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Choi Yeonjun caminaba hacia el único colegio del pueblo, ya con diecisiete años su madre lo dejaba andar a solas por las calles de Icheon y él no desaprobechaba la oportunidad. Viendo como los pueblerinos comenzaban a andar y abrir sus negocios solo suspira al sentir ese sentimiento de monotonía instalarse en su pecho.

Durante el camino saludaba a todo aquel que se le cruzara y recibía algunos obsequios como recompensa por su amabilidad.

Al llegar a su destino, saluda a sus amigos y junto a ellos caminan a su salón, pues, en unos minutos comenzaba su primera clase. Cada uno se sentó en su lugar correspondiente, siendo Yeonjun el único que no compartía mesa con ninguno de sus compañeros y amigos.

Con la llegada del profesor, todos en el salón se sentaron como correspondía y guardaron silencio.

—Buenos días alumnos y alumnas, hoy les traigo nuevas noticias. Como sabran, con este comienzo de cuatrimestre, hubieron algunos cambios de compañeros... por ello, les quiero presentar a un nuevo compañero, a quien espero traten con respeto —con eso dicho, un omega hizo acto de presencia adentrandose al aula llamando la atención de todos. Para Yeonjun, era el omega más bonito que sus ojos jamas vieron.— Él es Choi Beomgyu...

Y toda explicación dicha por el profesor fue a segundo plano para Yeonjun al ver la mirada oscura del omega frente a él. Aquella aura misteriosa que cubría al nuevo llamaba la atención, junto con la belleza que se cargaba. Trago saliva al sentir cierta familiaridad emanar del chico nuevo.

Yeonjun no podía apartar la mirada, se sentía atrapado entre el aroma a melon y con un suave toque a chicle que pudo sentir en Beomgyu. Y debía admitir que lo hacía enloquecer en relajación, tanto que un suspiro gustoso se escapó de sus labios.

—...puede tomar asiento al lado de Choi Yeonjun, ese será su lugar por el momento —. Y el escuchar esas palabras del profesor hizo que saliera de su mundo y apartara su mirada al tener la atención en él.

El nuevo, sin decir palabra se dirigió a donde se le fue designado e ignorando al alfa a su lado, prestó atención al profesor que daba por iniciada su clase.

[...]

Todos se encontraban en el pequeño receso de diez minutos que tenían entre clases, todos con su grupo de amigos o yendo al baño, aprovechando la oportunidad; todos menos Choi Beomgyu, quien se encontraba en el salon comiendo de su desayuno a solas.

Un grupo de omegas que se encontraban en la puerta, murmuraban acerca de él. Pero que sin inmutarse, Beomgyu seguía en lo suyo. Los rumores se esparcieron rápido entre el último curso, muchos especulaban acerca de su origen, de donde venía, por qué nadie escuchó de él, y muchas cosas más. Nadie sabía quien era Choi Beomgyu, ni quienes eran sus padres, nada.

Y cuando una beta se iba a acercar al omega para preguntar, todos en aquel grupo posan su atención en Yeonjun, pues, él y sus amigos habían llegado al aula entre risas y bromas. Ese grupo de alfas fueron hasta el asiento de Huening Kai, mejor amigo de Choi. Algunos le dieron una mirada rápida al nuevo.

—¿Y Yeonjun, qué tal? —preguntó Jake haciendo referencia a su nuevo compañero de banco—. ¿Le hablaste?

—Si, Choi, ¿cómo es? ¿De donde es? —siguió Kai, la curiosidad notandose en sus poros.

—No lo sé, no he hablado con él. No tuve la oportunidad —sin más respondió, porque a pesar de haber llamado su atención, no tuvo intención de hablarle. Algo en el omega no le daba buena espina y sin querer que sus amigos sospecharan  se excusa—. Saben como es el señor Park de exigente.

—Claro, tú y tus notas perfectas se veran afectadas —se burlaron sus amigos, aunque sabiendo la verdad de las palabras de Choi.

En lo que ellos seguían con las charlas, Beomgyu los veía con enfado y envidia; su niñez no había sido las más bonita de todas al tener que ocultarse por los rumores que los pueblerinos esparcieron sobre su padre omega.

