Capitulo 47
—Tú eres el chico al que Chris estaba besando en aquel video.
La repentina acusación, cargada con una curiosa mezcla de sorpresa y reproche, hizo a Changbin ladear su cabeza, como si momentáneamente hubiera olvidado el video, a Chris y cualquier asunto relacionado con eso. Solo le sostuvo la mirada a aquel chico que había salido de la nada y que ahora, en medio del pasillo, le estaba recordando o, más bien, reprochando, aquella travesura de hacía unos días.
—Ehm...
—Sí... lo vi suficientes veces como para recordarte —Jisung entrecerró los ojos, mirándolo con más detalle—. Eres tú. Seguro como que me llamo Jisung.
Changbin finalmente pestañeó, sin saber realmente qué contestar. Sí, el del video era él. Ya había aclarado eso en otras ocasiones. Pero la forma súbita en la que ese chico... espera...
—Y tú... —Apoyó un índice en el pecho de Jisung, relamiendo sus labios mientras rebuscaba el nombre en su memoria, finalmente sintiendo que sus neuronas hacían sinapsis entre el rostro y la persona— Tú eres... Jisung.
Esta vez fue Jisung quien se mostró brevemente perplejo. Estaba acostumbrado a ser reconocido, pero eso no era lo que esperaba oír. Al menos no en ese momento.
—Sí... pero ese no es el asunto.
Changbin retiró su mano, levantando sus cejas ante ese comentario.
—Oh... ¿tenemos un asunto?
Jisung cruzó sus brazos sobre su pecho, dándole una mejor ojeada a Changbin. Chasqueó sus labios al tener que admitir, muy a su pesar, que no podía encontrar nada que recriminarle a su aspecto. Eso solo hizo que la sensación amarga que estaba surgiendo en él se intensificara lo suficiente como para hacerle lucir malhumorado.
—Pues... sí. Lo tenemos —Changbin levantó sus cejas de nuevo ante su respuesta—. Me gustaría saber... ya sabes...
—No, no sé.
Jisung chasqueó la lengua.
—A ver, vamos a aclarar las cosas. Solo quiero saber qué relación tienes con Chris. Es mera curiosidad.
—¿Por qué te despierta curiosidad la vida amorosa del Sargento Bang? —Changbin recostó su hombro a la pared del pasillo, dispuesto a salir del camino de las demás personas que deambulaban por allí a aquella agitada hora de la mañana. Él también tenía su buena parte de trabajo que hacer, pero aquella charla prometía ser, por mucho, más divertida que cualquier cosa que le esperara sobre su escritorio.
—Es... —Jisung miró a su alrededor, volviéndose consciente del lugar donde estaban gracias a los movimientos de Changbin— Es un buen amigo. Pero es muy reservado. Si le conoces así de bien como parece, deberías saberlo.
—Oh, pero Chris no es reservado conmigo —Changbin sonrió, consciente de que había un fuego allí en alguna parte y él le estaba echando leña—. Sé mucho sobre él... —O tal vez gasolina.
—Entonces están saliendo. —Jisung sonó agresivo, notablemente irritado por las implicaciones que podían interpretarse en las palabras de Changbin.
—No. No realmente. ¿Por qué? ¿Te interesa?
Jisung sabía cómo actuar. La vida de lujos y gastos que tenía se la debía casi enteramente a esa habilidad suya de mantener la calma y fingir perfectamente emociones que no sentía. Sin embargo, la indignación que fingió en ese momento, no la compraría ni el más crédulo e ingenuo de los testigos. Mucho menos lo hizo Changbin.
—¿Interesarme? No... ¿Cómo piensas eso? —Sonrió, incómodo—. Ya te expliqué que solo siento curiosidad —Se aclaró brevemente la garganta, tratando de borrar esa torpeza de su voz—. Entonces... no están saliendo.
Changbin también sonrió, casi condescendiente. Si no tuviera cosas que hacer podría seguir con ese juego. Seguir provocando a Jisung se le antojaba demasiado divertido, especialmente si sus reacciones iban a ser así de graciosas. Sin embargo, lo mejor sería que les diera un pequeño empujoncito. Porque, si Chris era obstinado para actuar, Jisung parecía serlo para admitir sus sentimientos. Eran tal para cual de la forma más irritante posible.
—Okey... Ji, vamos a hablar con todas las cartas sobre la mesa —Se acercó a él, siendo ahora quien invadía el espacio personal contrario a la vez que bajaba el volumen de su voz—, ya te dije que conozco muy bien a Chris. Sé perfectamente lo que se traen entre ustedes...
