Familia Cullen

Minutos después de que las tres humanas; Isabella, Eliana y Emilia, se fueran. Un pequeño disturbio comenzó en el interior del hogar de los Cullen.

—¿Cómo se enteró aquella humana de nosotros? ¿Bella se lo dijo? ¡Llegó ayer! —exclamó quejosa Rosalie, que estaba sentada elegantemente en el sofá, a la espera de una razonable respuesta.

—Rose, he visto que no tendremos problemas con Emilia. Así que no te preocupes —concilió Alice, estando de pie con los brazos cruzados. Desvío la vista dorada y la clavó en su hermano adoptivo, Edward, que se había mantenido en silencio desde que las chicas se fueron.

Él se encontraba de pie frente al ventanal con las manos ocultas en los bolsillos.

«Edward, es momento de decirlo». Pensó Alice.

El susodicho giró la cabeza en dirección a Alice con un rostro inexpresivo.

—Ya bastante problemas tuvimos con Bella, ahora también debemos preocuparnos por Emilia —continuó Rosalie un tanto malhumorada.

—¡Rosalie! —llamó la atención de manera suave Esme—. Creo que solo debemos esperar, Emilia no parece una persona mala, y es cercana a Bella, así que solo confiemos.

Edward suspiró en un reflejo automático, acostumbrado de hacer tal acción. Se había quedado de pie en el ventanal para mantenerse atento a los pensamientos que soltaba Emilia cada tanto, una diferencia curiosa que había notado, era que le resultaba más fácil deslizarse por su mente que con los demás. Sentía una línea casi directa y fluía con mucha naturalidad.

Terminó girando su cuerpo para observar a su familia que continuaba debatiendo acerca de la repentina situación de la exposición de su secreto. Regresó la vista a Alice y dio un asentamiento para que ella diera comienzo con las palabras.

Alice que estaba esperando la aprobación, sonrió y aplaudió varias veces para llamar la atención de todos. El silencio se hizo de inmediato y fijaron la atención en ella.

—Verán, llevo como dos semanas teniendo visiones respecto a Emilia... —reveló Alice, obteniendo de inmediato expresiones de sorpresa y fruncimiento de ceja. Antes de que pudiera continuar, fue interrumpida por Rosalie.

—¿Por qué nos estamos enterando ahora?

Alice apretó los labios y le dio una mirada para que guardara silencio hasta el final.

—Edward y yo hemos mantenido en secreto esto, porque hasta hoy nos dimos cuenta quién era Emilia.

Carlisle frunció el ceño en confusión. —¿A qué te refieres con eso Alice? —preguntó de manera suave.

—Se refiere a que las visiones de Alice que tenía respecto a ella eran borrosas, su rostro no se veía —explicó Edward, interviniendo por primera vez.

Alice asintió. —Como no sabíamos qué significaba, lo quisimos mantener en secreto hasta averiguar de quién se trataba y por qué visionaba con ella.

—¿De qué se trataban las visiones? —participó Jasper.

—Eso sigo sin entenderlo, creo que veía acerca de su vida, pero todo era un poco distorsionado. —Arrugó la nariz y ladeó la cabeza, recordando otra vez esas visiones.

—¿Y cómo supieron que se trataba de Emilia si nunca vieron su rostro? —insinuó Emmett.

—Su cabello me dio una pista. Además que hoy tuve una visión de Bella golpeando a una chica, la chica que aparecía tenía el mismo cabello y el rostro parcialmente borroso.

—Espera, ¿Bella golpeó a Emilia? —preguntó esta vez Rosalie.

—No lo hizo —respondió Edward—. En la visión se veía a Bella dándole una cachetada a Emilia y luego Emilia entraba en pánico, saliendo del auto en dirección al bosque. Se iba a perder.

—Por eso llamaste para impedir esa visión —comprendió Esme, sintiéndose bien con el hecho de que nada malo hubiera sucedido.

—Pero todo esto sigue sin explicar cómo lo supo Emilia —agregó Carlisle.

Alice asintió. —No lo explica, pero el hecho de que lleve dos semanas teniendo visiones con ella, indican algo.

Los Cullen permanecieron en silencio, teniendo un único pensamiento colectivo: Estaba relacionado con ellos.

