• Capítulo 14
—¿Qué Isabella hizo qué?
Mamá Vanessa no preguntó de manera escandalosa ni se alteró al enterarse de lo sucedido. Todo lo contrario, su voz sonó amenazante, escupiendo las palabras entre dientes con una expresión que daba miedo. Se veía que podría romper cualquier cosa que se le pusiera en sus manos.
Eliana se levantó de un salto. —¿Dónde está? —Se movió de un lado a otro con los puños apretados. —¿Dónde está esa lunática que se atrevió a querer matar a mí hermana? —preguntó con un tono más elevado de lo normal.
Papá Robin que no había dicho palabra aún, se levantó para agarrar los hombros pequeños de Eliana y la sentó. Acarició su cabeza. —Tranquila fiera, me encargaré de esto —sonó calmado, pero si te fijabas en su cuerpo, irradiaba tensión y su expresión era sombría hasta la seriedad. Se colocó el abrigo que había dejado descuidado en el mueble al llegar y palmeó sus bolsillos, escuchándose el sonido de las llaves—. Hablaré con Charlie. —Dio unos pasos hasta acercarse a mi y me dio un beso en la coronilla, me sonrió para tranquilizarme y hacerme entender con esa mirada que todo estaría bien. Se retiró con pasos apresurados.
Suspiré y me abracé. Ver las emociones que surgieron en ellos por lo que me había pasado caló en mi corazón. Era bonito sentir que se preocupaban por ti con mucho cariño.
Era una sensación nueva y novedosa porque normalmente eso no pasaba en mi realidad.
Ahora retrocediendo un poco de cómo llegamos a este punto de la conversación, Jacob me había dejado hace media hora en mi casa.
Por primera vez me monté en una motocicleta, no hice quejas a pesar de que no me gustara la idea porque no tenía opción. Pero aún teniendo esas reticencias, sabía que con Jacob no me pasaría nada. Al menos en la conducción.
Antes de alejarme de él, me avisó que pronto volvería para hablar correctamente, lo cual accedí dándole un recordatorio de que no se apareciera cuando Eliana estuviera en casa.
Cuando entré a la casa, mamá Vanessa estaba cocinando la cena, papá Robin viendo televisión y Eliana dibujando sentada en el suelo, apoyándose con la pequeña mesa que estaba en el centro de la sala.
El primer par de ojos agudos que recayó en mi fue Eliana, y obviamente se percató de inmediato sobre la ropa de hombre que vestía. Llamando la atención de todos al hacer la pregunta pertinente de a dónde estaba y de quién era la ropa.
No era alguien de exteriorizar y desbordar continuamente sus sentimientos. Pero en cuanto escuché la pregunta, volví a pensar en lo sucedido y un pequeño temblor me azotó, expliqué con manos temblorosas y lágrimas deslizándose por mis mejillas.
Ellos se sorprendieron y asustaron al verme en ese estado y se acercaron a mí. Sus expresiones cambiaban constantemente a medida que relataba con mis manos. Estaba segura que mi expresión no era bonita de tanto que distorsionada mi cara para aguantar.
Me sentaron en el sofá y solo estuvieron atentos a mis manos, sentí las palmadas de mamá Vanessa en mi espalda, papá Robin arrodillado frente a mí y Eliana copió la posición de papá, tapándose la boca con sus manos.
Y así fue como habíamos terminado. Eliana ni siquiera se emocionó cuando mencioné a Jacob ni lo que conllevaba ir a la tribu Quileute, solo se preocupó por mí.
El sentimiento reconfortante me invadió por la compañía de los tres. Comenzaba a pensar de que si había una forma de regresar, no sabría cómo sobrevivir a no tener más el cariño de esas personas.
«No me había dado cuenta que estaba tan hambrienta de afecto familiar en mi realidad».
No era consciente de que me hacía falta algo así hasta que no lo presencié de primera mano.
