C20 || JUDAS
Un sábado de septiembre.
Hojas amarillentas y marrones se desprenden de los árboles, cobardes que se alejan por la proximidad del invierno, desprotegiendo al tronco que debe soportar estación por estación sin moverse del lugar.
Las hojas no son las únicas que caen en esta mañana de otoño, también la lluvia fría de septiembre y de todos los meses dado que nunca para de llover en esta ciudad, pero esta se me antoja diferente.
♫Yeah, I was there but I wasn't. They never really cared if I was in♫
Es curioso como la lluvia puede ser un fenómeno tan reparador y devastador a la vez. Su majestuosidad al caer de las nubes es hipnotizante y me atrevería a decir que incluso mágica; sin embargo, acarrea consigo esa sensación de pérdida, de tristeza profunda, te atrae a un mundo de reflexión. Quizás sólo soy yo sintiendo culpa, miedo y ese dolor opresivo en mi pecho que grita que no lo haga, mientras me arreglo bajo la excusa de tener que hacer un trabajo grupal para la escuela, al menos ante los ojos de mi madre.
Nunca me ha prohibido relacionarme, eso fue una decisión que tomé por mi cuenta para asegurarme cumplir su letanía de reglas. Es casi imposible hacer contacto con personas y no despertar su curiosidad sobre ti, que noten lo cerrada que eres y lo indispuesta que estás a abrirte, es imposible conversar día tras día con alguien y no experimentar confianza. Por muy mínima que sea ya me exponía a demasiado, ese miedo a ser atrapada crecía en mí y entonces, cortaba cualquier tipo de lazo.
♫ Then I saw your face. Your forgivin' eyes looking back at me ♫
Es algo que no me sucede desde que llegué a esta ciudad. Me siento protegida y querida, en esta ciudad encontré las sensaciones que creía perdidas y no quiero estar sin ellas, por ello haré lo que sea para mantener la armonía en mi entorno.
♫You are that someone that gets me like no one else right when I need it the most♫
Tomo la mochila dirigiéndome al club donde quedé con Endrie. Debería darle una disculpa por mi comportamiento el otro día, pero no me disculparé por ser yo en mi faceta más cruda, si me quieren merezco que lo hagan en todas mis facetas. Incluido, la tóxica. No, estoy equivocada, no debería aceptar mi faceta tóxica y hacerla pasar por normal, debo erradicar varios problemas en mi vida, pero este puede esperar a después.
Arriesgo todo lo que tengo por un bien mayor. ¿Estoy poniendo mucho en el fuego? Probablemente, pero si ardo en él lo arrastraré todo conmigo porque no me concibo sin ese verde compasivo que me mira como a nadie más. No quiero ser la excepción, quiero ser la única.
Diviso a Endrie en la última mesa del lugar, la más apartada. No hay tantas personas, pero supongo que los clubs de computación solo existen para esconder tu identidad y dirección cuando haces algo malo. Por ejemplo, yo no sé en que mierda me estoy metiendo, pero ahí voy.
—Buenos días —saludo con demasiado ánimo.
—¿Estás fatal?
—¿Cómo?
Mis dos cejas se enarcan en sustitución de la sola ceja que debería, pero como no sé, pues finjo que es muy normal lo que hago.
—El ánimo exagerado refleja el dolor del alma. —Me extiende una magdalena y un recipiente de té con leche—. Debes trabajar en ello.
Tomo asiento dando el primer sorbo a mi té.
—Siento que en cualquier momento Ry se enterará y todo caerá en picada —explico desvistiendo la magdalena—. ¿Sabes? Ayer en nuestra cita me hizo leerle "Fábulas de un viajero", fue terrible leer cuidando que mi voz no se rompiera o notara lo nerviosa que estaba.
He mentido toda mi vida y me sabe a traición mentirle a él. Lo irónico de que te importen las personas.
—Deberías contarle. El helado está muy caro para andar malgastando el dinero en tu corazón roto.
Sonriendo lo miro mal. ¿Qué? Es algo que se me da de maravilla, doy clases los sábados de tres a cinco.
—No sé cómo puedes mezclar desgracia con humor, pero te sale bien. —Le sonrío, enfocando mi atención en la pantalla encendida del ordenador.