Edward que estaba al tanto de cada teoría de su familia como un ruido de fondo, fue a sentarse en el sofá.

Estaba dubitativo en si mencionarlo en voz alta o no, desde que comenzaron las visiones poco a poco una idea se formó de lo que ocurría.

Era innegable para él lo que sentía con solo verla sin reconocer el rostro. Algo en su interior lo afirmaba después de tenerla cara a cara.

—Es mi compañera. —Se decidió a decir Edward, soltando tremenda bomba en el imperturbable silencio.

Todos quedaron atónitos y observaron incrédulos el rostro de Edward. Porque definitivamente no lo podían creer, dudaban de sus oídos, pero perfectamente lo escucharon por sus sentidos super desarrollados.

—Dime que es una maldita broma —reclamó entre dientes Rosalie.

—No lo es —confirmó Edward sin mirar el rostro de su familia con los brazos cruzados.

Varios jadeos se escucharon en la sala.

Rosalie comenzó a reír de forma irónica y en un suspiro, con el rostro serio, salió molesta de la casa al bosque.

Emmett dio una sonrisa de labios apretados y susurró que él se encargaba de apaciguarla, saliendo detrás de su esposa.

Carlisle por fin salió del asombro y comenzó a indagar ante repentina situación.

—¿Estás seguro hijo? Hasta no hace mucho afirmabas que Bella era tu compañera. Todavía no olvidamos los problemas causados.

Edward echó la cabeza hacia atrás con la nuca pegada al borde del respaldo y cerró los ojos. Él también quería pensar que era una broma y recordó lo que ahora le parecía una estupidez las cosas que hizo por Bella y él mismo.

—Lo sentí. La reconocí cuando sus ojos chocaron con los míos. También tenía el aroma que me gustaba, y para ella al parecer huelo como chocolate. —Sonrió de lado realmente divertido con los pensamientos de Emilia.

Alice comenzó a asentir entusiasmada y aplaudió brevemente. —Tiene sentido de que empezara a visionar con ella.

Jasper que permanecía callado al lado de Alice, controlando el estado de ánimo, pronunció una pregunta clave. —¿Pero por qué la ves ahora? A mí me viste desde hace mucho.

Alice pensó en la pregunta y aceptó el hecho de que algo no andaba bien. —Es una buena pregunta. Incluso mis visiones de ella no eran del todo estables. Se sentían bloqueadas.

Esme con el rostro preocupado ante una cuestión de importancia, también se unió a la conversación. —Edward, ¿qué harás respecto a Bella?

Esme sentía un poco de pena con la niña que estaba enamorada de su hijo. Tantas cosas que pasaron juntos para que al final ella no fuera realmente la compañera de Edward.

Pero Edward no contestó y se mantuvo en silencio, pensativo. Los demás notaron su estado y estuvieron de acuerdo en dejarlo tranquilo de momento. No sería fácil aceptar el hecho de que quien creías era tu compañera, resultaba ser una farsa.

Los que quedaban se dispersaron por la casa y dejaron tranquilo a Edward que estaba sentado en el sofá.

Pero la realidad era que Edward no respondió la pregunta porque no quisiera, si no que se había distraído al darse cuenta de que había perdido por completo la conexión con Emilia. A pesar de que todavía sentía levemente el canal que lo dirigía a su mente como un radar, existía como un fuerte que bloqueaba su paso. Impidiéndole leer la mente de ella.

Eso lo frustó un poco porque desconocía de qué se trataba. Incluso no podía leerle la mente a la pequeña Eliana que tenía curiosos pensamientos.

Edward captó los pensamientos acelerados de su familia dispersada.

«¿Cómo se desarrollará todo esto con las niñas?». Había pensado Esme. Quien estaba preocupada de que existiera una pelea entre ellas.

«Algo parece misterioso de todo este asunto. Edward, estoy seguro de que sabes más de lo que dices». Pensó Carlisle. Que estaba dándole vueltas a lo de compañera incorrecta. La confusión de reconocer a tu compañero difícilmente pasaba.

«Espero que no hayan problemas esta vez». Jasper pensó un poco cansado. Recordando los inconvenientes con la castaña.