Una taza humeante apareció en mi campo de visión, seguía en el sofá, con la ropa puesta de Jacob, y Eliana estaba abrazada a mi costado dormitando, se puso a llorar después de que papá Robin se fuera y que el enojo se apaciguara.
Elevé la vista para encontrarme con el rostro teñido de tristeza de mamá Vanessa. Al conectar nuestros ojos, ella suavizó más su mirada con una sonrisa.
—Ten cielo, es un té relajante.
Agradecí con la mano y lo agarré con cuidado. Al soplar levemente y beber un sorbo, me recordó al té que me hizo Jacob en su casa. El sabor era parecido, pero efectivo.
Ella se sentó a mi otro costado y pasó el brazo por detrás de mí, apoyándose con el respaldar. Apoyó su cabeza muy cerca de mi hombro.
—Estoy tan sorprendida y decepcionada de Isabella, no la creí capaz de algo así —comenzó a hablar de manera baja por Eliana.
«Yo tampoco, pero supongo que aquí ya no es válido lo que conozca de sus personalidades predeterminadas en la historia. Son personas al fin y al cabo, por increíble que sean de una novela y estemos en ella».
Aunque pensé en todo eso. Me limité a asentir.
—¿Pero con qué razón lo hizo, Lia? Todavía no lo tengo claro.
Se separó un poco de mí y me observó. Aguanté su mirada unos segundos y luego la bajé, acomodando la taza entre mis piernas para poder usar mis manos.
「 Creo que tiene un problema psicológico. Ella… Está celosa. 」
—¿Celosa? —Frunció el ceño y me apartó un mechón de mi rostro.
「 ¿Recuerdas la vez que fuimos Eliana y yo a almorzar con la familia Cullen? Tal vez hubo un malentendido. Ella cree que estoy interesada en su novio. 」
«Solo se me ocurre decir esto, ¿cómo puedo decir que se volvió loca porque ya no es la única que sabe sobre el mundo sobrenatural? Me ve como una amenaza de una manera irracionable».
Sentí su cuerpo tensarse. Y noté que su mandíbula se endureció por apretar los dientes.
—¿Estás diciendo que casi pierdo a mi hija por unos celos injustificados? —susurró incrédula y verdaderamente molesta. Inhaló profundamente para calmarse. —Ni aún si fueran justificados no está bien eso. ¡Está mal de la cabeza! —Sus hombros cayeron, derrotada. —He visto a esa niña crecer. ¿Cómo se convirtió en esto?
Acaricié su muslo y sonreí de forma comprensiva. Sabía que esto sería un golpe duro para la familia Walker que era cercana a los Swan. Pero no me iba a quedar callada, ¿resolverlo por mis propios medios? No. Aunque estuviera en una novela y ese sería el procedimiento a seguir, ya estaba viviendo una vida. Y no iba a ignorar la ley ni a los adultos. Que le dieran el castigo que se merecía por intento de asesinato.
「 Las personas cambian. 」
Ella miró mis manos por unos segundos. Luego asintió. —Tienes razón. Es lamentable que lo haya hecho para mal. —Acarició mi mejilla con ternura. —Llamaré a tu papá para que le comunique esto a Charlie. Isabella necesita ser internada.
No dije nada, asentí porque lo que más quería era que pagara las consecuencias de sus actos. Solo esperaba que no saliera impune por los beneficios de ser una protagonista femenina. Mamá Vanessa se levantó y caminó con pasos lentos hasta la cocina, allí parecía tener el teléfono.
Bajé la cabeza y miré el rostro dormido de Eliana, había rastros de lágrimas secas en sus mejillas y su labio inferior sobresalía en un puchero. Me dolía el corazón despertarla, pero necesitaba ir a mi habitación a cambiarme.
Agité su cuerpo sin ser brusca, pronto sus párpados se movieron y los despegó, mostrando aquel iris avellanas encantador y lleno de inocencia.