Jisung mantuvo sus brazos contra su pecho, dispuesto a enfrentar lo que fuera que Changbin le dijera, sin embargo y para su sorpresa, lo que salió de los labios del castaño no fue una acusación ni una recriminación.
—...Y realmente necesito que acaben de resolver esa maldita tensión que tienen.
—¿Qué?
—¿Te gusta Chris? —Changbin levantó una de sus cejas.
—¿P-por qué preguntas eso? Tan de repente...
Changbin se revolvió el pelo, dejando salir un jadeo hastiado.
—No me estás entendiendo. No soy pareja de Chris. Soy su amigo. Nada más que eso...
—Pero... —Jisung lo miró, confundido— El video.
—Bueno, cosas que pasan. Chris estaba haciéndome un favor ese día. Necesitaba que alguien viera ese video para... cosas.
—¿Qué tipo de cosas...? —El rostro de Jisung se desfiguró en una mueca, aun confuso.
—Te dije que ese no es el asunto. Solo dime de una vez: ¿Te gusta Chris? ¿Ver ese video te hizo sentir celos? Necesito saber cuáles son tus intenciones con él. Estoy seguro de que viniste a buscarlo pero créeme, si huelo algo sospechoso en ti ahora me voy a asegurar que no vuelvas a ver a Chris en tu vida... —Hizo una pausa— Bueno, a menos que hayas guardado el video.
Jisung levantó sus manos, de cierta forma suplicando por un poco de silencio. Changbin había dicho demasiadas cosas de repente y ya él tenía su buena y propia dosis de confusión.
—¿Quién demonios te crees que eres para tratar de impedirme que vea a Chris?
—Soy su jodido mejor amigo —declaró el castaño, sonando obvio—, eso es lo que soy. Así que dime...
—Yo... —Jisung se metió los dedos en el pelo, sin importarle las consecuencias que eso tendría sobre su peinado— Solo quiero hablar con él. Todo fue tan repentino.
—¿Por qué quieres hablar con él?
—Mierda... ¡Solo quiero verlo! —La repentina exclamación consiguió que algunas miradas se giraran hacia ellos, sin embargo, Changbin permaneció inmutable— Solo quiero preguntarle por qué se fue de esa forma ayer... por qué... por qué hizo las cosas que hizo y dijo las cosas que dijo. Solo eso... merezco al menos saber.
—¿Tuvieron sexo? —Changbin permaneció impasible.
—S-sí... sí, tuvimos sexo pero... —Jisung apretó sus labios. Ahora, ante la mirada dura de Changbin, el recuerdo de las palabras de Chris y sus propias emociones se agolparon en su mente y le apretaron en la garganta. Los obstáculos seguían surgiendo uno tras otro, como si realmente fuera su destino no ver de nuevo a Chris, no saber sus razones. Era francamente frustrante— Él se fue... y nunca me dolió que alguien se fuera. Hasta ayer. Hasta él...
Changbin relamió sus labios, tratando de mantener su expresión intacta sin sonreír. Simplemente se acercó un poco más, rozando su hombro con el del tailandés, bajando el tono de su voz, cómplice.
—¿Hubo algo especial? ¿Alguna razón por la cual fuera diferente esta vez?
Jisung se acarició el mentón, dejando salir un suspiro. En su mente se repitieron por enésima vez las imágenes de lo que había sucedido, dejándole sentir de nuevo ese algo tan distinto a lo usual. Ese toque que hizo a Chris sentirse único entre tantos.
—Fue... No lo sé, fue diferente. Casi parecía...
—¿...que tuviera sentimientos por ti?
—Sí... eso. Fue como si... —Jisung enmudeció de repente, siendo golpeado por la realización. Su forma de tratarlo. Sus besos. Las cosas que le había dicho. Todo cobraba sentido si asumía que Changbin tenía razón— Oh, shit...
Changbin se apartó con una sonrisa complacida.
—Eyy... Eso no puede ser... —Jisung le golpeó el pecho, desdeñando la idea. Sin embargo, el rostro de Changbin lucía triunfal, como si acabara de hacer una jugada decisiva— Chris no... por mí... nah...
—Mira... yo no sé —Changbin se encogió de hombros—. Pero imposible no es. El asunto aquí es, si eso fuera verdad, cómo te sentirías tú al respecto...