Él al principio no entendía y siempre buscaba cualquier momento para escaparse y conocer Icheon, mas sus padres siempre lo atrapaban. Gracias a eso, su padre omega le prometió buscar un amigo para que jugara con él, logrando que nuevos rumores se esparcieran y todos los niños le temieran. No fue hasta que se cruzó con dos niños particulares y que gracias a su ignorancia, pudo conocer lo que es la amitad. Aunque claro, siempre a escondidas.

Nadie más que sus padres y sus amigos saben de su existencia. Cuando comenzó ir al colegio, tuvo que hacerlo en otro pueblo, para no recibir el desprecio y poder vivir una vida escolar normal.

Por ello, ahora a sus diecisiete años -pronto dieciocho-, apareciendo en su pueblo natal, solo le quedaba su último año y por fin podría irse a la ciudad. Con decir que odiaba a cada ser humano de allí, se imaginaran sus ganas de largarse; y lo hacía por haber arruinado la vida y reputación de sus padres, lo hacía por no dejarlo vivir como un niño normal.

Soltando un suspiro, vuelve su atención a su pequelo bowl, "idiotas" piensa con fastidio, cambiarse a último momento fue mala idea, pero no pudo hacer nada ante el cierre de su antigua escuela.
Ya no esperaba por que las clases terminaran y así reunirse con sus amigos, los cuales iban al mismo colegio, solo que diferente edificio. Y por lo que había oído, era prohibido verse con los cursos menores.

Además, quería contarles a Soobin y Taehyun que su queridisimo primo era uno de sus compañeros. Claro que sabía quien era Choi Yeonjun, ¿cómo olvidar al niño que cruelmente lo insultaba y rechazaba? Sin embargo, todo el dolor que sentió en esos momentos ya los dejó atrás, tal vez quedó con el resentimiento, pero ya no le importaba lo que dijeran de él.

Al igual que ignoraría la reacción de su cuerpo al oler el suave aroma a chicle y naranja que percibió del alfa.

[...]

El final de hora llegó y ya todos estaban guardando sus ultiles para poder ir a sus hogares a descansar o simplemente pasar lo qu eresta del día con sus amigos. Excepto Beomgyu, él había sido el primero en salir de allí, se encontraba ansioso por largarse de ese lugar que le dieron ganas de ir al baño. Allí se encontraba e iba de salida.

Entre los pasillos habían personas, pero las ignoraba a pesar de sentir las miradas pesadas sobre él. Ya llegando a la entrada, se abruma al ver a su compañero de banco junto a sus amigos. Verlo nuevamente hizo que una corriente electrica pasara por todo su cuerpo, ver la sonrisa que tenía lo puso nervioso y sintió su aroma esparcirse.

De inmediato apartó la mirada, se percató de lo que estaba haciendo y se asustó. Con rapidez bajó los pocos escalones, siguió con su huída hasta llegar a una pared que lograba taparlo y se apoyó en el. Colocó una mano donde pretendía estar su corazón e intentó calmar su respiración, ¿cómo era posible que se quedara viendo a ese alfa de ese modo? "Es un idiota, Beom, no te acerques." Se regañó. Por nada del mundo dejaría que alguien volviera a insultarlo y menospreciando a sus padres.

Al alzar la mirada, vio como sus amigos se aproximaban a él. Dejó de lado el que aún su corazón latiera desenfrenado y sonrió hacia ellos.

—¡Soo, Tae! —gritó yendo hacia ellos con una sonrisa, fue recibido con abrazos y risas. Los tres chicos casi todas las tardes se juntaban en lo de Beomgyu a jugar en el pequeño estanque de agua que la propiedad tenía.

Y sin que ellos se percataran, una mirada curiosa estaba posada en el trío de amigos hasta que desaparecieron de su vista. ¿Como es que sus primos conocían al nuevo? Se preguntó Yeonjun antes de ser guiado por sus amigos en dirección a su lugar preferido para almorzar.

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Hola^^
Acá está el primer
capítulo~
Como dije, las actus serán
un poco lentas...
sin embargo trataré de concentrarme
totalmente en este fic cuando
termine el que esta en emisión :p
(ya falta poco)
bueno, sin más, espero les guste
y nos leemos pronto<3

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