Estamos en una cafetería cibernética, al menos aquí se le llama vulgarmente de esa manera cuando se junta la comida y las computadoras, carece un poco de sentido, pero ¿quién soy yo para juzgar? Dado que el número de la cuenta es el suyo la sesión están abierta con el chat del Maestro Marioneta llenando su pantalla.
—¿Cuáles crees que sean sus motivos? —inquiero, pensativa. Le doy un mordisco a la magdalena de arándanos, en espera de su respuesta.
Se encoge de hombros con la vista perdida en el ordenador. Una ligera preocupación se instala en mi sistema, no es normal que End se comporte de esa manera. Está perdido en sus pensamientos, raro, distante.
—¿Pasa algo? —pregunto con la boca llena, genuinamente preocupada.
Sacude la cabeza.
—Dejemos eso para después.
Dicho y hecho comenzamos con el cuestionario. Se nos complica bastante, preguntas nuevas aparecen y es como si esa persona solo diera acceso a un mismo perfil. Es maniático y peligroso, pero yo tengo oportunidad con él. En el caso de ser secuestrada eso solo facilitaría el trabajo de mis otros captores y me rescatarían en un abrir y cerrar de ojos. Si no muero en manos de uno, sería un experimento para los otros.
—Listo —exhala End cuando la pantalla se muestra en verde con el cartel "ACCESO CONCEBIDO". Se reclina en su silla, llevando sus brazos cruzados tras su cabeza y estirando sus extremidades.
Lo miro curiosa.
—¿Y ahora qué? —La duda en mi rostro es latente.
—Tenemos que averiguar cómo procede —dice obvio, viendo la hora en la pantalla de su celular—. La única manera de conseguirlo es hablando con él. Hemos avanzado porque encontramos una forma de contactarlo, cosa que solo los secuestrados poseen. ¿Nuestra ventaja? Sabemos de sus intenciones.
—Bien. —Asiento, permisiva—. Escribámosle.
Al inicio no consigo más que charla trivial sobre la tecnología, sus desventajas y los problemas graves que causa en las personas, desde la notable disminución de la visión hasta trastornos psicológicos. Es algo que he leído y no me interesa.
Maestro Marioneta: ¿Podrías vivir en un mundo donde la tecnología punta no existiera?
«Sí, podría perfectamente vivir sin la tecnología avanzada porque a pesar de ser un factor de mucha utilidad para el ser humano, no es indispensable. Al menos no los celulares, tabletas y otros, la médica es un bombazo, pero no creo este señor esté hablando de ella.» Eso respondería Livi Dessen, pero no Olivia Rodrigo. Lo siento, me he copiado el nombre para una buena causa, Olivia Rodrigo y su montón de canciones despechadas me ayudaran a combatir un monstruo que figura ser indestructible.
Olivia Rodrigo: Eso definitivamente es un rotundo no. La tecnología punta es una actividad eminentemente social, y revela las características de los grupos humanos de diversas épocas; además, ejerce su influencia sobre las formas de organización social y actúa decisivamente en las determinaciones económicas, políticas y culturales.
O al menos eso es lo que dice google; porque pendeja, pero no inculta. Bien, sí soy un poco inculta en lo que respecta a la tecnología, pero no lo suficiente como para no saber que google me proporcionaría una respuesta súper pipirisnaise.
Estoy destrozando mi vocabulario nutrido.
Maestro Marioneta: ¿Y para ti? ¿Qué representa la tecnología?
Miro a Endrie en busca de una respuesta. En lo que respecta a las redes sociales y los teléfonos inteligentes sólo han servido, entre otras cosas, para destruir la vida social de la gente. No me refiero a la que compartimos mediante el teléfono, sino a la física. Logramos mantenernos en contacto con personas que están realmente lejos de nosotros, pero lo perdemos con quien nos rodea, así de hipócrita es la situación.
—¿Qué se supone debo responder a ello? —inclino la boca ligeramente hacia abajo en un gesto de total desconocimiento.
—Búscalo en google. —Se encoge de hombros manteniendo esa actitud fría.
Me giro, enfrentando a su costado, en mi silla de rueditas.