—¿Mmm? ¿Lia? ¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? —Después de que se orientó, se separó de mí y me miró con mucha preocupación.
Sonreí para tranquilizarla y acaricié un lado de su cabeza.
「 Ve a dormir a tu habitación. Necesito bañarme y descansar. 」
Percibí en su mirada ser renuente en alejarse de mi lado, pero asintió siendo la niña más comprensiva. Besó mi mejilla y luego se levantó.
—Si no quieres dormir sola, solo llámame. —Asentí.
Me acompañó hasta la puerta de mi habitación y agitó su mano en otra despedida con los labios presionados. Casi le pedía estar conmigo, si no fuera porque necesitaba estar sola para pensar en mi siguiente movimiento.
Una vez en mi habitación. Suspiré con profundo pesar. Al meterme en una novela de fantasía era obvio que no tendría un descanso, debía haber un drama que abarcara muchos capítulos y así no se aburriría la gente. ¿Por qué transmigré a un mundo así? ¿Por qué no me metieron en un romance de oficina donde mi única preocupación sea tener que seducir al presidente de la compañía y ser rica?
Estaba por quitarme la ropa, pero un presentimiento me detuvo. Miré fijamente la ventana, entrecerré los ojos porque una intuición me decía que debía acercarme. Con pasos lentos me dirigí al marco de la ventana, observé hacia abajo y agrandé los ojos al reconocer la persona que se hallaba allí.
«¡¿Edward?! ¡¿Me leyó los pensamientos?! ¡Acabo de pensar que no soy de este mundo! ¡No! ¡Espera! ¡Baby shark, doo doo doo doo, Baby shark, doo doo doo doo, Baby shark, doo doo doo doo, Baby shark!»
Me puse a tararear una canción popular infantil para despejar cualquier pensamiento. Ambos parecíamos observar al otro con demasiada fijeza e intriga.
¿Qué hacía él aquí?
Un pequeño sudor empezó a recorrer mi espalda por temor a ser descubierta. ¿Pero me iba a quedar con la duda? No. No sabía si ya era consciente de las acciones de su novia, pero no me iba a sentir culpable si se las hacía saber.
Acerqué mi mano al seguro de la ventana.
«Ven aquí».
La abrí y me quedé esperando, pero él ladeó la cabeza, como si no supiera qué hacer. ¿Acaso estaba esperando un permiso o qué? Si él se auto-invitaba en la habitación de Isabella.
«¡No, espera! Borrar, borrar».
Suspiré porque a cada oportunidad me dejaba en evidencia. ¿Cómo podía explicar esto?
Luego de unos segundos, no parecía venir por más que lo gritara en mi mente. Era extraño, así que para corroborar algo, señalé con mi mano que viniera. En un segundo, ya lo tenía sentado en el marco de mi ventanal. Parpadeé varias veces y di un paso hacia atrás.
¡Un vampiro en acción! ¡Es primera vez que lo veo en vivo y en directo! No puedo evitar que mi fan interior se emocione por una acción así.
Negué con la cabeza para apartar esos pensamientos. No era momento de fangirlear, necesitaba saber qué hacía aquí y si me había escuchado antes.
«¿Por qué viniste?»
Intenté tener una expresión tranquila, pero era consciente de que él oía mi corazón. Inexplicablemente éste latía de forma apresurada por tenerlo a una distancia cercana. Ignoré también el hecho de querer apreciar sus rasgos exquisitos más de cerca y que su olor fragante a chocolate me derretía y tranquilizaba de igual manera.
Él me miraba fijamente, sin decir una palabra, su pie se apoyaba en el marco y su codo se apoyaba en la rodilla de la pierna doblada. Parecía detallar cada parte de mi anatomía, lo cual resultaba en ponerme de los nervios.
—No puedo oírte —susurró por fin, causando que me diera un pequeño escalofrío por su seductora voz.