Jisung desvió su mirada al suelo, dejando que la idea se deslizara por su mente. Si él realmente le gustaba a Chris... Si no lo apartara por eso y, en cambio, se dejara llevar, podrían incluso tener una relación.
Tener una relación con Chris.
La idea se sintió cálida en su pecho, como algo desconocido pero deseable. Algo que no hubiera pensado ni en sus delirios más aleatorios pero que ahora se alzaba en su mente como algo idílico. Algo tan distinto a lo usual. Tan... normal.
—Yo... si Chris sintiera algo por mí... algo que no fuera solo deseo... quisiera tratar de entenderlo mejor. De la misma forma que quiero entender lo que siento por él... —musitó, notando que tenía toda la atención de Changbin sobre él— Mira, no soy bueno con esta mierda profunda pero... si pudiera tener más que solo sexo... pues no me molestaría.
—¿No te molestaría? —tentó el castaño.
—Me encantaría, de hecho.
—Bien... —Changbin se llevó las manos a la cintura, luciendo complacido— Entonces ten eso presente. Y recuerda, si por alguna casualidad lastimas a Chris... vas a oír de mí.
Jisung dejó salir una sonrisa, negando suavemente mientras se acomodaba de nuevo las gafas en el rostro.
—Nunca había tenido al mejor amigo de nadie amenazándome.
—Espero que no sea la última vez —Changbin le dio una palmada en el hombro.
Jisung le miró con confusión.
—¿No?
—Si las cosas salen bien entre ustedes me vas a tener molestando alrededor bastante seguido —explicó el castaño, sonriendo—. A esta hora Chris baja a tomarse un café en la cafetería que está aquí al doblar. Puede que tengas más suerte allí.
—¿En serio? —Jisung casi brincó, mirándolo como si acabara de convertirse en un ser divino.
—Shh... —Changbin se llevó un dedo a los labios— Solo no le digas que yo te dije.
El aroma del café caliente golpeó de lleno su rostro al tomar el primer sorbo. El clima de esa mañana era irritantemente bueno, soleado y fresco, como uno de esos días perfectos para hacer cosas felices. Chris podía entender ese estado de ánimo, pero en esa precisa mañana, simplemente no podía sintonizar con él.
Bebió un nuevo sorbo mientras esperaba que la luz del semáforo de peatones se tornara verde. Había bajado a buscar su café, como siempre, sin embargo, esta vez sus pasos se sentían más pesados que de costumbre. No tenía deseos de volver a su oficina a organizar sus papeles y entregar sus informes finales sobre su asignación al caso de Jisung. No quería estar entre esas cuatro paredes, rodeado de personas ocupadas y teléfonos que se esmeraban en romper la paz del silesio. No diría que estaba triste, tampoco afligido, simplemente no quería estar en un sitio así.
Aunque el sol y el bullicio del exterior tampoco se sentían del todo bien.
Desde que había salido de casa de Jisung la misma pregunta había estado rondando en su mente, repitiéndose una y otra vez hasta hacer que la respuesta que se daba a sí mismo vacilara.
¿Se arrepentía de lo que había hecho?
Tal vez un poco. No iba a mentirse. Sin embargo, seguía considerando que fue lo correcto. Él quería a Jisung, desde el primero de sus cabellos hasta la última de sus groserías. Era algo que tenía muy claro, sin embargo, sabía que no era muy inteligente aferrarse a eso. Sabía que Jisung podía serlo casi todo a sus ojos, pero no era un sentimiento recíproco y probablemente era imposible que lo fuera. La vida de Jisung era una en la que él tenía un espacio muy reducido. Y Chris no era al tipo de persona que se conformaría con hacerse bolita y vivir en un rincón de su corazón. Él no funcionaba así.
Por lo tanto era mejor dejar las cosas de esa forma.
Al menos lo había tenido entre sus brazos una vez. Tenía que agradecer todos los consejos y la práctica que Changbin le había ayudado a obtener, gracias a eso fue capaz de no caer presa del pánico todas y cada una de las veces que tuvo a Jisung cerca. Pudo, además, disfrutar de unas semanas que se sintieron como un sueño, aun si solo se resumieron a regañar a Jisung por todo. Changbin había sido una especie de hada madrina lasciva, pero ya su medianoche había llegado. No tenía quejas. Ninguna. Aun si algo, muy en el fondo de su alma, chillaba pidiéndole que no dejara que todo se desvaneciera así. Su objetivo original había sido ese después de todo. Ser su agente de libertad condicional, tenerlo cerca y atesorar cuanto pudiera de él. Había logrado un poco más en el proceso y eso solo podía considerarse como una victoria. Estaba bien así. Podría dejarlo ir.
