambas cejas, como si estuviese claro tal cual un río cristalino.

—Me miró mal, es que...

Mi palabrerío se ve interrumpido por un ente áspero que se cierne sobre mi boca desde atrás: la mano de Ry.

—Livi no-dejo-de-hablar-por-nada-del-mundo. —KJ lo mira inquisitivo y él prosigue—. Luego te explicaré eso. El motivo de nuestra interrupción es debido a que Livi cree que la casa del árbol, a la que Endrie prohibió acceder, es la sede de la persona que está haciendo esto.

El rostro de KJ se arruga confundido en primer lugar, yo también lo estaría, pero es KJ, a él le toma un poco más de tiempo procesar hasta entender toda la situación y es ahí cuando se cara se ilumina con compresión y decisión.

—¿Qué hacemos? —pregunta el trigueño—. ¿Puedo ya romperle la cara?

Alejo la mano de Ryker de mi boca.

—¿Te parece que es justo condenar a un presunto culpable sin pruebas? —Lo miro mal—.?Parece mentira que no me conozcas.

Repito sus palabras de antes con un tinte pedante. Suspiro, atrayendo la calma que no tengo, una especie de euforia ha tomado mi cuerpo, no sé qué me pasa. Todo se siente tan irreal.

—Ry y yo iremos a esa casa —comunico—. De ti necesito que registres la habitación del presunto culpable y, de ser posible, hasta la papelera del computador. ¿De acuerdo?

Asiente.

—Ten cuidado —pido—. Por favor, si te das cuenta de que Endrie está yendo para allá...

—Llamaré a Ry, tranquila, ratona.

Suspiro con pesadez. Siendo sincera, temo muchísimo por lo que me pueda encontrar. Nos aventuramos hacia la puerta corrediza que da al patio. Es una especie de bosque bien cuidado, unas luces en la lejanía llaman mi atención y me siento jodidamente atraída como la polilla al fuego.

—Mira. —Le señalo las luces a Ry, quien miraba en otra dirección.

Dudo antes de caminar. Quiero hacer esto, pero eso no quita que tenga miedo de lo que pase después, de lo que descubra. El piso de piedra nos acompaña en el trayecto hasta un pequeño puente detrás de una cierta cantidad de árboles.

El puente cuenta, en su inicio, con una farola en cada brazo, la luz anaranjada nos ilumina, tanto la farola como la proveniente de la casa a mi derecha. El puente está formado de una pequeña curva que extiende el resto del mismo en una camino recto a la entrada de la casa. Es hermoso como cada uno de los detalles son de madera, una madera cara y preciosa. El solar se encuentra construido sobre cuatro fuertes troncos de árboles, quienes continúan desarrollándose brindándole calidad y confort con el verde de sus hojas.

Impelo la puerta de madera descubriendo ante mis ojos lo que esconde su interior. Ventanas me reciben inmiscuyendo a la luna en asuntos que no le competen. La asombrosa construcción de madera clara me empequeñece y deslumbra a partes iguales. En la estancia se encuentra una mesa de dos patas y estructura deforme, una silla a juego con la mesa e incrustada a la pared una tabla alargada, que hace función de asiento.

Todo parece tan normal y a la vez no. No encuentro las palabras justas.

—Rojita, esto me da muy mala espina.

Ambos miramos a nuestro alrededores prendidos por las vibras oscuras del lugar.

—¿Tú también sientes algo exótico? —inquiero buscando una pista.

Señala a un lado, en dirección a una cortina de enredaderas naturales.

—Ahí, detrás hay una puerta.

—¿Cómo sabes? —Arrugo las cejas.

—Confía en mí. —Me guiña un ojo, seguro de sí mismo—. De pequeño tuve una casa del árbol y solía esconder mi habitación de pintura de otros niños detrás de cortinas.

Asiento convencida avanzando hacia la enredadera. El corazón me martillea queriendo escapar de mi pecho, puedo sentirlo en mis oídos. Ryker me adelanta usando su cuerpo como un escudo para mí. Sus manos liberan de nuestro camino la enredadera abandonando ante nuestros ojos una puerta, que casi puede confundirse con la pared de madera.