Arrugué el entrecejo porque mi cuerpo me estaba traicionando. ¿Por qué sobre reaccionaba con este vampiro en particular?
Luego mi mente se concentró en las palabras que soltó. ¿Cómo que no podía oírme? Si perfectamente lo hacía hace unos días. Pero si era verdad, de la que me hubiera salvado.
¿Él podía entender el lenguaje de señas? Miré alrededor para ver si saltaba a primera vista un papel y lápiz, pero volví a escuchar su voz antes de que pudiera ponerme a buscar en serio.
—Usa tus manos, puedo entender.
Lo observé con una expresión de sorpresa. Pero luego asentí. Tenía sentido que supiera aunque nunca se mencionara en alguna parte. Tantos años en esta tierra, probablemente tuvieron tiempo en algún momento.
「 ¿A qué te refieres? 」
Miró mis manos con interés, su dedo índice barría sus labios de forma tan sensual que tuve que darme cachetadas mentales.
—Justo ahora, no puedo leer tu mente. Creo que hay algo en esta casa que me lo impide. Tampoco puedo leer las de tu mamá y hermana.
Un alivio me inundó. Porque sí, le di más importancia al hecho de que no se enteró de mis pensamientos, que saber que no podía leerme.
「 Bueno, viniste en un mal momento para obtener tus respuestas. No estoy de humor para charlar. 」
La única razón que se me ocurrió de que viniera era para oír la explicación postergada de hace unos días. De lo contrario, ¿a qué vendría?
Negó suavemente con la cabeza. —No vine por eso. Quería ver con mis propios ojos que estuvieras bien.
Alcé mis cejas, impresionada de que hubiera otra razón. Nos conocíamos apenas hace unos días, no hay peso para que verificara mi estado, nuestra conexión era Isabella y eso ya se rompió.
「 ¿Acaso supiste lo que me sucedió? 」
Asintió. —Demasiado tarde para poder intervenir.
Fruncí el ceño y me crucé de brazos porque una idea se formó en mi cabeza que no me gustaba para nada. Presioné mis brazos con fuerza hasta volverlos a soltar.
「 ¿Ya sabes quién me empujó? 」
Asintió de nuevo y bajó la cabeza para ocultarse de mis ojos, como si se sintiera culpable. Acorté la distancia porque necesitaba que viera mis manos, pero al hacerlo, el aroma fue mucho más intenso. Por un segundo me quedé quieta, y tuve unas inmensas ganas de enterrar mi nariz en su cuello.
Cuando levantó la cabeza al darse cuenta de mi cercanía, espabilé para retraer esos pensamientos locos. Culpaba a la naturaleza vampírica que te hechizaba.
「 ¿Viniste para impedir que hiciera algo? Porque no me quedaré quieta. Ella hizo algo malo y debe pagar por ello. 」
El mero pensamiento de imaginar que alguien la quisiera defender me enojaba. ¡Ella no podía salirse con la suya después de un intento de asesinato! ¡Casi muero por su culpa!
—Lo sé. Tampoco vine a detenerte, ella hizo mal, tienes razón —concilió de forma lenta y mansa.
「 ¿Entonces por qué estás aquí? Hemos interactuado una sola vez y no fue la mejor conversación que digamos para que nos podamos llamar amigos. 」
Presionó los labios y frunció el ceño, como si no le hubiera gustado una parte de lo que dije. Pero mentira no era.
—Ya te dije la razón, quería ver si estabas bien. Yo… Creo que tengo parte de la culpa.
「 Explícate. 」
—Terminé con Isabella por distintas razones, pero creo que lo malinterpretó —confesó en voz baja.
«¡¿Qué?!»
Agarré un lado de mi cabeza y procesé esa pequeña bomba que soltó. ¡¿Cómo que terminaron los protagonistas?! ¡Esto no debía estar pasando!
