—Pero Ben ¿Qué sabes sobre la familia Clerck?—Preguntó Five, mientras hablaba con su hermano.

—Es una familia realmente importante.—Se lo pensó unos segundos antes de cuestionar.—¿Por qué la curiosidad?

—Hace un par de días llegó una chica, su apellido se me hizo conocido.—Respondió dispuesto a masticar un chocolate que tenía guardado.

—Entonces ¿Una chica? ¡No hagas nada de nada!—Gritó provocando que Five se atragantara con el chocolate.—Lo siento... Estoy seguro que hablas de Morgana la única hija de la empresaria Clerck.

—Morgan.—Corrigió.

—Como sea, ella es una chica rara... Se dice que nunca en su vida a sonreído si quiera, no llora, tampoco.

—¡Lo entendí!

—Que impaciente... Su familia tiene un nivel social incluso por encima de la familia Coronel, y según leí desde hace años tenían la costumbre de comprometer a sus descendientes si les conviene.

—¿Morgan comprometida?—Alborotó su cabello buscando la corbata que tenía amarrada a su pantalón.

—Exacto, ten cuidado con quienes te relacionas Five.—Finalizó.

—¿Así que todo estará bien si no me le acerco? ¡Pan comido!—Miró el reloj que colgaba en su cuarto.—Vamos, papá se molestara si no llegó a tiempo a los entrenamientos.

Five le dio la mano a su hermano transportándolos al patio donde todos estaban reunidos.

—Justo a tiempo, Five.—Reginald habló.—¡De acuerdo, los quiero a todos en sus puestos!—El mayor habló serio.—¡Tienen que esforzarse para que su próxima salida sea un éxito!

Lejos de los hermanos había cierta chica observando, sabía que Five usaría su poder en cualquier momento y quería ver que tan bueno era en ello. Morgan se cruzó de brazos a la espera de verlo en acción. Por otro lado una desesperada Vanya había entrado a casa en busca de la castaña.

—¡Dios! Morgan, te estuve buscando por todos...

Vanya la tiró del brazo apresurandola a entrar a la mansión.—¿Que hacías ahí?

—Antes de presentarme con todos quería ver que tipo de actividades hacían.—Habló regresando su vista al grupo de chicos que se perdían a la distancia.

—No puedo permitirlo, lo lamento Morgan. Hasta que te integres tienes prohibido ver los entrenamientos y mucho menos puedes acudir a misiones con noso... Ellos.

—Cálmate, no volverá a pasar ¿Bien?

Vanya se limitó asentir con los ojos apretados para así evitar romper en llanto.

—Dime al menos sus poderes.—Unió sus manos con interés.

—Luther súper fuerza, Allison puede obligarte hacer lo que sea que ella quiera, Klaus puede hablar con los muertos, Diego tiene una puntería perfecta, Ben puede invocar a un monstruo desde su estomago y Five puede transportarse a donde quiera... Aunque últimamente pasa obsesionado con los saltos en el tiempo.

—¿Y qué hay de ti?

—¿De mi?

—Si, vas de un lado a otro con los demás y hasta ahora he visto tu poder.

—No tengo poderes... Soy ordinaria.—Forzó una sonrisa.—Ayudo a papá, algo así como una ¿Asistente? ¡Eres mi mayor responsabilidad!, si logro que hagas todo bien en los próximos 2 años si es que no te casas antes, tal vez papá quiera volver a intentar buscar mi poder.

—De acuerdo Vanya, entonces no te volveré a poner en una situación igual.

—¿Podrías al menos decirlo con una sonrisa?

—¿No te importa si la finjo?

—Con verla creo que sentiría un poco más de confianza.

—Bien.—Rodó los ojos para así sonreír, cuando era pequeña su madre le había enseñado hacerlo para que no creyeran que era una desalmada.