«Edward, sé que sabes más de lo que me has contado. Has estado pensativo desde que viste por primera vez a Emilia en mis visiones y parece que lo confirmaste cuando la reconociste en persona. Debemos hablarlo en familia». Alice sabiendo que Edward leería su pensamiento, entabló un monólogo interno para decidir lo que harían al reunirse.

Edward compartía opinión con cada pensamiento de su familia.

Esto era algo que no había exteriorizado porque ni él mismo lo comprendía. Pero en el instante en que vio a Emilia sin reconocerla todavía, algo en él se había quebrado.

Fue como si la lucidez había regresado a él y podía ver el mundo con verdadera libertad. Los sucesos que pasó desde que conoció a Isabella los cuestionó, dándose cuenta de que algo no andaba bien.

Se había dado cuenta de que Bella no tenía el aroma que tanto caracterizaba cuando se reconocía a una compañera. Desde allí supo que a quién había jurado querer y casi abandonado la no vida fue por alguien que ni siquiera era suya.

Los sentimientos que antes sentía intensos por Isabella, se desvanecieron gradualmente después de las visiones.

Y pronto se vio así mismo ansiando que Alice tuviera visiones para poder ver a aquella persona.

Ver a aquella chica pelirroja que ni siquiera conocía, pero que poco a poco se formaba la idea de quién podía ser verdaderamente ella para él.

Hasta que la vio aparecer en una visión junto a Isabella. Donde antes no conocía del todo bien el entorno, de repente se emocionó al tener la posibilidad de estar en un mismo lugar. 

No le había gustado lo que vio en la visión, así que inmediatamente reaccionó para interrumpir ese momento. Sentía un poco de temor al verla correr al bosque de esa manera tan desesperada, no quería que se lastimara.

Y entonces cuando apareció por primera vez en carne y hueso, seguramente su corazón hubiera latido descontrolado si estuviera vivo. Poco interés le dio a Isabella cuando había llegado a su lado hablando, se limitó a responder en monosílabos porque no quería apartar en ningún momento sus ojos de ella. Necesitaba que lo mirara porque eso era lo que bastaba para reconocerla.

Pero en todo el trayecto que transcurrió las presentaciones, ella no lo miró.

Sin embargo, ya había pistas que apuntaban a ello.

El primer hecho era que el canal con su mente se parecía a un radar. Desde algún punto podía sentirla y saber dónde se encontraba mucho más fuerte que los demás.

Y cuando se acercó a él, se sorprendió con el olor que le llegó de ella. Con eso era casi un hecho, además de que repudiaba la sola idea de beber su sangre.

Cuando por fin conectaron sus ojos. Edward reconoció a su compañera. Pero no se sorprendió en demasía con eso, lo que le hizo sentir un pequeño miedo, era saber que Emilia estaba al tanto de su naturaleza y los dones especiales que había en su familia. Al menos el de Jasper y el de él, pero no dudaba que también supiera de Alice.

¿Cómo lo había descubierto? Sospechó de inmediato de Isabella como culpable, pero Emilia rápidamente lo hizo abandonar esa idea.

Estaba ansioso, había encontrado su compañera por fin, pero ella ya sabía que era un vampiro sin antes conocerse bien.

Tenía miedo de que ella lo rechazara. Ya que sería más difícil de poder intentar comunicarse.

En la mente de Edward había muchas interrogantes y dudas.

No sabía por dónde empezar o terminar.

¿Por qué ahora aparecía Emilia y no antes?

¿Cómo averiguó Emilia sobre ellos?

¿Cómo podía acercarse a ella sin asustarla?

Para ordenar su mente y poner al tanto a su familia de lo que sucedía, dejaron pasar varios días.

En la familia Cullen necesitaban urgentemente poner un orden para saber cómo proceder.

Sobre todo Edward al saber que su verdadera compañera era otra.

¿Cómo resolvería esta situación?

∘◦❁◦∘

Mi cara cuando Edward soltó la bomba :0 jajajaja espero que se haya visto venir, era obvio. No recuerdo bien si en la saga hablaban de parejas destinadas, creo que no (debo repasar otra vez las historias). Pero de todos modos aquí, en mi fic, existirá lo de parejas destinadas, aroma característico y eso pues :v

¿Teorías?

Creo que cada tanto habrá capítulos de este estilo, de tercera persona cuando quiera involucrar a Edward y explicar cositas desde otro punto de vista que no sea el de Emilia.