—El día está jodidamente caliente para tomarte esa mierda humeante.
El semáforo cambió en ese instante, pero Chris se quedó parado en la acera. Lentamente, como si no creyera lo que acababa de escuchar, se giró hacia el origen de aquella voz tan familiar.
A su lado, también parado en la acera, Jisung observaba hacia el otro lado de la calle, sin realmente lucir interesado en el aburrido paisaje. El sol hacía brillar su cabello, algo desordenado, haciéndole verse un poco menos perfecto de lo usual. Se veía extraño allí, con su aspecto caro, esperando en un cruce peatonal. Desentonaba tanto que era imposible no arrastrar tus ojos hacia él. Chris podría perderse en los detalles, en lo bonito de sus labios o en el tono rosáceo de sus mejillas que contrastaba con su expresión aparentemente imperturbable. Sin embargo, prefirió ir a lo obvio y solo tragó en seco antes de hablar.
—¿Qué haces aquí?
Jisung lo miró de reojo, por encima de las gafas oscuras que reposaban descuidadamente en el puente de su nariz.
—Pensé que tal vez podrías comprarme un café.
—Ehm... eso...
—Merezco al menos que le des un cierre adecuado a tu trabajo como agente de libertad condicional, ¿no? Es lo mas ético.
Chris sabía que estaba aprovechándose de su sentido del deber, sin embargo, no era como si fuera difícil para Jisung convencerlo de algo tan simple como comprarle un café.
—Supongo que puedo hacer eso —dijo finalmente, tomando un nuevo sorbo mientras giraba sobre sus pies, de vuelta hacia la cafetería—. Vamos. Aún tengo trabajo que hacer.
Después de dar una breve mirada alrededor, Jisung tomó asiento en una de las mesas del interior de la cafetería. Había algunos clientes dispersos, los suficientes como para que llegaran algunos murmullos a sus oídos. Decidió ignorar ese detalle y simplemente se acomodó mejor las gafas, cruzando sus piernas mientras esperaba a que Chris se acercara con su café.
Le tomó un par de minutos, pero enseguida vio al mayor acercarse a la mesa con su café. Jisung lo tomó, olisqueando la bebida, curioso.
—¿Cómo supiste que me gusta el cappuccino?
Chris levantó la mirada de su propia bebida a medio beber, tomándose un par de segundos antes de contestar.
—Es lo que sueles tomar, ¿no?
—Bueno... sí —Jisung esbozó una sonrisa pequeña, probando su café—. Pero no pensé que estuvieras prestando atención.
El oficial se aclaró ligeramente la garganta, acomodándose en su asiento, su mirada fijándose en cualquier sitio menos en los ojos del tailandés sentado frente a él.
—Solo soy bueno fijando detalles inútiles.
—Prefiero pensar que estabas prestando atención. —El menor estaba decidido a ser un poco más agresivo con sus palabras, siempre le gustó alterar la aparentemente imperturbable expresión de Chris, era algo casi inconsciente, algo demasiado divertido como para dejarlo pasar.
Aun si su objetivo original era tener una charla seria.
—Bien... no puedo hacer nada con tus pensamientos —Con un largo trago, Chris se terminó lo que le quedaba a su café, apoyando el vaso vacío en la mesa, aun si mirar a los ojos de Jisung—. Ya tienes tu café. Si no te es molestia...
—¿Por qué hiciste eso ayer? —Atacó el menor, de repente, consiguiendo que esa intensa mirada de Chris finalmente se cruzara con la suya—. Me hiciste... todo eso y luego te fuiste.
—¿Debí haber hecho algo más? —esquivó el oficial.
—No tenías el deber de hacer nada. Pero me preguntaste si había significado algo para mí... ¿Por qué querías saber eso? ¿Por qué te importaba si significó o no algo para mí?
Chris mordisqueó el interior de su mejilla.
—Le estás buscando explicaciones a algo que no...
—Si te hubiera contestado algo distinto a lo que dije... —interrumpió el menor— Si te hubiera dicho que quería avanzar más allá de eso, ¿también te hubieras ido?
—No hubieras dicho algo así. No necesitas saber qué sucedería si lo hicieras.
Jisung descruzó sus piernas, apartando ligeramente el café para inclinarse sobre la mesa, de nuevo mirando a Chris por encima de las gafas, buscando atravesar esos muros que el mayor seguía poniendo entre ellos.