「 ¿Por qué terminaron? ¿No estaban bien hace unos días? 」
Aunque estaba asombrada por este giro de los acontecimientos, una pequeña parte mía se sintió aliviada de que ellos cortaran. Mientras leía la novela, varias veces pensé que lo mejor sería que no quedaran juntos porque esa relación no era sana, que lo mejor sería que cada quién tomara un camino por separado.
Parecía incómodo ante mi pregunta invasora. Al darme cuenta que realmente no me incumbía sus razones a pesar de que eran los protagonistas de una novela con final feliz, de momento no debía cuestionar porque ya estaban pasando bastantes hechos que diferían de las acciones narradas.
「 Lo siento, es que no me esperaba esa noticia, Isabella me contó parte de su historia. 」
—Está bien. Simplemente sucedió. Pero tal vez se formó una idea equivocada de mi razón al terminar con ella.
「 ¿Cree que fue por mí? 」
Mi expresión denotó incredulidad.
—Probablemente.
Exhalé abruptamente.
「 ¡Está loca! ¿Cuánto tiempo hemos estado en un mismo espacio? ¡Creo que ni dos horas forman! 」
Respiré de forma apresurada porque la ira me estaba nublando, mis manos comenzaron a temblar y mis pies se movieron de un lado a otro.
«¿Isabella era tan celópata? ¿Cómo llegó al extremo de querer asesinarme sólo porque piensa que le están terminando por otra? Y si aún fuera así, ¡ésta no era la forma de actuar!»
—Emilia —el susurro de su voz me sacó de mi aturdimiento y mi cuerpo se detuvo de forma automática. Giré la cabeza, donde él continuaba sentado en el ventanal, nunca dio el paso completo hacia mi habitación, como si estuviera respetando una línea invisible que él mismo marcó. Cuando tuvo mi atención, sonrió levemente—. No te preocupes, ella no saldrá ilesa de lo que hizo. En parte es mi responsabilidad, así que también vine a pedirte perdón.
Mordí mi labio inferior porque sentí una punzada en el corazón. Algo me estaba molestando, pero no podía identificarlo bien.
「 No te disculpes, fueron sus acciones las que hicieron mal. 」
—Aún así, quiero pedirte perdón —murmuró, aunque su tono fue normal, su mirada parecía suplicar por mi perdón, lo cual me extraño. Formé un puño en una sola mano y sentí el entierro de mis uñas en la palma.
Suspiré y asentí.
「 Está bien, estás perdonado. 」
«De sea lo que sea a que estés pidiendo perdón».
Una esquina de su labio se levantó y asintió conforme. —Ahora que te he visto, me iré. Hablaremos luego porque todavía tenemos una charla pendiente.
Asentí. Me miró una última vez y se fue en una exhalación. Parpadeé varias veces y me acerqué para cerrar la ventana, aún permanecía el tenue aroma de chocolate.
Sonó el clic del seguro y me quedé de pie allí, mirando al bosque frondoso con un único pensamiento.
«Con esto es más que obvio que la novela se está torciendo».
∘◦❁◦∘
*aparece tímidamente a dejar un capítulo como si no hubieran pasado MESES desde el último que subió* Jeje.
¿Hola? Sé que estoy super desaparecida por este lado, a lo mejor y los que leían en aquel momento se olvidaron, pero bueno, volví, aunque no sé cuándo volveré 😅
Escribí este capítulo porque lo tenía a medias desde hace tanto y me animé porque vi a personas votando y comentando. Ailoviu pa' ustedes.
Lamento si hay incoherencias. Pero bueno, seguimos con las teorías.
Eduardo, eres un medio mentirosito, pero te entiendo 😌
Tal vez le quede poco capítulos a este primer acto. Acabará cuando la verdad sea descubierta. ¿Qué verdad? Porque existen mucha actualmente jajajaaj.
¿Ya vieron que cambié el modo en que aparecen los diálogos de Emilia? Me parece mejor así, de esa manera se siente más silencioso.
Espero que estén bien, besitos 😘
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