—¿Qué calabazas te pasa? —pregunto harta—. Si es por lo que sucedió ayer, perdóname por la forma en la que te traté, ¿vale? Ryker es todo lo que está bien para mí, me ha mostrado un lado de mí que creí no existía y no suelo hacer esta mierda, pero tú estás tan frío que me congelas, no me gusta. Hemos sido amigos por dos semanas, a lo mucho y nunca te habías mostrado de esa forma.
Hace el amago de hablar y lo interrumpo alzando la mano. Coño, ¿qué no ve que estoy hablando yo?
»Sé que todos tenemos nuestras facetas y malos días y puedo soportar tu faceta, pero necesito que me digas "oye, es una faceta, no es personal" porque soy divina, no adivina. —Me río de mi propio chiste y él me imita, a su forma seca, pero lo hace—. De verdad, que eres de las personas a las que le he cogido cariño en el instituto y no te quiero perder porque no estoy dada a hacer amigos, no dejo entrar a la gente. Ya perdí a James, probablemente cuando Ryker sepa le perderé, maldita maldición, no quiero perderte a ti también.
Se muerde el labio dubitativo.
—Es muy tarde para ello, Liv. —Lo miro, sin entender nada, con las cejas alzadas—. A veces, las personas toman decisiones que no les corresponden, pero es solo para ayudar.
—No estoy entendiendo una mierda. —Estiro los labios en una semi sonrisa lineal negando repetidas veces con la cabeza.
Señala hacia la puerta sin volver a pronunciar palabra y ahí lo empiezo a entender todo. «A veces, las personas toman decisiones que nos les corresponden». No, yo diría que a veces las personas toman decisiones, que no les corresponden, sin pararse a pensar cuanto puede devastarte el resultado.
Amistad: relación de afecto, simpatía y confianza que se establece entre personas que no son familia. ¿En dónde cojones dice clavarte un puñal por la espalda o tomar decisiones que no le incumbían y nadie le pidió?
El mundo se me cae a los pies al ver el rostro que me devuelve la mirada desde la entrada/salida del establecimiento: fría, decepcionada, oscura. Mi vida se está yendo al carajo sin boleto de retorno.
—No, no, no, no, por favor, no. —Los ojos se me empañan con el maldito dolor opresivo que crece en mi pecho, ya no como un mal augurio, sino como una realidad punzante y desgarradora. Me tapo el rostro—. Dime que tú no hiciste esto, dime que no me echaste al agua sin salvavidas.
La voz me sale ahogada y no soy parar mirar a nadie. Siento rabia con End por echarme al agua llena de tiburones, siento dolor porque sé lo que acarreará mi mentira, siento decepción por depositar mi confianza en alguien que la ha traicionado. Quizás yo estaba en lo cierto y la humanidad es un montón de excremento del que solo pocos suelen salir a penas embarrados. Llevo días soportando la culpa y la ansiedad que me genera mentirle, no he estado bien conmigo misma desde que End me propuso escribir a ese chat y acepté. He evitado a Ry cuanto he podido para no delatarme; porque la culpa es invisible, pero sus síntomas son como alertas rojas.
Descubro mi rostro, conectando mi mirada con la azul de Endrie.
—Eres una maldita mierda. —Suelto con todo el veneno que mi cuerpo procrea. Ahora mismo si me muerdo la lengua me enveneno—. Me acabas de sacudir el mundo, maldito ingrato.
Ryker se queda de pie en la entrada, sus ojos furiosos me miran con una promesa no verbalizada. No hace falta que sus palabras hablen por sus acciones, solo que no estoy preparada para lo que se me viene.
—Ryker. —Me levanto, recogiendo mis cosas a toda prisa. Algunas se caen al suelo y no me importa.
Corro en su encuentro, pero ya ha cruzado el umbral fuera del establecimiento. Un paso que doy es un pedazo de mi corazón que se rompe. No necesito palabras, la mentira es un ángel cobarde.
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¡Hola, hola!
[yo fingiendo ser una escritora sin corazón]
*Se va a llorar*
No estaba lista para esto, mis bebés😭😭😭😭😭😭😭 (realmente mientras escribo esta nota escucho una canción sexosa, así que estoy triste y caliente) xd.
Pueden insultarme con respeto y llorar conmigo.
También déjenme un besito para sentirme mejor🥺
Los amito.
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