—¿Y si lo digo ahora, hyung? ¿Qué me responderías?
Chris le sostuvo la mirada, sintiéndose un poco más débil de lo usual.
—No lo dirás...
—No tienes forma de saber eso.
—Jisung... no voy a aceptar seguir teniendo sexo. Simplemente no quiero tener ese tipo de relación.
—¿Y si no fuese solo sexo?
—No haces algo que no sea "solo sexo", Jisung.
—Tampoco tienes forma de saber eso.
—Te conozco —Chris se reclinó hacia atrás en su silla, tratando de salir de la hipnosis que los ojos de Jisung parecían lanzar sobre él—. No sé por qué estás insistiendo en esto. Pero no eres el tipo de persona que tiene relaciones. Mucho menos con alguien como yo.
—Pareces haber pensado mucho en eso... —Señaló Jisung, reclinándose también— Suenas como alguien que tiene un amor no correspondido y ya se ha dicho todo lo posible para convencerse de que no debe sentir lo que siente.
Chris guardó silencio, apartando nuevamente la mirada. El silencio duró varios segundos, mas de los que resultarían cómodos, hasta que fue él quien decidió concluir con esa conversación, haciendo ademán de levantarse.
—No creo que debamos vernos de nuevo. Mantente lejos de los problemas. —murmuró, agarrando su vaso vacío, pero Jisung, no iba a dejar que terminara las cosas cuando le diera la gana. No otra vez.
—¿Te gusto?
La pregunta hizo que Chris se congelara, aun de pie junto a la mesa. El vaso vibró ligeramente en sus dedos temblorosos y su garganta se estremeció al tragar en seco.
—Sí... —admitió finalmente—Me gustas... me gustas muchísimo y por eso es mejor...
—Tú también me gustas. —Jisung se estiró y agarró su muñeca. El temblor se detuvo, pero para ambos se sintió como si un terremoto atravesara la tierra bajo sus pies. Decir eso u oírlo, fue algo que ninguno de los dos realmente planeaba o esperaba. Demasiado súbito e impulsivo.
Chris miró primero esa mano que trataba de encerrar su muñeca, perplejo, para luego recorrer el camino hasta aquellos ojos que ahora lo veían de vuelta con una mezcla de decisión, vergüenza y arrojo. Unos ojos que parecían haberlo mandado todo al demonio al decir eso.
—Jisung... si por alguna casualidad estás diciendo eso solo para que yo no...
—¡No! —Jisung también se levantó, sin dejar ir su mano, ignorando las miradas curiosas de los demás clientes de la cafetería— No es eso. Lo dije sin pensar... —Bajó el volumen de su voz— Pero precisamente por eso... yo... ayer, cuando te despertaste, di por sentado que te quedarías conmigo. Pensé que comeríamos algo juntos y simplemente... estarías ahí. Ni siquiera se me pasó por la cabeza la idea de decirte que te fueras. Nunca dejo a los tipos con los que me acuesto quedarse alrededor. Ni siquiera suelo dejarlos dormir. Pero contigo asumí que sería lo único posible. No eres un revolcón. Eres Chris. Te deseaba, mierda, aun lo hago pero no es solo eso.
—¿Cómo puedes decir que sientes esas cosas por mí? —cuestionó Chris, incrédulo—. Lo único que he hecho es regañarte, vigilarte. No hay manera de que...
—Eres la única persona que está pendiente de mí. Cuando me llamabas para saber lo que había hecho en el día siempre me preguntabas si había comido, si había dormido bien... lo hacías con malas pulgas pero lo hacías. Nunca le di importancia. No pensé de más en eso. Pero era... era lindo. Era reconfortante, por eso cuando te fuiste ayer sentí... un vacío tan grande...
—Eso no significa que me ames.
—Lo sé... no soy estúpido —Jisung buscó su otra mano y también la sujetó, manteniendo su mirada gacha, sus ojos recorriendo los detalles de aquellos dedos grandes entre los suyos—. No hay forma de que te ame en tan poco tiempo. Pero sé que lo que sea que siento por ti es suficiente como para luchar porque no me dejes. Es suficiente como para quererlo cuidar y que crezca y que nos haga sentir todas esas mierdas bonitas que se supone que debes sentir cuando quieres a alguien.
—Jisung...