La mano de Ry va a la manija y...

—Tengo miedo. —Lo detengo.

Se ríe.

—¿No me digas? —Su burla no me hace gracia, sino que me pone más nerviosa aún—. Tus manos espasmódicas casi que no me lo confirman. —Lo miro mal y me acaricia el rostro—. Estoy aquí, rojita, estando juntos nada va a pasarte.

Sus palabras me calman y entonces lo aliento con la mirada. Otra puerta más que se abre mostrando una realidad adversa.

¿Alguien puede retroceder el tiempo? Siento que algo ha salido mal, siento que hay algo que no vi. Déjenme volver y leer todas las señales. Advertirle a mi yo del pasado que un traidor siempre será un buen mentiroso.

La mirada se me empaña al ver exactamente la cantidad de personas desaparecidas, veinte. Me siento viviendo en una realidad paralela con el vistazo de sus caras y cuerpos, son...

Lágrimas caen mientras incrédula, llevo una mano a mi boca.

La casa del árbol, la fábrica, las desapariciones. Todo estaba tan relacionado y a la vez tan disperso que me aferraba a lo quimérico. Siempre tan observadora, poseedora de una memoria excelente y con esa facilidad de atar cabos, lastima que la ingenuidad es algo que me retrasa el trabajo.

—James. —Lágrimas corren en sentido vertical mientras acaricio su rostro leñoso—. Lo siento tanto...

La voz se me corta mientras siento los brazos fuertes de Ryker mantener mi espalda contra su pecho en un muy reconfortante abrazo. Lloro observando las marionetas a mi alrededor.

¿Cómo? ¿Por qué? Son preguntas que destruyen mi cabeza en pedazos. Duele cada humano que hoy es una marioneta, pero James me destroza más que todos los rostros desconocidos.

—Mira, Ry, es Alexia. —La observo, inclinando levemente la cabeza hacia un lado—. No tiene vida.

Me volteo para verlo a los ojos.

—Cariño, es como matar. Los convierte en muñecos de madera, arrebata sus vidas —hablo ahogándome, ofuscada por lo que tengo ante mis ojos—. Tenemos que salvarlos.

Vuelve a abrazarme. No me escucha cuando le digo que debemos salvarlos, no me deja alejarme de su agarre y siento tanta paz entre sus brazos que no entiendo por qué quiero salirme.

El celular de Ryker suena, sobresaltándonos. Una llamada entrante lo obliga a aflojar el agarre buscando su celular en el bolsillo de su vaquero.

KJ.

Acepta la llamada.

—Salgan de ahí, me distraje y Endrie está casi llegando —avisa.

—Bien, tenemos mucho que hablar. —Ry cuelga sin esperar respuesta. Guarda su celular en el bolsillo, alentándome con sus miradas cálidas y caricias—. Vendremos por ellos y eso te lo juro, rojita. Ahora salgamos de aquí.

De su mano, me alejo de ese lugar con la imagen inerte de James en mi cabeza. Mi amigo, mi primer amigo real. Nunca pensé en ir al concierto de Ed Sheeran, porque sin él no tenía sentido.

Lo extraño tanto.

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Capítulo dedicado a: Alinder29

¡Hola, hola!

¡MI JAMES ES UNA MARIONETA!😭😭😭 mi bebé, lo extraño tanto. Y, ¿qué hacen las marionetas en casa de Endrie? Omg... teorías.

Hemos crecido bastante y los amo por eso, por apoyarme de esta forma. Me siento acompañada😍

Si la novela llega a los 10k antes del 2022 les subo un extra +18. Ayudenme que promocionar, piénsenlo es un ganar-ganar. (No me aprovecho de ustedes jajajaja)

Ahora los voy a regañar porque casi que no veo sus comentarios. Creo que es que ya no les está gustando la novela.😏

Les dejo espacio aquí para que me digan/pidan lo que quieran.

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