—No quiero que me dejes, hyung —Jisung finalmente alzó la mirada, sus gafas estaban a punto de caerse, pero no dejó ir las manos de Chris—. No sé si podrá funcionar algo entre nosotros porque te juro que nunca he tenido algo como una relación ni nada de eso. Sin embargo, sé que quiero intentarlo. Quiero ese sexo increíble y también quiero dormir en tus brazos. Quiero verte cuando me despierte. Quiero que me llames para saber si comí. Quiero que me oigas hablar y quiero oírte a ti. Saber de ti. Detesto que otras personas te conozcan y yo no. ¿Acaso no basta con eso para que me des una oportunidad?
Chris levantó su rostro, apretando sus párpados. Algo en su pecho se sentía que podría explotar y simplemente matarlo allí mismo. Ni siquiera podía pensar con claridad porque todo lo que había en su mente en ese momento era la necesidad de gritar y apretar a Jisung entre sus brazos.
—Jisung... yo realmente... no sé cuánto tiempo he pasado queriéndote en silencio. No podría... Entiende que no podría soportar si algo sale mal. No podría... —Pero las manos de Jisung en sus mejillas lo hicieron callar y bajar nuevamente su mirada hacia él.
—No quiero lastimarte, hyung... no tienes idea de lo mucho que me halaga saber que alguien fuerte, inteligente y jodidamente caliente como tú siente algo por mí, ahora mismo quisiera atesorarte como no he atesorado nada en esta vida.
—Jisung, estamos en público...
—Me importa un demonio —Jisung frunció el ceño—. Estoy tratando de hacer que entiendas de una jodida vez que quiero tener una relación contigo. Quiero intentarlo.
Chris dio una breve ojeada alrededor. Jisung hablaba bajito, de forma que solo él podía escuchar bien lo que decía, sin embargo, la escena por si sola llamaba bastante la atención. Aun así, al menor parecía no importarle ni preocuparle. Ni su imagen, ni los posibles chismes. Nada.
—Te meterás en problema.
—Deja que vean. Pueden publicar lo que quieran. Estoy tratando de hacer que te conviertas en mi novio de todos modos. Digan lo que digan, no van a estar muy lejos de la realidad.
Chris finalmente dejó salir un suspiro tembloroso, sujetando las manos de Jisung que aun apretaban sus mejillas en un gesto casi infantil.
—Entonces... —Su voz tembló un poco— Si realmente estás seguro...
—Como que me llamo Han Jisung. —Jisung asintió violentamente, como un niño a punto de recibir su más ansiada recompensa.
—¿Podríamos... empezar desde el principio... con calma?
Jisung asintió nuevamente.
—Sí, sí, sí... Maldita sea, sí. Lo que sea, hyung. Lo que tú quieras —Lo abrazó de repente, apretándolo con sus delgados brazos a la vez que hundía su rostro en el amplio pecho del mayor—. Aunque ya me follaste como para que no volviera a caminar pero está bien, empecemos con calma.
—Hey... —Chris no pudo evitar sonreír, rodeándolo también con sus brazos— Entiende que quiero atesorarte también.
—Lo entiendo, hyung. —musitó el menor, sintiendo que podría simplemente derretirse de felicidad.
—Y voy a necesitar algo de tiempo para procesarlo.
Jisung se apartó un poco, mirándolo con curiosidad.
—¿Procesarlo?
Chris amplió su sonrisa.
—Mi crush acaba de decirme que también le gusto. Esos son grandes sucesos.
El menor esbozó una sonrisa boba ante ese comentario, meneándose de forma graciosa.
—Soy tu crush —canturreó—, aww...
—No seas idiota. —Chris le revolvió el cabello, soltándolo.
—Perdón... —Se disculpó Jisung, aun sonriendo ante lo que Chris solo negó, rodando los ojos antes de decidirse a finalmente salir de la cafetería.
—Vamos... realmente me queda trabajo para hacer.
Jisung se acomodó sus gafas y tomó su café, de nuevo teniendo que corretear para alcanzar al mayor.
—Hey... hablando de trabajo —Lo alcanzó, igualando su paso al del oficial— ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Supongo.
—El chico del video... —Chris aminoró la marcha, ligeramente nervioso— ¿Debería preocuparme por él? Soy bastante celoso.
Su pregunta hizo sonreír al mayor, quien le restó importancia al asunto y, en cambio, se atrevió a tomar una de las manos del menor y entrelazar sus dedos.
—No. No tienes por qué preocuparte. Changbin es... —Se detuvo por completo, pensando— Changbin solo es nuestra hada madrina.
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